Nada tiene que ver este asunto con el polémico pico de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, aunque la referencia sea obligada porque llevamos semanas hablando del ‘pico’. Hecha la mención, abordamos la costumbre de dar besos en la boca a los niños, liberado este acto, obviamente, de toda connotación sexual. Se trata de una costumbre que los expertos aseguran no está muy extendida en nuestro país y en la que, hasta la polémica, no habíamos ni reparado. Es también un hábito relativamente nuevo, ya que en las generaciones anteriores rara vez se veían en las familias tales muestras físicas de afecto. Psicólogos y médicos opinan sobre la conveniencia o no de dar picos a los pequeños. Y mayoritariamente están por el no.
«Cuando crecen les puede hacer sentirse incómodos» Silvia Álava Psicóloga
Sobre los afectos a los niños hay evidencia científica: «Un abrazo ya reduce la ansiedad y los niveles de cortisol», recuerda la psicóloga Silvia Álava, del gabinete madrileño Álava y Reyes. Y lo mismo sucede con las caricias, los besos…, «especialmente beneficiosos para los niños más pequeños, que aún no han desarrollado el lenguaje». Ahora bien, «no hay por qué demostrar ese amor con un beso en la boca. El afecto es igual cuando se da en la mejilla». De hecho, Álava no se muestra partidaria de los picos a los niños. «Los críos no tienen esa connotación sexual, así que a esas edades tempranas no hay tampoco que temer por ese lado. Pero a medida que crecen, los besos en la boca sí van adquiriendo para ellos ese significado y se pueden sentir molestos. Para evitar ese momento incómodo de decidir cuándo dejar de besar a los niños en la boca es mejor no hacerlo nunca», advierte la experta quien, por otro lado, se felicita de que «hayamos roto esas barreras de generaciones anteriores para ser más conscientes de la importancia de la demostración de los afectos».
«Se normaliza algo que choca contra la norma social» Guillermo Fouce
Reconoce Guillermo Fouce que el asunto le genera «cierta controversia» y cree que sí, que puede llevar a error a los niños. «Yo pondría el foco en el choque con las normas sociales que un beso en la boca supone. Resulta violento porque no es algo socialmente aceptado, de manera que si besamos a nuestros hijos en la boca ellos entenderán que es normal. No solo eso, como es su manera de relacionarse, tenderán a querer dar besos a todo el mundo», advierte el psicólogo.
¿Entonces? «Hay que explicarles desde pequeños que esos besos se dan con mamá o con papá e indicarles a quién pueden dárselos y a quién no. Porque si se lo da a alguien que lo rechaza o se violenta van a pensar que les rechazan a ellos porque han hecho algo mal. No lo van a entender».
«No es tiempo suficiente para contagiarse de nada» Jorge Muñoz Pediatra
«Así como en países como Reino Unido es muy habitual y casi todas las familias besan a sus hijos en la boca, en España es algo más bien anecdótico», habla por lo que ve en la consulta el doctor Jorge Muñoz, director del ‘Espacio Jorge, el pediatra’. Al margen de la costumbre, en lo que respecta a la salud, no pone el especialista objeciones. «Un hábito mucho más extendido y mucho menos higiénico es el de que los padres chupen el chupete antes de dárselo al bebé cuando este se ha caído al suelo. Y así sí que se contagian enfermedades», advierte Muñoz.
Pero un pico de un segundo, dice, «no es un riesgo». «Es un beso rápido, no continuado, así que no da tiempo suficiente a que se contagien enfermedades así, sería extremadamente difícil. Además, no hay intercambio de saliva», recuerda.
«Es innecesario, debe ser algo excepcional» Antonio Torres Médico de familia
Recuerda el doctor Antonio Torres que «los niños son una fuente de transmisión de enfermedades» y aunque un pico rápido no suponga un alto riesgo precisamente por el poco tiempo de exposición, «cualquier gesto que favorezca la transmisión no parece lo más indicado». Antonio Torres, responsable del grupo de trabajo de salud mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) considera, «desde el punto de vista estrictamente médico, que besar a los pequeños en la boca es «algo innecesario» y, por tanto, «debe ser un gesto excepcional porque, además, no olvidemos que los niños tocan cosas, gatean, se llevan las manos a la boca… Así que mejor evitarlo».
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/09/post-Instagram-desayunos-minimalista-fotografico.jpg10801080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-09-06 07:30:002023-09-05 19:45:45¿Y si le doy un pico al niño?
Esta es la verdadera operación retorno, la de la vuelta al colegio y a la oficina. A los niños aún les queda una semana de margen. Y conviene aprovecharlo. «Volver a clase implica ajustarse a ciertas rutinas y conviene empezar alrededor de siete días antes –o sea, hoy–. No puede ser que la noche antes los chavales estén danzando a las once de la noche», advierte la psicóloga Silvia Álava, del gabinete madrileño Álava y Reyes. Sueño, comidas, ocio… Hay que readaptar el cuerpo… y la cabeza. A propósito de esto último, nada de decirle al niño que no quiere volver a la escuela eso de: ‘Anda, si te lo vas a pasar muy bien…’, porque lograremos el efecto contrario.
Levantarse cada día diez minutos antes
El próximo jueves y viernes regresan al colegio la mayoría de los niños, así que aún estamos a tiempo. «Lo ideal es ir cambiando la rutina desde siete días antes. La prioridad es ajustar el horario de sueño. Y lo conseguiremos sin esfuerzo si cada día levantamos a los niños diez minutos antes y ganamos esos diez minutos para acostarles», recomienda la experta. Eso, durante una semana entera, implica adelantar el horario más de una hora.
Comidas más cortas
Lo mismo que hay que adelantar la hora de irse a dormir, hay que hacerlo con la de las comidas. «Además de ir adecuándolas al horario escolar, hay que acortar el tiempo que le dedicamos».
Una botella de agua en la mochila
«Tan importante como comer bien –menos chucherías y ultraprocesados–, es que los chavales estén bien hidratados porque un nivel de deshidratación del 1% o el 2%, que es cuando empezamos a notar sed, ya implica que procesemos los pensamientos de manera más lenta». Así que, recomienda Silvia Álava, «recordemos a los niños, que no siempre tienen bien adquirido el mecanismo de la sed, que vayan bebiendo más agua y que lleven cada día una botellita dentro de la mochila».
«Entiendo que estés triste por la vuelta a clase»
Habrá críos encantados con la perspectiva de la vuelta y otros menos. A estos últimos eso de: ‘No estés triste, que te lo vas a pasar muy bien’ no les sirve de nada, sostiene la especialista. De hecho «es contraproducente porque no les permitimos validar su emoción». Y ese es el primer paso para adaptar la mente a la vuelta. «Hay que validar lo que siente el niño con frases como: ‘Entiendo que estés triste porque hay que volver al cole’, ‘comprendo que estés enfadado porque se han acabado las vacaciones’». Identificada la emoción –tristeza, enfado, nervios…– conviene explicar la causa: está nervioso porque no sabe con qué compañeros le va a tocar, porque el año pasado lo pasó mal en clase… «Le vamos preguntando si es eso lo que les pasa. Y luego ideamos la estrategia para manejar esa emoción. Además de decirles que es obligatorio volver al cole, recordamos los momentos buenos del año anterior. ¿Y si no los ha habido? «Intentamos poner remedio a lo que ha ido mal: si le han puesto muchas faltas por llevar los deberes sin hacer, podemos comprar una agenda para apuntarlos, si ha suspendido varias asignaturas conviene establecer un plan de estudios…».
Y muy importante: «Si la madre dice: ‘Qué pereza me da ir a trabajar’, los niños identifican el trabajo o la escuela con lo malo y las vacaciones con lo bueno».
Consejos para el primer día en la oficina
Depende del trabajo «Si tu trabajo está muy estructurado, las tareas bien definidas y alguien te ha sustituido, no adelantes nada los días antes. Si, por el contrario, tu trabajo es más creativo o diriges un equipo de gente, conviene empezar a mirar el correo electrónico el día antes, incluso llamar a algún colega de la oficina para que nos cuente cómo van las cosas. Si no, nos encontraremos con mucho trabajo acumulado el primer día», advierte Elisa Sánchez, psicóloga especialista en trabajo y relaciones laborales.
Volver de vacaciones la noche antes, mala idea «Llegar la tarde antes supone una sobrecarga de la vida personal y familiar para ese primer día en la oficina. Así que, si tienes ocasión, ven uno o dos días antes, pon a punto la casa, visita a los familiares y así esa primera jornada el foco estará puesto en el trabajo».
El teletrabajo ayuda «Que alguno de los primeros días podamos teletrabajar, incluso trabajar menos horas, no cabe duda de que hace la vuelta más relajada. Porque pasar de estar ociosos a trabajar ocho horas es un cambio brusco», reconoce la experta.
No seas tan exigente Ese cambio «brusco» es, muchas veces, inevitable. Y tiene consecuencias. «Aunque no está considerado una patología, el bajón posvacacional afecta casi al 60% de los trabajadores», da la cifra Elisa Sánchez. Así que es frecuente. Lo que no es frecuente es que se alargue. «Si pasan diez días y seguimos igual hay que consultar con un profesional». Y luego hay que tener en cuenta la personalidad de cada uno. «Ese bajón afecta más a las personas muy exigentes o perfeccionistas, a las que también les cuesta desconectar en vacaciones, llevan mal los cambios en el trabajo…».
¿Se le ha olvidado la contraseña otra vez?
No es raro que se nos olvide la contraseña a la vuelta de vacaciones. Bien lo saben los ciberdelincuentes, que envían correos o mensajes al móvil con enlaces para pinchar y recuperar la contraseña o renovarla. «Lo están haciendo simulando ser los del banco, pero nunca se deben pinchar en esos enlaces», advierte Javier Aguilera, director general de Ikusi España, empresa de servicios de tecnología e infraestructuras de comunicación y ciberseguridad. Otra estafa habitual de estas fechas, alerta, es la del ‘mensaje del falso CEO’: «Como es habitual que en septiembre los consejeros delegados y los directores generales envíen comunicaciones a los trabajadores, hay delincuentes que simulan esos mensajes, muy creíbles, por cierto, y piden a algunos empleados que hagan una transferencia de dinero de la empresa alegando que es un tema confidencial y que lo hagan rápidamente».
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/09/Post-de-instagram-material-escolar-vuelta-al-cole-ilustrado-doodles-pizarra-verde-.jpg10801080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-09-04 07:26:002023-09-03 19:43:08Aprovecha estos siete días para preparar la vuelta al cole
Atravesamos un momento atroz en esta lacra que es la violencia en el entorno familiar, pero cuando ademas estos hechos suceden en presencia de los hijos, a la vista de los menores, las consecuencias psicológicas y emocionales son aún más demoledoras…
En esta entrevista para «La Linterna» intentamos dar algunos consejos para que el entorno más cercano a estos niños (abuelos, tíos, primos, profesores…) pueda de alguna manera ayudar a atenuar las consecuencias…
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/08/Portada-web.png10801080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-08-14 07:26:002023-08-13 19:32:09¿Cómo intentar ayudar a los huérfanos de la violencia de género?
