¿Sabes por qué es tan malo educar desde el miedo?

Por ROCÍO NAVARRO MACÍAS

Para muchos padres palabras como miedo, castigo o amenazas están ligadas con la educación. Tradicionalmente, la manera de criar a los niños se ha asociado con estos factores que, aunque pueden dar resultado en el corto plazo, tienen efectos negativos en los pequeños. Interferir en el desarrollo emocional saludable y anular su capacidad crítica son algunos de los más destacables. “El miedo es una emoción muy primitiva que nos sirve para sobrevivir. Pero también puede ser aprendido. Los padres temerosos y autoritarios hacen a sus hijos temerosos y dependientes o, por el contrario, autoritarios. En este último caso sería solo una forma de hacerse valer, ya que son grandes dependientes con una enorme inseguridad”, comparte el psicólogo infantil Antonio Labanda.

Pero los problemas no acaban aquí. Algunos progenitores relacionan esta forma de educación basada en la autoridad y la amenaza con el respeto. Aunque nada tienen que ver la una con la otra. “Educar desde el respeto, la tolerancia y la empatía son aspectos importantes para que nuestros hijos crezcan con la mayor autonomía, la máxima independencia y con autoconcepto, queriéndose a sí mismos y a los demás”, comenta Labanda. En estos modelos la intimidación y el miedo se sustituye por el diálogo y el establecimiento de normas bien explicadas. “Esto hace que tengamos un camino recorrido para que sean maduros, responsables y capaces de tomar decisiones por ellos mismos”, continúa el psicólogo.

¿Cómo saber si educas desde el miedo?

El miedo siempre lleva implícito una amenaza. En la práctica, se identifica a través de indicaciones como “si te no te comes el plato, te quedarás sin jugar”. Intimidar es una de las características de la educación desde el miedo, también conocida como modelo autoritario. “Este sistema busca la autoridad sin tener en cuenta al otro. Ese planteamiento de normas consigue un efecto de dependencia del niño al adulto o bien hace que se rebele contra la autoridad y provoca un comportamiento agresivo”, explica Labanda.

Por su parte, Silvia Álava, especialista en psicología educativa, lo relaciona con frases como “Me voy a enfadar muchísimo, si…” o “Vas a perder la tablet, si…”. “Es una técnica similar a las utilizadas para adultos en las campañas contra el tabaquismo o el alcohol y sabemos que no funciona”, comparte Álava. En niños, las amenazas pueden provocar un cambio, pero no está motivado por el convencimiento. “Es importante instaurar conductas que sean más saludables desde el convencimiento, no desde el miedo de que me vaya a pasar algo malo. Por ejemplo: “conviene lavarse las manos para no tener virus” o “conviene recoger la habitación porque aporta calma, paz…”, añade.

Las consecuencias de educar desde el miedo

Subestimar los efectos que el aprendizaje a través del miedo produce en los niños, puede alterar el clima de confianza en la familia, provocar faltas de respeto o desarrollar estilos de apego poco recomendables.

– Se diluye el clima de confianza en la familia

Si los niños no pueden expresar su voluntad o pensamientos por miedo a que se les regañe o castigue, cada vez compartirán menos su vivencias en el entorno familiar. “Cuando ese niño o niña se enfrente a una situación difícil no se va a atrever a contarlo a adultos de referencia. Porque esas personas les evocan miedo. No respeto y confianza”, expone Álava. Un comportamiento que seguirán también cuando comentan errores. “Hay que tener mucho cuidado porque se entorpece el clima de confianza y es más probable que en la adolescencia no compartan lo que les ocurre”, añade la psicóloga.

 – Cada vez se necesita más miedo

A medida que el niño evoluciona, las dosis de miedo han de ser mayores para que los resultados que los padres quieren conseguir surtan efecto. Esto se traduce en actos de violencia física o verbal. “No debemos olvidar que los niños nos copian y no podemos pedir respeto y, en otro momento, alzar la voz o agarrarlo con fuerza, porque habré perdido mi credibilidad. Además, los niños copian a sus figuras de referencia por lo que replicarán este tipo de comportamiento”, indica Álava. Por su parte, Labanda recomienda para mantener una buena convivencia familiar las relaciones basadas en tres elementos básicos: “el amor, los límites y la comunicación”.

– Un estilo de apego desaconsejable

Este tipo de educación anula, en muchos aspectos, la voluntad del menor. Algo que se traduce, por ejemplo, en una pérdida de iniciativa. “El niño espera que el adulto le diga lo que tiene o no tiene que hacer”, subraya Labanda.

– Sin empatía

Plantear un estilo de crianza autoritario descuida la educación emocional en aspectos tan importantes para el desarrollo infantil como la empatía. Los padres no se ponen en la piel del menor, ni en las circunstancias que han desencadenado su comportamiento. Álava aconseja reforzar la empatía mediante fórmulas como: “Entiendo que no te apetece recoger tu habitación”, “Sé que te enfadas porque no quieres dejar de jugar. Aún así habíamos quedado en que solamente teníamos media hora”…

– Aprenden menos

Está comprobado que el miedo obstaculiza el aprendizaje. “Los niños no aprenden con miedo, sino en un ambiente de seguridad, respeto, confianza y calma”, advierte Álava. La especialista anima a cambiar la amenaza por el reto: “Venga, sé que lo vas a hacer todo y luego vamos a jugar”, en lugar que “si no lo haces, no jugamos”.

¿Cómo reforzar el respeto en la educación?

Las ventajas de poner en práctica un modelo de educación democrática, basado en el respeto y la tolerancia, son múltiples y dotarán al niño de herramientas fundamentales para su vida adulta. “El estilo educativo democrático es el que da a los niños unas reglas adecuadas a su edad y consensuadas con ellos (lógicamente dependerá de la edad de este). Los límites y las normas deben estar adecuadas a su edad, ya que les ayuda a entender correctamente la realidad y a ir asumiendo cada vez mayor independencia y autonomía”, recomienda Labanda.

Para que funcione este sistema es crucial que las normas estén bien establecidas y no improvisarlas. Las reglas son importantes porque actúan como un sistema de referencia para los niños, que les aporta seguridad y equilibrio emocional. “Las normas deben ser coherentes y claras. Si son pequeños deben ser cortas y muy pocas. Según van avanzando en edad pueden ser más complejas, pero siempre desde el principio de la coherencia entre los adultos y consensuadas. Es decir, haciéndoles partícipes de la norma, ya que desde la imposición es posible que no la vea como suya y no la interiorice”, aclara el psicólogo.

Asimismo, Álava subraya la importancia de hablar sobre qué es el respeto. “Es algo muy abstracto, incluso dos adultos pueden tener diferentes nociones”. En la práctica, la psicóloga aconseja explicar a los más pequeños que está relacionado con no pegar, no tirar las cosas, hablar con buenas formas, decirlas con cariño…”, concluye.

FUENTE: LaVanguardia.com

Taller ¿Cómo promover y disfrutar la autonomía en la infancia? con la Editorial Sentir

Mañana 29 de septiembre a las 18:00h

Aquí te dejo el enlace al eventohttps://fb.me/e/6JeU84lws

  • El taller lo haremos en directo a través de Facebook.
  • En el taller nos acompañará Mercedes Bermejo como directora de la editorial, quien dará inicio al mismo presentándome a mí y al nuevo libro.  
  • El taller durará unos 35 minutos con unos 10 al final de ronda de preguntas. 
  • Dale a «me interesa» o «asistiré» en la página de Facebook de la Editorial Sentir. Sólo tendrás que meterte a la hora de la conferencia en el Facebook Editorial Sentir y abrir el vídeo en directo que estará disponible.
  • Si no puedes verlo en directo, al día siguiente se sube a Youtube para verlo en diferido. 

No te lo pierdas!!

Conferencia ¿Cómo promover y disfrutar la autonomía en la infancia?

10 claves para mejorar la comunicación familiar. Colaboración con Padres y Colegios

Comunicarnos no es una tarea fácil ¿Cuántas veces surgen malentendidos porque pensábamos que habíamos dicho una cosa y nuestro hijo o nuestra hija, o nuestro alumno no ha entendido lo mismo?

Esto es algo muy habitual que nos ocurre a todos, incluso cuando estamos en familia, donde se supone que tenemos una mayor confianza, todavía es más probable que surjan problemas relacionados con la falta de comunicación.

En muchas ocasiones damos por hecho que con decir las cosas es suficiente. Sin embargo, comunicar en mucho más que hablar, comunicar en familia implica que mi hijo o mi hija entiendan exactamente lo que yo he querido decirles. Que mi mensaje haya llegado a ellos.

Uno de los aspectos que nunca podemos olvidarnos a la hora de comunicarnos es que: el valor de la comunicación lo da el que escucha; no el que habla. De nada me sirve un discurso perfecto si mis hijos o mis alumnos no han entendido lo que yo quería trasmitirles. Por eso es útil:

  1. Busca el momento ideal. Para comentar cosas sin importancia, quizás no es tan necesario buscar espacios, y podemos ir un poco sobre la marcha. Pero cuando se trata de una conversación importante, es necesario reservar ese tiempo, sin prisas, donde podamos explicar, con todo lujo de detalles, lo que nos ocurre y lo que queremos.
  2. Fuera elementos distractores. Radio, televisión o pantallas… fuera. Se trata de trasmitir que tú eres importante para mí. Ahora mi atención está puesta el 100% en ti.
  3. Mira a los ojos. Aunque el órgano de la audición es el oído, para sentirnos escuchados necesitamos que nos miren, preferiblemente a los ojos. Por eso, dependiendo de la edad del niño o de la niña, en ocasiones tendremos que agacharnos o sentarnos a su lado, para que nuestros ojos queden a la misma altura.
  4. Adecua el discurso a la edad de tus hijos o de tus alumnos. En ocasiones o les hablamos de forma que no son capaces de entendernos, porque utilizamos un lenguaje muy complicado, o nos pasamos y les infantilizamos. Utiliza un vocabulario claro y cuanto más breve mejor, los niños desconectan muy rápido.
  5. Las emociones forman parte de la comunicación. No nos olvidemos que la mayor parte de los malentendidos suelen venir por cómo nos han hecho sentir determinados comentarios. Expresar cómo nos sentimos y preguntar a nuestros hijos cómo se sienten, es una buena formula para que nuestra comunicación sea efectiva.

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Evento online Up!family Aprende y educa

Up!family organiza el encuentro ‘Aprende y educa’ para familias

  • Se celebrará del 20 al 23 de octubre, en el espacio online de Up!family.
  • Una veintena de expertos en educación abordarán aspectos como la disciplina positiva, la comunicación, la gestión emocional, la educación afectivo sexual, o en autocuidado.
  • Está dirigido a madres, padres u otros miembros de la familia, AMPAS, instituciones educativas y empresas.

Del 20 al 23 de octubre se celebra ‘Aprende y educa’, el primer encuentro online organizado por Up!family –un proyecto de la Fundación Edelvives–, con el objetivo de que las familias con niños y adolescentes entre 0 y 18 años puedan descubrir y compartir conocimientos, recursos y propuestas para aplicar en la educación de sus hijos.

El evento se realizará en la plataforma digital de Up!family y contará con una veintena de ponencias impartidas por expertos pedagogos, maestros y psicólogos, entre los que destacan José Antonio Marina, Marisa Moya, Carmen Guaita, Silvia Álava, Carmen Pellicer o Bei Muñoz, entre otros muchos.

Cómo apuntarse al evento ‘Aprende y educa’ Existen dos modalidades de asistencia al encuentro online: por una parte, el registro gratuito permitirá visionar cada ponencia durante las 24 horas posteriores a su emisión, además de la asistencia al evento que se realizará en directo.

Por otra, el registro VIP incluye: la participación en el streaming; acceso durante tiempo ilimitado a todas las ponencias, tanto en vídeo como en podcast; acceso durante seis meses a Up!family y a la Tribu UP, para que las familias puedan realizar todos los cursos que quieran y compartir sus experiencias con el apoyo de especialistas; y ventajas en servicios prestados por los patrocinadores y colaboradores del evento.


El desarrollo del encuentro se podrá seguir en redes sociales, a través de los hashtags. #UPaprendeyeduca y #tribuUP.

Enlace para apuntarse al encuentro online ‘Aprende y educa’: inscripción


Qué es Up!family Up!family es un espacio de formación y encuentro para todas las familias que estén interesadas en adquirir y profundizar en los conocimientos y habilidades necesarias para educar a sus hijos hoy.

Este proyecto, perteneciente a la Fundación Edelvives, nació en 2008 de la mano del educador y filósofo José Antonio Marina, basado en su teoría de la educación del talento, y lleva más de diez años apostando por el desarrollo integral del niño.

Este mes de septiembre de 2021, Up!family ha comunicado el inicio de una nueva etapa en esta “universidad de padres”, ampliando la oferta formativa de los cursos e impulsando la Tribu UP, un espacio virtual donde las familias y los especialistas en educación pueden seguir intercambiando experiencias y recursos.

El primer fruto de esta fase es la convocatoria de ‘Aprende y educa’: “En Up!family –señalan los organizadores del encuentro online– creemos que la mejor manera de educar a un niño es desde el conocimiento, fruto de la reflexión. De ahí el título de este evento: ‘Aprende (tú primero) y educa (después)”.


Todos los detalles sobre ‘Aprende y educa’, aquí: https://universidaddepadres.es/evento-online-2021

Resumen:

  • Qué: Convocatoria del encuentro online ‘Aprende y educa’.
  • Cuándo: del 20 al 23 de octubre de 2021.
  • Dónde: plataforma virtual de Up!family
  • A quién va dirigido: madres, padres y familias en general con hijos entre 0 y 18 años, AMPAS, centros educativos y empresas que quieran ofrecer a sus empleados una formación útil.
  • Temas: cómo mejorar la comunicación con nuestros hijos e hijas, disciplina positiva inteligencia emocional, el cerebro del niño y adolescente, Montessori, gestión de conflictos entre hermanos, prevención del bullying, educación afectivo sexual, establecer hábitos saludables, autocuidado…
  • Ponentes: un total de 24 ponentes expertos en educación, entre los que destacan José Antonio Marina, Marisa Moya, Carmen Guaita, Silvia Álava, Carmen Pellicer o Bei Muñoz.
  • Cómo asistir al encuentro: dos tipos de registro, gratuito y VIP, con diferentes ventajas.
  • Quién organiza: Up!family, escuela online y espacio de encuentro para familias, impulsado por la Fundación Edelvives.
  • Más información:

Curso para profesores de la Comunidad de Madrid-> Estrategias para crear un centro saludable: ganar salud en la escuela

Los centros escolares son espacios de trabajo y convivencia para quienes forman parte de esa comunidad educativa. Estos espacios pueden ser entendidos como estratégicos para promover la salud integral y el bienestar de las personas.

Este curso aborda los múltiples aspectos a tener en cuenta para potenciar el bienestar físico y emocional, y lograr así una formación educativa global, en la que los entornos educativos desempeñen también una función social estimulante y ejemplificante que trascienda el Centro Educativo.

Ficha de actividad

  • Modalidad formativa: Semipresencial
  • Dirección: Área Territorial Todas las DAT
  • Etapas/Niveles Educación Primaria Educación Secundaria ObligatoriaBachilleratoEducación de Personas AdultasFormación Profesional
  • Líneas Prioritarias: Actualización Humanística y Científica (LP)
  • Especialidad / materia(s) / áreas didácticas: Cualquier área
  • Destinatarios: Maestros Profesores de Enseñanza Secundaria, Profesores, Técnicos de Formación Profesional
  • Centro organizador: CRIF Las Acacias
  • Plazo inscripción:13/09/2021 – 13/10/2021
  • Duración del curso:19/10/2021 – 19/11/2021
  • Horas totales: 20
  • Horas presenciales: 14
  • Horas en línea: 6
  • Horario sesiones / Hitos: 19, 21, 26, 28 de octubre de 17,00 a 20,00  en el CRIF Las Acacias. 2 de noviembre  de 17,00 a 19.00  en el CRIF Las Acacias.
  • Nº plazas: 30
  • Lugar de desarrollo del curso: Todas las sesiones  en el CRIF Las Acacias (General Ricardos nº179)
  • Créditos 2.00
  • Asesor responsable: Esperanza Corral González (ecorralgonzalez@educa.madrid.org)
  • Ponentes: Jose Luis Martínez Jiménez, Técnico Prevención de Salud y Bienestar. Servicio Madrileño de Salud y Equipo multidisciplinar del Centro de Psicología Álava Reyes.
  • Objetivos:
    • Aportar herramientas para mejorar el grado de seguridad y salud de los centros educativos.
    • Desarrollar a nivel social, individual y familiar el sentido de responsabilidad en relación con la salud.
    • Potenciar las buenas relaciones entre el entorno, la comunidad y el alumnado.
    • Mejorar el entorno del centro en su dimensión física y social mediante estrategias de estudio, valoración y actuación para la promoción de la salud y el bienestar general de la comunidad, con el objetivo de crear entornos más sostenibles y saludables.
    • Incorporar la educación para la salud dentro del currículo, teniendo en cuenta la participación del alumnado.
  • Contenidos:
    • ¿Cómo crear un entorno saludable en el centro educativo?
    • Actividad física. alimentación saludable, autocuidados, accidentalidad.
    • Educación emocional
    • Uso Positivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
    • Prevención del consumo de sustancias adictivas.
    • Clima, organización y trabajo grupal.
    • Caso práctico de éxito; “Proyecto Positivismo en las aulas” del CEIP Severo Ochoa de Torrejón de Ardoz (Madrid).
  • Metodología: En esta actividad se combinan sesiones formativas y la realización de tareas dirigidas a la elaboración de proyectos de centro transformadores del entorno educativo.
  • Evaluación: Asistencia a todas las sesiones según indica la normativa y entrega y superación de tareas en el aula virtual. Estas actividades se relacionarán con la  propuesta de actuaciones  para mejorar las condiciones ambientales, organizativas y psico-afectivas en el centro educativo.
  • Observaciones: Es necesario disponer de cuenta de correo electrónico en EducaMadrid a efectos de inscripción y seguimiento de la actividad.
    • La acreditación de las actividades de formación se ajustará a lo establecido en la normativa vigente por la que se regula la Formación Permanente del Profesorado de la Comunidad de Madrid.
    • Con el fin de compartir y difundir las aplicaciones didácticas elaboradas por los asistentes a las actividades de formación, éstas deberán incluir los datos del autor y la licencia «Creative Commons BY-SA» .
    • Cualquier docente admitido en un curso de formación que, sin causa plenamente justificada, no lo inicie o lo abandone, no podrá participar en ningún otro curso durante los 12 meses siguientes.
    • Información protección de datos
    •  Programa financiado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional y el Fondo Social Europeo en el marco del Programa Operativo Empleo, Formación y Educación, FSE 2014-2021.

Más información en EducaMadrid.org

Desconectar y reconectar con uno mismo

Todos hemos sentido alguna vez que no podemos más, que nuestras “baterías” se agotan y que no somos capaces de seguir con nuestra vida… No obstante, nuestras obligaciones “nos pueden”, y al final continuamos adelante sin escuchar a nuestro cuerpo.

¿Qué nos ocurre cuando no escuchamos a nuestro cuerpo? Cuando negamos nuestras emociones, diciendo que “no pasa nada, yo puedo…”

 Lo más probable es que en lugar de mejorar la situación, la empeoremos. Por negar una emoción esta no desaparece, lo más probable es que termine saliendo en forma de “estallido emocional”, haciendo o diciendo algo de lo que luego nos arrepentimos, o en un bajo estado de ánimo, depresión, ansiedad, o en un problema somático, por ejemplo, dolor de cabeza o problemas gastrointestinales.

Sin embargo, lo que es aún más peligroso es negar nuestras necesidades. Por ejemplo, no escuchar a nuestro cuerpo cuando necesita descansar. ¿Qué es lo que nos ocurre? Que el cansancio se puede trasformar en fatiga. La diferencia es fundamental, dado que cuando estamos cansados, tras descansar, nos sentimos mejor. Sin embargo, con la fatiga es diferente. El descanso deja de ser efectivo y seguimos igual de fatigados.

Todos necesitamos tiempo de descanso, y también un tiempo para regular las emociones, cuando nos han ocurrido acontecimientos desagradables, y no hace falta que sean grandes traumas, sino las situaciones desagradables del día a día.

El hecho es que, nos cuesta pararnos a valorar cómo nos sentimos, es más, en ocasiones tenemos tanto miedo a reconocer que estamos sintiendo algo desagradable, que lo intentamos tapar de cualquier forma, y para ello, tiramos de, por ejemplo, dispositivos electrónicos, para entretenernos e intentar tapar esa emoción desagradable. Es decir, utilizamos el móvil como un “chupete emocional”. Con los niños hacemos lo mismo, para evitar que experimenten emociones desagradables les dejamos el móvil o la Tablet para que se calmen, no se aburran, no se enfaden, no estén tristes…

Se trata por tanto de perder el miedo a reconocer lo que estamos sintiendo. Etiquetar esa emoción. Ponerla nombre es el primer paso para poder regularla. Estoy cansada, triste, agotada… investigando el porqué, cuál es la causa de mi emoción, quizás es porque tenemos una sobrecarga de trabajo, no sólo a nivel laboral, sino de tareas de la casa, más las obligaciones familiares… y como consecuencia, eso hace que no me apetezca , como, por ejemplo, practicar deporte, quedar con un amigo o amiga para desahogarme…

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TÚinnovas, nuevos proyectos en marcha

El curso comienza en TÚinnovas, como en los “coles”, con cambios, nuevos compañeros y nuevos objetivos. Nos toca presentar la incorporación de Silvia Álava Sordo al equipo; ello supone una gran alegría porque la psicología en manos de una persona tan honesta, generosa y enérgica es la fórmula que, cada vez más, necesitamos. La conocida cara de Silvia, por sus constantes apariciones en Medios se nos hará aún más cercana en las actividades que compartiremos desde este curso.

Para comenzar, le hacemos una pequeña entrevista:

1.- Vivimos en momentos de recesión lenta pero paulatina del covid y me gustaría pedirte un consejo diferente para cada uno de estos sectores: Profesorado – Alumnado – Familias.

La pandemia por la COVID-19, nos ha pasado factura a todos, niños, adolescentes y adultos, y el coste emocional ha sido muy elevado. No podemos obviar algo así y es importante conocer su efecto para, a partir de ahí, intentar paliarlo.

