Premio Aitana a la labor comunicativa en psicología infantil.

Muy contenta por este premio que recibí el sábado en la edición especial X Aniversario del Congreso científico Aitana por mis colaboraciones en medios de comunicación, intentando siempre aportar un punto de vista profesional sobre temas esenciales para el bienestar infantil y siempre con un enfoque cercano.
¡Muchas gracias!

Taller de salud mental de la Fundación Bertín Osborne en Valladolid

La iniciativa, que ha recorrido hasta el momento 8 ciudades españolas, se realiza, en esta ocasión, en las instalaciones de la Fundación INTRAS.

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, visitó este sábado el taller de salud mental de la Fundación Bertín Osborne, dirigido a las familias de personas con discapacidad, que se celebró en las instalaciones de la Fundación INTRAS, en la calle Martín Santos Romero, del barrio de Parquesol. Esta iniciativa, que ya ha recorrido ocho ciudades españolas, tiene como objetivo proporcionar a las familias herramientas y recursos para el autocuidado emocional, además de fomentar la gestión saludable de sus emociones en el cuidado de personas con discapacidad.

El apoyo psicológico es necesario

El regidor ha aprovechado esta visita para subrayar que el apoyo psicológico es algo «necesario» y ha abogado por acudir a profesionales en este ámbito de «manera periódica». «No vale con que estemos en una jornada, nos olvidemos, entremos en la rutina del día a día, y eso nos acaba, de alguna manera, colapsando. Necesitamos, entre otras cosas, reencontrarnos con gente porque de todo eso, sin lugar a dudas, se aprende«, ha apostillado. Además, ha apuntado que trabajará durante los próximos meses para ampliar la actividad «en la medida en que se pueda» ya que considera «fundamental» y «esencial» la labor de Fundación Bertín Osborne.

En este contexto, ha relatado que en una conversación reciente se dio cuenta de la importancia del apoyo psicológico para los propios psicólogos, de manera que puedan «resetear». «Pensaba que un psicólogo era una persona lo suficientemente estable para no derrumbarse, pero claro, son personas humanas, y se tienen que derrumbar. Claro, si eso le acontece a estos profesionales, ¿Qué no nos acontecerá a las familias con nuestros seres queridos que tienen algún grado de discapacidad?», ha reflexionado al respecto, para incidir en la importancia de este tipo de talleres.

Bienestar emocional para las familias

Estos talleres, desarrollados con la colaboración de entidades como Fundación ONCE y la Fundación ‘la Caixa’, incluyen también un servicio de ludoteca gratuito para los hijos con discapacidad y sus hermanos, atendido por voluntarios de diversas organizaciones. La doctora en psicología clínica y de la salud Silvia Álava Sordo, reconocida profesional en este ámbito, fue la ponente invitada en esta edición de Valladolid. En su caso aportó una visión especializada y práctica para las familias que enfrentan los desafíos diarios en el cuidado de personas con discapacidad.

La Fundación Bertín Osborne, comprometida en brindar apoyo psicológico continuo, también ofrece a través de Fundación ONCE una línea de apoyo psicológico para quienes requieran orientación adicional fuera de estos talleres.

Fuente: diariodevalladolid.es

Más de la mitad de los adolescentes buscan refugio en Internet cuando se sienten solos, tristes o enfadados

La investigación revela que más de uno de cada tres come o cena con un dispositivo tecnológico. 

Los adolescentes ven en internet y las redes sociales un refugio al que acudir cuando están mal. Más de la mitad de los niños de entre 10 y 17 años ha usado el mundo online para sentirse mejor cuando se han sentido solos, tristes o enfadados. Una tendencia que preocupa a pediatras y psicólogos educativos, que avisan de que cuanto más indebido es el uso que hacen de estas herramientas, mayor es la probabilidad de que sufran ansiedad, estrés y depresión. 

Así lo advierten DKV y la ONG Educar es Todo en su I Estudio sobre la percepción de la salud mental de los adolescentes y el mal uso de la tecnología. Una investigación para la cual han contado con la participación de 1.475 adolescentes, 1.630 progenitores y 105 docentes, que coinciden, en mayor o menor medida, en que los jóvenes españoles pasan demasiado tiempo con el móvil. Los resultados, presentados este miércoles en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid por los psicólogos educativos Silvia Álava y Rafa Guerrero, evidencian que, cuanto mayor es la percepción de los propios adolescentes de que están haciendo un uso incorrecto de la tecnología, mayor es el índice autopercibido de los trastornos emocionales. 

El 30% de los padres y madres creen que sus hijos están siempre o casi siempre con el móvil

Tras preguntar a padres y adolescentes sobre cómo afecta la tecnología a sus hábitos de vida —como la alimentación, el deporte o el sueño— y a la calidad de las relaciones familiares entre iguales, el estudio apunta que el 30% de los padres y madres creen que sus hijos están siempre o casi siempre con el móvil y/o los videojuegos, y que esa proporción aumenta diez puntos, hasta el 40%, al preguntar a los propios adolescentes. De hecho, el 45% de los niños encuestados reconoce que tiene problemas para desconectarse de la tecnología

En general, las respuestas de los adolescentes son mucho menos alarmantes que la de los adultos, y son los profesores los que más advierten de un uso indebido de los dispositivos tecnológicos entre sus alumnos y de los efectos que ello está teniendo en su propio desarrollo personal, social y académico: cerca del 90% asegura que los adolescentes tienen una gran dificultad de desconexión. Tanto es así, que más de uno de cada tres adolescentes confiesan que comen o cenan con el móvil, una tableta o viendo la televisión. «Este es un resultado que a nosotros nos preocupa», ha subrayado Rafa Guerrero, quien ha explicado que eso implica estar desconectado de lo que realmente se está haciendo.

El psicólogo educativo ha alertado también de otro resultado que les inquieta: la mitad de los menores encuestados reconoce que se llevan el móvil a la habitación cuando se van a dormir. Algo que, según ha detallado, puede incidir en el propio desarrollo de los adolescentes, ya que los dispositivos emiten una luz azul que incide en una parte del cerebro encargada de regular los ciclos de vigilia y noche. «También nos encontramos con que los que se van a dormir con el móvil y hacen un mal uso del dispositivo duermen menos horas, y duermen peor, lo que tiene un efecto dominó, ya que tiene consecuencias luego al día siguiente, en el instituto, por ejemplo», ha apuntado. 

Efectos en sus relaciones sociales y en la salud mental

Ese mal uso de las tecnologías interfiere también en el ámbito social de los menores y en su capacidad para relacionarse, tanto con los adultos como con sus iguales. El 70% de los adolescentes asegura que está con el móvil casi todo el tiempo que pasa con sus amigos y rara vez no lo usan cuando están con los familiares. «Si resulta que la esencia del ser humano y lo que nos hace sentir bien, que es ser vistos por un grupo de iguales, lo estamos sustituyendo por una relación tecnológica o incluso con gente que no conocemos de nada, pues entonces tenemos un problema», ha advertido Guerrero, que también ha señalado el riesgo de utilizar la tecnología como una herramienta de regulación emocional. 

Más enfados, rabietas, peleas o engaños.

Son algunos de los problemas de conducta enumerados por las familias de aquellos adolescentes que hacen un mayor uso indebido de los dispositivos digitales. Esto, ha explicado Silvia Ávila, puede vincularse con lo apuntado por Herrero, ya que cuanto peor usan las tecnologías, menor es el «índice prosocial».

También en esos contextos, ha contado la psicóloga, se observan más síntomas relacionados con la hiperactividad: se concentran menos, les cuesta más hacer los deberes, están más revoltosos y son más impulsivos. «Hay una correlación estadísticamente significativa entre ese mal uso de la tecnología y mucha problemática en términos de salud mental», ha subrayado Ávila, quien ha asegurado que con estos datos se pone «evidencia científica» a lo que los psicólogos ya ven todos los días en consulta. «No se pueden usar las pantallas como ese chupete emocional», ha insistido. 

Recomendaciones para un buen uso 

En conclusión, el problema no es tanto el dispositivo en sí, sino más bien el uso que se hace de él, tal y como ha recalcado Torres. La diferencia en las adicciones a los móviles respecto a otro tipo de adicciones, ha explicado, es que los dispositivos ya se usan en todas las esferas (para trabajar, para estudiar, para socializar, etc.). «Por eso el gran objetivo es aprender a vivir con ello, teniendo en cuenta cuáles son los peligros», ha añadido. 

Que ningún niño menor de 3 años esté expuesto a las pantallas 

Ambos expertos han emitido una serie de recomendaciones para un uso saludable de las tecnologías, destacando la importancia de que ningún niño menor de 3 años esté expuesto a las pantallas para que puedan madurar fuera de ellas. De los 3 a los 5 años, ha apuntado Álava, lo ideal sería que el uso de teléfonos, tabletas o la televisión se redujera a unos 30 minutos al día, y siempre acompañados por sus padres. 

