¿Qué factores hacen que las parejas sean más duraderas?

Hoy día de #SanValentín os cuento ¿Qué ayuda a predecir el éxito de una pareja (según la ciencia)?

#pareja #amor #inteligenciaemocional #consejos #ciencia #divulgación #emociones

Jueves 2 de marzo a las 19h hablamos en directo sobre Salud Mental y Neurociencia en MenteSopia

Nos vemos en el directo sobre SaludMental y Neurociencia de MenteScopia

Con #SoyComoElAire y Benedicto Crespo-Facorro Hospital Universitario Virgen del Rocío IBiS Instituto de Biomedicina de Sevilla Universidad de Sevilla presentado por Filosofers

¡Envía tus preguntas!

Jueves 2 de marzo 19:00

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Scenio tv - Silvia Álava

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Colaboración con LUC LOREN: hablamos sobre trastornos de psicopatía y conducta

Luc Loren se ha puesto en modo “investigadora” y nos trae un especial de Halloween que asegura tenía muchas ganas de hacer:

Seguro que uno de los disfraces estrella en estas fiestas será el del asesino Jeffrey Dahmer. El éxito de la serie de Netflix que narra sus crímenes ha convertido a este caníbal y delincuente sexual en un nuevo mito de terror. Muchos banalizan las atrocidades que cometió y se las toman con humor, para indignación de los familiares de las víctimas. Por eso quiero invitaros a reflexionar, ¿es simplemente una moda o una falta de respeto?

Puede que esto pase porque lo percibimos lejano, los asesinatos de Dahmer se cometieron hace décadas en otro país. ¿Pero qué pasa cuando el psicópata está actuando aquí y ahora? Me refiero a un caso con muchas similitudes que está ocurriendo en España, el del asesino de Grindr. En ambos casos las víctimas son gays y se utilizan drogas para someterlos.

En este vídeo contamos con el testimonio de Alexis, una de las víctimas que sobrevivió al ataque del asesino de Grindr, Nelson, el mayor presunto asesino en serie de gays en España. Alexis nos cuenta su terrible experiencia en la que, a través de la app de citas, le drogaron y robaron en su propia casa.

Además, para la parte más científica, la doctora y escritora Silvia Álava nos hablará de los trastornos de psicopatía y de conducta. ¿Cómo podemos detectarlos? ¿Qué factores influyen para que un psicópata acabe cometiendo un asesinato?

También os contamos cuál es el rasgo común que la neurociencia ha detectado en el cerebro de los serial killers.

Espero que os guste este vídeo tan distinto, como siempre os invito a comentar 😊 🧛

  • Realizacion @sortkatfilms
  • Guión @ibonpereztv
  • Idea creativa @menteagudo
  • Edición @lucloren
  • Entrevistados Silvia Álava y Alexis Mesa

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

Investigaciones critican a esos sistemas, mientras los desarrolladores intentan mitigar los daños. ¿Cómo hallar el equilibrio entre esos avances y las conductas deseables?

Por Uriel Bederman

Igual que ocurre con el martillo, los beneficios de las soluciones digitales estriban en el uso. Edificar o destruir depende de cómo se emplee la herramienta. Esta lógica también corre para los asistentes virtuales incluidos en muchos dispositivos: informan, ayudan y entretienen, pero también podrían maleducar.

Un informe reciente criticó a esos sistemas con crudeza. Un estudio realizado por Investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y publicado en la revista Archives of Disease in Childhood señaló que los asistentes de voz impactan en forma negativa en el desarrollo cognitivo y emocional de los chicos.

Inteligencia artificial

Para desprevenidos, se trata de sistemas basados en inteligencia artificial que proponen una interacción verbal y una relación de asistente-asistido. Los más famosos son Google Assistant, Apple Siri y Amazon Alexa. En la práctica, el usuario puede pedir con su voz información sobre la agenda del día, el clima, que se abra una aplicación determinada e incluso que se encienda el lavarropas.

¿Qué ocurre cuando los chicos se vinculan con esos avances? Amén de reflexiones e investigaciones, una infancia en la que la relación con las máquinas es cosa de todos los díases una novedad de este siglo.

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

“Estamos aprendiendo a usar estas tecnologías y como ocurre a veces con lo que es nuevo, hay una fascinación para que luego de un tiempo se acomode de forma más matizada”, dice en diálogo con TN Tecno la psicóloga Fiorella Litvinoff.

Chicos que usan asistentes virtuales: “Un método deficiente para aprender la interacción social”

El estudio de Cambridge menciona que esta novedosa relación obstaculiza las oportunidades de aprendizaje e impide el desarrollo social. “La falta de capacidad para participar en la comunicación no verbal hace que el uso de los dispositivos sea un método deficiente para aprender la interacción social”, escribieron los investigadores.

También señalaron que requerir señales para activar a esos sistemas (es usual hacerlo con un llamado de voz) podría aumentar el riesgo de que los pequeños “antropomorficen en exceso los dispositivos digitales” o atribuyan características humanas a objetos inanimado.

Los científicos refieren a “oportunidades de aprendizaje obstaculizadas” por el uso de los asistentes de voz. (Foto: Amazon)
Los científicos refieren a “oportunidades de aprendizaje obstaculizadas” por el uso de los asistentes de voz. (Foto: Amazon)

“Requiere una atención más urgente”, notaron los autores del estudio, añadieno que las bunas costumbres deseables en la interacción no se replican al usar asistentes virtuales. ¿Alguien pensó alguna vez en decir “gracias” o “por favor” a un ayudante mecánico? Eso nos pone a pensar en una cuestión anexa: ¿la cortesía es únicamente favorable para el que la recibe o, acaso, también para aquel que la expresa?

“Gracias Siri, por favor Alexa”

En Mis hijos hablan con Alexa, Assistant y Siri y me pregunto si debo enseñarles a ser amables, publicado en el sitio Xataka, Javier Penalva dialoga con especialistas en pedagogía para desenmarañar este nuevo vínculo.

En el jugoso repaso, Silvia Álava, doctora en psicología y autora de Queremos que crezcan felices, dice: “La hipótesis que nos planteamos es que el niño puede aprender perfectamente a relacionarse con el robot y hay que enseñarle a hacerlo de forma educada, igual que hacemos por ejemplo con el recepcionista de un hotel”.

Las compañías que desarrollan estos avances conocen el inconveniente. Sea por convicción o por presiones externas, han comenzado a pensar cómo mejorar el trato con los asistentes virtuales.

“Nuestro servicio para chicos en Alexa cuenta con controles que ayudan a los padres a administrar las formas en que sus hijos interactúan con la tecnología y brindan contenido apropiado para su edad (…) También incluimos un modo cortés que alienta a los niños a decir ‘por favor’ y ‘gracias’ cuando hablan con el asistente”, comentaron desde Amazon en respuesta al crudo informe divulgado por los investigadores británicos, arriba mencionado.

Por su parte, una entrada firmada por la doctora Jenny Radesky en un blog oficial de Google repasa “principios” que conviene seguir cuando los más pequeños usan estos softwares. Incluimos algunos a continuación.

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

No des por hecho que los niños ven los asistentes virtuales de la misma forma que los adultos (…) Algunos estudios han comparado la concepción que tienen los niños y los adultos sobre los robots o los juguetes interactivos, y han constatado que los primeros suelen verlos mucho más como entidades de fiar que piensan, sienten y merecen un trato humano. ¿Quién nos dice que no van a ver con los mismos ojos al asistente virtual del salón de su casa?”, escribe Radesky.

¿Qué pasa cuando los chicos hacen consultas a estos asistentes con un tono exigente o con malas palabras?

 La especialista comenta al respecto. “Los padres deben marcar reglas de amabilidad en casa a la hora de interactuar con los demás, ya sea con una persona o con una inteligencia artificial”.

Hay otro problema: la impaciencia y el mal hábito de recibir respuestas para todo, justo después de solicitarlas. Otro estudio realizado en la Universidad de Washington entre chicos de entre 5 y 10 años analizó si los nenes se convierten en “pequeños tiranos” por su trato habitual con los asistentes virtuales. En ese caso, la conclusión fue que ellos supieron diferenciar con claridad cuándo y cómo hablar con una máquina o con un humano.

Siguiendo a la doctora Radesky, acostumbrarse a recibir al instante todo lo que se pide podría ir en contra de dos atributos que conviene desarrollar desde niños: la paciencia y la autonomía. “El aprendizaje informal también puede ser positivo, como cuando los chicos aprenden que es importante cuidar de la naturaleza gracias a un podcast”.

No poner al demonio en la tecnología

El año pasado, una noticia relacionada al uso de asistentes virtuales causó impacto. En la ocasión, la madre de una nena de 10 años denunció que el sistema Amazon Alexa pidió a su hija que meta monedas en el enchufe.

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

La nena había pedido un desafío al programa, en busca de un entretenimiento. “Es simple. Enchufá un cargador de teléfono hasta la mitad y luego toca con una moneda las patas expuestas del enchufe”, respondió el asistente digital.

Amazon salió a dar explicaciones y a remediar el error en el software que, en rigor, replicó un peligroso desafío tomado de un sitio web que en el pasado había provocado incendios en Estados Unidos. Aquel acontecimiento (incluyendo la denuncia de la madre) fue citado en el estudio de la Universidad de Cambridge.

Las apps no reemplazan el contacto humano

El punto de vista de Litvinoff sirve como conclusión. “Cómo ocurre con todo, el exceso es dañino. Las apps no reemplazan el contacto humano, Siri o Alexa tampoco. Por supuesto que muchas veces sucede que en lugar de beneficiar la conexión son usadas como un refugio frente al contacto con otros o cómo compañía, y eso habla de la soledad y el miedo al otro qué hay en nuestras sociedades”, observa.

Leé tambiénHumanos y robots: ¿realmente nos preocupa comprender a los autómatas?

“En lugar de colocar al demonio en la tecnología habría que preguntarnos qué tipo de valores, como ser el individualismo, competencia, enfrentamiento, transmite nuestra sociedad para que muchos jóvenes se aíslen en ellas en lugar de usar las redes como contacto con el otro”, comenta y cierra señalando que “existe un miedo de que los jóvenes queden ‘atrapados’ en los dispositivos, pero salvo casos excepcionales el ser humano sigue necesitando y busca la socialización”.

FUENTE: TN.COM.AR

Ser feliz no implica estar alegre todo el día

Ser feliz no implica estar #alegre todo el día, sino que está más relacionado con entender las #emociones, saber lo que nos ocurre, el porqué y cómo manejarlo, todas ellas, habilidades de la inteligencia emocional

#Libro: #porquénosoyfeliz Encuentra más información sobre el libro en este enlace: https://bit.ly/3uJMUez

Participación en el programa A vivir de cadena Ser: «Las preguntas de Broncano y Burque»

¿Tus amigos te hacen más inteligente?

Nuestras amistades de la infancia nos pueden haber influido mucho. Un estudio publicado por la Universidad Internacional de Florida confirma que la inteligencia de un adolescente de 15 años está correlacionada con la del que era su amigo a los 11. Hablamos con Javier del Pino y Burque, sobre la influencia de las amistades cuando somos más pequeños.

Celebramos el Día Internacional de la Felicidad con 10 Consejos prácticos para ser felices (Importante!! basados en la evidencia científica)

Dicen que la felicidad no se busca, que se encuentra y, sin lugar a duda, uno de nuestros objetivos en la vida es dar con ella. Desde la publicidad, las redes sociales, las revistas, nos instan a conseguirlo, pero no siempre lo que nos proponen está basado en la evidencia científica. Las estanterías de las librerías están repletas de libros de autoayuda y manuales que te ofrecen caminos que se pueden tomar para alcanzar este bien tan preciado, pero dado que no hay un patrón que sirva para todos lo seres humanos, cada individuo debe ir descubriendo qué es lo que le hace feliz.

Silvia Álava, autora de ‘ Por qué no soy feliz’, revela a continuación cuáles son

 las situaciones que más nos hacen felices a las personas, es decir, las que compartimos casi todos los seres humanos. Pese a las circunstancias que estamos viviendo, hemos querido rescatar una serie de consejos que pueden contribuir a incrementar nuestra felicidad y que además cuentan con el respaldo de la investigación científica.

La felicidad existe aún en las situaciones más difíciles. Hoy más que nunca, disfrutemos de las pequeñas cosas que nos proporciona la vida y trabajemos cada día, de forma proactiva, por incrementar nuestra felicidad. Para aumentar nuestra felicidad debemos pasar a la acción, y este 20 de marzo, Día Mundial de la Felicidad, podemos empezar a avanzar en este camino:

1. Pasar tiempo con amigos o familiares.

Todas las personas nos sentimos más felices cuando estamos con otras personas, cuando nos sentimos integrados y sentimos que pertenecemos a un grupo o una familia. Si tuviéramos que traducir toda la literatura científica de las causas de la felicidad humana en una sola palabra sería ‘social’. Somos con diferencia la especie más social de la Tierra. «Si tuviera que predecir tu felicidad y solo pudiera saber una cosa de ti, no me interesaría conocer tu sexo, religión o ingresos. Querría saber sobre tu red social: amigos, compañeros de trabajo, familiares… y la solidez de tus lazos con ellos», confiesa Silvia Álava.

2. Hablar con los amigos y compañeros.

Cuidar las relaciones sociales. Cuidar y quedar con los amigos y hacer nuevas amistades también se relaciona con la felicidad.

3. Llevar un ‘Diario de Gratitud’

Anotar cada día, al menos, tres cosas por las que estamos agradecidos, o aquello que más nos han gustado del día, tomando el tiempo de reflexión necesario para ser conscientes de las cosas buenas. Aumentará nuestra satisfacción general y nos ayudará a dormir con un espíritu más positivo.

4. Trabajar por una causa mayor.

Tener un fin, un objetivo en la vida que nos mantenga con energía, por el que levantarse cada mañana.

5. Realizar actos altruistas.

Ofrecer nuestro tiempo y nuestro dinero es una vía para alcanzar la felicidad, compartir, dar lo que no necesitamos y que para otros puede significar todo un tesoro, es una gran labor que todos podemos realizar.

6. Enviar mensajes positivos. 

«Reforzar los comportamientos positivos de los demás y aprender a enviar mensajes de refuerzo y en positivo, incrementará nuestras emociones positivas y hará que nos sentimos más felices», explica la experta.

7. Hacer como mínimo 30 minutos de ejercicio al día.

Cuando nos movemos segregamos endorfinas que hacen que nos sintamos mejor.

8. Dar las gracias.

La gratitud es uno de los mayores predictores de la felicidad. Cuando agradecemos las cosas que hacen por nosotros las personas que nos rodean, incrementamos nuestra felicidad.

9. Tener ilusión porque llegue algo.

Crear y fomentar nuestras propias ilusiones: las cosas tienen la importancia que nosotros les damos, no hace falta que sean cosas materiales en las que tengamos que gastar dinero, incluso, mejor si el dinero no interviene: dar un paseo, charlar con un amigo, disfrutar de una buena comida…

10. Reforzar nuestras virtudes.

Cada vez que utilizamos una habilidad, sea la que sea, experimentamos un subidón de positivismo. Especialmente cuando ejercitamos una fortaleza de nuestro carácter, un rasgo propio y arraigado en nosotros. Por eso es importante pararnos a observar, saber cuáles son nuestras fortalezas y ser conscientes de que las estamos poniendo en práctica.

La felicidad existe aún en las situaciones más difíciles; Hoy más que nunca, disfrutemos de las pequeñas cosas que nos proporciona la vida y trabajemos cada día, de forma proactiva, por incrementar nuestra felicidad;

¡Para aumentar nuestra felicidad debemos pasar a la acción!

FUENTE: ABC Bienestar

Pocos días del año se habla más sobre felicidad que en este famoso Blue Monday o, supuestamente, el día más triste del año.

