La importancia del juego en la niñez. en Publimetro de Mexico

La importancia del juego para los niñosEl juego constituye un elemento básico en la vida de todo niño, que además de divertido resulta necesario para su desarrollo físico, psicológico y neuronal. Con él, aprenden de sí mismos y de su entorno, imaginan, crean y se involucran de manera emocional; se enfrentan a situaciones que aprenden a domar y desarrollan su capacidad de adaptación.

En el libro “Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron”, la psicóloga Silvia Álava, directora del área infantil en el Centro de Psicología Álava Reyes, asesora a los padres para solventar dudas y complicaciones del día a día con los hijos, entre ellas, la compra de juguetes.

Silvia Álava señala que los primeros seis años del desarrollo infantil son primordiales; por ello, durante esta etapa se debe poner más esmero en escoger los regalos que se hacen a los más pequeños del hogar.

Juguetes para bebés: estimular los sentidos

La especialista destaca la importancia de los colores, sonidos y apariencias en los juguetes para que llamen la atención del bebé y que éste comience a jugar con ellos.

  • Apilables: trabajan la coordinación oculomanual, la pinza bidigital y la fuerza muscular.
  • Encajables de formas geométricas o animales: aportan coordinación visomanual y destrezas finas. Se trabaja la memoria de formas y los niños aprenden la dinámica del puzle, juego importantísimo en la actividad lúdica infantil junto con las construcciones.
  • Mantas de actividades: favorecen la motricidad de los bebés.
  • Marionetas: estimulan de forma divertida a los bebés, involucrando los sentidos de la vista y el tacto. Cuando sean un poco mayores los propios niños podrán jugar con ellas, bien a reproducir una historia o creando sus propios cuentos .

Juguetes que no pasan de moda

Aunque depende de cada niño y de la forma en que se le eduque, la especialista explica que “a partir de los dos años hay que empezar a pensar que el pequeño ya no es un bebé sino un niño”.

Los juguetes tradicionales “son importantísimos para favorecer su correcta estimulación”, por ejemplo, los juegos de ensartar cuentas, pegar y despegar pegatinas en los sitios indicados son muy apropiados a partir de los dos o tres años.

  • Los juegos de plastilina, los recortables, vestir y desvestir muñecos: en torno a los dos años, de cara a facilitar el progreso de las habilidades de fuerza y agilidad en los dedos de las manos, además de ejercitar la paciencia del niño.
  • Los patinetes, patines, triciclos, bicicletas, camas elásticas favorecen la fuerza, potencia, resistencia y control muscular del niño. Estos juguetes se podrán usar dependiendo de la destreza del niño, entre los dos y los tres años, permiten conocer su cuerpo, aprender a dominar sus movimientos, y fomentan el desarrollo de la elasticidad, la tonicidad o el equilibrio.
  • Las cocinitas, los muñecos, los bebés, las marionetas y disfraces son juguetes que favorecen el juego funcional y simbólico. En términos generales, a partir de los tres años los niños empiezan a simular que hacen cosas y a llevar a cabo juegos de roles, como cocinar, ir a la compra, cuidar de un bebé.
  • Juegos de mesa: Normalmente es a partir de los seis años cuando el niño puede entender  las reglas y seguir los turnos de los juegos de mesa tradicionales.

Importancia del juegoJuguetes que cubren necesidades

A medida que los niños cumplen años, cambian tanto sus gustos como el tiempo que dedican al jugar. La publicidad, los amigos y los propios gustos del menor influirán en los regalos escogidos; no obstante, los padres pueden “orientar el tipo de regalos que recibe en función de la edad, las necesidades y los recursos económicos de la familia”, dice Álava.

A continuación, presentamos una serie de ideas para regalar que además de agradar al niño satisfacen una necesidad.

  • Material escolar: hay un gran abanico de posibilidades para regalar que se caracterizarán por su utilidad como libros de lectura, cuadernos de actividades, lapiceros, pinturas o estuches.
  • Pizarras: además de servir como material de apoyo para realizar los deberes cuando crezcan, esta herramienta sirve para jugar a los profesores.
  • Puzles y juegos de construcción: estimulan la paciencia, la memoria de formas y la lógica de las construcción.

Consejos a tener en cuenta

A continuación algunas de los principales dilemas que los padres se pueden plantear a la hora de regalar un juguete.

  • Niños y tecnología: Los juguetes tecnológicos llaman la atención de los niños, por ello no se debe pretender que no tengan este tipo de juegos; la clave está en controlar que éstos no sean el único juguete con el que se entretienen y determinar el tiempo que pueden jugar.
  • ¿Se deben elegir los juguetes para cada sexo? Los coches no tienen que ser siempre para los niños y las muñecas para las niñas, cada cuál se divierte con el juguete que prefiere. “Los juguetes no tienen que estar determinados por el género”, sostiene; de esta manera, se evita el fomento de prejuicios sexistas.
  • El precio no es un factor a tener en cuenta cuando se trata de agradar a un niño. Los menores no valorarán el regalo en función de su precio, lo que determinará que lo aprecien es si les ha gustado o no.
  • Regalar con mesura: la Navidad conlleva que los niños sean colmados de regalos, lo que inevitablemente produce que no presten atención a la mayoría de juguetes que reciben por lo que se aconseja hablar de antemano con los familiares qué se va a comprar, así se evita que los pequeños reciban demasiados regalos y sobre todo que sean innecesarios.
  • La edad: es importante prestar atención al indicador de la edad presente en las cajas de los juguetes.
  • Cómo actuar cuando al niño no le gusta el regalo: se debe restar importancia al hecho y dar prioridad a enseñárselo para que pueda explorarlo.

Violento en casa, sumiso en el cole. Colaboración con la revista Mía

Violento en casa, sumiso en el cole¿Tu hijo es agresivo o grosero en el entorno familiar, pero en la escuela se porta bien (hasta demasiado bien)? Te explicamos cómo detectar las causas y las posibles soluciones con la ayuda de una psicóloga.

Párate a pensar

Observa a tu hijo y las situaciones en las que reacciona con violencia en el entorno familiar. ¿Cuáles son y por qué se producen? Silvia Álava, directora del área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes, en Madrid, afirma que en estos casos debemos hacernos ciertas preguntas: “¿Cuál es el problema?, ¿por qué ocurre?, ¿hay una causa concreta que le haga comportarse de este modo?”. Asimismo, habla con su colegio y pide que presten atención a los momentos en que se muestre más retraído en clase, con sus compañeros.

¿Por qué se produce?

La psicóloga infantil reconoce tres razones para este comportamiento: “En ocasiones, los niños se portan mejor en el colegio que en casa porque en el primero están claras las normas y se han establecido las consecuencias para cuando no hacen lo que corresponde; mientras que en casa no es así. Otras veces, prueban a sus padres: quieren saber si pueden salirse con la suya, y a veces lo consiguen. También puede ser que estén haciéndoles una llamada de atención”.

¿Conflicto con el entorno? 

“Los niños tienen una gran capacidad de observación y saben muy bien qué es lo que pueden hacer en cada situación y cómo se tienen que comportar con las diferentes personas y en los distintos contextos”, resalta la experta. Cuando modifican su comportamiento según las circunstancias, puede reflejar un conflicto con el entorno y con quienes se encuentran en dicho ámbito. Y puede ser tanto una prueba para sus padres, ‘reclamar’ límites, como una vía de escape ante una situación estresante en la escuela.

Una llamada de atención

La psicóloga pone el acento en este factor como causa de la agresividad o mal comportamiento de nuestros hijos. “Los padres les regañamos, les damos sermones o les castigamos sin algo que les gusta. Y cuando buscan llamar la atención esto puede reforzar el problema, pues, aunque sea de forma negativa, al final los niños consiguen su objetivo: que sus padres dejen de hacer lo que sea por ir a regañarlos”.

Soluciones en casa…

Dale la vuelta: que reciban más atención en positivo que en negativo. “Trabaja desde el refuerzo. Es decir, en lugar de castigarlos cuando no se porten bien, explícales que cuando griten, peguen o chillen, no les prestarás atención. Y, en cambio, cuando su comportamiento sea el correcto (cuando se olviden de los gritos y demás), vosotros, sus padres, estaréis a su lado y les prestaréis atención”, aconseja Silvia Álava.

… y en la escuela

Aunque en la mayoría de los casos, como dice la psicóloga, el conflicto deriva de un problema de autoridad paterno, “es bueno hablar con el colegio para saber cómo se comporta en el centro escolar, o por si se hubiera detectado algún problema”. Ten en cuenta que las llamadas de atención a veces esconden problemas reales de integración. Si es el caso, acude a un profesional.

 FUENTE: Revista Mía

Cómo conseguir que los niños crezcan felices. Entrevista de Carles Mesa en el programa Gente Despierta de RNE

Os adjunto el enlace al podcast de la entrevista de ayer en el programa de RNE «Gente Despierta»

Silvia Álava RNE Gente Despierta

Las notas de tus hijos mejoran con el método Kumon

Kumon infantil 2 Silvia ÁlavaUna de las mayores preocupaciones de los padres es la educación de sus hijos, dado el gran impacto que tendrá en su futuro. A menudo se preguntan: ¿Será suficiente con lo que aprenden en el colegio? ¿Estoy estimulando lo bastante sus aptitudes? ¿Qué más puedo hacer por ayudarles a mejorar? Las notas y el rendimiento de los hijos lógicamente inquietan a todos los padres, pero existen formas para mejorar el aprendizaje y conseguir aprobar las asignaturas, a la vez que los niños se preparan para la vida en general. Hoy os quiero hablar de un método educativo, el método Kumon, que puede ser una respuesta para los padres que buscan marcar la diferencia en la educación de sus hijos.

Kumon es un método de enseñanza conocido en todo el mundo que se caracteriza por ofrecer a los niños un sistema de aprendizaje integral. Cuenta con más de 50 años de experiencia en el sector educativo y, a diferencia del resto de los métodos, no se conforma sólo con el dominio de los contenidos de las materias escolares, sino que dota a los alumnos de una serie de capacidades y herramientas que les hará más autónomos, responsables y seguros durante toda su vida.

