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Resiliencia colectiva: No es momento de tapar o negar emociones por la DANA

Los adultos podemos reconocer a nuestros hijos «yo también tengo miedo, pero estamos juntos, te doy la mano y te abrazo. Dar seguridad a los niños es clave»

Escrito por Laura Peraita

«Los niños no son tontos y vivan en Valencia o no, saben que algo muy grave ha pasado», asegura Silvia Álava, Doctora en Psicología. Sin embargo, añade que cuando son pequeños su nivel cognitivo y emocional no les permite entender lo sucedido por los efectos de la DANA ni toda su dimensión. «Lo mejor ante este tipo de situaciones es no ocultarles la verdad. Hay que contársela de manera adaptada a su edad y lenguaje. Ellos tienen miedo, pero si descubren que les estamos ocultando algo, tendrán más miedo aún, al creer que es algo muy dañino. Su creatividad no tiene límites y pueden sufrir más de lo que les corresponda».

Hay que dejar que los niños se expresen

Apunta que hay que dejar también que los niños se expresen. «Es bueno que reconozcan que tienen miedo, no es momento de tapar o negar emociones. Como adultos, es importante poder reconocer ‘yo también tengo miedo y es normal, pero no te preocupes porque estamos juntos y, por eso, te doy la mano y te abrazo’. Hay que darles sobre todo seguridad. Acompañarles emocionalmente, que sientan que su adulto de referencia les protege. Bien es cierto, que los niños de las localidades afectadas, no siempre va a ser posible que sus padres les acompañen porque están inmersos en las duras tareas de reconstrucción de sus hogares. En caso de estar en casa de amigos u otros familiares deben tener en cuenta estas premisas de dejar que se expresen y hacerles sentir muy seguros y que sus padres se encuentran bien».

Hasta que no cumplen aproximadamente los seis años se entiende lo que implica la muerte

Explica que hasta que no cumplen los seis años no entienden lo que implica la muerte, pero preguntarán por los seres queridos que no están. «¿Dónde está el abuelo? ¿Pero cuándo vendrá? La idea de no retorno es incomprensible a ciertas edades y hay que estar preparados porque preguntarán con insistencia cuándo volverán a ver a ciertas personas»

No hay que descartar, tal y como afirma Silvia Álava, que es muy probable «que muchos niños tengan regresiones; es decir, que vuelvan a hacerse pis encima, que demanden que les den de comer, que quieran dormir en la cama de sus padres… Es normal. Para ellos es una forma de exteriorizar lo que sienten porque por su edad aún no saben verbalizar sus emociones y lo exteriorizan con las regresiones. No merece la pena pelear ahora por eso; no pasa nada. Es mejor abrazarles y más adelante que vuelvan a su situación de antes».

El duelo va a ser compartido

Ante tanto dolor y sufrimiento, esta Doctora en Psicología advierte que las familias de las localidades afectadas directamente por la DANA, «al vivir en pueblos en los que la mayoría de la población se conoce, el duelo va a ser compartido: todos tienen sus casas destrozadas, han perdido a algún familiar, a amigos o vecinos, sus negocios, sus coches… Se trata de un dolor que comprenden, con el que empatizan lo que, en cierto modo, les hará que sea algo más llevadero. En estos pueblo en el que todos se conocen -insiste-, el fallecimiento y desaparición de personas queridas es más sentido y comprendido por el entorno».

FUENTE: abc.es

Arranca el XVII Congreso de Escuelas Católicas en Madrid, con la presencia de más de 2.000 educadores

Bajo el lema “Ser, estar, educar… con nombre propio”. Este evento congregará a más de 2.000 educadores de España y otros países durante tres días de reflexión e inspiración sobre la importancia de poner a la persona en el centro de la educación. La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, finalmente no podrá asistir a la inauguración, en su nombre lo hará Librada María Carrera, subdirectora general de Centros y Programas.

