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El confinamiento hace mella en los niños

Por Carmen Ansótegui 

Los problemas para conciliar el sueño, la falta de apetito y la irritabilidad son algunos de los síntomas que afrontan tras una etapa de encierro.

Los más pequeños de la casa se han comportado durante la crisis como auténticos héroes. Muchos padres temían cómo iban a reaccionar sus hijos al encierro y, en términos generales, se puede decir que los chavales lo están llevando bastante bien. Algunos expertos explican que las primeras semanas han podido ser más llevaderas porque habitualmente no pasamos suficiente tiempo en familia pero pasar cerca de mes y medio sin pisar la calle, ausentarse de la guardería y el colegio y las limitaciones que tienen ahora para disfrutar de tiempo al aire libre hacen estragos en algunos niños.

Ya hay a quienes les cuesta conciliar el sueño, tienen falta de apetito, están más irritables o vuelven a hacerse sus necesidades en la cama. Y es que, permanecer en casa tiene consecuencias para los pequeños, porque ellos también echan en falta su rutina, estar entre iguales o disfrutar de tiempo libre en los parques. La doctora en psicología, Silvia Álava, recomienda estar alerta a cambios de comportamiento que puedan indicar que el pequeño no está afrontando bien el confinamiento: “hay que vigilar que no tenga más rabietas de las habituales, que coma peor o le cueste dormir”.

En este sentido, María Sánchez Corrales, psicóloga sanitaria de Creciendo Psicólogos Madrid, explica que “la comida tiene un componente muy emocional”, ya que a veces el apetito puede estar relacionado con algún tipo de angustia emocional. Así que si se observa que el problema persiste conviene hablar con el pediatra para atajarlo.

No obstante, de forma mayoritaria están atendiendo a menores con otro tipo de problemas como irritabilidad, algún tipo de regresión como hacerse pis por la noche, pesadillas y pequeños que se autolesionan tirándose del pelo, haciéndose arañazos o mordiéndose los dedos.

Ambas expertas coinciden en que lo que más está influyendo en los menores es el estado emocional de los padres. Es comprensible que muchos se sientan agobiados por la falta de libertad, los problemas de salud o los problemas económicos que puedan tener en estos momentos, pero es importante tener en cuenta que por mucho que se intente disimular los nervios se transmiten, de manera que hay hacer lo posible por mantener la calma para ayudar a los niños a sobrellevar este estado de alarma.

Otro problema que están advirtiendo los psicólogos en las consultas es que los pequeños tienen mucha presión con el tema de las tareas. Sienten que tienen que seguir dando el callo cuando generalmente no son autosuficientes para hacer los deberes por su cuenta, ni tienen quién les ayude a hacerlos porque sus padres, todavía tienen que trabajar, aunque sea en casa. Ante esta situación, la doctora Álava recomienda “ser más razonables” con la cantidad de tarea que se les pone para evitar generarles más ansiedad.

Clima de diálogo 

Para favorecer que los chavales estén bien anímicamente conviene crear un clima de confianza que les permita expresarse con libertad. Para Álava es esencial validar sus sentimientos, es decir, hay que cambiar frases como “no tengas miedo” por “entiendo que estés preocupado”. Una vez se sienten comprendidos hay que explicarles que lo importante es que se están tomando medidas para parar el virus.

De manera que, sí es positivo dialogar con ellos y contarles lo que está sucediendo, sin caer en estar todo el día hablando de la crisis. No hace falta que vean imágenes duras, pero sí se les puede mostrar fotos de calles y parques vacíos para que entiendan que hay que seguir restringiendo las salidas.

Otros temas peliagudos son cómo actuar cuando se portan mal para llamar la atención o hasta qué punto hay que tener manga ancha dada la situación. Los especialistas apuestan por reforzar las conductas positivas y evitar los castigos “porque no suelen ser efectivos”. Además, poco puede ayudar en estos momentos dejar al niño sin televisión o sin tablet, cuando son algunas de las escasas distracciones de las que disponen.

En el caso de los bebés el enfoque tiene que ser distinto, porque ellos no comprenden lo que está sucediendo. De manera que los expertos recomiendan el piel con piel, baños con los padres para calmarlos o masajes relajantes. En ningún caso recomiendan dejar que el niño llore hasta que se quede dormido porque puede generarle mucho estrés.

Duelo en confinamiento

Uno de los problemas más difíciles que se está dando durante el confinamiento es la muerte de un ser querido. Se trata de un episodio siempre difícil pero más aún cuando uno no puede despedirse, ni tiene muchas formas de desconectar. Tampoco está siendo fácil para los niños. Los expertos aconsejan no mentir, porque ellos van a notar lo que está sucediendo. De hecho, María Sánchez Corrales, recomienda no disimular el dolor frente a un niño, porque es bueno que entiendan que “el duelo duele, y es sano que sea así”.

Si por el contrario escondemos nuestros sentimientos, le estamos transmitiendo que expresar la tristeza lógica por la pérdida de un ser querido es algo malo o vergonzoso y el pequeño optará por no hacer visibles sus propias emociones con naturalidad. Esta experta recomienda, por tanto, hablar de los recuerdos con la persona que ha fallecido, mirar fotos y llorar juntos, aunque sin forzar, porque insiste en que “cada uno tiene su ritmo a la hora de hablar de su tristeza y es importante dejar abierta la puerta para poder expresarlo sin censura”. Por su parte, Silvia Álava aconseja dejar que se despidan a través de una carta, un dibujo o incluso llenando una caja con objetos que le recuerden la relación con esa persona que acaba de fallecer.

Esta crisis está siendo muy distinta en función de la situación que atraviesa cada familia. Hay quienes están pudiendo disfrutar de la compañía y quienes están sufriendo mucho estrés por distintas razones. Los expertos reconocen que va a ser un episodio que va a dejar huella en los más pequeños de la casa, aunque confían en que pueda ser menos traumático de lo esperado, ya que se están llevando estudios en adultos en los que se está viendo que el impacto en los mayores no está siendo tan negativo y confían en que con los niños ocurra lo mismo. Para contribuir a que sea así, insisten en mantener rutinas, escuchar lo que sienten, pasar juntos tiempos de calidad e intentar transmitirles tranquilidad y seguridad.