El método consta de dos programas, uno de Matemáticas y otro de Lectura. Con ellos, los niños aprenden a resolver ejercicios de estas materias por sí mismos y perciben rápidamente resultados a nivel académico, lo que les motiva a seguir progresando. Pero no solo verás que las notas de tus hijos mejoran, sino que comprobarás que comienzan a asimilar y a aprender contenidos por encima de lo que corresponde a su curso escolar. En Kumon, si se siguen las pautas del método marcadas por cada profesor en su centro educativo, los niños se interesarán por los estudios y querrán aprender por su cuenta.

kumon_2Con Kumon los niños aprenden de manera autónoma y autodidacta, lo que beneficia al resto de aprendizajes y a las notas escolares. La filosofía de Kumon confía en una educación que va más allá de los libros: intenta enseñar a los niños el valor del esfuerzo y les demuestra que son capaces de aprender lo que deseen por sí mismos. Este aprendizaje es extrapolable al resto de áreas de su vida, y trabajar la confianza en sí mismos, la responsabilidad, la perseverancia y la autoestima les ayudará a contar con técnicas y estrategias para desenvolverse con éxito en la vida.

Una de las ventajas que tiene el método, es su individualización, ya que se adapta al ritmo y las necesidades de cada alumno, para que poco a poco sean capaces de aprender por sí mismos cualquier cosa que se propongan. Kumon ayuda a los niños a que no se atasquen en los estudios, lo que permitirá que mejoren los resultados académicos y que los padres disfruten viendo como sus hijos crecen a nivel personal. Si quieres que mejoren el cálculo y la lectoescritura, Kumon puede ser una buena opción para ayudar a los niños.

Consejos para sobrevivir a los regalos de los niños en Navidad

Juguetes2Con la llegada de la Navidad, una de las cuestiones más frecuentes entre los padres, tíos o abuelos, suele ser la tradicional pregunta: ¿qué tipo de juguete es el más adecuado para nuestros pequeños? la psicóloga infantil Silvia Álava da respuesta a esta cuestión en su libro “Queremos hijos felices. lo que nunca nos enseñaron (de 0 a 6 años)”.

Y es que, según la experta, los juguetes, además de ser un medio de distracción y de entretenimiento para los niños, deben estar bien utilizados para estimularlos en mayor medida y favorecer así los procesos de aprendizaje. La importancia de los primeros años: apilables, encajables, etc. Los primeros seis años del desarrollo infantil son fundamentales.

En esta etapa cuando más atención se tiene que poner en los regalos que hacemos a los menores. la elección de los juguetes ha de ir acorde a la edad del niño. Según va creciendo no solo cambian sus gustos, sino que se adquieren toda una serie de habilidades y destrezas.

Desde su experiencia, Silvia Álava aconseja juegos para estimular la percepción sensorial, la manipulación o la coordinación de movimientos de los más pequeños: los apilables trabajan la coordinación oculomanual, la pinza bidigital y la fuerza muscular; los encajables de formas geométricas o animales aportan coordinación visomanual y destrezas finas.

Se trabaja la memoria de formas y los niños aprenden la dinámica del puzle, juego importantísimo en la actividad lúdica infantil junto con las construcciones. las mantas de actividades favorecen la motricidad de los bebés las marionetas –explica también la psicóloga infantil Silvia Álava –sirven para estimular de forma divertida a los bebés, involucrando los sentidos de la vista y el tacto. Leer más

¿Cuántos deberes tienen que hacer los niños? Colaboración con el diario El Correo

Deberes en veranoCon las vacaciones de Navidad, vuelve el debate sobre los deberes. ¿Cuántos deberes tienen que hacer los niños?

No más de 20 minutos hasta los 8 años. Y nada de que los padres se sienten al lado. «Solo deben resolver las dudas puntuales, no suplantarles. Algunos niños alargan la tarea para que los adultos estén pendiente de ellos», advierten los expertos.

‘Las ocho y media ya… ¡A cenaaaaaaaaaar! Y este chiquillo con los deberes sin terminar’. Esas horas y más le daban cada día al hijo de Eva Bailén, alicantina de 41 años, madre de tres niños y empleada de telefonía. Tiene una jornada «reducida» de siete horas pero su niño ‘trabajaba’ ocho: cinco en el colegio y tres más en casa haciendo la tarea, sin margen para conciliar la vida escolar con los juegos. «Muchos días acababa llorando porque no le había dado tiempo a jugar en toda la tarde. Y eso que yo le ayudaba dictándole los enunciados de los ejercicios. Se los mandaban copiar todos. No lo entiendo. ¿Qué es, un escribano?». Su hijo (11 años) fue uno de los primeros alumnos en estrenar la polémica Lomce del exministro José Ignacio Wert. «Redujeron las clases a 45 minutos en lugar de una hora, así que ese cuarto de hora lo tenían que recuperar en casa, haciendo deberes. Y no te digo ya cuando llegaba el fin de semana o un puente… Me contaron el caso de una familia que iba a anular las vacaciones de Semana Santa en el Caribe porque al niño le habían mandado muchos deberes y si no los llevaba, le suspendían».