A las 10.15 h se iniciará el acto de inauguración con las palabras de bienvenida del secretario general de Escuelas Católicas, Pedro Huerta. Habrá un momento de especial recuerdo a las víctimas y afectados por la reciente catástrofe natural acaecida en nuestro país. La secretaria autonómica de Escuelas Católicas Valencia, Vicenta Rodríguez, pronunciará unas palabras en nombre de todos aquellos que ahora se enfrentan a esta desolación. Posteriormente será la presidenta de Escuelas Católicas, Ana Mª Sánchez, quien tomará la palabra, seguida de Librada María Carrera. A continuación, será el presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello quien se dirigirá al auditorio.

Después, los asistentes disfrutarán de un momento especial con la actuación de la reconocida cantante Diana Navarro, quien pondrá el broche final al acto inaugural con su voz y sensibilidad artística. La ceremonia de apertura del Congreso finalizará a las 12.30 h. y dará paso a las ponencias y actividades programadas para los próximos tres días, que abordarán temas fundamentales para la educación católica como el acompañamiento, la identidad personal o el bienestar en la comunidad educativa.

Agenda del Congreso

Los ponentes de #SerEstarEducar son: Gabriel García de Oro, David Cerdá, Rosa Ruiz, Silvia Rozas, Pedro José Gómez, José Beltrán, Victor Amat, Silvia Álava, Toni Segarra, Margarita Álvarez, Virginia Cagigal, Belén Blanco, Álvaro Merino, María Guerrero y Nando García. Las distintas intervenciones, que serán presentadas y conducidas por el periodista Chema Villanueva, invitarán a los educadores a reconocer la importancia de cada persona “con nombre propio” dentro del ámbito educativo.

Además de las ponencias, habrá momentos para la magia, con el ilusionista Jose Ruiz; para la diversión, con el concurso “Estar Guars”, un espacio presentado por Javier Poveda, de Escuelas Católicas; para la percusión, la comedia y el ritmo con el grupo ToomPak; y para la música con Nacho Lozano, cantante e imitador, que será quien pondrá el broche final del Congreso.

76 espacios dedicados a ofrecer lo último en recursos, herramientas y servicios en el ámbito educativo

La celebración de este Congreso, será posible gracias a la colaboración de los patrocinadores: McYadra, Serunion, Alkora, Banco Santander, Fundación Repsol, SM, Edebé y Edelvives.

En el marco del mismo, los asistentes tendrán además a su disposición una zona exclusiva de stands con 76 espacios dedicados a ofrecer lo último en recursos, herramientas y servicios en el ámbito educativo. Este espacio ha sido diseñado para que los participantes puedan explorar una amplia variedad de soluciones innovadoras que abarcan desde tecnología y contenidos didácticos, hasta servicios de formación y asesoría.

Cobertura informativa

Para la cobertura informativa del evento, se ha habilitado un espacio de prensa en el Hotel Marriott Auditorium. Los periodistas interesados podrán acreditarse el mismo día de la inauguración. Toda la información estará disponible en la web del Congreso y en las redes sociales con el hashtag #SerEstarEducar. Además, se podrán descargar las fotografías del Congreso en nuestra cuenta de Flickr.

FUENTE: magisnet.com

Más de la mitad de los adolescentes buscan refugio en Internet cuando se sienten solos, tristes o enfadados

La investigación revela que más de uno de cada tres come o cena con un dispositivo tecnológico. 

Los adolescentes ven en internet y las redes sociales un refugio al que acudir cuando están mal. Más de la mitad de los niños de entre 10 y 17 años ha usado el mundo online para sentirse mejor cuando se han sentido solos, tristes o enfadados. Una tendencia que preocupa a pediatras y psicólogos educativos, que avisan de que cuanto más indebido es el uso que hacen de estas herramientas, mayor es la probabilidad de que sufran ansiedad, estrés y depresión. 

