Os adjuntamos un extracto de la entrevista realizada para Universidad de Padres, un referente de escuela de familias, donde hablamos sobre la buena o mala educación que reciben hoy en día los jóvenes adolescentes, apareciendo de forma recurrente la pregunta ¿Era mejor la educación que recibieron generaciones pasadas como nuestros padres o abuelos?
Con los últimos acontecimientos acaecidos durante esta pandemia (con los jóvenes de protagonistas) hemos querido invitar al blog a Silvia Álava, psicóloga sanitaria y educativa, y colaboradora recurrente de up!Family, para darle un enfoque ponderado al debate.
☑️ Viendo el suceso ocurrido en Mallorca con el viaje de fin de estudios de cientos de jóvenes y el macrobrote que ha supuesto tal evento, se están alzando muchas voces críticas sobre la permisividad de los padres con sus hijos por dejarles ir a un viaje multitudinario sin estar vacunados y sin, aparentemente, reparar en que todavía estamos en peligro por pandemia. Se le llama «hiperpaternidad», el darle todo y consentirle todo a los hijos.
¿Estás de acuerdo?
Los psicólogos decimos que uno de los mayores errores que se cometen hoy es que hay una educación sobreprotectora, un estilo de educación más permisivo que se le llama de muchas formas ( “hiperpaternidad” o “padres helicópteros”). Vamos viendo que no estamos preparando a los jóvenes para la vida que realmente van a tener, cuando se lo estamos poniendo todo muy fácil, se lo damos todo muy hecho, como si les dijéramos “no hagas nada ahora que ya sufrirás más adelante, ya lo hago yo por ti”. Van a desarrollar menos competencias emocionales. No van a ser más felices porque les hagamos las cosas, como por ejemplo llevarles la mochila o enterarnos de sus deberes por el grupo de whatsapp de padres. De este modo van a desarrollar menos habilidades, menos tolerancia a la frustración.
No se trata de frustrarles gratuitamente, pero sí hay que permitir que experimenten esas pequeñas frustraciones típicas de la edad, y lo que tenemos que hacer es darle las herramientas para que las puedan gestionar.
En relación a los viajes de fin de curso, aunque es entendible las ganas que tienen tras un curso difícil y atípico, no nos debemos olvidar que seguimos en una pandemia y debemos actuar en consecuencia.
☑️ Por sucesos como el de Mallorca, ¿Notas que los padres y madres actualmente están menos preparados para la paternidad que hace unas décadas (padre y madre trabajan muchas horas, estrés laboral y familiar, menos atención a la crianza y al crecimiento de los hijos)?
No es que los padres estén menos preparados para la educación que en épocas pasadas, sino que por la sobrecarga laboral, muchas horas fuera de casa, mucho estrés familiar, estrés laboral, pues se sienten culpables porque no llegan a todo. Creen que no les dan todo lo que podrían. Que los hijos están viviendo una infancia, y los adolescentes una adolescencia, anormal por la pandemia. Esta culpabilidad tendemos a querer compensarla con regalos, con más tiempo con los videojuegos, con «no decirles que no a cosas porque tal y como estamos no quiero enfrentamientos«. Entonces, la culpabilidad nos lleva por un mal camino porque les consentimos cosas que no serían lo más aconsejable.
No es que se estén menos preparados, al contrario. Contamos con la generación de padres más preparada en cuestión de educación superior, pero lo que pasa es que en ocasiones la culpa no nos hace tomar buenas decisiones y no todo los padres tienen, es verdad, el mismo nivel de educación a la hora de tomar las decisiones para sus hijos.
☑️ Hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías, los recursos educativos de apoyo para padres y madres en la crianza de sus hijos son abundantes y de fuentes de contrastada reputación.
Como colaboradora de UP y acreditada divulgadora y conferenciante, ¿Consideras que los padres actuales necesitan más que nunca estos recursos extra y formaciones específicas para desempeñar una crianza efectiva?
Los padres necesitan más que nunca recursos de formación para llevar a cabo una crianza efectiva. No existen leyes universales sobre la educación en plan “esto es lo que hay que hacer siempre en estos casos”. No. Nadie te va a decir qué es bueno o malo para tu hija o hijo. Tú mejor que nadie lo sabes.
Hay que formarse e informarse muy bien de las cosas avaladas por la ciencia. En educación, todo el mundo opina. Es posible que lo que a unos padres les ha valido, a nosotros no nos funcione igual. Me estoy perdiendo una info necesaria para entender a mi hijo o hija, por eso es necesario contar con profesionales de la educación que nos digan cuál es la mejor forma de educar para cada niño, atendiendo a sus necesidades, a su personalidad, a su problemática, para a partir de ahí contar con técnicas con herramientas, con recursos, entendiendo que hay que hacer una educación no solo basada en lo formal (sacar buenas notas por ejemplo), sino también en la parte emocional. Cómo validar las emociones, cómo enseñarles a regular las emociones… Todo eso es más necesario que nunca con toda esta situación de la pandemia que estamos viviendo, que hace que todos estemos fuera de nuestra ventana de tolerancia a la frustración que hace que estemos especialmente irritables e irascibles.
☑️ ¿Hasta qué punto la educación que reciben los jóvenes, tanto en casa como en el hogar, influye en su comportamiento (bueno o malo)?
Influye todo: la educación que reciben los jóvenes, lo que han visto, su personalidad (compendio del temperamento y el ambiente donde hemos vivido). No podemos echar la culpa de lo que pasa con los jóvenes a los padres y a la educación, sino que hay que valorar cada caso. Los jóvenes que salen en los medios son aquellos que no están cumpliendo las medidas de seguridad, que están haciendo botellones, los que viajan masivamente tras los exámenes… Pero la gran mayoría están siendo muy responsables, incluso muchos participan en voluntariados para ayudar a los demás. No quieren salir mucho de casa o lo hacen cumpliendo las medidas de seguridad porque piensan en sus mayores, en sus seres queridos y en los demás.
Mucho cuidado por tanto en caer en qué mal está la educación, qué mal lo hemos hecho, porque no. Hay muchos otras variables que no controlamos, como las circunstancias que rodean a cada uno, su personalidad. Todo eso no lo estamos controlando, pero habría que incidir especialmente en la cantidad de jóvenes que lo están haciendo fantásticamente bien y no son los que salen en los medios.
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Si queremos que no sean tan manipulables hay que fomentar el sentido crítico. Y hacerlo desde que son pequeños, para que tomen decisiones según sus emociones, y obviamente aquellas decisiones acordes a su edad.
Lee la entrevista completa en Universidad de Padres