Eva fue conociendo más situaciones de chavales como el suyo, saturados con las tareas, a raíz de la recogida de firmas que organizó hace unos meses en la web Change.org contra «los deberes abusivos». Su caso ha salido en la televisión pública inglesa y va camino de los 175.000 apoyos online. «A los niños hay que dejarles respirar», clama Eva, que ha hecho un vídeo ya convertido en viral en el que adultos tratan de adivinar cuál es la profesión más dura del mundo. Varios niños en edad escolar les demuestran que es la suya y les dejan boquiabiertos.

Si no ha firmado aún la petición de Change seguro que lo hará pronto César Bona, ‘el mejor profesor de España’ (fue uno de los 50 finalistas al Global Teacher Prize, el Premio Nobel de los maestros, que ganó la estadounidense Nancie Atwell entre 5.000 candidatos). Él no manda muchos deberes y no permite que los alumnos estén más allá de las siete de la tarde entre libros. «Si para esa hora no han acabado les digo a los padres que les dejen ir a jugar pero que me manden una nota informándome. Porque eso es labor mía. He conocido a alguna madre que le hacía algún ejercicio al crío para que los llevara terminados y eso no puede ser».

Deberes escolares

César Bona, dando clase en el Colegio Puerta de Sancho de Zaragoza. / GUILLERMO MESTRE

Él siempre hizo solo la tarea y si no sabía, preguntaba al día siguiente al profesor. Imponiéndose a una vergüenza -«era un estudiante aplicado y sacaba buenas notas pero no me atrevía a levantar la mano»- que le ayudó a superar don Dionisio, el maestro en la escuela de Ainzón (Zaragoza), donde se crió. «Tenía un arte especial para mover el bigote y mostrar desacuerdo y le bastaba fruncir el ceño para que no se oyera una mosca». César manda poca tarea porque «es obligatorio que los niños sigan siendo niños» pero reconoce que él también sucumbió al pánico de muchos padres. «Hace unos años conviví con una chica que tenía una hija. Viví con esa niña de los 3 a los 9 años. Yo por entonces era un maestro estricto y le decía: ‘Hasta que no acabes, no descansas. Y si no terminas antes de cenar, lo acabará después’. Nunca más lo haría».

Porque no es sano, advierte la psicóloga Silvia Álava. «Es una barbaridad que un niño pasé tres horas al día haciendo deberes. Hasta los 8 años con 20 ó 25 minutos para afianzar la lectura y el cálculo es suficiente y a partir de esa edad, una hora u hora y media para repasar lo que han visto en clase». Pero ojo que no se trata de demonizar los deberes, un ejercicio estupendo no solo para mejorar el rendimiento académico, también «para que los niños adquieran responsabilidad y aprendan el valor de la constancia y el esfuerzo».

Y eso, alerta la especialista, directora del área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes, no tiene nada que ver con que saquen un 10. «Es preferible que un niño saque un 7 por sí mismo a que saque un 10 porque los padres le ayudan continuamente». Esta apreciación abre el debate a una pregunta que se hacen casi todas las familias. ¿Le tengo que ayudar a hacer los deberes o debo dejarle que los haga solo? «Hay padres que vuelven a hacer la Primaria con sus hijos, solo les falta matricularse otra vez en la escuela. El niño debe saber que los deberes son su responsabilidad, no la de sus padres. Además, esos ejercicios se los han explicado ya en el colegio, es un error que la madre esté sentada al lado mirando cómo trabaja u orientándole continuamente. Los adultos deben estar solo para las dudas puntuales».

Muchos creen que son mejores padres si les ayudan.

Hay niños que usan los deberes para llamar la atención. Como saben que a sus padres les preocupa que la tarea vaya hecha, lo utilizan y dilatan el tiempo a propósito.

Tuvo un caso en su consulta, Beatriz, 7 años. «La niña tenía una hermana pequeña y se enfadaba con facilidad. El momento más conflictivo era el de los deberes y como protestaba y montaba pataletas los padres optaron por quedarse con ella haciendo la tarea. Pero entonces se dieron cuenta de que tardaba incluso más que haciéndola sola. En el colegio, la profesora nos dijo que Beatriz no tenía dificultades de aprendizaje. Estaba utilizando los deberes para conseguir atención extra de sus padres y era capaz de sacrificar su tarde libre con tal de conseguir que estuvieran encima de ella, pendientes».

Es que igual de otra forma no lo consiguen.

Hay padres que piensan: ‘Qué bien, hoy no tiene deberes, así puedo hacer yo otras cosas’. Y eso es un error, deberían aprovechar ese tiempo para jugar con sus hijos o para hacer cosas juntos. No solo para los deberes. La vida es más que un boletín de notas -zanja Álava, autora del libro ‘Queremos que crezcan felices’ (JdeJ Editores)-.

Eso les transmitió a los padres de Beatriz, una historia con final feliz: «Lo que hicimos fue ponerle un horario a la niña. Sus padres le dijeron que hasta una hora determinada ella haría sola los deberes y después establecerían un rato para jugar juntos. Se cambió ese tiempo de atención en negativo, con riñas y protestas para que hiciera los deberes, por un tiempo de juego. Si a la hora estipulada Beatriz no terminaba la tarea por haberse demorado adrede con protestas, sus padres se iban a jugar con su hermana pequeña, de 5 años. En una semana, Beatriz pasó a hacer sola los ejercicios y a hacerlos en un tiempo razonable».