Así lo advierten DKV y la ONG Educar es Todo en su I Estudio sobre la percepción de la salud mental de los adolescentes y el mal uso de la tecnología. Una investigación para la cual han contado con la participación de 1.475 adolescentes, 1.630 progenitores y 105 docentes, que coinciden, en mayor o menor medida, en que los jóvenes españoles pasan demasiado tiempo con el móvil. Los resultados, presentados este miércoles en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid por los psicólogos educativos Silvia Álava y Rafa Guerrero, evidencian que, cuanto mayor es la percepción de los propios adolescentes de que están haciendo un uso incorrecto de la tecnología, mayor es el índice autopercibido de los trastornos emocionales. 

El 30% de los padres y madres creen que sus hijos están siempre o casi siempre con el móvil

Tras preguntar a padres y adolescentes sobre cómo afecta la tecnología a sus hábitos de vida —como la alimentación, el deporte o el sueño— y a la calidad de las relaciones familiares entre iguales, el estudio apunta que el 30% de los padres y madres creen que sus hijos están siempre o casi siempre con el móvil y/o los videojuegos, y que esa proporción aumenta diez puntos, hasta el 40%, al preguntar a los propios adolescentes. De hecho, el 45% de los niños encuestados reconoce que tiene problemas para desconectarse de la tecnología

En general, las respuestas de los adolescentes son mucho menos alarmantes que la de los adultos, y son los profesores los que más advierten de un uso indebido de los dispositivos tecnológicos entre sus alumnos y de los efectos que ello está teniendo en su propio desarrollo personal, social y académico: cerca del 90% asegura que los adolescentes tienen una gran dificultad de desconexión. Tanto es así, que más de uno de cada tres adolescentes confiesan que comen o cenan con el móvil, una tableta o viendo la televisión. «Este es un resultado que a nosotros nos preocupa», ha subrayado Rafa Guerrero, quien ha explicado que eso implica estar desconectado de lo que realmente se está haciendo.

El psicólogo educativo ha alertado también de otro resultado que les inquieta: la mitad de los menores encuestados reconoce que se llevan el móvil a la habitación cuando se van a dormir. Algo que, según ha detallado, puede incidir en el propio desarrollo de los adolescentes, ya que los dispositivos emiten una luz azul que incide en una parte del cerebro encargada de regular los ciclos de vigilia y noche. «También nos encontramos con que los que se van a dormir con el móvil y hacen un mal uso del dispositivo duermen menos horas, y duermen peor, lo que tiene un efecto dominó, ya que tiene consecuencias luego al día siguiente, en el instituto, por ejemplo», ha apuntado. 

Efectos en sus relaciones sociales y en la salud mental

Ese mal uso de las tecnologías interfiere también en el ámbito social de los menores y en su capacidad para relacionarse, tanto con los adultos como con sus iguales. El 70% de los adolescentes asegura que está con el móvil casi todo el tiempo que pasa con sus amigos y rara vez no lo usan cuando están con los familiares. «Si resulta que la esencia del ser humano y lo que nos hace sentir bien, que es ser vistos por un grupo de iguales, lo estamos sustituyendo por una relación tecnológica o incluso con gente que no conocemos de nada, pues entonces tenemos un problema», ha advertido Guerrero, que también ha señalado el riesgo de utilizar la tecnología como una herramienta de regulación emocional. 

Más enfados, rabietas, peleas o engaños.

Son algunos de los problemas de conducta enumerados por las familias de aquellos adolescentes que hacen un mayor uso indebido de los dispositivos digitales. Esto, ha explicado Silvia Ávila, puede vincularse con lo apuntado por Herrero, ya que cuanto peor usan las tecnologías, menor es el «índice prosocial».

