«La mayoría de los adolescentes son chicos fantásticos, pero no salen en los telediarios», hablamos con Bebesymas.com de WeblogsSL
Escrito por Silvia Díaz @madreaventura
Hace unos días, todos nos sentimos conmocionados al conocer la noticia de un niño de nueve años que había sido violado por compañeros de colegio de entre 12 y 14 años. Este terrible suceso, sumado a otras noticias que desgraciadamente ocupan portadas con demasiada frecuencia, como casos de bullying, embarazos adolescentes, violaciones en grupo, ciberacoso… Nos ha llevado a preguntarnos: ¿qué esta ocurriendo?
Hemos hablado con la piscóloga Silvia Álava, especialista en Psicología Clínica y de la Salud y en Psicología Educativa, y autora, entre otros, de los libros «Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron» y «Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia», que nos ha dado su opinión experta sobre lo los adolescentes de hoy en día y cómo podemos prevenir este tipo de situaciones.
Ni generalizar ciertas afirmaciones, ni normalizar la violencia
«Lo primero que debemos tener claro es que hay chicos fantásticos, responsables, cariñosos, colaborativos y que incluso ayudan a lo demás cooperando con ONG’s. Chicos que a pesar de los altibajos y cambios propios que acarrea la adolescencia, la viven de forma sana y respetuosa. Pero estos chicos no salen en los telediarios ni ocupan portadas» – señala Silvia Álava.
«Es importante que no generalicemos con frases como «¿Qué les ocurre a los adolescentes hoy en día?», porque afortunadamente la mayoría no son así. Tenemos que diferenciar entre adolescencia normal y adolescencia patológica«.
Por otro lado, Silvia también recalca la tendencia generalizada que existe en la sociedad a normalizar la violencia, las faltas de respeto y la agresividad; comportamientos que lejos de normalizar, deberíamos luchar por erradicar.
«Debemos frenar en seco este tipo de comportamientos, y hacerlo toda la sociedad en su conjunto y desde la infancia. En el seno de la familia tenemos que fomentar el pensamiento crítico de nuestros hijos y permitir que nos contesten cuando no estén de acuerdo con algo, pero en ningún momento permitir o pasar por alto faltas de respeto, gritos o la imposición de opiniones mediante cualquier forma de violencia».
«Por su parte, los colegios tienen que estar muy atentos para frenar desde el inicio al alumno que pega o insulta a un compañero. Porque no son cosas de niños, y a veces cuando se decide intervenir ya es tarde y nos encontramos ante un acosador, un problema que se ha agravado demasiado, o cuyas consecuencias finales han resultado fatales».
El colegio, el profesor y el acoso escolar
Los niños de hoy serán los adolescentes de mañana, y de la educación que reciban desde su más tierna infancia dependerá su forma de comportarse y relacionarse con el entorno. Educar (¡y dar ejemplo!) desde el amor, la empatía y el respeto derivará en adolescentes respetuosos con los demás.
«Para evitar el bulliyng, y otro tipo de conductas agresivas y patológicas en los adolescentes, es fundamental educar en empatía, respeto y asertividad. Pero el trabajo no se debe hacer solo desde casa. También los colegios tienen que implicarse en la educación emocional de sus alumnos, a través de planes de convivencia y de manejo de emociones desde las aulas».
Por suerte, hay centros escolares cada vez más concienciados con este tema, que incluyen programas de detección de acoso escolar, manejo de las emociones y formas de resolver los conflictos entre alumnos de manera pacífica y educativa.
Por otro lado, Silvia también resalta la figura del profesor y lo importante que es el hecho de que sepa entusiasmar y motivar a sus alumnos, y que éstos vean en él a una persona a quien respetar.
«El profesor debe transmitir a los niños respeto y autoridad, y esto es algo que en ocasiones vemos que se pierde. Pero en esos casos deberíamos preguntarnos: ¿los padres de ese niño están respetando al profesor? Porque si nosotros, como padres, no respetamos a los profesores de nuestros hijos o mostramos continuamente nuestro desacuerdo con ellos mientras los niños están delante, acabarán copiando nuestras conductas».
«Si un niño no es capaz de respetar a su profesor, ¿cómo vamos a pretender que respete a sus compañeros o al resto de personas que le rodean?»