FUENTE: LaTribunadeCiudadReal.es

Hablamos del llamado «síndrome de la cabaña» para los informativos de CyLTV

La pandemia pasa factura psicológica. Colaboración con Consumer

DE LA NOCHE A LA MAÑANA HEMOS SUFRIDO UNA SOBREDOSIS DE MALAS NOTICIAS Y NOS HEMOS VISTO ABOCADOS A UNA CONVIVENCIA INTENSA. AHORA QUE EL FINAL ESTÁ MÁS CERCA, DOS EXPERTAS NOS AYUDAN A VOLVER A UN ESCENARIO QUE NUNCA SERÁ IGUAL. PERO HAY QUE INTENTARLO.

En estos días en los que tanto se habla de la huella económica que dejará la crisis del coronavirus, también es importante ocuparse de la huella psicológica que ha podido producir en nosotros y que podría afectarnos durante las próximas semanas, puede que también meses. Si en los inicios del confinamiento, según una encuesta realizada por EAE Business School, las emociones de los españoles eran bastante positivas –solo un 5% decía tener mucho temor, un 17,5% sentirse realmente triste y un 73% encontrarse seguro–, ahora es el momento de comprobar de qué manera el tiempo transcurrido ha favorecido sentimientos de miedo, tristeza o inseguridad.

En este sentido, una revisión reciente, publicada en la revista The Lancet el 26 de febrero de este año, ha analizado el impacto psicológico que tuvo la cuarentena en distintas crisis sanitarias, como la del SARS, la gripe A (H1N1) o el ébola. Y de sus conclusiones podemos extraer que el aislamiento provoca en los ciudadanos sentimientos de confusión e ira, así como síntomas de estrés postraumático que son tanto más severos y persistentes cuanto mayor ha sido la duración del confinamiento.

“Esta revisión –explican los autores– sugiere que la cuarentena a menudo se asocia con un efecto psicológico negativo, algo que no es sorprendente durante el periodo de aislamiento. Sin embargo, existe la evidencia de que este efecto todavía se puede detectar meses o años más tarde”.
¿Cómo prepararnos para superar emocionalmente la huella que ha podido dejar en nosotros la experiencia vivida a lo largo de las últimas semanas? Para ayudarnos a lidiar con los sentimientos y las emociones negativas que pueden dificultar nuestra readaptación a la vida cotidiana hemos hablado con la doctora en Psicología y experta en psicología educativa Silvia Álava y la neuropsicóloga y profesora de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea de Madrid Elisabet Marina Sanz. Ambas nos recomiendan, antes de adentrarnos en ver cómo reajustamos las relaciones familiares, sociales y laborales, empezar por mirar hacia dentro, hacia nosotros mismos, identificando aquello que nos sucede.

Mirar adentro: ¿cómo estoy?

Atento a las señales. El alivio por ver que la situación mejora puede ir acompañado de un bajón emocional. En plena situación traumática aguantamos, tiramos… pero, cuando empezamos a ver la salida, es frecuente que nos permitamos caer. “Es entonces cuando debemos atender a síntomas como estrés, ansiedad, bajo estado de ánimo; pueden ser un indicador de estrés postraumático”, explica Silvia Álava.

  • Qué podemos hacer. Reaccionar como si nada hubiera pasado puede hacer que los problemas aparezcan más adelante, por eso, ahora conviene intentar hacer un ejercicio de introspección, mirar hacia dentro de nosotros y tratar de identificar nuestras emociones para, a partir de ahí, poder aceptarlas. Es útil verbalizar los pensamientos, es decir, ponerlos en palabras: podemos hacerlo por escrito, si nos sentimos más cómodos, o compartiéndolos con otros.

Sigue leyendo este interesante artículo en Revista.Consumer.es

Sugieren atender problemas del comportamiento para combatir la COVID-19. En Cambio16

Por Mariela León

Investigadores de la Universidad de Princeton y el Sunnybrook Research Institute revisaron el comportamiento humano frente a la crisis sanitaria. Detectaron ocho dificultades que desafían el buen juicio que debe imperar en estos momentos para combatir la COVID-19.

Entre los problemas que exploraron se encuentran los rasgos humanos comunes: temor a lo desconocido, vergüenza personal y sesgo retrospectivo, entre otros. La investigación y sus recomendaciones las ofrecieron a la revista especializada The Lancet.

Los coautores sugieren que la conciencia de estas dificultades podría ayudar a mantener los cambios de comportamiento necesarios para combatir la pandemia de la COVID-19.The Lancet@TheLancet · 

NEW—A real-time dashboard of clinical trials for #COVID19

«An urgent need exists to track clinical trials, avoid unnecessary duplication of efforts, & understand what trials are being done & where»

Correspondence @LancetDigitalH from K Thorlund et al https://hubs.ly/H0pTtMk0 

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The Lancet@TheLancet

NEW Podcast 🎧: Senior Editor Diana Samuel spoke to Dr Louis Dron, McMaster University, about his work on an interactive website which tracks #COVID19 clinical trials from 8 international clinical trial registers, covering all continents https://hubs.ly/H0pVqPx0 

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“Después de las fuertes reacciones iniciales ante un momento tan desafiante y difícil, la conciencia de las dificultades de juicio podría ayudar a mantener las cosas en el camino correcto”, señala Eldar Shafir, según Europa Press. Él es profesor en Ciencia del Comportamiento y Política Pública en la Escuela Woodrow Wilson de Asuntos Públicos e Internacionales de Princeton. Y coautor del artículo con el doctor Donald Redelmeier, científico principal del Sunnybrook Research Institute.

Problemas del comportamiento

La crisis de la enfermedad por COVID-19 desafía la biología humana, la capacidad de los hospitales, la recuperación económica y la red de comunicación entre personas.

Las estrategias para reducir la transmisión han incluido lavarse las manos repetidamente, distanciarse físicamente y el autoaislamiento. Estas estrategias preventivas son asequibles y efectivas.

Sin embargo, señalan los investigadores, un desafío importante es la necesidad de mantener la adherencia. El propósito de esta investigación  es revisar ocho dificultades de comportamiento reportadas por la psicología, que son relevantes para actuar con buen juicio bajo incertidumbre.

Identificar problemas y buscar soluciones

Sugieren que la conciencia de estas dificultades podría ayudar a mantener el cambio de comportamiento para combatir la crisis COVID-19. Estas son:

1.- Miedo a lo desconocido. Las amenazas son misteriosas porque son desconocidas. Pero el misterio inicial pronto se desvanece. Los recordatorios repetidos vinculados a la situación son importantes para evitar la complacencia.

