La importancia de trabajar las emociones con los niños

La importancia de trabajar las emociones con los niños

Las psicólogas Silvia Álava Sordo y Ruth Castillo Gualda publican ‘Inteligencia emocional en familia’, un libro donde hablan de la inteligencia emocional y la educación socioemocional y ofrecen herramientas a los padres y educadores para que sepan entender lo que sienten sus hijos.

Publicado por Ana M. Longo

Las emociones son respuestas involuntarias a estímulos y forman parte de nosotros. Los padres queremos que nuestros hijos sufran lo menos posible, pero las emociones desagradables también están.

Hablamos con las autoras del manual ‘Inteligencia emocional en familia’ (Editorial Síntesis, 2023)Silvia Álava Sordo y Ruth Castillo Gualda, quienes afirman que no hay que tratar de ser unos padres perfectos, sino mediante el ejemplo, mostrar que también se poseen las estrategias para manejar todas las emociones.

4 habilidades

La inteligencia emocional como apunta Silvia Álava Sordo, doctora en Psicología clínica y de la salud, profesora de universidad y divulgadora científica, está compuesta por cuatro habilidades desde el modelo de Mayer y Salovey (psicólogos norteamericanos, que, en 1990, desarrollan la Teoría de la Inteligencia Emocional) que siguen en su obra:

  • La primera es la de la percepción emocional, esto es, ser capaz de reconocer las emociones, primero en uno mismo -y expresarlas adecuadamente- y también, reconocer las que sienten quienes te rodean.
  • La segunda es la facilitación emocional: Somos conscientes de que no hay emociones buenas ni malas, sino que todas son buenas porque nos dan información que aprendemos a leer y que constata que algo sucede.
  • La tercera es la comprensión emocional, es decir, entendemos la causa y la consecuencia de una emoción y también lo descubrimos en los demás. Además, disponemos de un vocabulario para exponer cómo nos estamos sintiendo.
  • La cuarta es la regulación/manejo emocional: Cuando somos conscientes de la emoción, en lugar de actuar en automático, diciendo o haciendo algo de lo que puede que nos arrepintamos o quedándonos colapsados, de forma consciente elegimos cómo vamos a actuar; también implica regular las emociones de los demás, ayudarlos.

Como refiere la psicóloga sanitaria y educativa,

Existe suficiente evidencia científica acerca de la importancia de trabajar la educación emocional en los niños.

Si como progenitores pretendemos evitar constantemente el dolor o la tristeza a nuestros hijos, la escritora destaca que no se les ejercitará en una óptima educación emocional: “No les permitiremos experimentar las emociones menos placenteras ni que aprendan a convivir con ellas; tampoco les proveeremos de las estrategias más acertadas para regularlas”. Y añade que es crucial hacerlo para prevenir determinados trastornos emocionales, como la ansiedad y el estrés.

Ayudar al niño a regularse emocionalmente

Ruth Castillo Gualda, doctora en Psicología, experta en educación emocional, profesora y consultora del Yale Center for Emotional Intelligence, relata que: “La educación socioemocional es un proceso de acompañamiento por parte del adulto, desde el ámbito familiar o educativo, para favorecer las habilidades de reconocimiento, comprensión, expresión y regulación de las emociones”.

Puntos importantes en la educación emocional en una familia

A modo de conclusión, las autoras señalan los siguientes puntos a tener en cuenta las familias en la educación con sus hijos:

  • Educar en inteligencia emocional, pero primero como adultos sería necesario haber aprendido a identificar y regular las propias emociones.
  • Los niños necesitan que sus padres o profesores hagan una labor de corregulación. Al adulto desde la calma le resultará más fácil ayudar al hijo a regularse. Hay que recordar que el cerebro de niños y adolescentes está en un proceso madurativo; la parte que regula y maneja las emociones no termina de madurar hasta los 25 años.
  • Los adultos hemos de estar receptivos y presentes y generar un clima de confianza, un espacio seguro y respetar lo que dicen. Hablar de emociones no es de débiles.
  • Aceptar consiste en no rebelarse contra aquello que experimentamos. Hay que poner el foco en lo que depende de nosotros y en los aspectos que sí podemos controlar de nosotros mismos o de la situación.
  • Para favorecer la comprensión emocional, con el vocabulario emocional favoreceremos en nuestros hijos su autoconocimiento, su conversación interna y su capacidad para empatizar y captar las emociones de los demás.

FUENTE: SERPADRES.ES

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