¿Cómo superar la soledad en estos días especiales?

Es importante aceptar nuestras emociones y entender que podemos estar tristes en algunos momentos, pero eso no implica que podamos hacer algo especial por nosotros mismos. Es importante abrirnos, porque hay mucha gente que se encuentra en nuestra misma situación, de manera que podemos incluso amistades que permanecían un poco en el olvido y que pueden estar viviendo lo mismo que nosotros. Debemos dejar de compararnos con los demás.

Es muy duro enfrentarse a esas primeras fechas de «silla vacía» pero puede ser una oportunidad para recordar desde el agradecimiento.

Atención también a los que se sienten solos aún rodeados de una multitud…

«La soledad del ermitaño espanta, pero más espanta todavía, la soledad de dos en compañía»

En ciertos casos es importante negociar los comentos de convivencia, para no forzar situaciones no deseadas. Seamos flexibles:

  • No neguemos nuestras emociones.
  • Nadie tiene que decirnos cómo pasar nuestras Navidades.
  • Disfrutemos a nuestra manera.

¿Es más rico quien más tiene o quien menos necesita? hablamos sobre el consumismo

Valorar lo que tenemos en vez de anhelar continuamente lo que nos falta, puede ser uno de los grandes secretos de la felicidad.

¿Y qué me decís de aquellas cosas inmateriales? amigos, familia, gente con la sentimos un vínculo especial… Así que ¿por qué sucumbimos a esta fiebre consumista?

¿Estamos frustrados continuamente por no llegar a todo lo que creemos necesitar?

La clave puede estar en la «compra consciente», y el peligro por su parte en el impulso de la inmediatez…

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Cuando el director de un centro está solo ante el peligro

“Los directores también necesitamos apoyo, ayuda y sostén de las administraciones públicas, formación específica, así como trabajar en equipo con colegas de otras instituciones”, afirma Anabel Valera, directora ejecutiva en España de la Red de Directivos de Instituciones Educativas (REDIE), quien advierte de la soledad que no pocas veces le acompaña en su tarea (el verbo parece contradictorio en sí mismo).

El suicidio en 2022 de Ruth Perry, directora de la escuela primaria de Caversham, en la localidad inglesa de Reading (Berkshire), ha vuelto a la actualidad, tras conocerse este mes de diciembre el informe forense final, entre cuyas conclusiones se señala al “deterioro significativo” que sufrió su salud mental tras una inspección educativa que calificó de “inadecuado” el centro bajo su responsabilidad.

Su caso abrió en su momento un debate sobre los procedimientos y modos de la inspección educativa, hasta el punto de observar la idoneidad de formar a los inspectores en aspectos no exclusivamente técnicos. Lo que la forense ha descrito como una “ausencia casi total” de capacitación de los inspectores para tratar con signos de angustia, al menos lo que pudo haber ocurrido en aquel caso. El objetivo ahora es prever, y evitar, casos similares.

Valera recuerda que “liderar bajo presión no es tarea sencilla”, entre otras razones porque “los retos a los que nos enfrentamos los directivos escolares son múltiples y salpican de forma diaria nuestra labor”.

Porque, como apunta, “si ya de por sí la gestión de personas es compleja, y aún más en el caso de las escuelas en las que trabajamos con menores y sus familias, aspectos como los cambios sociales, los vaivenes legislativos que afectan tan directamente a la educación, la irrupción de la IA, las nuevas tecnologías, el cambio en la forma de aprender de los alumnos, cuyos tiempos de atención mantenida se han reducido… etcétera, suponen para el ‘capitán del barco’ del colegio, el director, un reto muy considerable”.

Apoyo, ayuda, formación…

En el análisis que hace para ÉXITO EDUCATIVO, Valera subraya que los directores también “necesitan apoyo, ayuda y sostén de las administraciones públicas, formación específica, así como trabajar en equipo con colegas de otras instituciones”.

No desencaminado va en este contexto José Ignacio Jiménez, profesor del Máster de Dirección y Gestión de Centros Educativos de la UDIMA y con una amplia experiencia como director de colegio para quien “conjugar las obligaciones, los intereses y las distintas situaciones personales introduce una tensión que, en ocasiones, es difícil de sobrellevar”.

