¿Tristeza después de las fiestas? Descubre por qué no es depresión
Enero suele llegar con una mezcla de emociones. Tras el brillo y la alegría de las celebraciones navideñas, muchas personas experimentan un bajón emocional conocido como «depresión post navidad» o «depresión post vacacional». Pero, según la psicóloga Silvia Álava, esta sensación es completamente normal y no debe confundirse con un problema psicológico.
En una entrevista para el programa Poniendo las Calles, Silvia Álava, doctora en Psicología y especialista en psicología general sanitaria, desmontó los mitos en torno a esta melancolía postvacacional.
«Estamos en una sociedad que patologiza la normalidad»,
afirmó, y explicó que este estado emocional no es más que una respuesta natural al cambio de ritmo entre las fiestas y la rutina diaria.
¿Por qué sentimos este bajón tras la Navidad?
La Navidad es una época de desconexión: horarios relajados, encuentros familiares, y momentos de alegría que rompen con la rutina habitual. Al volver al trabajo y las responsabilidades, no es extraño sentir cierta tristeza o vacío. Sin embargo, esto no significa que estemos ante un trastorno psicológico.
«Hablar de depresión implica mucho más que unos días de malestar. Requiere un diagnóstico profesional y la presencia de síntomas persistentes durante un periodo prolongado», subraya Silvia Álava. En cambio, el bajón postvacacional es solo un periodo de adaptación que suele resolverse por sí mismo en pocos días.
El mensaje clave: normalizar nuestras emociones
La psicóloga insiste en la importancia de entender nuestras emociones sin alarmarnos innecesariamente. Ese cansancio o falta de motivación al retomar las responsabilidades es pasajero y no debe preocuparnos.
Para afrontar este periodo de ajuste, Álava recomienda:
Recuperar poco a poco los horarios y las rutinas.
Ser pacientes con nosotros mismos durante los primeros días.
Poner en perspectiva nuestras emociones, recordando que no todo malestar es sinónimo de un problema psicológico.
Así que, si este enero te sientes algo desmotivado, no te preocupes: es una señal de que tu mente y cuerpo están adaptándose a la normalidad.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2025/01/Caratula-Youtube-2024-Tu-historia-63.jpg19201080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2025-01-17 06:02:002025-01-16 11:03:13¿Te sientes triste después de las fiestas? Descubre qué significa realmente
Cuando escuchamos la palabra DANA, muchas veces sentimos miedo, tristeza o incluso rabia. Es inevitable asociar este fenómeno climatológico con desastres y emociones negativas, especialmente tras los trágicos acontecimientos ocurridos en Valencia. Las cifras hablan por sí solas: víctimas mortales, 75 municipios afectados, más de 190.000 personas perjudicadas y 92 colegios evacuados, algunos de los cuales han sido declarados completamente inoperables.
Pero, ¿Qué sucede con los menores? Tendemos a pensar que los niños y niñas son «resilientes por naturaleza», que pueden adaptarse rápidamente y superar cualquier adversidad. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Cuando su entorno cambia de manera drástica, como ocurre en situaciones de desastre natural, muchos menores experimentan consecuencias emocionales profundas. En algunos casos, incluso pueden enfrentarse a situaciones traumáticas para las que no tienen recursos emocionales suficientes. Por eso, necesitan el apoyo de las figuras adultas de referencia, como sus familias y docentes.
Taller: Consecuencias psicológicas de la DANA en menores
En este taller exploraremos:
Impactos psicológicos que las DANAs pueden generar en niños, niñas y adolescentes.
Señales de alarma a las que debemos prestar atención como adultos responsables.
Herramientas prácticas para prevenir y mitigar las consecuencias emocionales de estas experiencias traumáticas.
¡Porque su bienestar emocional también importa! Aprender a abordar estas situaciones no solo ayudará a los menores a recuperarse, sino que también fortalecerá su capacidad para enfrentar adversidades futuras.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2025/01/pexels-bclarkphoto-21492-scaled.jpg17072560Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2025-01-10 07:25:002025-01-08 20:10:39¿Cómo gestionar el impacto emocional de la DANA en niños y adolescentes?
Con la llegada del nuevo año, es el momento de cambiar las cosas para sentirte en calma, en paz y a gusto contigo misma y tu vida, y para lograrlo recurrimos al método para incrementar el bienestar emocional de la psicóloga Silvia Álava.
Ser realista, practicar el pensamiento positivo, buscar un propósito a tu vida o tomar buenas decisiones son algunas de las claves de la propuesta de la experta que, además, hace hincapié en la importancia de recuperar la ilusión y ser más optimista. Pero, ¿Cómo conseguirlo?
Ser optimista implica tener la expectativa de que las cosas van a mejorar
«Ser optimista es una actitud que nos impide caer en la apatía, la desesperación o la negatividad frente a las adversidades», explica Silvia Álava: «Cuando surgen problemas, implica analizar todas las posibles opciones y elegir la que mejor ayude a conseguir el objetivo. Implica actuar y ser perseverante».
Para lograr ser más optimista, debemos dejar de ser pesimistas y dejar de lado aquellos pensamientos que, aún siendo solo hipótesis sobre la realidad, nos causan desasosiego y no nos dejan sentirnos bien. Cuando se trata de superar esta situación, hay algunas sencillas prácticas que puedes aplicar:
Detecta cuáles son los pensamientos que te causan perturbación.
Recuerda que tus sentimientos son resultado de cómo interpretas y valoras aquello que ocurre a tu alrededor.
Tus interpretaciones no tienen por qué ser ni las únicas posibles ni las mejores.
Aprende a distinguir entre los hechos, los sentimientos y tu valoración.
Hazte las siguientes preguntas: ¿qué pruebas tengo?, ¿no hay otras posibilidades?, ¿qué gano pensando de esta manera?, ¿qué ganaría pensando de otra forma?, ¿qué es lo peor que puede suceder?
Cómo recupero la ilusión
«Cuando nos faltan ilusiones, pasamos de vivir a sobrevivir», afirma Silvia Álava en el capítulo de su libro que dedica a la ilusión, y añade: «La esperanza, además de generar confianza en uno mismo y en los demás, mejora nuestras fortaleza y potencia actitudes positivas ante las situaciones problemáticas«.
Estas prácticas recomendadas por la psicóloga Silvia Álava van a ayudarte a recuperar la ilusión:
Párate y observa cómo te sientes, etiqueta la emoción sin juzgarla y sin quedarte enganchado en sus causas.
Deja de quejarte: la queja consume tus energías y las de las personas que te rodean.
Genera mensajes positivos, o por lo menos más realistas y menos catastróficos. Las personas optimistas nos contagian de su positividad, transmiten fuerza y energía.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2025/01/20191005_Silvia-Alava-Sordo_PB0391-scaled.jpg17072560Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2025-01-08 06:08:002025-01-08 19:07:58El método para recuperar la ilusión y ser más optimista que puedes empezar a disfrutar en 2025
Un 76% de españoles tiene la intención de incorporar algunos ajustes en su rutina para mejorar su calidad de vida. Se trata de la famosa lista de buenos propósitos, fácil de pensar y difícil de cumplir, tanto que puede convertirse en «otra carga mental«, ¿Es bueno hacerla?
Hacer ejercicio, perder un par de kilos, dejar de fumar, aprender otro idioma, cambiar de trabajo, viajar más… cada año el mes de enero se llena de buenos propósitos, una costumbre universal que se asocia con el nuevo comienzo y la oportunidad para rediseñar nuestra vida, cambiar lo que no nos gusta y sentar las bases de un futuro mejor. Tiene su explicación: «Aunque objetivamente sólo pasen unos segunditos desde el 31 de diciembre hasta el 1 de enero, a nivel psicológico esta transición sí que supone un cambio. Es el momento de hacer balance de todo lo que ha ocurrido en el año anterior, para decidir qué queremos cambiar», explica Silvia Álava, psicóloga sanitaria, experta en psicología educativa y especialista en Psicoterapia. «Es el tiempo de parar, reflexionar y decidir hacia dónde quieres tirar».
La lista de intenciones es casi tan tradicional como comer las 12 uvas.
Este año, un 76% de españoles tiene la intención de incorporar algunos ajustes en su rutina diaria para mejorar su calidad de vida, según la encuesta «Propósitos 2025», realizada en el contexto navideño en todo el país por la marca PronoKal. No obstante, cumplir esa lista ya es otra cuestión: un estudio publicado en el ‘Journal of Clinical Psychology’, y difundido por la escuela de formación Productividad Feroz, asegura que únicamente un 8% la mantiene en pie los 12 meses restantes y sólo un 46% durante al menos seis.
¿Por qué abandonamos tan pronto? Tiene que ver, en 9 de cada 10 ocasiones, con que los propósitos se planteen de forma vaga e imprecisa, sin definir ni un tiempo ni un método para lograrlos, según un informe de la Universidad de Scranton, en Pensilvania. También, con el tipo de objetivo, sostiene otro trabajo del departamento de Psicología de la Universidad de Estocolmo: los que se orientan a hacer algo implican un porcentaje de éxito mayor, del 58,9%, frente a los que se relacionan con dejar un hábito, por ejemplo, fumar (47,1%). Y, sobre todo, con la motivación; apenas un 20% de españoles tiene la suficiente, mientras que un 50% necesita del apoyo de su entorno, afirma la encuesta «Propósitos 2025».
Donde surgen las dudas
Y es aquí, en este punto del fracaso, donde surgen las dudas: ¿realmente es útil elaborar una lista de propósitos si después obliga a lidiar con la sensación de no haber sido capaz de cumplirlos? «Sí. Es importante plantearnos hacia dónde vamos. Muchas veces estamos en sitios donde no queremos estar debido a una ausencia de decisiones; simplemente el hecho de tener claro adónde ir te permite darte cuenta de que no estás en la dirección correcta y debes cambiar de rumbo», asegura Silvia Álava.
No obstante, una vez hecha esa reflexión, hay que ser realistas con los propósitos que queremos incluir en la lista. «No es la carta a los Reyes Magos», añade la experta, «no se puede cambiar todo de la noche a la mañana, tienen que ser completamente objetivos, ajustados a la realidad, estar muy bien definidos y, además, planificados. Si no, se quedarán en una idealización».
¿Propósitos o sueños?
Para que un propósito se cumpla debe conllevar un plan de acción, es decir, hay que estar «dispuesto a hacer el esfuerzo que realmente necesita; todo lo que no sea eso se quedará en soñar desde el sofá de casa», insiste Álava, que señala aquellos que sí cumpliremos: los objetivos SMART, acrónimo del inglés que se refiere a los que son «específicos, medibles, alcanzables, realistas y de duración limitada», añade recalcando también lo importe que es la planificación, «qué vamos a hacer para que no quede en algo idealizado. Si mi objetivo es practicar deporte, hay que fijar qué día y a qué hora voy a hacerlo, dónde y con quién, esas cosas tienen que estar claras«. Porque para lidiar con la frustración de ver disiparse nuestras aspiraciones lo mejor es «valorar muy bien cuál es el objetivo que ponemos en nuestra lista y las fuerzas que tenemos para cumplirlo».
Lidiar con la frustración
Si aún así no se consigue, puede que no sea el momento. «En este caso hay que cuidar mucho el discurso que nos damos a nosotros mismos. Debe ser compasivo y valorar el esfuerzo que hemos hecho y la situación que vivimos», dice Silvia Álava. Como técnica para que sea más fácil, recomienda hablarte a ti mismo como lo harías con tu mejor amigo: «¿Le echarías en cara que es un fracasado porque no ha logrado lo que se ha propuesto? Todo lo contrario, le instarías a ser razonable y a sentirse orgulloso de su esfuerzo. Los términos que usaríamos con él son los que debemos aplicarnos. Necesitamos aprender a tratarnos con un poquito más de cariño, en ocasiones nos decimos cosas que no soltaríamos ni al peor enemigo». Precisamente, la encuesta de Pronokal revela que uno de los deseos más comunes para el próximo año entre las mujeres, que tienden a ser más críticas y autoexigentes consigo mismas, es aprender a tratarse con mayor amabilidad.
