Este mes he tenido el placer de colaborar en un artículo de Laura Jiménez en la revistaLa Guía del Niño, en la que hemos hablado de la tartamudez infantil. Os invito a leerlo en la revista y os dejo unos cuantos post sobre el tema:
¿A qué edad es más común que los niños empiecen a tartamudear?
Hay una predisposición genética a la tartamudez, es por eso que a la hora de valorar al niño, siempre se debe preguntar a los padres si hay alguien más en la familia que tartamudee o haya tartamudeado.
Para explicar el problema se suele utilizar un modelo mixto, que parte de una debilidad inicial del sistema lingüístico de origen genético (dificultades de coordinación, dificultades fonorespiratorias…) añadidas a un factor desencadenante, que puede ser de tipo exógeno (como mucha presión ambiental) o endógeno (variables del propio niño).
En los niños la tartamudez pasa por tres fases, la etapa primaria, en la que el niño todavía no es consciente de su problema, la etapa transitoria, en la que empieza a serlo y la última en la que predomina el propio miedo a tartamudear.
En los primeros años de vida, en torno a los tres-cuatro años, puede aparecer una tartamudez evolutiva, en la que niño tiende a repetir palabras enteras. Se puede considerar algo evolutivo y no siempre es necesario realizar un tratamiento. (La prevalencia de la tartamudez en edad preescolar es del 3% a 5%). En un 80% de estos casos la tartamudez en este grupo desaparece antes de los 16 años.
Cuando el niño es mayor de 5 años y siguen o se han acentuado los rasgos de tartamudez, entonces sí que conviene valorar si hay problema y si es necesario realizar una intervención.