Madrid, 6 jul (EFE).- Pediatras, psicólogos y logopedas han alertado de un gran incremento de niños menores de tres años con retraso psicomotor, lo que implica una disminución del uso del lenguaje, debido a una mala utilización de las pantallas en un momento en el que son «especialmente vulnerables».
DURANTE LOS 3 PRIMEROS AÑOS DE VIDA
«El 85 % del desarrollo neuronal en los niños -tanto en comunicación como en bienestar social- se produce en los tres primeros años de vida», advierte la psicóloga Silvia Álava, quien asegura que los menores tienen que experimentar en un entorno multisensorial que no son capaces de percibir con la tecnología.
Una opinión que comparte su colega del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, Mercedes Bermejo, al explicar que los niños dejan de recibir estímulos sensoriales muy importantes en la infancia, al tiempo que, con los aparatos tecnológicos, se enfrentan a una sobreestimulación para la que sus cerebros no están preparados, lo que puede tener graves consecuencias.
En este sentido, la pediatra de Atención Primaria, Pilar Mallada, destaca que esta estimulación de las pantallas lleva a los menores a confundir la realidad y la ficción.
Por ello, los expertos insisten en que los niños tienen que aprender en contextos naturales. De esa manera también se evitará que se aburran con los maestros en clase si estos «no llevan el ritmo al que se han acostumbrado con la tecnología».
CARRITOS CON LACTANTES VIENDO PANTALLAS
Aunque sea un problema que afecta en todos los ámbitos y a todas las edades, las pediatras revelan que las consultas se llenan cada vez más de «carritos con lactantes viendo una pantalla», así como que han detectado «más conflictos en las dinámicas familiares».
«Es tiempo en el que nos dejan en paz”, según la logopeda Sara Serrano Díaz, quien destaca que las familias están cada vez más ocupadas y, como no quieren renunciar a su tiempo, cada vez entregan antes un dispositivo a los niños para que se entretengan.
PROBLEMAS CON EL LENGUAJE
Serrano echa mano de estudios científicos que constatan una relación entre el número de horas de exposición a las pantallas y una disminución de la materia blanca del cerebro que perjudica el aprendizaje del lenguaje.
Además, esto influye en una disminución del tiempo de juego con iguales y el descenso de la comunicación en la familia, actividades que para la logopeda son esenciales para un correcto desarrollo del lenguaje.
RECOMENDACIONES DE USO
«Nada de pantallas antes de los dos años». Esta es la recomendación de los expertos consultados por EFE, de acuerdo a la pauta de la Academia Americana de Pediatría. Además, sugieren limitar a media hora al día el uso de la tecnología hasta los 12 años y con control parental sobre los contenidos.
Todos advierten de que el debate no se centra en si la tecnología es buena o mala, si no en el uso que hacen de ella los menores de tres años y las graves consecuencias que puede tener en el futuro.
PROBLEMAS FUTUROS
Mal manejo de las emociones, falta de concentración, poco autocontrol, inmadurez emocional, dificultad para las habilidades sociales e incertidumbre a la hora de la comunicación en la vida real son también problemas que puede generar el uso excesivo de las pantallas según crece la persona.
«A nivel emocional pasa factura desarrollando menos tolerancia a la frustración, no aprendiendo a demorar las recompensas y sin saber gestionar el auto control», advierte la psicóloga Silvia Álava, mientras la pediatra Mallada también resalta que pueden aparecer problemas físicos como hipertensión, obesidad y problemas oculares.
PEOR COMPRENSIÓN LECTORA
La logopeda insiste en que «no es lo mismo leer en pantalla que en papel», ya que la unidad espacial del libro favorece la representación mental, por lo que cada vez se aprecia peor comprensión lectora en los menores.
Según Serrano, el uso de las tabletas en clase para la lectura en niños menores de 8 años está haciendo que no se trabaje adecuadamente la comprensión lectora. «Esto conlleva falta de pensamiento crítico, de reflexión, así como peor rendimiento o dificultades de aprendizaje».
Pero además, implica que a los niños les guste menos la lectura porque les cuesta esfuerzo y «el esfuerzo en el aprendizaje es clave», insiste.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/07/Abuso-de-las-pantallas.png10801080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-07-10 09:52:042023-07-10 09:52:06El abuso de las pantallas dispara los problemas de lenguaje en menores de tres años
Psicólogas, logopedas y asociaciones de padres y madres coinciden en que «hay otras rutinas y maneras de aprender que sirven para reforzar el nivel académico»
Por R.C.G.T
Deberes en verano, ¿sí o no?
Es uno de los dilemas que se plantean las familias en este periodo y enfrenta a los partidarios de no perder el hábito de estudio y a los que creen que es un momento para descansar, aunque hay otras actividades que ayudan a los niños a seguir aprendiendo durante las vacaciones.
Psicólogas, logopedas y asociaciones de padres y madres coinciden en declaraciones a EFE que «hay otras rutinas y maneras de aprender que sirven para reforzar el nivel académico», en palabras de la psicoterapeuta familiar y experta en infancia Mercedes Bermejo.
Poner en práctica
En su opinión, las excursiones, juegos de cartas, visitas a museos o ciudades, «pueden ayudar a los niños a poner en práctica lo aprendido durante el curso».
En esta línea, la psicóloga Silvia Álava, coincide en que el juego es una manera de aprender diferente:
«Podemos automatizar procesos de lectura y escritura, con repetición, pero eso no significa que haya que estar horas haciendo deberes».
