La cartera de papá y mamá no es infinita, cuanto antes lo sepan mejor

Aunque les cueste entenderlo al principio, para los niños el dinero es un concepto abstracto, la psicóloga Silvia Álava aconseja enseñarles el valor que tiene.

CRISTINA RAPOSO Miércoles, 28 abril 2021, 22:21

Nos guste o no, el dinero es parte de nuestras vidas. Muchos lo consideran el «elixir» de la felicidad del ser humano. ¡Qué disparate! Pensaran. Y tal vez estén en lo cierto, pero es innegable que ayuda. La crisis económica que ha dejado a su paso (y sigue dejando) el omnipresente virus ha abierto una gran brecha en la cartera de miles de personas. Y en una sociedad en la que reina el consumismo, no es tan descabellado asegurar que, al menos, sí que aporta tranquilidad. Quienes no son capaces de llegar a comprenderlo del todo son los pequeños. Y es normal, para ellos el dinero no es más que un concepto abstracto con el que papá y mamá «compran cosas». Habrá quien considere que «ya tendrán tiempo para ser responsables con sus finanzas». Sí, desde luego, pero cuanto antes lo aprendan mejor. No olviden que son pequeñas esponjas que absorben los comportamientos y costumbres de sus mayores. «Aunque les cueste entenderlo al principio, hay que educarles el valor que tiene el dinero. Tienen que ver de primera mano que las cosas cuestan un dinero. Que participen es muy beneficioso, pero también que conozcan de dónde sale», sostiene Silvia Álava, psicóloga del gabinete madrileño Álava Reyes.

La responsabilidad de su propio dinero

Lo que recomiendan los psicólogos es que se les dé una pequeña paga semanal (a partir de los ocho años está bien). De este modo, ellos mismos adquieren la responsabilidad de su propio dinero. «Tienen que aprender que cuando se acaba no hay más. Gestionarlo es el mejor modo para que le den el valor que realmente tiene», apunta la experta. Y reconoce que es «muy bueno» que nos acompañen a hacer las compras, que les hagamos algún encargo relacionado con ellas, o incluso que la revisemos. «Además de practicar y perfeccionar el cálculo matemático, de este modo comprobamos si nos han devuelto bien el cambio, o si podemos comprar algo más con las vueltas. Lo importante es que estén acompañados y que vayan viendo cómo funciona la vida», explica.

Ojo con premiar cualquier acto

Con lo que hay que tener cuidado es con financiarles «a demanda» o con premiarles porque han cumplido «alguna tarea». Deben aprender que una familia coopera y trabaja junta, y premiarles monetariamente por haber recogido la mesa está lejos de ser una buena idea. «No han de ser cantidades muy excesivas. Aunque en la familia no existan problemas económicos, no es bueno que los niños o los adolescentes tengan mucho dinero porque no sabrán valorarlo. Tienen que aprender lo que cuestan las cosas. Tener mucho dinero solo les generará problemas y frustración. Y así no aprenderán a ahorrar porque no les será necesario», subraya Álava.

Es cierto que la vida cada día está más cara. Ahora ir al cine y tomarte un refresco con unas palomitas casi que es un artículo de lujo. Pues más aún para los menores. Pero no sientan lástima. Ojo, que tampoco hay que apartarles de su círculo de amigos y negarles el participar en cualquiera que sea el plan (también nos podemos estirar dándoles una propinilla mayor de vez en cuando). Pero deben aprender o, más bien, experimentar lo que la experta llama «la bienvenida al mundo real». «Muchos padres me dicen que si no les dan mucho dinero no pueden ir al cine y comprarse unas palomitas o quedarse a cenar después. Y sí, es así. Pero en la vida tenemos que aprender a elegir. Puedes entrar a una tienda y que te encanten tres vestidos, pero realmente, solo puedes comprar uno. Se trata de un aprendizaje vital. Si no les enseñamos esto, de mayores estarán frustrados. No se puede hacer todo. Hay que enseñarles que a veces hay que escoger, y que, en ocasiones, hay que coger un trabajo extra», manifiesta la profesional.

La tarjeta «infinita»

Algo crucial también es que nos vean pagar en metálico porque la tarjeta para los niños es como el bolsillo mágico de Doraemon, pide y se te dará. «Conviene que nos vean pagar con dinero porque estamos hablando de una cosa abstracta para ellos y deben ver el billete, en físico. Tienen que ser conscientes de que la tarjeta tiene un límite. Es muy recomendable explicarles que nuestro dinero está en el banco y que cada vez que pagas se descuenta», avanza la psicóloga.

Y si nuestro adolescente de hormonas revueltas nos lanza la posibilidad de querer buscarse un trabajo, calma, que ello no quiere decir que vaya a abandonar los estudios. Ni mucho menos. De hecho, es una gran oportunidad para que comience a familiarizarse con el mundo laboral y el de las finanzas. Sus finanzas. «A veces, ese trabajo se lo podemos dar nosotros mismos. Como pedirle que nos pinte y lije la verja. No hay que ser unos padres autoritarios, hay que dejarles que vayan experimentando la capacidad de decisión. Y, lo más importante, qué es lo prioritario», aconseja.

FUENTE: elcorreo.com

Ansiedad, tristeza o irritabilidad: así afecta al desarrollo de los niños el confinamiento por el Covid 19

  • «Los tres meses que estuvimos encerrados en casa afectan a los niños», deja claro la psicóloga Silvia Álava.
  • La experta insiste en que los niños tienen que jugar al aire libre y con otros niños.
  • Debido al confinamiento, los niños sufren más trastornos en el estado de ánimo.

Coincidiendo con el día del niño, ‘Cuatro al día’ se ha puesto en contacto con Silvia Álava, para saber cómo afecta el confinamiento por la pandemia del coronavirus al desarrollo de los más pequeños. 

«Tenemos que saber que todo lo que hemos vivido, los tres meses que estuvieron metidos en casa confinados y las restricciones que ha habido cuando hemos podido volver a salir, afectan al desarrollo de los niños. Hay más trastornos de ansiedad, de estado de ánimo, más tristes, más irritables, más irascibles… Hay algunos niños que han vivido situaciones de duelo muy complicadas y todo esto hay que tenerlo en cuenta», explica. 

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como afecta el covid a los niñosLa psicóloga Silvia ÁlavaCUATRO.COM

Además, la experta fomenta que los niños jueguen al aire libre y con otros niños. «Los niños necesitan jugar con otros niños, necesitan estar con más niños para cosas fundamentales. Cuando juegan entre varios tienen que ponerse de acuerdo en el juego, van a entrenar habilidades sociales y capacidades de negociación que van a ser muy importantes en su futuro. También van a trabajar la psicomotricidad gruesa, las destrezas finas, un montón de desarrollos cognitivos, como la memoria, la atención, de planificación, habilidades emocionales…». 

«Es importante fomentar que jueguen al aire libre y que jueguen a lo que ellos quieran, que no estén siempre guiados por un adulto o por una máquina, que dejen volar su imaginación«.

FUENTE: Cuatro.com

Mediaset conmemora el Día del Niño con una campaña de 12 meses

En 2020, los niños estuvieron varias semanas confiados en sus casas. No pudieron salir a la calle hasta el 26 de abril, una fecha en la que por fin salieron a jugar a la calle. Por eso quieren declararlo el Día del Niño. Reivindicar el juego como esencia de la infancia en este Día del Niño es el objetivo de Mediaset España con esta campaña 12 meses.

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“Desde el 1 de abril y hasta el día 26, todos sus canales incluido Boing emitirán un spot creado por 12 Meses en colaboración con la Fundación Crecer Jugando que rinde homenaje al comportamiento ejemplar de los más pequeños durante todo el confinamiento”, reza en un comunicado.

Silvia Álava, psicóloga infantil, señala que se pretende «poner en valor el comportamiento tan ejemplar que tuvieron los niños y las niñas a lo largo del confinamiento».

El derecho a jugar

El derecho a jugar a sus juegos favoritos «porque contribuye muchísimo al desarrollo global del niño. Por ejemplo, a través del juego muchas veces van a expresar aquello que están sintiendo y que no saben ponerlo en palabras».PUBLICIDAD

Y, en un día como hoy, no podían faltar los más grandes: los dinosaurios. El Museo de las Ciencias y otras entidades celebran este Día del Niño con espectáculos y actividades. «Les estamos acercando la cultura, la historia, transformándolo en algo lúdico y divertido», indica Álava.

Todo para que estos niños reciban un gran aplauso en el Día del Niño.

FUENTE: Telecinco.es

Los niños y las niñas piden celebrar su día cuando se cumple un año de su salida a la calle

Redacción Interempresas

El 26 de abril se cumple el primer aniversario de la salida de los niños a la calle, tras 42 días confinados, y entidades culturales y sociales, ayuntamientos, colegios y clubes deportivos se han sumado para celebrar este “Día del Niño y de la Niña” con actividades lúdicas para los más pequeños.

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El 26 de abril se conmemora el Día del Niño y de la Niña.

El 26 de abril representa un hito histórico en el calendario de muchas familias españolas que hace un año vieron por fin cumplidas sus necesidades al permitir que los niños, tras 42 días confinados, pudieran volver a la calle. Y esa es justo la fecha que se ha escogido para celebrar el “Día del Niño y de la Niña” en España, una efeméride que pretende dar voz a los niños y niñas y poner foco en sus necesidades y con motivo de la cual, se organizarán en España multitud de iniciativas impulsadas por entidades culturales, sociales, ayuntamientos, colegios y empresas.

El “Día del Niño y de la Niña” quiere visibilizar el comportamiento ejemplar de las niñas y niños durante esas semanas, así como la importancia de su bienestar, reivindicando el desarrollo de las actividades lúdicas, deportivas y culturales como la esencia de la infancia, dado que a través de ellas descubren el mundo, aprenden sus reglas e impulsan su creatividad desde un entorno estimulante y feliz.

Expertos en la infancia ponen en valor la figura del niño y de la niña

La necesidad de cuidar la salud mental de los más pequeños y fomentar su bienestar, así como su desarrollo en un entorno lúdico y feliz han sido algunas de las principales conclusiones de la mesa de expertos que se ha constituido con el objetivo de reunir las opiniones transversales de expertos en diferentes ámbitos vinculados con la infancia.

Los participantes en esta mesa de expertos han sido: Inma Marín, pedagoga y presidenta de IPA en España; José María Mengual, médico pediatra y coordinador del Grupo de Trabajo (Previnfad); Gonzalo Jover, catedrático de pedagogía y presidente de la Sociedad Española de Pedagogía; Raúl Bermejo, maestro y autor de varios libros sobre educación infantil; Antonio G. Teijeiro, escritor y Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil; María Costa, experta en investigación infantil; Silvia Álava, psicóloga infantil y Carmen Osorio, periodista.

La importancia de la celebración

Todos los expertos han coincidido en afirmar la importancia de la celebración del “Día del Niño y de la Niña”. En concreto, Gonzalo Jover ha afirmado que “es importante porque esta fecha nos recuerda lo que deberían ser todos los días, que los niños nos enseñan a amar la vida”. Silvia Álava, por su lado, ha comentado que “este reconocimiento permite poner en valor la importancia de la infancia en el desarrollo pleno de las personas”. Antonio G. Teijeiro ha comentado que el Día del Niño y de la Niña“permite poner la atención en el entorno afectivo y emocional de los niños, en el cariño y respeto hacia ellos”. Carmen Osorio ha opinado que es “un día para transmitir el mensaje de la importancia de dar voz y visibilidad a los niños y niñas”. Raúl Bermejo, por su lado, ha afirmado que “su deseo es que ese día sea suyo. Ojalá que se logre que algún día hagan suyas las calles”, María Costa ha comentado que “es un día esencial para disfrutar de la importancia del juego, de estar con la familia y de disfrutar del aire libre”, José María Mengual, por su lado, ha señalado que “es importante que los niños perciban y sientan que los adultos estamos con ellos, que queremos darles salud global y atender sus necesidades psíquicas, sociales y emocionales”. Para finalizar, Inma Marín ha concluido que “ojalá que este día de celebración nos recuerde el principio del interés superior de los niños y nos estimule a preservarlo como la mayor de las ilusiones”.

Una efeméride que pretende dar voz a los niños y niñas y poner foco en sus necesidades.

Ayuntamientos de toda España se suman a las celebraciones

Los ayuntamientos de las principales ciudades realizarán acciones especiales, tanto en espacios públicos, como a través de actos en sus sedes consistoriales. En este sentido, el Ayuntamiento de Cádiz iluminará ese día todas las fuentes de la ciudad con el color del sello del “Día del Niño y de la Niña”; el Ayuntamiento de Santander ha organizado un concurso con los colegios para que los niños dibujen la bandera del “Día del Niño y de la Niña”. El diseño ganador se ubicará en la fachada del Consistorio. Además, el Ayuntamiento de Teruel ha planteado una agenda de juegos y actividades en sus calles y se hará una lectura del Manifiesto del “Día del Niño y de la Niña”.

Por otro lado, en el ámbito deportivo, clubes como Fundazioa Athletic Club de Bilbao, Cádiz Club de Fútbol, Villarreal Club de Fútbol, Granada Club de Fútbol y el Club Deportivo Leganés se suman y preparan una agenda de actividades como iluminación de sus estadios con los colores del Día del Niño y de la Niña, visitas de colegios y programas de entrenamientos especiales.

Un reto: el gran aplauso de los niños para los niños y niñas

Los centros educativos también tendrán un papel protagonista el 26 de abril. Se vieron obligados a reinventarse y retransmitir las clases por vía digital y los padres y la sociedad en general fueron consciente del papel primordial que las escuelas desempeñan en la vida de los niños. Por eso, multitud de colegios de distintas ciudades se han sumado al reto del aplauso y, tal como se hacía desde los balcones a los sanitarios, iniciarán su jornada con un gran aplauso a las 9.00 horas para rendir homenaje a todos los niños y niñas. Además, han incluido, en el programa de clases, talleres como agenda especial del día.

El rol de los colegios en la vida de los niños es tal que, según la investigación desarrollada por el Instituto Tecnológico del Juguete – AIJU, sobre más de 1.000 niños para preguntarles ¿Cómo querían que fuese su día? Casi un 60% señala que le gustaría celebrarlo en el cole, pero sin clases.

Impulsado por empresas y comercios

Por último, empresas y comercios han impulsado acciones y campañas especiales, incluidos descuentos, con motivo de este día en sus tiendas para dar visibilidad a esta iniciativa.

Teatros, grupos musicales y demás espectáculos y eventos dirigidos al público infantil también se han adherido y preparan sesiones especiales, incluso felicitaciones para los más pequeños. También las plantas de pediatría de los hospitales y las ONG y entidades benéficas se suman a esta iniciativa con diferentes propuestas para que todos los niños puedan celebrar su Día.

FUENTE: interempresas.net

«¿Pero qué te pasa?». El error de preguntar en plena rabieta

Por Laura Peraita

Muchos padres esperan una explicación cuando deberían ser ellos los que aclaren a sus pequeños la razón por la que están actuando así

Silvia Álavadoctora en Psicología y autora de «Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron», considera que es habitual que los padres se preocupen por las necesidades fisiológicas de sus hijos, pero no tanto de las emocionales. «Es verdad que lo primero de todo es que estén bien atendidos en su alimentación, pero la pandemia ha dejado patente que la salud mental en la infancia también es muy importante». Y lo es, según explica, porque todo lo que ocurre en la primera etapa de la vida determina el desarrollo del niño y su forma de ser en la vida adulta, en sus relaciones de pareja, con sus futuros hijos, el entorno…

«La cuestión es que las necesidades emocionales de los niños no están cubiertas. No tiene capacidad de manejarlas y necesitan que un adulto de referencia (ya sea padres o docentes) les atienda en para entender qué les pasa en ciertos momentos cuando están enfadados, tristes…, y así poder actuar en consecuencia con una respuesta adecuada».

Esperar

Sin embargo, lo habitual es que, por ejemplo, cuando un niño tiene una rabieta, los padres le pregunten «¿qué te pasa?», cuando, en realidad deberían ser los padres los que le explicaran al pequeño lo que le ocurre para que pueda entenderlo. «En este caso, es mejor esperar a que la rabieta haya pasado para que los adultos expliquen al menor las razones de su sentimiento de rabia para que sepan qué es, porqué se siente así y qué pueden hacer para gestionarla con el objetivo de que la próxima vez, ante una situación parecida, no esté desconcertado, no sufra y sepa salir airoso. El problema, no obstante —matiza esta experta— es que en muchas ocasiones, son los padres los que no tienen herramientas para saber argumentar a sus hijos lo que les ha ocurrido».

Calmar la situación

Si es así, Álava recomienda que en pleno enfado se intente pensar en otra cosa para calmar la situación. También aconseja respirar y relajarse y no reprochar nada en el momento. Una vez que hay una vuelta a la tranquilidad, lo mejor es reflexionar juntos qué ha pasado y los motivos que han llevado al pequeño a reaccionar de esa manera tan desmesurada. Para los que tengan dudas sobre cómo manejar estas emociones con los hijos, esta psicóloga les invita a que lean libros sobre tema siempre que tengan evidencia científica, «y que no se dejen llevar por lo que le ha ido bien a una vecina. También pueden acudir a profesionales de la salud mental para aclarar sus ideas y conocer los pasos a seguir. No hay duda de que la pandemia nos ha ayudado a que los padres sean conscientes de las necesidades emocionales de sus hijos y a darse cuenta de su fragilidad y vulnerabilidad. Es un primer paso para tomarse en serio este asunto que tanto influirá en su bienestar emocional futuro».

FUENTE: Diario ABC

‘Caca-culo-pedo-pis’ o por qué en la infancia nos obsesiona lo escatológico

Colaboración con elDiario.es

Cuando niños y niñas descubren estas palabras mágicas entran en juego muchos factores, como el control de esfínteres, el descubrimiento de su cuerpo y el desarrollo del sentido del humor.

Por Patricia Gea @patriciageaa

Laura le pregunta a su hijo Javier de cinco años qué quiere hoy para comer, y él responde que ‘¡caca!’, y suelta una carcajada. ‘¡Caca, caca, caca, caca…!’. Lo repite una docena de veces a todo volumen mientras se ríe. Es evidente que Javier no quiere comer caca. Simplemente atraviesa esa etapa, entre los dos y los cinco años, en la que está descubriendo poco a poco su cuerpo, lo que sucede dentro de él, aprendiendo a controlar sus esfínteres y a la vez a socializar haciendo bromas con sus iguales. Todos eso agitado en sus pequeños cerebros como en una coctelera desata una obsesión por la escatología, los culos, los pedos, las cacas y el pis, que a los adultos a veces nos hace gracia y otras nos sonroja o nos hace llevarnos las manos a la cabeza o corregirles. ¿Por qué a ellos les hace tanta gracia? ¿Por qué repiten esas cuatro palabras como un mantra? Tiene su explicación, pero hay que partir de la base de que es algo absolutamente normal que a todos y todas en algún momento nos sucede.

Explosión de vocabulario

«Cuando nuestros hijos descubren las palabras mágicas caca, culo, pedo, pis coinciden un montón de factores», dice Alma Torres, psicóloga especializada en Inteligencia Emocional. «Por un lado hay una explosión del vocabulario y estos términos vienen a añadirse a su repertorio». Son palabras fáciles, de sonoridad graciosa y que irrumpen en su día a día cuando están viviendo un momento tan importante para ellos como es la retirada del pañal. «Es una manera de conocer su cuerpo, incluyendo sus secreciones». La infancia es la etapa del inicio del descubrimiento y la exploración de uno mismo.

Autoconocimiento

Comienzan los niños y las niñas a tomar conciencia de sus genitales, cómo se llaman, para qué sirven, y a utilizar el baño para hacer pis o caca, por lo que su obsesión por la escatología «tiene mucho que ver con ese control de esfínteres, del que por primera vez son conscientes», explica Silvia Álava, doctora en psicología y autora del libro ‘Queremos hijos felices’. Julio Escudero, psicólogo general sanitario en Idealoga, lo compara con lo que sucede en la adolescencia con la sexualidad. «En la cabeza del adolescente están en todo momento el sexo y sus relaciones afectivas porque lo está descubriendo, es novedoso, llama su atención».

El padre del inconsciente, Sigmund Freud, otro apasionado de la escatología, ya puso el nombre de ‘Fase anal’ a esta etapa entre los dos y los cinco años en su elaboración de la teoría del desarrollo psicosexual. Y ya hablaba entonces de la importancia del control de esfínteres: «Cuando la habilidad de controlar el esfínter madura, la atención del niño o la niña pasa de la zona oral a la anal». Por eso Javier le habla a su madre de caca sin parar, porque está siendo consciente de una nueva función de su cuerpo. Y además le hace muchísima gracia porque seguramente el culo, la caca, el pis, y los pedos sean también las primeras bromas que intercambia con sus compañeros, otros niños y niñas que también se parten de risa con esas palabras que a los adultos les ponen de los nervios.

‘No digas esas cosas’

Puede que al niño le dé por decir en una consulta con el pediatra que en casa come caca, o que sorprenda en una comida familiar con una rima escatológica: ‘La tía Paca tiene cara de vaca y come caca’, y alguien intervenga para mandarle callar y advertirle con una pequeña regañina de que «no se dicen esas cosas». Pero el propósito de disuadirlos de hacer comentarios escatológicos puede resultar contraproducente. Esa bronca también es un refuerzo y lo que entienden, expone Álava, es que «cuando ellos dicen eso, pasa algo, obtienen una respuesta, un adulto se ríe, otro se harta, consiguen una atención extra y esa conducta se ve reforzada».

Torres coincide en que hay un componente de reclamo de atención. «A ellos no les importa si en sentido positivo o negativo. Cada vez que vienen con la cantinela, todos, pequeños y mayores, nos giramos, les miramos y les decimos algo». La mejor manera de quitarles la manía con esas expresiones está en la extinción, el no refuerzo, no darles valor.

Etapa con principio y final

Pero ni siquiera es necesario emprender una cruzada contra estas palabras porque son algo completamente normal, dentro una etapa con principio y fin. Álava aclara que «de todas formas, podemos explicarles que por normas de educación no podemos decir eso siempre que queramos». Cualquier cosa menos cabrearnos y dar discursos que la psicóloga advierte de que son inútiles. «Ellos piensan: di lo que quieras, a mí me va genial porque consigo atención y además me parto de risa». Torres cuenta que en esta etapa también tienden a diferenciarse mucho de los adultos, y que el hecho de erizarnos les anima a reírse más. Es decir, que si nos reímos con ellos les quitamos parte de la gracia, así que disfrutan más cuando nos enfadamos. Aquí entra en la ecuación otro factor clave en el desarrollo del niño o la niña a esta edad: está naciendo su sentido del humor.

Sus primeros pasos en el humor

En 2012 se realizó en la Universidad de Cardiff una conferencia sobre psicología del desarrollo en la que se trató, entre otros temas, el humor infantil. Una de las ponentes, la psicóloga Meredith Gattis, presentó una investigación sobre «Humor como campo de prueba para la comprensión de las referencias por parte de los niños», de la que se desprendía la conclusión de que la edad crítica para entender el humor, y comprender cuando uno hace algo equivocado o sorpresivo con la intención de hacer reír, se alcanza a los dos años. Después va pasando por diferentes etapas, señala Torres, y entre los dos y cinco años el humor escatológico es el rey.

«Es habitual, por ejemplo, que canten y modifiquen una canción para introducir palabras como caca, culo o pis», dice Escudero, y que se inventen fórmulas como ésta para socializar con sus iguales y sentirse parte del grupo. «Antes, a los uno o dos años, son más autónomos y buscan el juego libre y simbólico. Pero cuando entran en contacto con otros niños y niñas, se reúnen y se empiezan a relacionar, la necesidad de hacer reír nace de la necesidad de obtener el refuerzo social». Por otra parte, apunta Torres, el humor nos ayuda a enfrentarnos a lo que nos asusta, nos disgusta o nos produce asco, tanto a niños como a adultos. «Es una forma de gestionar emociones desagradables».

Recuerda Escudero, que además de psicólogo es monitor de tiempo libre, que en los campamentos de la etapa infantil escuchan a menudo una canción del grupo ‘Yo soy ratón’ que apasiona a los niños y niñas porque en la letra dice «me estoy haciendo caca, una veces sale dura y otras veces sale blanda», y les hace reír a carcajadas. Hay recursos como este, musicales, y también en la literatura con los que aprovechar la obsesión escatológica y hacer a los niños reír mientras aprenden sobre su propia anatomía. «También pueden aprender de sus excrementos, ¿por qué no?», anima Torres.

Cuentos y libros para dejar el pañal

Lola Cabrillana, maestra de infantil, recomienda algunos libros y cuentos con los que trabaja en clase y que, dice, les encantan. ‘El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza’ cuenta la historia de un topo que un día amanece con una caca en su cabeza y va preguntando a diferentes animales quién ha sido, relata Cabrillana. En ‘El libro de la caca’, su autora, Pernilla Stalfelt, hace rimas como esta con los excrementos para normalizarlos: «es algo bien común hacer de vientre, porque es normal que salga todo lo que entre». Y otras para enseñar qué se puede hacer con ellos: «La vaca el campo abona con boñigas, que hacen brotar hierbajos y ortigas».

‘Dani y el misterio del pañal’

La psicóloga Silvia Álava propone un libro de la colección Crecicuentos, ‘Dani y el misterio del pañal’, escrito por compañeros de profesión que se propusieron «normalizar el uso del váter, y explicar a los niños cómo es el proceso de tirar de la cadena, hacer pis y caca en la intimidad del baño…». Para los que empiezan a usar el orinal existen otro títulos editados por SM como ‘Perrito tiene mucha prisa’ o ‘Adiós Pañal’. La editorial Cubilete ha publicado ‘Caca de dinosaurio’, un cuento interactivo que contiene un álbum con solapas, y en Blakie Books podemos encontrar un clásico de la literatura infantil escatológica, ‘Todos hacemos caca’, del autor japonés Taro Gomi, que consiguió vender un millón de ejemplares de este libro sobre la caca.

‘La caca mágica’

En formato cómic, ‘La caca mágica’, de Mamut Cómics goza de buena acogida entre el público infantil y, por último, para hablar de culos, del descubrimiento del cuerpo y salir de la normatividad, Gato Sueco recrea en ‘3,2,1… ¡Culos al sol!’ una historia familiar en una playa nudista. «Hay infinidad de cuentos y libros que hablan de esto y cualquier de ellos a los niños les va a hacer disfrutar muchísimo», concluye Álava. Torres aprovecha para invitar a los padres y madres a quitarse la vergüenza y normalizar el humor escatológico de sus hijos. «Es común a todos los humanos, nos parece algo divertido en sí mismo».

FUENTE: ElDiario.es

¿Qué es la mentalidad de crecimiento y cómo potenciarla?

Os adjunto esta colaboración con la revista Padres y Colegios donde presentamos la importancia de transmitir «mentalidad de crecimiento» a nuestros hijos y alumnos:

Hablamos de Ventilación Emocional para 12 Causas Mediaset

La ventilación emocional

Es una técnica muy útil para ayudar a entender a los más peques lo que están sintiendo ante determinadas situaciones, poniéndole nombre a la emoción e identificando la causa. En este vídeo os hablamos de ello de la mano de 12 Causas Mediaset y la Fundación Crecer

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Celebramos hoy el #DíaDelNiño con este #Vídeo ¿Cómo validar emociones con los niños?

Somos humanos y tenemos emociones. ¿Cómo validar emociones con los niños?

Sentimos, y en ocasiones es difícil manejar nuestras emociones.

Las emociones están presentes en todas las esferas de nuestra vida, por mucho que nos esforcemos en no demostrar lo que sentimos, es imposible, están ahí, y son buenas porque nos dan información de lo que nos sucede, por eso hay que aprender a identificarlas, escucharlas comprenderlas y para por último regularlas. Y eso es algo es necesario que nos enseñen a hacer.

Los psicólogos insistimos mucho que hay que validar las emociones de los niños. Es un tema complicado porque genera muchas dudas de como hacerlo y en ocasiones no lo hacemos bien.

  • Emoción es lo que sentimos
  • Conducta es lo hacemos
  • Pensamientos en los que pensamos

Y en ocasiones en lugar de validar las emociones nos equivocamos y validamos las conductas.

Por ejemplo, mi hijo o mi hija puede estar enfadado, porque no quería recoger los juguetes y por eso chilla que no lo va a recoger y los tira. O está enfadado con su hermana y la pega. Como adultos debemos validar la emoción, decirles entiendo que estás enfado, pero nunca podremos validar la conducta de agresión. ¿Cómo lo hacemos?

Le diremos entiendo que lo que te pasa es que estás enfadado, probablemente sea porque no querías recoger los juguetes y querías seguir jugando, pero estar enfadado no significa que podamos pegar o gritar o hacer daño a los demás.

Emoción es lo que siento y conducta es lo que hago.

Con los niños se puede hablar y razonar y es bueno que trabajemos la inteligencia emocional para que sepan que es lo sienten, porque, y aprendan a expresarlo de la forma correcta. No obstante, es necesario elegir muy bien el momento y que no sea en medio de un estallido emocional. Mejor cuando ya ha pasado.

Otra cosa que nos puede ayudar es avisarles de lo que va a ocurrir. Por ejemplo, que se te lo estás pasando muy bien jugando o viendo la televisión, youtube… pero en 5 minutos tenemos que recoger para ducharnos, cenar… te aviso que en 5 minutos vuelvo para que recojamos y así ya lo sabes. Le damos la oportunidad de cerrar el juego y de prepararse.

Es importante ir, agacharnos, que nos mire a los ojos y cerciorarnos que nos ha entendido porque a veces lanzamos las órdenes desde la cocina, según vamos andando por la casa y ni nos escucharon.

Se trata de aprender a validar las emociones para que estén presentes en nuestro día a día.