Lo que debes saber sobre el bienestar emocional

La psicóloga Silvia Álava defiende el bienestar emocional, un concepto más realista y accesible para las personas en la actualidad.

Por EFE –  @ElUniversalCtg

La psicóloga Silvia Álava es la autora del libro “¿Por qué no soy feliz?”, en el que repasa cuáles son los enemigos de la felicidad y presenta un método para incrementar el bienestar emocional.

“Si entendemos la felicidad como estar alegres, contentos, haciendo cosas satisfactorias las 24 horas del día los 365 días del año, ya vamos por mal camino porque es completamente imposible”, valora Silvia Álava.

En su opinión, “hay que ajustar muy bien la definición de felicidad. La felicidad es sentir calma, paz, estar a gusto con nosotros mismos, y tener cuidado con los mitos e ideas erróneas que nos han vendido. Más que de felicidad, se trata de conseguir bienestar y equilibrio emocional”. (Lea aquí: Señales que te indican que es hora de ir a terapia)

¿Se puede ser feliz en una pandemia?, preguntamos a esta experta.

“Vamos a ser sinceros y realistas: es más difícil se feliz en medio de una pandemia. La pandemia nos ha pasado una factura enorme a nivel emocional y de salud mental, a todos, lo vemos desde los niños pequeños, los adolescentes, muy afectados, y los adultos”.

La psicóloga enumera diferentes enemigos de la felicidad, un asunto que analiza en un amplio bloque de capítulos del libro.

La rumiación, que es engancharte dando vueltas y vueltas a algo, poniendo el cerebro en modo centrifugadora; las ideas irracionales y los pensamientos automáticos; la comparación social; la envidia y los celos; las películas que nos montamos a modo de director de cine, o el móvil como anestesiador emocional.Desarrollar la gratitud y la amabilidad, o interiorizar el sentido del humor son aliados muy útiles.

“Tenemos que aprender a vivir de forma más pegada a la tierra, ver las cosas desde la realidad, no existe el país de la piruleta”, destaca Silvia Álava.

La genética, expone la experta, tiene en la felicidad “mucho más peso del que puede creerse, para bien o para mal, hasta el 50 por ciento”.

Las circunstancias solo influyen en un 10 por ciento, y hay un 40 % de mejoría que “depende de nosotros”, añade.

Es aquí donde entra el método que la psicóloga propone para incrementar el bienestar emocional. En él, herramientas como la flexibilidad, fomentar la resiliencia, lograr que nuestras acciones y tareas fluyan. (Le puede interesar: La estrategia para fortalecer la salud mental en Cartagena)

¿Y las redes sociales?

“Las redes sociales pueden aportar mucho para bien, pero también para mal. ¿Dónde está la diferencia? En el tipo de uso que hace cada persona. Si utilizas las redes como escaparate de comparación social, es un problema, pero si es para informarte o entretenerte, ningún problema”, sostiene.

Álava plantea que para avanzar en el bienestar emocional y mejorar la salud mental, además de dar herramientas a la población para que sepa gestionar sus emociones, es necesario “incrementar la ratio de psicólogos en el Sistema Nacional de Salud; lo ideal es que en cada centro de Atención Primaria haya un psicólogo que pueda intervenir para atender a la población”.

Sobre el bienestar emocional y la felicidad en los próximos años, la psicóloga se muestra optimista y espera que, con lo aprendido en la pandemia y el desarrollo de las habilidades emocionales extendidas en la sociedad, la década de los años 20 resulte más feliz que las anteriores de este siglo.

FUENTE: eluniversal.com

¿Estoy consintiendo demasiado a mi hijo?

Ceder continuamente ante las peticiones y deseos de nuestros hijos puede provocar que les acabemos consintiendo demasiado.

Por Alicia Mendoza

«Mamá, ¿me compras esas chuches?» «Papá, ¿puedo estar un rato más con el móvil?» «¿Me regaláis la última versión del videojuego para la Play?». Todas estas son situaciones que se dan en nuestro día a día con los hijos y en las que a veces no sabemos qué hacer: ¿se lo compro y así para de pedírmelo? ¿Me mantengo firme y no lo hago?. A veces el cansancio nos vence y no tenemos más remedio que permitirles, aunque no queramos, que se queden un ratito más con la consola o cedemos y les compramos lo que nos piden.

Aunque no pasa nada por hacer caso y cumplir los deseos de nuestros hijos, ceder continuamente puede provocar que acabemos consintiendo demasiado a nuestros hijos.

¿CÓMO CONVERTIMOS A NUESTRO HIJO EN UN CONSENTIDO?