También en esos contextos, ha contado la psicóloga, se observan más síntomas relacionados con la hiperactividad: se concentran menos, les cuesta más hacer los deberes, están más revoltosos y son más impulsivos. «Hay una correlación estadísticamente significativa entre ese mal uso de la tecnología y mucha problemática en términos de salud mental», ha subrayado Ávila, quien ha asegurado que con estos datos se pone «evidencia científica» a lo que los psicólogos ya ven todos los días en consulta. «No se pueden usar las pantallas como ese chupete emocional», ha insistido. 

Recomendaciones para un buen uso 

En conclusión, el problema no es tanto el dispositivo en sí, sino más bien el uso que se hace de él, tal y como ha recalcado Torres. La diferencia en las adicciones a los móviles respecto a otro tipo de adicciones, ha explicado, es que los dispositivos ya se usan en todas las esferas (para trabajar, para estudiar, para socializar, etc.). «Por eso el gran objetivo es aprender a vivir con ello, teniendo en cuenta cuáles son los peligros», ha añadido. 

Que ningún niño menor de 3 años esté expuesto a las pantallas 

Ambos expertos han emitido una serie de recomendaciones para un uso saludable de las tecnologías, destacando la importancia de que ningún niño menor de 3 años esté expuesto a las pantallas para que puedan madurar fuera de ellas. De los 3 a los 5 años, ha apuntado Álava, lo ideal sería que el uso de teléfonos, tabletas o la televisión se redujera a unos 30 minutos al día, y siempre acompañados por sus padres. 

Y, una vez tengan su primer dispositivo —lo recomendable es que no sea antes de los 14 años—, aconsejan establecer un «contrato de uso» y asegurarse de que «el tiempo online nunca supere al tiempo offline», es decir, que no pasen más tiempo con los dispositivos que a otras actividades como leer, quedar con amigos, estar con la familia o practicar deporte. 

FUENTE: 20MINUTOS.ES

¿Cómo afecta Halloween a los niños con miedo a los monstruos? colaboración con Guiainfantil.com

Halloween: ¿A qué tienen miedo los niños de 0 a 5 años? Colaboración con GuiaInfantil.com

Cómo afecta Halloween a los niños con miedo a los monstruos. Colaboración con Guía Infantil

¿Puede llegar a asustar a los niños?¿O les ayuda a vencer sus miedos?

¿Puede la fiesta de Halloween ayudar a niños que tienen miedo a los monstruos? ¿O por el contrario, debemos proteger a los niños que tienen miedo de esta fiesta? Aclaramos estas dudas…

Miedo en Halloween: recursos para que los niños disfruten sin temor. Colaboración con Mujer Hoy

¿Es Halloween una fiesta adecuada para los niños? ¿Puede ser un tipo de actividad que resulte útil para ayudarles a gestionar sus miedos? Con la ayuda de la psicóloga Silvia Álava, que acaba de publicar ‘Queremos que crezcan felices’ desgranamos las principales preguntas (con respuestas) en torno a este tema.

Halloween y niños

Mujerhoy (Mh): ¿Es adecuado celebrar festividades como Halloween o participar de ello si el niño manifiesta miedo hacia este tipo de estética o personajes?  ¿Por qué?Silvia Álava (S.A.): La fiesta de Halloween lleva muy poco tiempo instaurada en España; aunque cada vez es más habitual que los niños lo celebren y se disfracen, no conviene en absoluto obligarles a participar si no les gusta o no quieren. Como menciono en ‘Queremos que crezcan felices’, de JdJ Editores, debemos entender que la estética de la fiesta, con calaveras, esqueletos, zombies y brujas a algunos niños más sensibles les puede asustar. En este caso nunca debemos obligarles a participar. Los niños se tienen que enfrentar a las cosas cotidianas, pero la estética macabra de esta fiesta en absoluto es algo obligatorio que los niños tengan que superar.   Mh: Qué recursos prácticos aconseja (ejercicios, actitudes, herramientas…) para que unos padres puedan ayudar a su hijo a que gestione sus miedos: A la oscuridad:

S. A.: En determinadas edades puede ser muy habitual que los niños tengan miedo a la oscuridad. En estos casos conviene «desmontar» con ellos este miedo, es decir, que entiendan que no va a pasarles nada, que no hay nadie malo… En un primer momento se les puede dejar una lucecita pequeña encendida por la noche hasta que el niño vaya adquiriendo una mayor seguridad y sea él mismo quien decida apagarla.

– A los fantasmas o personajes irreales o fantasmagóricos, brujas, monstruos o con estética ‘fea’. 

S.A: Muchas veces los niños durante el día nos parecen muy valientes y no les importa ver películas o dibujos donde aparecen fantasmas, brujas, monstruos… pero al llegar la noche estos miedos brotan. Por eso será importante vigilar y controlar primero qué están viendo los niños para restringir este tipo de imágenes. Una vez que el miedo ya ha aparecido, hay que trabajar con ellos para que lo superen. Será necesario que lleguen a entender que ninguno de estos personajes existe y que por tanto no los vamos a temer. Y por supuesto debemos dejar de ver este tipo de dibujos, series o películas.

– A la muerte.  

S.A.: Cuando los niños descubren la muerte en ocasiones se pueden quedar más afectados y verbalizar que tienen miedo a que alguno de sus adultos de referencia pueda fallecer. En estos casos los niños tienen que ver que el adulto no se preocupa, sino que se lo toma con sentido del humor, y que sobre todo tranquiliza al niño explicándole que es muy raro que se puedan morir, que se mueren las personas mayores, las que están muy enfermas… Se trata en todo momento de tranquilizar al niño y sobre todo que vea que el adulto no se preocupa ni se pone nervioso. Cuando esto ocurre el pequeño lo interpreta como ‘mi padre o mi madre se está preocupando o poniendo nervioso porque se puede morir’.

A disfrazarse.  

S.A.: Algunos niños les da miedo disfrazarse, sobre todo cuando son pequeños y no entienden bien la dinámica del disfraz. Por eso nunca conviene forzarles a disfrazarse, sino jugar con ellos de modo que sea el adulto o los hermanos los que se disfracen y a través del juego vayan introduciendo al niño en la dinámica, le animen a ponerse un gorro o una capa… Pero siempre asociándolo al juego y a la diversión. De esta forma será más probable que el niño poco a poco vaya perdiendo el miedo y consiga disfrazarse.

Mh:  ¿Se puede combatir el miedo con miedo? ¿cómo? 

S. A. Es normal que a determinadas edades los niños puedan tener miedo. Debemos tener en cuenta que los miedos evolucionan según la edad. Así, a partir de los seis años puede ser habitual que tengan miedo al daño físico, al ridículo, a no caer bien a los amigos… Cuando son algo mayores puede aparecer el miedo a la separación de los padres, al bajo rendimiento escolar, a las enfermedades, a los accidentes… Otros niños presentan miedos a las tormentas, a montar en ascensor…Incluso es habitual que en los chicos con un perfil más temeroso e inseguro sus miedos vayan cambiando por temporadas y que sustituyan unos por otros.

Muchos padres se reconocen como miedosos, e incluso se ven muy reflejados en sus hijos y recuerdan que ellos también tenían temores cuando eran pequeños. Eso les puede llevar a ser más sobreprotectores y a no trabajar el problema con sus hijos para que lo afronten y lo superen.

Recordemos que los niños aprenden por modelado, copian a sus padres, y cuando los padres son personas inseguras y miedosas es muy probable que los niños también lo sean.

Es importante que los niños aprendan desde pequeños a superar sus miedos. Eso reforzará su seguridad y su autoestima.

Los padres pueden hacer mucho por evitar los miedos de los niños:  

– Mostrando el ejemplo a seguir.

– Utilizando el sentido del humor.

– Sin mostrar una preocupación excesiva ante el miedo del niño.

– Y pidiendo ayuda profesional en el caso de que vieran que el niño lo pasa muy mal o que sus miedos le impiden practicar actividades de su vida cotidiana.

FUENTE: mujerhoy.com

Nadie tiene una vida perfecta: Día Mundial de la Salud mental

Hoy es 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental. Queremos llamar la atención sobre una problemática que afecta cada vez más a niñas, niños y adolescentes: la presión de mostrar una vida perfecta en redes sociales.

Un nuevo informe de Unicef presentado el 9 de octubre revela que casi 7 de cada 10 adolescentes en España (68,1%) sienten la presión de proyectar una imagen ideal y sin problemas en el mundo online, aunque no sea cierta. Nos preocupa cómo este fenómeno puede afectar su bienestar emocional, ya que además, el 41,1% cree haber tenido un problema de salud mental en el último año, pero más de 1 de cada 3 nunca ha hablado de ello.

#psicologia #emociones #saludmental #bienestaremocional #unicef #redessociales #pantallas #adolescentes #díamundialdelasaludmental #autocuidado ‪@UNICEF‬

Adolescentes en casa: en busca de la armonía familiar

Durante la adolescencia, el cerebro se reestructura, las hormonas «explotan» y los jóvenes buscan definir su identidad. ¿Cómo podemos, como adultos, derribar barreras, abrir líneas de comunicación y acompañar este proceso con una presencia adecuada, sin perder el disfrute en el camino?

“La capacidad de conservar una identidad sólida parece depender de ser en parte lo que los demás esperan y, al mismo tiempo, algo distinto. Sin embargo, no es fácil precisar hasta dónde llega esa diferencia», reflexionaba Héctor Fernández Álvarez, uno de los psicoterapeutas más destacados de Argentina, en relación con la adolescencia.

En casa, el caos comienza desde la llegada de un bebé: falta de sueño, pañales, y preocupaciones. Pero los niños crecen. De repente, ese niño que buscaba a su madre para todo y veía a su padre como un héroe empieza a considerarlos ignorantes, avergonzándose de ellos. Comienzan a distanciarse, desafían constantemente, gruñen por nimiedades… Esa tierna «Masha» de repente se convierte en «el oso».

La adolescencia puede verse como una etapa de estrés y conflictos, o como un periodo de transformación en el que los hijos desarrollan nuevas capacidades. Aquí, los padres tienen la oportunidad de fomentar factores protectores que contrarresten los riesgos. Al igual que al principio del vínculo familiar, es una etapa de aprendizaje tanto para los mayores como para los jóvenes.

El papel de los padres: entre el apoyo y la flexibilidad

Craig Knippenberg, terapeuta familiar y presentador del podcast Legit Parenting, señala: “El mayor éxito de los padres es mantener a salvo a la familia día tras día, disfrutando del tiempo juntos. Deberíamos aprender a ser más amables con nosotros mismos. La crianza moderna es extremadamente exigente si uno pretende ser el padre perfecto constantemente. En lugar de centrarnos en cada detalle, pensemos más en el vínculo que estamos construyendo.”

Por su parte, Silvia Álava Sordo, doctora en Psicología, reconoce que la adolescencia es una etapa temida por muchos padres, pero aclara que no necesariamente tiene que ser problemática. «Es útil comprender los cambios que ocurren, no solo a nivel físico, sino también a nivel cerebral.»

Cambios neurobiológicos que influyen en el comportamiento

Durante la adolescencia, el cerebro experimenta importantes transformaciones. Carina Castro Fumero, neuropsicóloga pediátrica, explica: “Uno de los principales retos es el sistema límbico, que es hiperreactivo y responsable de las emociones. Se desarrolla antes que la corteza prefrontal, la encargada de regular los impulsos y la toma de decisiones racionales». A esto se suma la disminución de receptores de dopamina, lo que lleva a los adolescentes a buscar gratificaciones inmediatas, como las que ofrecen las redes sociales, los videojuegos y otros estímulos de recompensa rápida.

Desafíos en la convivencia

La comunicación y la comprensión son esenciales durante esta etapa. «Una de las equivocaciones más comunes es que los padres reducen el apoyo y aumentan las críticas», comenta la psicopedagoga Mariana de Anquin. «En lugar de juzgar, los adolescentes necesitan sentirse escuchados, sin miedo a ser cuestionados.»

Paula Prevé, psicóloga de la Fundación Aiglé, también destaca que “los adolescentes buscan afianzar su identidad, y los padres deben adaptarse con flexibilidad a estos cambios, comprendiendo que no se trata de un rechazo personal, sino de un proceso natural en su desarrollo.”

Claves para una convivencia saludable

El reto para los padres es encontrar el equilibrio entre mantener el control y darles autonomía a sus hijos adolescentes. Según la psicóloga Maritchu Seitún, “aunque a los adolescentes les cueste reconocerlo, necesitan saber que estamos presentes. No se trata de acosarles, sino de ser una guía cercana y atenta.”

Rodrigo F., padre de dos mellizos, reflexiona sobre su experiencia: “Pensamos que, al empezar la secundaria, ya podían manejarse solos. Pero nos dimos cuenta de que no estaban preparados para asumir tantas responsabilidades sin nuestra supervisión. Aún necesitaban nuestro apoyo, a pesar de su aparente independencia.”

Escoge tus batallas

Durante la adolescencia, es fundamental aprender a seleccionar las «batallas». Rocío Ramos Paul, psicóloga especializada en crianza, aconseja: «No podemos enfadarnos por cada pequeño problema. Este periodo pasará, y lo que realmente importa es la relación que construimos con ellos. Hay cosas que simplemente debemos dejar pasar, y enfocarnos en lo verdaderamente importante.”

Comunicación: la clave para una convivencia sana

El diálogo es la herramienta más poderosa para gestionar los conflictos en esta etapa. “Es fundamental entender que la negociación no es una competición, sino una forma de establecer normas que permitan una convivencia armoniosa”, afirma Ramos Paul.

Finalmente, para mantener la conexión emocional con los adolescentes, Maritchu Seitún aconseja: “Recordemos nuestra propia adolescencia. Compartir con ellos nuestras experiencias puede ayudar a que se sientan comprendidos y a fortalecer el vínculo.”

FUENTE: lavozdequequen.com.ar

Sigue el ejemplo de los padres noruegos para criar niños autónomos y responsables

Los niños nórdicos van solos al colegio desde pequeños, juegan en la calle sin supervisión, preparan la cena… Esto es lo que hacen el país nórdico para criar niños autónomos y responsables.

Por Carmen Barreiro

Los niños noruegos de padres divorciados pueden recorrer el país de punta a punta ellos solos cuando les toca cambiar de casa sin mayor problema, ni tanto drama. Lo hacen desde muy pequeños. Salen con su mochila –que preparan ellos mismos–, caminan hasta la estación, suben al tren o al autobús, hacen transbordo si es necesario, se bajan en la parada correspondiente y andan de nuevo hasta llegar a su destino.

¿Crees que tus hijos serían capaces de hacer esto con 8 o 9 años?

Y lo más importante en este caso, ¿les dejarías hacerlo? La respuesta a esta pregunta es básicamente lo que nos diferencia de los noruegos en cuanto al modelo de crianza. La mayoría de nosotros seguro que contestaríamos que no, que no se lo permitiríamos, que como van a ir solos en el metro tan pequeños, que se pueden perder, que les puede pasar cualquier cosa, mientras que ellos ni se plantean esa cuestión. ¿Por qué no van a poder hacerlo?, responderían.

La cultura noruega valora la independencia por encima de todo y se espera –y fomenta– que los niños también aprendan a valerse por ellos mismos desde muy pequeños. No es una moda educativa pasajera, les sale natural porque es su manera de entender la vida en sociedad. Los críos van al colegio solos desde los seis años, juegan en la calle sin la supervisión de un adulto, se hacen la merienda y se suben a los árboles o saltan desde una roca sin que nadie a su alrededor se lleve las manos a la cabeza. Es lo que se conoce como crianza en libertad, un modelo educativo al que aspiran muchos padres pero que fuera de los países nórdicos no siempre termina de encajar.

«El mayor error que cometemos hoy en día como padres a nivel general es el de la sobreprotección»

Silvia Álava, Psicóloga

No cabe duda de que el alto poder adquisitivo de los noruegos, su baja tasa de criminalidad y sus envidiables derechos de paternidad y maternidad facilitan este tipo de crianza, pero esta filosofía educativa, basada en la independencia, la confianza y el contacto con la naturaleza, pero también en el cumplimiento de las normas y el respeto hacia los demás, va más allá de una cuestión económica o de unos buenos servicios públicos, que también. «Cada familia debe valorar cuál es el estilo de crianza que quiere para sus hijos, pero está claro que hoy en día el mayor error que cometemos como padres a nivel general es el de la sobreprotección», reconoce la psicóloga Silvia Álava en relación al modelo educativo predominante en nuestro país.

«No podemos ser apagafuegos»

«Nos pasamos demasiado tiempo resolviendo los problemas de nuestros hijos –añade la especialista– y esa actitud solo les genera inseguridad. Es justo lo contrario de lo que hacen en los países nórdicos, donde lo que se fomenta es la autonomía desde muy pequeños. Como padres tenemos que acompañarles, que sepan que estamos con ellos si les pasa algo, que les vamos a dar respaldo… Pero lo que no podemos hacer es ser su apagafuegos. Tienen que aprender a hacer las cosas por ellos mismos, a solucionar sus problemas. Tenemos que poner el foco en enseñarles a levantarse no en evitarles todas las caídas».

Responsabilidades adaptadas a cada edad

Ahora bien, aunque la mayoría de padres estarían encantados con la idea de tener un niño fuerte, independiente y decidido «también tenemos que ser conscientes de nuestro entorno. En Noruega los críos pueden ir solos al colegio desde bien pequeños porque todo está preparado para ello. Tenemos que fomentar la autonomía, pero siendo realistas. Si tu hijo de seis años tiene que cruzar dos carreteras y coger un metro para llegar a clase, pues igual no es del todo factible, pero en un pueblo quizás sí puede hacerlo. Muchas veces el problema es que los padres pensamos que los niños son pequeños para hacer determinadas cosas y no es así», comenta Silvia Álava y pone varios ejemplos.

«Un crío de cuatro años es perfectamente capaz de vestirse y desvestirse solo, de lo que no es capaz es de hacerlo a la velocidad que nosotros necesitamos que se vista para no perder el autobús o llegar a tiempo al colegio. Es decir, tendremos que levantarnos antes e ir redirigiendo su atención para que no se despiste. Pasa lo mismo con la mochila o los deberes. Si le mandan tareas es porque el profesor considera que está perfectamente capacitado para hacerlas solo».

Frío ¿Quién dijo frío?

Otro de los pilares de la crianza en libertad es el contacto con la naturaleza, jugar en la calle, experimentar y… aprender de los errores. Dicen los noruegos que no existe el mal tiempo sino la ropa inadecuada y con esta premisa no hay excusa para no disfrutar del aire libre. Su filosofía es que si un niño se sube a un árbol y se cae, esto le hará mejor escalador la próxima vez. Entienden el fracaso como una herramienta de aprendizaje. «Aquí directamente les prohibimos que suban en lugar de enseñarles a caer», argumenta la autora del libro ‘Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia’.

El modelo noruego funciona, entre otras cosas, porque se sustenta en un profundo respeto por el cumplimiento de las normas, un civismo llevado al extremo que no se contempla en todos los países. Los padres les dan libertad, pero los niños también cumplen.

FUENTE: elcorreo.com