Por Elena Santoslun

La psicóloga Silvia Ávila. (Photo: Pablo Blazquez / Harper Collins)
La psicóloga Silvia Ávila. (Photo: Pablo Blazquez / Harper Collins)

Pocos días del año se habla más sobre felicidad que en este famoso Blue Monday o, supuestamente, el día más triste del año. Una etiqueta que no se cree Silvia Álava, doctora en psicología clínica y de la salud y autora de varios libros, entre ellos ¿Por qué no soy feliz?, que acaba de llegar a las estanterías.

Defensora de no denostar la tristeza y de que la felicidad tiene mucho que ver con conocerse a uno mismo y saber regularse, cuenta a El HuffPost qué piensa de todos esos mensajes hiperpositivos de ‘si quieres, puedes’ o cuál es su experiencia en consulta desde que estalló la pandemia.

Este lunes es el llamado Blue Monday, ¿qué opinión te merece este día?

Lo primero que tenemos que saber es que el Blue Monday no existe, no está basado en ningún tipo de evidencia científica, salió de una acción de marketing de una compañía aérea. ‘Es lunes, cuesta de enero, hace frío, no estamos consiguiendo objetivos… en base a eso montamos una campaña publicitaria diciéndole a la gente: ¿Cómo estar mejor en el Blue Monday? ¡Cógete un billete de avión!’.

Vamos a ser serios, eso del Blue Monday no e-xis-te. Cada uno puede sentir tristeza un día del año y, es más, tampoco tendríamos que demonizar la emoción de la tristeza o colgarle ese sambenito de que es una emoción mala. No es mala, es desagradable. A nadie nos gusta sentir tristeza, pero es buena, porque nos da información de que nos ha ocurrido algo y nos permite hacer una labor de introspección para buscar la solución.

A nadie nos gusta sentir tristeza, pero es buena, porque nos da información de que nos ha ocurrido algo y nos permite hacer una labor de introspección para buscar la solución

Otra cosa diferente es cuando no tenemos un día triste, por una cosa puntual que nos esté generando tristeza, sino que estamos con un estado de ánimo muy bajito un día detrás de otro durante meses. Empezamos a sentir que no tenemos fuerza, que no tenemos energía, que nos cuesta mucho experimentar emociones agradables, que nos cuesta la carga del día a día… ahí sí que habría un problema.

Cuando tropezamos con un mal día, no una racha de éstas de las que hablas, ¿qué podemos hacer, qué estrategias hay para remontarlo?

Todos tenemos días buenos y malos, que estar bien las 24 horas del día y los 365 días del año es una falacia. Lo importante es contar con herramientas y estrategias que nos ayuden a entender lo que nos está pasando. Hay pacientes que me dicen ‘Ni yo mismo me entiendo, no sé qué me pasa’. Lo primero es aprender a identificar las emociones para a partir de ahí trabajar en la causa.

Y lo que es más importante, en cómo lo regulo: qué estrategias puedo hacer para que, en un momento determinado, esta emoción a la que he dado importancia, a la que ya he puesto nombre decir ‘oye, la voy a parar un poquito o la voy a poner en stand by, voy a intentar hacer cosas que me eleven el estado de ánimo o, si hace falta, voy a coger una canción y voy a utilizar la música como facilitador emocional para generar otro tipo de emoción…’.

¿Cuál sería tu definición de felicidad?

Por ahí empieza el libro, con qué es ser feliz y qué no es ser feliz. Ser feliz no significa que tenga que estar bien, que todo tenga que ser divertido, fantástico, esos mundos de yupi o el país de la piruleta… Ser feliz implica entender la vida y comprender muy bien cómo me estoy sintiendo, qué es lo que me está pasando, y contar con estrategias y herramientas que me permitan incrementar el bienestar emocional, sentirme mejor o más a gusto.

Portada de '¿Por qué no soy feliz?'. (Photo: HARPER COLLINS)
Portada de ‘¿Por qué no soy feliz?’. (Photo: HARPER COLLINS)

¿Se tiende mucho a creer o a pensar que la felicidad es un destino o un estado que tiene que ser permanente?

Es que hay muchísimos mitos respecto a la felicidad: ‘la felicidad hay que buscarla, ¡sal a encontrarla!‘. No, perdona, ni hay que salir a por ella ni es un destino, más que nada está en ‘vamos a conseguir este bienestar emocional en nuestro día a día’. Sentirnos bien, en calma, en paz, a gusto con nosotros mismos, sintiendo que nuestra vida va más o menos dirigida donde queremos, pero entendiendo que tendremos días malos, que vamos a sentir emociones desagradables y que aunque haya veces que quiero ir a ese sitio que me he propuesto, también a veces iré en dirección contraria. Pero cuando yo ya sé que voy en dirección contraria, ya sé que en un determinado momento tengo que dar marcha atrás.

El problema es muchas veces, muchas personas que vienen a vernos y que te dicen ‘Yo no sé cómo he llegado a esta situación. Cuando me he querido dar cuenta ya estoy donde no quería estar’. Y muchas veces eso es por una ausencia de toma de decisiones, ‘he ido en la vida con el piloto automático puesto donde me ha ido llevando y nunca me he parado a decidir qué es lo que yo quiero hacer’.

Mencionas la palabra calma asociada a felicidad, pero a veces se asocia a grandes hitos de nuestra vida o a grandes momentos, ¿no es contradictorio?

Al final lo que hacemos es reivindicar esas emociones de intensidad baja, de energía baja, como puede ser la calma. Es que no podemos estar todos los días haciendo cosas muy intensas emocionalmente. El truco está en aprender a vivir más desde la calma, desde la serenidad, desde disfrutar las pequeñas cosas del día a día.

El truco está en aprender a vivir más desde la calma, desde la serenidad, desde disfrutar las pequeñas cosas del día a día

Recuperamos por ejemplo uno de los experimentos clásicos de Martin Seligman que decía ‘vas a escribir tres cosas cada día que te han hecho sentir bien’. Y no tiene que ser ¡euforia!, ¡alegría!, a lo mejor es esa paz. Y tal y como tenemos la situación hoy en día con esta crisis que ya va para dos años, vamos a reivindicar esta emoción de la calma y de la serenidad porque nos hacen falta.

El libro lo has escrito durante la pandemia, que ha impactado en la felicidad de todos. ¿Cómo ha sido tu experiencia en consulta en este tiempo?

He notado que la pandemia nos ha pasado una factura de salud mental a todos: niños, adolescentes y adultos. ¿Qué es lo que nos encontramos los psicólogos? No hay más que verlo, las consultas están a reventar. Ya veníamos con una salud mental un poquillo más frágil y la pandemia ha sido ese remate, por así decirlo.

¿Qué nos ha ocurrido? Que antes de la pandemia todos teníamos pequeñas estrategias de regulación emocional de las que no éramos conscientes, que servían para eso de recargar pilas. Podíamos tener días estresantes, pero luego teníamos esas válvulas de escape de ’voy a quedar con mis amigos, me voy a tomar algo, voy a hacer una escapadita…′ y la pandemia nos lo ha cortado.

Antes de la pandemia todos teníamos pequeñas estrategias de regulación emocional de las que no éramos conscientes

¿Qué es lo que tenemos que hacer? Un esfuerzo mucho más real, me tengo que parar a ver qué es lo que me está pasando, porque con todo esto experimento situaciones mucho más desagradables, pero las estrategias que tenían ya no funcionan porque muchas de ellas ya ni las puedo llevar a cabo porque el momento no lo permite. Tengo que aprender estrategias nuevas.

Se ha incrementado mucho el número de consultas en niños, en adolescentes leía el otro día que un 250%. En ellos se han incrementado mucho los trastornos de conducta alimentaria, de ansiedad, muchísmo las ideas autolíticas (de suicidio y autolesiones); en niños hemos visto que se ha incrementado muchísimo la ansiedad, incluso trastorno de estrés postraumático, trastornos del estado de ánimo y depresión. Y en adultos, más de lo mismo. Se ha incrementado mucho tanto en la prevalencia —es decir, la cantidad de casos—, como en la gravedad.

Vaya panorama…

Es el real, en ningún momento en el libro queremos ofrecer una visión edulcorada de ‘¡piensa en positivo y las cosas salen bien!’ Eso no funciona. Pensar que ‘tú puedes’ no funciona, a veces es que nos estamos poniendo una meta que es inalcanzable. Una parte importante es aceptar nuestra realidad y aceptar las cosas como son.

