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30 de Julio: Día Mundial de la Amistad

El “Día Internacional de la Amistad” (International Friendship Day) es un día para fomentar la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas.

Compartir el espíritu humano a través de la amistad

Nuestro mundo hace frente a muchos desafíos, crisis y fuerzas divisorias —pobreza, violencia, violaciones de los derechos humanos— que amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la armonía social entre los pueblos del mundo y dentro de sí mismos.

Para abordar estos problemas, es necesario atajar las causas que los provocan, fomentando y defendiendo la solidaridad, que puede manifestarse de muchas maneras, como por ejemplo, la amistad.

A través de la amistad, cultivando los lazos de la camaradería y fortaleciendo la confianza, podemos contribuir a los cambios fundamentales y necesarios para alcanzar una estabilidad duradera, tejer una red de apoyo social que nos proteja a todos y generar pasión por lograr un mundo mejor, todos unidos por el bien común.

Los orígenes

Los orígenes de esta celebración se remontan a una reunión de amigos realizada en Puerto Pinasco (Paraguay) en 1958, en la cual el Dr. Artemio Bracho (fundador de la Cruzada mundial de la amistad), propone la instauración de un día para festejar la amistad entre los seres humanos.

La Asamblea General designó en 2011 el Día Internacional de la Amistad con la idea de que la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas puede inspirar iniciativas de paz y presenta una oportunidad de tender puentes entre las comunidades. 

Para conmemorar el Día Internacional de la Amistad, la ONU alienta a los gobiernos, las organizaciones internacionales y los grupos de la sociedad civil a celebrar eventos, actividades e iniciativas que contribuyan a los esfuerzos de la comunidad internacional para promover un diálogo entre civilizaciones, solidaridad, comprensión mutua y reconciliación.

Implicar a los jóvenes y a los futuros líderes

La resolución (A/RES/65/275) pone un especial énfasis en la importancia de implicar a los jóvenes y a los futuros líderes en actividades comunitarias encaminadas a fomentar la inclusión de las distintas culturas y el respeto entre ellas, promoviendo a la vez la comprensión internacional y el respeto de la diversidad.

El Día Internacional de la Amistad es una iniciativa que se remonta y parte de la propuesta hecha por la UNESCO tratada y aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1997 (A/RES/52/13), que definió la Cultura de Paz como un conjunto de valores, actitudes, y conductas que rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos, abordando las causas profundas con el objetivo de resolverlos. 

Dos años después se adoptaría la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (A/RES/53/243), la cual estableció 8 líneas de acción que las naciones, organismos y personas pueden emprender para que prevalezca una cultura de paz.

El placer de reír ¿Cómo conseguirlo?

Hay que reír y además reír mucho porque es bueno para nuestra salud. Los estudios han demostrado que a medida que vamos creciendo, vamos riendo menos. Deberíamos reírnos, al menos, media hora al día con una risa de calidad. Esos momentos que nos hacen felices durante unos instantes tienen beneficios tanto personales como sociales. La risa:

  • Genera endorfinas.
  • Ayuda a relativizar los problemas.
  • Aumenta nuestra autoestima.
  • Genera confianza grupal.

La risa, contagia emociones…

¿Cómo conseguirlo? No te pierdas esta participación en las noticias de La Sexta.

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I congreso TÚinnovas «Descubre y Esculpe tu Camino»

La Educación es una tarea humana fascinante, pero también, una profesión compleja que exige que quienes la ejercemos estemos en constante formación y puesta al día. El perfil de un docente debe comenzar a forjarse por su propio conocimiento profundo. Nadie puede dar lo que no posee; por eso, este primer Congreso TÚinnovas se dedicará especialmente al educador; a su interior, a su autodescubrimiento.

Seguro que ese viaje es tan fascinante como la profesión a la que nos dedicamos e, igualmente, lleno de sorpresas.

Proponemos un Congreso con gran carga emocional y pedagógica. Un equilibrio entre buenas dosis de itinerario intrapersonal con otras de crecimiento interpersonal.

En “Descúbrete y esculpe tu camino”, tenemos el propósito de ayudarte en tu manera de hablarte, relacionarte y cómo no, de conocerte. Siempre desde el saber científico.

