Es más efectivo premiar que castigar. Colaboración con Sapos y Princesas

Hace unos meses, Yamato Tanooka, un menor de 7 años desaparecido en una zona en la que habitan osos salvajes, recorrió 10 km y perdió 2kg los 6 días que estuvo solo. El niño fue dejado en el Monte Komagatake como castigo por tirar piedras a unos excursionistas. La suerte de Yamato ha abierto un debate sobre la actitud de los padres. Nos hace plantearnos si debemos aplicar un castigo cuando no cumplen sus obligaciones o debemos darle un premio si cumple con las normas. Además de dónde está el límite o si son efectivos este tipo de castigos.

Para resolver estas dudas hemos hablado con Silvia Álava, directora del Área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes.

“Las amenazas no invitan al cambio, el premio sí”

La especialista anima a los padres a cambiar el “te quito esto” por “si lo haces bien, te lo doy”: “En pocas situaciones se ha demostrado que el castigo sea efectivo. Los niños tienen que aprender que sus conductas van a tener unas consecuencias, tanto negativas como positivas. Pero es más efectivo si les decimos lo que van a conseguir cuando se portan bien. Al final la educación va a ser mucho más efectiva en positivo. Sobre todo si de la manera contraria jugamos con la integridad física del niño o con su autoestima”. Ejemplo: -Venga, ve a ducharte. Lo vas a hacer rápido y ahora. Entonces luego tendrás un ratito para ver la televisión o para jugar con la Tablet.

Para Álava, este tipo de cosas tienen que estar muy establecidas y seguir un patrón (obedeciendo a la primera, antes de contar hasta 3…).

En definitiva, la psicóla apoya la ley de refuerzo (cuando haciendo algo consigo algo bueno sigo manteniendo esa conducta).

Por supuesto, debemos utilizar el sentido común. “Si estamos en casa si que puedes dejarle en una habitación y tú irte a otra. Pero no debemos utilizar nada que ponga en peligro la vida del niño. Si, por ejemplo, aunque sea más efectivo ignorar la pataleta de un niño, si se pone así en mitad de la calle y eso puede perjudicarlo porque pasan coches, en ese momento se le debe apartar de ahí aunque luego lo ignoremos en casa”.

FUENTE: Sapos y Princesas