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¿Cómo desconectar en vacaciones? Podcast del espacio Paz Mental

¿Cómo hacer para que estos días de vacaciones no sean simplemente días libres y realmente nos sirvan para desconectar?

No dejando que las cosas sucedan sin más, sino trabajando para conseguir incrementar nuestro bienestar emocional en las vacaciones, haciendo todas aquellas cosas que la evidencia científica nos dice que son útiles para incrementar nuestro bienestar emocional.

Se trata de aprender a ser proactivos es decir, de qué forma podemos tomar decisiones que afecten positivamente en nuestra vida, en qué cosas tenemos control para dirigir nuestra vida.

Las vacaciones ayudan y mucho, dado que: los horarios se relajan, ya no somos esclavos del reloj, no hay que poner el despertador… las responsabilidades laborales se relajan… todo eso hace que sea más fácil sentir emociones agradables en vacaciones, sin embargo, si realmente queremos conseguir que esta semana santa nos sirva para desconectar hay que ser proactivos en el cambio y hacer cosas para cada día sentirnos mejor.

Acuérdate que las vacaciones te ofrecen «Un tiempo para cuidarte»

  • No olvides cuidar de tu alimentación pero también puedes darte algún placer con la comida, disfruta de la gastronomía de los sitios que visites.
  • Aprovecha para dormir el tiempo que necesites, también puedes disfrutar de la siesta, intenta descansar sin preocupaciones.
  • Practica algo de ejercicio físico al día, nadar, montar en bici, pasear al aire libre. El ejercicio te reportará salud, energía y vitalidad.

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El síndrome postvacacional nos puede durar hasta 15 días

Por Andrea Domene Lupiañez |

Madrid (EFE).- La vuelta a la rutina puede costar más de lo que parece y acabar en el conocido como síndrome postvacacional, un conjunto de síntomas y emociones negativas que aparece al término de las vacaciones y que puede prolongarse hasta quince días, según advierten los psicólogos.

Los expertos aclaran que este síndrome no es un cuadro clínico, sino un “proceso de adaptación” para volver a la práctica laboral.

Lo normal es que los síntomas que aparecen al retornar de las vacaciones duren dos o tres días, aunque en algunas personas se alarga hasta las dos semanas.

Si la sintomatología dura más, los profesionales aconsejan que se pida ayuda psicológica. “Hay personas que experimentan estos sentimientos de una forma muy intensa, hasta el punto de que se pueden bloquear en el proceso de adaptación”, explica la vocal del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid Mercedes Bermejo.

Síntomas más comunes

Entre los síntomas más comunes de este síndrome destacan el desánimo, la apatía, los pensamientos negativos, el insomnio o la irritabilidad, según detalla el psicólogo del Colegio de Psicólogos de Madrid Miguel Hierro.

Una mejor gestión de este periodo puede ayudar a prevenir la aparición de cuadros ansiosos-depresivos y a mejorar las relaciones de pareja y familiares.

Aunque depende de cada persona, y no todas lo experimentan, “el volver a una rutina que requiere exigencia y estrés elevado hace que la vuelta sea más costosa”, incide Bermejo.

Niños y adolescentes

La vuelta a los horarios establecidos hace que, en ocasiones, se produzca un “choque muy fuerte que el cuerpo nota”, según señala la psicóloga Silvia Álava.

Además, el paso del bienestar y la felicidad a un escenario de estrés y exigencia afecta al estado de ánimo y produce un malestar en general no sólo en los adultos, sino también en niños y adolescentes.

En etapas tempranas de la infancia y la adolescencia hay que tener un especial cuidado, en especial cuando están en un “proceso de maduración cerebral o cambios hormonales”, ya que estos cambios bruscos pueden crear una sintomatología más severa, sostiene Bermejo.

Consejos para sobrellevarlo

Para volver a la rutina con normalidad los expertos recomiendan que el cuerpo esté bien descansado y marcar unos objetivos a corto plazo, de manera progresiva y poco exigente, adaptándose a la rutina “cuidando el bienestar y la salud mental”.

Es necesario además adecuar los horarios unos días antes de la vuelta, buscar actividades que entretengan y planificar el trabajo con el objetivo de que el cambio, al final, “sea lo menos brusco posible”.

FUENTE: EFE.COM

¿Consigues desconectar del trabajo cuando te vas de vacaciones?

¿Es posible la desconexión total? Llevamos ya muchos meses de trabajo y nuestra cabeza y nuestro cuerpo ya nos pide parar, aunque a nuestro cerebro le cuesta diferenciar y parar el ritmo de actividad del que venimos.

  • Mensajes automáticos en el correo electrónico.
  • Apuntar las tareas pendientes para no tener que estar recordándolas para la vuelta.
  • Apagar directamente el teléfono de trabajo.
  • Usar la asertividad.

Son algunos de los consejos para poner en práctica la desconexión. Es importante dejar tiempo para descansar, no es necesario estar continuamente haciendo cosas, no es obligatorio llegar al final del día «desfondado» 🙂

¡Escucha a tu cuerpo!

No os perdáis esta entrevista del canal 24Horas de RNE.

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Sí, podemos desconectar en vacaciones

¿Cómo desconectar en vacaciones?

Pese a que llevamos meses esperándolas, cuando llegan seguimos sin olvidarnos de la rutina. Es clave:

  • Buscar actividades que nos gusten y ayuden a recargar pilas.
  • Aprender a estar sin hacer nada.
  • No asociar las vacaciones a gastar dinero.
  • Desvincular el correo, email o WhatsApp del trabajo de nuestros dispositivos.
  • Aprender a decir «no».
  • Hacer actividades que nos gusten y que no podamos hacer todo lo que nos gustaría en periodos de trabajo: leer, salir con amigos…

No te pierdas los mejores consejos.

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¿Tienes ganas de vacaciones? pero cuidado, dosifícate!

Hay que tener cuidado y no «gastar todos los cartuchos» los primeros días de vacaciones, evitar empachos, insolaciones, quemaduras… es fundamental para poder disfrutar de un verdadero descanso.

Tenemos todos muchas ganas, pero eso no quiere decir que no utilicemos el sentido común para que los excesos no nos pasen factura, el objetivo es descansar y desconectar, no pasarlo mal.

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Jugar, cocinar o excursiones, otras maneras de que aprendan los niños durante el verano sin hacer deberes

Psicólogas, logopedas y asociaciones de padres y madres coinciden en que «hay otras rutinas y maneras de aprender que sirven para reforzar el nivel académico»

Por R.C.G.T

Deberes en verano, ¿sí o no?

Es uno de los dilemas que se plantean las familias en este periodo y enfrenta a los partidarios de no perder el hábito de estudio y a los que creen que es un momento para descansar, aunque hay otras actividades que ayudan a los niños a seguir aprendiendo durante las vacaciones.

Psicólogas, logopedas y asociaciones de padres y madres coinciden en declaraciones a EFE que «hay otras rutinas y maneras de aprender que sirven para reforzar el nivel académico», en palabras de la psicoterapeuta familiar y experta en infancia Mercedes Bermejo.

Poner en práctica

En su opinión, las excursiones, juegos de cartas, visitas a museos o ciudades«pueden ayudar a los niños a poner en práctica lo aprendido durante el curso».

En esta línea, la psicóloga Silvia Álava, coincide en que el juego es una manera de aprender diferente:

«Podemos automatizar procesos de lectura y escritura, con repetición, pero eso no significa que haya que estar horas haciendo deberes».

Al menos media hora

Ambas coinciden en que los días son largos y hay que buscar tiempo para que los niños lean o escriban durante un tiempo establecido, como puede ser media hora.

«Lo recomendable sería que durante el verano los niños pudieran dedicar su tiempo de ocio a aquellas actividades que les gustan y que durante el curso académico les resulta más difícil realizar», explica la logopeda Lidia Arroyo.

Asimismo, Mercedes Bermejo defiende fomentar la elección de los niños sobre estas tareas de lectura para que no sientan que es una obligación: «Son ellos quienes tienen que elegir, porque si obligamos a un niño a hacer deberes, va a perder la motivación».

Aburrirse y no hacer nada es importante

Tras venir de un periodo de exigencia académica, Bermejo considera que aburrirse y no hacer nada es importante y puede fomentar la creatividad de los niños.

«Si la enseñanza se da bien en clase, no deben llevar deberes a casa», es la opinión de la presidenta de la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), María Capellán.

Con una campaña que sacan durante los periodos vacacionales, En la escuela me falta una asignatura: mi tiempo libre’, desde la CEAPA tienen claro que el objetivo de las vacaciones estivales es poder descansar.

Desde la organización consideran que los niños sufren bastante presión durante todo el año como para también tener que «estar preocupados» de los deberes en verano, lo que consideran que es un «castigo«, según dice María, tanto para los alumnos como para las familias.

A todos nos gusta descansar

Una desconexión necesaria durante los tres meses de verano ya que no lo hacen durante el resto del año: mañana, tarde y noche, fines de semana, vacaciones de Navidad y Semana Santa; siempre tienen tareas que hacer y entienden que «la educación durante todo el día no es de calidad».

Una idea que sostiene la logopeda Arroyo, ya que en la mayoría de los casos que se reúnen las familias, realizan desplazamientos y no disponen del tiempo suficiente para realizar las tareas.

«Si a los adultos nos gusta descansar en verano, ¿a los niños por qué no?», plantea tajante la presidenta de la CEAPA. EFE

FUENTE: tribunasalamanca.com

7 consejos para viajar con adolescentes. ¿Vacaciones o pesadilla?

Por Miriam Mascareñas

Te mueres por organizar tus vacaciones (ya te ves disfrutando de unos días de playa, ese destino internacional que llevas años persiguiendo o la desconexión en la montaña) y al mismo tiempo temes planificarlas porque ya imaginas las caras de desaprobación de tus hijos adolescentes. Y es que aunque llevabas años esperando disfrutar de un viaje familiar sin cargar con palas, cunas u estrictos horarios infantiles, temes que ellos te hagan haber preferido quedarte en casa. Silvia Álava, psicóloga del Centro de Psicología Álava Reyes y autora del libro Queremos que crezcan felices, nos da las claves para disfrutar de las vacaciones en familia y que estas no se conviertan en una pesadilla.

PLANIFICA EL VIAJE EN FAMILIA

A la hora de planear tus vacaciones siempre has de contar con la etapa vital en la que te encuentras: si tienes bebés, elegirás, por ejemplo, hoteles o apartamentos cerca de la playa, de fácil acceso, que te permitan no cargar durante mucho tiempo con todos los accesorios para jugar en la arena, biberones… Además, también debes tener en cuenta las necesidades familiares, el presupuesto, la cantidad de horas que quieres emplear en desplazamientos… ¡Y la opinión de tus hijos! «No se trata de dejarse que decidan o impongan sus deseos, sino de hacerles partícipes de la elección y la planificación de forma que sientan que su opinión cuenta«, recomienda Silvia Álava.

«Puede que tus hijos adolescentes te planteen la posibilidad de quedarse en casa solo. Personalmente, recomiendo no ceder ante esta idea a no ser que haya causas de fuerza mayor y siempre que puedan quedarse a cargo de un adulto responsable«, añade la psicóloga.

ESTABLECE NORMAS ANTES DE SALIR DE CASA

Si no quieres discutir o entrar en negociaciones durante las vacaciones, antes de viajar pacta unas normas con tus hijos. «Querrán salir hasta tarde porque todos sus amigos lo hacen, te pedirán cambiar los planes en el último momento, te chantajearán con malas caras… Si no quieres que ciertos comportamientos o discusiones arruinen el viaje, todo debe quedar claro y pactado antes de poner rumbo al destino«, recomienda Silvia Álava.

Así que, con una pizza entre manos, disponte a negociar: la hora a la que deben llegar a casa, el tiempo que deben dedicarle al estudio si es que han suspendido alguna asignatura, las actividades que se harán el familia, cuándo pueden usar el ordenador o el móvil, el tiempo del que dispondrán para estar con amigos… «Y déjales muy claro que las malas caras no serán recompensadas ni una herramienta válida para salirse con la suya«.

NO TE DEJES INTIMIDAR POR MALAS CARAS

Porque la mayoría de las ocasiones los padres se amedrentan frente a gestos de disgusto, respuestas cortantes, caras de aburrimiento… La psicóloga Silvia Álava, del Centro de Psicología Álava Reyes, afirma: «Hay que recompensar las buenas formas y no este tipo de actitudes pues en ese caso recurrirán a ellas a menudo como chantaje, ¡y no solo durante las vacaciones, sino siempre!«.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Los padres deben estar alineados en cuanto a normas se refiere. Así que si quieres evitar los tradicionales «mamá me dijo que podía…» o «papá me deja salir hasta más tarde…«, por ejemplo, tendréis que tomar decisiones conjuntas y manteneros firmes en ella o tus hijos adolescente desarrollarán una estrategia en base a vuestras discordancias.

SOIS SUS PADRES, NO SUS MONITORES DE TIEMPO LIBRE

«Muchos padres tienen miedo de que sus hijos se aburran y ante el más mínimo gesto se agobian y ofrecen a sus hijos actividades alternativas para paliar este estado«, asegura Silvia Álava. «Pero los niños y los adolescentes deben aprender desde pequeños a gestionar su tiempo (de estudio, libre, de actividades en familia…) así que es importante que se les dé esa libertad para que desarrollen esa capacidad, busquen sus propios estímulos y tolerar sus frustraciones. «

SIEMPRE EN POSITIVO

Véndeles el destino, los planes, las excursiones… siempre en positivo. (Y cuenta de antemano con sus quejas). «Pocas veces un adolescente te reconocerá que se lo está pasando bien«.

También debes contagiarles este espíritu y recórdarles que solo se atenderán sus sugerencias cuando estas se hagan de buenas formas y no con quejas o pataletas.

APROVECHA PARA MEJORAR UNA RELACIÓN TENSA

Si la relación con tus hijos está en un tira y afloja o es tensa, los expertos recomiendan aprovechar las vacaciones para llevarla de nuevo a buen cauce. «Muchas veces los padres proyectan su miedo a unas vacaciones complicadas y así ocurre. Por eso, hay que dejar los problemas apartados, en casa«, cuenta la psicóloga Silvia Álava..

LOS DESTINOS DE VACACIONES PREFERIDOS POR LOS ADOLESCENTES

«No hay una guía tipo», sentencia Silvia Álava y añade, «depende de las características e intereses de nuestros hijos y de las familias. Los más deportistas preferirán viajes de montaña, los jóvenes más sociales las ciudades o los pueblos donde puedan compartir tiempo libre con gente de su edad, los más tranquilos disfrutarán con planes relax en la playa, los cinéfilos preferirán viajes culturetas…»

FUENTE: telva.com

Hablamos del motivo del estrés postvacacional en TreceTv: «Nos afecta a todos, pero de distinta manera»

Hay un porcentaje de la población que ante esta situación desarrolla el síndrome de estrés postvacacional.

Con la llegada de septiembre llega el fin de las vacaciones y la vuelta a la rutina por ello la doctora en Psicología Clínica y de Salud Silvia Álava ha explicado en ‘TRECE al Día’ lo que debemos hacer para retomar nuestras obligaciones

Durante las vacaciones no tenemos horarios ni obligaciones. Sin embargo con la vuelta al cole y al trabajo «manda el reloj», ha incidido la psicóloga. Hay un porcentaje de la población que ante esta situación desarrolla el síndrome de estrés postvacacional. Estas personas se inundan de «sentimientos de tristeza y están más irritables», ha explicado.

Hay que intentar acomodar los horarios unos días antes de volver a la rutina.

También es importante tener rutinas saludables. Unos días antes debemos adecuar el horario, ya que se rompe con el ritmo de vigilia, por ello debemos intentar acostarnos a una hora razonable.

El estrés postvacacional «nos afecta a todos, pero de distinta manera», ha señalado la experta. Esto ocurre porque hay personas que piensan que al irse de vacaciones los problemas desaparecen. Esto no es así, ya que «las vacaciones son un paréntesis», ha subrayado.

Además, las personas que trabajan de cara al público, son más propensas a padecerlo porque es un puesto más desgastante. El primer día debemos marcarnos objetivos muy completos y medibles, también debemos volver con una sonrisa. Que demuestra el agradecimiento, «nos hemos podido ir de vacaciones porque tenemos un trabajo», ha explicado. Además, seguro que en el trabajo hay cosas positivas porque te ayuda a pagar el alquiler o la hipoteca.

¿Falsas expectativas?

El problema reside en que «tenemos una falsa expectativa de que los problemas me los solventará las vacaciones y ahora a la vuelta tenemos los problemas», ha explicado.

Con la vuelta a la rutina es bueno realizar las denominadas «actividades de recovering» que hacen que la ansiedad baje. Lo que no debemos hacer es: «Me apunto a todo y luego lo que consigo estar más estresado», ha subrayado. Cada día debemos tener un pequeño momento para nosotros, ya sea teniendo un rato de lectura o conversando con un amigo e incluso podríamos escribir en un diario y buscar tres cosas positivas que han pasado a lo largo del día, esto está demostrado que ayuda a «incrementar el bienestar emocional».

Las vacaciones son para los niños, no hay excusa para no estar con ellos

| PSICÓLOGA INFANTIL

No debemos alterar los ritmos de nuestros hijos en verano. «Luego es difícil controlarles»

¿Cómo debemos afrontar las vacaciones con nuestros hijos?

Lee el artículo realizado por Izaskun Errazti aquí: https://www.elcorreo.com/sociedad/vacaciones-ninos-no-excusa-padres-estar-con-ellos-20220814191401-nt_amp.html

Trabajadores sin desconexión en vacaciones: «Sus cuerpos están en la playa pero sus mentes, en la oficina»

Dejar de consultar el correo o de atender el móvil de empresa ha sido, para muchas personas, una misión imposible

Los psicólogos afirman que la pandemia y el teletrabajo han podido aumentar el llamado estrés vacacional 

Por JESSICA MARTÍN

Desconectar por completo en vacaciones: ¿a quién no le suena bien esa frase? 

Carla, subdirectora de una agencia de marketing, asegura que le encantaría ponerla alguna vez en práctica, pero la responsabilidad ligada al cargo que ostenta y su personalidad “autoexigente” le han impedido apartarse varios días del teléfono de empresa o del correo electrónico este verano.

“Yo no he desconectado totalmente jamás. La única forma en la que puedo conseguirlo un poco es yéndome de vacaciones a un sitio con cambio de horario donde haya ocho horas de diferencia con España, porque así, cuando allí es de día, están durmiendo aquí y sé que no me están llegando correos ni tengo la tensión de saber que están pasando cosas. Pero cuando estoy de vacaciones en España, con el mismo horario, al final estoy pendiente todo el día. Es inevitable”, cuenta Carla en una conversación con RTVE.es.

Sin escapatoria

Desde el pasado año, debido a la pandemia, las posibilidades de hacer viajes internacionales se han reducido, así que no ha tenido «escapatoria». Ya asumió en junio que este verano su mente no estaría alejada de la responsabilidad laboral en ningún momento.

“Hay veces en que sí me agobia. Una dice: ‘Estoy todo el año trabajando y no puedo estar una o dos semanas de desconexión total’, pero es cierto que también es culpa mía porque yo tampoco sé desconectar y porque no dejo pasar una (…) Cuando veo el correo de un compañero o percibo que algo se está haciendo mal, al final me resulta imposible quedarme con los brazos cruzados. No puedo irme de vacaciones y olvidarme del correo. Imposible. Por más que quiera, no puedo”, admite Carla.

Un problema extendido que ha podido empeorar con la pandemia

Su caso, aseguran distintos psicólogos, responde a un problema “muy extendido” entre la sociedad. La última encuesta de Adecco sobre Desconectar del Trabajo en Vacaciones ya señalaba en 2019 que el 39,3 % de los españoles no logra ese descanso mental, pero la situación podría haber empeorado desde la irrupción de la COVID-19.

La pandemia no solo ha elevado los niveles de ansiedad en buena parte de la ciudadanía, sino que además ha intensificado en muchos casos el ritmo laboral y ha “difuminado” los límites entre la vida personal y la laboral, como consecuencia del teletrabajo.

Nos hemos acostumbrado

“Nos hemos acostumbrado a que el trabajo no siempre sea un ‘voy a la oficina y cuando salgo desconecto’. Ahora muchos estamos trabajando en casa y en cualquier sitio donde se tenga un mínimo acceso a internet. Esto hace más difícil desconectar cuando llega la hora de hacerlo”, afirma la psicóloga Silvia Álava.

Lo más grave del asunto, avanza esta misma psicóloga, es que, justo este año, “necesitamos desconectar más que nunca”.

“La mayoría de personas llegan a estas vacaciones más irritables y con menos energía que nunca“

“La mayoría de personas llegan a estas vacaciones más irritables y con menos energía que nunca. El año pasado la situación era distinta porque, aunque veníamos de varios meses metidos en casa, vislumbrábamos el fin. En aquel momento llegamos a las vacaciones con una ilusión, porque parecía que íbamos a recuperar la normalidad, pero esta vez llevamos un año y medio sin ver el final. El cerebro está agotado y anímicamente estamos más flojos”, explica.

Cuando es la empresa la que no permite desconectar

A la hora de analizar las causas del llamado estrés vacacional los expertos puntualizan que hay que distinguir entre distintos orígenes o factores que lo favorecen. El primero tiene que ver con la exigencia del puesto de trabajo y de la empresa; el segundo está relacionado con el funcionamiento del cerebro y la dificultad para adaptarse rápido al periodo de calma tras haber vivido una situación de estrés; y un tercero parte de un tipo de personalidad específica.

Respecto al primer punto, Alberto Alemany, director de intervención y psicólogo del equipo profesional de Mentevita, afirma que todavía son demasiadas las compañías que “no respetan” el descanso de sus trabajadores: “Esto habla de una mala planificación estratégica, de una mala gestión de los recursos humanos, y de poca comprensión sobre cómo funciona el rendimiento laboral de los profesionales”.

Lo afirma, además, basándose en su experiencia diaria, ya que el centro en el que trabaja está especializado en estrés y ansiedad laboral, e imparte cursos de formación para mejorar la salud psicológica dentro de las empresas.

Responsabilidad compartida

La mayoría de pacientes a los que Alemany atiende en una situación de estrés laboral trabaja en compañías que durante los periodos de descanso siguen demandando que sus profesionales trabajen sin comprender, dice, que no solo va en perjuicio del trabajador sino también de la empresa. No obstante, el psicólogo puntualiza que, en algunos casos, la responsabilidad es compartida: “Hay profesionales que no son capaces de decirle a su jefe: ‘estoy de vacaciones’”.

Esto último puede provocar ansiedad, rabia y malestar, según apunta también la psicóloga Lina Romillo, quien sostiene que “no saber poner límites a los demás, sea en el ámbito que sea», genera también «mucha inseguridad”.

Situación distinta es la de las personas que tienen una pequeña empresa o la de trabajadores autónomos, por ejemplo. En este caso, resulta más difícil desvincularse por completo durante un tiempo de las tareas y a menudo ocurre que el “cuidado” de la empresa queda por encima del cuidado de la propia salud mental.

Dificultad de la mente para «salir de la oficina»

El segundo factor que aumenta la probabilidad de que una persona tenga dificultades para desconectar del trabajo tiene que ver con el funcionamiento del cerebro y con la capacidad de adaptarse al cambio.

“Normalmente, durante el año estamos sometiendo a nuestro cuerpo a unos niveles de ansiedad elevados y mantenidos en el tiempo. Cuando llegan las vacaciones los estímulos que generan esa angustia desaparecen, pero nuestro cuerpo no aprende tan rápido esta cuestión (…) el cuerpo sigue pendiente de seguir trabajando. Se necesita un tiempo más largo para entender que esa situación (la que genera el estrés) no está presente”, explica Alemany.

Romillo precisa que muchas personas necesitan “3 o 4 días” para que su mente “se dé cuenta” de que está de vacaciones: “Los últimos 2 o 3 días antes de volver al trabajo suelen volver a pensar en el trabajo, así que, si se van 15 días de vacaciones, casi la mitad las ‘gastan’ no estando de vacaciones. Sus cuerpos están en la playa; sus mentes, en la oficina”

“Sus cuerpos están en la playa; sus mentes, en la oficina“

Alemany apunta que factores como la edad y el sexo también influyen en la aparición de lo que también se conoce como “depresión de la tumbona”: “Cuanto más jóvenes, más nos cuesta desconectar. Y a las mujeres les resulta menos difícil desconectar que a los hombres”, sostiene.

Rasgos de la personalidad que influyen: autoexigencia e inseguridad

Por último, los psicólogos coinciden en que la personalidad es un factor determinante y detallan cómo es el perfil de quienes padecen este estrés vacacional.

“Normalmente son personas muy autoexigentes que buscan la perfección en cada cosa que hacen. En cierta manera tienen miedo de fallar y viven sus trabajos como si fueran imprescindibles, pero nadie lo somos”, dice Romillo.

Álava menciona también que, en algunos casos, quienes sufren estrés vacacional se cargan con una responsabilidad excesiva por temor a que sus jefes dejen de valorarlos o a que sus clientes dejen de confiar en ellos, por ejemplo. También 

“También tiene que ver con la inseguridad. A medida que soy inseguro, soy más inestable y tengo la necesidad permanente de reactualizar mi valía. Esto es un círculo que se retroalimenta: si tengo esa necesidad de decir ‘aquí estoy, la empresa me necesita’, la empresa recibe ese mensaje y seguirá demandando (…) A veces se aprecia también un perfeccionismo elevado y una dificultad para poder delegar. Hay gente que tiene la necesidad de sentirse imprescindible en la organización y eso hace que les resulte difícil desconectar porque, si no tienen todo bajo control, sienten que algo horrible va a pasar”, agrega Alemany.

¿Qué supone no dejar al cerebro descansar?

Convivir con el estrés de manera sostenida y no dejar que el cerebro descanse, ni siquiera en vacaciones, tiene consecuencias negativas tanto para la salud mental como para la salud física.

“El estrés vacacional o la depresión de la tumbona, más allá de ser un nombre, tienen complicaciones. A corto y medio plazo, repercutirán en la esfera personal porque se pueden dar niveles de angustia, de ansiedad o incluso de depresión elevados. También dificultad para conciliar el suelo o trastornos psicosomáticos como migrañas, cefaleas o dolores estomacales. Y, a largo plazo, lo que puede provocar es un desgaste de profesional que va a incidir en su rendimiento laboral”, explica Alemany.

En línea con ese comentario, Álava recalca que “el cerebro es más productivo tras un periodo de descanso” y Romillo sostiene que el agotamiento mental puede provocar también un cansancio físico intenso.

«Después de correr una maratón, serias incapaz de correr otra maratón al día siguiente. Con la mente pasa lo mismo, igual que los músculos, necesita descansar. Si llevamos mucho tiempo trabajando a mucha intensidad entramos en lo que se conoce como fatiga. Dirás ‘estoy cansada, descanso, y sigo cansada’. Esto se acaba notando muchísimo a la hora de mantener la atención y en la productividad», agrega Álava.

Cinco consejos de los expertos

  1. Antes de coger vacaciones, planifica. Dedicar un tiempo previo al periodo vacacional para reunirse con los profesionales que se harán cargo de tu tarea puede ser muy útil. También es conveniente hacer supuestos de los problemas críticos que pueden darse durante ese tiempo y «practicar el ejercicio de delegar durante todo el año», aconseja Alemany. Este psicólogo también recomienda que, antes de coger vacaciones, se active la respuesta automática del correo y, en casos en que sea imprescindible, dejar «una vía de contacto urgente» para situaciones que realmente lo sean.
     
  2. Céntrate en el ‘aquí y ahora’. La mente también puede ser reeducada y hay que empezar por focalizarla en las relaciones personales, en el lugar donde te encuentres, en vivir el momento con conciencia plena. “Si viviéramos conectados a la vida, no necesitaríamos desconectar de nada. Vivir siendo plenamente conscientes en ‘el aquí y ahora’ hace que trabajes de forma mucho más eficaz y eficiente, y vivir una vida en el presente es la única forma de vivir. Cuando la mente está en el pasado o en el futuro se sobrevive, no se vive», subraya Romillo.
     
  3. Dedica tiempo a pequeños placeres. Además de «obligarse a parar» y realizar un ejercicio de autoconsciencia, Álava aconseja dedicar en estas vacaciones más tiempo al autocuidado y realizar actividades para las que habitualmente no hay tanto tiempo durante el resto del año, como echarse una siesta o leer tranquilamente un libro. «Estas vacaciones, en pandemia, son especiales y no tenemos que pensar que para desconectar necesitamos coger un avión y viajar a sitios nuevos. Podemos disfrutar de las pequeñas cosas».
     
  4. Coge, al menos, dos semanas libres seguidas. Tener un mínimo de dos semanas de vacaciones ininterrumpidas, si es posible, ayudará a tener un mayor margen para adaptarse al ritmo que requiere la desconexión, según Alemany.
     
  5. Trata de cortar al máximo el vínculo con lo laboral. Por último, los psicólogos consultados coinciden en que lo más sano para la desconexión es evitar todo lo posible el contacto con las tareas profesionales. Si es necesario hacerlo, lo mejor es fijar un breve tiempo al día para consultar el correo o el móvil de empresa, y comprometerse a no revisarlo fuera de ese horario marcado. 

FUENTE: rtve.es