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¿Por qué el bienestar físico y emocional es tan importante?

Sentirnos satisfechos con nosotros mismos depende, en gran parte, de muchos factores, biológicos, psicológicos y contextuales, y pasa necesariamente por una buena salud del cuerpo y de la mente.

El bienestar emocional era como, haciendo uso de la expresión metafórica, tener un elefante gigante en medio del salón. Estaba allí, pero no queríamos verlo. Daba vueltas por todos lados, se agitaba con fuerza, cambiaba de humor, saltaba de una habitación a otra, no nos dejaba en paz. Hasta que un día llegó la pandemia y tuvimos que hacerle frente.

“Lo que ha hecho la COVID-19 en esos dos años de restricciones ha sido destapar un problema de salud mental que ya teníamos”, deja claro la psicóloga Silvia Álava Sordo casi al comienzo del encuentro ‘Salud y bienestar emocional, en el punto de mira’, organizado en Sevilla por el Grupo Joly en colaboración con BBVA. Ya en 2019, antes de que estallara la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de que un 25% de la población mundial estaba afectada,

“lo que pasa es que no hablábamos de ello”,

dice Álava.

Íbamos tirando, más o menos, con pequeñas estrategias de regulación emocional —quedo con un amigo si tengo un mal día de trabajo, hago un viaje si me veo muy estresado—, hasta que la crisis sanitaria bloqueó esas vías de escape. Y todo saltó por los aires.

Entendemos el concepto de bienestar no como una dicotomía entre enfermedad y salud. Nuestro enfoque es más holístico y tiene en cuenta factores biológicos, psicológicos y contextuales, llámense sociales, económicos, laborales, de expectativa de vida o de dificultades derivadas de la transición a la vida adulta”, describe Beatriz Martín Padura, directora general de la Fundación FAD Juventud. Al final, se trata de si la persona está satisfecha (o no) con su vida, resume.

“La mitad de los españoles opinamos que nuestra salud mental podría ser mejor”, comenta Francisco Rey Blázquez, director comercial y de Desarrollo de Negocio en BBVA Seguros, a tenor de una encuesta de Sanitas. Pero la incertidumbre — agravada por el incremento del Índice de Precios de Consumo (IPC) y la crisis energética, que se han desatado por la invasión rusa en Ucrania— no ha ayudado mucho a que el panorama mejore.

¿Estás durmiendo bien?

Álava cuenta que una de sus primeras preguntas en terapia es: “¿Estás durmiendo lo suficiente?” La falta de sueño provoca irritabilidad y merma la capacidad de control sobre las emociones. “Hemos de cuidar de nuestro cuerpo y de nuestras emociones”, recalca. Hacer deporte, tener una buena red social de amigos y familiares, alimentarse de manera saludable y consciente, “perder el miedo a mirar hacia dentro”, aprender a parar, y a gestionar mejor lo que sentimos, y a vivir en el presente, y a pedir ayuda…, así, todo mezclado porque todo suma para atrapar ese intangible que llamamos bienestar.

“El bienestar físico y el emocional están totalmente relacionados, máxime cuando hablamos de autopercepción”, subraya Padura. Una discapacidad, una enfermedad, una dolencia, un estilo de vida y una alimentación incorrecta impactan en el bienestar emocional, y a la inversa, lo que pasa por la mente afecta al cuerpo.

Sentirse mal física y emocionalmente limita la vida de quienes se encuentran en esa situación. Muchas, a tenor de los datos: a mediados de 2020 había en España 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo (el 5,25% de la población mayor de 15 años), según la Encuesta Europea de Salud. Unas 230.000 de ellas habían caído en una depresión grave.

Los colectivos de mayor riesgo son las mujeres y los jóvenes, estos últimos han hecho frente a una tormenta perfecta de inestabilidad económica y sanitaria, paro, incertidumbre ante el futuro y pérdida de relaciones sociales debido a la pandemia. Y en los mayores, los problemas de soledad han hecho mella, según defiende el Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

En el último Barómetro Juvenil Salud y Bienestar de la Fundación FAD (de 2021), un 50% de los jóvenes entrevistados declaró tener estrés, ocho de cada diez había experimentado algún síntoma de malestar emocional en el último año (tristeza, apatía, problemas de concentración) y un 16% reconocieron sufrir problemas de salud mental “con mucha frecuencia”, 10 puntos más que en el barómetro anterior, de 2017. En paralelo, se ha ensombrecido la autopercepción sobre la propia salud: el porcentaje de quienes manifiestan disfrutar de una buena o muy buena salud ha bajado del 86,7 % al 54,6% en cuatro años.

En opinión de la directora de la Fundación Fad Juventud, las soluciones pasan por ofrecer a la población afectada herramientas de autoayuda y mayores recursos públicos para atender a la salud, así, sin apellidos, tanto física como emocional. Y concede que la pandemia, al menos, ha servido, si no para avanzar en quitar los tabúes o dar a los trastornos mentales la importancia que merecen, sí para tomar conciencia de su importancia.

Aunque aún falta mucho por hacer, las familias españolas están cada vez mejor informadas y, sobre todo, están pidiendo ayuda a los expertos. Para muestra un botón: el de salud ha sido el segmento que más ha crecido dentro del ramo seguros, destaca Francisco Rey, lo que en su opinión demuestra una demanda al alza.

FUENTE: bbva.com

Aprende a entrenar tus emociones y las de tus hijos. Curso online gratuito del BBVA y El País

Conoce cómo podemos aprender a desarrollar, gestionar y regular nuestras emociones y las de nuestros hijos y alumnos.

La Inteligencia Emocional es la capacidad para percibir las emociones tanto en uno mismo como en los demás, de comprender por qué se han producido y ser capaz de regularlas. Las personas emocionalmente inteligentes extraen lo mejor de sí mismas: alcanzan su máximo potencial, disfrutan de mayor bienestar físico y psicológico, y multiplican sus posibilidades de alcanzar sus objetivos.

