Estimulación multisensorial

Oído, vista, olfato, gusto… y tacto. Así funciona la estimulación multisensorial en los bebés. Colaboración con Hola.com

Oído, vista, olfato, gusto… y tacto. Así funciona la estimulación multisensorial en los bebés





Los momentos que favorecen el contacto piel con piel promueven este tipo de estimulación a varios niveles, beneficiosa para el desarrollo del bebé.

La estimulación multisensorial, es decir, la que estimula a la vez la vista, el olfato, el gusto, el oído o el tacto, ha sido el reciente objeto de estudio de varias investigaciones clínicas, en cuanto a que, aplicada a una edad temprana, cuando los niños son aún bebés, puede ayudar al desarrollo social, emocional, cognitivo y físico de los recién nacidos. De hecho, es en los primeros tres años de vida cuando se produce el 85 por ciento del desarrollo neuronal que favorece la comunicación o el bienestar emocional de los ‘peques’: de ahí la importancia de estimular correctamente sus sentidos, especialmente si es de manera íntima, reforzando su lazo con papá y mamá.

Según la Organización Mundial de la Salud, el cerebro del bebé crea hasta 1,8 millones de conexiones sinápticas por segundo, y son este tipo de experiencias las que determinarán qué sinapsis se conservarán más adelante. “En este desarrollo neuronal influye de manera significativa el entorno en el que niño crece» explica Silvia Álava, psicóloga infantil. «Para un crecimiento y desarrollo feliz y saludable, los bebés necesitan atención, sensibilidad y estimulación”. En este contexto, el tacto es el sentido mejor desarrollado de los bebés en el momento de nacer y, de hecho, la propia OMS recomienda proporcionar el contacto piel con piel a partir del nacimiento, ya que influye de manera positiva en el desarrollo en esta primera etapa.

El contacto piel con piel una de las técnicas de crianza que más popularidad ha ganado en los últimos años, íntimamente relacionada con la crianza con apego. «El recién nacido nace con la imperiosa necesidad de encontrarse con sus padres, quienes son el entorno más seguro para él», explica la neonatóloga Susana Ares del Hospital Universitario La Paz, en Madrid. «El contacto piel con piel permite la óptima adaptación del recién nacido al medio extrauterino. Está demostrado que el contacto piel con piel del bebé puede mejorar el ritmo cardíaco, la temperatura, la glucosa sanguínea, el sistema inmunitario, el sueño, la ganancia de peso y la maduración cerebral”. Este tipo de contacto, además, promueve una intimidad especial entre los padres y el niño, fomentando la creación de un vínculo afectivo que a menudo suele estar acompañado de contacto visual, además de la estimulación auditiva, si hablamos o cantamos al recién nacido.

Una de las experiencias que favorecen este tipo de relación con los niños muy pequeños a varios niveles es la hora del baño, tal y como recuerdan desde Johnson’s, quienes recientemente se han sumado a la investigación dentro de este campo lanzando la campaña Johnson’s es mucho más, y recopilando varios estudios en los que se evidencian los beneficios a largo plazo de la estimulación multisensorial. La encuesta global llevada a cabo por la compañía se centra precisamente en la importancia de la estimulación de los bebés a través del baño, revelando que, aunque el 84 por ciento de los papás y mamás asegura que este momento es uno de los de mayor calidad que pasan con sus hijos, aún muchos subestiman su potencial.

¿Qué momentos del día son los más adecuados?

«Si partimos de que estamos hablando de la estimulación a través de los sentidos para favorecer el desarrollo del niño, parece claro que cualquier momento del día es bueno», nos explica el Dr. Venancio Martínez, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitaliaria y Atención Primaria, y quienes también han participado en la campaña de Johnson’s para fomentar la estimulación multisensorial de los bebés. «Todo contacto con el niño, cualquier oportunidad para la interacción, debe ser aprovechado para despertar su relación con el entorno, educarlo y reforzar su comunicación con los padres».

«A menudo suele señalarse el nacimiento como la primera oportunidad para la relación con el niño, aunque hoy tenemos muchos conocimientos sobre la respuesta a estímulos del feto ya dentro del útero», continúa el doctor. «Por ejemplo, se ha probado que ya reconoce la voz de su madre entre la de otras mujeres, reacciona a su estado emocional y oye sonidos ante los que reacciona con mayor o menor agrado».

De todos los sentidos, la vista sería otro de los que más y mayor peso tienen en la capacidad del niño no sólo para adquirir conocimientos nuevos sino también para establecer lazos con su entorno, especialmente con el papá durante el período de lactancia. «A través de la visión, el niño modifica rápidamente el desarrollo de algunas áreas de la corteza cerebral de importancia fundamental en edades posteriores. Esto es así. La estimulación visual mediante cambios de luz, de posición, mediante nuestra expresión gestual, los cambios de ambiente… estimulan el sistema nervioso, mejoran el aprendizaje, les incitan a explorar, a descubrir, a buscar experiencias placenteras y a rechazar aquellas desagradables». La mayor parte de la información que recibimos del exterior, y esto se aplica a cualquier edad, la obtenemos a través de la vista. «Pero ésta se complementa y refuerza con los otros sentidos, cada uno con sus funciones», puntualiza el doctor.

De ahí la importancia de complementar el sentido de la vista con por ejemplo el del tacto, corroborando los beneficios del contacto piel con piel y de la estimulación multisensorial en general. «La piel es la barrera de contacto con el exterior y, en el caso del niño, esta barrera es muy sensible y delicada». Desde el punto de vista de sus cuidados, debe verse como un órgano vital, de gran complejidad: la piel es una barrera de protección, y un importante órgano metabólico en el que se sintetiza la vitamina D, además de una gran variedad de sustancias con actividad biológica. «La piel es el órgano del tacto y del contacto», explica el Dr. Martínez. «Los pediatras debemos explicar estas cosas a los padres y animarlos a que cuiden la piel de sus bebés y, a través del tacto y del contacto, disfruten de su hijo, estimulen en él la sociabilidad y favorezcan su salud».

Por ello, insiste, la hora del baño es una de esas oportunidades clave para la estimulación «a través del tacto, del masaje, de la caricia. Es uno de esos momentos ‘compensatorios’, para que los padres que pasan mucho tiempo fuera de casa y están poco con sus hijos participen en su bienestar físico y en su desarrollo afectivo y cognitivo».

¿Qué pasa con el resto de sentidos?

«Gracias a la disponibilidad de nuevas tecnologías que exploran con gran fiabilidad el cerebro en su anatomía y en su actividad, sabemos que hay una poderosa razón neurológica para fomentar el ambiente musical desde edades tempranas; en todos los niños, pero especialmente en aquellos que tienen algún daño». La musicoterapia y la educación musical son una de las facetas más importantes en el desarrollo de los niños desde una edad temprana, incluso cuando son bebés. «El estudio del neurodesarrollo inducido por la música ha aportado a los científicos otros datos concluyentes: la motricidad, la personalidad gestual, el contacto visual… se modifican en las personas según la diferente exposición temprana a la música. Y la música parece asistir con neuroplasticidad, abriendo nuevos caminos para rehabilitar la función dañada o perdida».

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta