«10 ejercicios para que los niños superen la tartamudez» colaboración de Silvia Álava para guiainfantil.com

10 ejercicios para superar la tartamudezSi sospechamos que nuestro hijo tiene un trastorno del habla, lo primero que tenemos que hacer es pararnos a observar. ¿Cuándo tartamudea el niño? ¿en que situaciones?¿quienes están? ¿es una conducta que se repite de forma continua, o que solo aparece en momentos aislados?

Es necesario saber cuando, dónde, cómo y con quién ocurre, para poder establecer el porqué, la causa de dicha tartamudez. En muchas ocasiones hay una predisposición genética a la tartamudez, por lo que conviene averiguar si alguno de los padres tuvo ese problema en la niñez.

Actividades y juegos para ayudar a los niños tartamudos

Otro punto fundamental a tener en cuenta es la edad del niño, pues existe una tartamudez evolutiva que parece en trono a los 3 o 4 años de edad en la que el niño tiende a repetir las palabras, o en ocasiones “se atasca” y no sabe continuar. Si en cambio nuestro hijo tiene más de 5 años y continúa o se ha acentuado la tartamudez, conviene pedir ayuda y valorar el problema, para poder iniciar una intervención.

Una vez que hemos observado el problema, es importante que los padres:

1. No terminen las frases del niño. Tiene que aprender a hablar por si mismo para que vea que puede enfrentarse al problema y salir victorioso del mismo.

2. No meterse con él, enfadarse o menospreciarle cuando ocurra este problema.

3. No interrumpirle, dejarle que acabe las frases. Se le puede animar a que termine, con palabras de aliento, o una sonrisa.

4. Grabarle cuando hable despacio y cuando habla deprisa, para que él se oiga y empiece a ver las diferencias.

5. Cantar con él y de nuevo grabarle para que se escuche y que vea que cuando canta no tartamudea. Explicarle que esto sucede porque cantando “gestiona” mejor la cantidad de aire a expulsar.

6. Trabajar con el niño la respiración diafragmática (que aprenda a hacer una respiración profunda en la que el aire llegue al diafragma o a la tripa).

7. Hacer ejercicios de soplo, como hinchar globos, soplar velas, soplar con pajitas… de esta forma conseguiremos fortalecer los órganos fonadores.

8. Alargar las vocales al hablar. Esto sobre todo lo podemos hacer mientas el niño lee.

9. Trabajar el turno de palabras, como por ejemplo, los padres empiezan una frase, paran y le piden al niño que él la termine.

10. Controlar las conductas de ansiedad del niño. Trabajar con él el miedo a tartamudear.

Niños en el diván, colaboración con la revista YoDona

Os adjunto la colaboración publicada el pasado sábado en la revista YoDona en la que diferentes profesionales hablamos sobre el aumento y las causas de las consultas relacionadas con niños en los gabinetes de psicología (Creo que pinchando en ella podréis leer el artículo):

Niños en el diván

Cuándo llevar a nuestro hijo al psicólogo

chistes de psicologosOs adjunto la última colaboración realizada con guiainfantil.com: ¿Cuándo llevar a nuestro hijo al psicólogo?:

Ir al psicólogo ha cambiado mucho en los últimos tiempos, ahora no se acude solo cuando hay una patología grave o un problema de salud mental. Cada vez más gente viene a consulta para solventar una crisis de ansiedad o problemas en el trabajo.

En el área infanto-juvenil, los motivos más comunes por los que los padres nos traen a sus hijos a consulta es por problemas de conducta, porque les faltan habilidades sociales, se ponen nerviosos y somatizan o porque tienen dificultades escolares. No todos los casos son calificados como patológicos, muchas veces solo necesitan una orientación.

Ir al psicólogo con el niño

Ir al psicólogo no implica que tenga que haber un problema de salud mental. Nos preparamos mucho a nivel académico para realizar un determinado trabajo, y para una de las facetas más importantes de nuestra vida “ser padres”, apenas recibimos formación. Muchas veces los psicólogos hacemos de coach familiar, y asesoramos a los padres como enfocar y como resolver los problemas de sus hijos a todos los niveles, tanto cuando hay un diagnóstico clínico, como a la hora de tomar decisiones respecto a la educación de los niños, o sobre momentos estresantes en la vida cotidiana.

Muchas veces lo que nos dicen los padres después de haber recibido nuestra ayuda, es que con un asesoramiento claro y concreto han ganado calidad en el día a día y que consiguen que sus hijos realicen sus tareas cotidianas con mucho menos esfuerzo que antes, y sobre todo sin el desgaste emocional al que estaban sometidos.

Si vemos que nuestro niño lo pasa mal, que sufre, que no es feliz y no disfruta, o que el desgaste emocional en casa es muy elevado y que conseguir que el niño obedezca, estudie… es un triunfo, pidamos ayuda profesional. Seguro que se puede mejorar y es más fácil de lo que nos imaginamos.

