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Podcast ¿Cómo ayudar en la prevención del suicidio?

Comparto con vosotr@s esta primera intervención en el programa «Las Tardes de RNE» con Lourdes Maldonado, donde cada lunes a eso de las 18.30h participaré en la sección «Paz Mental» para tratar, desde el punto de vista de la psicología todos aquellos temas que nos interesan y nos preocupan.

Aquí tenéis el enlace al programa: https://www.rtve.es/play/audios/las-tardes-de-rne/ #podcast #radio #rne #pazmental #psicología #emociones #prevencióndelsuicidio #consejos #lunesenlaradio #temas #silviaalava #prevención #colaboraciones #entrevistas

¿Y si le doy un pico al niño?

Los psicólogos no lo recomiendan y los médicos tampoco, pese a que el riesgo de contagio de enfermedades es pequeño

Por Yolanda Veiga

Nada tiene que ver este asunto con el polémico pico de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, aunque la referencia sea obligada porque llevamos semanas hablando del ‘pico’. Hecha la mención, abordamos la costumbre de dar besos en la boca a los niños, liberado este acto, obviamente, de toda connotación sexual. Se trata de una costumbre que los expertos aseguran no está muy extendida en nuestro país y en la que, hasta la polémica, no habíamos ni reparado. Es también un hábito relativamente nuevo, ya que en las generaciones anteriores rara vez se veían en las familias tales muestras físicas de afecto. Psicólogos y médicos opinan sobre la conveniencia o no de dar picos a los pequeños. Y mayoritariamente están por el no.

«Cuando crecen les puede hacer sentirse incómodos» Silvia Álava Psicóloga

Sobre los afectos a los niños hay evidencia científica: «Un abrazo ya reduce la ansiedad y los niveles de cortisol», recuerda la psicóloga Silvia Álava, del gabinete madrileño Álava y Reyes. Y lo mismo sucede con las caricias, los besos…, «especialmente beneficiosos para los niños más pequeños, que aún no han desarrollado el lenguaje». Ahora bien, «no hay por qué demostrar ese amor con un beso en la boca. El afecto es igual cuando se da en la mejilla». De hecho, Álava no se muestra partidaria de los picos a los niños. «Los críos no tienen esa connotación sexual, así que a esas edades tempranas no hay tampoco que temer por ese lado. Pero a medida que crecen, los besos en la boca sí van adquiriendo para ellos ese significado y se pueden sentir molestos. Para evitar ese momento incómodo de decidir cuándo dejar de besar a los niños en la boca es mejor no hacerlo nunca», advierte la experta quien, por otro lado, se felicita de que «hayamos roto esas barreras de generaciones anteriores para ser más conscientes de la importancia de la demostración de los afectos».

«Se normaliza algo que choca contra la norma social» Guillermo Fouce 

    Reconoce Guillermo Fouce que el asunto le genera «cierta controversia» y cree que sí, que puede llevar a error a los niños. «Yo pondría el foco en el choque con las normas sociales que un beso en la boca supone. Resulta violento porque no es algo socialmente aceptado, de manera que si besamos a nuestros hijos en la boca ellos entenderán que es normal. No solo eso, como es su manera de relacionarse, tenderán a querer dar besos a todo el mundo», advierte el psicólogo.

    ¿Entonces? «Hay que explicarles desde pequeños que esos besos se dan con mamá o con papá e indicarles a quién pueden dárselos y a quién no. Porque si se lo da a alguien que lo rechaza o se violenta van a pensar que les rechazan a ellos porque han hecho algo mal. No lo van a entender».

    «No es tiempo suficiente para contagiarse de nada» Jorge Muñoz Pediatra

      «Así como en países como Reino Unido es muy habitual y casi todas las familias besan a sus hijos en la boca, en España es algo más bien anecdótico», habla por lo que ve en la consulta el doctor Jorge Muñoz, director del ‘Espacio Jorge, el pediatra’. Al margen de la costumbre, en lo que respecta a la salud, no pone el especialista objeciones. «Un hábito mucho más extendido y mucho menos higiénico es el de que los padres chupen el chupete antes de dárselo al bebé cuando este se ha caído al suelo. Y así sí que se contagian enfermedades», advierte Muñoz.

      Pero un pico de un segundo, dice, «no es un riesgo». «Es un beso rápido, no continuado, así que no da tiempo suficiente a que se contagien enfermedades así, sería extremadamente difícil. Además, no hay intercambio de saliva», recuerda.

      «Es innecesario, debe ser algo excepcional» Antonio Torres Médico de familia

        Recuerda el doctor Antonio Torres que «los niños son una fuente de transmisión de enfermedades» y aunque un pico rápido no suponga un alto riesgo precisamente por el poco tiempo de exposición, «cualquier gesto que favorezca la transmisión no parece lo más indicado». Antonio Torres, responsable del grupo de trabajo de salud mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) considera, «desde el punto de vista estrictamente médico, que besar a los pequeños en la boca es «algo innecesario» y, por tanto, «debe ser un gesto excepcional porque, además, no olvidemos que los niños tocan cosas, gatean, se llevan las manos a la boca… Así que mejor evitarlo».

        FUENTE: ideal.es

        Aprovecha estos siete días para preparar la vuelta al cole

        Los expertos recomiendan ir incorporando desde justo una semana antes las nuevas rutinas

        Por Yolanda Veiga

        Esta es la verdadera operación retorno, la de la vuelta al colegio y a la oficina. A los niños aún les queda una semana de margen. Y conviene aprovecharlo. «Volver a clase implica ajustarse a ciertas rutinas y conviene empezar alrededor de siete días antes –o sea, hoy–. No puede ser que la noche antes los chavales estén danzando a las once de la noche», advierte la psicóloga Silvia Álava, del gabinete madrileño Álava y Reyes. Sueño, comidas, ocio… Hay que readaptar el cuerpo… y la cabeza. A propósito de esto último, nada de decirle al niño que no quiere volver a la escuela eso de: ‘Anda, si te lo vas a pasar muy bien…’, porque lograremos el efecto contrario.

        Levantarse cada día diez minutos antes

        El próximo jueves y viernes regresan al colegio la mayoría de los niños, así que aún estamos a tiempo. «Lo ideal es ir cambiando la rutina desde siete días antes. La prioridad es ajustar el horario de sueño. Y lo conseguiremos sin esfuerzo si cada día levantamos a los niños diez minutos antes y ganamos esos diez minutos para acostarles», recomienda la experta. Eso, durante una semana entera, implica adelantar el horario más de una hora.

        Comidas más cortas

        Lo mismo que hay que adelantar la hora de irse a dormir, hay que hacerlo con la de las comidas. «Además de ir adecuándolas al horario escolar, hay que acortar el tiempo que le dedicamos».

        Una botella de agua en la mochila

        «Tan importante como comer bien –menos chucherías y ultraprocesados–, es que los chavales estén bien hidratados porque un nivel de deshidratación del 1% o el 2%, que es cuando empezamos a notar sed, ya implica que procesemos los pensamientos de manera más lenta». Así que, recomienda Silvia Álava, «recordemos a los niños, que no siempre tienen bien adquirido el mecanismo de la sed, que vayan bebiendo más agua y que lleven cada día una botellita dentro de la mochila».

        «Entiendo que estés triste por la vuelta a clase»

        Habrá críos encantados con la perspectiva de la vuelta y otros menos. A estos últimos eso de: ‘No estés triste, que te lo vas a pasar muy bien’ no les sirve de nada, sostiene la especialista. De hecho «es contraproducente porque no les permitimos validar su emoción». Y ese es el primer paso para adaptar la mente a la vuelta. «Hay que validar lo que siente el niño con frases como: ‘Entiendo que estés triste porque hay que volver al cole’, ‘comprendo que estés enfadado porque se han acabado las vacaciones’». Identificada la emoción –tristeza, enfado, nervios…– conviene explicar la causa: está nervioso porque no sabe con qué compañeros le va a tocar, porque el año pasado lo pasó mal en clase… «Le vamos preguntando si es eso lo que les pasa. Y luego ideamos la estrategia para manejar esa emoción. Además de decirles que es obligatorio volver al cole, recordamos los momentos buenos del año anterior. ¿Y si no los ha habido? «Intentamos poner remedio a lo que ha ido mal: si le han puesto muchas faltas por llevar los deberes sin hacer, podemos comprar una agenda para apuntarlos, si ha suspendido varias asignaturas conviene establecer un plan de estudios…».

        Y muy importante: «Si la madre dice: ‘Qué pereza me da ir a trabajar’, los niños identifican el trabajo o la escuela con lo malo y las vacaciones con lo bueno».

        Consejos para el primer día en la oficina

        • Depende del trabajo «Si tu trabajo está muy estructurado, las tareas bien definidas y alguien te ha sustituido, no adelantes nada los días antes. Si, por el contrario, tu trabajo es más creativo o diriges un equipo de gente, conviene empezar a mirar el correo electrónico el día antes, incluso llamar a algún colega de la oficina para que nos cuente cómo van las cosas. Si no, nos encontraremos con mucho trabajo acumulado el primer día», advierte Elisa Sánchez, psicóloga especialista en trabajo y relaciones laborales.
        • Volver de vacaciones la noche antes, mala idea «Llegar la tarde antes supone una sobrecarga de la vida personal y familiar para ese primer día en la oficina. Así que, si tienes ocasión, ven uno o dos días antes, pon a punto la casa, visita a los familiares y así esa primera jornada el foco estará puesto en el trabajo».
        • El teletrabajo ayuda «Que alguno de los primeros días podamos teletrabajar, incluso trabajar menos horas, no cabe duda de que hace la vuelta más relajada. Porque pasar de estar ociosos a trabajar ocho horas es un cambio brusco», reconoce la experta.
        • No seas tan exigente Ese cambio «brusco» es, muchas veces, inevitable. Y tiene consecuencias. «Aunque no está considerado una patología, el bajón posvacacional afecta casi al 60% de los trabajadores», da la cifra Elisa Sánchez. Así que es frecuente. Lo que no es frecuente es que se alargue. «Si pasan diez días y seguimos igual hay que consultar con un profesional». Y luego hay que tener en cuenta la personalidad de cada uno. «Ese bajón afecta más a las personas muy exigentes o perfeccionistas, a las que también les cuesta desconectar en vacaciones, llevan mal los cambios en el trabajo…».

        ¿Se le ha olvidado la contraseña otra vez?

        No es raro que se nos olvide la contraseña a la vuelta de vacaciones. Bien lo saben los ciberdelincuentes, que envían correos o mensajes al móvil con enlaces para pinchar y recuperar la contraseña o renovarla. «Lo están haciendo simulando ser los del banco, pero nunca se deben pinchar en esos enlaces», advierte Javier Aguilera, director general de Ikusi España, empresa de servicios de tecnología e infraestructuras de comunicación y ciberseguridad. Otra estafa habitual de estas fechas, alerta, es la del ‘mensaje del falso CEO’: «Como es habitual que en septiembre los consejeros delegados y los directores generales envíen comunicaciones a los trabajadores, hay delincuentes que simulan esos mensajes, muy creíbles, por cierto, y piden a algunos empleados que hagan una transferencia de dinero de la empresa alegando que es un tema confidencial y que lo hagan rápidamente».

        FUENTE: elcorreo.com

        ¿Cómo conseguir que los niños sean más responsables sin enfados ni castigos?

        Por Ana Camarero

        Nos lo han dicho en casa y en la escuela

        “Tienes la habitación como una leonera”. “Has vuelto a olvidarte las zapatillas de gimnasia en casa”. “Nunca recoges los juguetes”. “Nunca te responsabilizas de tus cosas”. Estas son algunas de las frases que todos, en algún momento de nuestra niñez o adolescencia, hemos escuchado de nuestros padres en un intento por hacernos más responsables en casa y también en la escuela. La RAE entiende por responsable a aquella persona que “pone cuidado y atención en lo que hace o decide”, y que está “obligada a responder” de ciertos actos.

        Existen dos factores que influyen para que alguien sea o no responsable durante su infancia y adolescencia.

        Uno es que el modelo paterno o materno sea especialmente sobreprotector e impida que los hijos asuman las responsabilidades que les corresponden. “Estaríamos hablando de una actitud aprendida”, explica la psicóloga infantil Silvia Álava. El segundo factor es su personalidad, pues “hay niños que desde pequeños son mucho más responsables, como rasgo de su carácter, y, sin embargo, otros lo son menos”, añade.

        El niño irresponsable se comporta ante sus progenitores de dos maneras diferentes y muy definidas. “Hay niños que, cuando deben tener una responsabilidad, directamente se enfrentan con los padres. Y otros que no se oponen directamente a la petición que les hacen los mayores, pero al final eluden hacer lo que se les pide”, explica la también autora de los libros Queremos hijos felices y Queremos que crezcan felices.

        La modificación de esos comportamientos necesita de una labor continuada de los tutores.

        Una tarea que pasa por dejarles entrever que ser irresponsable tiene unas consecuencias que deben enfrentar y asumir. “En la mayoría de las ocasiones, si no hace las tareas o los encargos fijados por la madre o el padre, los progenitores caen en la actitud del ‘no pasa nada, ya lo hago yo’. De esta manera, el menor aprende que las cosas pueden dejar de hacerse perfectamente porque, aunque le regañen o castiguen, al final consigue no hacerlo”, explica Álava. Para combatir estos gestos es necesario sentarse con ellos y enseñarles que si no ayudan en casa, no recogen su ropa o se dejan la flauta olvidada cuando tienen la asignatura de Música, ocurren cosas: “No a través del castigo directo, sino con resultados directos, para que asuman lo que sucede cuando uno no se comporta con responsabilidad”. Eso sí, señala Álava, “sin enfados ni inquinas o castigos”.

        Pero, a veces, no resulta fácil guiar a este tipo de niños

        “para conseguir el equilibrio entre alimentar su autoestima, para que se sienta capaz e interesarle por el mundo que le proponemos los adultos, y la firmeza en los límites”, sostiene Carlos M. Jordán, psicólogo clínico del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Fuenlabrada (Comunidad de Madrid). Esa mesura hay que lograrla en todos los ambientes, educativos y familiares. Sin embargo, añade Jordán, si el comportamiento inadecuado se ciñe a un solo ambiente, el problema estará en ese escenario, casi con seguridad, más que en la niña o el niño.

        Observar el ambiente

        Para poner soluciones a esas actuaciones se aconseja a los padres observar el ambiente. Analizar si hay problemas o cambios importantes en casa, si ha habido alguna pérdida significativa o si puede estar pasándole algo en el colegio. “Antes de buscar problemas en los niños tenemos que evaluar el entorno en el que crecen. Los niños son muy sensibles al ambiente, pues están en pleno desarrollo y un cambio en la dirección adecuada en casa puede tener efectos muy beneficiosos”, puntualiza Jordán. Si no hay nada que modificar, ni otros problemas obvios que requieran atención por sí mismos, “como el habitual uso excesivo de aparatos electrónicos y redes, algún tipo de abuso, etcétera, es conveniente consultar a un profesional que pueda hacer un diagnóstico adecuado”, argumenta el psicólogo. De ese modo, según explica por su parte Álava, el experto, en función de la edad, de la personalidad y de las características de cada uno de los hijos, analizará cuáles son las responsabilidades que deben asumir, pero de una en una. Para esta experta no se pueden cambiar los hábitos de la noche a la mañana: “Porque si no, el niño o adolescente puede colapsar y sentirse fracasado”, añade. Una vez que se han establecido las tareas que van a ser su responsabilidad hay que ir haciendo una labor de refuerzo que se prolonga en el tiempo según va comprometiéndose en las labores establecidas, añade Álava.

        La complicidad de las familias

        La complicidad de las familias con el resto de los entornos en los que se mueve al niño y el adolescente es también un elemento a tener en cuenta para encauzar su irresponsabilidad. “Hay que trabajar de manera conjunta en la familia, pero no solo los padres, sino también el resto de familiares o amigos, y el ámbito educativo”, afirma Álava. En el caso de la escuela, el diálogo entre los progenitores y los docentes debe ser fluido para que si, por ejemplo, están trabajando la autonomía en el aula, los padres trabajen en la misma dirección en casa. “Muchas veces, el adulto teme los efectos puedan tener sobre su hijo no llevar hechos los deberes o que olvide el estuche de lápices en casa. Lo único que sucederá es que aprenderá para próximas ocasiones. Ser responsable desde pequeño evitará las consecuencias de no hacer las cosas conforme van transitando hacia la edad adulta”, afirma esta experta.

        FUENTE: MSN.COM

        ¿Qué es el síndrome del ocio que sufrimos en verano?

        «Quienes lo sufren no saben qué hacer ni cómo desconectar»
        Este síndrome puede dar lugar a «problemas psicosomáticos», como gastrointestinales, fiebre o resfriados.

        Por ALEJANDRO SÁNCHEZ DE LA BLANCA

        Llega el verano, y con él, las tan ansiadas vacaciones, uno de los momentos más esperados durante todo el año. La playa, la montaña, incluso la propia ciudad suelen ser sinónimo de relajación, disfrute y desconexión del trabajo y las tareas diarias. 

        No obstante, algunas personas, más allá de evadirse y pasarlo bien, pueden llegar a encontrarse mal sufriendo estrés, ansiedad, frustración, incluso enfermando a la hora de enfrentarse al tiempo libre de las vacaciones. Detrás de esta sintomatología se encuentra un concepto cada vez más habitual: el síndrome del ocio. 

        Este no está catalogado bajo los criterios médicos ni psicológicos como una enfermedad. Los expertos, sin embargo, sí que han detectado diversos síntomas que encuadran dentro de este concepto, del cual culpan directamente a la sociedad actual y al exceso de trabajo.

        ¿Qué es y cómo se manifiesta?

        El síndrome del ocio aflora cuando las personas se enfrentan a periodos de tiempo libre como vacaciones o puentes, pues algunas «no saben qué hacer ni cómo desconectar de las responsabilidades diarias», según explica a 20minutos.es Silvia Álava, doctora en psicología y autora del libro Por qué no soy feliz

        Esta dificultad para evadirse y la falta de costumbre de enfrascarse en periodos sin tareas que hacer «da lugar a problemas psicosomáticos«, los cuales manifiestan físicamente un malestar psicológico.

        Esto se traduce en «altos niveles de estrés o ansiedad», según ha explicado a 20minutos Oceanía Martín, psicóloga general sanitaria. En los casos más graves se pueden llegar a padecer algunos dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, fiebre o resfriados, según la persona.

        ¿Por qué sucede?

        Hay diversos factores que influyen en este síndrome del ocio, pues obedece a múltiples causas. Uno de los más importantes «tiene que ver con la sociedad occidental actual«. La gente está centrada en una manera de «vivir y funcionar muy enfocada en el hacer, en la constante realización de tareas». Sin embargo, esto resulta «castrante para las personas», pues «estar muy enfocados en quehaceres produce una desconexión interna», lo que también conlleva una falta de descanso.

        Como consecuencia, en el momento en el que hay vacaciones y hay que parar, la persona debe evadirse «para estar consigo misma». Sin embargo, esta incapacidad de desconexión, debido al ritmo impuesto por la sociedad, puede generar frustración, «pues la gente no sabe qué hacer», según comenta Martín. Como consecuencia, esto deriva en los síntomas mencionados.

        Además de esta presión provocada por la sociedad actual, hay personas que sufren una gran carga de trabajo a lo largo el año y «fuerzan su organismo durante prolongados periodos de tiempo», abusando de lo que se denomina estrés positivo, que ayuda a una mayor productividad. Esto conlleva una falta de descanso «que resulta necesario para el propio cuerpo», explica Álava.

        Sin embargo, este estrés puede llegar a convertirse en negativo «cuando llegan los periodos de vacaciones». No haberse tomado pausas a su debido tiempo para recargar pilas y desconectar deriva en malestar y síntomas como los mencionados. 

        ¿A qué tipo de personas afecta más?

        Este síndrome «es cada vez más habitual» en todo tipo de perfiles debido a la presión social. Sin embargo, tiene una mayor presencia en personas que sufren una gran carga de trabajo o soportan muchas responsabilidades

        También es habitual en personas que son «más perfeccionistas, y que están más orientados a objetivos y son más competitivos», asegura Álava. Se trata de «gente que tiene mucha autoexigencia, anteponiendo el trabajo a su propio bienestar».

        Estas manifestaciones en periodos vacacionales también puede afectar a aquellos que «están viviendo una situación de ansiedad puntual«. No son personas muy exigentes, pero están pasando por un periodo realmente complicado, por lo que «es normal» que su falta de descanso pueda «derivar en estos síntomas».

        No obstante, hay que hacer una valoración concreta de cada caso, pues también «hay personas a las que ya de por sí les cuesta mucho desconectar».

        Posibles soluciones y tratamientos

        «Lo primero que recomendaría es que la gente escuche a su cuerpo«, asegura Álava, haciendo hincapié en la importancia de tomarse descansos de la vida diaria que permitan conectar con uno mismo, dejando a un lado el trabajo y recargando pilas. «Tenemos que dejar de pensar que estar descansando o estar sin hacer nada es estar perdiendo tiempo o vida».

        Paliar este tipo de problema es «a veces muy difícil«, confirma Martín. Para ello recomienda hacer «cosas pequeñas que resulten fáciles» para que la persona puedan conectar con ella misma, «dejando de lado todos los estímulos que proceden del exterior».

        De esta manera insta a hacer cosas que a la persona le guste hacer. «Si alguien disfruta sentándose a observar la puesta de sol, hay que empezar por ahí», realizando una actividad que aísle a la persona consigo misma, «sin tener el móvil al lado, sin elementos distractores«. 

        En último lugar, también es importante que las personas sepan detectar «cuáles son las responsabilidades de cada uno, y cuáles se han ido asumiendo sin ser competencia de esa persona», asevera Álava. Para ello recomienda un ejercicio llamado ‘Abre tu mochila emocional’, que tiene como objetivo detectar con qué responsabilidades hay que cargar: «Hay que aprender a ser selectivos».

        FUENTE: 20minutos.es

        30 de Julio: Día Mundial de la Amistad

        El “Día Internacional de la Amistad” (International Friendship Day) es un día para fomentar la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas.

        Compartir el espíritu humano a través de la amistad

        Nuestro mundo hace frente a muchos desafíos, crisis y fuerzas divisorias —pobreza, violencia, violaciones de los derechos humanos— que amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la armonía social entre los pueblos del mundo y dentro de sí mismos.

        Para abordar estos problemas, es necesario atajar las causas que los provocan, fomentando y defendiendo la solidaridad, que puede manifestarse de muchas maneras, como por ejemplo, la amistad.

        A través de la amistad, cultivando los lazos de la camaradería y fortaleciendo la confianza, podemos contribuir a los cambios fundamentales y necesarios para alcanzar una estabilidad duradera, tejer una red de apoyo social que nos proteja a todos y generar pasión por lograr un mundo mejor, todos unidos por el bien común.

        Los orígenes

        Los orígenes de esta celebración se remontan a una reunión de amigos realizada en Puerto Pinasco (Paraguay) en 1958, en la cual el Dr. Artemio Bracho (fundador de la Cruzada mundial de la amistad), propone la instauración de un día para festejar la amistad entre los seres humanos.

        La Asamblea General designó en 2011 el Día Internacional de la Amistad con la idea de que la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas puede inspirar iniciativas de paz y presenta una oportunidad de tender puentes entre las comunidades. 

        Para conmemorar el Día Internacional de la Amistad, la ONU alienta a los gobiernos, las organizaciones internacionales y los grupos de la sociedad civil a celebrar eventos, actividades e iniciativas que contribuyan a los esfuerzos de la comunidad internacional para promover un diálogo entre civilizaciones, solidaridad, comprensión mutua y reconciliación.

        Implicar a los jóvenes y a los futuros líderes

        La resolución (A/RES/65/275) pone un especial énfasis en la importancia de implicar a los jóvenes y a los futuros líderes en actividades comunitarias encaminadas a fomentar la inclusión de las distintas culturas y el respeto entre ellas, promoviendo a la vez la comprensión internacional y el respeto de la diversidad.

        El Día Internacional de la Amistad es una iniciativa que se remonta y parte de la propuesta hecha por la UNESCO tratada y aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1997 (A/RES/52/13), que definió la Cultura de Paz como un conjunto de valores, actitudes, y conductas que rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos, abordando las causas profundas con el objetivo de resolverlos. 

        Dos años después se adoptaría la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (A/RES/53/243), la cual estableció 8 líneas de acción que las naciones, organismos y personas pueden emprender para que prevalezca una cultura de paz.

        Los expertos insisten en que lo digital aísla a los niños y la lectura los forma en valores

        Aseguran que es “fundamental” que vean leer a los adultos y poner límites al uso de dispositivos

        El verano puede ser la época perfecta para que los niños lean más o se inicien en la lectura, aunque muchos optan por utilizar todavía más dispositivos con pantallas. Así lo aconsejan expertos consultados por Servimedia que piden a los padres que ellos den ejemplo.

        Leer es mucho más que la capacidad de reconocer letras, unirlas y formar palabras u oraciones. “Los beneficios de la lectura en niños son muchísimos, sabemos que es algo que mejora la comprensión lectora, que además mejora la riqueza y la fluidez del vocabulario y mejora también otra serie de procesos intelectuales, además de la empatía”, manifestó a Servimedia la psicóloga infantil Silvia Álava.

        Los autores de los libros infantiles también quieren transmitir con sus historias valores y enseñanzas pedagógicas. La escritora Cristina Hermoso de Mendoza, que publicó recientemente su primer cuento infantil ‘Melón y Sandía’ con carácter solidario, explicó, en este sentido, que espera que su libro sea “una semilla de apertura, tolerancia y compromiso” y que conseguirlo en la infancia es “muy positivo”.

        Aumento del uso de pantallas

        Sin embargo, estudios nacionales, como el de la Fundación Gasol (Pasos 2022), apuntan que los niños y adolescentes aumentaron su uso de pantallas entre semana de un 54,8% en 2019 a un 64% en 2022. Este hábito está relacionado tanto con el excesivo sedentarismo como con la reducción de horas de sueño o la calidad de vida en general.

        Un abuso de la tecnología produce también aislamiento entre los menores, un concepto que Álava denominó ‘desplazamiento digital’. “En verano los niños hacen mucho ocio online y esto está desplazando otro tipo de cosas como leer, quedar con amigos, estar en el parque…estamos dejando de hacer cosas que son especialmente beneficiosas”, remarcó.

        Por este motivo, la psicóloga comentó que

        “Es fundamental que los niños nos vean leer a los adultos, es muy complicado que se enganchen a la lectura si nosotros no leemos”.

        La responsable de Comunicación de Penguin Infantil, Melca Pérez, subrayó que “lo más importante es que nos vean a los adultos leer. Si nos ven todo el día con el móvil, la lectura no se convertirá en su afición favorita nunca”.

        No obstante, desde la editorial SM consideran que la literatura infantil y juvenil “está viviendo una edad de oro”. La gerente de Literatura Infantil y Juvenil de la editorial, Berta Márquez, afirmó que “se publica más que nunca porque se vende más que nunca, solo en los últimos dos años el mercado ha crecido un 20%”.

        El uso de las pantallas en niños no siempre es malo.

        Según Silvia Álava, “hay que tener en cuenta la variable de con quién está el niño viendo la pantalla y qué es lo que está haciendo. No es lo mismo, por ejemplo, estar viendo una película juntos en el salón que esté él solo en la habitación viendo un video de YouTube. No tenemos que guiarnos por el tiempo, minuto arriba, minuto abajo, sino qué es lo que estamos haciendo”. Para imponer límites digitales a los más pequeños, la psicóloga recomienda realizar un proceso de alfabetización digital, “los padres no pueden estar al margen del uso de los aparatos electrónicos de los niños, hay que estar al lado poniendo límites y enseñando qué es lo que hace o no se hace en este mundo online”.

        En cuanto a la lectura, sea cual sea la opción de los niños, lo importante es tener en cuenta sus gustos y que sean ellos mismos quienes decidan los títulos que van a leer. Así la lectura no será una obligación, sino que se irá convirtiendo en un hábito que ellos mismos busquen.

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        FUENTE: lavanguardia.com

        Juegos de lógica para desarrollar el pensamiento crítico de los niños

        Actividades cotidianas y juegos para enseñar a pensar con sentido crítico a tus hijos

        Fomentar el pensamiento crítico en niños y niñas, que aprendan a tener su propio criterio y que sepan evaluar el mundo que les rodea, es tan importante como la educación en valores. Solo así podrán cambiar la sociedad para mejor y ser plenamente felices. La doctora en psicología y autora de libros como ‘El arte de educar jugando’ Silvia Álava nos explica punto por punto de qué modo desarrollar el pensamiento crítico en los hijos a través de actividades y juegos de lógica.

        ¿Qué es el pensamiento crítico de los niños y para qué sirve?

        Pensar por uno mismo y con sentido crítico es básico para que los niños sepan cuando alguien les quiere manipular, así como para que sean capaces de tomar sus propias decisiones, lo que les hará convertirse el día de mañana en adultos con alta capacidad de razonamiento y discernimiento.

        Y es que, qué padre o madre no desea para su hijo que sea independiente, que nadie le diga lo que tiene que hacer, sino que sepa actuar, opinar y decidir por sí mismo, ¿verdad? Las decisiones razonas que toma el niño evitarán que conteste sí a todo o que solo haga o deje de hacer cuando un adulto o un igual se lo indique. De ahí, la importancia de enseñar a los niños a través de los juegos a desarrollar su pensamiento crítico.

        Pero desarrollar el pensamiento crítico en la infancia y la juventud de los hijos no solo supone un bien para ellos en su realidad presente, sino también el día de mañana cuando se conviertan en adultos y deban decidir qué estudiar o a qué trabajo aplicar.

        Teniendo en cuenta que la mejor forma para que un niño adquiera un aprendizaje es a través de las actividades lúdicas, a continuación te ofrecemos una lista de algunos juegos de lógica que te ayudarán a desarrollar el pensamiento crítico de los niños (un poco más abajo los explicamos con más detalle):

        • Juegos de preguntas y respuestas
        • Organizar debates en casa sobre distintas cuestiones (o tras la lectura de un cuento)
        • Juegos de apilar bloques o encajables
        • Juegos de mesa como el Quién es Quién o Adivina quién

        Mejores juegos de lógica para fomentar el pensamiento crítico infantil

        Para que los niños aprendan a razonar, a pensar con criterio, a sacar sus propias conclusiones y a dar respuestas fundamentadas, puedes llevar a cabo una serie de juegos de lógica según su edad y nivel de desarrollo. Aquí te proponemos algunas ideas que te servirán de inspiración.

        – Los juegos de apilar bloques o fichas que tanto gustan a los más pequeños les hará entender de qué modo hay que colocar cada pieza para que la torre no se caiga y eso es algo que bien pueden aprender a través del ensayo error, ¿no te parece? Este tipo de juguetes de bloques puedes ofrecerlos desde la primera infancia.

        – Los encajables también son idóneos para desarrollar el razonamiento infantil pues han de deducir si cabe un cuadrado o bien un triángulo. Algo que también pueden hacer al clasificar piezas u objetos cotidianos por colores, tamaños o formas. Estas sencillas actividades se convertirán en juegos de lógica muy útiles para los niños más pequeños.

        – Según vayan creciendo les puedes ofrecer el juego del Quién es quién (también conocido como Adivina Quién o Guess Who) para trabajar la lógica. Una partida en casa de este juego de mesa y verás como su mente se activa.

        – Juegos de debate que invitan a los niños algo más mayores a pensar. Después de ver una película o leer un cuento, puedes plantear preguntas como: ¿Qué opinas sobre…? ¿Qué habrías hecho tú si fueras este personaje? ¿Qué cambiarás sobre la conducta de…?

        Cómo enseñar lógica a los niños desde que son pequeños

        Reforzar este tipo de pensamiento crítico con los hijos no es tan complicado como parece, tan solo hay que comenzar con el uso de la lógica. A continuación te proponemos algunas ideas para trabajar el criterio y el sentido crítico de tus hijos.

        – Cuando te pregunten cosas sencillas como ‘¿me tengo que quitar el jersey?’ en lugar de decir sí o no invítale a que reflexione sobre la necesidad que siente en ese momento.

        – En vez de decir ‘te lo dije‘, explica las cosas de manera sencilla, pero permite que sea él, dentro de la medida de sus posibilidades, quien tome las decisiones y después se pare a pensar sobre sus aciertos y errores.

        – Utiliza el refuerzo positivo, todo lo que puedas y más, para que se vea capaz y su autoestima sea lo más sana posible.

        – Sé un ejemplo para tus hijos, no temas hablar delante de ellos sobre ciertos aspectos de la sociedad que te gustaría que cambiaran siempre en un tono respetuoso y constructivista.

        – Muéstrales cuál es la diferencia entre un hecho y una opinión, en especial ahora que vemos tanta y tanta información, no siempre veraz, en los medios de comunicación.

        Utiliza las situaciones cotidianas para estimular su razonamiento

        Recuerda que además de los juegos de lógica y razonamiento, puedes emplear situaciones de la vida cotidiana para hacer tú misma uso del pensamiento crítico y así hacerles entender a los niños, poco a poco, lo maravillosa y potente que es su mente: explica las cosas a tus hijos con palabras sencillas acordes a su edad, por ejemplo: ‘Ahora no nos podemos quedar en el parque porque se hace tarde y tenemos que terminar los deberes, pero el fin de semana tendremos más tiempo para jugar juntos’.

        Por otro lado, cuando se acerquen a ti a contarte algo (que han tenido un problema en el colegio o que están contentos por las buenas notas) te debes convertir en todo oídos para ellos mirándoles a los ojos mientras te hablan. Emplear la escucha activa hará que los niños se sientan escuchados y valorados.

        En lugar de solucionar los problemas a la primera de cambio, les puedes hacer preguntas como ‘¿qué crees que se puede hacer?’, ‘¿se te ocurre alguna idea?’, ‘¿te parece si probamos a hacer esto?’. Siempre tratando de mostrar nuestro apoyo, pero dándoles margen para que busquen soluciones por sí mismos.

        Por último, que no menos importante, para estimular la lógica y el pensamiento crítico debemos procurar que nuestros hijos e hijas aprendan a decidir, ya sean pequeñas o grandes cuestiones: la ropa que se van a poner hoy, si quieren manzana o plátano para la merienda o qué le gustaría ser de mayor.

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        Sharenting ¿Qué pasa con las imágenes de nuestros hijos que subimos a las redes sociales?

        El 23% de los niños tienen presencia en la red incluso antes de nacer y el 81% están en las redes sociales antes de los 6 meses.

        • ¿Estamos respetando a nuestros hijos?
        • ¿Cómo puede afectarles esta sobrexposición en las redes sociales?
        • ¿Podemos contralar quiénes ven y qué hacen con esas fotos?

        De todo ellos hablamos en esta entrevista.

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        Jugar, cocinar o excursiones, otras maneras de que aprendan los niños durante el verano sin hacer deberes

        Psicólogas, logopedas y asociaciones de padres y madres coinciden en que «hay otras rutinas y maneras de aprender que sirven para reforzar el nivel académico»

        Por R.C.G.T

        Deberes en verano, ¿sí o no?

        Es uno de los dilemas que se plantean las familias en este periodo y enfrenta a los partidarios de no perder el hábito de estudio y a los que creen que es un momento para descansar, aunque hay otras actividades que ayudan a los niños a seguir aprendiendo durante las vacaciones.

        Psicólogas, logopedas y asociaciones de padres y madres coinciden en declaraciones a EFE que «hay otras rutinas y maneras de aprender que sirven para reforzar el nivel académico», en palabras de la psicoterapeuta familiar y experta en infancia Mercedes Bermejo.

        Poner en práctica

        En su opinión, las excursiones, juegos de cartas, visitas a museos o ciudades«pueden ayudar a los niños a poner en práctica lo aprendido durante el curso».

        En esta línea, la psicóloga Silvia Álava, coincide en que el juego es una manera de aprender diferente:

        «Podemos automatizar procesos de lectura y escritura, con repetición, pero eso no significa que haya que estar horas haciendo deberes».

        Al menos media hora

        Ambas coinciden en que los días son largos y hay que buscar tiempo para que los niños lean o escriban durante un tiempo establecido, como puede ser media hora.

        «Lo recomendable sería que durante el verano los niños pudieran dedicar su tiempo de ocio a aquellas actividades que les gustan y que durante el curso académico les resulta más difícil realizar», explica la logopeda Lidia Arroyo.

        Asimismo, Mercedes Bermejo defiende fomentar la elección de los niños sobre estas tareas de lectura para que no sientan que es una obligación: «Son ellos quienes tienen que elegir, porque si obligamos a un niño a hacer deberes, va a perder la motivación».

        Aburrirse y no hacer nada es importante

        Tras venir de un periodo de exigencia académica, Bermejo considera que aburrirse y no hacer nada es importante y puede fomentar la creatividad de los niños.

        «Si la enseñanza se da bien en clase, no deben llevar deberes a casa», es la opinión de la presidenta de la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), María Capellán.

        Con una campaña que sacan durante los periodos vacacionales, En la escuela me falta una asignatura: mi tiempo libre’, desde la CEAPA tienen claro que el objetivo de las vacaciones estivales es poder descansar.

        Desde la organización consideran que los niños sufren bastante presión durante todo el año como para también tener que «estar preocupados» de los deberes en verano, lo que consideran que es un «castigo«, según dice María, tanto para los alumnos como para las familias.

        A todos nos gusta descansar

        Una desconexión necesaria durante los tres meses de verano ya que no lo hacen durante el resto del año: mañana, tarde y noche, fines de semana, vacaciones de Navidad y Semana Santa; siempre tienen tareas que hacer y entienden que «la educación durante todo el día no es de calidad».

        Una idea que sostiene la logopeda Arroyo, ya que en la mayoría de los casos que se reúnen las familias, realizan desplazamientos y no disponen del tiempo suficiente para realizar las tareas.

        «Si a los adultos nos gusta descansar en verano, ¿a los niños por qué no?», plantea tajante la presidenta de la CEAPA. EFE

        FUENTE: tribunasalamanca.com