Una enseñanza para la niña… Y para los padres. «El adulto nunca debe suplantar al niño. Si no ha apuntado los deberes en la agenda y no sabe qué tiene que hacer debe llamar a un compañero para averiguarlo, pero debe llamar él, nunca su madre. Con vistas a su correcto desarrollo emocional, a la adquisición de autonomía e incluso de autoestima, la sobreprotección es claramente negativa».

 

¿Cómo trabaja el mejor profesor de España?

Con bigote postizo. Se lo puso una vez, cuando el director del colegio le obligó a usar la bata. César Bona lo hizo como simpática protesta, porque a él no le gustan los «signos» que le distingan de los chavales. El ‘mejor profe de España’ emplea unos métodos a veces poco ortodoxos, y a los chavales se les abren los ojos como platos. Como cuando les manda agruparse por continentes, o les manda hablar en verso, organiza un concurso para ver quién frunce el ceño más veces y más rápido, designa un ‘cabecilla de los sublevados’ que canaliza las quejas de los compañeros y a un ‘curioso’ que lanza una pregunta a la clase cada día: ‘¿quién era ese artista que pintó unos relojes espachurrados?, ¿por qué hace frío en los polos…?’. Así, asegura Bona, «aprenden de literatura, mitología, geografía, música, arte… Más allá de la recopilación de conocimientos, estas prácticas fortalecen la actitud curiosa». Desvela sus métodos en ‘La nueva educación. Los retos y desafíos de un maestro hoy’ (Plaza Janés), el libro que acaba de publicar y que le ha alejado unos meses de las aulas. Está deseando volver. Allí le esperan alumnos como Javi, un crío de 9 años que le enseñó a tocar el cajón; o Juan, el protagonista de ‘Hamlet’ en la función del colegio. «Solo tenía frase y media, y apenas sabía leer, pero eso le abrió el mundo de la lectura». Y pensar que César quería ser futbolista…

 

FUENTE: Diario El Correo

Silvia Álava nos transmite un mensaje positivo: podemos educar a hijos felices. Vía Gestionando Hijos

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  Ya sabéis que durante la semana pasada nos propusimos “regar Madrid de educación”, como afirma el director de Gestionando Hijos, Leo Farache. Y no hemos parado de organizar talleres. La  víspera de nuestro encuentro, el viernes 11, hicimos doblete. En un taller patrocinado por la Fundación SM en el Colegio Amorós, Silvia Álava nos habló de los primeros pasos para educar en la felicidad, de 0 a 6 años.

Javier Palop, el director de la Fundación SM, intervino para subrayar que “la razón de ser de la Fundación SM es mejorar la educación” y  por eso apoyan Gestionando Hijos. Silvia comenzó su taller dando las gracias porque, aseguró, “ser agradecido es uno de los mayores predictores de la felicidad”. Todos y todas queremos que nuestros hijos sean felices, reconoce Silvia, pero quizá haya que explicar qué es la felicidad. Para esta psicóloga,“la felicidad de nuestros hijos pasa por hacerlos más capaces”. En el taller, pudimos explorar qué factores determinan nuestro nivel de felicidad: un 60% es herencia, un 40% es la actividad emocional y un 10% las circunstancias que vivimos. De modo que, nos dijo Silvia, no podemos escudarnos en que nuestros problemas nos impiden ser felices. Uno de los hilos conductores del taller fue la apuesta por educar en positivo en lugar de en negativo. Oscar Wilde, nos recordó esta experta, señalaba que “el mejor camino para hacer hijos buenos es hacerlos felices”. Silvia nos animó a “ponernos las pilas y educar en positivo”, sacando a relucir una cita de Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.

Otro de los grandes temas que esta reconocida experta quiso tratar en su taller fue la sobreprotección: “Los padres helicóptero resuelven problemas antes de que los niños los tengan. Así no aprenden”. Silvia preguntó al numeroso público (entre el que había muchos niños) qué necesitamos para enseñar a los niños a ser autónomos. Los asistentes dieron respuestas como paciencia, calma… Pero Silvia nos dio otra clave: tiempo. “Si yo quiero que un niño aprenda a vestirse, a comer solo, a ser autónomo, necesito tiempo”. Si tenemos prisa por las mañanas porque vamos justos de tiempo, optaremos por vestir al niño en lugar de que se vista él solo a su ritmo, por ejemplo. En el tema de la adquisición de la autonomía, “no podemos desaprovechar los periodos óptimos de aprendizaje”: hay un tiempo en el que el niño muestra mucho interés y motivación para adquirir nuevas destrezas (comer solo, vestirse, por ejemplo). Si dejamos pasar esta oportunidad porque tenemos prisa o no queremos que se manche, perderá la gran motivación por aprender y será más difícil adquirir la destreza más tarde. Silvia nos puso el ejemplo de los idiomas: en la edad adulta, cuando ya se nos ha pasado el periodo óptimo de aprendizaje del idioma, aprendemos fundamentalmente vocabulario, no tanto la estructura natural de un idioma. La tentación de allanar el camino a nuestros hijos para que no sufran es muy grande, pero Silvia nos pide que “no allanemos el camino para nuestros hijos, preparémosles para el camino”, o dicho de otro modo, “no pongamos tanto empeño en que no se caigan, sino ayudémosles a levantarse”.

Cuando nuestros hijos tienen un problema, lo mejor, lo que les hará más felices (y más capaces) no será que vayamos corriendo a resolvérselo, sino que escuchemos activamente lo que ocurre, y luego le hagamos preguntas, le demos pistas (“¿Qué te parece si….?”) , para reflexionar juntos  y ante todo “mandarle el mensaje de que él o ella puede”.

IMG_6879 pequeNo podemos confundir la felicidad con darles todo, nos advierte Silvia Álava, porque no lo valorarán. La felicidad, nos contó la directora del Área Infantil delCentro de Psicología Álava Reyes, está más relacionada con el esfuerzo y la constancia, algo que pueden aprender con los deportes. La felicidad, nos quiso contar Silvia, no está reñida con las normas,porque “dan seguridad a los niños. Nosotros nos sentiríamos perdidos si no supiéramos dónde ir”. Por eso, para examinar las conductas de nuestros hijos y nuestras respuestas, Silvia nos recomienda llevar un registro de las conductas en el que expliquemos la situación y en el que quede claro qué reacción o respuesta hemos dado a una conducta inadecuada de nuestros hijos. “Así veremos que muchas veces si no obedecen a la primera obtienen más atención. Y eso es contraproducente”, nos dice Silvia. En este sentido, la experta es partidaria de darles más atención en positivo (cuando el comportamiento es bueno) que en negativo (cuando su comportamiento es malo). Y nos dijo: “no cedamos ante las pataletas porque eso refuerza su conducta. Hay que hacer más caso en positivo y menos en negativo”. Para profundizar en las temidas pataletas, Silvia preguntó a los asistentes si en medio de una de ellas les ha servido razonar con el niño. La respuesta, unánime, es no.

Otro de los temas que trató esta experta en su charla es la idea de que los niños aprenden de nosotros. Por eso, advirtió, “no podemos decirles que no griten si nosotros estamos gritando”.Con una nota de humor, Silvia nos recordó que, como diría Spiderman, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Educar siendo el modelo también se aplica a la educación en valores. Para introducir el tema, Silvia nos leyó una cita: “Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros. Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.”Silvia nos contó que esta cita parece muy actual, pero no lo es. Es del filósofo griego Sócrates. Es decir, que desde la Antigua Grecia nos ha preocupado educar en valores a nuestros hijos. ¿Y qué valores? Silvia nos habló de los que ella considera más importantes, subrayando que la respuesta de qué valores son los más importantes es personal. Humildad, compromiso, gratitud, amistad, lealtad, paciencia, honestidad, esfuerzo y responsabilidad son los valores que Silvia destacaría.

Silvia volvió a hablar del gran poder de padres y madres al subrayar que “el mejor regalo para un niño es la atención de sus padres”. Y nos dio claves para educar en positivo como esta:“Todos los niños tienen algún punto fuerte que podemos potenciar. Mitiga sus defectos y potencia sus virtudes”. Frente a los sentimientos de agobio de padres y madres, Silvia nos recordó la importancia de “pedir ayuda y buscar momentos felices y relajados. Las pequeñas cosas del día a día nos hacen sentir bien”. Y por último, esta experta nos dejó unas palabras para reflexionar: “La vida es más que un boletín de notas”.

Silvia nos había comentado que quería transmitir un mensaje muy positivo de que es posible educar bien, que podemos hacerlo. A tenor de comentarios en redes sociales y del público, podemos decir que consiguió su objetivo.

FUENTE: Gestionando Hijos

Los niños no necesitan un teléfono móvil. Colaboración con el diario El Mundo

A los más pequeños de la casa no les hace falta un teléfono móvil para sobrevivir. Así de claro. No lo digo yo, sino la psicóloga Silvia Álava, que en su libro ‘Queremos que crezcan felices’ nos da un buen tirón de orejas a los padres por nuestra excesiva permisividad con el uso de las tecnologías.

Su teoría es clara: si nos pasamos el día advirtiéndoles de los peligros de la calle, si no les dejamos ir solos ni a la vuelta de la esquina, ¿por qué les permitimos navegar en solitario por Internet?

«Los niños no están preparados para tener un teléfono móvil ni para el uso de las redes sociales. Debemos marcarles unas pautas y cerciorarnos de que las cumplan», asegura Álava en el libro.

Es cierto que estamos ante una generación de nativos digitales y que no podemos permanecer ajenos a las tecnologías, pero creo que en ocasiones las cosas se nos están yendo de las manos. ¿Es normal que bebés de año y medio cuenten ya con su propia tableta? ¿Y que niños de dos años exijan el móvil con cajas destempladas? ¿Y que con nueve tengan ya su cuenta en Twitter o Instagram?

Álava recomienda aguardar hasta los 14 años para empezar a tener móvil, una espera que a muchos se nos antoja larguísima. De hecho, pese a mi radical oposición, logré aguantar hasta que mi hija tuvo 11 años para comprarle el dichoso móvil, lo que dice bastante poco en favor de mi firmeza como madre. Eso sí, pacté unas estrictas condiciones: el teléfono sólo se utiliza el fin de semana y no tiene redes sociales ni tarjeta de datos.

Las redes sociales conllevan bastante peligros. Los periodistas (y no digamos los políticos) sabemos muy bien que una metedura de pata te puede costar la reputación de toda una vida. Si nosotros, adultos con experiencia, nos lo pensamos una y tres veces a lo hora de escribir un tuit, ¿tiene la madurez suficiente un niño de 9 años para subir una foto en Instagram? ¿Y si cuelga de manera inocente la foto de su hermano llorando y éste se convierte en objeto de burlas en el colegio?

No será el primer caso ni el último. Conozco bastantes problemas provocados por el mal uso de Instagram, la red que arrasa entre los jóvenes. Imágenes inapropiadas, perfiles falsos creados para desacreditar a compañeros… Un policía me confesó en una ocasión que estaban asustados con lo que veían en las redes sociales. A veces, son ellos quienes tienen que alertar a los padres ante las fotos subidas de tono que cuelgan sus hijos.

La situación es tal que la Policía ha lanzado un contrato con el fin de que padres e hijos, menores de 13 años, se comprometan por escrito a usar el móvil de manera responsable y evitar de esta forma sustos posteriores, como el que me llevé yo.

Fue un buen día en el que mi marido cogió la tableta y comprobó estupefacto que el historial estaba repleto de contenidos porno. Mi hija y su amiga (las niñas más buenas de la clase, lo prometo) se habían dedicado a investigar en Google sobre el término pene y sus derivados y, a sus 9 años, habían visto escenas dignas del hardcore más duro.

Yo pensé: ¡si esto me sucede con nueve, qué es lo que me quedará por ver a los 15! Desde entonces, estoy bastante alerta y procuro que permanezcan el menor tiempo posible delante de la tableta y el móvil. Sé que pueden ser muy útiles para el entretenimiento y el aprendizaje con juegos y vídeos educativos, pero, en otros aspectos, considero que les roban a nuestros hijos parte de la infancia y de la inocencia.

 

FUENTE: Diario el Mundo

Papa, Mamá, ¿Hablamos de sexo? Colaboración con el diario El Mundo

Papá-Mamá ¿Hablamos de Sexo?Papa- mamá, ¿Hablamos de sexo? | Zen sección | EL MUNDO

A principios de los 90, con trajes de chaqueta sobrios y rostro algo contenido, una psicóloga llamada Elena Ochoa se colaba en los hogares de nuestro país para hablar de sexo. De la mano de Chicho Ibáñez Serrador, su director, los términos coito, masturbación o sadomasoquismo se instalaron en el ‘prime time’ de TVE para profundizar en cuestiones hasta ese momento tabú. La idea del programa era plantear los temas desde un punto de vista didáctico; la parte divertida de la cuestión no entraba en el guión. Para muchos fue una manera de plantear con naturalidad algo natural, valga la redundancia. Pero ¿se habla hoy en casa de sexo con normalidad? No, lo cierto es que aún parece que la cuestión se le atraganta a más de uno.

Muchos de los jóvenes de aquellos años tienen ahora hijos y dentro de no demasiado -si no ya- les tocará afrontar la temida conversación: «Papá-mamá, ¿hablamos de sexo?». La verdad es que son pocos los que plantean el tema de forma tan directa. Para mayores y para jóvenes sigue siendo un momento de vergüenza, de rubor. Quizá porque la cuestión se aborda todavía mal y tarde. «El tema de la sexualidad hay que hablarlo desde que son pequeños. Hay que verlo como algo positivo que forma parte de nuestra vida desde que nacemos y hasta que morimos», explica Eva Marina, directora de la Universidad de Padres, proyecto donde se echa una mano a los progenitores en el proceso educativo de sus hijos. El modelo comunicativo y afectivo que hay en cada casa marca cómo se aborda el tema. «Hay que contestar las preguntas que van surgiendo según la edad, de manera que al llegar a la adolescencia no haya ningún problema y siga esa comunicación».

Ver una escena de sexo en la televisión, por ejemplo, no tiene que ser motivo para que el adulto se revuelva en el sofá o se cambie de canal automáticamente. «Se pueden aprovechar situaciones cotidianas como ésta para iniciar una conversación; lo mejor es preguntar ¿qué quieres saber? Y a partir de su curiosidad ir solventando dudas», explica Ana Sierra, psicóloga y sexóloga.

De su experiencia en institutos y colegios, donde ha dado charlas de educación sexual muchos años, saca una conclusión clara: «Los padres informan poco y generalmente con un matiz negativo. Cuidado no te quedes embarazada, usa preservativo… Pero luego no les explican cómo ponérselo, que es lo más importante». Aquí, de nuevo, vence el corte. «Hablar de sexo no es sólo genitalidad, también es enseñar a disfrutar de la afectividad y los sentimientos con otra persona, aprender a decir que no…».