I congreso TÚinnovas «Descubre y Esculpe tu Camino»

24 y 25 de Noviembre, 2023 en Bilbao

Viernes, 24 Noviembre09,00 a 19,30 h.
09,00 – 09,30Recogida de acreditaciones
09,30 – 10,00Saludo de bienvenida
10,00 – 11,00Presentación: Silvia Álava. Cuidarme para cuidar; el autocuidado del docente.
11,00 – 11,30Pausa-café
11,30 – 12,30Presentación: Leontxo García. La eficacia del ajedrez transversal e interdisciplinar.
12,30 – 13,00Buenas prácticas I: Dominicas, PamplonaBuenas prácticas II: Santa Ana y S Rafael, Madrid
13,00 – 14,00Presentación: J.Antonio Fdez Bravo. Escuchar para proteger el deseo de aprender.
14,00 – 15,30Comida (libre)
15,30 – 16,30Presentación: Javier Bahón. Líderes, ¿dónde están cuando se les necesita?
16,30 – 17,30Presentación: Mª José Gil-Delgado. Una escuela sostenible en acción.
17,30 – 18,00Pausa-café
18,00 – 19,00Presentación: Roberto Aguado. Sentir que no hay retorno.
19,00 – 19,30Finalizando el día: Roberto Aguado. Cierre interior.

Sábado, 25 noviembre09,30 a 14,00 h.
09,30 – 10,00Buenas prácticas III: ISM, Quito – EcuadorBuenas prácticas IV: Urretxu-Zumarraga Ikastola
10,00 – 11,00Presentación: Javier Romero. Propuestas interdisciplinares para el desarrollo neuromotor y la alfabetización motora.
11,00 – 11,30Pausa-café
11,30 – 12,30Presentación: María Martínez y Álvaro González. Lápices al centro y otros clichés: hacia el verdadero Aprendizaje Cooperativo.
12,30 – 13,30Presentación: Pilar Pérez Esteve. La escucha activa, corazón de la inclusión.
13,30 – 14,00Finalizando el congreso: Javier Romero, Cierre exterior.

Los ponentes del I Congreso TÚinnovas son profesionales de la ciencia y la investigación de la enseñanza y la educación, con una amplia trayectoria en sus distintas especialidades: Consulta el listado de ponentes aquí.

Puedes consultar toda la info del congreso aquí

Videoguía de Inteligencia Emocional para padres y docentes

Salud Emocional

En estos días estamos recibiendo mucha información sobre qué hacer con los niños en casa. Los padres nos hemos convertido en profesores, monitores de tiempo libre, entrenadores…; además de amos y amas de casa.Y todo ello, sin olvidar que, por supuesto, seguimos trabajando desde casa. Nos espera un gran reto, del que seguro todos vamos a salir muy reforzados, y del que vamos a sacar un gran aprendizaje.

En toda esta vorágine de tareas se nos está olvidando algo fundamental: ¿estamos cuidando la salud emocional de nuestros hijos e hijas?

En esta situación es normal sentir miedo, sentir rabia, sentir frustración; los adultos lo sentimos y los niños lo notan, y por supuesto los niños también sienten miedo, rabia, tristeza y frustración.

Por eso es importante reservar espacios para hablar de lo que sentimos y ayudarles a verbalizarlo, porque ellos no siempre sabrán cómo hacerlo.

En estos días, os invitamos a trabajar la Inteligencia Emocional con vuestros hijos, y, ya de paso, con nosotros mismos.

La Inteligencia Emocional es la capacidad para identificar lo que sentimos en primera persona y también lo que sienten los demás, comprender por qué nos sentimos así, cuál es la causa y la consecuencia de mi emoción, y cómo las emociones van cambiando a lo largo del día. Saber nombrar con precisión lo que sentimos, utilizar la información de las emociones para poder hacer una buena toma de decisiones y ser capaces de manejar y regular nuestras emociones, así como responder de forma premeditada en lugar de reaccionar en automático.

Todo esto son habilidades de la inteligencia emocional, y como tales, se pueden trabajar. En esta guía os proponemos una serie de videos y ejercicios agrupados en 5 pasos para que sepáis cómo hacerlo.

Descárgate la Guía de Inteligencia Emocional para padres y Docentes en el siguiente enlace:

¿Por qué el bienestar físico y emocional es tan importante?

Sentirnos satisfechos con nosotros mismos depende, en gran parte, de muchos factores, biológicos, psicológicos y contextuales, y pasa necesariamente por una buena salud del cuerpo y de la mente.

El bienestar emocional era como, haciendo uso de la expresión metafórica, tener un elefante gigante en medio del salón. Estaba allí, pero no queríamos verlo. Daba vueltas por todos lados, se agitaba con fuerza, cambiaba de humor, saltaba de una habitación a otra, no nos dejaba en paz. Hasta que un día llegó la pandemia y tuvimos que hacerle frente.