Y, una vez tengan su primer dispositivo —lo recomendable es que no sea antes de los 14 años—, aconsejan establecer un «contrato de uso» y asegurarse de que «el tiempo online nunca supere al tiempo offline», es decir, que no pasen más tiempo con los dispositivos que a otras actividades como leer, quedar con amigos, estar con la familia o practicar deporte. 

FUENTE: 20MINUTOS.ES

Necesitamos reconocer lo que ya hemos logrado

A menudo, nos concentramos tanto en lo que nos falta que olvidamos, reconocer lo que ya tenemos. En lugar de enfocarte en lo que aún no has alcanzado, celebra tus logros y agradece cada paso que has dado.

Valora tu presente y el progreso que has hecho hasta ahora. ¡Eres más fuerte y exitoso de lo que crees! 

Nadie tiene una vida perfecta: Día Mundial de la Salud mental

Hoy es 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental. Queremos llamar la atención sobre una problemática que afecta cada vez más a niñas, niños y adolescentes: la presión de mostrar una vida perfecta en redes sociales.

Un nuevo informe de Unicef presentado el 9 de octubre revela que casi 7 de cada 10 adolescentes en España (68,1%) sienten la presión de proyectar una imagen ideal y sin problemas en el mundo online, aunque no sea cierta. Nos preocupa cómo este fenómeno puede afectar su bienestar emocional, ya que además, el 41,1% cree haber tenido un problema de salud mental en el último año, pero más de 1 de cada 3 nunca ha hablado de ello.

#psicologia #emociones #saludmental #bienestaremocional #unicef #redessociales #pantallas #adolescentes #díamundialdelasaludmental #autocuidado ‪@UNICEF‬

A veces olvidamos lo más importante: NOSOTROS MISMOS.

En un mundo tan exigente, a veces olvidamos lo más importante: NOSOTROS MISMOS.

Por ello, está bien tomarte un momento para conectar con tu vulnerabilidad, escuchar lo que realmente necesitas y ser auténtico. Permítete ser tú, sin máscaras ni presiones.

Tu cerebro te boicotea cuando no te gusta una actividad

Por Noemí Valle

Todo lo que necesitas saber sobre la Teoría de la minimización del esfuerzo en la actividad física y como plantarle cara

Mañana empezaré a hacer ejercicio. Iré andando al trabajo, subiré y bajaré las escaleras de mi casa en lugar de coger el ascensor, haré pilates desde el salón, me sumaré al running. En nuestra retahíla de promesas semanales, el deporte es algo que está siempre presente. No sabemos por qué razón tendemos a posponer una y otra vez la actividad física, ¿falta de voluntad? La ciencia parece tener la respuesta de por qué nos cuesta tanto pasar de la intención a la acción.

La teoría de la minimización del esfuerzo en la actividad física, parece encajar a la perfección con esa serie de obstáculos mentales que nos ponemos antes de empezar a entrenar. Esta investigación científica señala que el ser humano tiende a evitar gastar energía en las actividades cotidianas debido a su evolución. Según el estudio, podría deberse a un comportamiento que hemos ido arrastrando del pasado, cuando conservar la energía para cazar o recolectar era casi un instinto de supervivencia, ya que gastarla podría conllevar poner nuestra vida en peligro.

Entendemos que esto tuviera sentido en otras épocas de la historia del ser humano, pero ahora, ese instinto que velaba por nuestra supervivencia podría llegar a ser contraproducente cuando intentamos llevar un estilo de vida activo. Aun así,  según señalan en la investigación anterior, no nos atraviesa a todos por igual. Éste va variando de unos a otros, de forma que existen personas con más predisposición a esforzarse físicamente que otras. Entonces, ¿qué sucede si somos de las segundas?

Análisis de costes y beneficios

Como explica Silvia Álava, Doctora en psicología clínica y de la salud: «en el lóbulo prefrontal se hace un análisis de costes y beneficios que tiene mucho que ver con la función ejecutiva. Se trata de anteponer el beneficio que va a tener hacer esa actividad física.» Al igual en la teoría de la minimización del esfuerzo en la actividad física, la experta resalta la importancia de la fuerza de voluntad: «es algo que se entrena», explica.

Aun así, la función ejecutiva también puede agotarse, por lo que si no queremos desistir en el intento de estar en forma: «algo que puede ayudarnos es tener muy claro cuál es el objetivo, para anticipar esos beneficios: estar en forma, lucir mejor, paliar un problema de salud o evitar tenerlos,» sugiere Silvia.

Elegir un deporte que nos guste

Más allá de los estudios científicos, una gran idea para no acabar abandonando el deporte es optar por actividades que, además de suponer un desgaste físico, las disfrutes y te gusten. «Cuando buscas algo que te gusta y te motiva es mucho más fácil. Ya no solo haces deporte para conseguir el objetivo de estar en forma o no tener un problema de salud, sino porque te lo paso bien y te apetece. Si no te gusta una actividad va a ser mucho más probable que tu cerebro te boicotee y que encuentres excusas para no hacerla», explica la psicóloga.

Importancia de las rutinas

Una investigación reciente llevada a cabo por un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que ha publicado  la revista Sciences Advances, nos da cierta esperanza. En el estudio explican que en nuestro cuerpo existen dos proteínas que, mientras hacemos ejercicio, activan el área del cerebro que controla el movimiento y nos incitan a estar más activos. Es decir, una vez que empezamos a hacer deporte nuestro cuerpo nos impulsa a hacer más, tenemos más ganas de una vida fitness.

Si vas incorporando el deporte a tu rutina diaria va a ser mucho más fácil que lo puedas mantener: «llega un momento en el que, si un día no has hecho esa actividad física y está dentro de tu rutina, la echas de menos», explica Silvia Álava. La clave está en evitar romper esa rutina y tener un mismo horario: «un día puedes saltártelo por una causa justificada, pero si se alarga, vuelve a entrar en juego esa teoría de la minimización del esfuerzo en la actividad física», comenta la psicóloga. Objetivos claros, rutina y una actividad física que nos guste, esta es la fórmula que sugiere la experta para contrarrestar la teoría. Dicho así parece mucho más sencillo. Lo pondremos a prueba.

FUENTE: tendencias.com

Sun Lovers: Efectos positivos del sol y recomendaciones de protección

Sí, el sol y la felicidad van de la mano.

Así lo respalda el informe «Efectos positivos del sol y recomendaciones de cómo disfrutarlo estando protegidos», presentado por Babaria, la marca especialista en cosmética y protección solar. Esta guía no solo pone de manifiesto los grandes efectos que tiene el sol en nuestro organismo, tanto a nivel físico como emocional, sino que también aporta importantes recomendaciones para poder disfrutar del sol siempre de manera responsable y saludable, como la utilización de crema de protección solar, mantener una correcta hidratación y cuidar el horario de exposición.

La exposición al sol es fundamental para la síntesis de vitamina D, así como para la salud mental.

En este sentido, el informe de Babaria refleja que las personas sufren más angustia mental cuando los días son más cortos y hay menos sol, y que la exposición controlada y segura al sol aumenta los niveles de serotonina y la producción de endorfinas. De hecho, los expertos corroboran que cada hora adicional al aire libre reduce significativamente la probabilidad de desarrollar trastornos depresivos, porque

«la exposición solar diaria de 30 minutos reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en un 15%, mejorando el estado de ánimo y disminuyendo los síntomas de ansiedad y depresión».

Al mismo tiempo, la luz solar nos ayuda a mejorar nuestra calidad del sueño, ya que está relacionada con la regulación de los ritmos circadianos y la producción de melatonina, crucial para un buen descanso. En definitiva, la exposición responsable al sol ayuda a prevenir los trastornos depresivos, reduce el estrés, contribuye a incrementar la felicidad y a lograr una mejora emocional, por lo que aporta numerosos efectos positivos mentales.

La vitamina D, obtenida a través de la exposición solar, desempeña un papel crucial en la salud ósea y muscular

El informe también señala que el 48% de los mensajes en redes sociales valoran los beneficios del sol motivado por los efectos positivos en la salud física, y no es para menos, ya que la síntesis de la vitamina D, obtenida a través de la exposición solar, desempeña un papel crucial en la salud ósea y muscular, previniendo significativamente el riesgo de sufrir fracturas y osteoporosis, especialmente en personas mayores. Pero no es el único efecto positivo que tiene en nuestro cuerpo, ya que el sol también fortalece nuestro sistema inmunológico y favorece la producción de péptidos antimicrobianos en la piel, lo que ayuda a proteger contra infecciones y enfermedades cutáneas. De hecho, la deficiencia de vitamina D afecta al 75% de los españoles y al 40% de los europeos, y la exposición al sol durante 5 a 15 minutos diarios con protección, entre los meses de marzo y octubre, puede ser suficiente para mantener los niveles recomendados por los profesionales.

Sin embargo, pese a que la ciencia ha demostrado que el sol tiene múltiples efectos positivos en nuestro cuerpo y mente, el informe de Babaria refleja un incremento en la manipulación y desinformación sobre los beneficios del sol, especialmente vehiculada a través de las redes sociales.