Al menos media hora
Ambas coinciden en que los días son largos y hay que buscar tiempo para que los niños lean o escriban durante un tiempo establecido, como puede ser media hora.
«Lo recomendable sería que durante el verano los niños pudieran dedicar su tiempo de ocio a aquellas actividades que les gustan y que durante el curso académico les resulta más difícil realizar», explica la logopeda Lidia Arroyo.
Asimismo, Mercedes Bermejo defiende fomentar la elección de los niños sobre estas tareas de lectura para que no sientan que es una obligación: «Son ellos quienes tienen que elegir, porque si obligamos a un niño a hacer deberes, va a perder la motivación».
Aburrirse y no hacer nada es importante
Tras venir de un periodo de exigencia académica, Bermejo considera que aburrirse y no hacer nada es importante y puede fomentar la creatividad de los niños.
«Si la enseñanza se da bien en clase, no deben llevar deberes a casa», es la opinión de la presidenta de la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), María Capellán.
Con una campaña que sacan durante los periodos vacacionales, ‘En la escuela me falta una asignatura: mi tiempo libre’, desde la CEAPA tienen claro que el objetivo de las vacaciones estivales es poder descansar.
Desde la organización consideran que los niños sufren bastante presión durante todo el año como para también tener que «estar preocupados» de los deberes en verano, lo que consideran que es un «castigo«, según dice María, tanto para los alumnos como para las familias.
A todos nos gusta descansar
Una desconexión necesaria durante los tres meses de verano ya que no lo hacen durante el resto del año: mañana, tarde y noche, fines de semana, vacaciones de Navidad y Semana Santa; siempre tienen tareas que hacer y entienden que «la educación durante todo el día no es de calidad».
Una idea que sostiene la logopeda Arroyo, ya que en la mayoría de los casos que se reúnen las familias, realizan desplazamientos y no disponen del tiempo suficiente para realizar las tareas.
«Si a los adultos nos gusta descansar en verano, ¿a los niños por qué no?», plantea tajante la presidenta de la CEAPA. EFE
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/07/Aprender-en-vacaciones.png10801080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-07-03 11:36:262023-07-03 11:36:28Jugar, cocinar o excursiones, otras maneras de que aprendan los niños durante el verano sin hacer deberes
La psicóloga Silvia Álava estará en nuestro gran evento del 25 de noviembre y nos hablará sobre los mitos de la felicidad y de cómo podemos enseñar a nuestros hijos a ser felices.
Como ya sabéis, el sábado 25 de noviembre vuelve nuestro evento: ‘Educar es todo, el evento‘, al Teatro Lope de Vega de Madrid con 7 ponencias de 8 grandes expertos, entre ellos, la psicóloga Silvia Álava, que estará junto al psicólogo Rafa Guerrero, y en su ponencia nos hablarán sobre los mitos de la felicidad, de qué cosas hemos creído que harían felices a nuestros hijos que no tienen ninguna evidencia y de lo que la ciencia nos ha demostrado que sí que funciona para incrementar el bienestar emocional y la felicidad en nuestros hijos.
En esta entrevista, la experta Silvia Álava nos ha adelantado multitud de detalles que no dejarán indiferente a ningún asistente.
– Silvia, actualmente, da la impresión de que la sociedad está obsesionada con la felicidad y con ser felices. ¿Es contraproducente este afán por alcanzarla?
– Así es. Vivimos en un mundo en el que nos han vendido una idea de la felicidad que no es cierta, y por ende a nuestros hijos. Estamos confundiendo la emoción de la alegría, que es una emoción agradable, en la que nuestra energía incrementa y que a todos nos encanta sentir, con la felicidad, y la felicidad no es una emoción. La felicidad es un estado donde caben todas las emociones, tanto las agradables como las desagradables. Por tanto, si lo que pretendemos es que para ser felices solamente experimentemos emociones agradables y, a ser posible, de alta intensidad, es una falacia. Vamos a comprar todas las papeletas para ser infelices y, además, para que nuestros hijos también lo sean.
En la vida, las emociones desagradables igualmente forman parte de nuestra existencia, teniendo que lidiar con situaciones que no nos van a gustar y que nos van a provocar tristeza, enfado, frustración… Por lo cual, la felicidad tiene más que ver con entender todas las emociones y con tener las herramientas adecuadas para manejar aquellas situaciones que pueden ser desagradables o que no nos gustan, porque sabemos que nos van a acompañar en nuestra vida.
– Y, ¿qué pasa si realmente no somos felices? ¿Cómo podemos aprender a ser felices para poder así educar hijos felices?
– Muchas veces lo que me encuentro en la consulta son papás y mamás, que no solamente es que no sean felices, sino que tienen bastantes problemas para regular sus emociones. Es decir, cuando sienten emociones desagradables, cuando experimentan, por ejemplo, ansiedad, tristeza, rabia, ira… no son capaces de regularlas. Por tanto, si no saben controlar sus propias emociones, será muy poco probable que sepan cómo gestionar las de sus hijos.
La capacidad de los niños para aprender a regular sus emociones empieza en torno a los tres/cuatro añitos, que es cuando madura lo que se llama la ‘red de control ejecutivo‘, pero antes las tienen que regular sus padres por ellos. A partir de esa edad, empieza una fase que se llama ‘corregulación‘, es decir, cuando los padres tienen que estar al lado de sus hijos acompañándoles y enseñándoles estrategias para que sepan cuándo sienten algo que es desagradable, cuándo están enfadados, tristes, frustrados… Y este proceso no termina de madurar hasta entorno a los 25 años, por lo que esa parte de la corregulación la vamos a tener que hacer durante bastante tiempo.