2.- Vergüenza personal. Para reducir la propagación de la enfermedad, se ha animado a las personas a no tocarse la cara, pero lo hacen reflexivamente. Algunos pueden ver los fallos como un fracaso personal.Colegio Oficial de la Psicología de Madrid@CopMadrid

Recomendaciones para la salida del confinamiento con los niños, niñas y adolescentes.

La situación actual abre ya la posibilidad de q niños, niñas y adolescentes puedan salir en unas condiciones específicas.
Detalles de la guía en el siguiente enlacehttps://www.copmadrid.org/web/comunicacion/noticias/1514/recomendaciones-la-salida-confinamiento-los-ninos-ninas-adolescentes …

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Los líderes de opinión pueden destacar a una de las muchas celebridades que han dado positivo como una forma de mitigar el estigma. Las autoridades también deben advertir que los lapsos momentáneos son naturales y deben ser seguidos volviendo a los mejores comportamientos.

3.- Descuido de los riesgos competitivos. Muchos están tan consumidos por la COVID-19, que pueden descuidar el sueño, el ejercicio o la compañía humana. Por lo tanto, los médicos deben aconsejar a sus pacientes que promuevan la seguridad contra otros daños.

4.- Enfermedades invisibles. El distanciamiento social y el aislamiento podrían exacerbar el trastorno psiquiátrico crónico. Se justifica un mayor cuidado de la salud mental y comunicación de apoyo de un ambiente hogareño saludable.

Mentalidad colectiva es útil

El equipo de investigadores detecta otros comportamientos comunes en esta emergencia sanitarias.

5.-No hay información clara. Los retrasos de tiempo asociados con la COVID-19 (período de incubación, intervención y resultados de las pruebas) causan emociones y sentimientos desconcertantes. Las autoridades deben instar a la precaución de no actuar en informes diarios de epidemia.

6.- El status quo abunda. La gente quiere mantener la normalidad durante una crisis, pero una sacudida temporal de su status quo es una oportunidad para reenfocarse y mirar las cosas de nuevo. Una vez que disminuye la urgencia inicial, los hospitales podrían reconsiderar cómo los médicos se adaptan a las nuevas formas de telemedicina.Colegio Oficial de la Psicología de Madrid @CopMadrid

Confinamiento y emociones en las familias:

Silvia Álava. (Psicóloga Educativa) @silviaalava

Durante la cuarentena además de realizar otras actividades esenciales es importante atender las necesidades
emocionales de nuestros hijos y nuestras hijas. https://www.youtube.com/playlist?list=PLlJsbJFGKZG1ZpVqaXK-ECqTHp3G5XGsv …

Silvia Álava - Colegio de Psicólogos de Madrid

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7.- Normas sociales arraigadas. El comportamiento humano está conformado por normas como darse la mano, abrazarse y otras formas de contacto humano, y estas normas no son fáciles de cambiar. Los lemas, las imágenes y otros recordatorios podrían ayudar a facilitar el cambio necesario.

8.- Sesgo retrospectivo. Una vez que la COVID-19 disminuya, el sesgo retrospectivo conducirá a castigar a las autoridades médicas que podrían haber reaccionado de forma exagerada o insuficiente.

Una mentalidad colectiva de que todos estamos juntos en esto puede resultar difícil pero muy útil, dijeron.

Lee también: El confinamiento tiene efectos colaterales en la salud mental 

FUENTE: cambio16.com

Las familias consideran positiva la convivencia durante el confinamiento para reforzar los vínculos entre padres e hijos. Colaboración con Cadena COPE

Un estudio concluye que 7 de cada 10 jóvenes considera reforzada la comunicación y el vínculo con sus padres durante el Estado de Alarma

Por Carmen Labayen

Mes y medio en casa, padres e hijos, teletrabajo y estudio a distancia incluidos, dan para mucho bueno y no tan bueno. En este confinamiento ha habido roces, peleas y conflictos en los hogares pero según las familias consultadas por COPE tras un periodo de adaptación inicial el poder pasar más tiempo juntos ha reforzado los vínculos y la comunicación entre padres e hijos.

La presencia es muy importante y creo que de eso se beneficia todo el mundo, yo pienso que el confinamiento está siendo positivo para mi familia” asegura Alejandra, madre de dos adolescentes.

Es verdad, admite esta madre, que cuando el espacio es reducido y no hay más opción que estar juntos “salen a relucir los problemas que existen en las familias pero al estar todos confinados no tienes más remedio que afrontar la situación y resolverla de la mejor forma posible”.

Otras familias con hijos de entre 13 y 16 años también que ha apuntan a que ha hecho falta un periodo de adaptación de hacerse los unos a los otros pero que finalmente la experiencia está sirviendo para conocerse todos mejor.

Y si los adolescentes con los que hemos hablado no esconden que hay peleas con sus padres y también con sus hermanos muchos como Zenobia o Javier están dispuestos a poner su grano de arena “hacer un esfuerzo entre todos para evitar que la situación se descontrole.

Más satisfechos se muestran los niños como Alvaro de 11 años que considera que al pasar más tiempo con sus padres “nos llevamos todavía mejor” que antes del confinamiento.

Su padre Raúl ha pasado como muchos españoles a teletrabajar y también nota un impacto positivo por el hecho de estar más tiempo en casa “mejora la comunicación y la convivencia porque me doy cuenta de más cosas que cuando iba a la oficina, es verdad que a veces hay tensión o momentos más difíciles pero todo se habla y se acaba solucionando”.

Según datos de un estudio que está elaborando la pedagoga y experta en educación emocional, Eva Bach, 7 de cada 10 jóvenes considera reforzada la comunicación y el vínculo con sus padres durante el Estado de Alarma, el 23 por ciento dice que solo en algunos aspectos o que ya era buena y solo un 2 por ciento considera negativo el impacto del confinamiento en su familia .

cuando la situación no va viento en popa, expertos como la psicóloga Silvia Alava consideran que la clave está en “la escucha activa, el diálogo y la empatía, ponerse en el lugar del otro y validar la forma en la que se siente”.

“En todo momento el cambio debe partir de los adultos, no podemos pretender que sean los niños o los adolescentes los que vayan a cambiar. Tenemos que ser nosotros los que demos el primer paso y centrarnos en lo que va a suceder desde hoy en adelante sin echar la vista a lo sucedido en el pasado” explica a COPE Álava.

Enfado, frustración, la tristeza y agitación son sensaciones comunes en tiempos de confinamiento y no solo para los más pequeños de la casa. A ello se une la incertidumbre de cuánto va a durar esta situación y qué consecuencias va a tener en el futuro. Son temas de los que se puede hablar también en familia sin contar con las actividades.

Juegos de mesa, tertulias, hacer la comida o la cena son actividades que se pueden hacer todos juntos” señala esta psicóloga que considera importante, también en tiempo de confinamiento, limitar el uso de las pantallas.

“Decir que no se usen no sería realista pero los padres sí deben acotar los momentos en los que se puede usar la tecnología y también los tiempos de utilización” subraya.

Al final el confinamiento, asegura, “nos ofrece una nueva oportunidad de crecer en familia”.

Hay muchos recursos que se han puesto en marcha en esta etapa para ayudar a padres e hijos en este momento difícil entre ellos www.educaixa.com donde, tras registrarse, es posible descargar más de 400 recursos y materiales didácticos para familias. La mitad de los contenidos descargados en las últimas seis semanas tienen precisamente que ver señalan con resolución de conflictos, emociones, sentimientos y aprender a escuchar.

FUENTE: cope.es

El encierro alejado de mis hijos. Colaboración con El Diario Vasco

«Sus habituales gritos y peleas, sus constantes preguntas… son ahora un silencio artificial que asusta»

Por YOLANDA VEIGA 

Cada mañana, Alberto (48 años) se acerca a su casa y, desde la ventana, observa la nueva cotidianeidad que la cuarentena ha impuesto a los suyos: a su mujer y a sus hijos de 9 y 11 años. Un día a día extraño que lo es más porque él no está con ellos. El 14 de marzo, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma, Alberto tomó una decisión difícil y generosa. Pasaría esos quince días que van ya para mes y medio fuera de casa. Por dos razones poderosas. La primera, que su mujer sufre de asma y bronquitis aguda, de manera que pertenece al colectivo de población de riesgo y entrar y salir todos los días, como le obliga su trabajo, implica un riesgo al que no quiere exponer a nadie más que a él mismo. La segunda, que trabaja en un centro de acogida a personas en situación de vulnerabilidad en el País Vasco y allí se necesita personal día y noche. «Entre la plantilla había miedo y uno tiene que dar ejemplo para estar legitimado a la hora de pedir implicación al resto». El peaje de su ejemplo: lleva cinco semanas sin poder abrazar a sus hijos. 

Es uno de tantos padres o madres que, por razones laborales, de enfermedad o por estar divorciados e interrumpir las visitas, están pasando el confinamiento alejados de los pequeños. Lo que se traduce en «un estrés que afecta a la salud emocional», advierte Guillermo Fouce, presidente de Psicología sin Fronteras. «Estar lejos de los hijos afecta, sin duda. No poder tocarles, abrazarles… Es difícil, nadie nos ha entrenado para esto».

Alberto acorta esa distancia asomándose cada mañana a la ventana de su casa un ratito: «Hablo con ellos, les animo a hacer las tareas escolares, les digo que lean… Les veo pero no les puedo abrazar, estamos separados por una barrera invisible». Y cinco semanas «no son dos, como al principio». Es un tiempo más que suficiente para hacer mella en el estado anímico, si es que el físico aguanta y uno no ha enfermado, claro. «Estamos acostumbrados a estar con nuestros hijos a diario, especialmente si son muy pequeños, así que ahora esos padres se encuentran en una situación del todo ilógica. Una situación vital estresante que se puede traducir en ansiedad, desesperación e incluso ira o no aceptación. Y que puede llevar a un aislamiento todavía mayor, a decir: ‘Voy a tratar de dormir todo el rato porque no tengo ganas de nada y quizá así pase el tiempo más rápido’. Eso lo agrava todavía más», advierte Fouce.

Alberto tiene tanto que hacer en el centro de acogida que apenas le da tiempo para pensar. Pero en el momento en que cesa la actividad… «Cuando estoy solo siento que falta algo. Esos gritos, esas peleas, esas preguntas constantes que en una situación normalizada terminan por sacarte de quicio son ahora un silencio tan artificial que asusta», reconoce.

Le entiende sin conocerle Raquel (42 años), fisioterapeuta en el Hospital de Getafe, que está pasando por una situación francamente dramática. Se infectó de coronavirus después de que su madre diera ‘positivo’ tras someterse a principios de marzo a una operación de columna. «El jueves 12 de marzo mi madre ingresó en UCI muy grave. Estoy separada y los jueves mis hijas, de 14 y casi 10 años, están con su padre. Le pedí a mi expareja que se quedara con ellas esa noche, pero al día siguiente empecé yo con fiebre, lo que me obligó a hacer la cuarentena aislada y a que mis niñas se quedaran con su padre por una cuestión de prevención».

Han estado veinte días separadas, casi tres semanas angustiosas. «Ha sido muy duro. Mi madre falleció y lo peor ha sido tener que darles la noticia por una videollamada para evitar que la mayor se enterara de algo tan duro por el mensaje de condolencia de cualquier conocido. Ha sido terrible no poder arropar, acompañar, contener su dolor ni compartir el mío propio…». Ahora están juntas y las tres intentan «elaborar este duelo ambiguo y sin duda postpuesto».

«Darle un sentido»

Tanto en el caso de Alberto como en el de Raquel la separación de sus hijos e hijas ha sido una elección personal, lo que le ha dado «un sentido» que es la clave. «Si el padre o la madre que no puede estar estas semanas con los hijos le da un sentido a esa distancia, lo va a llevar mejor. Y darle sentido es darse cuenta de que, si uno está enfermo, puede contagiarles. De manera que con esa distancia le estás protegiendo. En ese caso es algo fácil de asumir».

Pero hace falta algo más para aliviar esa distancia que se antoja abismal. Y eso lo están consiguiendo las videollamadas, sustitutas de los abrazos. «Es lo que te permite reconectar con tu vida de antes. Lo que te da energía para afrontar otro día separado de ellos. De hecho, muchos de esos padres o madres que están solos planifican su rutina en torno a esa llamada de la tarde que les va a permitir hablar y ver a los niños. Y está bien que sea así», indica Guillermo Fouce.

Por el adulto, y también por el niño o la niña: «Tienen que saber que su padre o su madre están bien y que no les han abandonado, que no se han ido a ningún lado sin despedirse. La recomendación es hacer las videollamadas que se puedan, porque solucionan mucho. O, aunque se haga una sola al día, que los niños sepan que en cualquier momento pueden ver a sus padres, aunque sea a través de la pantalla del teléfono», orienta Silvia Álava, directora del área infantil del gabinete Álava Reyes de Madrid. Alberto hace la videollamada al atardecer: «Me gusta saber de su día a día, de sus preocupaciones, que aunque sean niños también las tienen. Nos deseamos buenas noches y nos mandamos besos virtuales».

Eso sí, con que los niños entiendan que hay un razón para que el padre o la madre no estén, basta. «No hay que darles más información de la que necesitan. Y necesitan menos de la que los adultos pensamos. Conviene no mentir, no le vas a decir a la niña que papá se ha marchado de vacaciones porque lo va a sentir como un abandono, pero si está ingresado en el hospital no les tenemos que transmitir nuestra preocupaciones, que bastante cara larga nos van a ver».

–¿Llega a entender un niño por qué su padre no está?

–Depende de la edad. Si son muy pequeños, no van a entender que papá tiene un virus. A partir de los 6 años ya hay más madurez y pueden entenderlo, pero les va a costar, porque es una situación artificial y porque el vínculo de los niños pequeños con sus padres suele ser muy estrecho y muy físico. Cuando se trata de mayores, el vínculo es más de conversación. Y pueden entender que el padre o la madre falte durante dos meses, sí. Otra cosa es que sean capaces de digerirlo a nivel emocional, porque es algo muy gordo –advierte Silvia Álava.

Los hijos de Alberto entienden que su padre tiene un trabajo que le obliga a estar separados por el bien de todos. Pero no ven la hora de volver a estar juntos…

–¿Qué harás el día que puedas reencontrarte con ellos?

–No tengo ganas de hacer nada especial, porque cualquier cosa cotidiana me parecerá increíble. Si algo nos ha demostrado este maldito virus es que el día a día está lleno de momentos maravillosos. Poder llevarles a hacer deporte, jugar con ellos, pasear por la playa, subir al monte, meterlos a la cama y dormirlos inventando una historia… Lo habitual, precisamente lo que me falta en estos momentos.

Y los niños, ¿cómo se sienten?

Si el padre/madre está en el hospital: «La emoción del niño va a ser la tristeza. Como no le puede ver ni siquiera a través de una videollamada en muchos casos, se va a preguntar dónde está su padre o su madre. Va a echarle de menos e incluso le puede asaltar un sentimiento de enfado porque no se ha despedido», explica Silvia Álava, directora del área infantil del gabinete psicológico madrileño Álava Reyes.

Si está en casa pero aislado en una habitación:«El contacto basado en hablarse a través de la pared, de una habitación a otra, genera en el menor un sentimiento de frustración. Y en el adulto, una tristeza infinita».

Si están separados y el padre o la madre están en otra casa:«El niño puede sentir preocupación por no verle durante tantos días, y rabia porque no entiende por qué no le puede abrazar».

FUENTE: El Diario Vasco

No poder despedirse de un familiar o amigo: ¿Cómo afrontarlo? Colaboración con Funespaña

Si el fallecimiento de un ser querido siempre es difícil, imagina que no puedes despedirte de él o de ella. 

Que no puedes recibir el abrazo cálido de tus familiares y que no te permiten hacer el velatorio.

Suena duro, ¿verdad? Por desgracia es algo que está ocurriendo.  

Entierros sin velatorio ni funeral por coronavirus 

La crisis del COVID-19 ha alterado nuestras vidas hasta el punto de no poder salir de casa ni para acudir al velatorio, ni el entierro de un ser querido. 

Varias personas me han contado que han recibido dos llamadas, una diciendo que su familiar estaba enfermo, y otra diciendo que había fallecido, sin más notificaciones ni seguimientos de por medio. Evidentemente no hace falta que os cuente que están destrozadas.  

No poder despedirte de un ser querido

La situación no puede ser más trágica, además de no tener tiempo para asimilarlo no tenemos la posibilidad ni de acompañarlos es sus últimos momentos, ni de despedirnos. 

Sabemos que el fallecimiento siempre es una noticia difícil de asumir y más cuando es algo inesperado. Sin embargo, no poder despedirte de tu familiar complica mucho más la situación y el duelo.  

¿Qué hacer si no puedo despedirme de un familiar o amigo?

La función que tiene un velatorio es fundamental, porque además de permitirnos despedirnos del fallecido, nos permite recibir el apoyo de nuestros familiares y amigos, que estén con nosotros. 

Su contacto, su beso su abrazo es fundamental para poder sobrellevar la situación.  

Todos los que en este momento viven esta situación, se ven privados de todo esto. Tienen que pasar su dolor y su duelo en solitario, sin poder salir de casa.

Cómo sobrellevar el no decir adiós

Es una situación muy complicada y en absoluto podemos banalizarla, sin embargo, te ofrecemos estos consejos para que en la medida de lo posible puedan ayudarte a sobrellevarla:  

Expresa tus emociones

Permítete llorar, gritar o lo que te haga falta. Ahora es más necesario que nunca permitirnos expresar lo que sentimos.  

No te juzgues

Que no te importe lo que piensen los demás de ti, ni te juzgues por sentir a partes iguales rabia, frustración y tristeza.  

Trata de impedir que la culpa se apodere de ti

En esta situación puedes sentirte culpable por no poder despedirte.

Ten siempre en cuenta que no es tu decisión personal. Que el estado de confinamiento lo prohíbe, que no es algo que depende de ti.  

Quedarte en casa por responsabilidad con los demás 

Piensa que, pese a todo, pese a tu rabia, tu tristeza, tu frustración, el juntarnos todos, y más cuando puede haber personas mayores, sería mucho peor. La probabilidad de contagio se multiplica y ya sabemos que las consecuencias pueden ser letales. 

Saber que quedándote en casa, por muchas emociones desagradables que te generen, es lo mejor, puede ayudarte a sobrellevar la situación. Es un sacrificio por el bien común, y sobre todo por el de tus familiares y amigos.  

Llama a tus familiares y amigos 

Permítete contarles cómo te sientes, simplemente que te escuchen.  

Busca apoyo 

Puede que no te apetezca hablar con nadie, y el lícito, pero nunca olvides que en la distancia hay gente que puede apoyar. Deja que ellos hablen, saber que están ahí puede ayudar.  

Te puedes despedir sin estar físicamente 

Ante la imposibilidad de despedirte personalmente, escribe una carta de despedida o graba un video, lo que te apetezca o te guste más. 

Aunque estar presente siempre es un elemento facilitador, te puedes despedir sin estar físicamente junto a él o junto a ella. Es más complicado, pero aún así es posible.  

Todo pasará y podremos estar juntos de nuevo 

Cuando toda la situación pase, es el momento de celebrar un acto o ceremonia para recodar a esa persona que ya no está y pedir a todos tus familiares y amigos que te acompañen.  

Pensar que es un aplazamiento, y que, aunque nos gustaría que fuese en este momento, podremos estar todos juntos superando este duelo, es algo que también nos puede ayudar.  

10 consejos para aprovechar bien el paseo con los niños: ejercicios, retos y trucos. Colaboración con ElEspañol.com

Es importante planear el primer día porque, como advierten los pediatras, lo van a recordar toda su vida. Lo mejor es explicarles exactamente qué pueden hacer y qué no.

Por Carmen Serna  @carmenserna

«Un paseo corto». En esas tres palabras se resume la ilusión de miles de niños que llevan más de seis semanas encerrados en sus casas para poder pisar la calle a partir del domingo.

«Estamos convencidos de que, después de un mes y medio, esos niños recordarán siempre los primeros días tras el confinamiento, como nuestros abuelos recordaban qué hicieron el día de la firma de la paz tras la guerra civil. Lo que hagan les dejará una huella perenne», explica el pediatra Juan Antonio Ortega.

Por eso, especialistas y psicólogos infantiles advierten de que hay que preparar a los más pequeños para que sepan exactamente lo que pueden hacer y lo que no y dan algunos consejos para exprimir al máximo este poquito tiempo, según las edades de nuestros hijos.

1. Preparar las expectativas.

Los niños llevan mucho tiempo escuchando que van a poder salir este domingo y hay que explicarles que no van a poder hacer lo que ellos quieran. La psicóloga infantil Silvia Álava advierte que de aquí al domingo tenemos que hacer una «labor de concienciación para que sepan que vamos a la calle pero que todavía no se puede ir a jugar, no podemos quedar ahí con amigos, no podemos tocar nada… que entiendan que aún el virus nos puede contagiar. Hay que prepararles, a nivel mental y emocional».¿Cómo son las mascarillas para niños? Tallas e instrucciones de usoJ.ReiLos niños podrán salir a dar un paseo a partir del 27 de abril. Explicamos cómo son sus mascarillas: tienen tamaños y características propias y distintas a las de los adultos.

Su consejo es explicarlo todo desde un punto de vista positivo: «Destacar las cosas que sí podemos hacer: que nos puede dar el sol, que podemos dar un paseo, saltar, brincar… «. Y saber bien qué es lo que sienten, si están nerviosos y cómo gestionar las emociones. «Cuando vuelvan estaría bien preguntarles cómo se han sentido porque a lo mejor, algunos niños están encantados y otros estarán frustrados…», aclara la psicóloga. 

2. Ejercicios de mindfulness.

Álava recomienda para los primeros días hacer con los niños ejercicios de mindfulness: «Hay que decirles que estamos en la calle, disfrutar del aire en tu cara, pararse un momento para notar el sol… Llevan semanas metidos en casa y tenemos que disfrutar donde estamos».

Para facilitarlo, su propuesta es un juego de los de atención plena, como el «veo veo» pero para fijarse en los árboles, «que son muy distintos desde la última vez que salimos», ver cuántas hojas tienen, cuántas flores me encuentro por el camino… «Todo dirigido a conseguir una atención plena de lo que estamos disfrutando ahora, de este paseo que estoy dando».

3. No obligarlos a salir.

Muchos niños, sobre todo los más mayores, pueden sentir cierta frustración porque pensaban que cuando salieran lo haría para estar con sus amigos, jugar un partido… y ahora se encuentra con que sólo pueden pasear un rato. «En este caso, lo importante es no obligarlos a salir si no quieren. Está bien animarlos a que salgan, les dé el aire y el sol pero seguro que hay un determinado número de niños que no quieren, y no pasa nada», asegura la psicóloga.

Silvia Álava explica que «hay que darles tiempo porque llevan muchas semanas encerrados en casa, que es un lugar seguro, y les estamos diciendo que fuera está el virus y que es peligroso. Hay que dejarles tiempo».

4. Juegos de equilibrios

Ya en el segundo o tercer día podemos trabajar con ellos la psicomotricidad gruesa con juegos de equilibrio o de atención. «Podemos dar el paseo siguiendo una línea y sin salirnos de una cuerda invisible. O para mantener la tensión, decir que no se puede pisar las rayas del suelo o jugar a que vamos una parte a la pata coja y la siguiente con el otro pie», sugiera la psicóloga infantil.

Estos juegos son perfectos para niños de mediana edad pero también se puede desarrollar variantes parecidas con los más pequeños.

5. En busca de… (Juegos de 0 a tres años)

Fernanda Morales, directora de una de las escuelas infantiles de Nemormarlin en Madrid, asegura que hay que aprovechar este tiempo para crear lazos familiares entre los más pequeños y el progenitor que los acompañe.

«Es muy beneficioso para ellos este paseo tanto para su sistema inmunológico, como para mejorar los sentidos, su afán de descubrir cosas», aclara.

Por eso, propone juegos para los niños de 2 y 3 años que vayan desde buscar formas, colores, números o identificar objetivos y el «veo veo» de toda la vida, que ayudará a fijar su atención.

En cuanto a las propuestas para trabajar la psicomotricidad en los más pequeños podemos jugar a andar más rápido o más lento, a dar saltos, a pisar baldosas de diferentes colores y sobre todo a cantarcon ellos, lo que estimula el lenguaje de forma divertida.

Para los niños de un año, Fernanda Morales apuesta por contarles una historia durante el paseo que los ayude a disfrutar de la compañía de su papá y de su mamá y del sol y el aire. «Inventarnos una historia de lo que vamos viendo desarrolla la creatividad de los peques que sólo quieren descubrir cosas nuevas».

6. Los retos de la naturaleza. 

La Asociación Española de Pediatría ha creado una serie de retos para que este primer día de salida del confinamiento deje en los más pequeños una huella que los una con la naturaleza. El pediatra Juan Antonio Ortega les propone que hagan los desafíos y los suban a las redes sociales con el hastag #hoyeselmejordiademuchos.

«Queremos que vivan la experiencia de ‘soy un árbol’, que busquen el árbol de su barrio y vean como crece y cómo guarda la distancia con los compañeros. También ‘soy una nube’, porque sólo los niños pueden descubrir esas criaturas mágicas en el cielo. ‘El desafío del agua’ buscando las fuentes o el rocío que está cerca de ellos. ‘Soy un pájaro’ para, ahora que ha descendido mucho la contaminación acústica, poder identificar los pájaros que hay cerca de su casa o el ‘desafío del viento’ para descubrir cómo cambian los sonidos cada vez que giramos una esquina o damos 30 pasos».

De esta forma, el pediatra apuesta porque la experiencia del Covid-19 los ayude a conectar más con la naturaleza en su vuelta a la normalidad e impliquemos a los más pequeños en el cuidado del medio ambiente. «Yo confío más en ellos que en los adultos», asegura el pediatra.

7. Hacer un mapa de tu ruta.

Otra de las propuestas de la Asociación Española de Pediatría es quedibujen una ruta en su primera salida en la que puedan marcar los árboles que se han encontrado, los animales, las plantas, los edificios… Se trata de estimular su memoria espacial y sensorial y conseguir que se fijen en las cosas pequeñas que hay a su alrededor y que normalmente no nos percatamos de ellas.

8. Dejarles jugar. 

La psicóloga infantil recomienda que les dejemos claro a los más pequeños que no se puede salir a la calle con sus juguetes (ni balones ni bicicletas ni motos ni monopatines) antes de iniciar el paseo. «Es más fácil buscar una instancia superior que es la que permite o no permite hacer las cosas y explicarles que los que antes no nos dejaban salir a la calle porque podíamos ponernos malitos, ahora no nos dejan sacar ni bicis ni patinetes».

Sin embargo, como recuerda el doctor Ortega, eso no va a impedir que ellos jueguen dentro de las limitaciones. «El trabajo esencial de la infancia es jugar. Y seguro que lo van hacer sin interferir para nada con el cumplimiento de las normas. Los pequeños tienen la suficiente espontaneidad para hacer ejercicios aeróbicos, de elasticidad y saltos sin necesidad de controlarlos«, aclara el pediatra quien asegura que los niños aprovecharán esos momentos para mantener ese pulso vital suficiente.

9. La mejor hora para salir.

Todos los especialistas coinciden en que lo mejor es que los niños salgan con sol y buena luz para aprovechar estos momentos. En el caso de los más pequeños, Fernanda Morales recomienda que los paseos sean siempre a la misma hora: «Es muy buena la hora antes del baño y la cena, a media tarde. O si no, por la mañana, una vez que desayunan y antes de empezar la actividad», explica.

En el caso de los peques estos paseos marcados le ayudarán a tener una rutina más positiva no sólo para su disfrute sino también para ayudarles en el sueño y a fortalecer su sistema inmunológico.

10. Trabajar la vuelta a casa.

Silvia Álava explica que lo ideal es que los niños sepan cómo va a funcionar el paseo desde antes de salir y que si sólo nos dejan estar fuera 15 minutos que ellos sepan que el progenitor que les acompañe llevará el reloj y que les irá dando la hora.

«Hay que decirles que es lo que nos dejan y qué no. No es lo que nosotros queremos, sino lo que está permitido y que por mucha pataleta que monten no nos vamos a quedar más«, explica.

La psicóloga aconseja hacerlo todo de una forma muy positiva, asegurándoles que sabemos que lo van a entender, que no van a protestar porque ya son mayores y lo entienden, que lo van a hacer muy bien.

Quizá, como recuerda el pediatra Juan Antonio Ortega, lo único que hay que decirles es que «tienen que sacar a un adulto a pasear» porque seguro que los niños son mucho más conscientes que los mayores. 

Escuela en casa: cómo organizar el tiempo de estudio en cuarentena. Colaboración con Consumer

Con el cierre de los colegios por el coronavirus, recae en los padres la responsabilidad de organizar la jornada lectiva de sus hijos durante el confinamiento. Te contamos cómo llevar esta situación.

Por Miguel Ángel Bargueño

La entrada en vigor del confinamiento para evitar la expansión del coronavirus coincidió con el final del segundo trimestre escolar y abarcará parte del tercero, unos periodos decisivos en el desarrollo del curso de miles de estudiantes de todas las edades. Suspendida la actividad en los centros de enseñanza, recae en los padres la responsabilidad de organizar y supervisar los estudios de sus hijos, lo que supone una implicación mayorque la necesaria en condiciones normales. Y más en el caso de que se haga teletrabajo. Por eso, en las siguientes líneas recogemos varias pautas de expertos que seguro te servirán para llevar adelante esta importante fase educativa en casa.

Los colegios han cerrado, pero el curso académico no se detiene. En estos días de confinamiento por coronavirus, la actividad docente ha pasado de las aulas al domicilio familiar. Sin la disciplina de los centros escolares, recae en los padres la responsabilidad de organizar la jornada lectiva de sus hijos, lo cual genera no pocas dudas. ¿Debe respetarse la rutina del colegio, o la influencia de factores externos (el trabajo de los padres, por ejemplo) justifica cierta flexibilidad? ¿Deben los progenitores ejercer de docentes? Estas cuestiones cobran especial relevancia toda vez que la cuarentena se ha decretado bien entrado el segundo trimestre: una fase decisiva en el curso.

Los horarios, como en el colegio

Establecer rutinas aporta seguridad a los niños; la repetición de tareas refuerza hábitos. Lo asegura la psicóloga infantil Silvia Álava, quien además recomienda hacer partícipes a los hijos de las nuevas reglas de la casa. “Diseñar con ellos una tabla de horarios, en una simple cartulina, les ayudará a ver que han colaborado en su elaboración, y no como algo impuesto. Así, los acatarán más fácilmente”, señala.

Lo idóneo es replicar en casa los horarios del colegio o, lo que es lo mismo, dedicar las mañanas a las obligaciones escolares. “Después de levantarse y desayunar, es momento de ponerse a estudiar”, dice Álava, quien incluso es partidaria de incluir la pausa del recreo para que tengan un rato de esparcimiento. “Pueden comer un tentempié similar al que toman en el colegio”, añade.

En esa idea reincide Carmen de Andrés, doctora en Ciencias de la Educación y profesora de Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid: “Las rutinas las necesitamos todos, desde los niños a los mayores. Es muy importante mantenerlas, de cara a una mejor organización. Debe haber ratos para estudiar, para jugar, para comer, para hacer ejercicio, para dormir. Con cierta flexibilidad, ya que en casa se dispone de mucho tiempo”. A los hijos, en todo caso, debe quedarles claro que no están de vacaciones.

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11 libros de ayuda ante la pérdida de un ser querido. Colaboración con Funespaña

Cuando sufrimos una pérdida hay lecturas que nos pueden ayudar a entender mejor nuestros sentimientos y a canalizar las emociones. Las recomendaciones de estos libros de ayuda ante la pérdida, servirán para darnos cuenta de que lo que nos pasa a nosotros tiene un nombre, que se trata de los sentimientos habituales ante un proceso de duelo y que es normal estar así.

Libros de ayuda en proceso de duelo

Hay personas que en un primer momento prefieren no acercarse nada que tenga que ver con su situación. Sin embargo, pasados esos primeros momentos pueden beneficiarse de la lectura de libros de ayuda que aborden el tema de la pérdida. Otros prefieren leer sobre el tema desde el primer momento.

Las dos opciones son igualmente válidas. La única condición es no leer por obligación, sino que lo hagas para que te ayude a comprender mejor tus emociones.

Los mejores 9 libros de ayuda ante la pérdida de un ser querido

La pérdida de un ser querido, de Vicente Prieto (2018)

No estamos preparados para la muerte, vivimos de espaldas a ella, como si no existiera.

Sigue siendo un tema tabú alrededor del cual existe una conspiración de silencio. Sin embargo, más de una vez vamos a tener que pasar inexorablemente por un proceso de duelo.

En este libro de Vicente Prieto nos muestra estrategias para el duelo partiendo del hecho de que sentirse mejor no es olvidar sino integrar la pérdida como parte de la vida.

libro acompanar en el duelo

Acompañar en el duelo, de Manuel Nevado y José González (2018)

Es un excelente manual en que los autores proporcionan a los lectores en primera persona herramientas para manejar la pérdida.

Empieza desmontando los prejuicios sobre el duelo, para así poder utilizar después mejor los ejercicios y las dinámicas que ofrecen.

Las dinámicas son sencillas están bien descritas y son fáciles de entender y de utilizar, siendo de gran utilidad al lector.

guia superar el duelo el mensaje de las lagrimas

El Mensaje de las lágrimas. Una guía para superar la pérdida de un ser querido, de Alba Payás Puigarnau, A. (2014)

Se trata de una guía para afrontar el dolor de la pérdida de un ser querido que brinda pautas para gestionar el duelo y recuperar la normalidad utilizando el agradecimiento como generador de emociones agradables.

guia aprender de la perdida neimeyer

Aprender de la pérdida, de Neimeyer, R. (2012)

El libro afronta tanto el duelo por el fallecimiento de un ser querido, como la ruptura de pareja, la pérdida de un trabajo o la aparición de una discapacidad, centrándose en el impacto emocional de la misma.

Desarrolla el duelo como un proceso activo de “reconstrucción de significado” y de transformación personal.

libro fina sanz los laberintos de la vida cotidiana

Los laberintos de la vida cotidiana. La enfermedad como autoconocimiento, cambio y transformación, de Fina Sanz (2002)

No se trata tanto de un libro de duelo al uso, sino de un análisis de la enfermedad como un proceso para trabajar el autoconocimiento desde una perspectiva transpersonal.

Ofrece claves para mejorar la vida de las personas con enfermedades graves.

libro jorge bucay el camino de las lagrimas

El camino de las lágrimas, de Jorge Bucay (2011) 

El autor nos habla del dolor asociado a la pérdida y el duelo. Con indicaciones de cómo afrontarlo, de forma que nos sirva como auto superación y consuelo a lo largo del proceso, sin dejar de conectar con nuestro dolor y con nosotros mismos.

libro el duelo de jose carlos bermejo

El duelo: luces en la oscuridad, de José Carlos Bermejo (2011)

En este libro se describen pautas para sobrellevar el dolor tras la muerte de un ser querido.

Los emotivos testimonios recogidos en estas páginas buscan ser una luz en la oscuridad, un consuelo, una esperanza que invita a trascender lo que vemos y sentimos.

libro jochen julicher todo volvera a ir bien pero nunca volvera a ser como antes

Todo irá bien, pero nunca será como antes. El acompañamiento en el duelo, de Jochen Julicher (2004)

¿Cómo abordar mi propio duelo y el de los demás? ¿Qué es «normal» a la hora de vivir el duelo? ¿Cómo vivirlo con los hijos? ¿Cómo comportarse en semejante situación para no herir ni importunar, pero tampoco dejar a nadie en la estacada?

Preguntas concretas que exigen respuestas concretas.

libro william kroen como ayudar a los ninos a afrontar la perdida de un ser querido

Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido. Un manual para adultos, de William C. Kroen (2002)

Este libro ofrece sólidos consejos a cualquier adulto que intente ayudar a un niño a superar el proceso dramático de la muerte en un familiar o amigo.

Déjame llorar. Un apoyo en la pérdida, de Anji Carmelo (2007)

Explica de manera sencilla lo que nos pasa durante un proceso de duelo. Nos ayuda a comprender el dolor y el sufrimiento.

libro el tratamiento del duelo de william worden

El tratamiento del duelo. Asesoramiento psicológico y terapia, de J. William Worden (2013)

Se describen los mecanismos del duelo y los procedimientos que se deben emplear para que el individuo afronte su pérdida y su dolor, y pueda seguir el proceso que le permitirá superarlos.

También nos explica por qué los procesos de duelo mal resueltos (como las reacciones emocionales exageradas, que llegan a convertirse en crónicas, o las que se enmascaran o se retardan) pueden originar problemas que acaban convirtiéndose en patologías que requieren tratamiento y que el psicoterapeuta deberá diagnosticar y tratar.

A menudo, en la lectura de un libro encontramos las palabras que describen lo que no somos capaces de verbalizar, esperamos que estos libros de ayuda que os proponemos o sean de utilidad.

FUENTE: Funespaña