A las puertas de un instituto madrileño, la pregunta aún causa risas nerviosas. ¿Habláis de sexo en casa? El «no» del corrillo suena casi al unísono. Tienen entre 15 y 17 años, y la mayoría confiesa que ya ha tenido relaciones sexuales. «No siempre con protección». Casi todos reconocen que preguntan más a amigos e incluso a hermanos mayores cuando tienen dudas. «No nos damos cuenta de que a menor información, más riesgos«, asegura Sierra, quien se ha encontrado en su consulta que padres que iban a terapia de pareja acaban preguntando cómo tocar el tema del sexo con los hijos. «Muchos padres delegan en los colegios esta formación. Y en las aulas se habla de la reproducción, pero no de sexo como tal».

España, un país sin información sexual

Según el último informe sobre la juventud en España, realizado en 2012, los jóvenes españoles (15 a 29 años) tienen su primera relación sexual a los 17 años -tanto ellos como ellas-; un 12% del colectivo decía haberla tenido antes de los 15 años, frente al 5% en 2004. El método anticonceptivo más utilizado es el preservativo (70%), seguido de la píldora (19%).

Ser naturales y evitar transmitir nerviosismo; explicar con brevedad y claridad las cosas; adecuar el lenguaje a la edad; no dar más información de la demandada, lo que no significa que no se llame a las cosas por su nombre; y respetar los silencios de los chavales son algunas de las pautas que recomienda la psicóloga Silvia Álava, autora de ‘Queremos que crezcan felices’. Entre los errores más frecuentes, no contestar a las preguntas o mentir. «Si no se sabe algo es mejor reconocerlo; y hay que saber que si no se satisface la curiosidad, tratarán de buscar respuestas por otras vías menos seguras».

Un 14% de los jóvenes dice no disponer de información sexual, según el citado estudio. Y casi el 80% asegura no haber tenido este tipo de conversaciones en su casa a lo largo de la infancia o la adolescencia. «Hemos avanzado, pero sigue habiendo mucho trabajo por hacer», añade Marina, acostumbrada a tratar estos temas en los cursos y talleres de la Universidad de Padres. «En muchas ocasiones seguimos transmitiendo que lo más importante es que no caigan en conductas de riesgo, lo que se aleja de la educación afectiva, que es básica».

Internet y las redes sociales se han convertido en un escaparate a veces peligroso para los menores. «Deben establecerse unas pautas y no se puede ser excesivamente permisivo», explica Álava. «Hay contenidos que pueden dañar a nivel madurativo y sexual al menor». Al igual que se establecen normas en educación vial o en nutrición, «hay que fijarlas para navegar por la red». Los mensajes que reciben a través de internet «pueden no estar ajustados» para su edad.

Las prisas no son buenas para nada y tampoco para hablar de sexo: «Hay que dedicar tiempo a charlar, no querer terminar en minuto y medio. Hay que cuidar el contexto para que fluya la comunicación». Las chicas en esto llevan algo de ventaja. «En la preadolescencia y adolescencia se nota especialmente. Ellas maduran antes», dice Álava. Y tanto a ellas como a ellos, por ejemplo, hay que hablarles de la menstruación, «que sepan que no es algo negativo ni sucio», añade Ana Sierra.

En la Universidad de Padres se trabaja también con los progenitores: «Tratamos de que ellos analicen su sexualidad. Entre los adultos también existe mucho desconocimiento«, explica Marina. «Es un punto de partida para luego hablar con los hijos. Si no se ha tratado la cuestión con normalidad desde los primeros años, no puedes esperar que cuando llegan a la adolescencia hagan preguntas».

Insiste también Marina en el aspecto ético de esa educación afectiva que se debe recibir en casa. «Las palabras tolerancia y respeto deben estar muy presentes». Los modelos de familia son ahora más numerosos y diversos que hace unos años y la orientación sexual de cada uno hay que aprender a respetarla desde pequeños. «Todos los padres y madres están capacitados para hacer la educación afectivo sexual», concluye Álava.

Errores a evitar

La adolescencia se considera el periodo que va de los 12 a los 18 años. «Aunque siempre hay que analizar cada caso», asegura la psicóloga Silvia Álava, que recoge en su libro ‘Queremos que crezcan felices’ (JdeJ Editores) algunos errores que se comenten al hablar de sexo con los hijos:

  • FALSAS CREENCIAS. Al tratar la sexualidad no estamos incitando a los hijos a la actividad sexual. El objetivo es aprender a reflexionar sobre ella, respetarse y respetar a los demás.
  • IGUALDAD. Hay que ofrecer las mismas posibilidades a niños y niñas para desarrollarse de forma plena no sólo a nivel sexual, sino a todos los niveles. El sexismo se evita desde que son niños.
  • RESPETO. Hay que hablar con normalidad de sexo, pero en la preadolescencia es normal que aparezca la vergüenza. Hay que respetarlo y nunca presionar o insistir.
  • EDAD. Las respuestas hay que darlas siempre en función del conocimiento del niño. Hay que estar seguros de que el chaval va a entender todo lo que queremos transmitirle.

FUENTE: Diario El Mundo

Consejos para fomentar la lectura en los niños. Colaboración en la revista Padres y Colegios

Os adjunto el nuevo ejemplar de la revista Padres y Colegios en el que en la página 20 hablamos sobre consejos para fomentar la lectura en los niños: