Silvia Álava - El niño puede aprender a relacionarse con el robot y hay que enseñarle a hacerlo de forma educada

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

Investigaciones critican a esos sistemas, mientras los desarrolladores intentan mitigar los daños. ¿Cómo hallar el equilibrio entre esos avances y las conductas deseables?

Por Uriel Bederman

Igual que ocurre con el martillo, los beneficios de las soluciones digitales estriban en el uso. Edificar o destruir depende de cómo se emplee la herramienta. Esta lógica también corre para los asistentes virtuales incluidos en muchos dispositivos: informan, ayudan y entretienen, pero también podrían maleducar.

Un informe reciente criticó a esos sistemas con crudeza. Un estudio realizado por Investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y publicado en la revista Archives of Disease in Childhood señaló que los asistentes de voz impactan en forma negativa en el desarrollo cognitivo y emocional de los chicos.

Inteligencia artificial

Para desprevenidos, se trata de sistemas basados en inteligencia artificial que proponen una interacción verbal y una relación de asistente-asistido. Los más famosos son Google Assistant, Apple Siri y Amazon Alexa. En la práctica, el usuario puede pedir con su voz información sobre la agenda del día, el clima, que se abra una aplicación determinada e incluso que se encienda el lavarropas.

¿Qué ocurre cuando los chicos se vinculan con esos avances? Amén de reflexiones e investigaciones, una infancia en la que la relación con las máquinas es cosa de todos los díases una novedad de este siglo.

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

“Estamos aprendiendo a usar estas tecnologías y como ocurre a veces con lo que es nuevo, hay una fascinación para que luego de un tiempo se acomode de forma más matizada”, dice en diálogo con TN Tecno la psicóloga Fiorella Litvinoff.

Chicos que usan asistentes virtuales: “Un método deficiente para aprender la interacción social”

El estudio de Cambridge menciona que esta novedosa relación obstaculiza las oportunidades de aprendizaje e impide el desarrollo social. “La falta de capacidad para participar en la comunicación no verbal hace que el uso de los dispositivos sea un método deficiente para aprender la interacción social”, escribieron los investigadores.

También señalaron que requerir señales para activar a esos sistemas (es usual hacerlo con un llamado de voz) podría aumentar el riesgo de que los pequeños “antropomorficen en exceso los dispositivos digitales” o atribuyan características humanas a objetos inanimado.

Los científicos refieren a “oportunidades de aprendizaje obstaculizadas” por el uso de los asistentes de voz. (Foto: Amazon)
Los científicos refieren a “oportunidades de aprendizaje obstaculizadas” por el uso de los asistentes de voz. (Foto: Amazon)

“Requiere una atención más urgente”, notaron los autores del estudio, añadieno que las bunas costumbres deseables en la interacción no se replican al usar asistentes virtuales. ¿Alguien pensó alguna vez en decir “gracias” o “por favor” a un ayudante mecánico? Eso nos pone a pensar en una cuestión anexa: ¿la cortesía es únicamente favorable para el que la recibe o, acaso, también para aquel que la expresa?

“Gracias Siri, por favor Alexa”

En Mis hijos hablan con Alexa, Assistant y Siri y me pregunto si debo enseñarles a ser amables, publicado en el sitio Xataka, Javier Penalva dialoga con especialistas en pedagogía para desenmarañar este nuevo vínculo.

En el jugoso repaso, Silvia Álava, doctora en psicología y autora de Queremos que crezcan felices, dice: “La hipótesis que nos planteamos es que el niño puede aprender perfectamente a relacionarse con el robot y hay que enseñarle a hacerlo de forma educada, igual que hacemos por ejemplo con el recepcionista de un hotel”.

Las compañías que desarrollan estos avances conocen el inconveniente. Sea por convicción o por presiones externas, han comenzado a pensar cómo mejorar el trato con los asistentes virtuales.

“Nuestro servicio para chicos en Alexa cuenta con controles que ayudan a los padres a administrar las formas en que sus hijos interactúan con la tecnología y brindan contenido apropiado para su edad (…) También incluimos un modo cortés que alienta a los niños a decir ‘por favor’ y ‘gracias’ cuando hablan con el asistente”, comentaron desde Amazon en respuesta al crudo informe divulgado por los investigadores británicos, arriba mencionado.

Por su parte, una entrada firmada por la doctora Jenny Radesky en un blog oficial de Google repasa “principios” que conviene seguir cuando los más pequeños usan estos softwares. Incluimos algunos a continuación.

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

No des por hecho que los niños ven los asistentes virtuales de la misma forma que los adultos (…) Algunos estudios han comparado la concepción que tienen los niños y los adultos sobre los robots o los juguetes interactivos, y han constatado que los primeros suelen verlos mucho más como entidades de fiar que piensan, sienten y merecen un trato humano. ¿Quién nos dice que no van a ver con los mismos ojos al asistente virtual del salón de su casa?”, escribe Radesky.

¿Qué pasa cuando los chicos hacen consultas a estos asistentes con un tono exigente o con malas palabras?

 La especialista comenta al respecto. “Los padres deben marcar reglas de amabilidad en casa a la hora de interactuar con los demás, ya sea con una persona o con una inteligencia artificial”.

Hay otro problema: la impaciencia y el mal hábito de recibir respuestas para todo, justo después de solicitarlas. Otro estudio realizado en la Universidad de Washington entre chicos de entre 5 y 10 años analizó si los nenes se convierten en “pequeños tiranos” por su trato habitual con los asistentes virtuales. En ese caso, la conclusión fue que ellos supieron diferenciar con claridad cuándo y cómo hablar con una máquina o con un humano.

Siguiendo a la doctora Radesky, acostumbrarse a recibir al instante todo lo que se pide podría ir en contra de dos atributos que conviene desarrollar desde niños: la paciencia y la autonomía. “El aprendizaje informal también puede ser positivo, como cuando los chicos aprenden que es importante cuidar de la naturaleza gracias a un podcast”.

No poner al demonio en la tecnología

El año pasado, una noticia relacionada al uso de asistentes virtuales causó impacto. En la ocasión, la madre de una nena de 10 años denunció que el sistema Amazon Alexa pidió a su hija que meta monedas en el enchufe.

Mandones, antisociales e impacientes: ¿los chicos son maleducados por culpa de los asistentes virtuales?

La nena había pedido un desafío al programa, en busca de un entretenimiento. “Es simple. Enchufá un cargador de teléfono hasta la mitad y luego toca con una moneda las patas expuestas del enchufe”, respondió el asistente digital.

Amazon salió a dar explicaciones y a remediar el error en el software que, en rigor, replicó un peligroso desafío tomado de un sitio web que en el pasado había provocado incendios en Estados Unidos. Aquel acontecimiento (incluyendo la denuncia de la madre) fue citado en el estudio de la Universidad de Cambridge.

Las apps no reemplazan el contacto humano

El punto de vista de Litvinoff sirve como conclusión. “Cómo ocurre con todo, el exceso es dañino. Las apps no reemplazan el contacto humano, Siri o Alexa tampoco. Por supuesto que muchas veces sucede que en lugar de beneficiar la conexión son usadas como un refugio frente al contacto con otros o cómo compañía, y eso habla de la soledad y el miedo al otro qué hay en nuestras sociedades”, observa.

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“En lugar de colocar al demonio en la tecnología habría que preguntarnos qué tipo de valores, como ser el individualismo, competencia, enfrentamiento, transmite nuestra sociedad para que muchos jóvenes se aíslen en ellas en lugar de usar las redes como contacto con el otro”, comenta y cierra señalando que “existe un miedo de que los jóvenes queden ‘atrapados’ en los dispositivos, pero salvo casos excepcionales el ser humano sigue necesitando y busca la socialización”.

FUENTE: TN.COM.AR

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