  • Les damos todo lo que quieren y desean. Nuestros hijos cuando nacen necesitan que sus progenitores les cuidemos, les alimentemos y les demos amor. Pero a medida que van creciendo, estas necesidades se juntan con los deseos materiales que tienen y, de la noche a la mañana, nuestro hijo se ha convertido en materialista. Debemos enseñarles el valor de las cosas y para ello podemos desde pequeños ir inculcándoles la diferencia entre querer y necesitar.
  • Usamos premios y chantajes. “Las casas en donde más se grita, donde más se castiga, más se premia, más se chantajea y más se amenaza, son las casas en donde se obedece menos”, dice Amaya de Miguel, creadora de Relájate y Educa. Usar los premios y los chantajes hará que nuestro hijo vea el premio como algo a lo que se debe aspirar, pero llegará un momento en el que no habrá compensación ni premio y no querrán acatar la orden o lo que les digamos. Si les premiamos diciendo por ejemplo, “si te comes la verdura, te dejo jugar al ordenador”, cuando no haya recompensa del ordenador, no se querrán comer la verdura.
  • No usamos límites firmes y respetuosos

¿CÓMO ACTUAR CUANDO TENEMOS A UN HIJO CONSENTIDO?

No existe una fórmula secreta para que nuestros hijos pasen de hacer lo que quieren a que nos hagan caso y recuperen la confianza. Se necesitará constancia, paciencia y sobre todo vínculo con nuestro hijo o hija. Para ponerlo en práctica podemos seguir alguna de estas claves

  • Límites fijos. Debemos aplicar en casa, como señala Amaya de Miguel, unos límites que estén muy marcados, para que el día a día no se guíe por la arbitrariedad, sino que los niños y niñas sepan qué cosas tienen permitidas y cuáles no. “Debe haber unos ritmos muy claros, unas normas clarísimas. No se trata de que hoy como emocionalmente estoy bien te dejo mas cosas, y hoy como emocionalmente estoy mal, te dejo menos cosas; Hoy estoy cansado pues ves la tele más porque así yo puedo descansar”, cuenta Amaya de Miguel.
  • Rutinas muy fijas. Si en el día a día de nuestros hijos tenemos unas rutinas muy fijas para hacer las cosas, nuestros hijos sabrán a cada momento que deben de hacer y no querrán evadirse de esas responsabilidades. Por ejemplo, si primero se hacen los deberes durante una hora y tras eso se juega, debemos cumplir con esta rutina e intentar que nuestros hijos no sobrepasen esa hora.
  • Autocuidado y autogestión emocional. Muchas veces consentimos a nuestros hijos porque no podemos gestionar las emociones que nos surgen cuando nuestro hijo no se comporta de una manera adecuada. Por eso debemos cuidarnos, aceptar nuestras emociones, nombrarlas, expresarlas para poder acercarnos a nuestro hijo con nuestras emociones en calma.
  • Dale una paga adecuada a su edad. La paga es una herramienta educativa que permite que nuestros hijos se responsabilicen de sus gastos y se administren el dinero que les demos. Si reciben una paga mensual o semanal, no podrán pedirnos a nosotros que les compremos cosas, serán ellos los que se tengan que administrar para comprarse aquello que desean. Se puede empezar a dar la paga a un hijo cuando este sepa sumar y restar y cuando sea consciente de la necesidad de dinero, es decir, cuando empiece a pedir cosas, como juguetes en el súper o chuches.

3 EJEMPLOS PARA APRENDER A DEJAR DE CONSENTIR A NUESTROS HIJOS

Con estos tres ejemplos podemos poner en práctica cambios para dejar de consentir a nuestros hijos:

Nos pide chuches y cedemos para que deje de gritar

Una escena muy común cuando los niños salen de la escuela es que pidan chucherías a sus padres, y a veces nuestros hijos se ponen muy insistentes para conseguirlas, gritan o tienen una pataleta. Si queremos que deje de pedirnos todos los días chuches, debemos poner un límite claro que siempre debemos cumplir. Por ejemplo, podemos decirles a nuestros hijos que no todos los días va a haber chuches, solo los viernes. Este límite debemos cumplirlo firmemente, aunque nuestro hijo o hija haya tenido una conducta inadecuada debemos darles chuches. De esta forma, nuestro hijo -con el tiempo- irá adecuándose a este límite y sabrá que para las chuches tendrá que esperarse hasta el viernes.

Quiere estar un ratito más en las pantallas

Si llevamos unos horarios fijos con nuestros hijos y saben que tienen solo una hora para jugar al videojuego y siempre les hacemos dejarlo cuando llega la hora, nuestro hijo se irá acostumbrando al tiempo que tiene para jugar. Debemos explicarles claramente cuál es el horario de uso de las pantallas y su tiempo máximo. Asimismo, podemos avisarles cuando faltan cinco minutos para que estén con preaviso y sepan que deben dejarlo. Si no cumplen con el horario prometido, la psicóloga Silvia Álava ya nos comentaba en este artículo que nunca debemos castigarles por ello, pero sí señalarles una consecuencia lógica por no haber cumplido con su promesa: al día siguiente podrán tener la Tablet, pero a su tiempo habitual se les restará el tiempo que estuvieron jugando de más.