Entonces, si nos encontramos con un papá o con una mamá que está desregulado y que no tiene estrategias para regular sus emociones, ¿cómo vamos a conseguir que sean capaces de hacerlo con sus hijos? Los niños necesitan tener una figura de referencia a la que copiar. Por eso es muy importante que primero aprendamos nosotros a regular nuestras emociones y seamos capaces de entender lo que sentimos para poder trabajarlo con nuestros hijos.
– ¿Podrías aconsejarnos algunos hábitos que nos ayudan a sentirnos felices?
– Vamos a empezar por lo más básico y por el principio de todo, lo que llamamos “los pilares de nuestro edificio”, que es algo tan básico como, por ejemplo, dormir. Sabemos que, si no dormimos lo suficiente, es un factor de predicción para desarrollar problemas tanto a nivel físico como a nivel de salud mental.
Cuando dormimos, el cerebro se tiene que regenerar porque de todas las conexiones sinápticas que vamos haciendo a lo largo del día, se segregan unas sustancias que son tóxicas para el propio cerebro. Y como este no tiene esa parte del sistema linfático que le vaya limpiando, se tiene que limpiar y autoregenerar él mismo por la noche durante las fases del sueño. Por lo que, si no dormimos lo suficiente, al día siguiente mi cerebro no va a aprender correctamente, no va a ser capaz de concentrarse ni de mantener la atención. Asimismo, estaremos muy irritables y muy irascibles. Esto es lo que ocurre en un cerebro de un adulto. Pero, ¿qué pasa en el de los niños?
En el caso de los niños, la capacidad de aprendizaje es especialmente importante porque están en periodo escolar, entonces, si no están durmiendo lo necesario, muchas veces no son capaces de atender ni de concentrarse porque les faltan horas de sueño. Del mismo modo, están muy irritables y muy irascibles. Por si esto fuera poco, durante esa fase REM, que es la fase del sueño profundo, se segrega la hormona del crecimiento. En definitiva, si tanto los adultos como los niños no estamos durmiendo las horas necesarias, estamos comprando todas las papeletas para desarrollar problemas a nivel de salud física y de salud mental. Así que, lo primero de todo, los niños a su hora correspondiente en la cama para dormir y, por supuesto, evitando las pantallas por la noche, siempre se deben de quedar fuera de las habitaciones.
“Si no dormimos lo suficiente, nuestro cerebro no puede aprender correctamente, no puede ser capaz de concentrarse ni de mantener la atención”, Silvia Álava
En segundo lugar, algo que también es fundamental es la alimentación. Tenemos que comer de manera sana y equilibrada, intentando evitar los azúcares y las comidas procesadas. Lo que no significa que los niños no puedan comer galletas, por supuesto que pueden, pero una o dos, no alimentarse solo a base de galletas.
Otro hábito imprescindible es hacer deporte, ya que nos ayuda en la regulación emocional. Y, por último, también es primordial trabajar la inteligencia emocional, es decir, ser conscientes de cuál es la emoción que estamos sintiendo y aprender a etiquetarla correctamente.
Cuando somos capaces de nombrar y mencionar lo que sentimos, estamos preparados para poder manejarlo. Asimismo, trabajaremos en entender que todas las emociones son buenas porque nos están dando información, nos dicen que nos ocurre algo, pero hay que saber interpretarlo. Tenemos que comprender por qué nos sentimos de una determinada manera, cuál es la causa y la consecuencia de esa emoción, y qué es lo que nos ha hecho actuar de ese modo. Cuando todo esto sepamos hacerlo, ya podremos regular nuestras emociones.
Los primeros que tenemos que poner en práctica estos hábitos somos nosotros, los adultos, porque los niños nos copian, somos su modelo. Y, sobre todo, porque si no sabemos hacerlo nosotros, es especialmente complicado que se lo podamos enseñar a nuestros hijos.
– Todos queremos que nuestros hijos sean felices, pero ¿cómo debemos ofrecerles las herramientas correctas para que lo sean?
– Hay varias cosas que podemos hacer, pero lo primero es ver cómo estamos actuando. No hay ningún estudio ni ninguna evidencia que demuestre que si nuestros hijos tienen más juguetes y más cosas materiales van a ser más felices. Por tanto, comprarles muchas cosas pensando que esto les va a ayudar a ser más felices es un error porque, generalmente, los niños valoran más las cosas que les ha costado conseguir. Así que, tratemos de no comprarles muchas cosas para evitar esa hiperestimulación. Tenemos niños que están continuamente corriendo de una actividad a otra, y apenas tienen tiempo libre. Necesitan aprender a aburrirse y a estar a gusto con ellos mismos porque de esa forma, lo que van a madurar es la función ejecutiva, que es la capacidad de orientarnos a una meta, de saber cuál es nuestro objetivo y de ir organizándonos para conseguirlo. Esto está muy relacionado con la felicidad y con sentirnos bien y a gusto con nosotros mismos.
Además, es importante que les enseñemos a esperar, que las cosas no sean del todo inmediatas, porque, al final, en la vida muchas veces hay que esperar para conseguir lo que queremos.
Otro aspecto fundamental es que evitemos la sobreprotección, el hacerles las cosas para las que están preparados y ellos mismos pueden hacerlas por sí solos. Tenemos que trabajar con ellos mucho más la seguridad personal y la autonomía para que sientan que pueden conseguir sus objetivos.
– Como explicaste durante la presentación de tu libro ‘Queremos que crezcan felices’, la autoestima, la tolerancia a la frustración y el autocontrol son los tres pilares básicos para que un niño crezca adecuadamente y sea feliz. ¿Por qué? ¿Cómo podemos trabajarlo con ellos?
– Ayudamos a nuestros hijos a que tengan una buena autoestima, pero lo que hay que trabajar con ellos antes de esto, es el autoconcepto, que es tener en cuenta cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, saber cómo somos como personas. Una vez que tengamos este conocimiento de nuestros hijos, que va a ser de gran ayuda, podremos trabajar con su autoestima. Esta no se trabaja diciéndoles: “qué bien, lo has hecho genial, eres un campeón…”. Tal vez, con un niño de dos años puede estar bien, pero según van creciendo tienen que ser cosas muchísimo más concretas, tenemos que fijarnos en todo aquello que están haciendo bien y también entendiendo cuáles son las cosas que pueden hacer para mejorar. Siempre teniendo en cuenta que todos tenemos puntos fuertes y débiles, y conociendo ambos.
También es muy importante cuidar el lenguaje que utilizamos con ellos y no ponerles etiquetas, porque si les decimos: “es que eres un vago, es que eres malo, es que eres torpe…”, al final ese niño va a actuar en función de la etiqueta que le hemos puesto. Hemos de decirles aquello que no está correctamente hecho y cómo pueden corregirlo.
Por otra parte, el autocontrol tiene mucho que ver con todo esto que hemos hablado de la autorregulación. Implica pararnos, empezar a conocernos a nosotros mismos y así saber cómo reaccionamos para decidir. “¿Quiero reaccionar de esta forma automática ante esta situación o quiero cambiar y hacerlo de manera distinta?”. En el caso de que queramos cambiarlo, tenemos que plantearnos cómo hacerlo para poder empezar a trabajar en ello.
En cuanto a la frustración, muchos padres malentienden el amor paternal. Dicen: “ay, mi niño, con lo duro que es el mundo, ya tendrá tiempo para frustrarse…”, e intentan, en la medida de lo posible, evitarles cualquier tipo de emoción desagradable. Sin embargo, lo que conseguimos de esta manera es impedir que adquieran un autocontrol y una tolerancia a la frustración, lo que es completamente necesario porque en la vida, por desgracia, nos van a ocurrir situaciones lo suficientemente complicadas en las que necesitaremos esa capacidad de tolerancia a la frustración. Por lo que, es importante trabajarlo con ellos para que estén preparados.
Educar es todo es el mayor evento de educación de nuestro país. En él, expertos de reconocido prestigio, como la Dra. María Velasco, la psicóloga Diana Jiménez, el psicólogo Marc Masip, el pediatra Carlos González, la psicóloga Silvia Álava, el psicólogo Rafa Guerrero, el neurocientífico Mariano Sigman y el docente Manu Velasco, a través de ponencias de 20 minutos de duración, nos ayudan a reflexionar y resolver esas dudas que nos surgen a la hora de educar a nuestros hijos. ¿Te apuntas?
Recuerda, el sábado 25 de noviembre en el Teatro Lope de Vega de Madrid, desde las 9:00 hasta las 14.00 (hora peninsular española).
Tenemos los 25 cursos más prácticos de educación creados en exclusiva para EDUCAR ES TODO por grandes expertos. Puedes acceder a todos los cursos por 18€/año.
Hoy seremos nosotros quienes te demos las gracias por confiar en nuestro trabajo. Mañana serán tus hijos quienes te agradezcan haberte formado en tu labor educativa y haber pensado en ell@s.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/06/Felididad-Educar-es-todo-1.png10801080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-06-27 04:55:002023-06-27 13:42:48 “Hemos vendido a nuestros hijos una idea de la felicidad que no es cierta”
El verano es un tiempo para salir de la rutina, tener nuevas experiencias y descansar… pero tampoco pasa nada si los más pequeños de la casa se aburren en algún momento… El aburrimiento potencia la autonomía y la creatividad.
Hay madres y padres que opinan que no, que sus hijos deben tener tiempo para divertirse y aburrirse. Otros, en cambio, piensan que sí, que el verano es una buena oportunidad para recuperar lo perdido o afianzar lo aprendido.
Cada curso que finaliza se repite el mismo debate: deberes para el verano, ¿sí o no?
Si preguntásemos a diferentes madres/padres, habría disparidad de opiniones. Algunos dirían que sí, que dos meses y medio de vacaciones son muchos. Otros, en cambio, pensarán que no, que el verano es un periodo para desconectar y descansar.
Lo cierto es que el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”.
Este artículo 31, a menudo no se respeta durante el curso escolar. La realidad es que las agendas de nuestros hijos están cada vez más cargadas de actividades dirigidas y, en consecuencia, ellos cada vez tienen menos tiempo libre para jugar o elegir en qué emplearlo.
«Vivimos en una sociedad de consumo, de hacer y no parar, lo que nos lleva a sentirnos mal si no estamos haciendo cosas las 24 horas del día los 7 días de la semana. Y este estrés se lo trasladamos a los niños. Cayendo en la tentación de pensar que nuestros hijos no deben estar tanto tiempo sin hacer nada, pero que no hagan deberes no quiere decir que no hagan nada», nos dice la psicóloga Begoña Ibarrola.
«Que los niños no hagan deberes no quiere decir que no hagan nada»
Begoña Ibarrola – Psicóloga
Entonces, en verano: ¿deberes sí o no? ¿Qué dicen los expertos?
¿Qué opinan los expertos de los deberes en verano?
Para conseguir responder a la pregunta de cada verano, hemos hablado con tres expertos: los psicólogos Rafa Guerrero y Silvia Álava y el docente elegido Mejor docente de primaria de España en los premios Abanca 2021 Francesc Nogales.