Cómo se estructura

Silvia Álava Sordo y Ruth Castillo Gualda, doctoras en Psicología, son las encargadas de dar forma a estos contenidos. Juntas han diseñado las herramientas necesarias para entrenar, paso a paso, las habilidades de la inteligencia emocional.

Recuerda que puedes ver el contenido de forma lineal o saltar de un vídeo a otro centrándote en lo que más te interese.

  1. ¿Qué son las emociones? ¿Qué es una emoción?, ¿Para qué sirve?, ¿Cuál es su relación con nuestras acciones?, ¿Y con nuestros pensamientos?, ¿Existen emociones buenas y emociones malas? Reflexionar sobre estos y otros aspectos será el punto de partida para comprender la importancia que las emociones tienen en nuestra vida.
  2. Se escucha con el cuerpo: Nuestro cuerpo transmite emociones. Los gestos, la mirada y la postura expresan lo que sentimos. Si tomamos conciencia de lo que transmitimos con el cuerpo, mejoraremos nuestra capacidad de comunicación con los demás.
  3. Lo que ves… y lo que no ves: Las emociones tienen dos caras: una visible y otra invisible. Conocerlas ambas y comprender su alcance es uno de los secretos de la Inteligencia emocional.
  4. ¿Cómo te sientes? Medidor emocional: ¿Sabías que las emociones se pueden medir? El medidor emocional sirve para identificar y clasificar las emociones. Porque sólo tomando conciencia de ellas podrás gestionarlas de forma saludable.
  5. Adivina mi emoción: Desarrolla el autoconocimiento y la empatía adivinando las emociones. Analiza qué transmites y tu capacidad de identificar las interpretaciones de los demás.
  6. Quién es quién de las emociones: ¿Cómo se diferencia la motivación de la inspiración? Este es un juego para ampliar tu vocabulario emocional. Dale un nombre a cada emoción y analiza sus matices. Descubrirás lo importante que es profundizar en su significado.
  7. Un cuento muy especial: Las emociones se relacionan entre ellas y se transforman unas en otras. ¿Cuántas emociones puedes sentir en un día? Descubre cómo escribir un cuento sobre la evolución de las emociones.
  8. Diario emocional: ¿Cómo te sentiste? ¿Por qué? ¿Cuál fue tu respuesta? La mejor forma de conocer tus emociones es analizarlas. En este ejercicio, iniciamos un diario para expresarlas a través de la escritura o el dibujo.
  9. Estilos de respuesta: Aprende a sentir, pensar y actuar para solucionar los conflictos desde la empatía y el acuerdo. Sin imponer tu opinión y respetando la de los demás. La asertividad es la respuesta.
  10. El poder de la emoción: Las emociones no son buenas o malas, negativas o positivas. Todas son necesarias, todas son útiles. En este juego de mesa, descubrirás que si utilizas las emociones correctas puedes conseguir todo lo que te propongas.
  11. ¿Reaccionas o respondes? Abrir un refresco después de haberlo agitado no es una buena idea.  Reaccionar de forma impulsiva, darle vueltas a todo o solo culpar a los demás, tampoco. Conoce qué tipo de respuestas automáticas damos y cómo podemos evitarlas.
  12. Estrategias saludables: ¿Qué puedes hacer cuando estás triste? ¿Cómo afrontas una situación emocional complicada? ¿Se puede mantener la alegría? Conoce cómo hacer deporte, escuchar música o hablar con tus amigos te puede ayudar a regular tus emociones.
  13. La respiración diafragmática: ¿Quién no se pone nervioso alguna vez? En este ejercicio practicarás la ‘respiración diafragmática’. Entrena esta técnica para relajarte y consigue mantener la atención siempre que lo necesites.
  14. El rincón de la calma: A veces, en momentos de enfado, nos dejamos llevar por la emoción y hacemos o decimos algo de lo que luego nos arrepentimos. ¿Podemos aprender a controlar nuestras emociones en esos momentos? Sí.

Hablamos sobre Inteligencia Emocional para Platino Educa

Platino EDUCA, es una plataforma innovadora que utiliza el audiovisual y el cine como herramientas educativas, tanto para colegios como para universidades. Tiene el respaldo de más de 7000 productores españoles y latinoamericanos y cuenta con más de 240 obras y un catálogo potencial de más de 400.000.

Haz click en la imagen para ver la entrevista

La selección de obras audiovisuales y la elaboración del material pedagógico que ofrece Platino EDUCA se desarrollan en colaboración con renombradas instituciones en materia de cine y la educación.

Incluye 70 de las 100 películas españolas que todo estudiante debería conocer según LA ACADEMIA DE CINE ESPAÑOLA. Con guías de apoyo para el profesorado, muchas de ellas en español y en inglés. Es una iniciativa de EGEDA, entidad de gestión de derechos de propiedad intelectual.

¿Cómo fomentar la salud emocional de nuestros hijos?

Este Miércoles 12 y Jueves día 13 estaré en Guadalajara, México compartiendo conocimientos en el Evento «Familias que transforman» organizado por PrepaTec, Inversión Educativa TEC y EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.

El Jueves 13 de octubre de 18:00-19:30h Tiempo del centro de México, participaré en la conferencia magna: ¿Cómo fomentar la salud emocional de nuestros hijos?

Podéis seguirla en el siguiente enlace: https://live.tec.mx/

Cómo fomentar la salud emocional de nuestros hijos

¿Ha cambiado la pandemia nuestra personalidad? Un estudio lo sugiere… y no hemos «salido mejores»

Hallan cambios en la personalidad aparentemente ligados a la pandemia, sobre todo en jóvenes, que se reconocen más neuróticos y menos amables que en 2019

Por Mario Viciosa

¿Sientes que has perdido en amabilidad? ¿Actúas con menos empatía? ¿Te sientes más neurótico o neurótica que en 2019? No eres la única persona. No resulta sorprendente, pero un estudio, publicado en PLoS ONE, ha detectado cambios en la personalidad en los últimos dos años de pandemia en un número significativo de personas.