Cuando llega la adolescencia, los hijos nos piden cada vez llegar a casa más tarde. Somos nosotros quienes debemos poner el límite de hora y los que debemos establecer una consecuencia. Antes de que esto ocurra, es recomendable hacer un pacto con nuestro hijo para que esté consensuado qué consecuencias se establecen si llega tarde. Pero no debemos apoyarnos continuamente el el uso de las consecuencias. Como nos dice el psicólogo Alberto Soler: «Las consecuencias pueden estar bien como alternativa a los castigos, aunque ya hemos dicho que en realidad no son más que un tipo especial de castigo. Al igual que no arreglaríamos todos los problemas que puedan surgir con castigos, como tampoco un carpintero lo arreglaría todo con un martillo, no podemos pretender solucionarlo todo a golpe de consecuencias». Por eso, si llega tarde a casa recurrentemente, debemos hablar con nuestro hijo para saber cuál es el motivo por el que llega tarde e intentar buscar una solución.

FUENTE: Diario Sport

¿Llegas tarde a casa por trabajo? Qué hacer cuando la conciliación es imposible

La conciliación laboral, familiar y personal sigue siendo un mito para una gran mayoría de madres y padres

Por Marina Borrás

No os contamos nada nuevo si os decimos que la gran mayoría de personas que trabajan sufren una falta de conciliación laboral-familiar-personal que cada vez afecta más a su salud mental. Pero no solo a la suya; si son padres, también afecta a la salud y el desarrollo de sus hijos.

Es muy fácil caer en el mantra de que hay que pasar más tiempo con los niños y niñas, pero también poco realista. Imagino a una madre soltera que hace malabares para compaginar su trabajo, las tareas del hogar, el cuidado de otros familiares y la crianza de sus hijos riéndose (por no llorar) leyendo los consejos sobre priorizar la familia antes que el trabajo. Como si eso fuera tan sencillo. ¡Y encontrar tiempo para ella misma ni te cuento!

Y, entonces, ¿qué hacemos?

Madres, conciliación y carga mental

Los datos del Ministerio de Igualdad del Gobierno de España del último trimestre de 2020 demuestran una realidad desoladora: el 94% de las personas en activo que pidieron reducciones de jornada por cuidado de hijos o mayores fueron mujeres. Las mujeres representaron el 74,37% en el cómputo total de personas empleadas a tiempo parcial y el 89% entre quienes piden una excedencia por cuidado de hijos

Coral Herrera, comunicadora, escritora e investigadora, explica que “mientras los cuidados sigan en recargando nuestros hombros y sigan siendo sostenidos por las mujeres, nuestro mundo no va a cambiar, y necesitamos un cambio. Necesitamos tiempo para vivir, tiempo para criar, tiempo para ser nosotras mismas y necesitamos hacer realidad el mito de la conciliación, que hoy en día no es más que un mito, y además es una trampa que nos hace creer a las mujeres que podemos con todo, un poco a costa de nuestra salud física”.

Las consecuencias de la falta de conciliación en niños y niñas

En cuanto los efectos de esta falta de conciliación en niños y niñas, Iore Molero, responsable de la campaña de Unicef “Por la Conciliación Real”, declara que “la falta de tiempo tiene un impacto tremendo sobre los niños. Lo que hemos visto a través de la campaña es que los niños quieren estar con sus familias, echan de menos a sus padres. La falta de presencia de los padres y madres en el crecimiento de los niños puede desembocar en una peor gestión de las emociones y mayor inseguridad, entre otros problemas futuros”.

El psicólogo Alberto Soler añade que “una vez satisfechas el resto de necesidades básicas, los niños necesitan la presencia y cercanía de sus padres, y que éstos respondan de manera sensible a sus necesidades. Éstos son los ingredientes básicos para el establecimiento de una relación de apego”.

Sobre la trampa del tiempo de calidad

Sin embargo, Alberto Soler hace hincapié en que “los niños no necesitan un poco de ‘tiempo de calidad’, sino que necesitan tiempo, y por supuesto también que al menos parte de este tiempo sea “de calidad”, claro. Pero este concepto es muy tramposo, porque contrapone cantidad y calidad como si fueran incompatibles. Y no lo son; para que el tiempo sea de calidad no es necesario que hagamos nada muy especial, nuestras actividades cotidianas, vivir juntos y compartir tiempo ya tiene mucho valor y es fuente de aprendizajes y bienestar para nuestros hijos: hacer recados, la compra, preparar la cena, leer, ir al supermercado, dar un paseo…”.

“La gran mayoría (si no todos) preferiríamos poder pasar más tiempo con ellos”, admite el psicólogo, “pero muchas veces no podemos porque tenemos otras obligaciones, y parece que nos tenemos que consolar con esto del tiempo de calidad”.

“Sin embargo, creo que tiene más sentido tratar de organizarnos para poder disfrutar todo el tiempo posible con nuestros hijos, que seguir con nuestros ritmos frenéticos, consolándonos con la historia esta del tiempo de calidad; infancia sólo tienen una, estos años pasan muy rápido, y luego los echaremos de menos”.

Organizar el tiempo cuando se trabaja mucho

Como ya hemos dicho, y como el mismo Alberto Soler reconoce, muchas veces organizarse para trabajar, cuidar, encargarse de las tareas cotidianas, descansar y sobrevivir es “una verdadera yincana”.

«Muchos padres y madres tienen que lidiar con el sentimiento de culpa por no llegar a todo»

Silvia Álava – Psicóloga

A esto, la psicóloga Silvia Álava añade que “es muy difícil dedicar un tiempo de calidad a los niños si no pasamos un mínimo de tiempo con ellos, por ejemplo, los momentos importantes de la vida de nuestros hijos son fundamentales”. Cuando son pequeños, “el momento del baño, del masaje, de piel con piel… conviene que se esté haciendo. También intentar todos los días dejar abierto un espacio de confidencias, por ejemplo cuando se van a la cama sabemos que muchos niños es cuando quieren contar las cosas, pues intentar llegar a tiempo para escucharles y que nos cuenten las cosas importantes que han ocurrido en su día”. Organizar nuestro tiempo para no ir con la lengua fueraEducar es Todo

Por lo tanto, tenemos que tener muy claras “qué necesidades de los niños se pueden delegar y las que no, que son sus necesidades emocionales. Entonces, cada madre y cada padre tiene que detectar qué momentos son los que les necesitan, que tienen que estar ahí para escuchar, para saber qué le pasa, que el niño les pueda contar… y hay que crear esos espacios”.

El sentimiento de culpa de las madres y padres

Silvia Álava añade un ingrediente fundamental en todo este tema de la falta de conciliación: la culpa. “Muchos padres y madres tienen que lidiar con el sentimiento de culpa por no llegar a todo, por tener que estar trabajando cuando creen que sus hijos los necesitan… por eso, es muy importante poder trabajar esa culpa para que esos momentos en los que sí que puedan estar sean momentos de atención plena, de estar plenamente disponible para ellos, sin ningún tipo de distracción”.

Por lo tanto, tenemos que intentar que, cuando lleguemos a casa, nuestros hijos sepan que estamos presentes. Marian Rojas Estapé, conocida psiquiatra y escritora, explica que “empiezan a surgir estudios que demuestran que, cuando estamos con nuestros hijos y tenemos el teléfono delante, ellos perciben sensación de abandono. Perciben que no son lo más importante, que hay otra prioridad”.

Por eso, Marian hace hincapié en que “hay pocos piropos en esta vida como el de cuando estás con esa persona, el mundo se para, porque toda su atención la tiene puesta en ti”.

En definitiva, madres y padres debemos intentar, en la medida de lo posible, estar presentes cuando lleguemos a casa del trabajo para atender las necesidades emocionales de nuestros hijos. Sin embargo, somos conscientes de que la responsabilidad de la conciliación (o, más bien, de su falta) no puede recaer en madres y padres. Eso es totalmente injusto. Mientras sigamos sin políticas efectivas que permitan de verdad poder conciliar vida familiar y laboral, ¡y por supuesto personal!, seguiremos con madres y padres sobrecargados y, probablemente, bastante ausentes y llenos de culpa. Y eso, en el año 2022, no se debería permitir.

FUENTE: Levante Diario

Hoy arranca la 5ª temporada de #ICF y me hace mucha ilusión participar. Síguelo en directo!

Hoy arranca la 5ª temporada de #ICF y me hace mucha ilusión participar. Síguelo en directo!

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Sesión de retratos con Silvia Álava Sordo para la presentación de su libro ‘¿Por qué no soy feliz?’ el 8 de Enero, 2022 en Madrid, España. (Photo by Pablo Blazquez Dominguez)

📌El programa es en directo, a las 19 horas hoy jueves. Este es el enlace que debes usar para entrar en la plataforma de videoconferencia:

📌El programa se podrá ver en Facebook, Twitch y Youtube a través de los enlaces que te pongo a continuación. Pero sirven para compartir el programa en redes.

Más que estar alegres las 24 horas, se trata de conseguir bienestar emocional

Más que estar alegres las 24 horas, se trata de conseguir bienestar emocional.

Entrevista para EFE Salud👉

Desmitificamos la felicidad, defendiendo el bienestar emocional en esta entrevista de EFE Salud

La psicóloga Silvia Álava desmitifica la idea idílica de felicidad y defiende en su lugar el bienestar emocional, un concepto más realista y accesible para las personas

MADRID/EFE/JAVIER TOVAR

Así lo expone en su último libro “¿Por qué no soy feliz?” (Ed. HarperCollins), en el que repasa cuáles son los enemigos de la felicidad y presenta un método para incrementar el bienestar emocional.

“Si entendemos la felicidad como estar alegres, contentos, haciendo cosas satisfactorias las 24 horas del día los 365 días del año, ya vamos por mal camino porque es completamente imposible”, valora Silvia Álava.

En su opinión, “hay que ajustar muy bien la definición de felicidad. La felicidad es sentir calma, paz, estar a gusto con nosotros mismos, y tener cuidado con los mitos e ideas erróneas que nos han vendido. Más que de felicidad, se trata de conseguir bienestar y equilibrio emocional”.

¿Se puede ser feliz en una pandemia?, preguntamos a esta experta.

“Vamos a ser sinceros y realistas: es más difícil se feliz en medio de una pandemia. La pandemia nos ha pasado una factura enorme a nivel emocional y de salud mental, a todos, lo vemos desde los niños pequeños, los adolescentes, muy afectados, y los adultos”.

La psicóloga enumera diferentes enemigos de la felicidad, un asunto que analiza en un amplio bloque de capítulos del libro.

La rumiación, que es engancharte dando vueltas y vueltas a algo, poniendo el cerebro en modo centrifugadora; las ideas irracionales y los pensamientos automáticos; la comparación social; la envidia y los celos; las películas que nos montamos a modo de director de cine, o el móvil como anestesiador emocional.

“Tenemos que aprender a vivir de forma más pegada a la tierra, ver las cosas desde la realidad, no existe el país de la piruleta”, destaca Silvia Álava.

La genética, expone la experta, tiene en la felicidad “mucho más peso del que puede creerse, para bien o para mal, hasta el 50 por ciento”.

Las circunstancias solo influyen en un 10 por ciento, y hay un 40 % de mejoría que “depende de nosotros”, añade.

Es aquí donde entra el método que la psicóloga propone para incrementar el bienestar emocional. En él, herramientas como la flexibilidad, fomentar la resiliencia, lograr que nuestras acciones y tareas fluyan, desarrollar la gratitud y la amabilidad, o interiorizar el sentido del humor son aliados muy útiles.

¿Y las redes sociales?, preguntamos a Silvia Álava.

“Las redes sociales pueden aportar mucho para bien, pero también para mal. ¿Dónde está la diferencia? En el tipo de uso que hace cada persona. Si utilizas las redes como escaparate de comparación social, es un problema, pero si es para informarte o entretenerte, ningún problema”, sostiene.

Álava plantea que para avanzar en el bienestar emocional y mejorar la salud mental, además de dar herramientas a la población para que sepa gestionar sus emociones, es necesario “incrementar la ratio de psicólogos en el Sistema Nacional de Salud; lo ideal es que en cada centro de Atención Primaria haya un psicólogo que pueda intervenir para atender a la población”.

Sobre el bienestar emocional y la felicidad en los próximos años, la psicóloga se muestra optimista y espera que, con lo aprendido en la pandemia y el desarrollo de las habilidades emocionales extendidas en la sociedad, la década de los años 20 resulte más feliz que las anteriores de este siglo.

FUENTE: EFESALUD.COM

«La felicidad no tiene que ver con vivir emociones agradables todo el tiempo» en el Diario ABC

La psicóloga Silvia Álava publica el libro ‘¿Por qué no soy feliz?’ en el que habla de la importancia de entender que el interés que le pones a las cosas no está reñido con conseguir tus objetivos, sino con ajustar expectativas

Por Melissa González Redactora

Me parece muy acertada la definición que nos ofrece Silvia Álava, psicóloga clínica y de salud, de lo que a día de hoy parece ser la búsqueda de la felicidad: una yincana o una carrera de fondo. ¿Por qué tanta prisa? ¿Y si disfrutamos del camino y valoramos los pequeños detalles de nuestro día a día? Puede que estos no sean siempre perfectos pero, estoy segura de que, en cada uno de los días de nuestra vida, por muy mal que nos haya ido, saquemos algún punto agradable.