“Lo que ha hecho la COVID-19 en esos dos años de restricciones ha sido destapar un problema de salud mental que ya teníamos”, deja claro la psicóloga Silvia Álava Sordo casi al comienzo del encuentro ‘Salud y bienestar emocional, en el punto de mira’, organizado en Sevilla por el Grupo Joly en colaboración con BBVA. Ya en 2019, antes de que estallara la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de que un 25% de la población mundial estaba afectada,

“lo que pasa es que no hablábamos de ello”,

dice Álava.

Íbamos tirando, más o menos, con pequeñas estrategias de regulación emocional —quedo con un amigo si tengo un mal día de trabajo, hago un viaje si me veo muy estresado—, hasta que la crisis sanitaria bloqueó esas vías de escape. Y todo saltó por los aires.

Entendemos el concepto de bienestar no como una dicotomía entre enfermedad y salud. Nuestro enfoque es más holístico y tiene en cuenta factores biológicos, psicológicos y contextuales, llámense sociales, económicos, laborales, de expectativa de vida o de dificultades derivadas de la transición a la vida adulta”, describe Beatriz Martín Padura, directora general de la Fundación FAD Juventud. Al final, se trata de si la persona está satisfecha (o no) con su vida, resume.

“La mitad de los españoles opinamos que nuestra salud mental podría ser mejor”, comenta Francisco Rey Blázquez, director comercial y de Desarrollo de Negocio en BBVA Seguros, a tenor de una encuesta de Sanitas. Pero la incertidumbre — agravada por el incremento del Índice de Precios de Consumo (IPC) y la crisis energética, que se han desatado por la invasión rusa en Ucrania— no ha ayudado mucho a que el panorama mejore.

¿Estás durmiendo bien?

Álava cuenta que una de sus primeras preguntas en terapia es: “¿Estás durmiendo lo suficiente?” La falta de sueño provoca irritabilidad y merma la capacidad de control sobre las emociones. “Hemos de cuidar de nuestro cuerpo y de nuestras emociones”, recalca. Hacer deporte, tener una buena red social de amigos y familiares, alimentarse de manera saludable y consciente, “perder el miedo a mirar hacia dentro”, aprender a parar, y a gestionar mejor lo que sentimos, y a vivir en el presente, y a pedir ayuda…, así, todo mezclado porque todo suma para atrapar ese intangible que llamamos bienestar.

“El bienestar físico y el emocional están totalmente relacionados, máxime cuando hablamos de autopercepción”, subraya Padura. Una discapacidad, una enfermedad, una dolencia, un estilo de vida y una alimentación incorrecta impactan en el bienestar emocional, y a la inversa, lo que pasa por la mente afecta al cuerpo.

Sentirse mal física y emocionalmente limita la vida de quienes se encuentran en esa situación. Muchas, a tenor de los datos: a mediados de 2020 había en España 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo (el 5,25% de la población mayor de 15 años), según la Encuesta Europea de Salud. Unas 230.000 de ellas habían caído en una depresión grave.

Los colectivos de mayor riesgo son las mujeres y los jóvenes, estos últimos han hecho frente a una tormenta perfecta de inestabilidad económica y sanitaria, paro, incertidumbre ante el futuro y pérdida de relaciones sociales debido a la pandemia. Y en los mayores, los problemas de soledad han hecho mella, según defiende el Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

En el último Barómetro Juvenil Salud y Bienestar de la Fundación FAD (de 2021), un 50% de los jóvenes entrevistados declaró tener estrés, ocho de cada diez había experimentado algún síntoma de malestar emocional en el último año (tristeza, apatía, problemas de concentración) y un 16% reconocieron sufrir problemas de salud mental “con mucha frecuencia”, 10 puntos más que en el barómetro anterior, de 2017. En paralelo, se ha ensombrecido la autopercepción sobre la propia salud: el porcentaje de quienes manifiestan disfrutar de una buena o muy buena salud ha bajado del 86,7 % al 54,6% en cuatro años.

En opinión de la directora de la Fundación Fad Juventud, las soluciones pasan por ofrecer a la población afectada herramientas de autoayuda y mayores recursos públicos para atender a la salud, así, sin apellidos, tanto física como emocional. Y concede que la pandemia, al menos, ha servido, si no para avanzar en quitar los tabúes o dar a los trastornos mentales la importancia que merecen, sí para tomar conciencia de su importancia.

Aunque aún falta mucho por hacer, las familias españolas están cada vez mejor informadas y, sobre todo, están pidiendo ayuda a los expertos. Para muestra un botón: el de salud ha sido el segmento que más ha crecido dentro del ramo seguros, destaca Francisco Rey, lo que en su opinión demuestra una demanda al alza.

FUENTE: bbva.com

Aprende a entrenar tus emociones y las de tus hijos. Curso online gratuito del BBVA y El País

Conoce cómo podemos aprender a desarrollar, gestionar y regular nuestras emociones y las de nuestros hijos y alumnos.

La Inteligencia Emocional es la capacidad para percibir las emociones tanto en uno mismo como en los demás, de comprender por qué se han producido y ser capaz de regularlas. Las personas emocionalmente inteligentes extraen lo mejor de sí mismas: alcanzan su máximo potencial, disfrutan de mayor bienestar físico y psicológico, y multiplican sus posibilidades de alcanzar sus objetivos.

Cómo se estructura

Silvia Álava Sordo y Ruth Castillo Gualda, doctoras en Psicología, son las encargadas de dar forma a estos contenidos. Juntas han diseñado las herramientas necesarias para entrenar, paso a paso, las habilidades de la inteligencia emocional.

Recuerda que puedes ver el contenido de forma lineal o saltar de un vídeo a otro centrándote en lo que más te interese.

  1. ¿Qué son las emociones? ¿Qué es una emoción?, ¿Para qué sirve?, ¿Cuál es su relación con nuestras acciones?, ¿Y con nuestros pensamientos?, ¿Existen emociones buenas y emociones malas? Reflexionar sobre estos y otros aspectos será el punto de partida para comprender la importancia que las emociones tienen en nuestra vida.
  2. Se escucha con el cuerpo: Nuestro cuerpo transmite emociones. Los gestos, la mirada y la postura expresan lo que sentimos. Si tomamos conciencia de lo que transmitimos con el cuerpo, mejoraremos nuestra capacidad de comunicación con los demás.
  3. Lo que ves… y lo que no ves: Las emociones tienen dos caras: una visible y otra invisible. Conocerlas ambas y comprender su alcance es uno de los secretos de la Inteligencia emocional.
  4. ¿Cómo te sientes? Medidor emocional: ¿Sabías que las emociones se pueden medir? El medidor emocional sirve para identificar y clasificar las emociones. Porque sólo tomando conciencia de ellas podrás gestionarlas de forma saludable.
  5. Adivina mi emoción: Desarrolla el autoconocimiento y la empatía adivinando las emociones. Analiza qué transmites y tu capacidad de identificar las interpretaciones de los demás.
  6. Quién es quién de las emociones: ¿Cómo se diferencia la motivación de la inspiración? Este es un juego para ampliar tu vocabulario emocional. Dale un nombre a cada emoción y analiza sus matices. Descubrirás lo importante que es profundizar en su significado.
  7. Un cuento muy especial: Las emociones se relacionan entre ellas y se transforman unas en otras. ¿Cuántas emociones puedes sentir en un día? Descubre cómo escribir un cuento sobre la evolución de las emociones.
  8. Diario emocional: ¿Cómo te sentiste? ¿Por qué? ¿Cuál fue tu respuesta? La mejor forma de conocer tus emociones es analizarlas. En este ejercicio, iniciamos un diario para expresarlas a través de la escritura o el dibujo.
  9. Estilos de respuesta: Aprende a sentir, pensar y actuar para solucionar los conflictos desde la empatía y el acuerdo. Sin imponer tu opinión y respetando la de los demás. La asertividad es la respuesta.
  10. El poder de la emoción: Las emociones no son buenas o malas, negativas o positivas. Todas son necesarias, todas son útiles. En este juego de mesa, descubrirás que si utilizas las emociones correctas puedes conseguir todo lo que te propongas.
  11. ¿Reaccionas o respondes? Abrir un refresco después de haberlo agitado no es una buena idea.  Reaccionar de forma impulsiva, darle vueltas a todo o solo culpar a los demás, tampoco. Conoce qué tipo de respuestas automáticas damos y cómo podemos evitarlas.
  12. Estrategias saludables: ¿Qué puedes hacer cuando estás triste? ¿Cómo afrontas una situación emocional complicada? ¿Se puede mantener la alegría? Conoce cómo hacer deporte, escuchar música o hablar con tus amigos te puede ayudar a regular tus emociones.
  13. La respiración diafragmática: ¿Quién no se pone nervioso alguna vez? En este ejercicio practicarás la ‘respiración diafragmática’. Entrena esta técnica para relajarte y consigue mantener la atención siempre que lo necesites.
  14. El rincón de la calma: A veces, en momentos de enfado, nos dejamos llevar por la emoción y hacemos o decimos algo de lo que luego nos arrepentimos. ¿Podemos aprender a controlar nuestras emociones en esos momentos? Sí.

Hablamos sobre Inteligencia Emocional para Platino Educa

Platino EDUCA, es una plataforma innovadora que utiliza el audiovisual y el cine como herramientas educativas, tanto para colegios como para universidades. Tiene el respaldo de más de 7000 productores españoles y latinoamericanos y cuenta con más de 240 obras y un catálogo potencial de más de 400.000.