Esto es relevante, porque tradicionalmente en psicología “se entiende que es difícil cambiar la personalidad”, precisa a Newtral.es la psicóloga Silvia Álava Sordo. Por acotar definiciones: ‘personalidad’ es una categoría que nos define a partir de un componente biológico “o genético, que asociamos con el temperamento, y otro ambiental, que puede ir cambiando”. Se deriva de la conducta.

Es algo distinto al comportamiento, que parece evidente que ha mutado en los últimos dos años. Podríamos citar tantos testimonios como personas hay en un país. Tú misma o mismo podrías relatar tu experiencia: o bien te pusiste a hacer pan –cosa que antes no hacías–; o a comer mejor; o a beber más alcohol; o a salir menos –cuando estaba permitido–. Pero, por ejemplo, difícilmente habrás cambiado tu personalidad como para dejar tu querido y previsible trabajo de oficinista para dedicarte a recorrer el mundo en un globo aerostático autofabricado, aun dándote miedo volar… O sí.

No, no salimos mejores

En la personalidad, hay cinco rasgos que se presuponen poco alterables en el tiempo y algunos, más bien ajenos a nuestras vivencias, aunque no del todo. ¿Tan brutal ha sido el impacto de la pandemia colectiva e individualmente como para que se hayan producido cambios en la personalidad?

La idea es que la pandemia nos ha convertido ‘en otras personas’ para ciertos rasgos. “Los llamados big five en psicología: neuroticismo, extroversión, apertura a lo nuevo y empatía o responsabilidad, aunque podríamos considerar otros”, matiza Álava, que no ha participado en este nuevo estudio.

La personalidad se considera algo estable, que no cambia fácilmente por eventos estresantes como catástrofes.

La personalidad de los adultos jóvenes fue la que más cambió

Y aquí vienen los detalles del estudio: el equipo que lo ha desarrollado, de la Universidad del Estado de la Florida (EE.UU.) liderado por Angelina Sutin, destaca que “en pandemia, la personalidad de los adultos jóvenes fue la que más cambió, con aumentos marcados en el neuroticismo y disminuciones en la amabilidad y la ‘escrupulosidad’ o empatía”. Este último término se entiende aquí como cierta conciencia de nuestros actos, algo cercano a autocontrol o responsabilidad o, dicho en ciertos contextos coloquiales, ‘cortarse un pelo’ en pandemia.

Los sujetos analizados, unos 7.000 estadounidenses, tendieron a volverse “más malhumorados y más propensos al estrés, menos cooperativos o confiados y menos comedidos y responsables”. Pero no fue lo mismo 2020 que 2021. En el segundo año de pandemia, los más jóvenes se hartaron antes y reconocieron ser menos empáticos, por ejemplo.

Más neuróticos, menos empáticos…

Más neuróticos, menos empáticos… Suena a que no se ha cumplido aquel eslogan de 2020 de «saldremos mejores«. En perspectiva, la psicóloga Sarai Fernández (Center Psicología Clínica) cree que aquella afirmación solo podría haber tenido sentido desde el punto de vista de la resiliencia. Pero incluso con este sentido, “hemos llegado al límite para sobreponernos”.

A su modo de ver “no, no hemos salido mejores personas, creo que lo teníamos clarísimo. Somos animales sociales. Cuando dejamos de entrenar esas habilidades sociales, perdemos esa ‘masa muscular’ emocional”. Eso se percibe especialmente en el “rasgo del neuroticismo (el más ligado al estado de salud mental), sobre todo en adolescentes, que están en aprendizaje social”. Muchos de ellos han vivido el paso de la infancia a la adolescencia encerrados o con una socialización casi limitada a las pantallas. Eso marca.

Desde la Universidad de Medicina y Salud de Irlanda, la psicóloga Jolanta Burke apunta que “los cambios de personalidad detectados en este estudio pueden explicar de alguna manera la disminución en el bienestar que hemos visto durante la pandemia”.

Un impacto colectivo sin precedentes, “ni siquiera una guerra”

El estudio es complejo. Y no menos complejo es sacar conclusiones en caliente; la pandemia ni siquiera ha acabado. Jugamos con esos cinco rasgos universales pero con matices locales. ¿Cómo se miden estas cosas? Lo explica el psiquiatra en el Hospital Clínic de Barcelona Joaquim Raduà, de IDIBAPS en el SMC de España: “Las pruebas de personalidad valoran la tendencia de una persona a mostrar comportamientos parecidos en diferentes contextos. Por ejemplo, para medir tu extraversión te preguntan si tiendes a hablar con los demás en la mayoría de las situaciones, si eres habitualmente sociable, etc. Todos podemos sentirnos más habladores un día y más reservados otro. Pero una persona con extraversión elevada tiende a ser habladora o sociable la mayoría de las veces”. 

En general, los estudios anteriores no habían detectado asociaciones entre los eventos estresantes colectivos (terremotos, huracanes, etc.) y el cambio de personalidad. Sin embargo, la pandemia de coronavirus ha afectado a todo el mundo y a casi todos los aspectos de la vida, incide la doctora Álava.

“Los estudios hechos en situaciones extremas son los que te permiten ver cambios, mínimos, pero ahí están”, señala. “La pandemia tuvo algo único. Nos encerramos prácticamente todos en el planeta. La humanidad estaba amenazada por igual. Ni siquiera su impacto es como el de una guerra. Las guerras son estresantes para quienes las viven, pero no tienen incidencia mundial”, apunta.

Tampoco es comparable a otras calamidades de gran impacto. “En las catástrofes naturales opera la psicología de emergencias –recuerda Sarai Fernández–. Crea un trauma de un solo momento, personal o vicario; igual que el terrorismo, como el 11-M. Hay gente que adquirió un trauma de verlo por la tele, desarrolando miedo a coger el tren”. Es distinto a una pademia, nueva, sostenida y cambiante. “Al final, tenemos hartazgo”.

Para los autores del estudio, hemos tenido que cambiar tantas formas de relacionarnos que, al final, eso ha inducido a un cambio en la personalidad. “Pequeño, pero significativo”. Y eso va por edades. Y no fue lo mismo 2020 que 2021.

El cambio en la personalidad en pandemia se notó más en jóvenes

El equipo de Sutin hizo análisis previos a la pandemia (mayo de 2014 y febrero de 2020), evaluaciones al comienzo de la crisis (marzo a diciembre de 2020) y posteriores (2021-2022). Se analizaron 18.623 valoraciones (una media de 2,62 por participante, todos mayores de edad).

De acuerdo con otros estudios, hubo relativamente pocos cambios entre los rasgos de personalidad previos a la pandemia y los de 2020, con solo una pequeña disminución en el neuroticismo. “Normalmente, al hacernos mayores solemos ir puntuando más bajo en ese rasgo, tenemos más estabilidad”, explica Álava. Sin embargo, se han visto disminuciones en la extraversión, la amabilidad y la empatía cuando se compararon los datos de 2021-2022 con la personalidad previa a la pandemia.


En 2020, la gente ‘se cortaba más’, tenía más responsabilidad. Eso cambió en 2021, donde se desplomó el ‘mantener las formas’ en jóvenes, pero no sólo.

En este estudio, los cambios fueron de casi una décima parte de una desviación estándar, lo que equivale a aproximadamente una década de cambio normativo de personalidad, según la profesora Sutin. La peor parte parece que se la llevaron las personas más jóvenes. El grupo de adultos de mayor edad no mostró cambios estadísticamente significativos en los rasgos.

De hecho, los mayores de 65 años se ‘volvieron’ en todo caso un poco más amables. Pero destaca especialmente el apartado de la empatía, aquí entendida como ‘autocontención’. Los menores de 30 pegaron un cambio brusco en 2021, no en 2020. Reconocieron que en lo que más variaron fue en ‘tener menos escrúpulos‘, del orden de 10 veces menos que los mayores de 65, que también mostraron una menor capacidad de contenerse. “Tiene sentido, ligado a la respuesta a las restricciones”, interpreta Álava.

Por su parte, junto a su colega psicólogo Miquel Àngel Fullana, el doctor Raduà cree que “los resultados de este estudio, en caso de que se repliquen, podrían indicar que con la pandemia las personas cambiaron algunos de sus comportamientos habituales” y con ellos, la personalidad. Pero la clave es si esos cambios vinieron para quedarse.

¿Es cosa de la pandemia o hay algo más?

Distingamos, una vez más, comportamientos de personalidad. Los comportamientos, a la larga, también nos definen. “Para algunas personas mayores, las videollamadas les abrieron una ventana al mundo (que han mantenido), amortiguando algunos aislamientos –señala Álava–. Pero hay que tener cuidado, porque en más jóvenes, familiarizados con redes sociales, sí se ha detectado un aumento de la soledad”.

Camino de dos años y medio después del confinamiento, “encontramos más comportamientos hostiles, sobre todo”, explica Fernández desde su experiencia. Hay “más irascibilidad” y también “sintomatología más depresiva”. Pero eso no implica que definitivamente nos hayamos vuelto más neuróticos, menos empáticos, más introvertidos y menos abiertos. “Habría que hacer estudios a más largo plazo”.

Los autores concluyen que si estos cambios en la personalidad de la pandemia son duraderos, se probará que los eventos estresantes en toda la población pueden torcer ligeramente la trayectoria de la personalidad, especialmente en los adultos más jóvenes. De la misma forma que se ha demostrado que el distanciamiento físico altera nuestras emociones y percepción del tiempo. “Nada es igual a un abrazo por mucho que hoy tengamos Skype”, ejemplifica Álava.

Eduard Vieta (CIBERSAM y Hospital Clínic) es algo más crítico. “El estudio tiene cierta validez, pero también limitaciones, especialmente al hacer atribuciones a la pandemia, ya que los cambios pueden ser debidos a otros factores”, cree este psiquiatra. Destaca que no es lo mismo Estados Unidos que otros países con otras restricciones y cultura (es diferente implantar una mascarilla en Norteamérica que en Asia-Pacífico). Y destaca el peso de la salud mental, antes y después de los confinamientos y la crisis por el coronavirus.

“Más que cambios en la personalidad, la pandemia ha destapado problemas de salud mental que veníamos acarreando. Un vendaval ante una casa con los cimientos tocados”

Silvia Álava, psicóloga

“La personalidad es una cualidad relativamente estable; los cambios detectados parecen los esperables en un contexto de estrés. Encajarían con el aumento detectado de problemas de salud mental (conducta alimentaria, autolesiones, etc.) observado en la población más joven en 2020-2021“, apunta Vieta en el SMC de España.

La profesora Burke añade una paradoja en The Conversation: “Muchos nos volvimos más conscientes de la salud, comiendo mejor y haciendo más ejercicio. Buscamos cualquier conexión social e intentamos reenfocar nuestra atención en el crecimiento psicológico, emocional e intelectual”. Eso, en nuestra conducta. Pero “la salud mental y el bienestar disminuyeron significativamente. Esto tiene sentido dados los cambios drásticos por los que pasamos“. Y eso puede permear ligeramente en nuestra forma de ser y nuestra identidad.

En este sentido, la experiencia clínica en España de la doctora Álava ha revelado que han saltado las costuras de esa salud mental, más que las de la personalidad. “No teníamos suficientes herramientas para regular nuestras emociones. La pandemia ha destapado problemas de salud mental que veníamos acarreando. Llegábamos justos. Un vendaval ante una casa con los cimientos tocados”, concluye.

FUENTE: Newtral.es

Enseñar a los niños a jugar solos para fomentar su autonomía (y más tips)

Ayudar a tus hijos a ser más autónomos e independientes a través de la responsabilidad y el juego.

Fomentar la autonomía en los niños es fundamental si queremos que estos tengan un correcto desarrollo y puedan asumir las responsabilidades adecuadas para cada edad, pero también estableciendo hábitos como que, por ejemplo, el niño juegue solo. Por ello, es esencial empezarla a trabajar la autonomía desde muy pequeños a través del juego y con pequeñas tareas domésticas o de cuidado personal.

Establecer rutinas, darles espacio y adaptar lo que les pedimos es fundamental para que ellos sientan que pueden conseguirlo y, por ende, crezcan felices, sanos y con una buena autoestima.

Índice

  1. Como fomentar la autonomía y responsabilidad de los niños
  2. Cómo y por qué enseñar a los niños a jugar solos
  3. Educar a niños más autónomos e independientes

Como fomentar la autonomía y responsabilidad de los niños

A partir de los 2 años, más o menos, los niños tienen un gran entusiasmo a la hora de hacer cosas por ellos mismos: estamos en la fase del ‘yo puedo solo‘, del ‘yo quiero hacerlo’. Aprovechar esta fuerza, esta confianza, que sale de nuestro pequeño es fundamental para empezar con el desarrollo de la autonomía. En este punto, pues, es vital que tengamos mucha paciencia con ellos y que los animemos a que realicen las tareas por su cuenta.

Las tareas que pueden realizar los niños en esta edad son bastante básicas, pero debemos entender que son un mundo para ellos. Por este mismo motivo, no solo debemos mostrarles nuestro apoyo, sino que debemos animarlos y no presionarles; debemos dejarles su tiempo y su espacio.

Un juego al que podemos jugar en esta etapa, como no podría ser de otro modo, es el de ser mayor. En este caso, les podemos pedir que tiren los pañales al cubo de basura correspondiente o bien dejarles que empiecen a vestirse y desvestirse de forma autónoma, y que depositen la ropa sucia para lavar, etc. Siempre dándoles responsabilidades que se encuentren dentro de sus capacidades.

Cómo y por qué enseñar a los niños a jugar solos

Otra manera en la que podemos fomentar la autonomía de los niños es enseñándoles a jugar solos. Sí, aunque a veces nos parezca que no es bueno, debemos aprender a dejar que jueguen solos. Evidentemente, compartir todo el tiempo que podamos con ellos es muy bueno, fantástico. Pero, también deben aprender a estar solitos y a pasar ratos con ellos mismos; darles espacio para que vayan fomentando su creatividad y vayan siendo conscientes de todo cuanto pueden llegar a conseguir si se lo proponen. 

Conseguir que los niños jueguen solos es bastante simple si seguimos unas pequeñas pautas: lo primero, será conseguirles un juego que les guste y que fomente tanto la creatividad como el razonamiento. Por ejemplo, los bloques de construcción y los muñecos.

Cuando queramos empezar a enseñarles a jugar solos, vamos a darles unas pequeñas pautas como, por ejemplo, ‘construye una escuela y ahora vengo yo a verte y ayudarte’. Y, dejamos pasar unos minutos antes de ir a ver todo lo que han hecho. Esta pequeña pausa en la que los dejamos solos debe ir aumentándose poco a poco hasta que los niños sean capaces de jugar sin necesitar de los adultos.

Y, a medida que vayan sumando años, vamos añadiendo juegos adaptados a su edad, tareas del hogar y responsabilidades en su cuidado personal

Educar a niños más autónomos e independientes

Como hemos dicho, cerca de los 2 años, los niños tienen una necesidad de demostrar, y demostrarse, que pueden hacer las cosas por ellos mismos, de tener más autonomía. Y, aquí, los padres debemos ir con mucho cuidado. Pese a que, a veces, vayamos con el tiempo justo o sepamos que los niños no van a hacer algo como se lo hemos enseñado, debemos evitar el ‘ya lo hago yo’ y ‘te ayudo, porque tú solo no puedes’.

Por un lado, el ‘ya lo hago yo’ se debe evitar porque es muy fácil que los niños se acostumbren, luego, a que lo hagamos todo nosotros. Y lo hacen muy rápidamente. Por ello, debemos armarnos de paciencia y darles el tiempo necesario para que hagan de forma autónoma lo que les hemos pedido.

Por otro lado, el ‘te ayudo, porque tú solo no puedes hacerlo’ también se debe evitar, ya que esto transmite a los niños una falta de confianza en sus habilidades. Y, si nosotros no confiamos en ellos, ¿quién lo hará? Debemos entender, también, su punto de vista y ser muy empáticos con ellos en todo momento. Si nuestros hijos ven, por el contrario, que los animamos, no solo mejorarán su autonomía, sino que incrementarán muchísimo su propia autoestima.

Enseñar responsabilidad a los niños y hacerlos más autónomos es tarea y responsabilidad de los papás y mamás si queremos verlos crecer felices y sanos, además de ofrecerles las herramientas necesarias para que puedan convertirse en adultos con una vida plena. 

Puedes leer más artículos similares a Enseñar a los niños a jugar solos para fomentar su autonomía (y más tips), en la categoría de Autonomía en Guiainfantil.com

¿Qué hacer si creo que mi hijo es víctima de acoso escolar? en el Diario El País

Prevenir y detectar los casos de ‘bullying’ pasa necesariamente por involucrar a toda la comunidad educativa y por cultivar, desde casa, valores tan importantes como la asertividad y el respeto

Por NACHO MENESES

Si hay algo que caracteriza al acoso escolar es que, al margen de las cifras, no se limita ni se detiene en las paredes del centro escolar. El bullying es ya multiplataforma porque, a lo sucedido en sus instalaciones, se suma lo que acontezca después en las redes sociales, fuera del horario lectivo y lejos del alcance de los profesores y, muchas veces, de las familias. La amenaza no es baladí: el aumento en el uso de los dispositivos digitales ha tenido como consecuencia un crecimiento significativo del ciberacoso en redes sociales como WhatsApp, Instagram o Tik Tok, hasta el punto de suponer el 22,6% de este tipo de agresiones. La edad de acceso a estos terminales tampoco ayuda: los menores hacen uso de su propio móvil, de media, a los 12 años y sin apenas supervisión parental, según los datos ofrecidos por el III Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativosde la Fundación Anar y la Fundación Mutua Madrileña.

De la percepción de los estudiantes se deduce que el acoso escolar afecta todavía a un 15,2% de los menores.

Otros porcentajes también son relevantes: uno de cada cinco alumnos admite haber podido participar en algún caso de acoso o ciberacoso sin darse cuenta, mientras que, de los casos detectados, casi la mitad no fueron resueltos, e incluso el 17% de los alumnos piensa que el centro no hizo nada por solucionarlo. Los docentes, por su parte, señalan la falta de recursos (78,8%) y de formación (51%) en el profesorado, así como la dificultad en diferenciar el acoso de otros problemas de convivencia como las barreras más relevantes a la hora de intervenir en los centros.

¿Qué es acoso?

“Lo primero que debemos hacer es distinguir el acoso de lo que no lo es, porque es verdad que los niños se pelean y a veces se hacen daño si juegan a lo bruto, tienen comportamientos indeseados y se faltan el respeto”, afirma la psicóloga infantil Silvia Álava. “Cuando hablamos de acoso, tiene que existir una intención de hacer daño de manera completamente intencionada, deliberada y continuada, y que se dirija siempre al mismo alumno”. Y que exista, además, un desequilibrio de poder entre el acosador y el acosado, que se siente inferior al otro y que ve cómo la situación de acoso afecta seriamente a su autoestima. Los tipos de agresión más frecuentes, según el informe Anar, son los insultos, motes o burlas (86,3%); la difusión de rumores (46,9%); los empujones o collejas (45,3%); el aislamiento (44,9%), los golpes y patadas (38%); y las provocaciones 30,9%).

1. La prevención

Actuar frente al acoso empieza necesariamente con la prevención y, por ello, cualquier acción preventiva ha de abarcar toda la comunidad escolar, desde el clima del aula hasta el de todo el colegio e incluso de las familias. Y hacerlo sin olvidar que hablar de acoso es hablar de la víctima, pero también del acosador y del resto de compañeros, que muchas veces adoptan el rol de testigos mudos frente a la agresión. Por eso, el primer factor que hay que trabajar es el respeto: “Uno de los problemas que tiene el acoso es que no implica únicamente a un niño que acosa a otro; también están los compañeros que lo ven y no dicen nada o que incluso le refuerzan, aplaudiéndole por detrás”, explica Álava. A la primera señal de una falta de respeto en el aula, afirma, es necesario que el alumno o alumna afectados puedan pararlo; que los compañeros también lo puedan frenar; y que, si es necesario, se lo digan al adulto responsable del aula. “Tenemos que pensar que la mayor parte del acoso es encubierto, porque ocurre a espaldas de los adultos”, añade.

Autonomía, asertividad e inteligencia emocional

Pero la prevención es un proceso que ha de empezar en casa, trabajando la autonomía, la asertividad y la inteligencia emocional de los pequeños desde muy temprano, “para que sean capaces de decir qué es lo que quieren, piensan, desean u opinan, pero sin imponerlo; y que tampoco se queden callados o inhibidos”, recomienda Álava. Esto no solo ayudará a que haya menos víctimas; también hará que surjan menos acosadores. Ahora bien, ¿cómo trabajar esa asertividad a nivel familiar? “Lo primero que hay que hacer es crear un clima de confianza, donde los niños se atrevan a compartir lo que está ocurriendo en la escuela. Ellos tienen que sentirse escuchados en casa, y que vean que a su familia le importa lo que está pasando y que los van a escuchar. Y eso implica crear espacios donde conversar”, añade. La experta sugiere usar el tiempo dedicado a la cena familiar: ya que estamos todos juntos en casa, mejor cenar juntos y contarse lo que está sucediendo.

Predicar con el ejemplo

Suele decirse que hay que predicar con el ejemplo, y esto es aquí más cierto que nunca. El modelo que los niños tengan en casa influirá de manera directa en su conducta futura, porque ellos tienden a copiar a sus adultos de referencia: su padre y madre, su profesor o profesora… Y si queremos que sean asertivos, es importante que sus progenitores también lo sean. “Pero si yo soy una persona que tiendo a faltar el respeto, y hablo despectivamente desde que pongo la tele, ¿qué pasa? Que mi hijo o hija pensarán que eso es normal”, explica Álava. Y cuidado con la sobreprotección: los menores criados con un estilo educativo sobreprotector tienen más probabilidades de acabar siendo víctimas de acoso.

¿Cómo actuar respecto a las redes sociales? 

Es importante no caer en el error de repudiarlas, porque el entorno digital es una parte esencial de sus vidas que no podemos pretender ignorar. Pero, para evitar el abuso de las mismas, “lo que sí podemos hacer es, desde pequeños, acompañarlos en su correcto uso. En función de su edad, poner una limitación de tiempo; y al principio nos tendremos que sentar a su lado, ver en qué páginas y redes sociales se mete y qué tipo de comentarios está dejando, para que aprendan que el respeto y la tolerancia también han de estar presentes en internet”.

2. La detección

¿Qué factores pueden indicar la presencia de acoso escolar? Aunque hay muchas diferencias individuales, está claro que el bullying será siempre una situación tremendamente angustiosa y ansiógena para el menor, y eso transpirará en su conducta. “Vamos a ver muchos síntomas de ansiedad: desde que nos digan por la mañana que les duele la cabeza o la tripa (es decir, dolores somáticos), llegando incluso a vomitar, a que experimenten cambios de hábitos, como que no quieran ir al colegio o coger la ruta escolar o que insistan en que los acompañes. O cuando, por ejemplo, hay una excursión con el colegio y ponen excusas para no ir”, argumenta la psicóloga.

Cambios

También pueden producirse cambios de naturaleza muy diversa que abarcan desde el carácter a la alimentación o los hábitos de sueño. “Puede que, por ejemplo, esté más irritable, más retraído, más angustiado o más triste; que de repente tenga ataques de rabia o que se eche a llorar, pero que cuando le preguntes, ponga excusas y diga que no pasa nada”, desgrana Álava. Puede suceder que, por la noche, le cueste conciliar el sueño, y que durante el día haya una excesiva somnolencia; que experimenten alteraciones del apetito, bien debido a una excesiva somnolencia o a que, por el contrario, coman con demasiada ansiedad; o que se muestre más distraído, olvidadizo o con baja seguridad y autoestima. “E incluso podemos llegar a observar comportamientos agresivos en casa con los hermanos más pequeños, donde reproduce ese tipo de comportamiento”, remacha la especialista.

3. Cómo actuar en caso de acoso

Lo primero de todo es no perder tiempo otorgando culpabilidades: ni a ti como padre o madre, ni al niño, niña o adolescente. No es el momento de culpabilizar, sino de escuchar y de tener una comunicación abierta. “Es decir: cuéntame qué es lo que ha ocurrido. Intenta hacer preguntas lo más abiertas posibles; no cerradas, para que te puedan oír y contar. Es el momento de validar sus emociones, no de dar soluciones. Y en ese ‘te escucho’, te escucho y te pregunto cómo te sientes hoy; entiendo que estés frustrado; entiendo que estés enfadado; entiendo que estés triste y que tengas miedo… Lo último que necesita es que le echemos la bronca o que le digamos qué tiene que hacer, porque seguramente no está en disposición de hacer nada”, desgrana Álava. Se trata, en definitiva, de generar un clima de confianza.

Ayuda de los profesionales

El siguiente paso, continúa la psicóloga, sería ponerse en contacto inmediato con la escuela y solicitar la ayuda de los profesores: “Hay que mantener un contacto fluido con el colegio o el instituto, para que nos digan lo que se va a hacer o se está haciendo. Y, en paralelo, sería también bueno pedir ayuda externa para ayudarle a ser más asertivo. Enseñarle a defenderse, pero no desde la agresividad ni desde la violencia, sino desde el ‘yo te paro’ o del ‘soy capaz de decirte que esto no me gusta’, y que incluso pueda, en un momento determinado, ignorar al acosador: ‘Si la agresión está haciendo que tú te enfades y te piques, enséñale a pedir ayuda y hablar con el colegio”. Y, finalmente, intentar que abra su círculo de amigos, o al menos favorecer otros contactos más allá de ese entorno a través de actividades extraescolares, del barrio… “Si no puede ser en la escuela o en el instituto, que al menos sea en otro sitio donde se sienta bien”, concluye Álava.

FUENTE: ElPais.com

10 consejos para educar hijos felices

¿Cuál es la respuesta más común entre los padres cuando se les pregunta qué quieren para sus hijos?… Que sean Felices…

Silvia Álava - 10 consejos para educar hijos felices

Analizamos a través del humor y situaciones cotidianas, cuáles son los retos a los que se enfrentan los padres hoy en día, donde prevalecen un excesivo sentimiento de culpa, sobreprotección y un afán de perfección que en palabras de la psicóloga “no existe, porque no existen las personas perfectas”. Por ello, Álava animó a los padres a perder el miedo al fracaso para no extender esa frustración a los hijos y “preparar a tu hijo para el camino, no el camino para tus hijos. Los que preparan el camino son padres “apisonadora”, que impiden que sus hijos desarrollen competencias emocionales, lo que les generará más inseguridad e infelicidad en el futuro”.

Decálogo que puede ser de gran utilidad para educar en la felicidad:

1. El mayor regalo para un niño es la atención.

Esta atención debe ser de calidad, mediante una escucha activa. Nos sentimos escuchados por los ojos. Necesitamos que nos miren.

2. No les presiones.

Ofrece al niño pequeños retos, que siempre son más efectivos que el castigo.

3. Mide bien lo que le pides al niño.

No le exijas lo que no pueden hacer. La búsqueda de la perfección en los hijos hace que en muchas ocasiones se les exijan cosas para las que no están preparados.

4. Refuerza cada paso que dé, aunque sea pequeño.

Todos necesitamos el reconocimiento de los que nos rodean. El niño irá ganando en confianza y autonomía.

5. Busca cosas que se le den bien, donde pueda destacar aunque sean fuera del ámbito escolar.

La práctica deportiva es muy útil, en este sentido, porque además muestra que las cosas que dan más felicidad se ganan con esfuerzo continuado.

6. Mitiga defectos y potencia virtudes.

Es necesario reforzar en positivo, sin comparaciones. El niño también agradece que el padre se muestre orgulloso de él y se lo haga saber a él y a sus seres queridos.

7. Si lo necesitas, pide ayuda.

El afán de perfeccionismo de los padres hace que muchas veces no pidan ayuda y esto, sumado a la falta de tiempo y el cansancio, genera frustración.

8. Enséñale a pensar y dótale de recursos.

Evitar el “ya lo hago yo” o “espera a que llegue a casa y lo hacemos”. Son mensajes que hacen sentir al niño que él no es capaz. Por el contrario, hay que optar por el “¿Tú qué piensas? ¿Cómo lo harías?”.

9. Busca con él los momentos felices.

Las pequeñas cosas del día aportan felicidad. Hay que buscar que esos momentos sean de calidad, prestando atención al niño.

10. La vida es más que un boletín de notas.

Este punto está directamente relacionado con el 5 y con el 8. Ninguno de nosotros recuerda como momentos felices hacer los deberes con nuestros padres.

FUENTE: Liceo-Europeo.es

30 de Julio: Día Mundial de la Amistad

El “Día Internacional de la Amistad” (International Friendship Day) es un día para fomentar la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas.

Compartir el espíritu humano a través de la amistad

Nuestro mundo hace frente a muchos desafíos, crisis y fuerzas divisorias —pobreza, violencia, violaciones de los derechos humanos— que amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la armonía social entre los pueblos del mundo y dentro de sí mismos.

Para abordar estos problemas, es necesario atajar las causas que los provocan, fomentando y defendiendo la solidaridad, que puede manifestarse de muchas maneras, como por ejemplo, la amistad.