Precisamente quería preguntarte sobre si han hecho daño o han sido contraproducentes todos esos mensajes ultrapositivos, ya veo que sí.

Sí, porque al final nos hemos creído el ‘si piensas en positivo, todo va a ir bien’ y parece que entonces si me va mal es porque no lo he pensado suficientemente en positivo. No, no, es que hay veces que no se puede, lo siento mucho. Una labor fundamental es ‘analízate, conócete a ti mismo’. ¡Esto ya estaba escrito en el Templo Apolo de Delfos en la Antigua Grecia! Si te conoces a ti mismo sabrás que hay cosas que puedes hacer, pero otras que no, por mucho que te digan ‘si quieres, puedes’. Es mejor aceptar en todo momento cuáles son nuestros puntos fuertes, pero también cuáles son nuestras limitaciones para poner el foco en lo que en un determinado momento sí se puede.

El país de la piruleta no existe, a veces se trata de dejar de ser tan terrorista, tan tremendista, tan catastrófico en nuestra forma de ver el mundo. ‘Todo está mal, todo va mal’, ¡no! Hay muchas cosas que son muy complicadas y muy desagradables, y sí que es verdad que hay catástrofes, pero concretas, no todo está mal. Se trata de aprender a ser realista, no idealista tampoco.

Y esto en tiempos de las redes sociales, en las que solo vemos la cara bonita de los demás, también lleva a mucha frustración, ¿no?

Hay un capítulo que lo hemos llamado ¿Quieres ser infeliz? Sigue a tu vecino en redes. Las redes sociales fomentan lo que se llama la comparación social. ¿Qué imagen damos en ellas? Todo es fantástico, estupendo, con fotos superdivertidas, monísimas, con un montón de filtros… No es la realidad, sino la imagen que queremos dar, un escaparate en el que cada uno vende su mejor producto.

Muchas veces en redes sociales vamos viendo a los demás y entramos en esa comparación: ‘Es que mi vida no es tan guay, yo no hago tantas cosas divertidas’. Seguramente esa persona tampoco, pero justamente lo que cuelga es eso. Hay que evitar esa comparación social, no decir que las redes sociales sean malas: no son malas en sí mismas, sino en cómo las estás utilizando.

Vamos a probar a tratarnos como si fuéramos nuestros amigos y no nuestros enemigos

En la misma portada dices ‘Vive y disfruta sin complicarte la vida’. ¿Tendemos a ponernos trampas a nosotros mismos, nos complicamos en exceso?

Muchas veces nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. En uno de los capítulos hablamos del director de cine interior, ¡qué películas mentales nos montamos en la cabeza, que además nos creemos como ciertas! Y hablamos mucho de la rumiación, el dar mil vueltas a algo que ya ha ocurrido. Se trata de, la parte que depende de nosotros, ponerla a nuestro favor, no en nuestra contra.

Vamos a caer en la cuenta de cómo nos estamos hablando, si estamos siendo demasiado catastrofistas, negativos, tendiendo a tener todas esas ideas irracionales, y tratándonos con cariño. ¿Has pensado si eso que te está ocurriendo, que estás dándole vueltas en la cabeza, le hubiera pasado a tu amigo, qué le dirías? Seguramente serías tan incisivo, ¿a que serías mucho más amable? Vamos a probar a ser amables con nosotros mismos y a tratarnos como si fuéramos nuestros amigos y no nuestros enemigos.Este contenido no está disponible debido a tus preferencias de privacidad.Actualiza tu configuración aquí para verlo.

Este artículo apareció originalmente en El HuffPost y ha sido actualizado.

Mesa redonda: Todos somos dependientes de las nuevas tecnologías

Comparto hoy el vídeo de la primera mesa redonda de la jornada sobre «Las redes sociales y los jóvenes: peligros y oportunidades» organizada por la Consejería de Juventud de la Comunidad de Madrid y en la que he tenido el placer de participar:

¿Sabías que…? Celebramos el Día Mundial del Cerebro

Celebramos el día mundial del cerebro con estas curiosidades… ¿Sabías que…?