Haz click en la imagen para ver la entrevista

La selección de obras audiovisuales y la elaboración del material pedagógico que ofrece Platino EDUCA se desarrollan en colaboración con renombradas instituciones en materia de cine y la educación.

Incluye 70 de las 100 películas españolas que todo estudiante debería conocer según LA ACADEMIA DE CINE ESPAÑOLA. Con guías de apoyo para el profesorado, muchas de ellas en español y en inglés. Es una iniciativa de EGEDA, entidad de gestión de derechos de propiedad intelectual.

¿Cómo fomentar la salud emocional de nuestros hijos?

Este Miércoles 12 y Jueves día 13 estaré en Guadalajara, México compartiendo conocimientos en el Evento «Familias que transforman» organizado por PrepaTec, Inversión Educativa TEC y EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.

El Jueves 13 de octubre de 18:00-19:30h Tiempo del centro de México, participaré en la conferencia magna: ¿Cómo fomentar la salud emocional de nuestros hijos?

Podéis seguirla en el siguiente enlace: https://live.tec.mx/

Cómo fomentar la salud emocional de nuestros hijos

¿Ha cambiado la pandemia nuestra personalidad? Un estudio lo sugiere… y no hemos «salido mejores»

Hallan cambios en la personalidad aparentemente ligados a la pandemia, sobre todo en jóvenes, que se reconocen más neuróticos y menos amables que en 2019

Por Mario Viciosa

¿Sientes que has perdido en amabilidad? ¿Actúas con menos empatía? ¿Te sientes más neurótico o neurótica que en 2019? No eres la única persona. No resulta sorprendente, pero un estudio, publicado en PLoS ONE, ha detectado cambios en la personalidad en los últimos dos años de pandemia en un número significativo de personas.

Esto es relevante, porque tradicionalmente en psicología “se entiende que es difícil cambiar la personalidad”, precisa a Newtral.es la psicóloga Silvia Álava Sordo. Por acotar definiciones: ‘personalidad’ es una categoría que nos define a partir de un componente biológico “o genético, que asociamos con el temperamento, y otro ambiental, que puede ir cambiando”. Se deriva de la conducta.

Es algo distinto al comportamiento, que parece evidente que ha mutado en los últimos dos años. Podríamos citar tantos testimonios como personas hay en un país. Tú misma o mismo podrías relatar tu experiencia: o bien te pusiste a hacer pan –cosa que antes no hacías–; o a comer mejor; o a beber más alcohol; o a salir menos –cuando estaba permitido–. Pero, por ejemplo, difícilmente habrás cambiado tu personalidad como para dejar tu querido y previsible trabajo de oficinista para dedicarte a recorrer el mundo en un globo aerostático autofabricado, aun dándote miedo volar… O sí.

No, no salimos mejores

En la personalidad, hay cinco rasgos que se presuponen poco alterables en el tiempo y algunos, más bien ajenos a nuestras vivencias, aunque no del todo. ¿Tan brutal ha sido el impacto de la pandemia colectiva e individualmente como para que se hayan producido cambios en la personalidad?

La idea es que la pandemia nos ha convertido ‘en otras personas’ para ciertos rasgos. “Los llamados big five en psicología: neuroticismo, extroversión, apertura a lo nuevo y empatía o responsabilidad, aunque podríamos considerar otros”, matiza Álava, que no ha participado en este nuevo estudio.

La personalidad se considera algo estable, que no cambia fácilmente por eventos estresantes como catástrofes.

La personalidad de los adultos jóvenes fue la que más cambió

Y aquí vienen los detalles del estudio: el equipo que lo ha desarrollado, de la Universidad del Estado de la Florida (EE.UU.) liderado por Angelina Sutin, destaca que “en pandemia, la personalidad de los adultos jóvenes fue la que más cambió, con aumentos marcados en el neuroticismo y disminuciones en la amabilidad y la ‘escrupulosidad’ o empatía”. Este último término se entiende aquí como cierta conciencia de nuestros actos, algo cercano a autocontrol o responsabilidad o, dicho en ciertos contextos coloquiales, ‘cortarse un pelo’ en pandemia.

Los sujetos analizados, unos 7.000 estadounidenses, tendieron a volverse “más malhumorados y más propensos al estrés, menos cooperativos o confiados y menos comedidos y responsables”. Pero no fue lo mismo 2020 que 2021. En el segundo año de pandemia, los más jóvenes se hartaron antes y reconocieron ser menos empáticos, por ejemplo.

Más neuróticos, menos empáticos…

Más neuróticos, menos empáticos… Suena a que no se ha cumplido aquel eslogan de 2020 de «saldremos mejores«. En perspectiva, la psicóloga Sarai Fernández (Center Psicología Clínica) cree que aquella afirmación solo podría haber tenido sentido desde el punto de vista de la resiliencia. Pero incluso con este sentido, “hemos llegado al límite para sobreponernos”.

A su modo de ver “no, no hemos salido mejores personas, creo que lo teníamos clarísimo. Somos animales sociales. Cuando dejamos de entrenar esas habilidades sociales, perdemos esa ‘masa muscular’ emocional”. Eso se percibe especialmente en el “rasgo del neuroticismo (el más ligado al estado de salud mental), sobre todo en adolescentes, que están en aprendizaje social”. Muchos de ellos han vivido el paso de la infancia a la adolescencia encerrados o con una socialización casi limitada a las pantallas. Eso marca.

Desde la Universidad de Medicina y Salud de Irlanda, la psicóloga Jolanta Burke apunta que “los cambios de personalidad detectados en este estudio pueden explicar de alguna manera la disminución en el bienestar que hemos visto durante la pandemia”.

Un impacto colectivo sin precedentes, “ni siquiera una guerra”

El estudio es complejo. Y no menos complejo es sacar conclusiones en caliente; la pandemia ni siquiera ha acabado. Jugamos con esos cinco rasgos universales pero con matices locales. ¿Cómo se miden estas cosas? Lo explica el psiquiatra en el Hospital Clínic de Barcelona Joaquim Raduà, de IDIBAPS en el SMC de España: “Las pruebas de personalidad valoran la tendencia de una persona a mostrar comportamientos parecidos en diferentes contextos. Por ejemplo, para medir tu extraversión te preguntan si tiendes a hablar con los demás en la mayoría de las situaciones, si eres habitualmente sociable, etc. Todos podemos sentirnos más habladores un día y más reservados otro. Pero una persona con extraversión elevada tiende a ser habladora o sociable la mayoría de las veces”. 

En general, los estudios anteriores no habían detectado asociaciones entre los eventos estresantes colectivos (terremotos, huracanes, etc.) y el cambio de personalidad. Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha afectado a todo el mundo y a casi todos los aspectos de la vida, incide la doctora Álava.

“Los estudios hechos en situaciones extremas son los que te permiten ver cambios, mínimos, pero ahí están”, señala. “La pandemia tuvo algo único. Nos encerramos prácticamente todos en el planeta. La humanidad estaba amenazada por igual. Ni siquiera su impacto es como el de una guerra. Las guerras son estresantes para quienes las viven, pero no tienen incidencia mundial”, apunta.

Tampoco es comparable a otras calamidades de gran impacto. “En las catástrofes naturales opera la psicología de emergencias –recuerda Sarai Fernández–. Crea un trauma de un solo momento, personal o vicario; igual que el terrorismo, como el 11-M. Hay gente que adquirió un trauma de verlo por la tele, desarrolando miedo a coger el tren”. Es distinto a una pademia, nueva, sostenida y cambiante. “Al final, tenemos hartazgo”.

Para los autores del estudio, hemos tenido que cambiar tantas formas de relacionarnos que, al final, eso ha inducido a un cambio en la personalidad. “Pequeño, pero significativo”. Y eso va por edades. Y no fue lo mismo 2020 que 2021.

El cambio en la personalidad en pandemia se notó más en jóvenes

El equipo de Sutin hizo análisis previos a la pandemia (mayo de 2014 y febrero de 2020), evaluaciones al comienzo de la crisis (marzo a diciembre de 2020) y posteriores (2021-2022). Se analizaron 18.623 valoraciones (una media de 2,62 por participante, todos mayores de edad).

De acuerdo con otros estudios, hubo relativamente pocos cambios entre los rasgos de personalidad previos a la pandemia y los de 2020, con solo una pequeña disminución en el neuroticismo. “Normalmente, al hacernos mayores solemos ir puntuando más bajo en ese rasgo, tenemos más estabilidad”, explica Álava. Sin embargo, se han visto disminuciones en la extraversión, la amabilidad y la empatía cuando se compararon los datos de 2021-2022 con la personalidad previa a la pandemia.


En 2020, la gente ‘se cortaba más’, tenía más responsabilidad. Eso cambió en 2021, donde se desplomó el ‘mantener las formas’ en jóvenes, pero no sólo.

En este estudio, los cambios fueron de casi una décima parte de una desviación estándar, lo que equivale a aproximadamente una década de cambio normativo de personalidad, según la profesora Sutin. La peor parte parece que se la llevaron las personas más jóvenes. El grupo de adultos de mayor edad no mostró cambios estadísticamente significativos en los rasgos.

De hecho, los mayores de 65 años se ‘volvieron’ en todo caso un poco más amables. Pero destaca especialmente el apartado de la empatía, aquí entendida como ‘autocontención’. Los menores de 30 pegaron un cambio brusco en 2021, no en 2020. Reconocieron que en lo que más variaron fue en ‘tener menos escrúpulos‘, del orden de 10 veces menos que los mayores de 65, que también mostraron una menor capacidad de contenerse. “Tiene sentido, ligado a la respuesta a las restricciones”, interpreta Álava.

Por su parte, junto a su colega psicólogo Miquel Àngel Fullana, el doctor Raduà cree que “los resultados de este estudio, en caso de que se repliquen, podrían indicar que con la pandemia las personas cambiaron algunos de sus comportamientos habituales” y con ellos, la personalidad. Pero la clave es si esos cambios vinieron para quedarse.

¿Es cosa de la pandemia o hay algo más?

Distingamos, una vez más, comportamientos de personalidad. Los comportamientos, a la larga, también nos definen. “Para algunas personas mayores, las videollamadas les abrieron una ventana al mundo (que han mantenido), amortiguando algunos aislamientos –señala Álava–. Pero hay que tener cuidado, porque en más jóvenes, familiarizados con redes sociales, sí se ha detectado un aumento de la soledad”.

Camino de dos años y medio después del confinamiento, “encontramos más comportamientos hostiles, sobre todo”, explica Fernández desde su experiencia. Hay “más irascibilidad” y también “sintomatología más depresiva”. Pero eso no implica que definitivamente nos hayamos vuelto más neuróticos, menos empáticos, más introvertidos y menos abiertos. “Habría que hacer estudios a más largo plazo”.

Los autores concluyen que si estos cambios en la personalidad de la pandemia son duraderos, se probará que los eventos estresantes en toda la población pueden torcer ligeramente la trayectoria de la personalidad, especialmente en los adultos más jóvenes. De la misma forma que se ha demostrado que el distanciamiento físico altera nuestras emociones y percepción del tiempo. “Nada es igual a un abrazo por mucho que hoy tengamos Skype”, ejemplifica Álava.

Eduard Vieta (CIBERSAM y Hospital Clínic) es algo más crítico. “El estudio tiene cierta validez, pero también limitaciones, especialmente al hacer atribuciones a la pandemia, ya que los cambios pueden ser debidos a otros factores”, cree este psiquiatra. Destaca que no es lo mismo Estados Unidos que otros países con otras restricciones y cultura (es diferente implantar una mascarilla en Norteamérica que en Asia-Pacífico). Y destaca el peso de la salud mental, antes y después de los confinamientos y la crisis por el coronavirus.

“Más que cambios en la personalidad, la pandemia ha destapado problemas de salud mental que veníamos acarreando. Un vendaval ante una casa con los cimientos tocados”

Silvia Álava, psicóloga

“La personalidad es una cualidad relativamente estable; los cambios detectados parecen los esperables en un contexto de estrés. Encajarían con el aumento detectado de problemas de salud mental (conducta alimentaria, autolesiones, etc.) observado en la población más joven en 2020-2021“, apunta Vieta en el SMC de España.

La profesora Burke añade una paradoja en The Conversation: “Muchos nos volvimos más conscientes de la salud, comiendo mejor y haciendo más ejercicio. Buscamos cualquier conexión social e intentamos reenfocar nuestra atención en el crecimiento psicológico, emocional e intelectual”. Eso, en nuestra conducta. Pero “la salud mental y el bienestar disminuyeron significativamente. Esto tiene sentido dados los cambios drásticos por los que pasamos“. Y eso puede permear ligeramente en nuestra forma de ser y nuestra identidad.

En este sentido, la experiencia clínica en España de la doctora Álava ha revelado que han saltado las costuras de esa salud mental, más que las de la personalidad. “No teníamos suficientes herramientas para regular nuestras emociones. La pandemia ha destapado problemas de salud mental que veníamos acarreando. Llegábamos justos. Un vendaval ante una casa con los cimientos tocados”, concluye.

FUENTE: Newtral.es

Enseñar a los niños a jugar solos para fomentar su autonomía (y más tips)

Ayudar a tus hijos a ser más autónomos e independientes a través de la responsabilidad y el juego.

Fomentar la autonomía en los niños es fundamental si queremos que estos tengan un correcto desarrollo y puedan asumir las responsabilidades adecuadas para cada edad, pero también estableciendo hábitos como que, por ejemplo, el niño juegue solo. Por ello, es esencial empezarla a trabajar la autonomía desde muy pequeños a través del juego y con pequeñas tareas domésticas o de cuidado personal.