A través de la amistad, cultivando los lazos de la camaradería y fortaleciendo la confianza, podemos contribuir a los cambios fundamentales y necesarios para alcanzar una estabilidad duradera, tejer una red de apoyo social que nos proteja a todos y generar pasión por lograr un mundo mejor, todos unidos por el bien común.

Los orígenes

Los orígenes de esta celebración se remontan a una reunión de amigos realizada en Puerto Pinasco (Paraguay) en 1958, en la cual el Dr. Artemio Bracho (fundador de la Cruzada mundial de la amistad), propone la instauración de un día para festejar la amistad entre los seres humanos.

La Asamblea General designó en 2011 el Día Internacional de la Amistad con la idea de que la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas puede inspirar iniciativas de paz y presenta una oportunidad de tender puentes entre las comunidades. 

Para conmemorar el Día Internacional de la Amistad, la ONU alienta a los gobiernos, las organizaciones internacionales y los grupos de la sociedad civil a celebrar eventos, actividades e iniciativas que contribuyan a los esfuerzos de la comunidad internacional para promover un diálogo entre civilizaciones, solidaridad, comprensión mutua y reconciliación.

Implicar a los jóvenes y a los futuros líderes

La resolución (A/RES/65/275) pone un especial énfasis en la importancia de implicar a los jóvenes y a los futuros líderes en actividades comunitarias encaminadas a fomentar la inclusión de las distintas culturas y el respeto entre ellas, promoviendo a la vez la comprensión internacional y el respeto de la diversidad.

El Día Internacional de la Amistad es una iniciativa que se remonta y parte de la propuesta hecha por la UNESCO tratada y aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1997 (A/RES/52/13), que definió la Cultura de Paz como un conjunto de valores, actitudes, y conductas que rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos, abordando las causas profundas con el objetivo de resolverlos. 

Dos años después se adoptaría la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (A/RES/53/243), la cual estableció 8 líneas de acción que las naciones, organismos y personas pueden emprender para que prevalezca una cultura de paz.

[Mamás y papás] Menudos encuentros en Zaragoza

Vuelve la jornada Menudos Encuentros a Zaragoza

Será el domingo 29 de mayo  de 11 a 20:30h en el edificio San Valero de la Plaza Santa Cruz, en pleno casco histórico de la ciudad.

Menudos encuentros, es una jornada intensiva dirigida a familias (infancia y adolescencia), donde proporcionar soluciones prácticas para los problemas de hoy. Un espacio único donde expertos educativos, instituciones y marcas relacionadas con la familia, se unen para buscar soluciones, en un ambiente de aprendizaje, divertido y solidario.

La recaudación de las entradas, con un precio entre 4 y 1 €, será destinada a favor de Aspanoa. Ya podemos comprarlas en su web.

Ya sabemos algunos detalles de la programación de la jornada. Os adelantamos algunos:

ENCUENTROS CON EXPERTOS

12:00 Presentación del evento.

12:15 Viajar en familia: una inversión en felicidad , con Joana Saldon , periodista experta en Viajes. Mamás Viajeras

13:00 Conciliación Real, trabajando para ayudar a las familias. Plataforma de la Infancia

17:00 Menores en la red ¿Qué debo saber como madre o padre?. Laura Cuesta, Profesora de Ciber comunicación. Encuentro Patrocinado por UP FAMILY!!

18:00 ¿Cómo Favorecer la salud emocional de nuestros hijos? Silvia Alava, psicóloga y Especialista en Psicología Educativa. Patrocinado por Direccion general de Igualdad y Familias del Gobierno de Aragon.

19.30h Actuación de clausura del Coro Infantil del Conservatorio Municipal Elemental de música.

*Podéis ver los ponentes en la web de menudosencuentros.com

ZONA INFORMATIVA Y DE TALLERES.

ESPACIO Con Peques en Zaragoza y Cuentacientíficas.

Haremos una manualidad donde conoceremos a unas científicas muy especiales de 11 a 13h

Espacio Creativo de actividad libre, con imprimibles de 16 a 20 h

ESPACIO INCIBE

Espacio interactivo, donde un experto dará consejos y toda la información sobre los servicios de INCIBE, y en particular, aquellos más centrados en ciudadanos (OSI) y menores (IS4K), que sean de interés para las familias.

ESPACIO ASPANOA

Actividad Plástica. Ayúdanos a realizar la Guirnalda más larga de Aspanoa, que posteriormente trasladaremos al Hospital. De 11.00 a 14.00 horas.

De 16.30 a 19.30 horas. Espacio Informativo solidario.

Foto solidaria con Squad Cierzo

Legion 501.

ESPACIO PLANETARIO DE ARAGON y MUSEO MATEMATICO

Espacio Informativo, juegos interactivos  y sorteos. Torres de Hanoi, Mate, Rascacielas, Juegos de Nim

ESPACIO DKV.

13 h Taller ¿Cómo hablar con mis hijos adolescentes? Con  la psicóloga Marta Martín y Laura Gimeno de Psicología Mente Libre.

18:45 Taller Mindfullnes en Familia ( Sala Polivalente), con Asherco.

GOBIERNO DE ARAGON. DIRECCION GENERAL DE IGUALDAD Y FAMILIAS 

Plasma tu mensaje en el Muro de Conciliación. Horario Continuo

¡ESPACIO UP FAMILY! Y FUNDACION EDELVIVES. 

Conoce Up Family un espacio de encuentro, formación y de acompañamiento para todas las familias.

ESPACIO CENTRO DINGOLONDANGO

Talleres continuos

Taller de Tactos y Contrastes 0 a 3 años

Camino Sensorial

Juegos Reciclados

ESPACIO GRUPO SAN VALERO.

FESTIVAL TOCANDO EL CIELO

De 11 a 13h talleres musicales familiares

PLATAFORMA DE LA INFANCIA

• Hora: desde las 11h

• Edad recomendada: todas las edades

• Lugar:  Edificio San Valero de la Plaza Santa Cruz

Precio:

4€ adultos. 1€ peques

• Organiza:  Menuda Feria

Más información:  https://menudosencuentros.com