Sobre esto y otros asuntos más relacionados con la felicidad habla Silvia Álava en ‘¿Por qué no soy feliz?’ (HarperCollins Ibérica), un libro que nos ayudará a entender por qué nos encontramos abatidos en muchas ocasiones y cómo podemos revertir ese sentimiento para llegar al equilibrio y bienestar emocional que tanto deseamos.’¿Por qué no soy feliz?’, de la editorial HarperCollins Ibérica

A lo largo de la lectura, el lector descubrirá que ser feliz no significa habitar en el «país de la piruleta», donde todo es fantástico y maravilloso, porque ese lugar no existe; que para estar bien no hace falta cambiar de vida, ni hacer giros radicales, sino vivirla de otra manera, con conciencia y conforme a tus valores, aceptándonos tal y como somos, sabiendo que somos perfectamente normales dentro de nuestra preciosa imperfección. Ese es el secreto para comprender que todo merece la pena.

Parece que nuestra vida tiene sentido si tenemos felicidad pero, ¿puede que su constante búsqueda nos produzca el efecto contrario?

Dejemos ya de creer en esos mitos de que hay que buscar la felicidad. Eso no hay que buscarlo porque la felicidad tiene más que ver con estar en calma con uno mismo y sin pensar en estar en esa especie de yincana de ‘a ver quién lo consigue antes’ y vivir con emociones agradables todo el tiempo. No es viable porque, además, nos ponemos metas que se nos hacen completamente inalcanzables y nos frustramos.

¿Tiene entonces que ver con valorar los pequeños detalles?

Vamos a definir muy bien la felicidad porque lo mismo lo que nos hemos propuesto es inalcanzable y hay que ser consciente de esos detalles que nos hacen estar bien. ¿Que lo mismo lo que a nosotros nos hace felices no es para tirar cohetes en comparación a lo que necesitan otras personas? Puede ser que no sean grandes cosas pero sí las que nos hacen sentir bien. Entendamos que no todos los días vivimos cosas ‘guau’, así que vivamos de manera consciente y tengamos en cuenta esas cosas que no solemos observar en el día a día, como disfrutar del café mañanero, de una ducha caliente en invierno… Luego se nos rompe la caldera y es cuando lo echamos en falta…

Yo, por ejemplo, ahora mismo valoro mucho que me entre el sol por la ventana. Antes vivía en una casa en la que, por su estructura, no lo veía… Hay que ajustar en todo momento las expectativas porque ‘el país de la piruleta’ no existe. Desde la realidad hay que entender que vamos a tener días buenos y días malos. Los días malos los tenemos todos, solo hay que saber gestionar esas emociones desagradables.

Nos acostumbramos rápido a lo bueno y a lo malo porque la capacidad que tenemos es de acostumbramos a todo. Eso sí, si tenemos días malos todos los días y nos impide disfrutar del resto es cuando tendríamos que pedir ayuda.«Nos ponemos metas que se nos hacen completamente inalcanzables y nos frustramos»Silvia Álava , Psicóloga clínica y de salud

Tilda la frase ‘si quieres, puedes’ de ser un tanto dañina. ¿Qué se esconde detrás?

Esa frase ha hecho mucho daño porque no siempre vamos a poder conseguir las cosas; no tiene nada que ver con el interés, sino con ajustar nuestras expectativas. Tenemos que conocernos a nosotros mismos para conocer los puntos fuertes y los débiles. Fracciona las metas con pequeños objetivos, así que si nos fiamos mucho de esa frase lo único que conseguiremos es sentirnos completamente frustrados.

Conozco casos de personas que tienen todo aquello que deseaban en la vida y afirman no ser felices. ¿A qué se debe?

Idealizamos mucho el ser feliz y creemos que depende de factores externos cuando en verdad la felicidad tiene más que ver con lo que aportamos nosotros mismos. Debemos tener un diálogo interno para saber lo que sentimos y queremos y cómo lo vamos a conseguir. Por supuesto, puede darse el caso de que aquello que deseábamos tantísimo no es lo que habíamos esperado, pero no pasa nada, hay que afrontar un cambio de planes e irse de todos aquellos lugares donde no se está bien. No hay que conformarse. Necesitamos ciertas estrategias que dependen de nosotros y de cómo nos enfrentamos a esas situaciones poco agradables de la vida.

Solemos diferenciar entre emociones positivas y otras negativas. ¿Es posible que las negativas hagan más ruido que las positivas o que al menos así lo percibamos?

Las emociones negativas no son malas, son solo que nos producen sentimientos que no nos gustan tanto como los otras. Solemos tener una mayor tendencia a las emociones negativas y desagradables porque ponemos el foco en ellas. Lo que hay que entender es que muchas veces no hay que compensar con una positiva porque hay cosas que no se pueden compensar. Yo recomiendo hacer un diario donde apuntar las cosas agradables y poner en foco en lo que comentábamos antes: en el sol que entra por la ventana, una conversación que por fin he podido tener, el café de la mañana…

«Para incrementar el bien emocional hay que hacer cosas por uno mismo, no solo por los demás» Silvia Álava , Doctora en Psicología clínica y de salud

¿Cómo podríamos enfocarnos en las que nos hacen sentir bien?

