Entradas

Psicólogos analizan la actitud del niño que defendió a su madre de una agresión machista en Eibar. Colaboración con La Sexta Noticias

Los psicólogos sostienen que los menores viven las agresiones a personas a las que tienen como referentes con gran daño emocional. Ante ello, suelen mostrar dos salidas: bloquearse o protegerlas.

El menor que presenció la agresión machista a su madre en Eibar por parte de su pareja, menor de edad, reaccionó intentando que el agresor la soltara. Como se puede observar en el vídeo, el pequeño llora desconsoladamente mientras intenta parar la agresión.

La defensa del pequeño está dentro de lo previsible, según los expertos. La psicóloga infantil Silvia Álava, ha explicado que hay niños que reaccionan «protegiendo a su progenitor de referencia«, aunque también hay otros niños que «se quedan bloqueados». Ambas reacciones son normales.

En el caso de la brutal paliza que recibe la joven de Eibar, a pesar de que hay una persona grabando, el menor ve que no hay nadie que pueda ayudar a su madre y trata de socorrerla.

Diana Díaz, directora teléfono ANAR, ha afirmado que en este caso «la figura que está en riesgo a parte del propio menor es su madre, y eso genera daño emocional».

Por eso se recomienda hablar con los menores de lo que ha ocurrido, para que verbalicen las emociones. Según Álava, lo que se busca es que «expresen lo que han sentido y no esconderlo, porque puede quedar como un evento traumático«.

El motivo es que presenciar situaciones como esas les pueden pasar factura cuando crecen. Tal y como ha afirmado Diana Díaz, «la violencia genera un mensaje en los propios menores que se ejercita para conseguir cosas. La transmisión generacional de la violencia es muy delicada».

Solo en lo que va 2020, 11 menores se han quedado huérfanos por culpa de la violencia machista.

FUENTE: lasexta.com

Rebeldía en la adolescencia

Cambios en la pubertad - Diario El Confidencial - Silvia ÁlavaDedicaremos estas semanas a hablar de los adolescentes, que es un tema que se ha tratado poco en el blog:

¿Qué significa ser auténtico en la adolescencia? ¿Es una sensación diferente a la que se pueda tener en la madurez?

Cuando los niños llegan a la pubertad, biológicamente se produce un estallido de reacciones  endocrinas, que no sólo conllevan un aumento de los órganos sexuales, (llegada de la menstruación y desarrollo mamario en las chicas, y producción de esperma y  aumento de la pilosidad en los chicos),  sino que además producen  un cambio en todas las relaciones del niño consigo mismo y  con su entorno. Las hormonas van a adquirir un gran protagonismo, de tal forma que en muchas ocasiones serán las que tomen las riendas de su  comportamiento. El adolescente se siente confundido y en muchas ocasiones,  aunque parece haber asimilado los cambios físicos producidos en su cuerpo, no es capaz de controlar los desajustes hormonales propios de esta etapa; incluso puede llegar a sentir que ser auténtico es dejarse llevar por lo que te apetece, por lo que “te pide el cuerpo”, sin pararse a pensar las en las consecuencias que pueden tener determinadas conductas.

Por el contrario, ser auténtico en la edad adulta, aunque aún puede estar unido con la idea de hacer lo que uno quiere, significa alcanzar la madurez que te permite ser uno mismo, sin manipulaciones ni condicionantes externos. Los adultos soñamos con tener más capacidad de autocontrol y gobernar nuestras vidas; queremos enfrentarnos tal y como nosotros deseamos a las distintas situaciones que vivimos, intentamos alcanzar nuestras metas, las nuestras, no las que otros pueden tratar de imponernos. Esas metas en las que creemos, con las que nos identificamos y por las que luchamos.

De niñas a Malotas, nuevo libro de Ángel Peralbo

De niñas a malotas Ángel PeralboDe niñas a malotas es un libro que refleja con acierto y profundo conocimiento cuál es la realidad de las chicas adolescentes hoy y, también, cómo afrontan sus padres ese momento tan difícil de sus «princesas». Ellas, entre la búsqueda de libertad y la inseguridad; sus progenitores, entre el amor incondicional y el desconcierto.

Ángel Peralbo, psicólogo especializado en adolescencia y autor de El adolescente indomable –del que se han vendido 10.000 ejemplares−, explica por qué muchas jóvenes no son dueñas de sus vidas, aunque parezca lo contrario; qué las lleva a tener prisas por crecer; qué hace que se sientan incomprendidas; cómo manejan las turbulentas relaciones con sus amigas o sus conflictos con su propia imagen; cuáles son los peligros en su tiempo de ocio; por qué caen en las redes de una pareja tóxica que sigue patrones de antaño…

Todas estas cuestiones y muchas más en una obra imprescindible para comprender y poder ayudar a su hija adolescente, y aprovechar la oportunidad que nos da la adolescencia para garantizar que tenga una autoestima adecuada.

Conciliación de la vida familiar (y V)

conciliacion familiar foto blogcapitalhumano¿Es necesario que también quede un poco de tiempo para cada uno (por ejemplo, para hacer deporte) y los dos contribuyan en que esto sea posible?

Si hacemos un buen reparto de las tareas, podremos encontrar pequeños huecos libre que cada uno pueda utilizar de forma personal, para hacer deporte, hablar con un amigo… lo que nos ayudará a estar mejor con uno mismo y con la pareja. Dejarnos un hueco para nosotros mismos, siempre va a tener efectos positivos. Necesitamos un espacio para el autocuidado personal.

 ¿Cómo actuar cuando no se cumple lo acordado para las tareas? ¿Hay que ser tolerantes con los fallos o el ritmo de la pareja a la hora de hacer estas tareas?

 Hay que entender que en ocasiones se puede fallar, y que hay días en los que ha resultado imposible hacer lo acordado. Pero no se debe de permitir que esto ocurra, para que no se generalice. Y sobre todo, en la medida de lo posible, no hacerle el trabajo a la pareja, que lo haga después, cuando pueda o cuando tenga tiempo. Nos es más difícil responsabilizarnos de una tarea, cuando sabemos que hay otro que la ha asumido dicha responsabilidad por mí.

 ¿Deberíamos las mujeres bajar el nivel de exigencia?

 No se trata tanto de bajar el nivel de exigencia, como de saber que cuando delegamos el trabajo en otra persona, esta lo puede hacer de forma diferente. No es que esté peor hecho; pero sí de forma distinta. De nuevo se puede llegar a un acuerdo sobre la forma de realizar la tarea.

Colaboración con la revista SOS Mamá: Pautas para integrar a hijos de parejas anteriores

Os adjunto el enlace al artículo de la revista SOS Mamá en el que hablamos sobre las pautas para integrar de la mejor forma posible a los hijos de parejas anteriores en la nueva estructura familiar:

Pautas para integrar a los hijos de parejas anteriores

 

Enlace al artículo: Hijos de parejas anteriores-Silvia

Colaboración con El Confidencial: Claves para evitar las peleas entre hermanos

Diario El Confidencial

Os adjunto la última colaboración realizada con el Diario Digital El Confidencial sobre cómo actuar ante las peleas entre hermanos:

Es normal que los hermanos se peleen entre sí. Además de pasar mucho tiempo juntos, lo hacen desde el momento en el que nace el segundo hijo, peor lo que juntos tienen que aprender a compartir, no solo sus juguetes, sino la atención de sus padres. Los padres deben entender que los hermanos se peleen (muchas veces las peleas empiezan como un juego) pero deben de poner un límite, y establecer en qué punto se ha de cortar.

Los niños se pueden pelear y enfadar por muchas cosas. Cuando son pequeños tienen que aprender a compartir, y en ocasiones es algo que les cuesta. Según crecen, cambian los motivos de la pelea (pasan de pelear por un juguete a pelear por jugar más con una consola, de pegarse a insultarse o a meterse con sus amigos, con la forma de vestir…), pero lo que suele mantenerse, con independencia de la edad, es que en la mayoría de las ocasiones luchan por conseguir atención extra de los padres.

Seguir leyendo los errores típicos que cometemos en las peleas de hermanos

¿De qué forma se puede impedir que los “desencuentros” con los hijos no afecten en exceso a la relación de la pareja?

Finalizamos la serie de los niños de parejas anteriores aconsejandoos una regla de oro:

Los temas de pareja, son de la pareja, no de los niños, por lo que siempre deben de permanecer fuera de éste ámbito.

Entender que la relación es con mi pareja, no con su hijo, y que por tanto, esto se tiene que quedar al margen. Establecer un área de familia, en la que haremos cosas juntos, y otra área de pareja, en la que hacer actividades los dos solos, sin los hijos.

Y por supuesto, en el caso de que ocurra, no entrar en la provocación del niño, o de la niña, de esa forma solo entraremos en “su juego” y reforzaremos esa actitud que nada conviene. Que no vea que a la nueva pareja le afectan sus provocaciones, y tener muy claro, que no es nada personal en contra de él, sino que en muchas ocasiones es su forma de rebelarse contra la situación, y necesita espacio y tiempo a hacerse a la ida de que sus padres nunca volverán a estar juntos; pues, aunque lo sepan de antes, en muchos casos albergan la esperanza de que sus padres vuelvan, y esta esperanza se termina en el momento en que le aparece una nueva pareja.

¿Cómo “ganarse” al hijo del otro que se muestra especialmente hostil con la nueva pareja de su padre/madre?

En un primer momento puede ser normal que los niños rechacen a la nueva pareja de su madre o padre, incluso pueden verle como un competidor. Aquí será fundamental que no forcemos la situación, la nueva pareja no tiene que hacerse amigo, pero si que es bueno establecer unas mínimas  reglas a seguir, como por ejemplo:

  • Nos saludaremos y nos despediremos siempre que nos veamos.
  • No tienes que contarle nada de tu vida si no quieres.
  • No debemos permitir malas caras o faltas de respeto, igual que no las permitiríamos con cualquier otra persona.
  • No forzar la situación, no atosigar con preguntas al niño si este no quiere responder,
  • Respetar su espacio, su tiempo, pues cuando tenga confianza y según se vaya relajando, la situación mejorará.

Pautas a seguir para integrar a los hijos de parejas anteriores y hacerles adquirir un concepto de familia.

A los niños hay que darles tiempo, no pretendamos cumplir un cronograma, es mejor dejarles el tiempo necesario para que asuman la nueva situación.

Lo ideal es que antes de iniciarse una convivencia:

  • El niño o la niña, ya conozca a la nueva pareja de la madre.
  • Que haya sido invitado a ir a alguna actividad (al cine, al zoo, de paseo…), que haya venido a comer o a cenar algún día a casa… incluso que haya podido ir de vacaciones, antes de iniciar la convivencia con los hijos de la nueva pareja.
  • Que le conozcan de forma más o menos continuada.

Debemos dar a los niños tiempo a asumir la nueva situación, si para los adultos es complicado, más para los niños.

Errores típicos que hay que evitar cometer cuando la pareja tiene hijos de otro matrimonio.

Algunos errores que no nos podemos permitir el lujo de cometer:

  • Uno de los errores típicos es pensar que como la casa es del niño o de la niña, y el que llega es un intruso, no tenemos autoridad sobre él o ella. Es verdad que la nueva pareja no es su padre o madre, pero sí una figura de autoridad, pues es el adulto, por lo que no puede permitir que haya faltas de respeto en ninguna de las direcciones, ni de los niños hacia la nueva pareja, ni viceversa.
  • Otro error típico puede ser comprar al niño. Puede resultar tentador llenar al niño de regalos, pensando que de esa forma nos ganaremos su cariño. Lo único que estamos haciendo es llenarle de cosas materiales que se pasan de moda, y cuya atención va a ser muy relativa. Lo que realmente será duradero es que sepa que va a estar ahí no solo como pareja de su madre o padre, sino para quererle, escucharle, ayudarle a resolver sus problemas…
  • Forzar el ser su amigo, es otro error a evitar, ya hemos comentado, que no hay que actuar de padre, pero tampoco de «amiguete». Estar ahí para escucharle en sus problemas, en sus inquietudes, pero ser referente también de autoridad, de esa forma le daremos más seguridad, y tendrá más confianza con la nueva pareja.
  • Entrar en competición con el padre o la madre biológica también es un error común. No se trata de un concurso, y además los roles de padre y de pareja de la madre o del padre, son muy distintos. No pensar que tenemos que ser mejor que el padre o la madre,la función y el rol es muy distinto, ni mejor ni peor, distinto.