Cuando los niños tiene problemas en el aprendizaje; no les va bien en el colegio, observamos que les cuesta aprender, que no se centran en clase ni a la hora de hacer los deberes… No hay que esperar a que el fracaso escolar se haya producido y el niño esté suspendiendo o que vaya a repetir curso. Lo ideal es pedir ayuda pronto, para poder evaluar al niño en cuanto comience a tener las primeras dificultades. Cuanto más pequeños son los niños, hay una mayor plasticidad cerebral, y será más fácil comenzar una reeducación de los aprendizajes.

Consejos para evitar los efectos de la crisis en los niños, nueva colaboración en elConfidencial.com

La crisis y los niños - foto Todd BakerMedir al información que se da a los niños, hacerlo de forma positiva, disfrutar del tiempo libre o valorar más lo que tenemos son algunos de los consejos que aparecen reflejados en este nuevo artículo de el diario digital elConfidencial.com y que buscan evitar los efectos de la crisis en los más pequeños de la casa y ayudar a mejorar su felicidad, espero que os resulte interesante. Hacer click en el enlace. 

Enuresis infantil. ¿Qué hacer si el niño se hace pis encima? Colaboración con guiainfantil.com

enuresis-que-hacer-si-pis-gOs adjunto el enlace a una colaboración realizada con guiainfantil.com, en esta caso dedicada a la enuresis infantil. En el artículo se habla de:

  • Tipos de enuresis.
  • ¿Cuándo ir al médico?
  • ¿Cómo trabajamos los psicólogos en estos casos?

Todo ello con varios vídeos complementarios muy interesantes. Os adjunto el enlace al artículo, espero que os resulte interesante: hacer click para ir al artículo.

De niñas a Malotas, nuevo libro de Ángel Peralbo

De niñas a malotas Ángel PeralboDe niñas a malotas es un libro que refleja con acierto y profundo conocimiento cuál es la realidad de las chicas adolescentes hoy y, también, cómo afrontan sus padres ese momento tan difícil de sus «princesas». Ellas, entre la búsqueda de libertad y la inseguridad; sus progenitores, entre el amor incondicional y el desconcierto.

Ángel Peralbo, psicólogo especializado en adolescencia y autor de El adolescente indomable –del que se han vendido 10.000 ejemplares−, explica por qué muchas jóvenes no son dueñas de sus vidas, aunque parezca lo contrario; qué las lleva a tener prisas por crecer; qué hace que se sientan incomprendidas; cómo manejan las turbulentas relaciones con sus amigas o sus conflictos con su propia imagen; cuáles son los peligros en su tiempo de ocio; por qué caen en las redes de una pareja tóxica que sigue patrones de antaño…

Todas estas cuestiones y muchas más en una obra imprescindible para comprender y poder ayudar a su hija adolescente, y aprovechar la oportunidad que nos da la adolescencia para garantizar que tenga una autoestima adecuada.

III conferencia sobre ¿Cómo superar las dificultades que presentan los niños con altas capacidades?

Será esta tarde, en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, y con ella se finaliza esta primera colaboración con el Programa de Enriquecimiento Educativo para Alumnos con Altas Capacidades realizado por EducaMadrid.

Intervendremos Mª Jesús ÁlavaÁngel Peralbo, y Yo, con el objetivo de aconsejar y dar pautas a los padres de estos niños, ante las dificultades que puedan presentarse en el día a día. Os iré contando esta interesantísima experiencia.

Programa de Enriquecimiento Educativo para Alumnos con Altas Capacidades

¿Cómo se puede ayudar a un adolescente (desde el punto de vista del médico) a que su visita al dentista sea lo más agradable posible?

Adolescentes en el dentistaCuando el paciente a tratar es un adolescente, debemos de tener en cuenta los cambios psicológicos que se producen durante la adolescencia:

En su desarrollo intelectual, destaca la potenciación del sentido crítico.  Este hecho ocasionará muchas dificultades en las relaciones familiares, pero incluso puede hacer que surja tensión con el profesional. Surge una falta de reconocimiento de la autoridad, que les hace cuestionarse todas las normas establecidas por los adultos, aunque sea su dentista. Debemos entender que les falta la experiencia vital, lo que les lleva a defender posturas muy rígidas y extremas, y hace que desarrollen un sentido idílico de la justicia.

 Su mundo se amplía. La familia pierde protagonismo a favor del grupo de los amigos. Necesitan marcar una diferencia con la etapa anterior en la que se los protegía y cuidaba, ahora “ya son mayores” y todo lo que antes  admiraban de sus padres, pasa a ser juzgado y criticado. No obstante, no debemos confundirnos, a pesar de su aparente rechazo, todavía necesitan a los padres y precisan su cariño y comprensión.  En este sentido nos podemos encontrar que hagan más caso a lo que les dice sus amigos respecto al cuidado y a la higiene dental, que lo que les dice su dentista.

Su identidad está en crisis. Ellos se sienten débiles y en muchas ocasiones sacrifican sus decisiones y preferencias personales, en función de lo que el grupo tolere; si todo el grupo fuma o lleva determinada indumentaria, también ellos tienden a hacerlo, para no quedar apartados.

Todo esto no implica que vayan a ser grupo complicado de tratar en la clínica dental, pero conviene saberlo para actuar con ellos de la forma más adecuada posible. No podemos tratarlos como si fueran niños, pero tampoco vale jugar a ser sus “amigos o colegas”, hay que ser amables y agradables (es fundamental ganarse su confianza), pero sin dejar de ser firmes, e informarles de lo que les vamos a hacer. Esto les dará seguridad y confianza. Y no dejemos de tranquilizarles y de mantener el foco de atención fuera de ellos, haciéndoles preguntas, planteándoles algún tema de conversación entretenido… pues por la edad, puede que les de vergüenza reconocer que tienen miedo o que están nerviosos, cuando si que lo están.

¿Cómo se puede ayudar a un niño (desde el punto de vista del médico) a que su visita al dentista sea lo más agradable posible?

Niños y dentistas foto absolutsevilla.comPor regla general los niños tienen una gran capacidad de observación. Incluso superior a la de los adultos. Es por eso que lo primero que van a hacer cuando llegan a la consulta es fijarse en cómo está, en su decoración, su distribución… Es aconsejable, que en la sala de espera pueda haber alguna mesa y sillas pequeña para que ellos se sienten, que tengas cuentos o tebeos… algo que les haga saber que allí van niños, lo que puede ayudar a que se tranquilicen.

Citar a varios niños seguidos también es otra práctica recomendable. Cuando el niño ve a otros niños, se normaliza la situación, y si además el resto de niños, se portan bien, obedecen al dentista, y son “valientes” y no lloran, reforzará su conducta positiva.

Una vez que el niño está dentro, lo ideal es que pase solo a la sala, a no ser que se trate de un niño muy pequeño (bebés o niños menores de tres años que los padres tendrán que sujetar) o niños con necesidades especiales. No solo porque de esta forma el profesional solo tiene que atender al niño (hay padres que no dejar de hablar, preguntar, y demandan casi tanta atención como el niño); sino porque los niños se portan de forma diferente cuando los padres  están delante (y generalmente suele ser peor).

Otra cosa que debemos de tener en cuenta es que el niño va a valorar al profesional en cuanto entre por la puerta. Por lo que lo primero que debemos hacer será ganarnos su confianza. Ayudará que vea que su dentista, es agradable y amable, a la vez que firme y seguro.

Podemos preguntarle cómo se llama, cuál es su cole, cuál es su equipo de fútbol favorito… de esta forma ayudaremos a que se genere un clima de confianza.  Que el niño sepa lo que van a hacer también puede ser positivo. No hay que darle todos los detalles, ni utilizar un lenguaje técnico, pero si explicarle cosas que él pueda entender, como “ahora vas a abrir la boca, para que pueda revisar los dientes con ayuda de este espejito y ver si hay alguno que está picado”.

No hay que mentirle, pues perderemos toda la credibilidad. No le digamos que no le vamos a pinchar si puede que necesite anestesia. Pero tampoco anticipemos ni le demos más información de la necesaria.

Una vez que se ha iniciado el proceso en sí, tenemos que conseguir que el foco de atención del niño no esté en sí mismo, si no que intentemos mantener un foco de atención externo, para que no focalice la atención en lo que siente, no solo por el dolor, sino por la percepción de sus nervios (la respuesta en una situación de ansiedad se dispara cuando el foco de atención es uno mismo). Podemos entretener al niño preguntándole por sus juegos o deportes favoritos, o incluso plantearles una adivinanza, para que estén entretenidos y el foco de atención no esté en ellos mismos.

Una vez finalizado el proceso, es importante reforzar mucho al niño. Elogiar su conducta, lo bien que se ha portado… E incluso decírselo a los padres para que también puedan reforzarle. De esta forma, el niño se sentirá bien, y no pondrá problemas para volver a la consulta.

 

¿Cómo preparar a los niños para ir al dentista? (II)

Niños y dentistaDejando los posibles miedos a un lado, hay otras causas que también debemos conocer: hay determinados niños que plantean dificultades derivadas de la conducta, (a parte de los pacientes con necesidades especiales infantiles):

  • Niños con TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), a los que les cuesta estar quieto en el sillón dental.
  • Niños carentes de normas y de límites, que no tienen interiorizada la autoridad, y retan incluso al dentista.
  • Niños muy inseguros que a la mínima se asustan y no se ven capaces de “soportar” lo que les haga el dentista.
  • Niños con padres muy permisivos, que delegan toda la responsabilidad en el dentista, y no les exigen una mínima colaboración…