Establecer rutinas, darles espacio y adaptar lo que les pedimos es fundamental para que ellos sientan que pueden conseguirlo y, por ende, crezcan felices, sanos y con una buena autoestima.

Índice

  1. Como fomentar la autonomía y responsabilidad de los niños
  2. Cómo y por qué enseñar a los niños a jugar solos
  3. Educar a niños más autónomos e independientes

Como fomentar la autonomía y responsabilidad de los niños

A partir de los 2 años, más o menos, los niños tienen un gran entusiasmo a la hora de hacer cosas por ellos mismos: estamos en la fase del ‘yo puedo solo‘, del ‘yo quiero hacerlo’. Aprovechar esta fuerza, esta confianza, que sale de nuestro pequeño es fundamental para empezar con el desarrollo de la autonomía. En este punto, pues, es vital que tengamos mucha paciencia con ellos y que los animemos a que realicen las tareas por su cuenta.

Las tareas que pueden realizar los niños en esta edad son bastante básicas, pero debemos entender que son un mundo para ellos. Por este mismo motivo, no solo debemos mostrarles nuestro apoyo, sino que debemos animarlos y no presionarles; debemos dejarles su tiempo y su espacio.

Un juego al que podemos jugar en esta etapa, como no podría ser de otro modo, es el de ser mayor. En este caso, les podemos pedir que tiren los pañales al cubo de basura correspondiente o bien dejarles que empiecen a vestirse y desvestirse de forma autónoma, y que depositen la ropa sucia para lavar, etc. Siempre dándoles responsabilidades que se encuentren dentro de sus capacidades.

Cómo y por qué enseñar a los niños a jugar solos

Otra manera en la que podemos fomentar la autonomía de los niños es enseñándoles a jugar solos. Sí, aunque a veces nos parezca que no es bueno, debemos aprender a dejar que jueguen solos. Evidentemente, compartir todo el tiempo que podamos con ellos es muy bueno, fantástico. Pero, también deben aprender a estar solitos y a pasar ratos con ellos mismos; darles espacio para que vayan fomentando su creatividad y vayan siendo conscientes de todo cuanto pueden llegar a conseguir si se lo proponen. 

Conseguir que los niños jueguen solos es bastante simple si seguimos unas pequeñas pautas: lo primero, será conseguirles un juego que les guste y que fomente tanto la creatividad como el razonamiento. Por ejemplo, los bloques de construcción y los muñecos.

Cuando queramos empezar a enseñarles a jugar solos, vamos a darles unas pequeñas pautas como, por ejemplo, ‘construye una escuela y ahora vengo yo a verte y ayudarte’. Y, dejamos pasar unos minutos antes de ir a ver todo lo que han hecho. Esta pequeña pausa en la que los dejamos solos debe ir aumentándose poco a poco hasta que los niños sean capaces de jugar sin necesitar de los adultos.

Y, a medida que vayan sumando años, vamos añadiendo juegos adaptados a su edad, tareas del hogar y responsabilidades en su cuidado personal

Educar a niños más autónomos e independientes

Como hemos dicho, cerca de los 2 años, los niños tienen una necesidad de demostrar, y demostrarse, que pueden hacer las cosas por ellos mismos, de tener más autonomía. Y, aquí, los padres debemos ir con mucho cuidado. Pese a que, a veces, vayamos con el tiempo justo o sepamos que los niños no van a hacer algo como se lo hemos enseñado, debemos evitar el ‘ya lo hago yo’ y ‘te ayudo, porque tú solo no puedes’.

Por un lado, el ‘ya lo hago yo’ se debe evitar porque es muy fácil que los niños se acostumbren, luego, a que lo hagamos todo nosotros. Y lo hacen muy rápidamente. Por ello, debemos armarnos de paciencia y darles el tiempo necesario para que hagan de forma autónoma lo que les hemos pedido.

Por otro lado, el ‘te ayudo, porque tú solo no puedes hacerlo’ también se debe evitar, ya que esto transmite a los niños una falta de confianza en sus habilidades. Y, si nosotros no confiamos en ellos, ¿quién lo hará? Debemos entender, también, su punto de vista y ser muy empáticos con ellos en todo momento. Si nuestros hijos ven, por el contrario, que los animamos, no solo mejorarán su autonomía, sino que incrementarán muchísimo su propia autoestima.

Enseñar responsabilidad a los niños y hacerlos más autónomos es tarea y responsabilidad de los papás y mamás si queremos verlos crecer felices y sanos, además de ofrecerles las herramientas necesarias para que puedan convertirse en adultos con una vida plena. 

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