Sabemos que las situaciones traumáticas no se reducen a los accidentes o a las catástrofes naturales. Cualquier vivencia con un alto impacto emocional puede convertirse en traumática, si no somos capaces de “digerirla”. Es decir, cuando lo que nos ocurre tiene tal intensidad emocional que no podemos procesarla de forma racional, como un evento más de nuestra memoria, y se queda grabado como un trauma en nuestra mente. Por eso, desde que se inició la pandemia los psicólogos insistimos tanto en ventilar las emociones, en dejar espacio para poder decir cómo nos sentimos, aquello que nos esta pasando… Para ello os recomendamos:

  1. A los profesores: entender que las emociones están presentes en el aprendizaje, y que pueden beneficiarlo o entorpecerlo. Que poniendo las emociones a nuestro favor la dinámica del aula funcionará mejor y los alumnos aprenderán más. Por tanto, atendamos a esas señales de nuestros alumnos que indican que necesitan ayuda. No se trata de hacer terapia en clase, pero sí que sientan que nos importan ellos como personas, no sólo sus notas.
  2. A los alumnos: sabemos que el año pasado no fue un curso más, que fue muy complicado a muchos niveles, por tanto, este año es normal que algunos temores y preocupaciones sigan presentes. Perder el miedo a pedir ayuda. Si lo estás pasando mal, o tienes que afrontarlo todo tú solo o tú sola, hay muchas personas y profesionales dispuestos a ayudar. Y no olvidemos ser empáticos, no juzguemos gratuitamente a los compañeros, no sabemos qué les ha ocurrido, cuáles son sus circunstancias… pongámonos en su lugar, entendiendo sus motivos y no juzgando sus emociones.
  3. A las familias: crear un clima de confianza donde podamos expresar nuestros sentimientos sin temor a ser juzgados. Esto necesita de un tiempo y de un espacio. No es algo que se pueda despachar de forma rápida a la salida del colegio o del instituto. Quizás podemos establecer cenar todos juntos, sin dispositivos electrónicos que nos distraigan, para poder comentar cómo nos sentimos.

2.- En lo referente a tu experiencia como psicóloga educativa, ¿qué estrategias le recomendarías desarrollar al profesorado para poder afrontar su labor diaria, preservando su salud física y mental?

 En estos momentos mi consejo a todos los docentes es que se cuiden mucho y bien. Sabemos que durante el confinamiento trabajaron muchísimo, algunos con pocos medios y poca formación. Que el curso pasado, si salieron las cosas adelante, fue gracias a su empeño y a su dedicación. Cuidáis de los alumnos, muchas veces a costa de olvidaros de vosotros mismos.

Paremos un segundo y reflexionemos ¿Cuántas veces sacamos las fuerzas de donde ya no nos quedan, por seguir cuidando a los demás? En ningún momento se trata de dejar de cuidar a los alumnos, sino de que no te olvides de ti mismo/a. Que reserves, aunque sean unos minutos cada día para poder estar contigo y contemplar lo que sientes y lo que necesitas. Negar las emociones no suele ser una buena idea. Las emociones actúan como mensajeras de información importante para nosotros. Obviándolas sólo conseguiremos que terminen apareciendo de otra forma (somátizándolas). No obstante, más peligroso aún que negar nuestras emociones, es negar nuestras necesidades. Todos necesitamos descansar y no siempre lo hacemos. Por tanto, llega el momento de aprender a escuchar qué es lo que necesitamos.

3.- ¿Nos podrías poner ejemplos concretos, sobre diferentes situaciones habituales, de hasta dónde puede intentar ayudar un profesor a un niño con problemas en su aula y dónde está la línea para derivar a otra persona especialista?

 Un profesor es mucho más que un trasmisor de aprendizajes. Es una figura de referencia para los alumnos, un adulto que los conoce, los entiende y puede llegar a ser una figura importante en su vida. Los alumnos necesitan ser vistos por sus profesores, sentir que son importantes para ellos, y también saber que pueden contar con ellos si tienen problemas. Por tanto, es necesario que validemos sus emociones, que les mostremos nuestra comprensión, nuestro apoyo, y cuando sintamos que ese niño o esa niña necesita algo más que no le podemos dar, ya sea por falta de tiempo, o de conocimiento, o porque detectemos que puede tener un problema, será el momento de que le/la podamos remitir al especialista.

4.- Eres autora de una tesis, bastante reciente, sobre el TDA-H. ¿Podrías ofrecernos algunas de las conclusiones más relevantes sobre el trastorno o sobre sus implicaciones educativas?

Es complicado resumir una tesis doctoral en pocas líneas, no obstante, lo vamos a intentar. Los problemas de aprendizaje en los niños son mucho más comunes de lo que en un primer momento imaginamos y sus consecuencias, tienen un efecto más allá del fracaso escolar, dado que afectan a la autoestima y seguridad de los niños y pueden acarrear problemas emocionales.

El 20% de los niños en edad escolar presentan problemas de aprendizaje. Entre un 5% y un 10% presentan un trastorno específico del aprendizaje, y entre un 5% y 10% un trastorno por déficit de atención. Si no son correctamente diagnosticados y tratados puede conllevar un fracaso escolar. El objetivo de mi tesis doctoral era conocer el perfil del TDAH y del Trastornos de aprendizaje (TA) para poder realizar una evaluación diferencial, dado que el tratamiento y las estrategias de intervención son diferentes. Por eso en mi tesis doctoral realizamos varios estudios con 518 niños con problemas de aprendizaje, de los cuales 255 presentaban TDAH y 263 un trastorno de aprendizaje.

Para ello comparamos las diferencias en el perfil intelectual entre los niños con TDAH y TA con la escala de inteligencia WISC-IV, y las diferencias en los procesos atencionales, tanto en la atención sostenida, como selectiva. Conocer los procesos implicados y dónde están las dificultades específicas de cada grupo, permite mejorar el diagnóstico diferencial y sobre todo, atender a las necesidades de cada grupo para elaborar programas específicos, como las adaptaciones curriculares para compensar dificultades específicas, o por ejemplo, en el caso de los TDAH, la baja velocidad de procesamiento o las dificultades en los procesos que requieren el uso de la memoria de trabajo; y sobre todo a nivel individual. Conocer los puntos fuertes y débiles de cada alumno nos permitirá aprovechar todo su potencial, dado que de esta forma podremos ayudarle en las áreas donde tenga dificultades, compensando con aquellos procesos donde tiene una mayor facilidad.

 Como conclusiones del estudio hallamos, que:

  • El TA y el TDAH no tiene relación con la medida de inteligencia global CIT.
  • A igualdad de inteligencia, los sujetos con TDAH procesan la información de forma más lenta que los sujetos con TA.
  • El problema de los TDAH parece residir en el control temporal, fallan cuando ellos tienen que gestionar su tiempo, no cuando los tiempos vienen predeterminados por la tarea.
  • Los TDAH tienen dificultades en las tareas que requieren el uso de la Memoria de Trabajo.
  • Los sujetos con TDAH tienen dificultades tanto en la atención selectiva como sostenida.
  • El origen de las dificultades académicas es distinto: los niños con TDAH tienen una escasa capacidad para inhibir estímulos y cambiar su foco atencional, y los sujetos con TA no tienen problemas de atención (Preston et al., 2009).

Respecto a la evaluación de las dificultades de aprendizaje:

  • Las diferencias entre el TDAH y el TA se pueden predecir usando pruebas tanto de atención sostenida como de atención selectiva.
  • Es necesario utilizar medidas de ambos tipos en la evaluación clínica.
  • El WISC-IV podría ser de utilidad para hacer un diagnóstico diferencial entre los niños con TDAH y los niños con dificultades de aprendizaje.
  • El WISC-IV, el CTP-II, el Caras y el d2 podrían ser de utilidad a la hora de realizar un diagnóstico diferencial entre el TDAH y el TA, además de ayudar a planificar una intervención individualizada y ajustada para cada sujeto.

FUENTE: tuinnovas.com

Jugar es parte inherente de la infancia. Los juegos tradicionales vs. tecnológicos 🎲 Riesgos de que los niños NO jueguen a juegos clásicos

Jugar es parte inherente de la infancia. Los juegos representan el mundo entero para los niños y aprender de las cosas a su alrededor, dan sus primeros pasos en la interacción con los demás y estimulan sus funciones cognitivas. Hoy en día, los juegos tecnológicos (videojuegos, juguetes electrónicos, etc.) están ganando el terreno a los juegos clásicos. Pero, hay una serie de riesgos asociados al desarrollo de los niños de que estos ya no jueguen a juegos tradicionales de siempre.

https://youtu.be/XcYY_JNUP4Q

Puedes leer el resto del artículo en guiainfantil.com

La familia y la escuela, claves para educar a los niños en el valor del respeto y la igualdad. En Hola.com

Se trata de un proceso que implica luchar contra un sinfín de estereotipos y mensajes contradictorios, transmitiéndoles que todos tenemos los mismos derechos, fomentando su personalidad y su capacidad crítica para que sepan decidir qué es justo y qué no lo es.

ara conseguir una igualdad real en el futuro, es importante educar en el respeto a las personas desde que son pequeños. Una tarea que es, tanto de la escuela como de la familia. Ambas son clave. En los últimos años, es cierto que hemos intentado avanzar bastante en la igualdad de género, pero ni debemos dejar de hacerlo ni olvidarnos de que la igualdad va mucho más allá de conseguir que la sociedad ofrezca lo mismo a los hombres que a las mujeres. Todos somos diferentes, en muchos aspectos, por lo que es importante enseñar desde la infancia el simple derecho de todos a crecer en igualdad.

Para que este cambio sea profundo, la psicóloga infantil Silvia Álava Sordo, autora de varios libros sobre educación y desarrollo infantil, además de miembro de la mesa de expertos de la iniciativa del Día del Niño y de la Niña impulsado por la Fundación Crecer Jugando, “es vital educar en igualdad durante la infancia, darles ejemplo y prestar atención a cada gesto o palabra, poniendo en práctica una educación con menos estereotipos y discriminación”. Por su parte, Belén Llorente, autora del libro Lo que nos hace únicos (Astronave), nos dice que “educar en igualdad es transmitir a nuestros hijos que todos tenemos los mismos derechos sociales y laborales, aceptando su individualidad, fomentando su personalidad y su capacidad crítica para que puedan decidir qué es justo y qué no lo es”.

Un cambio que, para ambas, “supone tener que pelear contra muchos estereotipos creados y mensajes contradictorios que nuestros hijos reciben tanto de sus diferentes círculos sociales como a través de los medios de comunicación”, nos cuenta Belén Llorente. A las dos les hemos preguntado cómo podemos conseguirlo desde casa y qué debemos pedirle a las escuelas para conseguirlo.

Trabajar en la igualdad desde la Educación Infantil

Todos los estudios e investigación al respecto viene a decirnos lo mismo. Las ideas culturales sobre la desigualdades, en particular, de género, se adquieren a edades muy tempranas y estas nociones estereotipadas afectan a los más pequeños. Silvia Álava nos explica que “ya desde el momento en el que nace, todos los niños y niñas inician el proceso de desarrollo de la identidad de género, algo que les acompañará toda la vida”. Es más, “cuando la madre está embarazada, ya tiene proyecciones diferentes en función de si su bebé es niño o de si es niña”.

Sin darnos cuenta, en casa, “ya les metemos ideas prefijadas, no en nosotros, sino a nivel de la sociedad”, nos dice. De todo esto, “el niño no se da cuenta hasta que, más o menos, cumple unos 5 años”. Sin embargo, “a los 3 o 4 años, él o ella ya empieza a construir activamente su identidad de género y, además, observan cómo los demás están construyendo la suya”. Y eso se lo llevan al colegio.

A nivel académico, esta percepción de la desigualdad aparece cuando llegan a Educación Primaria. A través de los datos, podemos extraer, nos cuenta la psicóloga, “estadísticas significativas de que, muy en general, las niñas puntúan más alto en las pruebas que tienen que ver con el lenguaje, mientras que los niños lo hacen en las de ciencias. Y ellos no siempre puntúan igual de alto que las chicas, pero tienen ya la percepción de que, por algo, son mejores”. No tienen, nos cuenta, “una percepción de que son más inteligentes, simplemente, más brillantes, aunque no sea cierto”.

Un dato, nos recalca, estadístico, al que se suma que las niñas, a esta edad de los 6 o 7 años, “empiezan a tener un menor autoconcepto, es decir, si fallan en un examen, ellas no son listas, no lo llevaban bien preparado y la culpa es suya; tienen un mayor control internos”. Sin embargo, los niños, buscan siempre factores externos, “si he fallado en un examen es porque el profesor me tenía manía o el examen era demasiado difícil”.

Estas cuestiones, como hemos dicho, son intrínsecas y, por eso, estamos obligados a trabajar la igualdad desde la escuela como un pilar básico (el otro es la familia). Y hacerlo desde la Educación Infantil, para prevenir situaciones de discriminación sexista en el futuro, con estrategias y metodologías educativas directas e indirectas, además de apoyarse mucho en la observación. Y poniendo las desigualdades en positivo.

Para ello, es importante que, en el colegio, por ejemplo:

  • “Los niños y niñas sean conscientes de que las desigualdades existen”, pero que tienen su valor.
  • Dar referentes de todo tipo, tanto a ellas como a ellos. Así, debemos dar más visibilidad, por ejemplo, a las mujeres en la ciencia o en carreras más físicas, pero, nos dice la psicóloga, “los niños también tienen que tener otros roles minoritarios que también son para ellos, igual que para ellas, como son las profesiones de enfermería o magisterio”. Si no es así, la percepción seguirá siendo que “ellas tienen que hacer siempre más por conseguir algo”.
  • Educar en la empatía, “en qué le puede estar pasando a mi compañero o compañera si no le valoro, si le discrimino”.

Belén Llorente, por su parte, asegura que también importa el lenguaje que utilizamos para ello, pues “el mensaje debería ser algo diferente”. Y no le damos importancia o no nos damos cuenta de ello. Como nos explica, “no es adecuado transmitir a los niños que todos somos completamente iguales, porque no es cierto. Lo que tenemos que hacer es visibilizar y normalizar todo tipo de cuerpos, todo tipo de talentos, aceptándose y queriéndose, respetando esa diversidad”. Los niños, asegura, “están preparados para trabajar estos conceptos desde bien pequeños”.

Al igual que Silvia Álava, ella opina que “somos los padres los que debemos saber qué mensajes hay que trabajar y “nuestra manera de hablar, tanto de nosotros mismos como de otras personas, tienen su impacto”. Pero no se trata solo de un “lenguaje inclusivo”, en eso coincide con Silvia Álava, “eso es solo la punta del iceberg. Hay que rectificar muchas cosas desde la educación”.

¿Cómo puedo fomentar la igualdad en casa?

La educación y el ejemplo que nuestros hijos reciben en casa va a determinar, tanto su comportamiento, como sus creencias y la forma que tendrán de relacionarse con los demás cuando sean personas adultas. Y, nos cuenta la psicóloga, “los niños aprenden por modelado, copian lo que los padres hacemos en casa”. Por lo que, hablando en términos prácticos:

  • No perpetuar los roles y comportamientos sexistas, ni con actos ni con lenguaje. Para ello, muchas veces, tenemos que desprendernos de algunas cosas que aprendimos en nuestra infancia, como que “mamá siempre hace la comida”.
  • Repartir las tareas del hogar y responsabilidades entre todos los miembros de la familia. Tenemos que dar a los más pequeños deberes en casa, de acuerdo a su edad, sin hacer otra diferencia. La psicóloga habla de “corresponsabilidad de todos, sin distinción, y un trabajo en equipo. Mamá no tiene suerte porque la estamos ayudando. Mamá no cuida de papá, se cuidan mutuamente”.
  • Hay que aceptar también la individualidad de cada niño o niña con sus características particulares, favoreciendo que sean ellos mismos quienes tomen decisiones, apoyando el desarrollo de sus talentos y preferencias.
  • Tenemos que compartir la información, tanto la que reciben ellos del colegio como la que vemos en la televisión y demás medios de comunicación. Tenemos que trabajar el espíritu crítico. La psicóloga los llama “espacios de reflexión en los que exista libertad para hablar”.
  • Los juguetes, sin duda, nada sexistas. Es decir, las muñecas no son solo para las niñas y los camiones para los niños. Los juegos son un medio más de educar en valores. Deben ser elegidos, nos cuenta la psicóloga, “por ellos mismos, al igual que, por ejemplo, la ropa”.

En casa, sobre todo, “lo que nos falta es el conocimiento, el darnos cuenta de lo que estamos haciendo”. Es una herramienta esencial que debemos buscar, además, por supuesto, “de que tienen que existir más políticas generales en pro de esta igualdad y facilitar, de una vez por todas, la conciliación laboral porque, de no ser así, las mujeres siempre van a llevar la carga de la renuncia, de quedarse ellas en casa”. Tenemos que saber que los padres “somos los agentes del cambio”.

FUENTE: Hola.com

Los yonquis de las consolas también sufren mono. Colaboración con El Correo

Un adolescente de 15 años ingresa en un hospital por su adicción a los videojuegos. La ira, la tristeza y el insomnio son síntomas de esta dependencia.

Por antonio Paniagua

Dos meses en un hospital

No hace falta ser un yonqui de cara demacrada y andar errático para estar enganchado. Basta pasar un sinnúmero de horas delante de la consola o el ordenador para padecer el mismo mono que atenaza a un bebedor. Pero a diferencia de los alcohólicos y heroinómanos, en la adicción a los videojuegos no hace falta el concurso de sustancias estimulantes. La droga en este caso es una sucesión de estímulos veloces que sumen al jugador en la ansiedad y un bucle competitivo que se retroalimentan. Es lo que le ha ocurrido a un adolescente de 15 años que ha pasado dos meses en un hospital a causa de su obsesión por el Fortnite, un entretenimiento que registraba 350 millones de cuentas en el mundo.

Fortnite

El videojuego más popular del orbe desarrollado por Epic Games, es todo un fenómeno de masas gracias, entre otras cosas, a que permite jugar gratis. Ese es el señuelo que atrapa al principio a los debutantes, que, al final, pueden acabar echando mano de la tarjeta de crédito de los padres para realizar micropagos y adquirir complementos. Fortnite permite que un máximo de 100 jugadores permanezcan conectados ‘on line’ de forma simultánea. Su éxito es tal que Epic Games ingresó en 2019 unos 3.550 millones de euros, de los que 1.520 millones (casi el 43%) procedían de exclusivamente del Fortnite.about:blankPUBLICIDAD

El caso del chaval ingresado para desintoxicarse de las pantallas marca un antes y un después, por cuanto ha servido para documentar el primer caso clínico de un menor internado en un centro hospitalario por abusar de los videojuegos. El estudio en cuestión ha sido publicado por el Hospital Provincial de Castellón, la Universidad Jaume I y el Hospital General Universitario.

Totalmente aislado para deshabituarse

Durante las primeras semanas de tratamiento, el paciente estuvo totalmente aislado para deshabituarse. «Aunque los primeros días sufriese un malestar emocional interno, fue desapareciendo progresivamente, momento en el que pudimos hacer un repaso de cómo era su día a día», asegura Matías López, psiquiatra del Hospital Provincial de Castellón.

En España, el 21% de los jóvenes entre 10 y 25 años sufre trastornos del comportamiento por culpa de la tecnología, según una encuesta realizada a 4.000 jóvenes para el Plan Nacional sobre Drogas. Por ahora la adicción a las pantallas no está contemplada como una enfermedad, de modo que quedó al margen del DSM5, la clasificación de trastornos mentales elaborada por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, que actualizó el listado en 2013. La ludopatía es el único comportamiento adictivo reconocido en ese manual, que asocia la adicción fundamentalmente a sustancias como el alcohol, el tabaco, los estimulantes, la marihuana y los opiáceos.

Con todo, en 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en el que se catalogaba el abuso de los videojuegos como un trastorno. La proporción de personas que se ven afectadas por el uso sin tasa de los videojuegos ‘online’ se sitúa entre el 1% y el 10% en los países occidentales, según Vladimir Poznyak, experto de la OMS.

Horas de sueño

Para la directora técnica de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Eulalia Alemany, la adicción a los videojuegos «no es un problema muy extendido». «Sí que hemos observado, en cambio, que durante la pandemia, los chicos han perdido horas de sueño por estar hiperconectados. En los dormitorios de niños y adolescentes no puede haber tecnología, es la primera regla de prevención»

En ese letargo en que se sume el paciente, lo habitual es que el jugador recalcitrante se desentienda de otros quehaceres y aficiones, baje su rendimiento escolar o laboral y descuide la alimentación. Según la psicóloga y directora del Instituto Valenciano de Ludopatías y Adicciones No Tóxicas, Consuelo Tomás, la persona enganchada se obsesiona no solo con los lances del juego, sino también con lo que acontece en Twitch, una plataforma en la que se retransmiten partidas en directo y el suscriptor puede tener acceso al chat y a hablar con sus ídolos, previo pago de una cantidad de dinero casi siempre. «Cuando se interrumpe el videojuego o la conexión a Twitch, aparece el síndrome de abstinencia. Los micropagos funcionan de manera muy similar a las ludopatías. A veces nos llegan padres con extractos bancarios por pagos que han hecho sus hijos y que reflejan cantidades importantes».

Irritación, ansiedad, tristeza…

De acuerdo con Marta Labrador, psicóloga e investigadora, la irritación, la ansiedad, la tristeza y el fracaso al intentar controlar la dependencia son síntomas que permiten diagnosticar una conducta adictiva. «Los afectados suelen engañar a familiares y al psicólogo sobre el verdadero tiempo que pasan jugando. Se usan los videojuegos para escapar de estados de ánimo negativos».

Para la psicóloga Silvia Álava, los adictos juegan de forma compulsiva y se niegan a reconocer el problema que sufren. Álava aduce que la adicción es más frecuente en los varones que en las mujeres. A su entender, los videojuegos están diseñados para enganchar, como se comprueba en la gran cantidad de estímulos visuales y auditivos que despliegan. A su vez, su estética está ligada a los gustos infantiles, un diseño nada casual, pues pretende para atrapar en su red a chicos de corta edad. A la luz de algunos estudios, la victoria procura un placer que libera dopamina en los núcleos de recompensa del cerebro. «Cuando una persona se hace adicta experimenta una activación de la zona cerebral de la recompensa, lo cual es una reacción muy adictiva», comenta Álava.

FUENTE: ElCorreo.com