Vuelvo a votar por ese diario en el que poner las situaciones agradables. Otra técnica que funciona mucho es la escritura emocionalmente expresiva, escribir sobre lo que nos ha pasado. Con ello vamos a trabajar mucho la consciencia y sabremos cuál es la causa y consecuencia de cómo nos hemos sentido.

Ha creado un método para incrementar el bienestar emocional. ¿En qué consiste?

Una de las cosas que vamos contando en el libro es cómo vamos a incrementar las emociones. Vamos a intentar incrementarlas lo mejor posible; sin metas que sean muy complicadas de adquirir. Esto no tiene nada que ver con cómo mires algo, si no de ser realista y saber decir ‘esto es difícil y no me gusta’.

Una de las premisas del método es tomar buenas decisiones. Muchas personas no saben cómo han llegado donde están y ha habido una ausencia de toma de decisiones porque se han dejado llevar… pero el piloto automático no, mejor es pararse a tomar decisiones. No existe la decisión correcta, sino que la tomas dentro de las variables que tienes en ese momento y lo que te importa. Por supuesto, con el paso del tiempo puedes pensar que te equivocaste, porque ahora conoces otras cosas que antes no conocías…

El método también se basa en apoyarse en los amigos, la mejor de las medicinas. Son un factor de protección y una fuente de emociones positivas. Hay que tener una buena red social y no solo apoyarnos en ellos, también ellos en nosotros.

No obstante, para incrementar el bien emocional hay que hacer cosas por los demás pero también por nosotros, es decir, practicar el autocuidado. ¿Te estás cuidando? ¿Estás cuidando tu espacio? Y, sobre todo, ¿cómo te estás hablando? Nos decimos cosas a nosotros mismos que no se las diríamos a nadie, y yo aconsejo tratarse a uno mismo como si fuésemos un amigo. Si un amigo comete un error, qué le dirías, ¿que es tonto? No, así que con nosotros también hay que dejar de machacarse.

En su método también menciona el vivir de ilusiones…

Pregúntate: ‘¿qué me gustaría hacer?’ Tienes que pagar facturas y no puedes dejar el trabajo, pero lo mismo te gusta hacer senderismo en tu tiempo libre y eso ya te aporta suficiente bienestar.

Sobre Silvia Álava

Es doctora en Psicología clínica y de la salud. Ejerce como psicóloga sanitaria y educativa, especializada en Psicoterapia, profesora universitaria y divulgadora científica. Es directora del Centro de Psicología Álava Reyes y asesora a varias sociedades científicas a las que pertenece. Autora de varios libros, también es conferenciante y colabora con distintos medios de difusión. Ha recibido el Premio de Comunicación del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

FUENTE: ABCSalud

¿Por qué ahora me cuesta más concentrarme? La pérdida de rutinas y de actividades gratificantes

La pérdida de rutinas, y de actividades motivantes también hacen que el cerebro entre como en estado de letargia y funcione más despacio. Te lo explicamos en el siguiente vídeo:

Podcast en Despierta Aragón de Aragón Radio: ¿Por qué no soy feliz?

Os comparto el Podcast de la entrevista del programa Despierta Aragón de Aragón Radio realizada con motivo de la presentación del nuevo libro ¿Por qué no soy feliz? donde hablamos sobre ¿Cómo identificar la felicidad la felicidad o cómo buscar nuestro equilibrio y bienestar vital?

https://www.cartv.es/aragonradio/podcast/emision/por-que-no-soy-feliz

Organizar nuestro tiempo para no ir con la lengua fuera

Os contamos junto a la pedagoga Maite Vallet consejos para no ir siempre con prisas.

Nos gustaría disponer de más tiempo, pero eso no está en nuestras manos: tenemos trabajos con horarios extensos, muchos compromisos, las tareas de casa, llevar a los niños al cole, a las extraescolares… y al final vivimos siempre con la sensación de “no me da tiempo a todo, tengo que ir siempre corriendo y con la lengua fuera”.

La psicóloga Silvia Álava propone pararnos a pensar cómo organizamos nuestro tiempo y cómo podemos hacerlo para pasar un tiempo de mayor calidad con nuestros hijos. Para ello, Silvia nos aconseja observar y analizar dónde están las fugas de tiempo: el niño está protestando, le estás mandando más cosas de las que puede hacer a la vez, le estamos sobrecargando de actividades o a lo mejor le estamos pidiendo que haga las cosas más rápido de lo que puede. Porque a la hora de organizar el día a día solemos planificar los tiempos en función de lo que tarda un adulto y, por ejemplo, le dejamos menos tiempo a nuestro hijo para que se vista, no puede hacerlo tan rápido y nos entran las prisas y el estrés.