Con todo, Jiménez, en declaraciones a ÉXITO EDUCATIVO, ve el vaso medio lleno y afirma que “todas las situaciones difíciles pueden ser convertidas en elementos impulsores que mejoren la labor directiva”. “Lo mejor, sin duda”, subraya, “es buscar qué es lo que más ayuda a nuestros alumnos y alumnas cuando las situaciones se pongan complicadas”.

En este sentido, en su opinión, “buscar el sentido de una decisión administrativa, tender puentes de comunicación con las familias o procurar un buen ambiente familiar mejorará la efectividad de la práctica docente de nuestro colegio”.

Doble carga psicológica para los directivos

Silvia Álava, doctora en Psicología Clínica y de la Salud, psicóloga educativa y miembro del Consejo Editorial de ÉXITO EDUCATIVO, pone el acento en que, dentro de la comunidad educativa, el director es, por encima de todos los demás agentes, incluidos los docentes, el que enfrenta “situaciones estresantes muchísimo más altas”.

¿Por qué ocurre esto?, se pregunta esta especialista. La respuesta es, piensa, bien sencilla: Todo está en su doble carga, la de docente, que lo suele ser, y todo lo que eso conlleva, y la de ser “un poco responsable emocional de los alumnos, junto con la carga de cuidar a sus equipos y al resto de los profesores, de escuchar a todos”.

A todo eso hay que sumar las familias de los alumnos, donde las hay que entienden muy bien que hay que trabajar como un equipo y en la misma dirección, pero otras “que parece que lo que tenemos que hacer los directivos es hacer más, y esta es una presión que, muchas veces, es muy complicada de gestionar, y que, en no pocas ocasiones, los directores se enfrentan sin haber tenido ningún tipo de formación específica”. Todo eso, agrega, “por no hablar de la ingente carga administrativa que conlleva la tarea de director”, avisa en declaraciones a ÉXITO EDUCATIVO.

“¿Todo eso podría explicar lo que está ocurriendo?”

Como el dramático caso de la directora inglesa de Primaria. Álava señala que “no nos tenemos que quedar solamente con la explicación, sino con lanzar esa llamada de auxilio de que hay que hacer algo para cuidar la salud mental de los docentes y algo también para cuidar específicamente a los directores, porque los directores tienen a su vez la labor, no solamente de cuidar a los alumnos, sino también de cuidar al equipo”.

Álava, también recuerda que los datos del I Estudio Nacional sobre el Estado de Ánimo de los Docentes en España ya alertaba del alto porcentaje de profesores con síntomas de depresión y que en este mismo estudio impulsado por ÉXITO EDUCATIVO, Educar es Todo y la UDIMA, la labor de los equipos directivos era fundamental para el bienestar de los docentes. Cabe entonces preguntarse ¿Quién cuida entonces a quienes deben cuidar a los demás?.

FUENTE: exitoeducativo.net

¿Cómo disfrutar de las comidas y cenas de Navidad sin acabar discutiendo con la familia?

Estos días las agendas están llenas de celebraciones, comidas de empresa, cenas familiares, reencuentros con personas que hacía mucho tiempo que no veíamos… una oportunidad para disfrutar de la compañía o un peligro para que viejas rencillas salgan a la luz de nuevo…

¿Cómo podemos evitar esas situaciones incómodas? ¿Qué consejos podemos poner en práctica?

No te pierdas este nuevo podcast del espacio #pazmental

H&S pone en marcha la nueva campaña #StopBullying

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Estas son las razones por las que cometer errores y fracasar puede ser muy beneficioso para los niños.

¿Por qué los errores SÍ pueden ser benéficos para los niños?

Alguna vez te has preguntado ¿por qué los errores SÍ pueden ser benéficos para los niños? ¿Suena contradictorio? Realmente no lo es, porque de los errores se aprende y aquí te lo diremos más a detalle, ya que no siempre fracasar es sinónimo de derrota o de dejarse caer, ¡al contrario! Es la oportunidad perfecta para salir victorioso, esforzarse y hacer las cosas mucho mejor. ¿Quieres saber más?