«Al final se trata de una cadena o una bola de nieve que se va haciendo cada vez más grande. Por eso, somos los padres los que en primer lugar debemos tomar conciencia y dar ejemplo con nuestros actos, teniendo en cuenta que somos el modelo a seguir de nuestros hijos«.
Educación sexual como medida de prevención
Otro de los temas que preocupa mucho a la sociedad es la relación entre adolescentes y sexo. ¿Por qué los adolescentes se inician en el sexo de forma cada vez más precoz? ¿Por qué en las últimas semanas estamos oyendo hablar tanto de embarazos adolescentes o acoso sexual? ¿Qué está ocurriendo y cómo podemos prevenirlo?
Hay muchas causas que se esconden detrás del interés demasiado precoz por el sexo, y todas tienen que ser analizadas con detenimiento, y también analizar al individuo en cuestión. Por eso, es difícil hablar de este tema o reducirlo a una serie de motivos».
«Pero no cabe duda de que una de las causas importantes que podría esconderse detrás del sexo precoz adolescente estaría el hecho de no saber hablar de sexo con nuestros hijos desde que son pequeños y desde un punto de vista afectivo«.
«La falta de comunicación y educación sexual afectiva lleva a los adolescentes a consultar sus dudas en Internet, vídeos o pornografía. Y ahí, la parte afectiva, no existe».
Por eso es tan importante hablar con nuestros hijos desde que son pequeños con total transparencia y naturalidad, y continuar manteniendo esa comunicación también en la adolescencia. Aclarar las dudas que se les vayan presentando en función de su edad, no mentirles nunca y darles confianza para que puedan encontrar en nosotros las respuestas a sus inquietudes.
Una correcta educación sexual desde la infancia es clave, no sólo para prevenir embarazos adolescentes, enfermedades de transmisión sexual o abusos sexuales, sino también para vivir el sexo de forma sana y segura.
Redes sociales: ¿las culpables de todo?
Hay un factor en toda esta problemática que hace unos años no existía: Internet y las redes sociales. Según las estadísticas sabemos que hoy en día tres de cada cuatro niños de 12 años ya tiene móvil, y en muchos casos el acceso a redes sociales se produce incluso antes de esa edad.
Lamentablemente, no es extraño encontrar a niños adictos a las pantallas, o enganchados a sus teléfonos móviles incluso en el colegio. Adolescentes que utilizan de forma incorrecta sus perfiles sociales, que parecen comunicarse exclusivamente con mensajes de móvil, o que acosan a otros a través del Whatsapp.
Pero además de todo esto se esconde la total impunidad que da el anonimato de las redes sociales, y eso preocupa especialmente a Silvia Álava:
«La sociedad de la información en la que vivimos nos lleva enseguida a opinar y emitir juicios sobre alguien desde el otro lado de la pantalla. Amparados en el anonimato de las redes sociales, hay personas que no dudan en amenazar, faltar al respeto a otras, criticar con total impunidad, insultar o decir cosas realmente graves. Y además, y como he comentado antes, muchas de esas conductas agresivas acaban siendo normalizadas e incluso aplaudidas por otros».
«Y esta total impunidad que se ve en las redes sociales es reflejo de una falta de respeto y empatía igualmente en la vida cotidiana».
«Sin embargo, el acceso a redes sociales y el hecho de que los niños tengan su primer móvil demasiado pronto no es en sí un problema. El problema es que muchos padres no enseñan a sus hijos a hacer un correcto uso de las TIC, y los adolescentes acaban creando perfiles en redes sociales sin saber usarlos correctamente, y sin conocer las implicaciones que tiene el hecho de publicar una foto o un vídeo, o de hacer un determinado comentario. Implicaciones que pueden afectarles a ellos, pero que también pueden afectar a las personas que les rodean«.
Sin duda, la charla con Silvia ha resultado realmente interesante porque ha tocado temas muy candentes y que a todos nos preocupan. Personalmente, me quedo con la importancia de no generalizar ni hablar de la adolescencia como una fase «terrible» por la que todos nuestros niños tendrán que pasar.
En cuanto a nuestra labor como padres, no debemos olvidar fomentar la comunicación activa con nuestros hijos, implicarnos en su educación, educarles en respeto y en valores mediante el ejemplo y expresar nuestro amor por ellos; porque la mejor forma de enseñar a amar es amando.
Pero este camino no podemos ni debemos hacerlo solos, y el colegio en particular, y la sociedad en general, pueden convertirse en grandes aliados para educar en empatía, asertividad y respeto.