FUENTE: europapress.tv

Consumo de porno como «tutorial» sobre relaciones sexuales y la «pornificación de la cultura»

FOTO: JOAQUIN CORCHERO / PARLAMENTO DE ANDALUCIA

Ayer tuve el placer de participar telemáticamente en el grupo de trabajo en el Parlamento andaluz, contra el acceso de la pornografía por parte menores . Algunos de los temas que se trataron en la intervención fueron:

1.    Hipersexualización de la infancia:

En la actualidad, los niños y adolescentes viven en un mundo hipersexualizado (Triviño y Brito, 2019), toda gira en torno a una industria cultural (publicidad, películas, canciones…) que utiliza una imagen femenina sobrecargada simbólicamente de sexualidad, algo que algunas autoras han denominado “pornificación de la cultura” (Alario, 2021). Así, por ejemplo, Paul (2006) describe cómo se ha normalizado que los artistas varones se rodeen de mujeres semidesnudas en sus videoclips, las cuales adoptan prácticas, posturas, narrativas que proceden de la pornografía.

2.    Aumento del consumo de la pornografía en todas las edades.

Asimismo, el consumo de pornografía explícita ha crecido exponencialmente en los últimos quince años y se ha hecho más extremo.

Con la llegada de la tecnología y el acceso a internet, la demanda de este material se ha disparado. Los dispositivos la han facilitado porque favorecen su acceso anónimo, discreto, a cualquier hora y en cualquier parte (Ballester y Orte, 2019).

3.    Los menores están expuestos sin protección.

El termino nativos digitales (Prensky) ha hecho mucho daño, se nos olvida, que no basta con nacer en un mundo, hay que habitar en él, y los chicos y las chicas no saben cómo utilizar correctamente la tecnología. Hay que estar a su lado, en ese proceso de alfabetización digital para conseguir que nuestros hijos y alumnos se beneficien de la tecnología, sean ellos quienes utilicen la tecnología y no al revés.

De esta forma será más fácil evitar los peligros de las redes sociales, entre los que destacan:

  • Sexting
  • Grooming
  • Adiccion/uso problemático de Internet
  • Retos virales
  • Dark web
  • Acceso a contenido inapropiado: pornografía. Que es de lo vamos a hablar hoy.

En muchas ocasiones, los niños y niñas se encuentran con pornografía de manera accidental, (con 8 años) reproducen el contenido y después lo consumen activamente (Ballester y Orte, 2019; Sanjuán, 2020). De este modo, en la adolescencia, y sobre todo en los chicos, ya se produce un consumo regular y generalizado.

Según información provista por la ONG Save the children, casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía.

  • Lo consumen más chicos que chicas.
  • En las chicas también es significativo, aunque menor estadísticamente y también menos recurrente según los últimos estudios (Ballester y Orte, 2021; Rodríguez, 2020; Sanjuán, 2020) (80% hombres y 40% mujeres)

Si bien chicos y chicas consumen pornografía y, además, el consumo de estas últimas ha aumentado, es significativamente menor al realizado por varones en frecuencia y duración. Igualmente, las motivaciones son distintas:

  • Mientras que los hombres la consumen para excitarse sexualmente y masturbarse.
  • Las mujeres la consumen por curiosidad, por ver “sexo” y, presumiblemente, por saber qué quieren los hombres y cómo se les complace; aun cuando no adviertan que la pornografía está hecha por y para ellos.

Las mujeres que ven pornografía acaban replicando los modelos de victimización; los consumen sin percatarse del daño que el porno les puede hacer. No hay una conciencia de que el porno va en contra de los derechos de la mujer.

4.    Todo esto es consumido por un cerebro en formación.

Los niños, pero tampoco los adolescentes, tienen el suficiente desarrollo cognitivo y emocional para poder entender y digerir lo están viendo. Las habilidades de procesamiento están inacabas y por esta razón les cuesta mucho más separar la realidad de ficción. Una exposición temprana a contenido sexual puede tener consecuencias relevantes a corto y a largo plazo.

Pensando en los adolescentes y en los jóvenes, debemos de tener en cuenta varios factores.

