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Fotos del día de Sant Jordi en Barcelona

Entrevista en el MWC TelefonicaOtra semana más cargada de entrevistas y actividades relacionadas con el libro «Queremos Hijos Felices»  el cual se está convirtiendo en todo un éxito gracias a la cada vez mayor presencia en las redes sociales y medios de comunicación. 

Dentro de la semana pasada ha tenido lugar una de las jornadas más importantes para un autor: el Día del Libro, y en esta ocasión he tenido la suerte de poder estar en Barcelona, uno de los lugares donde más se celebra, asociado además a la festividad de Sant Jordi, que saca a la calle a miles de personas que regalan libros y rosas. Tuve el honor de firmar en el Mobile World Center y en la librería Alibri, además de participar en diferentes entrevistas y actos.

Os adjunto alguna de las fotos de mi participación en Sant Jordi, espectacular el ambiente en Barcelona!!

Firmas Silvia Álava en el MWC Telefonica

 

Entrevista a Silvia Álava en el MWC Telefonica

 

Firmas Silvia Álava en librería Alibri

Silvia Álava y Silvia Congost firmas en librería Alibri

Quiero agradecer a todos aquellos que estais ayudando a la difusión del libro con vuestros tuits, reseñas en blogs y recomendaciones, a todos ¡¡muchísimas gracias!! por colaborar con este proyecto en el que el 100% de los derechos de autor son donados a la Asociación Nuevo Futuro que los utilizará para la ayuda a los niños. 

5 pautas que debemos dar a los niños por si se pierden: colaboración con Guía Infantil

Consejos por si los niños se pierdenOs adjunto la última colaboración realizada con Guía Infantil Las playas abarrotadas de gente, los parques temáticos, los centros comerciales… Ver a tantas personas a su alrededor hace que padres e hijos tengan miedo de perderse.

¿Cómo debemos educar a nuestro hijo para que sea capaz de disfrutar de esas actividades en lugares aglomerados? ¿Qué medidas debemos tomar para que sepa actuar en caso de perderse? Pautas y consejos para transmitir al niño y que sepa actuar en caso de perderse.

¿Cómo evitar que los niños se pierdan en sitios muy concurridos?

Cuando las familias acuden a sitios muy concurridos, es bueno estar alerta para evitar que los niños se pierdan. Pero cuidado, hay que estar pendientes de los niños para que no se pierdan, pero a su vez, nunca debemos de trasmitirles sensación de angustia o inseguridad, pues recordemos que los niños aprenden por modelado, y con eso aprenderán a sentir esa angustia en estos espacios. Debemos de trasmitir firmeza y seguridad, nunca miedo ni angustia.

Es bueno que los niños sepan que en los lugares con mucha gente, hay que ir de la mano para que no se pierdan, y evitar el peligro que tiene el salir corriendo y no ver un coche, u otros peligros. En playas, parques… los niños pueden jugar cerca de sus papás pero siempre marcándoles el sitio por donde se pueden mover, que será el que los padres pueden dominar, y desde donde siempre puedan mantener el contacto visual.

Las pautas que tenemos que dar a los niños es si se pierden, dependerán de la edad del niño, pero en resumen podrían ser:

  1. Pregunta siempre a la gente que veas con uniforme (policías, guardias de seguridad, vigilantes de la playa, dependientes en los centros comerciales  o responsables de los parques…), ellos se encargarán de buscar a papá y a mamá.
  2. Cuando los niños son más mayores es bueno que se sepan el número de teléfono de papá o de mamá, pero hasta que puedan retener los dígitos, es importante que digan si se pierden siempre digan el nombre con su apellido. (Es importante que los niños se sepan su apellido, pues siempre será más fácil localizar al padre si se pierde).
  3. Si no nos ves, es mejor que te quedes quieto y no salgas corriendo (es más fácil que nosotros encontremos al niño que éste a nosotros, y sobre todo, cuanto menos se mueva mejor)
  4. Si la playa o el parque en el que estamos ofrece la posibilidad de poner pulseras identificadoras con el móvil de los padres a los niños, hagamos uso de ellas. Aunque el objetivo es no tener que utilizarlas, ayudará a que estemos más tranquilos.
  5. Mantener la calma, recordemos que el niño aprende por modelado, y tiene que ver que es importante mantenerse cerca de los padres, pero no es necesario que le trasmitamos nuestra angustia.

¿Tu pareja es igual que tu padre? Cómo el progenitor forma el carácter de la hija. Colaboración de Silvia Álava con el Diario El Confidencial

201307057padre_hija_adulta_intCada vez son más las mujeres que se sorprenden a sí mismas pidiendo permiso a su novio para salir con las amigas o justificando cualquier tipo de conducta de la pareja elegida, por muy inadecuada que ésta sea. Perdonárselo todo, dejar que él controle el dinero o sobresaltarse si aparece de improvisto son algunas de las conductas de estas mujeres, que terminan convirtiéndose en lo que creen que su novio espera de ellas. Algunos de estos comportamientos los refleja la humorista y dibujante argentina Maitena en una tira cómica titulada: “Seis claves irrefutables de que al hombre que tenés al lado lo pusiste en el lugar de tu papá”. Bromas aparte, el asunto ha suscitado el interés de muchos psicólogos, que hallan en el concepto freudiano de la atracción hacia el progenitor del sexo opuesto el punto de partida de un tema mucho más complejo.

Debemos obviar la simplificación que ha implicado la divulgación de las teorías psicoanalistas y no entender esa atracción como sexual en un sentido literal u obsceno. Como afirma la psicóloga Jennifer Kromberg, no hablamos de atracción “en un sentido turbio o inapropiado”. Son varias las preguntas que se plantean en torno a este tema. ¿Influye el padre en las relaciones sentimentales de las hijas? ¿Hasta qué punto es un referente en la elección de la pareja? ¿Es esta influencia sana y normal?

Padres e hijas

Esteban Cañamares, psicólogo clínico, sexólogo y profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, alega sin dudar que la figura del padre influye siempre en las relaciones sentimentales de las hijas. Si lo pensamos unos instantes, no es de extrañar, dado que el padre es el primer hombre en la vida de una niña y, además, el componente masculino de la relación que para la pequeña será la principal y primera referencia: la de sus padres.

 

“El padre es el primer hombre en la vida de una niña”

 

 Silvia Álava, psicóloga especializada en la infancia, recalca que, si bien el padre siempre es influyente, no es determinante: no debemos obsesionarnos con encontrar copias o contrarios del progenitor en la pareja buscada. Aún así, cómo se porte el padre con su hija y cómo trate a su madre serán hechos que tendrán efectos en el autoestima, la elección de un novio o los comportamientos sociales de la niña.

Cuando la relación es buena

A menudo padre e hija se llevan bien, comparten tiempo de ocio y establecen entre ambos una relación sana. A este respecto es interesante observar cómo ha cambiado la relación padre-hija a lo largo de los años. No hace tanto tiempo el padre era una figura autoritaria, no demasiado receptiva a hablar de sentimientos o a jugar alegremente con los niños. Era, en definitiva, el hombre de la casa; de él dependía normalmente todo el sustento económico y, por lo tanto, no pasaba tanto tiempo en la residencia familiar. Hoy en día las cosas están cambiando. Es frecuente que ambos progenitores trabajen y que el tiempo que pasan con la prole esté repartido de manera más equilibrada. Además, recientemente se han situado en el punto de mira los beneficios de la educación que ofrecen los padres, más allá de la innegable necesidad del cariño materno.

Cuando la relación del padre con su hija y con la madre de ésta es buena, lo habitual es una tendencia a copiar o repetir el modelo paterno. Kromberg añade que, aunque no sea de manera intencionada, nuestros padres “nos enseñan cómo expresar y recibir amor, cómo manejar las discusiones, cómo procesar los sentimientos, etc”. De este modo, no es raro que, en general, los progenitores influyan en el manejo de las relaciones sociales de los hijos y, en particular, que el padre sea un punto de referencia en la interacción de sus hijas con el género masculino. 

 

“Es tan importante la relación del padre con su hija como la que tenga con su madre”

 

Sin embargo, no debemos confundir una relación buena con un exceso de atención en la hija por parte del padre. Cañamares advierte que con frecuencia la niña requiere el protagonismo del hogar, y es un error del padre otorgárselo. Ella debe sentirse, evidentemente, importante, querida y protegida por su padre, pero no hay que perder de vista un punto fundamental: es la hija, nada más. Y nada menos, por supuesto.

En esta línea es interesante la observación de Silvia Álava, quien opina que, dado que los niños copian los modelos que ven en casa, es tan importante la relación del padre con su hija como la que tenga con su mujer. Los roles de la relación matrimonial, el trato del padre a la madre y la importancia que le dé a ésta serán también hechos influyentes en la formación sentimental de la niña. Por otro lado, un exceso de protección, de atención y de alabanza del padre provoca con frecuencia numerosos problemas de gravedad en las niñas, como anorexias nerviosas o, como es de esperar, problemas de pareja.

Tampoco hay que entender como buena la idealización del padre por parte de su hija. Ésta se produce a menudo y da lugar a frustraciones varias a la hora de relacionarse con otros hombres.

Cuando la relación es mala

La relación de una niña con su padre puede ser perjudicial por diversos motivos. El progenitor puede resultar violento, agresivo, hermético… La niña sentirá la falta de cariño o la hostilidad, y todo ello repercutirá en su modo de relacionarse y en su concepción de sí misma.

No resulta difícil adivinar que, cuando la relación con el padre ha sido mala, se buscan modelos contrarios. No olvidemos, sin embargo, que “una elección hacia lo contrario sigue siendo una elección basada en papá”, como afirma Jennifer Kromberg, que le da indirectamente la razón a Esteban Cañamares: en un sentido u otro, la figura del padre es siempre influyente en las relaciones de sus hijas. 

 

“Es posible que la niña interprete ciertas actitudes negativas como normales”

 

En estos casos también hay riesgos. Cuando se huye de un padre verdaderamente malo no es extraño caer en extremos igualmente negativos. Un padre ausente nos puede conducir a un novio excesivamente posesivo y controlador, o un padre impositivo puede derivar en un novio demasiado complaciente y carente de iniciativa. Pero no es ésta la única reacción ante una conducta paterna negativa. Silvia Álava sugiere que también es posible que la niña asuma ciertas actitudes perjudiciales como normales, y que su pareja tenga problemas similares a los que padecía su padre.

El deseable punto medio

Obviando los casos más extremos y radicales, lo ansiado es que el trato entre padre e hija sea sano. En una relación buena el padre es un referente masculino a tener en cuenta, con más o menos peso, pero en ningún caso idealizado o detestado. Por supuesto, el carácter de ambos, la situación familiar, el número de hermanos y otra serie de factores forman parte también de la configuración de esta relación, pero es necesario generalizar para llegar a ciertas conclusiones.

Cuando la comunicación es equilibrada el padre sigue siendo un factor de influencia, pero las consecuencias no son tan extremas. La hija buscará en su posible novio características que le atraigan de su padre e intentará evitar las que no le gusten, siempre de manera inconsciente, gracias al entramado de variables que operan en nuestra psicología.

 

“¿Quién no odia a ratos a quien quiere siempre?”

 

Nos hallaríamos entonces ante una visión del padre más compleja y, sin embargo, también muy natural, que desemboca en una compensada relación de amor-odio (muy frecuente, por cierto, en las relaciones de pareja).

Así, se admira al padre y se enrabieta una con él a partes iguales (¿quién no odia a ratos a quien quiere siempre?). Lo explicaba muy bien Tristram Shandy, esa especie de Quijote inglés creado por Lawrence Sterne: “La hipótesis resulta –como casi todas las de mi padre– singular y, al propio tiempo, ingeniosa, y yo no tengo contra ella objeción alguna, salvo que echa abajo la mía”.

Humor de Forges para terminar la semana

Recordemos la importancia de los límites con un poco de humor de Forges, para terminar con buen pié la semana:

Forges

10 cosas que cualquier niño puede enseñarte sobre comunicación por Gonzalo Álvarez (El Arte de Presentar)

El Arte de presentar - Gonzalo ÁlvarezHace unas semanas tuve el placer de asistir a los cursos organizados por Gonzalo Álvarez, donde bajo el título general de el Arte de Presentar, aprendimos alguno de los secretos de las presentaciones con más impacto. Os dejo hoy uno de los post de su blog en el que habla de las enseñanzas que podemos sacar a este respecto de los niños:

“Los niños tienen mucho más que enseñarte sobre cómo vivir con plenitud en el presente que tú a ellos.”
—Wayne Dyer, La felicidad de nuestros hijos

Si te preguntara quiénes son los mejores comunicadores del mundo, ¿quién responderías? ¿Los CEOs de las grandes compañías? ¿Sus directores de comunicación? ¿Los políticos? ¿Los vendedores ambulantes? No. Los mejores comunicadores del mundo son ¡los niños de dos años! A pesar de su impericia lingüística hablan con tal pasión que nos mueven y conmueven. Aún no han sido socializados, por lo que se expresan sin inhibiciones de ningún tipo: gritan, saltan, patalean, ponen caras, gesticulan, golpean. No es que pueda decirse que se expresen muy bien verbalmente, y a pesar de todo, con su entusiasmo desatado consiguen persuadirnos casi de cualquier cosa.

A medida que crecemos, la educación nos acosa con inhibiciones, prohibiciones y normas. Como consecuencia, olvidamos al hacernos adultos habilidades que de niños poseíamos y usábamos sin complejos, como hablar, dibujar, cantar, bailar y jugar. No en vano afirmaba Picasso que

“Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siéndolo una vez que se ha crecido.”

Leía recientemente en el libro de Richard Denny titulado Communicate to Win los que son a su juicio diez principios básicos para comunicar y ganar. Sí, ya sé que parecen muy simples. Hasta un niño es capaz de exhibirlos todos. ¿Puedes tú?

10 principios que te ayudarán a comunicar con éxito

  1. Hablar a la gente (no delante de la gente).
  2. Sonreírle.
  3. Dirigirnos a las personas por su nombre.
  4. Mostrarse agradable y con ganas de ayudar.
  5. Ser entusiasta ante la vida.
  6. Interesarse sinceramente por los demás.
  7. Buscar oportunidades para elogiarlos.
  8. Tomar en consideración los sentimientos de quienes son nuestros semejantes.
  9. Ser respetuoso con las ideas ajenas.
  10. Escuchar, escuchar, escuchar.

Una vez leído el post de Gonzalo, y después de ver lo que él nos enseñó en sus cursos, yo, me atrevería a añadir otra característica de los los niños, de la que ya he hablado en otros post, y donde los niños nos ganan por goleada: la capacidad de observación, tanto antes, como durante: observa el entorno, observa a tu audiencia, a tus interlocutores, eso te permitirá ir adaptando tu mensaje a sus necesidades.

 

Consejos prácticos para mejorar la comida con niños (segunda parte), entrevista con la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación

Silvia Álava y Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la AlimentaciónContinuamos con segunda parte de la entrevista con la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación

¿Qué razones pueden llevar a un niño a portarse mal a la hora de comer?

Es verdad que hay niños que son más comilones, otros más inapetentes… y que determinados alimentos no les pueden gustar, pero cuando un niño se porta mal en todas las comidas, lo más habitual es que esté llamando la atención de los padres. Los niños saben que es un momento propicio para hacerlo, y a veces juegan con eso.

¿Cómo deben reaccionar los padres en estos casos? ¿Hay que castigar a los niños?

Si un niño está intentando llamar la atención, no tenemos que utilizar el castigo como estrategia, pues verá que aunque sea de forma negativa, sigue acaparando la atención del adulto; si no la EXTINCIÓN, que vea que así no te hacemos caso. Si tu no comes o te dedicas a hacer tonterías en la mesa, lo que haremos será dejar de prestarte atención, ni te miro, en cambio cuando si que comes o te comportas de forma correcta si que te hago caso, participas en la conversación…

¿Hasta qué punto es importante que padres e hijos compartan la hora de la comida?

Eso sería lo ideal. Quizás cómo o el coincidir a la hora de la comida entre semana puede ser muy complicado porque los niños están en el colegio, los padres trabajando… se puede intentar coincidir en la cena y los fines de semana. Compartiendo la comida, ayudamos a que los niños se sientan más integrados en la dinámica familiar, aprovecharemos el momento para conversar y que cada uno cuente sus cosas… Además lo ideal es mantener unos horarios que nos faciliten además de mantener una rutina que favorezcan la regularidad de las ingestas.

¿Puede verse la televisión mientras se come o es mejor que la familia charle durante la misma?

Es muchísimo mejor eliminar la tele de la comida, pues de esta forma favorecemos la comunicación durante la comida. Y no nos engañemos es más fácil mantener una conversación con la tele apagada. De esta forma, conseguiremos principalmente tres objetivos:

Que los niños tarden menos, pues eliminamos un elemento distractor, muchas veces los niños se quedan “abducidos” delante del televisor, además, con la tele puesta se premia la lentitud, pues cuanto más tarde en comer, más rato de tele veo.

Que los niños se centren en la comida, no solo en ingerir los alimentos, si no en conseguir buenos hábitos alimentarios, además de un comportamiento correcto en la mesa.

Darle importancia a la comunicación familiar. No podemos olvidar la parte social de la comida, durante la misma no solo ingerimos alimentos, si no que conversamos con nuestros compañeros de mesa. Si hemos dicho que es bueno realizar al menos una comida en familia, aprovechemos el momento para charlar, que cada miembro pueda contar sus vivencias del día…

Si tenemos dos hijos y uno come bien pero el otro se porta mal, ¿cómo deben actuar los padres? ¿Se puede comparar a los niños?

Tenemos que pararnos a observar a ambos hijos y sobre todo pensar ¿quién es el que tiene más atención? Lo habitual es que, precisamente el que peor se porta es él que acapara la atención del adulto con frases del tipo come…pórtate bien… y al hermano que está comiendo correctamente es al que no hacemos caso. Se trata de dar la vuelta a la situación, vamos a atender y hacer caso al que se porta bien.

Eso no implica el entrar a comparar a ambos, si no, dejarles muy claro que vamos a hacer caso al que se porte bien (y además tenemos que especificar que es eso de portarse bien en la mesa), y que con el que no esté comiendo, se esté distrayendo, o se dedique a jugar en la comida no queremos estar. De esta forma reforzaremos al hermano que se porta bien, pero sin entrar en comparaciones entre ambos.

¿Desde qué edad puede empezar a inculcarse a los niños el buen comportamiento en la mesa?

Desde el principio, incluso cuando todavía son bebés, conviene que ya tengamos claras las pautas a seguir en las comidas, y se las vayamos inculcando a nuestro hijo, por ejemplo, desde bien pequeñín podemos enseñarle que cuando comemos, estamos a eso “a comer”, y no distraerle con la tele, o con juguetes, o parar para realizar otra actividad como el cambio de pañal…  tiene que aprender que estamos comiendo.

¿Cómo detectar si nuestros hijos son víctimas de acoso escolar? Colaboración con guiainfantil.com

acoso escolarLo primero que tenemos que saber es qué es el bullyng. Durante la niñez los niños se pelean, en muchas ocasiones se enfadan e incluso se llegan a insultar. No se trata de que esas conductas queden impunes o que no tengan consecuencias, pero tampoco se pueden confundir con el bullyng. Para hablar de bullyng, tiene que haber un acoso continuado en el tiempo de un niño hacía otro. No se trata de una pelea puntual, normalmente, el agresor tiene un comportamiento provocador y de intimidación permanente.

Detectar si el niño sufre bullying

El bullying puede ser sexual, cuando existe un asedio, inducción y abuso sexual; puede tratarse de una exclusión social cuando se ignora, se aísla y se excluye al otro; puede ser psicológico, cuando existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro; y puede ser físico, cuando se golpea, empuja o se organiza una paliza al acosado.

El acoso escolar tiene como escenario los centros educativos. Como se trata, en su mayoría, de un acoso invisible para los adultos, los profesores difícilmente tendrán conocimiento de lo que está sucediendo a través de los padres. El agresor acosa a la víctima en los baños, en los pasillos, en el comedor, en el patio, reservando sus acciones durante la ausencia de mayores. En algunos casos, el acoso sobrepasa las paredes del colegio, pasando a ser telefónico e incluso por correo electrónico.

Es importante que los padres mantengan siempre una comunicación abierta y positiva con sus hijos, y con el colegio, de esta forma, conseguiremos que los niños se sientan más seguros y puedan contar a sus adultos de referencia lo que les está pasando.

No obstante, conviene que estemos atentos si detectamos en el niño cambios en su comportamiento. Cambios de humor, tristeza o irritabilidad. Que les cuesta más dormir y tienen pesadillas, cambios en los hábitos alimentarios: comen compulsivamente, o les falta el apetito, frecuentemente tienen dolores de tipo somático como dolor de cabeza o de tripa sin una causa orgánica que lo justifique. Y sobre todo, vigilemos en el caso de que aparezca de forma frecuente con golpes, o rasguños y diga que se ha caído.

Cuando verbalice que no quiere ir al colegio, protestando mucho incluso acudir a las excursiones o visitas culturales, no quiere relacionarse con sus compañeros y quiere ir acompañado a la entrada y a la salida del colegio.

¿Qué hacemos si hemos detectado que nuestro hijo es víctima de bullyng?

Si hemos detectado que nuestro hijo es víctima de acoso, lo primero de todo es no culpabilizarle ni a él ni a nosotros mismos, eso no implica ser peores padres. Es importante que el niño se sienta seguro y confiado en su casa, que haya un buen clima de confianza donde pueda desahogarse y contar que le pasa.

Otro paso fundamental será hablar con el colegio, en ocasiones pueden ignorar lo que ocurre porque las agresiones se llevan a cabo en ausencia del adulto.

Es importante que el niño cuente con habilidades sociales y con recursos, no solo enfocados a defenderse, sino a mostrarse más seguro. Que aprenda a ser asertivo, a ser capaz de decir lo que el quiere, lo que el piensa, sin imponérselo a los demás, y sabiendo que su opinión es tan válida como la de los demás.

Que aprenda a ignorar al agresor, que no le demuestre que le afecta llorando o enfadándose, sino que le pueda responder con tranquilidad y firmeza, diciéndole por ejemplo: «No, eso es sólo lo que tú piensas».

Que sepa que no está solo y que siempre puede pedir ayuda.

Los deberes de los niños: ¿tarea para los padres o para los hijos? colaboración con el diario El Confidencial

DEBERES100OK--644x362Los niños necesitan practicar los nuevos conocimientos, sobre todo en etapas claves como el aprendizaje de la lectoescritura, y para afianzar la mecánica de muchos aprendizajes. Es por eso que muchos días traen deberes del colegio para hacer en casa. Pero no podemos olvidarnos que los deberes son responsabilidad de los niños, no de los padres, y que los padres asuman esa responsabilidad es un error del que siempre nos arrepentiremos.

Lo ideal sería que los niños contasen con más tiempo dentro del horario escolar para poder realizar los deberes, pero también es importante que los niños aprendan la importancia del esfuerzo, del trabajo diario, y adquieran la rutina del estudio desde pequeños. Esto no quiere decir que con 8 años tengan que estar horas haciendo ejercicios en casa, pero sí un ratito de repaso para poder afianzar los conocimientos adquiridos durante el día. Según aumenta la edad, el tiempo dedicado al estudio irá aumentando progresivamente.

Los niños piensan que si otros hacen los deberes por ellos, ya no tienen obligación”

Los deberes son responsabilidad del niño, no de los padres, y desde el primer momento debemos hacérselo saber. En muchas ocasiones observamos que los estudios y las notas preocupan más a los padres que a los hijos. Esta es una actitud errónea, pues de esta forma, no lograremos que los niños asuman la responsabilidad de sus tareas y de sus estudios. Los niños piensan si otro lo hace por mí, ya no tengo esa obligación, y además se puede convertir en una llamada de atención hacia el adulto.

La labor de los padres aquí será, sobre todo, ayudarlos a organizarse cuando son pequeños y resolver posibles dudas al final. Los padres no tienen que estar sentados en la silla de al lado haciendo los deberes con ellos, tienen que estar para resolver dudas y para supervisar, pero el niño debe aprender a trabajar de forma autónoma y hacerse el responsable de sus deberes.

Pongamos un tiempo límite a la ejecución de los mismos. Muchos niños estiran el tiempo de trabajo con distracciones y excusas porque la ganancia secundaria de tener a sus padres pendientes es muy fuerte e incluso mejor que jugar ellos solos.

Pasos a seguir para conseguir que los niños se hagan responsables de sus deberes y obligaciones:

1.    Desde pequeños deben responsabilizarse de sus cosas, que no vean que no es necesario recoger sus juguetes o estar pendientes de ellos porque otros adultos los van recoger o a guardar.

2.    Si pierden algo, no hay que reponerlo de inmediato. Tienen que aprender el coste de haberlo perdido.

3.    Cada cosa tiene un sitio. Establezcamos con el niño dónde vamos a poner cada cosa, y mantengamos su sitio.

4.    Trabajemos los hábitos desde bien pequeños, no esperemos a que sean “mayores”. Todos los días nos podemos sentar un ratito a trabajar en la mesa de estudio, en el mismo sitio a la misma hora, a leer, a dibujar, a hacer letras…

5.    Establezcamos tiempos cortos de trabajo, y poco a poco vayamos alargándolos. No pretendamos que los niños estén horas trabajando ellos solos.

¿Cómo fortalecer buenos hábitos desde pequeños?

Cuando son más pequeños se trata de trabajar el hábito. No hace falta que dediquen horas de trabajo y de estudio, bastaría con 20-25 minutos diarios. Si desde el cole no mandan deberes como tal, podemos dedicar este tiempo a leer en voz alta, contestar preguntas del texto (para trabajar la lectura comprensiva) y hacer un par de operaciones aritméticas. En el primer ciclo de primaria, con esto sería suficiente.

Recomendaciones para estudiar:

1.    Utilicemos un sitio fijo de estudio. No vale hacer cada día los deberes en un lugar diferente. Lo ideal sería poner una mesa en su habitación, que tenga una buena iluminación, con la superficie lisa.

2.    Sobre la mesa de estudio solo debe de estar el libro a estudiar y el estuche. No debe de haber ningún elemento distractor, como otros libros, ordenador, móvil, juguetes, figuritas…

3.    La tele siempre debe de estar fuera del cuarto de estudio. Y los móviles, ordenadores, reproductores de música, deben de estar fuera y apagados.

4.    Hay que sentarse todos los días en la mesa de estudio a la hora pactada (mismo sitio, misma hora), siendo puntual a la hora de empezar y terminar de estudiar.

5.    Mantener la postura correcta, sentado en la silla, pies en el suelo y espalda recta. (Nada de tumbado sobre la mesa, mal sentado o estudiar en la cama).

6.    Empezar a estudiar por una asignatura mediana en dificultad, pues al comenzar, el niño está bastante concentrado, pero todavía no ha llegado al punto máximo de concentración y productividad, seguido de las asignaturas más difíciles, para terminar con las fáciles, haciéndolas coincidir cuando ya estén cansados.

4 consejos para que los niños no se pongan nerviosos ante los exámenes, colaboración con guiainfantil.com

consejosexamenesEn general, los exámenes suelen ser situaciones estresantes que en ocasiones pueden ser vividas por los niños como tremendamente angustiosas interfiriendo así, tanto en el rendimiento escolar como en el bienestar general de los alumnos.

Cuando llega la época de exámenes y, sobre todo en la recta final de curso, es habitual ver tanto a adultos como a niños y adolescentes especialmente nerviosos, y es que en ocasiones, ¡parece que se examina toda la familia!

Consejos básicos a seguir para que los niños se enfrenten al examen

En los momentos en los que los niños han de enfrentarse a un examen, es importante contar con técnicas y estrategias para ser capaces de controlar esos nervios en las evaluaciones y saber cómo manejar la ansiedad ante los exámenes.

1. Es importante que el niño confíe en si mismo. Dialogar con los hijos y explicarles darles ánimos es fundamental, con frases como ‘has llegado hasta aquí y has aprobado exámenes muy difíciles, podrás hacerlo’.

2. Expliquemos a los niños que han de pensar en positivo. ‘Yo puedo’, ‘lo haré bien’, son frases que le ayudarán y le darán ánimo.

3. Hay que respirar profundamente antes del examen y sobre todo, dedicar tiempo a la espiración. Soltar todo el aire despacio por la boca hasta que el niño note como sus pulmones se vacían. Les ayudará a relajarse.

4. Si el profesor lo permite, ayuda llevar una botella de agua y beber pequeños sorbitos durante el examen. Puede ayudar a mantener la concentración y a reducir el nivel de ansiedad.

Si quieres más información o necesitas ayudar más a tu hijo en ante estas situaciones, te recuerdo que el Centro de Psicología Álava Reyes ha puesto en marcha el taller Técnicas de Estudio y Control de la Ansiedad ante los exámenes en versiones tanto para niños como para adolescentes. Puedes contactan en el teléfno 917672031

ASOFACAM gran labor, grandes personas

asofacamComo todos sabéis, me encanta participar en conferencias, pues creo que es fundamental que los psicólogos divulguemos nuestra profesión, y podamos contribuir con “alguna receta” para mejorar nuestras vidas, pero sobre todo, porque estoy convencida, de que los asistentes tienen tanto o más que aportarme como yo a ellos.

Este fin de semana, he tenido el placer de vivir una de las experiencias más emotivas de mi vida.

He estado en Almagro, invitada por la asociación Asofacam, dentro de sus jornadas de verano, en las que he tenido el placer de conocer a familias estupendas. Padre y madres totalmente motivados por mejorar, por saber como solventar los conflictos que surgen en el  día a día con sus hijos, entender sus problemas, saber cómo ayudarles… hasta aquí, podréis pensar, ¿pero eso lo hacemos todos, no?  Sí, es verdad; pero estos padres y madres tienen en muchos casos, además de sus hijos biológicos, a uno, incluso dos, niños de acogida, que son también sus hijos, que son, uno más de la familia. Y así lo viven todos, tanto los niños, como los padres, como los hermanos… con independencia de que sean biológicos o no.

Tengo que agradecerle especialmente a Pilar que me invitara a sus jornadas, y a pasar con ellos un estupendo día de campo, y que me contara la historia de su hijo Tino, que es el séptimo miembro de la familia, a Beatriz, la presidenta de Asofacam, y madre de Pepe, y a todas y cada una de las familias que he tenido el placer de conocer. No quiero caer en el tópico de deciros que sois todos una gente maravillosa, pero en este caso, es que es verdad, y tengo que añadir que además, estáis hechos de una pasta especial. La labor que hacéis con estos niños y niñas es impagable.

Estar este fin de semana con vosotros ha sido un placer para mí. Compartir experiencias como esta, te hace ver la vida de otra manera y te ayuda a centrarte y a relativizar los problemas. Espero que mi conferencia os sirviera para saber que se pueden hacer cosas para mejorar la convivencia, y el día a día con estos niños, que todos podemos conseguir mejorar.

Y ¡qué mejor ejemplo que niños como Tino, como Maya, o como Alejandro! Viendo su evolución, sabemos que todo es posible, y que la capacidad de mejora de estos chavales, asombra incluso, a los profesionales que les tratan. ¡Lo terapéutico que puede resultar en muchos casos un mimo y una caricia!

De verdad, creo que en esta ocasión, vosotros, me habéis aportado con creces mucho más a mí, de que lo que yo he podido aportaros.

Espero seguir en contacto con todos vosotros, y ¡mantenedme al día de la evolución de vuestros hijos!

Un abrazo,