Retaguardia firme

La preocupación por conseguir una retaguardia firme. Colaboración con YoDona

Retaguardia firmeHay un dicho popular que advierte que a partir de los 40 «hay que elegir entre cara o culo». Según parece, desde hace un par de años las españolas apostamos por el segundo. Lo demuestran los datos: desde 2014, las intervenciones de aumento de glúteos se han incrementado en torno a un 20%-30%, según estimaciones de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre). Pero ¿a qué se debe esta tendencia? Para la cirujana plástica Elena Bravo, el primer motivo es meramente técnico. «Hace un tiempo, las liposucciones no abordaban la zona de las nalgas, pero ahora, gracias a técnicas como el lipoláser, sí lo hacen, y así permiten remodelar todo el contorno corporal, en particular los glúteos, sin dejar irregularidades ni hoyuelos».

Jesús Benito, vicepresidente de la Secpre, no pasa por alto «la influencia mediática de famosos culos, como los de Kim Kardashian o Beyoncé». También los de Jennifer Lopez, Nicki Minaj, Kylie Jenner y Gisele Bündchen, de quien se sospecha que, hace un par de meses, se ha hecho un ligero retoque de efecto lifting. La creciente interacción, vía redes sociales, entre mujeres españolas y latinoamericanas también tiene su peso. «Se está importando el prototipo de cuerpo femenino latino: cintura de avispa, cadera grande y culo lleno», asegura el cirujano plástico Antonio Tapia.

Por último, no hay que olvidar que, después del pecho, la retaguardia es lo que más preocupa. «Es un área muy explotada y la que más miradas acapara, junto a la boca, los ojos y el busto», asegura la psicóloga Silvia Álava. Por si fuera poco, existe un aspecto más bien genético: las españolas suelen ser de cadera ancha y culo plano. Ante esto caben dos opciones: conformarse o intentar cambiarlo. «Tenemos que dejar de fustigarnos y aprender a aceptarnos tal y como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos», aconseja la psicóloga.

Pero cuando la retaguardia se convierte en un problema, la cirugía puede ser una solución: «Siempre que el complejo sea concreto, objetivo y limitante, y el tratamiento quirúrgico sencillo y efectivo», aconseja Álava.

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