Ante la pregunta de: Deberes en verano, ¿sí o no?, el psicólogo Rafa Guerrero lo dejaba claro: «No, no soy partidario. Los niños tienen todo el derecho del mundo, después de un curso académico muy exigente, a descansar. Pero no solo el derecho, sino la necesidad».
«No soy partidario de los deberes en verano. Los niños tienen todo el derecho del mundo, después de un curso académico muy exigente, a descansar. Pero no solo el derecho, sino la necesidad».
Rafa Guerrero – Psicólogo
Aunque todos los padres tenemos clarísimo que nuestros hijos merecen descansar, a menudo nos surgen miedos: ¿si no abre un libro en dos meses se le olvidará lo aprendido? ¿estará perdiendo un tiempo maravilloso en el que podría estar aprendiendo cosas? ¿Perderán el hábito de estudio?
«En verano también aprendemos, pero de forma totalmente diferente. Podemos trabajar toda esa serie de procesos que se aprenden en el colegio (razonamiento lógico, atención, concentración, lectoescrituta…), pero en lugar de hacerlo a través de cuadernillos o fichas de deberes, lo podemos hacer a través del juego», asegura Álava.
«En verano también aprendemos, pero de forma totalmente diferente. En vez de con cuadernillo, a través de actividades lúdicas»
Silvia Álava – Psicóloga
Algo similar opina Nogales: «Soy partidario de que los niños sigan aprendiendo, pero con actividades no académicas. Más que deberes, llamaría a estas actividades placeres. Algo así como ver una puesta de sol, ir a un museo, al zoo, hacer una ruta por la montaña, mirar las constelaciones por la noche, mandar una carta a un amigo…».
«En verano vamos a buscar curiosidades, o investigar sobre cosas que les susciten interés porque estén relacionadas con el día a día. Por ejemplo, si vamos a la playa y hemos visto un caballito de mar, luego podemos investigar sobre esto. O con niños más pequeños, podemos trabajar la psicomotricidad escribiendo nombres en la arena de la playa», apunta Guerrero.
Nogales también cree que, a menudo, los que más interés tenemos en que los niños hagan deberes somos los padres: «El motivo es que nos viene bien que los niños sigan teniendo rutinas establecidas. Pero no porque el niño necesite reforzar conocimientos, sino por nuestra dificultad de conciliar«.
¿Sin deberes les costará más volver a la rutina?
Otro de los motivos por el cual algunos padres queremos que nuestros hijos hagan deberes es que pensamos que de no hacerlos, desconectarán tanto de la actividad académica que en septiembre les resultará muy difícil volver a la rutina.
«Personalmente, a mí también me cuesta más volver a la rutina después de las vacaciones. Es decir, esto nos pasa a todos, no solo a los niños. Pero es que es necesario romper con la rutina, hacer cosas totalmente distintas a las que hacemos durante el año», nos cuenta Guerrero.
Y Nogales nos hace una comparación para que reflexionemos: «¿Os imagináis que nuestro jefe nos dijera que nos llevemos trabajo en vacaciones porque de no hacerlo a la vuelta se nos habrá olvidado hacerlo o nos costará más volver a la rutina? Nadie vería esto normal, pues lo mismo pasa con los niños. Necesitan parar, desconectar, olvidarse de las obligaciones».
¿Hay excepciones?
¿Deberes no? ¿Tampoco con niños que han suspendido o que necesitan reforzar porque han aprobado muy justos?
«No soy partidario de que los niños que van flojos aprendan las cosas por imposición y fuera del aula, es decir, si un alumno termina el curso cogido con pinzas, no me parece bien que tenga que ponerse al día haciendo cuadernillos. El aprendizaje debe generarse dentro del aula».
Si un alumno termina el curso cogido con pinzas, no me parece bien que tenga que ponerse al día haciendo cuadernillos. El aprendizaje debe generarse dentro del aula».
Francesc Nogales – Docente
Además, apunta Guerrero: «Los que van «flojitos» en clase porque les cuesta más, seguramente han hecho un esfuerzo más grande que los que han sacado muy buenas notas. Todos merecen descansar, hayan sacado sobresalientes, notables o vayan justos».
Álava sigue insistiendo en el juego como herramienta educativa: «Si tiene dificultades específicas en un área, por ejemplo, cálculo matemático, podemos trabajarlo, pero de una forma diferente a cómo se hace en el colegio. El juego tiene un potencial impresionante de aprendizaje. En verano es una oportunidad maravillosa para utilizarlo. ¿Y si nos acompaña a la compra y va sumando los precios de lo que echamos al carro? Hay muchas formas de hacer cálculo más entretenidas que a través de un cuadernillo».
Amaya de Miguel, fundadora de ‘Relájate y educa’, nos lanza a través de sus redes sociales un reto: «Si los deberes en tu colegio son optativos, sé valiente y deja que tus hijos no los hagan». ¿Qué opinas? ¿Aceptas el reto?
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2022/06/greg-rosenke-DJWvzY4pkGU-unsplash-scaled.jpg17072560Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-06-22 09:04:302023-06-22 18:57:55Deberes en verano, ¿sí o no? Hablan los expertos
En estos días estamos recibiendo mucha información sobre qué hacer con los niños en casa. Los padres nos hemos convertido en profesores, monitores de tiempo libre, entrenadores…; además de amos y amas de casa.Y todo ello, sin olvidar que, por supuesto, seguimos trabajando desde casa. Nos espera un gran reto, del que seguro todos vamos a salir muy reforzados, y del que vamos a sacar un gran aprendizaje.
En toda esta vorágine de tareas se nos está olvidando algo fundamental: ¿estamos cuidando la salud emocional de nuestros hijos e hijas?
En esta situación es normal sentir miedo, sentir rabia, sentir frustración; los adultos lo sentimos y los niños lo notan, y por supuesto los niños también sienten miedo, rabia, tristeza y frustración.
Por eso es importante reservar espacios para hablar de lo que sentimos y ayudarles a verbalizarlo, porque ellos no siempre sabrán cómo hacerlo.
En estos días, os invitamos a trabajar la Inteligencia Emocional con vuestros hijos, y, ya de paso, con nosotros mismos.
La Inteligencia Emocional es la capacidad para identificar lo que sentimos en primera persona y también lo que sienten los demás, comprender por qué nos sentimos así, cuál es la causa y la consecuencia de mi emoción, y cómo las emociones van cambiando a lo largo del día. Saber nombrar con precisión lo que sentimos, utilizar la información de las emociones para poder hacer una buena toma de decisiones y ser capaces de manejar y regular nuestras emociones, así como responder de forma premeditada en lugar de reaccionar en automático.
Todo esto son habilidades de la inteligencia emocional, y como tales, se pueden trabajar. En esta guía os proponemos una serie de videos y ejercicios agrupados en 5 pasos para que sepáis cómo hacerlo.
Descárgate la Guía de Inteligencia Emocional para padres y Docentes en el siguiente enlace:
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/06/Videoguia-Inteligencia-Emocional-Historia-Imagen.jpg19201080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-06-13 06:04:002023-06-13 15:44:08Videoguía de Inteligencia Emocional para padres y docentes
El estudio, pionero en España, está impulsado por ÉXITO EDUCATIVO, la Universidad a Distancia de Madrid y Educar es Todo.
I Estudio Nacional sobre el Estado de Ánimo de los Docentes
La educación es una de las profesiones fundamentales en nuestra sociedad ya que está a cargo de formar y preparar a las futuras generaciones. No obstante, con frecuencia los educadores se enfrentan a numerosos retos y desafíos que pueden tener un efecto negativo en su estado anímico y en su habilidad para enseñar de manera eficaz. Por esta razón, ÉXITO EDUCATIVO, en coordinación con la Universidad a Distancia de Madrid UDIMA y Educar es todo, ha lanzado el I Estudio Nacional sobre el Estado de Ánimo de los Docentes.
Si los maestros no están motivados o están insatisfechos con su trabajo, esto puede afectar la calidad de la educación que proporcionan. Por lo tanto, «es importante entender los factores que afectan al ánimo de los docentes, cómo se encuentran, en qué etapas están peor… pues solo teniendo un diagnóstico completo de la situación se podrán emprender las acciones para mejorar su motivación y su estado de ánimo» explica Víctor Núñez, director general del diario digital ÉXITO EDUCATIVO.
Esta investigación, dirigida por Julián Roa, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y la Salud de UDIMA, aborda la situación a través de una encuesta elaborada por profesores de los grados de Educación y Psicología y que se está realizando a profesores de toda España y de todas las etapas educativas regladas.
Cuatro bloques de preguntas para ahondar en el estado de ánimo de los docentes El cuestionario se compone de cuatro bloques de preguntas:
1. La labor docente: Aquí se examinan aspectos relacionados con la labor profesional desde el punto de vista del propio profesor.
2. Variables externas que afectan a su trabajo: La labor docente se desempeña en un contexto social, económico y cultural específico, por eso interesa conocer qué variables externas pueden influir en la labor docente.
3. La Covid-19 y la labor docente: La situación excepcional vivida durante la pandemia de Covid-19 desde marzo de 2020 significó un punto de inflexión para muchas carreras docentes, por eso en este apartado se recaban los puntos de vista sobre la experiencia vivida en estos años.
4. Estado de ánimo: En esta sección, los organizadores se interesan por el estado de ánimo del encuestado en las últimas dos semanas, además de la frecuencia con la que ha tenido problemas por una serie de motivos.
El estudio cuenta con el apoyo y colaboración de importantes personalidades del ámbito educativo
Como Francesc Nogales, Mejor docente de España (Ed. Primaria) por los Premios Educa Abanca 2021, Anabel Valera Ibáñez, directora ejecutiva en REDIE ESPAÑA y consultora Educativa, Toni García Arias, Global Teacher Award 2021 y Premio Mejor Docente de España Primaria 2018, Silvia Álava Sordo, doctora en Psicología Clínica y de la Salud, conferenciante y escritora, Enrique Escandón, experto en Marketing y Dirección Educativa, DIRCOM & Mktng Colegios 3ª, y Juanma Romero, director y presentador del programa ‘Emprende’ de TVE y fundador de «Hazte Visible». Además de la colaboración del sindicato ANPE, SchoolMarket, REDIE España, MiCole.net, MIAC, La Granja, CECE Extremadura, FEUSO y FSIE.
Los promotores de la investigación ponen de relieve que «la participación de los profesores españoles en este estudio puede tener un impacto significativo en la mejora de las condiciones y el bienestar emocional en el ámbito educativo», según explica Leo Farache, fundador de Educar es Todo.
La Educación es algo que interesa a todos, a los padres, a los estudiantes, a los mismos maestros, a los directivos de los centros educativos, a la Administración Pública, a las patronales y sindicatos, etc. pero, sobre todo, a la sociedad en su conjunto.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2023/05/estado_emocional_docentes_20mar.png12331135Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2023-05-30 10:21:132023-05-30 10:21:14En marcha el I Estudio Nacional sobre el Estado de Ánimo de los Docentes