ESTABLECER RUTINAS Y HORARIOS EN FAMILIA

Maite Vallet, pedagoga y formadora de profesores y padres, propone elaborar un horario en familia de las actividades que deben realizar antes de entrar en el colegio y después de salir de él. Si les ayudamos a reflexionar sobre todas las tareas, nuestros hijos se sienten implicados, respetados y satisfechos cuando cumplen los horarios y conocen las tareas que se deben realizar.

Otra ventaja de elaborar un horario de tareas en casa es que, si lo hemos hecho con su participación, realmente juntos, podrían reducirse las peleas por irse al baño o lavarse los dientes, porque es una tarea marcada en el horario que hemos elaborado juntos.

PLANIFICAR LA AGENDA Y RESPETAR LOS TIEMPOS PACTADOS

Del mismo modo que en el trabajo bloqueamos tiempo para tareas y lo cumplimos, es importante entender que el tiempo que le hemos dicho al niño que vamos a dedicar a alguna actividad es sagrado. Pero Silvia Álava recuerda que es importante dejar tiempo para pequeños imprevistos para tener un pequeño colchón de tiempo que no nos haga ir corriendo si, por ejemplo, no encontramos un calcetín.

GESTIONAR EL TIEMPO DEL NIÑO Y HACÉRSELO SABER

Por ejemplo decirle que ahora no puedo atenderte porque estoy haciendo la cena pero cuando termine me acercaré. Pero hay que cumplirlo, porque si cuando hemos acabado el niño está tranquilo no vale ponerse con otra cosa. Se trata de respetar ese tiempo que le he reservado. Cuando el niño es pequeño, le podemos dejar con una actividad planificada para que rellene ese tiempo.

EDUCAR NIÑOS RESPONSABLES Y AUTÓNOMOS

En realidad ese es el objetivo de la educación, que nuestros hijos sean autónomos. Muchas veces es cierto que no nos da tiempo a todo, pero porque en realidad estamos asumiendo tareas que nuestros hijos podrían hacer por sí solos, como vestirse, ducharse solos o incluso colaborar en la limpieza y el orden en casa. Por eso Silvia nos invita a enseñar a nuestros hijos a asumir sus tareas de manera progresiva, cuando ya estén preparados.

“Si favorecemos su correcta autonomía desde que nuestros hijos son pequeños, será cada vez más fácil porque iremos consiguiendo que cada vez sean más responsables y autónomos, pero hay que darles el tiempo que los niños necesitan”, señala Silvia Álava. Podemos empezar a preparar la mochila con ellos y paulatinamente dejarles que lo hagan y decirles que solo supervisaremos. Cuando yo asumo las responsabilidades de ese hijo o hija al final no aprende, porque piensa: “Si papá o mamá lo van a hacer, ¿para qué lo voy a hacer yo?”, nos indica Silvia.

«Debemos asumir que no llegamos a todo y, a partir de ahí, elegir y priorizar es fundamental para no frustrarnos por no cumplir unas expectativas poco realistas»

Lucía Galán, Pediatra

PRIORIZAR Y DISTINGUIR LO QUE ES IMPORTANTE DE LO QUE NO LO ES

En ocasiones nos gustaría cocinar una cena maravillosa, pero no tenemos el tiempo suficiente, así que eso no va a ser tan importante, se trata de resolver la situación. Lo mismo ocurre con las actividades que planificamos por la tarde con nuestros niños.

“En el momento que estamos viendo que tenemos que meter las actividades extraescolares casi casi con calzador y tenemos que ir corriendo de una a otra, hay que pararse y analizar si realmente tiene sentido que haga tres deportes en la misma tarde”, señala Silvia.

«Asumir que no llegamos a todo», como nos decía Lucía Galán (Lucía, mi pediatra) y, a partir de ahí, «elegir y priorizar» es fundamental para no frustrarnos por no cumplir unas expectativas poco realistas.

«Los niños tienen que aprender a aburrirse, que es muy bueno. Además, todavía ningún niño se ha muerto de aburrimiento”

Silvia Álava, Psicóloga

DEJARLES TIEMPO LIBRE

Como nos dice Silvia Álava, la mayoría del tiempo de nuestros hijos está planificado por un adulto: profesores, padres, monitores de extraescolares… Es importante, afirma Silvia Álava, que nuestros hijos aprendan a “gestionar su tiempo libre, decidir a qué juegan o simplemente aprender a aburrirse, que es muy bueno”, porque, bromea, “todavía ningún niño se ha muerto de aburrimiento”.

Silvia subraya la trascendencia de que nuestros hijos tengan tiempo libre solos porque, señala, “la única persona que nos va a acompañar toda la vida somos nosotros mismos”, así que es importante enseñarles a “estar a gusto con ellos mismos”. 

FUENTE: www.elperiodico.com