Cómo hacer que un propósito se cumpla
Escribir nuestros propósitos en una lista física, en papel, «y colocarla en la pared para ir tachando», también es un buen método para ayudarnos a cumplirla, porque nos permite tenerla presente. «Lo más fácil es dejar muy claro y definido el objetivo y el plan de acción. Es importante agendarlo, porque si no lo hacemos corremos el riesgo de que se convierta en una carga mental, una añadida: tengo que hacer deporte, estudiar inglés, cuidar la alimentación, quedar más con los amigos…, la lista de buenos propósitos puede pesar y estresar mucho», asegura la psicóloga.
Por eso, bloquear los huecos en la agenda es la práctica más sana a nivel mental, «es en ese momento cuando te das cuenta de si caben o no en tu día a día. Si no se puede encajar alguno de ellos, lo mejor es renunciar a ponerlo en práctica«, añade Álava. ¿Cómo sin que nos haga sentir mal? «Pensando en que son cosas que te gustaría hacer, pero no propósitos, por eso puedes dejarlas para otra ocasión. Si las subes a la categoría de objetivos y después no eres capaz de cumplirlos, llegarán la rabia y la frustración, dos emociones muy negativas».
El primer propósito de la lista
Como psicóloga sanitaria y educativa, Silvia Álava señala el primer propósito que siempre debe encabezar, sí o sí, la lista de año nuevo: «Cuidar nuestra salud mental». Es una cuestión cada vez más presente en Europa; de hecho, Ursula Von der Leyen la ha colocado entre los objetivos prioritarios de su nuevo mandato como presidenta de la Comisión Europea, calificándola como uno de los retos de la década. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 6,7% de la población en España sufre trastornos de ansiedad (unas cifras que la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés aumenta hasta el 12,6%), con mayor porcentaje de mujeres (8,8%) frente a hombres (4,5%).
Afortunadamente, cuidar la salud mental se cuela ya entre nuestros objetivos saludables; según la encuesta «Propósitos 2025», cuidar el bienestar emocional en el año que empieza es la intención de un 54% de los españoles. «Es importante entender que a veces eso implica bajar las revoluciones», añade Silvia Álava, «y que descansar no es perder el tiempo. El cerebro y el cuerpo necesitan descanso y ese espacio de ‘ir despacito’ que nos sirve para saber qué cosas nos ayudan a cada uno a estar bien». Importantísimo, subraya, dormir, el primero de nuestros hábitos saludables: «Si no dormimos bien, tanto la salud física como mental se rompen», advierte. No obstante, mejorar la calidad del sueño es un objetivo que sólo tiene en cuenta un 38% de los encuestados por Pronokal.
Propósitos para empezar bien el año
Puestos a plantear propósitos, y sin perder de vista todo lo anterior, la lista debe incluir «los pilares que sujetarán nuestro edificio», recomienda Álava. Es decir, «alimentarnos de forma saludable al menos el 80% del tiempo», importante para un 63% de la población, según la encuesta Propósitos 2025; movernos y hacer algo de deporte, «aunque sea simplemente caminar», el objetivo de un 73% de españoles que desea recuperar o mejorar su condición física para sentirse fuerte; y aprender a mirar hacia adentro, «ver cómo estamos, cómo nos sentimos y saber convivir con esas emociones y la información que nos dan». Si colocamos estos simples objetivos en la lista, y los conseguimos, «nos será mucho más fácil enfrentarnos a 2025. No sólo al hecho de volver a la rutina después del parón navideño y los días de fiesta, también nos ayudará a transitar todo el largo año con mayor bienestar emocional«, concluye la psicoterapeuta.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2025/01/pexels-jessbaileydesign-1119792-scaled.jpg19202560Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2025-01-03 13:47:392025-01-03 14:02:50¿Escribir una lista de propósitos de año nuevo ayuda a nuestra salud mental?
En tiempos de incertidumbre y cambios constantes, recuperar la ilusión y fomentar una actitud optimista puede ser la clave para mejorar nuestra calidad de vida. Según la psicóloga Silvia Álava, autora del libro ¿Por qué no soy feliz? Vive y disfruta sin complicarte la vida, el optimismo no solo es una forma de ver la vida, sino una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos con confianza y energía.
Para la especialista, el optimismo no se trata de ignorar los problemas, sino de enfrentarlos con una actitud positiva y proactiva:
«Ser optimista implica tener la expectativa de que las cosas van a mejorar. Es analizar las opciones disponibles ante una adversidad, elegir la mejor y perseverar en el camino hacia la solución».
La psicóloga señala que el optimismo protege de caer en la apatía y fomenta la resiliencia. Sin embargo, también advierte que, para desarrollar esta actitud, es necesario identificar y transformar los pensamientos negativos que muchas veces obstaculizan nuestro bienestar.
Prácticas para cultivar el optimismo
Para fomentar una mentalidad más optimista, Silvia Álava recomienda identificar y reformular pensamientos negativos, aprender a distinguir entre hechos y emociones y enfocarse en los aspectos positivos de la vida.
Recuperar la ilusión es clave para pasar del «modo supervivencia» al «modo vida». Silvia Álava sugiere conectar con las emociones sin juzgarlas, evitar quejas constantes, generar pensamientos positivos, practicar la autocompasión y usar el humor como herramienta para liberar tensiones.
Cultivar el optimismo y revitalizar la ilusión son actos de autocuidado que ayudan a enfrentar desafíos con una actitud renovada y disfrutar más de la vida cotidiana.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2024/12/Caratula-Youtube-2024-Tu-historia-60.jpg19201080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2025-01-02 08:02:002024-12-30 21:13:11¿Cómo recuperar la ilusión y ser mucho más optimista en nuestro día a día?
La Navidad es una fecha complicada cuando una pareja se rompe, especialmente si hay hijos en común. Más aún la primera, porque es el momento de establecer nuevos rituales. Dos psicólogas expertas en familia, Isabel Serrano-Rosa y Silvia Álava, explican qué hacer para que nada se tuerza.
Si se han separado, ¿qué demonios hace mi padre vestido de Papá Noël el día de Nochebuena dándonos los regalos en casa de mi madre al soniquete del ho, ho, ho?». María L. (nombre ficticio), no entendía nada. Le había costado asumir que su familia se había roto y que no volvería a vivir una Navidad tradicional, con todos reunidos entorno a la misma mesa, pero en esa primera, las cosas volvían a ser como antes. Tenía siete años, y más allá de pensar que se habían vuelto locos, albergó la secreta esperanza de que las cosas volvieran a ser como antes y el divorcio pasara a la historia. «Para entonces, ella ya había asumido la situación, había hecho el duelo, tocaba estar unos días con su padre y otros con su madre, pero aquel Santa Claus en el salón le rompió todos los esquemas», asegura Isabel Serrano-Rosa, psicóloga, terapeuta de parejas y directora y fundadora del centro de psicología EnpositivoSI. María L., una de sus pacientes, hoy con 18 años, todavía recuerda aquella noche y el trastorno que le supuso.
En España se rompe un matrimonio cada 6,2 minutos
lo que afecta a 214 menores al día, según las cifras del informe ‘Evolución de la Familia en España 2023. Indicadores Sociales’ elaborado por el Instituto de Política Familiar (IPF), que alerta de que nuestro país vive una auténtica quiebra familiar: desde 1975 se rompen uno de cada tres matrimonios, lo que supone un porcentaje del 33%. Los divorcios en España son hoy día la forma casi unánime de ruptura y 5 de cada 9 parejas que pasan por este proceso tienen hijos: en los últimos 10 años 900.000 menores se han visto afectados. Y para todos ellos, padres e hijos, transitar la primera Navidad se convierte en un reto. «Hay de todo, muchos tipos de situaciones diferentes, pero el mensaje general que escucho en consulta es unánime: va contra el mundo Disney», explica Serrano-Rosa.
¿Cómo lo gestionamos?
En cualquier caso, ¿cómo lo gestionamos?, ¿en tu casa o en la mía?, que diría un boomer. Pues depende del escenario. «En situaciones de maltrato no es negociable, nunca hay que salirse de lo que estipule el convenio regulador; hay que cumplir estrictamente con lo dictado por un juez. En Navidad el maltratador puede situarse en una posición seductora, en lo que llamamos ‘luna de miel’, con ese discurso de ‘por los niños’ que nunca hay que escuchar. Por mucha pena que sientas, haz como en los aviones: ponte el cinturón y no te levantes de tu sitio hasta que se apague la señal luminosa«, advierte la experta.
Detrás de un divorcio siempre existe una situación de conflicto
Sin malos tratos de por medio, detrás de un divorcio siempre existe una situación de conflicto, y en esa primera Navidad de la pareja lo habitual es que no esté resuelto. «Aunque ya no haya convivencia, los roces que han provocado la ruptura seguirán presentes. Y lo mejor para evitarlos es cortar de forma radical, para todos. Si no se hace, los niños pueden confundirse, hacerse la ilusión de que todo va a solucionarse y la familia volverá a estar unida. No hay que dejar espacio a esas fantasías; harán que el duelo no termine y se viva una y otra vez. Es mejor aterrizar en la realidad y acelerar el proceso«, explica Serrano-Rosa.
¿Y si la separación ha sido de mutuo acuerdo y ambos cónyuges se llevan bien? «Incluso en estos casos es mejor dejar clara la nueva situación; lo que consideramos la familia tradicional se ha esfumado, no hay que llevarse a engaño«, afirma la experta. Y si los niños tienen una cierta edad, dejarles elegir. «¿Por qué tengo que estar con mi padre en Navidad si no sabe ni hacer una tortilla y me aburre?, se preguntaban muchos de mis pacientes».
¿Las madres llevan la peor parte?
Los niños no son tontos y es mejor no enredarles. ¿Pero qué pasa con las madres? «No digo que los padres no sientan que estas fechas son especiales y que se pierden algo, pero en este sentido ellas son las que suelen llevarse la peor parte, porque se anticipan», apunta Isabel Serrano-Rosa. «A muchas la sola idea de pasar la Navidad sin sus hijos les hace echarse para atrás a la hora de plantear un divorcio. No es que ellos no sufran, simplemente son capaces de distanciarse más».
No se trata sólo de estar lejos de los niños; en el fondo, subyace otro duelo: «Por el sueño roto de constituir una familia feliz y unida. Es a lo que toda mujer aspira cuando comienza una vida en pareja, lo que nos han vendido las películas de Disney y los anuncios navideños. Conecta con la sensación de fracaso, con el sentimiento de que no lo has conseguido, porque puedes estar muy contenta de haberte separado de ese hombre que no aguantabas, pero nunca lo estarás de haber perdido la posibilidad de crear la familia que deseabas; renunciar a ese proyecto es duro».
¿Qué hacemos para llevarlo mejor?
«Algo diferente», responde Serrano-Rosa, «son los rituales de la primera vez. Si estás sola en una fecha señalada, intenta ir de viaje, salir con amigos… cualquier cosa completamente distinta a lo de antes y que vaya especialmente dirigido hacia ti misma, para que puedas ir sanando tu propia herida, la que ocasiona el fracaso de tu proyecto». Como norma, pensar que todo se puede cambiar, «saltar sobre los prejuicios» y decir no a lo que no te guste. «Si vas a sentirte arropada por tu familia, ve con ellos; si no, evítalo. Hay que buscar lo que yo llamo el ‘bien-estar’, que no es lo mismo que bienestar, de este último no habrá. Necesitarás cuidar mucho de ti misma, de tu propio daño, de tu malestar y de tu identidad lejos de ser madre, porque en ese momento no será tu papel».
Los niños tienen muchos recursos para superar esas primeras Navidades si los padres son claros y coherentes, insiste la experta, porque esa actitud les generará seguridad y confianza. «Las cosas tienen que ser claras: te has separado, pues ya está».
Cómo hacerlo más fácil a los niños
En este punto, ¿Cuáles son los recursos para hacerlo todo más fácil y ahorrarnos malos tragos? Preguntamos a otra experta, Silvia Álava, psicóloga educativa y especialista en Psicoterapia.
«Van a ser fechas difíciles para todos, pero especialmente para los niños. Los adultos lo pasarán mal, porque van a echar de menos a sus hijos, pero tienen desarrollados mecanismos de regulación emocional: pueden hacer un viaje, estar con amigos… Los niños no tienen esos recursos y hay que buscar que estén bien, aunque eso incluya aceptar cosas que no nos apetezcan», explica la experta.
Lo ideal es que «las vacaciones ya estén pactadas, y cuanto más cerrado esté por convenio, mejor, porque evitará conflictos posteriores», insiste Silvia Álava. «No obstante, hay que ser razonables: si en una familia se celebra más una fecha que la otra, debemos respetarlo e intentar adaptarse«. Sentido común, dice la experta, pensando en «dónde van a estar ellos mejor en esas fechas tan señaladas».
Es importantes mantener el ambiente lo más cordial posible.
«En esas reuniones familiares no puedes hablar mal del otro progenitor, algo muy habitual cuando las separaciones se complican. Los menores siempre tienen que quedarse al margen, porque por pésimo que haya sido para ti como pareja, no deja de ser el padre o la madre de tus hijos. Si tenemos familiares que hablan mal de tu ex delante de los niños hay que pararles y decirles que su padre, o su madre, se merece un respeto y no opinamos. Mucho cuidado con esto», advierte Silvia Álava, que añade que los niños deben saber qué días están con cada uno de los padres. «Si son muy chiquititos, se pueden pintar en un calendario con un color los días de mamá o los de papá, o poner una foto de la casita donde van a estar; eso les va a dar mucha seguridad. No saber qué es lo que vamos a hacer, eso del ‘ya veremos o ya lo hablaremos’, genera mucha incertidumbre, a un adulto y sobre todo a un niño».
La llegada de Papá Noël y de los Reyes Magos también es otro foco de conflicto.
¿Cuándo y en qué casa se dejarán los regalos? «Tenemos que negociar muy bien, poniendo por delante el bien de los menores. Quizá ese día tengan que ir a ambas casas, aunque sea sólo un ratito. Y ponernos de acuerdo en qué se va a pedir en cada familia. A veces nos metemos en un concurso de ‘yo tengo que ser más’ y no es bueno inundarles con cosas que no necesitan. Tampoco atribuirse uno de los dos todo lo que les hace ilusión. Siempre será más fácil cuando la separación es amistosa, pero si no lo es, tenemos que evitar que los niños, o incluso adolescentes, paguen los platos rotos para que tengan la mejor Navidad posible. Y eso implica dejar nuestras diferencias a un lado», concluye Silvia Álava.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2024/12/Caratula-Youtube-2024-Tu-historia-61.jpg19201080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2024-12-31 08:13:002024-12-30 21:30:21Madres separadas, cómo llevar bien las primeras Navidades sin los niños: "¿Por qué tengo que estar con mi padre si no sabe ni hacer una tortilla?
Los pensamientos barrera o pensamientos automáticos suponen un freno para alcanzar la felicidad: Silvia Álava, doctora en Psicología clínica y de la salud, nos ayuda a identificarlos y acabar con ellos en su libro ¿Por qué no soy feliz?
Entre los enemigos de la felicidad, Silvia Álava, psicóloga clínica y de la salud, especializada en psicoterapia, profesora, divulgadora científica y directora del centro de Psicología Álava Reyes, cuenta las ideas irracionales, el pensar demasiado, la envidia y los celos o la ansiedad y el estrés, entre otros. Pero, la experta habla además de los pensamientos barrera, o automáticos: «Somos los reporteros de nuestra vida. Nos describimos el mundo etiquetándolo como sucesos buenos o malos, temibles o agradables, y en función de esa etiqueta podemos sentirnos seguros o en peligro».
¿Qué son los pensamientos barrera? Identifícalos para evitarlos
Cuando eres consciente de los pensamientos barrera o automáticos estás en el camino para evitarlos y con ellos alcanzar la felicidad y el bienestar emocional. Y es que este tipo de pensamientos frenan nuestra capacidad de ser optimistas. ¿Cómo son?
Breves: «A menudo se presentan como un telegrama o un titular, pocas palabras, pero cargadas de una gran emotividad».
Específicos: «Se refieren a las situaciones vividas».
Casi siempre nos los creemos: Y no importa lo irracionales o descabellados que parezcan.
Se viven como espontáneos: «Aparecen de repente, sin una elaboración consciente y eso hace más fácil que nos lo creamos».
Cargados de estereotipos o juicios de valor.
Se expresan en términos de obligación: «Cada ‘debería’ te hace sentir culpable y favorece que pierdas tu autoestima«.
Tienden a dramatizar. «Nos ponemos en el peor escenario posible», y es que, como afirma Silvia Álava, «predicen catástrofres».
Idiosincráticos: «Están condicionados por la forma de ser, los valores e ideales», así por cómo te enfrentaste a situaciones similares en el pasado.
Aprendidos: todo influye en cómo interpretamos las situaciones.
Difíciles de desviar: al no ser conscientes de ellos, es complicado que podamos apartarlos de la mente, de ahí que identificarlos sea esencial para lograr esta tarea
Apunta los pensamientos barrera y cambia sus interpretaciones
Librarte de los pensamientos automáticos o barrera empieza por detectarlos y ser conscientes de su existencia: «Una técnica que te puede ayudar es apuntarlos. Son muy rápidos, por lo que tendrás que prestar mucha atención para cazarlos», explica la psicóloga. Después, pasado un tiempo, piensa de nuevo en ese pensamiento y si te resulta igual de creíble o si ya parece menos cierto.
Pasados unos días realizando este ejercicio, y cuando te encuentres en un estado de ánimo agradable o neutro, Silvia Álava recomienda introducir nuevas preguntas como «¿puedo verlo desde otro punto de vista?».
El objetivo no es otro que lograr cambiar la interpretación de tus pensamientos por otra más objetiva y manejar las emociones desagradables.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2024/12/Caratula-Youtube-2024-Tu-historia-58.jpg19201080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2024-12-16 14:44:032024-12-16 14:44:05Claves para identificar y desterrar los pensamientos barrera que te impiden ser feliz
Ser madre es una carrera de fondo en la que hay picos y valles, pero siempre hay que seguir hacia delante y dejar a un lado la idea de “madre perfecta”.
Un dobladillo descosido (del que la tutora da buena cuenta en la agenda escolar), la ausencia en una representación de fin de curso o escuchar, mientras se están introduciendo en la freidora unas croquetas congeladas, los halagos que un hijo hace de las lentejas cien por cien caseras que le ha preparado la mamá de su amiguito son algunos de esos hechos puntuales que pueden desencadenar un sentimiento de desasosiego y culpabilidad que lleva a algunas mujeres a la conclusión de que han suspendido en su papel de madres. Aunque la mayoría se considera en algún momento una “madre imperfecta”, hay algunas mujeres que se ajustan más al perfil de las que tienden a sentirse así.
Tal y como explica la psicóloga Silvia Álava,
“las mujeres muy autoexigentes se perciben a sí mismas más fácilmente como ‘mamás imperfectas’
Simplemente porque tienen puesto el listón más alto, no porque no estén ejerciendo bien su papel de madres. Y lo mismo ocurre con las que tienen poca autoconfianza, cuya falta de seguridad en sí mismas afecta a su rol de madre, ya que tienden a pensar que no lo están haciendo bien y siempre se recriminan no haber actuado de forma distinta, lo que les hace sentirse mal y culpables, en lugar de aprender de los errores y corregirlos”.
No añadir más presión de la necesaria
Es cierto que los niños no vienen con un manual bajo el brazo y que no siempre se sabe cómo actuar, pero hay que ejercer el rol de madre de una forma relajada, sin añadir más presión de la necesaria y, sobre todo, darse permiso para cometer errores. “En la educación y cuidado de los hijos hay que actuar con sentido común; es muy posible que lo que a otras madres les ha funcionado, a ti no te valga. Hay que recordar que todos los seres humanos somos imperfectos, y eso incluye a las madres; así que la madre perfecta no existe porque no existen las personas perfectas”, afirma la psicóloga Silvia Álava, que comparte las claves de una psicóloga educativa para conseguir que los hijos alcancen la felicidad.
Los estereotipos y prejuicios también juegan malas pasadas en la maternidad
Según los expertos el principal detonante del complejo de sentirse una madre “a medias” son los estereotipos e ideas preconcebidas sobre lo que significa la maternidad.
Este es uno de los temas que aborda la periodista Yolanda G. Villaluenga en su libro ‘La madre imperfecta’. “El ideal que nos han transmitido dibuja una maternidad sin horario para atender la necesidad de los hijos. Pero cada mujer debe cuestionarse qué quiere y tratar de adaptar la realidad a sus necesidades individuales, disponiendo de un tiempo propio para sus deseos y emociones”, dice.
Esa sensación de no cumplir los roles establecidos supone para muchas mujeres un golpe muy bajo a su autoestima en lo que a maternidad se refiere. Y lo mismo ocurre con los consejos (que en ocasiones se convierten en verdades absolutas en virtud de no se sabe qué fundamento) con los que familiares u otras personas del entorno bombardean a las nuevas mamás.
Compararse con las demás madres es otra trampa
Compararse con las demás madres es otra trampa. Es lo que le ocurre a Marina, madre de dos niños de cinco y tres años. “Ni a Juan ni a Jaime les gusta la fruta. Por eso, cuando toca merienda en el parque me siento como si me pusiese ante un pelotón de fusilamiento. Mientras todos los niños degustan con ‘aparente placer’ sus trocitos de fruta cortados por unas hacendosas madres que repiten en voz alta aquello de que se deben tomar cinco raciones de frutas y verduras al día, los míos se deleitan con trozos de chocolate y algo de bollería. Me siento fatal, pero es la única forma de que coman algo a media tarde”.
Ser madre es una carrera de fondo en la que hay picos y valles, pero siempre hay que seguir hacia delante. Tal y como explica Yolanda G. Villaluenga en su libro, se trata de encuadrar la maternidad en una forma de vida más integradora en la que haya espacio para cada mujer, “porque lo mejor que podemos transmitir a nuestros hijos es la alegría de vivir”.
Y para ello hay que dejar a un lado la idea de “madre perfecta”.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2024/12/Caratula-Youtube-2024-Tu-historia-57.jpg19201080Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2024-12-09 06:05:002024-12-06 11:17:05Aciertos y errores como madre primeriza
Cada tipo de juego es importante para el desarrollo infantil, pero ¿Cuánto tiempo hay que dedicar a cada uno? Para guiar a las familias, el Observatorio del Juego Infantil ha adaptado el famoso plato de Harvard al juego
Ayuda al desarrollo cognitivo, la psicomotricidad, la coordinación y protege la salud mental, entre otros. No hay dudas de que el juego es un pilar básico en el crecimiento de niños y niñas, aunque cada vez le dedican menos tiempo. Las pantallas o las actividades extraescolares han hecho que los pequeños jueguen menos y, con ello, pierdan sus beneficios. Y cada tipo de juego tiene los suyos. Para orientar a las familias sobre el tiempo que los menores deberían dedicar a cada juego, el Observatorio del Juego Infantil ha creado el plato de Harvard del ocio durante la infancia.
Parece que cada vez tenemos más claro que los hábitos saludables se construyen con una alimentación equilibrada, el descanso y la actividad física. Además, durante la infancia hay otra pieza importante para el correcto desarrollo físico y mental de los menores: el juego. Y esa pieza presenta cada vez más deficiencias en su estructura.
Según el ‘Estudio sobre el comportamiento de los consumidores de juegos y juguetes (8-12 años)’, elaborado por el Instituto de Creatividad e Innovaciones Educativas de la Universidad de Valencia, solo uno de cada cuatro niños y niñas españoles dedica más de dos horas al día a jugar; y apenas uno de cada cinco juega al salir de clase. “Al privar o reducir los tiempos de juego, les estamos privando de un derecho recogido en la Declaración de los Derechos del Niño”, afirma Silvia Sánchez, profesora en el Departamento de Estudios Educativos de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid.
Una infancia adultizada
La pregunta que surge es: ¿Qué está robando el juego a los niños? Los expertos consultados aluden a diversas razones, pero todos coinciden en señalar dos motivos esenciales.
Por un lado, la irrupción imparable de las pantallas. Según datos del estudio ‘La falta de juego en la infancia’, elaborado por la Fundación Crecer Jugando y el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU), casi el 70 % de los niños y niñas españoles supera el límite de tiempo máximo de exposición a las pantallas recomendado por los expertos —60 minutos diarios—. Ese porcentaje es todavía mayor entre los niños de 1 a 3 años (84 %) y entre los de 4 a 6 años (88 %).
Por otro lado, las agendas cada vez más cargadas de los menores, algo que Silvia Sánchez considera que es un ejemplo claro de infancias cada vez más “adultizadas”, con multitud de actividades calendarizadas —deportes, idiomas, clases de música…— que son las que ocupan el tiempo libre.
“El día solo tiene 24 horas y no hay tiempo para todo, cuando hay que elegir, parece que el juego pierde la partida. Esto ha llevado a un fenómeno en el que los menores no solo juegan menos, sino que juegan peor y están perdiendo los beneficios fundamentales que esta actividad proporciona en términos de desarrollo integral”, comenta Sánchez.
Beneficios del juego qué se están perdiendo
Perder los beneficios del juego no es algo que pueda tomarse a la ligera. “Un niño que no tiene tiempo para jugar es un niño que no va a tener tiempo para desarrollarse correctamente”, asegura la psicóloga Silvia Álava, para quien el impacto del juego en ese desarrollo es crucial. “A través del juego los niñosmaduran un proceso fundamental del cerebro, la función ejecutiva, que es imprescindible para tener éxito, ya que implica planificación, supervisión, memoria de trabajo, atención… Todo esto es básico y se consigue a través del juego libre”, añade.
Pero no solo eso. El juego es esencial a nivel socioemocional, actúa como protector de la salud mental, ayuda a desarrollar la psicomotricidad, la fuerza, la coordinación y el equilibrio, permite comprender el mundo y desarrollar la empatía, el vocabulario, la memoria, la atención, el razonamiento lógico o el pensamiento abstracto. “Cuando no se deja espacio al juego, lo que vemos en consulta en muchos niños y niñas es que determinados procesos que se tendrían que desarrollar sin ningún problema llevan cierto retraso”, advierte la psicóloga.
El ‘Plato de Harvard’ del juego
Para concienciar sobre esta realidad, el Observatorio del Juego Infantil desarrolló el ‘Menú del juego saludable’, una iniciativa que toma como punto de partida el famoso plato de Harvard de la alimentación y lo adapta al juego. La parte más importante del plato (40 %) corresponde al juego exterior. A continuación, con un 25 % del peso cada uno, estarían el juego libre y el reglado. Por último, con un 10 % se encuentran los juegos tecnológicos, que implican las pantallas.
“Queríamos poner en relieve la importancia de los tiempos de juego en la infancia y recalcar que deberían seguir jugando hasta edades más avanzadas, el máximo tiempo posible. Hoy, por ejemplo, a partir de los ocho años es muy habitual que te digan ‘yo ya no juego, que eso es de pequeños’; y que ese juego se desplace con pantallas. Eso no puede ser así. Con ocho años hay que seguir jugando”, explica Silvia Álava, que ha participado en el desarrollo de la iniciativa.
Las expertas consultadas destacan también la importancia de adaptar ese modelo de plato a la edad y el desarrollo de cada uno. Hasta los 3 años, destacan que las pantallas deberían quedar fuera del menú. Y a esas edades tempranas, el plato debe estar compuesto básicamente por juego exterior y juego libre.
“Fijar tiempos y porcentajes específicos puede ser arriesgado, sobre todo cuando se trata de niños y niñas en diferentes etapas de su desarrollo. En estos casos, prefiero apelar al sentido común. El menú del juego saludable es una propuesta orientativa, que puede adaptarse según la edad, las necesidades y las circunstancias de cada menor. Lo importante es mantener un equilibrio saludable entre los distintos tipos de juego, asegurándonos de que el tecnológico no monopolice la dieta lúdica”, añade Silvia Sánchez.
40 %: el juego exterior
El juego exterior no es solo el más importante por su impacto en el desarrollo integral del niño, sino probablemente el más afectado por la pérdida de tiempo para el juego, aquel en el que la distancia entre la teoría —el tiempo recomendado— y la práctica es mayor. Una encuesta reciente así lo certifica: solo uno de cada cuatro niños juega regularmente en la calle, una cifra que no admite comparación con la generación de sus abuelos. Entonces casi tres de cada cuatro niños jugaban afuera varias veces a la semana.
Y el problema no son solo las pantallas. “Ha habido muchos cambios arquitectónicos en las ciudades. Está todo mucho más edificado, hay mucho más tráfico. Hoy en día las familias ya no dejan solos a los niños en la calle, y si los menores no tienen esa autonomía, al final sí o sí están menos tiempo jugando al aire libre”, reflexiona Clara Pons-Mesman, experta en Derecho de la Infancia y divulgadora del juego libre.
Beneficios
El problema de esta falta de juego al aire libre es que los menores dejan de disfrutar de todos sus beneficios. “A nivel físico es un juego que promueve la actividad física y el desarrollo de habilidades motoras. También están los beneficios de la exposición a la luz del sol (absorción de vitamina D, mejora del ciclo del sueño, de desarrollo ocular…) y para la estimulación del sistema inmune. A nivel emocional, cuando se juega afuera, especialmente en la naturaleza, se reduce el cortisol y, por lo tanto, los niveles de estrés. Además, a nivel social, cuando sales a jugar es mucho más fácil encontrarte con el otro y tejer relaciones”, apunta Pons-Mesman.
25 %: juego libre y simbólico
Como explica Manu Sánchez, profesor de Educación Primaria en el CEIP Maestra Ángeles Cuesta (Marchena, Sevilla) y autor de ‘El gran libro de los juegos’, el juego libre es el primero que surge en la vida y del que se disfruta durante muchos años. “Aunque de adultos no lo hagamos de forma física, sí lo hacemos con nuestra imaginación en momentos de ocio”, afirma. Se trata de un juego que permite a los niños y niñas procesar sus experiencias y emociones a través de la imaginación .
Su mejor representación se encuentra en el juego simbólico, ese en el que los menores juegan a ser profesores, médicos o papás y mamás. “Eljuego simbólicoes una forma en la que experimentamos roles sociales, situaciones y mundos fantásticos, lo que nos ayuda a comprender mejor nuestro entorno. Los niños y las niñas imitan lo que ven a su alrededor, ya que de esta manera se sienten seguros y aceptados por los otros. Somos seres sociales que necesitamos tener confianza y reafirmación en nosotros mismos”, sostiene Sánchez.
La psicóloga Silvia Álava, por su parte, añade que el juego simbólico también les permite “crearse una narrativa sobre su mundo, sobre lo que les está pasando”, algo que, señala, constituye un “factor protector” de la salud mental en la infancia.
25 %: juego de reglas
Los reglados y con normas son aquellos que tienen un conjunto de reglas preestablecidas, como los juegos de mesa o los deportes. “Nos enseñan autocontrol, a perder y ganar, a aceptar normas y a trabajar de forma autónoma o en equipo”, afirma Manu Sánchez. Además, dependiendo del juego pueden trabajar otras muchas habilidades, desde el vocabulario hasta la memoria de trabajo, la atención sostenida, la atención dividida o la planificación, pasando por el pensamiento estratégico o la coordinación ojo-mano.
Para Sánchez, este tipo de juego debería ser un ingrediente con un mayor porcentaje dentro del “plato lúdico”, ya que, con sus normas y reglas que hay que aceptar y respetar, es una base para mejorar la convivencia. “Si hubiéramos jugado más tiempo y de mejor calidad, muchos de los problemas actuales se podrían solventar de una manera muy distinta. Jugar nos hace ser más respetuosos con los demás”, argumenta.
Todos los expertos consultados coinciden en señalar que el juego tecnológico no es estrictamente necesario para el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, como explica Silvia Álava, hay que ser realistas: “No es razonable intentar que nuestros hijos no vean estos juegos ni en pintura”, afirma.
La psicóloga, no obstante, recomienda limitar lo máximo posible su uso para que las pantallas no canibalicen al resto de juegos. “Y, sobre todo, actuar de filtros. Antes de que tu hijo juegue, juega tú, mira los valores del juego; y a partir de ahí, decide en función del conocimiento que tienes de tu hijo. Aquí, a diferencia de otros juegos en los que la idea es promover la libertad del niño, hay que estar mucho más encima, tener más supervisión, para saber si a lo que están jugando es acorde a su edad, si el juego les altera mucho, si cambia sus rutinas…”, señala.
Su opinión la comparte Silvia Sánchez. “No rechazo las pantallas, pero sí creo que es crucial que los adultos desempeñen ese papel mediador”, apunta la investigadora, que considera fundamental que madres y padres acompañen, guíen y supervisen el uso de la tecnología para asegurarse de que esté equilibrado con otras formas de juego. “Las pantallas pueden ser una herramienta, pero no la única y ni siquiera la principal fuente de entretenimiento o aprendizaje”, concluye.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2016/01/La-importancia-del-juego-1.jpg571858Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2024-12-03 12:43:172024-12-03 13:27:10El juego también tiene su propio ‘menú saludable’
Más de la mitad de los adolescentes de España han utilizado Internet alguna vez para sentirse mejor cuando han estado tristes o enfadados. Este es uno de los datos que muestra el I Estudio sobre la percepción de la salud mental en adolescentes y el mal uso de la tecnología, realizado por la aseguradora DKV en colaboración con la comunidad de madres y padres Educar es todo. Este informe nace para observar la posible relación entre los problemas de salud mental en ese sector de la población y el uso de la tecnología, para el que ha encuestado a 1.476 adolescentes, 1.630 madres y padres y 105 docentes, que respondieron preguntas sobre hábitos de vida y su manera de relacionarse.
El informe muestra entre sus resultados una probable vinculación entre una mayor posibilidad de sufrir ansiedad, estrés y depresión cuando se hace un mal uso de la tecnología. Entre los datos recopilados, siete de cada diez adolescentes asegura que utiliza el móvil gran parte del tiempo cuando está con amigos, el 35% de los encuestados admite que come o cena mientras ve la televisión, el móvil o la tableta. Además, el 45,1% de los adolescentes encuestados asegura tener problemas para desconectarse de la tecnología.
Por otro lado, el estudio muestra como el 30% de madres y padres tienen la percepción de que sus hijos pasan demasiado tiempo ante las pantallas, mientras que el 89,5% de los docentes considera que los adolescentes tienen dificultades para controlar el tiempo de uso de dispositivos conectados a Internet.
Uso saludable
En la presentación del informe, los doctores Silvia Álava y Rafael Guerrero ofrecieron una serie de recomendaciones, desde no introducirlas hasta pasados los tres años de edad, limitarla a 30 minutos hasta los cinco y establecer unas pautas cuando el adolescente tenga móvil propio.
https://silviaalava.com/wp-content/uploads/2024/11/pexels-ron-lach-9784240-scaled.jpg17072560Silvia Álava Sordohttps://silviaalava.com/wp-content/uploads/2017/09/Captura-de-pantalla-2017-09-17-a-las-11.36.37-e1505641097825.pngSilvia Álava Sordo2024-11-28 14:36:332024-11-28 17:23:05El impacto del mal uso de la tecnología en adolescentes