Dismorfia dental, cuando la búsqueda de la perfección se convierte en obsesión

lcanzar una sonrisa sana y bonita es cada vez más asequible gracias a las nuevas técnicas digitales y a los tratamientos odontológicos mínimamente invasivos. Sin embargo, en las clínicas dentales estamos viendo un aumento de pacientes para quienes la sonrisa perfecta se ha convertido en un estándar inalcanzable. Estos pacientes nunca quedan contentos con los resultados y exigen tratamientos que no necesitan. Este trastorno psicológico, conocido como «dismorfia dental», está impulsado, en gran medida, por la presión de las redes sociales y las imágenes retocadas con filtros que están afectando a la percepción de la belleza y a la autoestima de muchas personas. Pero, ¿cómo podemos detectar, abordar y apoyar a los pacientes que llegan a la clínica dental con esta preocupación obsesiva? ¿Qué hacer para promover sonrisas auténticas y saludables, en lugar de estándares artificiales e inalcanzables?

Sonsoles García Garrido

Cuando hablamos de dismorfia dental nos referimos a un trastorno psicológico en el que una persona tiene una preocupación excesiva y obsesiva por la apariencia de sus dientes, a menudo percibiendo defectos que en realidad son mínimos o inexistentes. La persona que padece dismorfia dental puede estar constantemente preocupada por la forma, el tamaño, el color o la alineación de sus dientes, a pesar de que su odontólogo puede no encontrar ningún problema clínico real en su salud o estética bucal.

Quien más o quien menos se ha encontrado este perfil de paciente en la clínica y resulta fundamental poder detectarlo cuanto antes para tratar de actuar de forma correcta.

Cómo detectar a un paciente con dismorfia dental

«Hay que entender que cuando hablamos de un paciente con dismorfia dental, lo más probable es que tenga un trastorno dismórfico corporal», explica Silvia Álava, doctora en Psicología.

Silvia Álava, doctora en Psicología.

«Se trata de un trastorno obsesivo compulsivo que está muy relacionado con buscar la perfección del cuerpo. Cada persona localiza esa obsesión en una parte del cuerpo (arrugas, labios, pecho, etc.) y hay personas que la van a focalizar en la sonrisa, en los dientes. Por tanto, tenemos que entender que posiblemente haya un trastorno asociado a un problema de salud mental y que, por mucho que arreglemos la boca y la sonrisa de esta persona, lo más probable es que no se quede satisfecha porque la idea que tiene en su cabeza no suele ser muy realista. Es, sin duda, un paciente difícil de contentar. Y no será porque el odontólogo no haya sabido hacer su trabajo, sino porque lo que el paciente quiere es irreal, y porque esa persona tiene un trastorno dismórfico que hace que siempre encuentre pegas y problemas a su cuerpo», añade Silvia Álava.

Para el Dr. Simón Pardiñas, odontólogo y divulgador científico en Dentalk.tv, el mayor canal dental de YouTube, «es importante diferenciar entre los deseos realistas de los pacientes sobre su boca y la dismorfia dental como un problema psicológico. Por ejemplo, cuando un paciente expresa el deseo de tener una sonrisa similar a la de Jennifer López o George Clooney, es esencial comunicarle que, al igual que no puede cambiar su altura (por ejemplo, medir 1.90m), también existen limitaciones y características únicas en su boca con las que debe contar. Sin embargo, cuando nos encontramos ante un caso de dismorfia dental genuina, en el que el paciente percibe defectos menores, ya sean reales o imaginarios, es fundamental considerar la derivación a una consulta con un psicólogo especializado».

«Los pacientes que padecen esta afección –continúa el Dr. Simón Pardiñas- tienen obsesión con los dientes y pueden pasar largos períodos de tiempo mirándose en el espejo, comparándose con los demás y buscando constantemente procedimientos dentales para corregir supuestos defectos. Es muy posible que se hayan sometido a numerosos tratamientos dentales, como blanqueamiento, ortodoncia o cirugía dental estética, a pesar de tener dientes sanos. Y, puesto que no están a gusto con su apariencia y sienten vergüenza, a menudo evitan sonreír o hablar en público. También pueden experimentar un malestar significativo y ansiedad debido a su preocupación obsesiva por sus dientes».

«ES IMPORTANTE DIFERENCIAR ENTRE LOS DESEOS REALISTAS DE LOS PACIENTES SOBRE SU BOCA Y LA DISMORFIA DENTAL COMO UN PROBLEMA PSICOLÓGICO»
DR. SIMÓN PARDIÑAS

Para la Dra. Daniela Carranza, odontóloga y directora médica en Pelegrina & Co, «el perfil del paciente con dismorfia dental es superexigente y muy analítico con lo que quiere conseguir. Están muy obsesionados por la perfección e incluso han llegado a traer dibujos y croquis detallando al milímetro cómo quieren su diente, o con fotos de actrices o actores. También son pacientes que utilizan la terminología clínica, lo cual te hacen sospechar que ya han revisado Internet y se han informado (bien o mal, ya es otra cosa)». A este respecto, la psicóloga Silvia Álava advierte que «estos pacientes, cuanto más jóvenes son, más informados están, pero no correctamente informados porque la información que les llega por las redes sociales no siempre está contrastada o realizada por profesionales. De ahí que acudan a la clínica sobreinformados, utilizando terminología muy técnica y científica».

Además de todos estos signos que alertan de un posible paciente con dismorfia dental, hay uno que es clave, según explica el Dr. Alberto Fernández Fernández, director médico de la Clínica Dental Fernández Abarca. Se trata de la angustia. «Este tipo de pacientes siente angustia por un defecto que no tiene mucha importancia y su comportamiento es demasiado obsesivo a la hora de presentarte el problema, piden tratamientos innecesarios y nunca están satisfechos con el resultado».