  1. En primer lugar, el cerebro no termina de madurar hasta los 25 años. El lóbulo prefrontal que es el encargado de regular las emociones no madura hasta esta edad, por lo que van a necesitar que sus figuras de referencia padres y madres estén presentes y les ayuden a co-regular esas emociones.
  2. En esta edad el cerebro es muy sensible a la novedad, se orienta hacia todos los estímulos novedosos. Este tipo de contenidos les ofrece novedad en cada segundo.
  3. Durante la adolescencia el cerebro está en reconstrucción: importancia de las hormonas que sobreexcitan el circuito mesolímbico.
  4. Los adolescentes no tienen 100% desarrolla la capacidad de control, de pensamiento crítico, de reflexividad. La impulsividad hace que tomen decisiones en algo tan grave como, por ejemplo, romper la intimidad de las personas y subir vídeos con contenido sexual en la red.
  5. Además, los peligros no se anuncian como tal, por ejemplo, conocemos los efectos que el consumo de contenido pornográfico puede tener y no llevan un aviso a esos chicos o chicas, ni a sus padres: consumir este contenido puede generar adicción, o tener efectos en la salud, como, por ejemplo, pone en la cajetilla de tabaco. Ya sabemos que no es la panacea ni la mejor solución, pero si saber lo que estamos haciendo y el peligro que entraña.

5.    Todo esto contrasta con la escasa o nula formación en sexualidad.

Y es que actualmente, no existe una educación sexual integral, una educación afectivo-sexual, que integre la parte de valores, de respeto hacia mi cuerpo, hacia los demás, de lo que es una relación sana.

 Los niños y las niñas tienen una curiosidad innata por conocer el mundo que les rodea y, en el mismo sentido, su propio cuerpo. Detectan el tabú existente hacia los genitales y la reticencia a una explicación clara respecto a la reproducción y a la sexualidad. Precisamente esa intuición de que es un tema vergonzoso invita a querer saber más al respecto, y si la escuela y sus familiares no satisfacen las dudas, internet será el lugar donde sacien su curiosidad (Gutiérrez, 2022). Y, precisamente en internet, la búsqueda de cualquier contenido mínimamente sexual acaba conduciendo a webs pornográficas.

Donde el mensaje que se muestra es de que las mujeres son las presas sexuales del hombre y que esto les encanta (Rich en Cobo, 2018). De hecho, las consecuencias del consumo de pornografía, si bien son nefastas en todas las etapas vitales, resultan especialmente nocivas en edades tempranas donde no se ha adquirido madurez racional, ni emocional ni sexual suficiente para comprender y digerir ciertos contenidos.

Ana de Miguel habla en términos de una “doble verdad”, dado que la juventud aprende por un lado que hombres y mujeres son iguales, pero por otro interioriza la posición deshumanizada de las mujeres como objetos sexuales mediante la pornificación cultural y la pornografía explícita.

La pornografía se introduce en las vidas cotidianas de los y las jóvenes, quienes socializados en ella aprenden a considerar que la violencia que ahí aparece es simplemente sexo. Esto es un factor que es imprescindible tener en consideración a la luz de los sucesos de agresiones sexuales acaecidos recientemente, donde víctimas y agresores, cada vez son de menor edad.

Lo que nos indican los estudios es que un mayor uso de pornografía puede influir en las creencias que los varones tengan sobre las mujeres, haciendo que las vean como objetos, que las cosifiquen; que normalicen, legitimen e incluso ejecuten esa violencia física y verbal en la vida real. Es cierto que hay otras variables que lo condicionan; no toda la violencia se explica por el uso del porno, pero este es una variable mediadora y potenciadora de la violencia.

El visionado de pornografía por parte de los jóvenes puede tener una variedad de consecuencias, tanto a nivel psicológico como social. Algunas de las consecuencias más destacadas incluyen:

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS

1.     Desarrollo de Expectativas Irreales:

La pornografía a menudo presenta una visión distorsionada y poco realista de las relaciones sexuales y del cuerpo humano. Esto puede llevar a los jóvenes a desarrollar expectativas poco realistas sobre el sexo y sus propias experiencias sexuales.

2.     Desensibilización:

La exposición frecuente a la pornografía puede llevar a la desensibilización, donde los jóvenes pueden volverse menos sensibles a las imágenes sexuales y buscar contenido cada vez más extremo para lograr la misma excitación.

3.     Problemas de Salud Mental:

Algunos estudios sugieren que el consumo excesivo de pornografía puede estar asociado con problemas de salud mental, trastornos del estado del ánimo: como la depresión, ansiedad, y baja autoestima.

Otros autores mencionan una mayor asociación con el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias. No se ha encontrado asociación con las disfunciones sexuales en adolescentes, aunque sí en adultos.

4.     Adicción:

La pornografía puede ser adictiva para algunos jóvenes, interfiriendo con sus actividades diarias, estudios, y relaciones interpersonales. Afectando en sus relaciones personales y en su bienestar emocional.

Afecta al rendimiento cognitivo su aprovechamiento académico, el sueño, la capacidad de atención y memoria. Algunos estudios neurocognitivos nos indican que tiene un efecto en la salud mental y en la salud sexual.

CONSECUENCIAS SOCIALES

1.     Distorsión de la Realidad Sexual:

Los jóvenes pueden desarrollar una percepción distorsionada de lo que es una relación sexual saludable, lo que puede afectar sus relaciones íntimas y la manera en que interactúan con sus parejas.

2.     Comportamientos Sexuales de riesgo:

El consumo de pornografía puede llevar a una mayor probabilidad de involucrarse en comportamientos sexuales de riesgo, ya que los jóvenes pueden imitar lo que ven sin comprender los riesgos asociados.

Por ejemplo, mantener relaciones sexuales sin preservativo.

Se ha observado, que los adolescentes que consumen pornografía refieren un mayor deseo sexual, mayor número de encuentros sexuales, múltiples parejas sexuales y una iniciación sexual más temprana, en comparación con aquellos adolescentes que no consumen pornografía.

3.     Impacto en las Relaciones Interpersonales:

Puede afectar la calidad de las relaciones interpersonales y sentimentales. Los jóvenes pueden tener dificultades para formar relaciones basadas en la intimidad y el respeto mutuo.

4.     Normas de Género y Sexualidad:

La pornografía a menudo refuerza estereotipos de género y puede perpetuar actitudes sexistas y misóginas. Esto puede influir negativamente en cómo los jóvenes perciben y tratan a sus pares del sexo opuesto.

CONSIDERACIONES ADICIONALES

1.     Educación Sexual Inadecuada:

En ausencia de una educación sexual integral, los jóvenes pueden recurrir a la pornografía como una fuente de información sobre el sexo, lo cual puede ser perjudicial debido a la naturaleza irreal y a menudo violenta de este contenido.

2.     Privacidad y Seguridad en Línea:

Los jóvenes pueden estar expuestos a riesgos de privacidad y seguridad en línea al acceder a contenido pornográfico, incluyendo el riesgo de ser víctimas de explotación o abuso.

CONCLUSIONES

Dadas las consecuencias que tiene la exposición temprana a la pornografía en el caso de los niños y el consumo regular de esta por parte de los adolescentes, es necesario.

  1. Regular su uso: No permitir que los menores de edad accedan a estos contenidos a través de internet.
  2. La supervisión, no solo debe de realizarse por parte de los padres, quienes es imprescindible que acompañen a sus hijos en el correcto uso de la tecnología, y realizando esos procesos de alfabetización digital.
  3. La industria pornográfica debe de evitar que los menores accedan a su contenido con la facilidad que lo hacen hoy en día.
  4. Realizar una educación afectivo-sexual adecuada para poder mitigar los efectos nocivos de la exposición a estos contenidos. Y que los menores no sientan que el porno es un tutorial de cómo disfrutar del sexo o lo que tienen que hacer. Los menores que utilizan los materiales pornográficos como una herramienta de educación sexual muestran una mayor tendencia a percibir el sexo como un mero instrumento para la gratificación sexual. Cuidado: no olvidemos que muchos de ellos están copiando lo que visualizan, reproduciendo agresiones sexuales entre menores. Y muchas veces, por el efecto de desensibilización que hemos comentado, sin ningún tipo de empatía hacia sus víctimas.
  5. Investigar más sobre los efectos del consumo de pornografía en menores.  La mayor parte de los estudios se centran exclusivamente en adultos. La población más vulnerable a este tipo de contenidos sea la menos estudiada se deba, entre otros aspectos, a limitaciones éticas y prácticas, y a una cierta negligencia por parte de los formadores, que no quieren creer que niños y adolescentes acceden a estos contenidos. Cuidado con realizar asociaciones de causalidad. Hace falta mucha más evidencia empírica para poder obtener resultados concluyentes con estudios longitudinales.
  6. El consumo de pornografía no afecta a todos por igual, algunos de los factores predisponentes para caer en ese abuso son:
    • Mayor impulsividad
    • Uso de alcohol y otras sustancias en el año previo.
    • Menor vinculación con los progenitores.
    • Alteraciones en el funcionamiento familiar.
    • Violencia familiar: Los adolescentes que han sido víctimas de violencia familiar presentan una mayor tendencia a consumir pornografía, y especialmente de contenido violento
  7. Realizar campañas de concienciación sobre las consecuencias graves que puede tener el consumo del porno. Se hacen campañas sobre los efectos nocivos del tabaco, del alcohol, pero en el caso del porno ni tan siquiera hay un replanteamiento social.

¿Qué es el comportamiento del «espejo retrovisor» que afecta cada vez a más personas?

Cómo la mirada constante hacia el pasado te impide prestar atención al presente

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Por: Noemí Valle 193 publicaciones de Noemí Valle

Nos pasa a menudo, vivimos rumiando ciertos recuerdos del pasado, deformándolos hasta una perfección casi onírica o en su defecto, ensuciándolos hasta la hipérbole. Se entremezclan con el resto de nuestros pensamientos diarios y los eclipsan. Como si de un retrovisor se tratase, mantenemos la mirada fija en ese espejo que nos devuelve la vista de lo que hay detrás y como ocurre en la carretera, no podemos fijar la mirada al frente si seguimos con las pupilas puestas en el pasado.

El comportamiento del espejo retrovisor

Como explica Silvia Álava, Doctora en psicología clínica y de la salud: «no se trata de ningún tipo de trastorno. Los profesionales de la salud mental trabajamos con el manual de los trastornos psiquiátricos (DSM) y en ningún sitio hablamos de este concepto, si bien es cierto que es una conducta que podría hacer que perdamos el bienestar emocional, porque hay personas que viven muy ancladas en el pasado en lugar de vivir en el presente.»

Como indica la psicóloga: «no podemos hablar de un síndrome, sino de un tipo de comportamiento que debemos intentar evitar porque puede poner en compromiso nuestra salud mental.» No solo revivimos y recordamos una y otra vez nuestro pasado, sino que también moldeamos de forma errónea, casi siempre martirizándonos, quienes éramos meses o años atrás, distorsionando en consecuencia quienes somos en la actualidad. «Esto conlleva a veces muchas emociones desagradables como por ejemplo la culpa», advierte Silvia Álava. Difuminamos el potencial de nuestro presente aferrados siempre a las ideas ya vividas, incapaces de pasar página.

Bien es cierto que aunque la frase de que «aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo», se aplica a los aprendizajes y tropiezos de las vidas personales, los pensamientos obsesivos pueden llegar a inhabilitarnos. Y es que las personas que sufren este tipo de comportamientos se hallan inmersas en espirales de culpabilidad y presentan una baja autoestima, así como un alto nivel de autocrítica. Un cóctel que influye negativamente y compromete su bienestar emocional.

¿Cómo podemos saber si estamos sufriendo el comportamiento del espejo retrovisor?

Lo primero que debemos hacer es generar un nivel de autoconsciencia, y preguntarnos si generalmente estamos más presentes en el día a día o nuestra cabeza está continuamente recordándonos situaciones del pasado. Es imposible dar marcha atrás al tiempo y cambiar las cosas que sucedieron, por ello es importante reconocer esos pensamientos circulares y reconciliarnos con el pasado para poder decidir cómo va a ser nuestro futuro.

«Puede darse que existan situaciones traumáticas no resueltas, como abusos, acosos o situaciones especialmente complicadas, pero otras veces son pequeñas situaciones del día a día las que no hemos sabido digerir bien, ya que no hemos construido una buena narrativa sobre lo que nos ha ocurrido», advierte  Silvia Álava.

¿Cómo podemos tratar este comportamiento?

Según el último informe del Sistema Nacional de Salud, en España la prevalencia de ansiedad ha aumentado un 34% en los últimos dos años, y es que detrás de los síntomas de este comportamiento del espejo retrovisor pueden encontrarse ciertos casos nos resueltos de ansiedad o depresiones. Como indica la psicóloga: «cuando hablamos de depresión es sobre todo que nos hemos quedado anclados en situaciones del pasado, que en ocasiones no nos han gustado o no hemos sabido muy bien como procesar, mientras que cuando hablamos de ansiedad, muchas veces lo que está pasando es que estamos pensando que el presente va a ir mal.»

Según Silvia Álava: «es muy importante trabajar la capacidad de autoconocimiento y sobre todo el metaconocimiento, es decir, conocernos bien a nosotros mismos, saber muy bien de donde venimos, hacia donde vamos y cómo funcionan nuestras emociones. Esto puede tener un efecto beneficioso para integrar las cosas que nos pasan, establecer una narrativa coherente que nos permita analizar aquello que nos ha pasado, pero siempre con el objetivo de seguir adelante, sobre todo teniendo la mirada puesta en el futuro.»

Ante el continuo traqueteo de los pensamientos girando en bucle en nuestra cabeza, la psicóloga insiste: «tu no puedes juzgar lo que hiciste en el pasado desde el presente porque hoy eres una persona completamente diferente y además tienes un conocimiento que antes no tenías.» Y es que en ocasiones apostamos por decisiones que no son las mejores porque carecemos de la información que tenemos en el presente. Lejos de martirizarnos por esas acciones que llevamos a cabo en el pasado, la clave está en poder aceptarlas.

FUENTE: tendencias.com