Por qué cometer errores y fracasar SÍ ayuda a los niños a ser mejores

¿Por qué solemos esconder nuestros errores? Es una pregunta muy común que todos nos hemos hecho alguna vez y esto es porque tenemos el error asociado a la idea de fracaso. Parece que cuando una persona se equivoca es que ha fracasado, lo ha hecho mal y sienten que el resto de las personas le van a juzgar para mala. Por eso es bastante habitual que cuando cometemos un error lo primero que hacemos es intentar que las demás personas no se den cuenta.

Casi siempre, como adultos, intentamos esconder de los demás los errores que cometemos de los demás y sin querer esto es lo que les enseñamos a nuestros hijos: a hacer como que ‘no pasó nada’. Justamente ahí estamos mal como papás porque los niños cuando se equivocan lo que buscan es ver cuál es la reacción de sus padres y como muchas veces lo que ven es que los padres les regañan o incluso los llegan a castigar por el error cometido, mejor intentan evitar que se enteren y llegan a usar la mentira como defensa.

Por eso es importante entender que error no es igual que fracaso, sino que el error es una fuente de aprendizaje. Incluso existe el aprendizaje por ensayo y error, y se llama así precisamente por cómo se produce: cuando acertamos intentamos reproducir esas conductas que hemos hecho para conseguir el éxito y las que hemos errado y que no conllevan el éxito son las que dejamos de hacer.

Para que este aprendizaje por ensayo y error sea efectivo es fundamental dejar que los niños se equivoquen y analicen sus errores, no hay que demoniza esos errores, no hacer énfasis en que han errado, porque entonces volvemos al primer punto: en lugar de corregir el error, ellos creerán que la estrategia correcta es esconderlos y hacer de cuenta que no ha sucedido nada. Y eso NO es lo correcto.

¿Debemos dejar que nuestros hijos se equivoquen para que así aprendan?

¡Por supuesto! Hay que dejar que los niños, que las niñas, que los adolescentes e incluso los adultos nos equivoquemos porque es una forma de aprender. Tan así es una manera de aprender que como curiosidad el 13 de octubre se celebra en Finlandia el Día Nacional del Fracaso y lo que hacen allá es que invitan a grandes directivos de empresa, seres tremendamente exitosos a los colegios y universidades no para contar su éxito, sino para contar los errores que han cometido y qué hicieron para solventarlos. Increíble, ¿no?

Todo esto se trata de visualizar que detrás del éxito no hay una carrera en la que todo sale bien, sino que muchas veces nos equivocamos y qué hacemos para aprender de los errores. Hay una frase muy bonita de Michael Jordan, él decía: ‘He fallado más de 9 mil tiros en mi carrera, he perdido casi 300 partidos, 26 veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el partido y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y es por eso que tengo éxito: porque he analizado los errores y por eso me ha permitido el éxito‘.

¡Qué palabras tan poderosas! De eso se trata precisamente: de enseñar a los niños que cometer errores y fracasar SÍ les ayuda a ser mejores. En caso de error hay tres pasos que vamos a seguir:

  1. No demonizar el error. Parece que cuando alguien se equivoca no hay nada más que hacer, un ‘ya está, ya te equivocaste y no hay marcha a atrás’. Por ejemplo, ‘es terrible rehacer los deberes‘, ‘cómo váis a corregir una redacción?’, ‘¡qué de tiempo vamos a perder en rehacer la cama si está mal hecha!’. Así es como demonizamos el error cuando los niños se equivocan: parece que han hecho algo imperdonable. Así que nunca lo hagas, hay que relativizar y permitirnos fallar
  2. Asumir nuestros errores. Como adultos no tenemos que ocultar nuestros errores, todos los humanos nos hemos equivocado no una ni dos veces ¡incluso mil veces!, y por eso es importante entender que el error es una fuente de aprendizaje, al asumirlo es reconocerlo y trabajarlo. Si yo oculto un error, por mínimo que sea, para que nadie se entere, entonces no estoy aprendiendo nada de ello.
  3. Aprender del error. Cuando nos equivocamos hay que analizar muy bien en qué hemos fallado porque el objetivo es buscar cómo arreglarlo y cómo aprender de esa situación. Los primeros que lo debemos hacer somos nosotros los adultos y solo así podremos enseñar a los niños a hacer lo mismo, a ser críticos con la secuencia de acciones que se han llevado a cabo y hacerlo de manera distinta para conseguir un resultado que sea mucho más exitoso.

Tips para ayudar a nuestros hijos a aprender de sus propios errores

Lo principal es la actitud con la que nos enfrentemos a ese error. Y digo enfrentemos porque es un trabajo propio del adulto, ya que si nosotros lo hacemos desde la regañina, desde decirle frases como ‘lo hiciste mal, te tengo que regañar’ hay que saber que del mal tono y las malas palabras hacia los niños no vamos a aprender, sino que será todo lo contrario,

Para aprender hay que hacerlo desde otro tipo de emociones, por ejemplo desde la calma, desde la serenidad y desde la curiosidad. Justamente esta es otra de las emociones que más fomenta el aprendizaje: la curiosidad, ya que pueden volverse unos detectives. ¿Qué te parece decirle a tu hijo ‘vamos a buscar exactamente dónde estuvo el fallo para no volverlo a cometer’? Esta estrategia te funcionará muy bien.

Hago énfasis en la actitud con la que nosotros como adultos les enseñaremos a buscar dónde está ese error y a ver cómo analizarlo de forma completamente diferente. ¿Por qué insisto en el tema de la actitud? Porque de esta depende mucho la manera con que estaremos trabajando la solución de problemas y el aprendizaje de los errores con los niños.

Con ellos siempre hay que hablar desde la calma, desde la serenidad y fomentando su curiosidad. El querer hacerlo bien como padres para aprender de los errores no se trata de fustigar, no se trata de regañar ni de castigar, sino de ver y analizar dónde está el fallo para la próxima vez no cometerlo. Y lógicamente eso se hace mucho mejor desde la calma y las ganas de hacerlo bien en el futuro.

Puedes leer más artículos similares a ¿Por qué los errores SÍ pueden ser benéficos para los niños?, en la categoría de Aprendizaje en Guiainfantil.com.

¿Cómo hacer frente al cansancio y la fatiga mental?

Cuando llega el final de año nuestras fuerzas van flaqueando y las Navidades suponen una vuelta más de tuercas.

Estamos sobrecargando “la maquinaria”, queremos llegar a todo y luego llega el fin de semana y queremos disfrutarlo a tope… con lo que no descansamos en ningún momento…

Las pantallas y la multitarea nos quitan mucha fuerza y mucha capacidad de concentración.

¿Cómo recargar pilas?

  • Aprender a vivir el presente y disfrutar el momento.
  • Ir apuntando las cosas en una agenda para poder liberar la mente.
  • Aprender a decir que “no”
  • Un poco de desconexión digital.
  • Haciendo descansos, ya que nuestra atención es limitada
  • Durmiendo lo suficiente…

La importancia de trabajar las emociones con los niños

Las psicólogas Silvia Álava Sordo y Ruth Castillo Gualda publican ‘Inteligencia emocional en familia’, un libro donde hablan de la inteligencia emocional y la educación socioemocional y ofrecen herramientas a los padres y educadores para que sepan entender lo que sienten sus hijos.

Publicado por Ana M. Longo

Las emociones son respuestas involuntarias a estímulos y forman parte de nosotros. Los padres queremos que nuestros hijos sufran lo menos posible, pero las emociones desagradables también están.

Hablamos con las autoras del manual ‘Inteligencia emocional en familia’ (Editorial Síntesis, 2023)Silvia Álava Sordo y Ruth Castillo Gualda, quienes afirman que no hay que tratar de ser unos padres perfectos, sino mediante el ejemplo, mostrar que también se poseen las estrategias para manejar todas las emociones.

4 habilidades

La inteligencia emocional como apunta Silvia Álava Sordo, doctora en Psicología clínica y de la salud, profesora de universidad y divulgadora científica, está compuesta por cuatro habilidades desde el modelo de Mayer y Salovey (psicólogos norteamericanos, que, en 1990, desarrollan la Teoría de la Inteligencia Emocional) que siguen en su obra:

  • La primera es la de la percepción emocional, esto es, ser capaz de reconocer las emociones, primero en uno mismo -y expresarlas adecuadamente- y también, reconocer las que sienten quienes te rodean.
  • La segunda es la facilitación emocional: Somos conscientes de que no hay emociones buenas ni malas, sino que todas son buenas porque nos dan información que aprendemos a leer y que constata que algo sucede.
  • La tercera es la comprensión emocional, es decir, entendemos la causa y la consecuencia de una emoción y también lo descubrimos en los demás. Además, disponemos de un vocabulario para exponer cómo nos estamos sintiendo.
  • La cuarta es la regulación/manejo emocional: Cuando somos conscientes de la emoción, en lugar de actuar en automático, diciendo o haciendo algo de lo que puede que nos arrepintamos o quedándonos colapsados, de forma consciente elegimos cómo vamos a actuar; también implica regular las emociones de los demás, ayudarlos.

Como refiere la psicóloga sanitaria y educativa,

Existe suficiente evidencia científica acerca de la importancia de trabajar la educación emocional en los niños.

Si como progenitores pretendemos evitar constantemente el dolor o la tristeza a nuestros hijos, la escritora destaca que no se les ejercitará en una óptima educación emocional: “No les permitiremos experimentar las emociones menos placenteras ni que aprendan a convivir con ellas; tampoco les proveeremos de las estrategias más acertadas para regularlas”. Y añade que es crucial hacerlo para prevenir determinados trastornos emocionales, como la ansiedad y el estrés.

Ayudar al niño a regularse emocionalmente

Ruth Castillo Gualda, doctora en Psicología, experta en educación emocional, profesora y consultora del Yale Center for Emotional Intelligence, relata que: “La educación socioemocional es un proceso de acompañamiento por parte del adulto, desde el ámbito familiar o educativo, para favorecer las habilidades de reconocimiento, comprensión, expresión y regulación de las emociones”.

Puntos importantes en la educación emocional en una familia

A modo de conclusión, las autoras señalan los siguientes puntos a tener en cuenta las familias en la educación con sus hijos:

  • Educar en inteligencia emocional, pero primero como adultos sería necesario haber aprendido a identificar y regular las propias emociones.
  • Los niños necesitan que sus padres o profesores hagan una labor de corregulación. Al adulto desde la calma le resultará más fácil ayudar al hijo a regularse. Hay que recordar que el cerebro de niños y adolescentes está en un proceso madurativo; la parte que regula y maneja las emociones no termina de madurar hasta los 25 años.
  • Los adultos hemos de estar receptivos y presentes y generar un clima de confianza, un espacio seguro y respetar lo que dicen. Hablar de emociones no es de débiles.
  • Aceptar consiste en no rebelarse contra aquello que experimentamos. Hay que poner el foco en lo que depende de nosotros y en los aspectos que sí podemos controlar de nosotros mismos o de la situación.
  • Para favorecer la comprensión emocional, con el vocabulario emocional favoreceremos en nuestros hijos su autoconocimiento, su conversación interna y su capacidad para empatizar y captar las emociones de los demás.

FUENTE: SERPADRES.ES

El Dilema del teléfono móvil: ¿Prohibir o Educar? con Malas Madres y Sonia López

¿Prohibir el uso del móvil sí o no? Esa es la cuestión.

El debate entre las familias está presente y la pregunta necesaria es “¿llegamos tarde para el establecimiento de límites y normas para un uso más saludable de las pantallas?

En torno a los 12 años reciben su primer móvil nuestros hijos e hijas, un móvil que llega con la entrada al instituto, muchos adolescentes van y vienen solas y solos a casa y es una manera de estar en contacto con ellas y ellos. Pero, ¿lo estamos haciendo bien?

Para debatir sobre este tema hemos invitado a la psicóloga Silvia Álava y la experta en adolescencia Sonia López.

Así influyen los muñecos inclusivos en los niños: «Es muy importante que vean juguetes que representen la diversidad»

A las puertas de la Navidad, la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes ha entregado su particular premio a los mejores juguetes del año. Pero no lo han hecho en base a los más vendidos, sino que han premiado valores como la igualdad o la sostenibilidad. Y uno de los galardonados ha sido la Barbie Frashionista Síndrome de Down. Ha recibido el premio al Mejor Juguete para cambiar el mundo este 2023.

Silvia Álava, psicóloga infantil, ha hablado con Antena 3 Noticias sobre la forma en la que los muñecos inclusivos ayudan en un niño a entender la pluralidad en el mundo. Ella ha formado parte del jurado que ha entregado el premio a la Barbie síndrome de Down, que fue lanzada en abril de este mismo año.

«Es muy importante que los niños y las niñas, cuando elijan un juguete, vean juguetes que representen totalmente la diversidad y que representen que a todas las personas», explica Álava.

Jugar con muñecos inclusivos, una forma de entender el mundo

Mattel informaba a través de un comunicado que esta Barbie tiene una cara más redonda, con ojos almendrados y un puente nasal plano. No es la primera vez que lanzan al mercado una muñeca inclusiva. En 2019, ya crearon dos modelos que tuvieron bastante impacto. Fueron una Barbie en silla de ruedas y otro con una pierna protésica. ¿Qué efectos tienen estas muñecas inclusivas en el niño o niña que juega con ellas?

Según la psicóloga educativa, «cuando un niño está jugando, también está aprendiendo». Silvia Álava asegura que «las muñecas casi todas tenían siempre el mismo fenotipo pues eran rubias, de ojitos claros«. «¿Qué es lo que pasa con todas las personas que no están incluidas?», cuestiona. «Pues que los niños no se están dando cuenta de que otra diversidad es posible», continúa.

A través de estos juguetes inclusivos, el niño o niña aprende «desde procesos que pueden ser más generales a más cognitivos«. Activa la memoria, los procesos de atención, el razonamiento lógico y abstracto. Pero donde más incide es en el apartado socio-emocional. Álava explica que aprende a manejar «todas las habilidades de inteligencia emocional que se están fomentando a través del juego».

«No somos conscientes de todos los beneficios que tiene el juego», comenta.

El juego como representación de lo que viven los niños a diario

Un simple muñeco puede hacer que un niño o niña aprenda a tolerar y respetar al de al lado. Esto es lo que destaca Silvia Álava, que cree que «es importante que tengamos cada vez más muñecas que rompan esos estereotipos y que rompan estas barreras«. Asegura que así entienden otra realidad que «también está presente».

Otro de los aspectos que destaca esta psicóloga infantil es el diálogo. Entender por qué el pequeño juega con sus muñecos de determinada manera, es decir, conocer qué puede haber detrás de que el niño o niña enfrente en una pelea a dos juguetes o que se den besos. «Es muy interesante observar muy bien como juegan», dice.

«Muchas veces encontramos que cuando les preguntas ‘cómo estás’ o ‘qué te pasa’, no son capaces de contárnoslo y sin embargo, cuando nos fijamos en el tipo de diálogo que están haciendo los juguetes, lo que dicen nos puede dar muchas pistas de que es lo que han sentido o lo que les ha podido pasar», cuenta Álava.

Digamos que el juego es la representación de lo que viven en su día a día los más pequeños. Toda la información que están procesando en sus primeros años se integra en sus cabezas. Desarrollan un gran proceso cognitivo recopilando los nuevos conocimientos. «Es una fórmula en la que ellos integran todos esos sucesos que ocurren en su vida cotidiana», señala.

¿Cómo abordar si los Reyes Magos no traen todo lo que piden?

Queda cada vez menos para que los Reyes Magos vengan cargados de regalos. Por eso, Silvia Álava avanza también que hay que tener cuidado cuando un niño o niña pide demasiados juguetes. «Es importante mantener un equilibrio entre la ilusión y la saturación porque si nos encontramos niños que tienen tal cantidad de juguetes, llegaremos a un momento en el que no saben ni tan siquiera qué es a lo que van a jugar», expone la psicóloga.

Además, avanza que con ese equilibrio, el niño se centrará en la diversión. Otra forma de saber cómo jugar en su justa medida es recurriendo a los juegos en familia, que, según la psicóloga, fomentarán «todo tipo de habilidades«. «Así vamos a aprender muchas reglas sociales además de pasar momentos muy divertidos», aconseja.

FUENTE: antena3.com