Claves para orientar y ayudar al paciente con dismorfia dental

Para la Dra. Daniela Carranza «lo primero es conocer las expectativa que tiene el paciente antes de iniciar el tratamiento. Para ello, podemos hacer pruebas estéticas, diseño de sonrisas, pruebas en el ordenador, con el fin de que el paciente sepa cuál va a ser el resultado final del tratamiento. Y también esto nos sirve a los profesionales para saber que lo que le estamos ofreciendo al paciente es lo que él espera de ese tratamiento, y no que tenga expectativas ideales. Gracias a la fotografía, vídeos e imágenes digitales podemos mostrarles la importancia de diseñar una sonrisa personalizada y única, y así conseguir que sus expectativas sean más realistas».

Sin embargo, el Dr. Alberto Fernández advierte que «a pesar de las nuevas tecnologías, no es fácil convencer al paciente de cuál es el tratamiento más adecuado y cuál conviene que sea el resultado final porque, al ser un trastorno obsesivo compulsivo, es difícil de hacer entender. Además, hay que tener cuidado con las pruebas de diseño digital porque esta prueba es orientativa de cómo va a ser el resultado final y, en ocasiones, este mock up le puede dar falsas esperanzas y frustrar si el resultado no es idéntico».

«A PESAR DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS, NO ES FÁCIL CONVENCER AL PACIENTE DE CUÁL ES EL TRATAMIENTO MÁS ADECUADO»
DR. ALBERTO FERNÁNDEZ

No obstante, es posible seguir un protocolo de actuación cuando tenemos en el sillón dental a un paciente con dismorfia. Según explica el Dr. Simón Pardiñas, existen unos pasos clave:

1. Evaluación exhaustiva. Realizar una evaluación completa de la salud bucal del paciente, incluyendo radiografías, fotografías y escaneos, para proporcionar una visión objetiva de su situación dental. Esto ayudará al paciente a comprender mejor su condición real y las limitaciones de cualquier tratamiento.

«EL PERFIL DEL PACIENTE CON DISMORFIA DENTAL ES SUPEREXIGENTE Y MUY ANALÍTICO CON LO QUE QUIERE CONSEGUIR»
DRA. DANIELA CARRANZA

2. Comunicación abierta. Establecer una comunicación abierta y compasiva con el paciente. Escuchar sus preocupaciones y expectativas de manera activa y empática es fundamental para construir una relación de confianza.

3. Educación y realismo. Explicar de manera clara y sencilla las opciones de tratamiento disponibles y sus posibles resultados. Destacar las limitaciones y riesgos potenciales de procedimientos innecesarios o excesivos. Utilizar elementos visuales, como fotografías, vídeos y modelos, para ayudar al paciente a comprender mejor su situación.

4. Mantener límites éticos. Si el paciente persiste en buscar tratamientos innecesarios o poco realistas, a pesar de la educación y el asesoramiento, es importante mantener límites éticos y no continuar con procedimientos que puedan poner en riesgo la salud bucal del paciente. La integridad profesional y la ética médica deben prevalecer.

«LA PERSONA CON DISMORFIA DENTAL PUEDE ESTAR CONSTANTEMENTE PREOCUPADA POR LA FORMA, EL TAMAÑO, EL COLOR O LA ALINEACIÓN DE SUS DIENTES»

Y si el paciente insiste, ¿Conviene derivarle al psicólogo?

«Si se sospecha que el paciente podría estar experimentando dismorfia dental o una preocupación excesiva por su apariencia dental, se debe considerar la derivación a un profesional de salud mental especializado en trastornos de imagen corporal. El psicólogo puede ayudar al paciente a abordar las preocupaciones subyacentes y trabajar en la gestión de la ansiedad y la insatisfacción», comenta el Dr. Simón Pardiñas.

«No he llegado a derivar a un paciente al psicólogo -explica el Dr. Alberto Fernández-, pero cuando el paciente tiene unas expectativas inalcanzables y tras una conversación con él ves que está cerrado en banda, lo más recomendable es derivarle a un especialista de la salud mental. No obstante, como esto puede resultar agresivo, creo más sensato decirle al paciente que no realizo ese tipo de tratamientos o, simplemente, que no veo adecuado lo que me pide. Lo importante es identificar al paciente y los signos de alarma y tener una conversación para conocer sus expectativas. Si encontramos un camino correcto y común, adelante, y si no es así, es mejor invitarle a buscar a otro profesional, y evitar los excesos y sobretratamientos que van en contra de nuestra ética y moral».

Por su parte, la Dra. Daniela Carranza admite que «en alguna ocasión he derivado al paciente al psicólogo. Esto no lo he hecho en la primera visita, pero cuando ya vas cogiendo confianza y con mucha mano izquierda, desde el cariño, les he sugerido que quizás necesitan atención de otro especialista. O se lo he comentado a su acompañante. De igual modo, cuando vienen con los dientes muy desgastados y erosionados, podemos sospechar de bulimia y, por tanto, debemos tratar de hacerles ver que necesitan ayuda psicológica».

El papel de las redes sociales

«Las redes sociales están poniendo en bandeja el llamado «efecto de comparación social». Hasta hace poco siempre nos comparábamos con gente de nuestro entorno, de nuestra clase, del instituto, de la universidad…, y luego estaban los actores, modelos que eran para nosotros inalcanzables. Hoy en día, esta comparación social la hacemos con el móvil y ya no solo te comparas con modelos y artistas inalcanzables, sino con compañeros que salen «perfectos» en las fotos de las redes sociales debido a filtros y retoques», explica la psicóloga Silvia Álava.

Pero en las redes sociales también publican muchas clínicas dentales sus casos de éxito, por no hablar de la publicidad de las propias clínicas y de determinados tratamientos que engrosan esa sensación de sonrisas imposibles de alcanzar. «Ciertamente, –argumenta el Dr. Simón Pardiñas-, aparte de la presión social y la obsesión por la estética, también debemos considerar la presencia de publicidad engañosa en la industria dental. Esta publicidad engañosa puede manifestarse de diversas maneras, como la promoción de tratamientos dentales que se presentan de manera errónea o confusa, como carillas que en realidad son coronas, o la comercialización de blanqueamientos dentales que en realidad son procedimientos de carillas. Además, en el mundo digital y las redes sociales, vemos cómo se utilizan herramientas como Photoshop o filtros fotográficos para crear sonrisas «perfectas» que, en la vida real, pueden ser inalcanzables. Estas representaciones idealizadas pueden fomentar un deseo irreal de perfección en los pacientes, contribuyendo así al aumento de la presión por lograr una estética dental que se ajuste a estos estándares poco realistas».

«COMPARTIR LOS CASOS DE ÉXITO DE LA CLÍNICA EN LAS REDES SOCIALES PUEDE CREAR FALSAS EXPECTATIVAS A LOS PACIENTES, QUIENES ACUDEN A LA CLÍNICA HACIENDO REFERENCIA A ESOS CASOS»

A este respecto, el Dr. Alberto Fernández también admite que «compartir los casos de éxito de la clínica en las redes sociales puede crear falsas expectativas a los pacientes. De hecho, los pacientes con dismorfia dental vienen a la clínica haciendo referencia a esos casos, por eso siempre hay que explicar que cada caso es diferente y que los tratamientos son individuales y personalizados. Hay que dejar las cosas muy claras porque, para un paciente, un determinado tratamiento ha funcionado muy bien, pero es posible que, para su caso, no sea lo más aconsejable. Por tanto, sí creo que pueda ser contraproducente subir casos de éxito a las redes sociales para este tipo de pacientes, y esto es algo que debemos cuidar y tener en cuenta», concluye el Dr. Alberto Fernández.


Consejos para utilizar las redes sociales de la clínica y no crear falsas expectativas

«En redes sociales siempre tendemos a subir lo más bonito y espectacular, para buscar la interacción del usuario y/o captar posibles pacientes», explica el Dr. Simón Pardiñas. Algunos consejos para que los dentistas utilicen sus perfiles en RRSS de manera responsable y no contribuyan a exacerbar el problema de expectativas poco realistas son:


1. Educación y transparencia. Utiliza tus redes sociales como una plataforma educativa. Comparte información sobre procedimientos dentales, salud bucal y estética dental de manera transparente. Explica las limitaciones y los requisitos específicos para lograr ciertos resultados.

2. Casos reales y éticos. Si muestras casos de pacientes, asegúrate de que sean reales y éticos. Evita utilizar imágenes exageradamente retocadas o alteradas digitalmente para mejorar la apariencia dental de los pacientes.

3. Historias de pacientes. Comparte historias reales de pacientes que destaquen su experiencia y el proceso detrás de un tratamiento dental. Esto puede ayudar a mostrar el esfuerzo y el tiempo involucrado en lograr resultados exitosos.

4. Consejos generales. Publica consejos generales de cuidado bucal y prevención de problemas dentales. Fomenta la importancia de la salud oral en lugar de centrarte únicamente en la estética dental.

5. Alienta la consulta profesional. Siempre sugiere que los interesados consulten a un profesional dental antes de tomar decisiones sobre tratamientos. La orientación personalizada es esencial para evaluar la idoneidad de cualquier procedimiento.

6. Evita la «pornografía dental». Sé consciente de cómo presentas los casos exitosos en tus redes sociales. Evita exagerar los resultados y resalta que cada paciente es único, con circunstancias dentales individuales.

7. Promoción de expectativas realistas. En tu contenido y comunicación, enfatiza la importancia de expectativas realistas y cómo la consulta dental puede ayudar a los pacientes a mejorar su salud y estética dental de manera apropiada para su situación.

8. Interacción responsable. Cuando los usuarios comenten o hagan preguntas en tus publicaciones, responde de manera profesional y honesta, brindando información útil y evitando promesas exageradas.

9. Ética y credibilidad. Mantén siempre la ética profesional y la credibilidad en tus redes sociales. La confianza es fundamental para establecer relaciones sólidas con los pacientes y colegas.

FUENTE: gacetadental.com

¿Cómo ayudar a nuestros hijos a calmarse?

Calmar a nuestros hijos no es una tarea fácil. A veces nos contagiamos de su emoción y la única forma que tenemos de tranquilizarlos es diciéndoles que se calmen. 

En lugar de eso, tenemos que intentar convertirnos en su guía y apoyo en esos momentos. Pero, ¿Cómo podemos hacerlo?

Te lo cuento en este post

Y tú, ¿Qué haces para calmar a tu hijos cuando están alterados? Te leemos.

Podcast ¿Cómo ayudar en la prevención del suicidio?

Comparto con vosotr@s esta primera intervención en el programa «Las Tardes de RNE» con Lourdes Maldonado, donde cada lunes a eso de las 18.30h participaré en la sección «Paz Mental» para tratar, desde el punto de vista de la psicología todos aquellos temas que nos interesan y nos preocupan.

Aquí tenéis el enlace al programa: https://www.rtve.es/play/audios/las-tardes-de-rne/ #podcast #radio #rne #pazmental #psicología #emociones #prevencióndelsuicidio #consejos #lunesenlaradio #temas #silviaalava #prevención #colaboraciones #entrevistas

¿Qué hacer para que la vuelta al trabajo no sea tan dura?

Se terminan las vacaciones y tenemos que volver a nuestro día a día. Es normal, que al acabar las vacaciones nos sintamos tristes o apáticos, las personas no somos máquinas y notamos el cambio al incorporarnos al trabajo, los estudios, la vida cotidiana; es decir a una agenda llena de obligaciones.

Nuestro organismo lo acusa, cambian los horarios, costumbres y actividades, y lo peor es que lo hacen para dejar paso a un montón de obligaciones no siempre placenteras.

En este vídeo os contamos algunos consejos para que la vuelta al trabajo no sea tan dura como en otras ocasiones.

En definitiva, se trata de aprender a disfrutar de TODAS las situaciones, a no dejar que te invadan ideas de tristeza y angustia, a no dejarte llevar por las obligaciones, a ser tu quien dirija tu vida, en definitiva, ¡tenemos que aprender a ser felices!

Videoguía de Inteligencia Emocional para padres y docentes

Salud Emocional

En estos días estamos recibiendo mucha información sobre qué hacer con los niños en casa. Los padres nos hemos convertido en profesores, monitores de tiempo libre, entrenadores…; además de amos y amas de casa.Y todo ello, sin olvidar que, por supuesto, seguimos trabajando desde casa. Nos espera un gran reto, del que seguro todos vamos a salir muy reforzados, y del que vamos a sacar un gran aprendizaje.

En toda esta vorágine de tareas se nos está olvidando algo fundamental: ¿estamos cuidando la salud emocional de nuestros hijos e hijas?

En esta situación es normal sentir miedo, sentir rabia, sentir frustración; los adultos lo sentimos y los niños lo notan, y por supuesto los niños también sienten miedo, rabia, tristeza y frustración.

Por eso es importante reservar espacios para hablar de lo que sentimos y ayudarles a verbalizarlo, porque ellos no siempre sabrán cómo hacerlo.

En estos días, os invitamos a trabajar la Inteligencia Emocional con vuestros hijos, y, ya de paso, con nosotros mismos.

La Inteligencia Emocional es la capacidad para identificar lo que sentimos en primera persona y también lo que sienten los demás, comprender por qué nos sentimos así, cuál es la causa y la consecuencia de mi emoción, y cómo las emociones van cambiando a lo largo del día. Saber nombrar con precisión lo que sentimos, utilizar la información de las emociones para poder hacer una buena toma de decisiones y ser capaces de manejar y regular nuestras emociones, así como responder de forma premeditada en lugar de reaccionar en automático.

Todo esto son habilidades de la inteligencia emocional, y como tales, se pueden trabajar. En esta guía os proponemos una serie de videos y ejercicios agrupados en 5 pasos para que sepáis cómo hacerlo.

Descárgate la Guía de Inteligencia Emocional para padres y Docentes en el siguiente enlace:

TikTok pone cerco a los retos virales peligrosos:

¿Es suficiente para proteger a los adolescentes?

La red social ha emitido un comunicado en el que asegura velará por la seguridad de sus usuarios. Los retos virales cada vez más extendidos, suponen un gran riesgo.

«Más de 40.000 profesionales dedicados a la seguridad trabajan para garantizar la seguridad de nuestra comunidad, y ponemos especial cuidado en proteger especialmente a los adolescentes». Esto que acabamos de escuchar es un fragmento de uno de los últimos comunicados de Tiktok, que ha tenido que volver a salir a explicar que su empresa se preocupa mucho por los contenidos que se ven en su red. Especialmente por los más jóvenes.

Se preocupa mucho, pero lo cierto es que sigue siendo una plataforma perfecta para difundir toda una serie de retos virales muy peligrosos.

Escucha el podcast:

Retos virales

El último se conoce como la “cicatriz francesa”, que básicamente consiste en ver a adolescentes que se graban después de haberse hecho una marca en la cara. Hacen recomendaciones -incluso- de cómo autolesionarse y luego muestran “orgullosos” las heridas que se han hecho.

El reto comenzó en Francia pero han sido las autoridades italianas las que han dado la voz de alarma. La Autoridad Garante de la Competencia de Italia ha denunciado que Tiktok no cuenta “con sistemas adecuados para supervisar el contenido publicado por terceros y que no se aplican las normas de obligan a eliminar contenido peligroso que incite al suicidio o a las autolesiones”.

Autolesiones cada vez más frecuentes

El asunto podría se casi una anécdota si no fuera porque muchos pediatras, psicólogos, psiquiatras, incluso profesores, llevan tiempo avisando de que las autolesiones entre los adolescentes son cada vez más frecuentes. A finales de marzo se celebraron las “I Jornadas sobre autolesión y conducta suicida”, de la Universidad Internacional de la Rioja.

Allí, Beatriz Martínez, psiquiatra infantil y de la adolescencia del Hospital Niño Jesús de Madrid aportó un dato alarmante. En 2002, las autolesiones apenas llegaba al 14% de los pacientes con algún problema de salud mental, ahora ya se encuentra en el 60%.

Allí también escuchamos a Juan Faura García, psicólogo y miembro de la Sociedad Internacional de Autolesión, confirmar que se trata de un “problema muy relevante” en adolescentes. Que se inicia a una edad media de entre 13 y 16 años. Aunque hay caso en críos de apenas 10 años.

La percepción no es real

Silvia Álava, forma parte del equipo de nuestra psicóloga de cabecera María Jesús Álava Reyes: «Las conductas de autolesiones se han incrementado muchísimo y han crecido exponencialmente en los últimos tiempos, no solamente por los retos de TitTok, por los retos virales que hay. Hay otra serie de factores, pero está claro que los retos contribuyen porque al final se venden como un juego que tú te tienes que grabar y subir. Y muchas veces los chicos y las chicas no son conscientes que pueden tener consecuencias bastante desagradables para su salud».

Explica que a esa edad la percepción del riesgo no es real: «la zona del cerebro, que mide el peligro, que anticipa las consecuencias, que es el lóbulo prefrontal todavía a esa edad, no está del todo madura».

«Yo creo que lo que evitaría es la prohibición. Vamos a evitar esa prohibición. Esto es porque ya sabemos que a lo prohibido en esta edad le estamos dando todavía un mayor atractivo. Se trata también, además, de fomentar el pensamiento crítico»,

Aconseja la experta que es partidaria de un control parental en el tiempo: «los psicólogos insistimos tanto que hay que poner normas de uso de cuál es un tiempo límite, en qué horarios se pueden establecer. Por ejemplo, tenemos muchos chicos y chicas, que es que se quedan el móvil por la noche en la habitación y están conectados pasados la media noche con los problemas que eso conlleva, a nivel de que no están descansando ni durmiendo lo suficiente, pero que además ahí se incrementa las posibilidades de tener un problema como pueda ser a nivel de ciberbullying».

FUENTE: ondacero.es

No estamos bien: 7 de cada 10 españoles ha tenido alguna vez síntomas de ansiedad

Alerta: nuestra salud mental se tambalea, y los diferentes síntomas de la ansiedad han pasado formar parte de la vida de muchos, sobre todo de los jóvenes.

  • Por CRISTINA ALDAZ

 La salud mental es sentir que tenemos las suficientes capacidades para poder resolver con éxito las situaciones de nuestro día a día». Esta es la definición que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que nos recuerda la psicóloga Silvia Álava, con la que hablamos para dilucidar qué nos está pasando para que la salud mental preocupe a los españoles, en una escala de 0 a 10, un 6,8. Una proporción que sube hasta el 7,1 si miramos las respuestas de las mujeres y, atención, al 7,8 cuando son los jóvenes de 18 a 29 años quienes miran en su interior.

¿Qué está ocurriendo para que se den estas cifras? Que somos conscientes de que nuestra salud emocional no pasa en estos momentos por un estado óptimo, pues la valoramos en 6,7 sobre 10. Y otra vez es el dato de los jóvenes el más preocupante: dan a su salud mental únicamente un aprobado (5,9).

Más de 7 de cada 10 españoles ha tenido síntomas de ansiedad

ENTRE LAS MUJERES LA CIFRA SUBE HASTA EL 77,2% Y ENTRE LAS PERSONAS DE 30 A 44 AÑOS, AL 81,3%

Un problema entre los más jóvenes

«Estamos viendo el incremento de problemas de trastorno del estado de ánimo e incluso de ideación suicida en esta franja de edad», afirma Silvia Álava, a quien preguntamos las posibles causas. Advierte con cautela que «lo primero que tenemos que saber es que resulta necesario siempre un análisis pormenorizado de cada caso, porque se trata de hacer una especie de traje a medida, de ver exactamente qué es lo que le está ocurriendo a cada persona y elaborar un análisis funcional correcto».

Hecha esta puntualización, y considerando las cifras «a nivel macro», la experta vuelve a la definición que hace la OMS de salud mental: suficientes capacidades para resolver con éxito las situaciones de nuestro día a día. «¿Y qué es lo que nos está ocurriendo?», prosigue. «Que esas situaciones han incrementado en dificultad: dos años de pandemia que han pasado factura a nivel emocional, la inflación, la inseguridad, la inestabilidad… La gente joven debe ser capaz de sentir que tiene esas capacidades en un ambiente muy difícil, viendo que muchas veces no consigue el trabajo que le gustaría o que el sueldo no le llega. Y eso puede llegar a ser muy frustrante».

Silvia Álava da un paso más y se cuestiona si les hemos dado, si alguien nos ha dado, esas capacidades, esas herramientas necesarias para enfrentarnos al día a día: «¿Realmente alguna vez nos han enseñado, por ejemplo, cuáles son las emociones que estamos sintiendo? ¿Por qué me siento en un determinado momento como me siento? ¿Cómo puedo manejar todo esto que me está ocurriendo? Por eso es tan importante implementar programas de educación socio-emocional en los colegios».

Avance de la ansiedad

Volviendo a los datos, la encuesta arroja otras cifras alarmantes, como que más de 7 de cada 10 personas ha tenido alguna vez síntomas de ansiedad –las mujeres un 77,2%; los hombres un 65,6%-, y los jóvenes de 18 a 29 años un 77,4%, y los de 30 a 44, el 81,3%. El síntoma que más se identifica con la ansiedad es el nerviosismo, que afecta al 78% de quien afirman haberla padecido.

El 78% ha padecido alguna vez nerviosismo, uno de los síntomas de la ansiedad

EL 53,5%, AUMENTO DEL RITMO CARDIACO; EL 47,4%, CANSANCIO; EL 46,5%, RESPIRACIÓN ACELERADA

¿Qué provoca que tantos estemos al borde de un ataque de nervios? La familia surge en primer lugar (la nombra el 54,1%). ¿Afecta el uso de las redes sociales? Sí para cada 7 de cada 10 personas, y para más de 8 si hablamos de los jóvenes.

Visitas al psicólogo

Para paliarlo, el 34,8% de los encuestados ha acudido al psicólogo en alguna ocasión en busca de ayuda. De ellas, 6 de cada 10 lo hace al menos una vez al mes. Mientras el 71,3% de los entrevistados cree que consultarlo es muy útil o bastante útil, la nota que les ponen los que lo han hecho baja hasta el 6,5 sobre 10.

Los jóvenes de 18 a 29 años son los que más acuden al psicólogo

EL 34,8% DE LA POBLACIÓN HA IDO AL GUNA VEZ EN SU VIDA; EL 63,8%, NUNCA

Eso sí, se ha roto un tabú y solo el 20,3% cree que ir al psicólogo podría suponer un estigma. Es más, 6 de cada 10 se lo contaría a sus superiores. Pero, para que eso sea una realidad, la Seguridad Social debería aumentar los recursos para la asistencia psicológica según el 92%.

* Población: de 18 años en adelante. Ámbito: España. Técnica de recogida de información: a través del panel Sigma Dos by Trust Survey. Metodología mixta telefónica (CATI)/on line (CAWI)/RRSS. Cuestionario: estructurado. Fecha de campo: 12 al 13 de enero de 2023. Muestra: 1.140 entrevistas. La muestra permite trabajar con un margen de error de +3% para datos globales, con un nivel de confianza de 95% y el caso más desfavorable de variables dictómicas con dos categorías igualmente probables (p=q=0,5).

Que no se nos note

LOOLA PÉREZ

Es evidente que la visibilidad social sobre los problemas de salud mental ha aumentado tras la pandemia. No estamos hechos para poder con todo y tampoco para poder con ello solos. Querer no es siempre poder y la actitud no resulta suficiente para aliviar el dolor. Nos deshumanizamos cada vez que medicamos nuestro sufrimiento para hacerlo compatible con los ritmos del mercado o para encajar en esa imagen cool que nos venden las redes sociales.

No es que queramos estar bien, es que queremos que no se note que hemos tocado fondo. Pero estar bien no es una decisión personal. Como exponen Eva Illouz y Edgar Cabanas en su libro ‘Happycracia’ (Paidós, 2019), practicar el optimismo evadiendo todo contexto social no hará a nadie más feliz.

Las claves no están en los libros de autoayuda o en las charlas motivacionales: el éxito y la salud mental no caben en la receta mágica del gurú de turno. Lo que puede inspirarnos no debería nunca sustituir la atención profesional. ¿Por qué muchos se decantan por seguir los consejos y patrañas de esta cultura de la felicidad cuando necesitan el cuidado de los profesionales?

Ir a terapia se ha convertido en un privilegio. El colapso de los servicios de salud mental en el sistema público ha incentivado no solo el auge del sector privado, también la búsqueda de soluciones más accesibles, crédulas e inmediatas. La inversión en la prevención y la promoción de la salud mental no solo es escasa, también deficiente. El modelo biomédico resulta insuficiente.

No creo que quienes confían en la cultura de la felicidad lo hagan simplemente por cuestiones económicas o por un rechazo unánime a la medicalización. El estigma y autoestigma con respecto a los trastornos continúa a la orden del día. Aunque el tabú ha comenzado a romperse, hay que seguir insistiendo: ningún malestar se soluciona poniéndole una mordaza ni bajo las directrices morales del positivismo tóxico.

FUENTE: YoDona

La mitad de la población opina que su bienestar emocional ha de mejorar

Comparto un extracto del artículo escrito por Enric Freire para la Vanguardia con motivo de mi participación en la jornada organizada por BBVA sobre salud y bienestar emocional.

Una de las consecuencias más reveladoras de la pandemia es que ha servido para aflorar problemas de bienestar emocional, psicológico y social que ya existían en nuestra sociedad. sin duda, el impacto del aislamiento social y la incertidumbre que acompañó a la epidemia contribuyeron también a aumentar las tensiones sobre la población. El aspecto positivo es que la experiencia vivida sirvió para normalizar la situación y visibilizar unos trastornos que cada vez más se identifican como una cuestión de salud pública prioritaria.

Estudio reciente

Un reciente estudio de Sanitas concluye que el 8,3%
de los españoles indica que su salud mental no es buena
y el 40,7% reconoce que debería ser mejor. En definitiva,
la mitad de la población opina que su bienestar emocional
ha de mejorar.

¿Qué síntomas revelan que podemos tener un problema emocional? ¿Cómo podemos prevenir estas situaciones?

Estas son algunas de las preguntas que Susana Quadrado, redactora jefe de sociedad en La

Vanguardia, planteó a los expertos que participaron en la sesión “salud y bienestar emocional en el punto de mira”, organizada por La Vanguardia y BBVA, y que se emitió en streaming en la web de este diario.

Silvia Álava, doctora en Psicología clínica y de la salud, y Francisco Rey, director de Desarrollo de Negocio en BBVA seguros, aportaron sus conocimientos para ofrecer una visión amplia sobre el abordaje de una cuestión muy relevante para la vida de muchas personas. Ya antes de la pandemia, la Organización Mundial de la salud advertía que “un 25% de la población tenía un problema de salud emocional”, según recordó Álava.

La pandemia abrió la veda para hablar de salud emocional

En cualquier caso, el aislamiento social impuesto para combatir la expansión del coronavirus provocó un cambio trascendental. “Parece que la pandemia abrió la veda para hablar de salud emocional”, aseguró la psicóloga.

“Antes era algo que nos lo guardábamos dentro y nos daba vergüenza decir: tengo un problema de ansiedad o de estrés. Ahora, en cambio, nos atrevemos a hablar de ello mucho más”.

Silvia Álava

Para Álava es lógico el impacto que la pandemia ha tenido en la gestión de las emociones. “Pasamos tres meses encerrados en casa y cuando salimos no recuperamos nuestra vida tal y como era antes del aislamiento”. Durante mucho tiempo vivimos con una serie de restricciones que hicieron saltar por los aires “las estrategias de regulación emocional que todos utilizamos de forma casi innata”, aclaró la psicóloga. No podíamos ir a tomar algo después de una jornada estresante o disfrutar de una escapada de fin de semana, por ejemplo, la falta de contacto social ha sido especialmente complicada para los adolescentes, ya que “a su edad construyen la personalidad a través del grupo de iguales y haber tenido limitado el acceso durante tanto tiempo les ha perjudicado”, dijo la doctora en Psicología. Los padres, los profesores y el resto de adultos que forman parte de su entorno más próximo “tenemos la responsabilidad de ayudarles”.

Actualmente una de cada ocho personas tiene un problema de ansiedad o de depresión

Los datos corroboran la relación entre la experiencia vivida y la evolución de los problemas de salud emocional. La experta reveló que “en el primer año de pandemia, los trastornos a nivel emocional y la ansiedad o la depresión se incrementaron en un 25%. Actualmente, una de cada ocho personas tiene un problema de ansiedad o de depresión”.

Pero no todo lo que nos sucede en el plano de la salud emocional, psicológica y social es atribuible a la pandemia.

Hay más factores que están interviniendo. En este sentido, Francisco Rey destacó que “a la pandemia se ha sumado la situación económica, la crisis de Ucrania y las fuertes alzas de los precios, entre otras cuestiones” que no contribuyen a favorecer nuestro bienestar emocional.

El responsable de BBVA Seguros citó un reciente estudio de Sanitas “en el que un 8,3% de los españoles indican que su salud mental no es buena y un 40,7% reconocen que debería ser mejor”. En definitiva, la mitad de la población opina que su bienestar emocional ha de mejorar.

En paralelo a esta tormenta perfecta emocional, “no hemos incrementado las herramientas y capacidades que nos ayuden a superar esta situación”, explicó Álava. Nadie nos ha dicho que “cuando tenemos ansiedad es porque nuestro cerebro está interpretando una situación peligrosa, aunque ese peligro no sea real”. La razón es que

“Anticipamos lo que puede suceder y nos ponemos en el peor escenario posible”.

Silvia Álava

Es necesario “aprender a parar y a reevaluar la situación”.

Al margen de la coyuntura actual de dificultad, Álava destacó que la pandemia nos puso ante un espejo.

“Todos íbamos en piloto automático, centrados en resolver el día a día de una vida complicada”. De un día para otro “nos quedamos en casa en una situación atípica que hizo que muchas personas se plantearan hacia dónde iban sus vidas”. Según la psicóloga, algunos salieron satisfechos de este proceso y, en cambio, otros “pensaron que tenía que haber una forma diferente de gestionar esto”.

Acceder a una atención médica especializada es una inquietud que surge cuando asumimos que tenemos un problema de bienestar emocional. Esta es una de las razones por las que los seguros de salud están creciendo mucho. Según datos de ICEA, el Centro de Estudios de la Patronal Aseguradora, Francisco Rey destacó que “la salud es el ramo que está creciendo con más fuerza.

Silvia Álava recordó que “a veces somos injustos y le echamos la culpa a la tecnología de muchas cosas que nos pasan, especialmente a los más jóvenes, pero el problema surge del mal uso y no de la tecnología en sí”. Como ejemplo de buenas prácticas, la experta aseguró que “nos permite proporcionar asistencia personal cuando por razones de distancia geográfica o incluso de tiempo no podemos hacerla presencialmente”.

¿Cómo saber si el origen de un problema de salud es emocional?

Silvia Álava aseguró que estas situaciones siempre se trabajan en equipo con la participación de un médico para determinar si hay una causa orgánica. En cualquier caso, la psicóloga afirmó que “las emociones afectan a nuestra salud”. Destacó que “no todas las emociones que experimentamos son agradables, pero todas son buenas porque nos dan información sobre lo que nos está pasando”.

Una tendencia muy habitual es “como lo que estoy sintiendo no me gusta voy a taparlo. Pero la emoción no desaparece y llega un momento que interfiere en la labor que tengo que hacer”. En resumen, “no puedo dejar de pensar en ello”. Al final, “el cuerpo, que nos ha estado enviando señales de alarma, enferma”. Esta reacción psicosomática puede ser muy diversa. “Hay personas que tienen de repente crisis de migrañas, otras problemas gastrointestinales o erupciones en la piel”, aseguró Álava. La experta reclamó que no hay que esperar a tener un problema clínico para actuar. “En el momento que detectamos una serie de situaciones que no sabemos cómo gestionar es cuando hay que pedir ayuda”.

No podemos tener una buena salud emocional cuando físicamente no estamos bien

La psicóloga afirmó que “no podemos tener una buena salud emocional cuando físicamente no estamos bien”. La alimentación y el ejercicio son fundamentales, como también lo es dormir ocho horas diarias. Durante el sueño, el cerebro realiza un proceso de reparación “que si no se completa puede acabar desarrollando varias enfermedades a medio y a largo plazo”. Álava explicó que “sabemos que mientras dormimos nuestra ansiedad se equilibra”, pero si faltan horas de sueño “nuestra ventana de tolerancia disminuye y ante cualquier contratiempo del día a día nos desbordamos”.

FUENTE: LaVanguardia

El uso de la tecnología para identificar problemas de salud mental

Artículo en blogthinkbig.com

Los jóvenes pasan una gran cantidad de tiempo utilizando la tecnología, por lo que cada vez hay más investigaciones para detectar trastornos del estado del ánimo, problemas de la conducta alimentaria, crisis existenciales… a través del uso que realizan de ellas. Los datos son prometedores, sin embargo, es muy importante insistir en el hecho de que a través de las tecnologías podemos detectar ciertos patrones de comportamiento que pueden indicar tendencias de trastornos de estado de ánimo, depresión… para brindar ayuda a los jóvenes, pero nunca realizar un diagnóstico. El diagnóstico siempre debe realizarlo un profesional de la salud mental a través de una evaluación clínica.

Algoritmos en la detección de problemas de salud mental

El equipo de Ana Freire, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, ha desarrollado el proyecto STOP, que ha permitido detectar patrones de comportamiento de los usuarios con tendencias suicidas, depresión o trastornos alimentarios. En el proyecto han construido un algoritmo que de manera automática puede extraer patrones de comportamiento en personas con tendencias suicidas, depresión y trastornos de la conducta alimentaria.

Muchas personas con problemas de salud mental cuelgan mensajes en las redes que permitirían relacionar problemas de autoestima, inseguridad, no aceptación de su cuerpo, depresión… El algoritmo busca palabras y frases, patrones de comportamiento, con quién se relaciona y las horas de publicación, para valorar si puede haber asociado un trastorno de sueño (si por ejemplo transcurren menos de seis horas entre publicaciones), el número de “likes” y “retuits”, para valorar el apoyo social con el que cuenta, y revela los intereses de los usuarios en función de las búsquedas. El objetivo es detectar casos de alerta y remitirlos para que puedan recibir ayuda. Este proyecto colabora, por ejemplo con el Teléfono de Esperanza y el Teléfono de Prevención del Suicidio.

De esta manera, se ha encontrado una correlación entre la salud mental del usuario y las imágenes que comparte en redes sociales. Por ejemplo, las mujeres con alto riesgo de padecer anorexia nerviosa son mujeres de menos de 19 años, con intereses en dietas veganas, vegetarianas, ejercicio extremo y pérdida de calorías muy rápida. En el caso de los usuarios con alto riesgo suicida, han encontrado que hablan en primera persona, utilizan negaciones, hablan de la ansiedad que experimentan, suelen seguir a pocas cuentas, escriben textos más cortos y tienen una mayor actividad durante el fin se semana y por la noche.

Redes sociales y trastornos de la conducta alimentaria

La adolescencia es una etapa vital clave en el desarrollo del individuo, no solo por los cambios que se producen a nivel fisiológico, sino a nivel cerebral y psicológico. Durante esta edad se desarrolla la personalidad, y para hacerlo, es necesario el grupo de iguales. Los adolescentes ya no solo se miran en sus amigos y amigas, sino que también lo hacen en las redes sociales, se comparan con las imágenes de “perfección irreal” que en ellas se proyectan, y esto puede tener un impacto en su seguridad y en su autoestima, dado que influye a la hora de desarrollar su autoconcepto e imagen corporal. Se comparan con un ideal de belleza prácticamente imposible de conseguir que puede favorecer que se generen múltiples distorsiones respecto a su imagen, y que puede llevar a la no aceptación de su cuerpo.

Además, muchos de ellos utilizan las redes sociales para sentirse “incluidos en el grupo” y lograr la aprobación social, el objetivo es conseguir seguidores y “likes”, que suponen un “chute” para su autoestima, muchas veces a costa de subir fotos con filtros y retoques, muy alejadas de la belleza real, pero que suponen una forma de conseguir esa aprobación tan necesaria en estas edades.

Las redes sociales pueden ejercer un papel clave tanto en el desarrollo como en el mantenimiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA)

Así el fomento de la preocupan excesiva por el cuerpo y la alimentación puede favorecer la aparición de estos trastornos en personas con vulnerabilidad a los mismos. En las personas con TCA, el uso y abuso de estas redes pueden dificultar la toma de conciencia de la enfermedad, dado que normalizan las conductas poso saludables y mantienen el patrón de creencias negativas respeto a ellos mismos y la relación con su cuerpo.

La sobreinformación nutricional y las cuentas que fomentan patrones muy rígidos de alimentación o que prometen rápidas pérdidas de peso, pueden favorecer la aparición de un problema de la conducta alimentaria. Desde la llegada de internet existen páginas, que ahora se han trasformado en redes sociales, donde con las etiquetas #Ana (para la anorexia) y #Mia (para la bulimia), se comparten trucos o experiencias para adelgazar, conductas purgativas… e incluso cómo disimular para que los padres u otros familiares no sospechen del problema…

El efecto de las redes sociales también debe de tenerse en cuenta a la hora de recuperarse de un TCA; dado que el exceso de información que muestran redes como Instagram , YouTube o Tik Tok, pueden interferir con la correcta recuperación. Para evitar estas situaciones es necesario trabajar en la prevención. Formando a los menores en el correcto uso de las tecnologías, supervisando tanto el tiempo de utilización, que debe de ajustarse según la edad, como las páginas que visitan y las cuentas que siguen.

FUENTE: blogthinkbig.com

El preocupante aumento de problemas de salud mental entre universitarios

Problemas emocionales y académicos

Lo conocíamos hace unos días. Los universitarios españoles presentan una alta prevalencia de problemas emocionales y académicos tras la pandemia del coronavirus, según concluye el estudio Problemas y Demandas de Tratamiento Psicológico del Alumnado Universitario en la Pospandemia liderado por investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo, en colaboración con 35 universidades españolas.

En ÉXITO EDUCATIVO recurrimos en busca de respuestas que ayuden a entender esta situación a una de las más acreditadas especialistas en Psicología Clínica del país, la doctora Silvia Álava, para quien, de entrada, “lo que tenemos que plantearnos como sociedad es qué estamos haciendo mal”.

En su opinión, “estamos elevando el nivel de exigencia a los estudiantes universitarios”, mientras que, advierte, “no les estamos dotando de herramientas o de más capacidades”. En este ámbito, opina que hay que trabajar las soft kills entref los estudiantes universitarios, como también adiestrarle en una mejor gestión el tiempo y en más eficaces técnicas de estudio.

Lo hace en este vídeo en exclusiva para ÉXITO EDUCATIVO:

Medicas de prevención y tratamiento

Los autores del trabajo que analiza la doctora Silvia Álava concluyen que es necesario implementar medidas dirigidas a la prevención y tratamiento de los problemas psicológicos de los universitarios, máxime porque afectan no solo a su calidad de vida, sino también al rendimiento académico y abandono de los estudios.

Los investigadores llevaron a cabo un amplio estudio, entre marzo y abril de 2022, que contó con la participación de 5.221 estudiantes de grado y postgrado de todas las ramas del conocimiento de las universidades españolas públicas y privadas. El trabajo se realizó coincidiendo con la vuelta a las aulas tras la retirada de las medidas de aislamiento social.

Casos de ansiedad generalizada

Los resultados han permitido identificar una serie de problemas académicos, interpersonales y emocionales concretos, con una alta prevalencia y transversalidad en cursos y ramas de conocimiento, sobre los que orientar intervenciones de prevención y tratamiento específicas.

Más de dos tercios del alumnado de la universidad española que participan en este estudio presenta sintomatología ansiosa. Un 47,6% del alumnado alcanza puntuaciones indicativas de caso clínico de ansiedad; otro 24,9%, de caso probable y un 27,5% no refiere sintomatología ansiosa relevante.

La ansiedad se presenta como un problema transversal entre estudiantes universitarios con la misma gravedad y frecuencia en todos los cursos de formación de grado y postgrado. Aunque sí existen diferencias estadísticamente significativas entre el alumnado de Artes y Humanidades, que presenta valores significativamente mayores, que el resto de ramas.

Consumo de sustancias adictivas

El consumo de sustancias adictivas ha sido referido por otros investigadores como una respuesta de los universitarios para calmar la sintomatología ansiosa a raíz de la pandemia. En este estudio, sin embargo, en torno al 60% informó de ausencia de cambios en su consumo.  Quienes informan de reducirlo, un 20%, lo hicieron en la misma proporción de aquellos que señalan haberlo incrementado, también otro 20%.

Más del 40% de los universitarios españoles participantes en el estudio presentan sintomatología depresiva. Un 21% del alumnado alcanza puntuaciones indicativas de caso clínico de depresión; otro 21,1%, de caso probable; y un 57,8% no informan de sintomatología depresiva relevante.

Las diferencias entre cursos y ramas de estudio son estadísticamente significativas para el alumnado de Artes y Humanidades, que presenta mayor sintomatología depresiva. Siguiendo la tendencia general, también se observa que es el alumnado de Ciencias de la Salud quien mayor bienestar psicológico muestra respecto a las demás ramas.

Dificultades en el método de estudio

Un 60% del alumnado de primer curso de grado de la universidad española refiere entre bastante y mucha dificultad para mejorar su método de estudio. En el resto de los cursos de grado, hasta un 40% informa del mismo nivel de dificultad y otro 20% adicional reconoce una dificultad moderada.

Son los alumnos de máster y doctorado quienes, de forma estadísticamente significativa, tienen menos problemas. Estas dificultades son trasversales a las ramas de conocimiento, sin que existan diferencias entre ellas. Un 53,1% de los encuestados solicitarían ayuda psicológica por sus dificultades con el método de estudio.

FUENTE: exitoeducativo.net