Rabietas en los niños: 10 consejos para solucionarlas. Revista Papis y Pekes
Os adjunto la colaboración realizada para PapisyPekes.com en relación a la aparición de las rabietas en los niños:
En torno a los dos años de edad es muy frecuente que los niños tengan rabietas. El niño se encuentra en una etapa de autoafirmación personal, necesita decir que no y probar de este modo a los padres.
Rabietas en los niños: 10 consejos para solucionarlas • Papis y Pekes
Evolutivamente hablando es normal que los niños tengan pataletas, pero lo que no se puede permitir es que esta fase se convierta en un problema o que se mantenga a lo largo del tiempo. Por eso os proporcionamos diez pautas para evitar las rabietas:
- Refuérzale y préstale atención cuando no tiene una rabieta. Avísale que cuando llora o grita no lo entendemos y que por eso no le haremos caso. Pero que en cambio cuando se le pase y deje de gritar, entonces papá o mamá volverán a estar y a hablar con él.
- Utiliza la comunicación no verbal. Una mirada a tiempo puede ser de gran utilidad y evitar que la rabieta se desencadene.
- Mantente firme. Hazle ver que ese no es el camino para conseguir su objetivo.
- No ceder pensando que así la situación no va a ir a más. Esto reforzará su conducta de llantos y gritos y haré que se intensifique y perdure en el tiempo.
- No intentar razonar con él o con ella cuando está en fase de rabieta. En ese momento no vamos a conseguir que razone y lo más probable es que el niño vea que le hacen caso, y cada vez llore más.
- Retírale tu atención, o incluso vete de la habitación donde estéis. Lo mejor en estos casos es retírales la atención, que vean que ante su rabieta, el adulto no les hace caso.
- Habla menos y actúa más. El error que más se comente en estos casos es hablar mucho, hacer intentar razonar al niño y no ponerle consecuencias por su pataleta.
- No amenaces con nada que no vayas a cumplir. De esta forma sólo vas a conseguir perder tu credibilidad.
- No te enfades ni grites. Los niños copian a sus adultos de referencia, si ven que sus padres gritan, ellos lo harán más y el descontrol del niño vaya vez será mayor.
- Dale una salida digna. Cuando los niños son pequeños, llega un momento que se quedan enganchados a la rabieta y ya no saben ni porque lloraban. Por eso cuando disminuya la intensidad del llanto se les puede distraer con otra cosa o plantear una opción diferente.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir