Entradas

“El Grinch roba la Navidad”: el trend viral de TikTok en el que los adultos se disfrazan y roban regalos que puede dejar “una huella psicológica” en los más pequeños

Imagínate que una noche, sin esperarlo, el famoso Grinch aparece en tu casa dispuesto a robarte la Navidad y todos los regalos. Esto es algo que han experimentado algunos niños en Estados Unidos después de que el trend o tendencia de TikTok ‘El Grinch roba la Navidad’ –en el que uno de los padres se disfraza del personaje y asusta a los niños– se haya viralizado.

Más allá de las reacciones que entienden esta tendencia como una broma, en Maldita.es hemos consultado a dos psicólogas para saber qué impacto tienen estas acciones sobre los niños y si pueden acabar afectando a su desarrollo o generando un trauma.

‘El Grinch roba la Navidad’, un ‘trend’ viral

Esta tendencia viral está centrada en el famoso personaje infantil conocido como ‘El Grinch’. Creado por Theodor Seuss Geisel en 1957, se trata de una figura que trata de amargar las Navidades a los niños de todo el mundo. El trend consiste en que uno de los padres o familiares de los más pequeños se disfracen de este personaje e irrumpan en la casa durante la noche para llevarse los regalos y asustar a los niños.

La situación acaba en la mayoría de los casos con los pequeños gritando, llorando y corriendo de miedo, mientras los padres los graban y se ríen detrás de la cámara. Hay niños que, incluso, han tratado de defenderse y agredir al elfo que, al final, siempre acaba llevándose algunos de los regalos.

Algunos de los vídeos del trend publicados en TikTok.

Estos vídeos acumulan millones de reproducciones en redes sociales y han dado la vuelta al mundo, pero muchos usuarios critican este trend. Muchos usuarios culpan a los padres de hacer sufrir a los más pequeños y de poder causarles un trauma en el futuro, además, aseguran ellos “nunca harían eso a sus hijos”. Otros, sin embargo, comentan “que se apuntan la broma” para las próximas Navidades.

Comentarios en uno de los vídeos publicados en la plataforma. 

Los niños viven estas experiencias “de manera muy real”

La psicoterapeuta Carolina Cáceres explica que los niños viven este tipo de eventos de manera muy real: “Lo que para el adulto puede ser una sencilla broma, el niño lo asume como una realidad irrefutable”. De ahí viene, resalta, “el pavor” que se ve en sus caras durante el vídeo, la “frustración” por perder sus juguetes, los gritos. “A estas emociones se suma, además, la extrañeza de ver a adultos riendo cuando algo muy malo está pasando”, añade.

Silvia Álava, doctora en Psicología Clínica y de la Salud, señala que a la rabia y al miedo se une una segunda parte: “La figura que les tiene que proteger, que son mamá y papá, en vez de protegerlos y frenar al Grinch y echarle, les están grabando. Esto lo único que hace es incrementar el malestar del menor”.

Algunas de las reacciones de los pequeños al ver al supuesto Grinch. 

Para Cáceres es importante resaltar la edad de los pequeños que aparecen en los vídeos: “Tienen seis años o menos. Eso significa que están en una etapa en la que el pensamiento mágico está todavía presente en ellos. Es decir, entienden el lenguaje de manera literal, de forma que si tú le dices que el hada de los dientes vendrá a dejarle algo a cambio de llevarse sus dientes, te van a creer. Eso hace que los niños elaboren el mundo que les rodea desde la fantasía”. Álava insiste en que el niño “no es consciente” de que es una broma: “No son conscientes en ningún momento. Ellos creen que el verdadero Grinch está yendo a su casa a robar la Navidad”. “Están aterrados porque viven esos hechos como reales”, explica Cáceres.

Los padres, dice la experta, desconocen el impacto que puede tener someter a sus hijos a este tipo de experiencias. “El rol de los cuidadores primarios –es decir, el de los padres– es dotarlos de seguridad y hacerlos sentir cuidados y protegidos para que los niños puedan enfrentar las adversidades de manera exitosa”, explica.

Con este tipo de situaciones, dice Álava, rompen el vínculo de seguridad que los niños tienen con ellos, porque los progenitores tienen que ser las figuras que les protejan: “Como psicóloga, quiero pensar que estos padres no están calibrando el daño que les hacen a sus hijos”.

Estas experiencias podrían dejar “una huella psicológica” en los pequeños, según los expertos consultados por ‘Maldita.es’

Muchos usuarios han respondido indignados a estos vídeos asegurando que este tipo de vivencias puede causar traumas en los más pequeños. Ante eso, Cáceres recuerda la definición de ‘trauma’, que se recoge como “cualquier evento que se vive de manera inesperada, involuntaria y que amenaza directamente tu seguridad, tu vida e integridad dejando una huella psicológica”. La experta señala que, si bien en términos reales estos eventos no amenazan la vida real de los pequeños, “los síntomas que podrían experimentar posteriormente sí pueden ser muy similares a los de un estrés postraumático: como flashbacks, llantos repentinos o episodios de ansiedad, entre otros”.

Dependerá mucho del niño o la niña, dice Álava: “Habrá niños que lo olviden cuando sepan que es una broma, pero habrá otros para los que sí sea un pequeño trauma. Hay que tener cuidado porque, se lo genere o no, el malestar del niño no vale la pena y menos por conseguir un puñado de likes”.

Cáceres recuerda que los eventos son percibidos de una manera muy particular por cada persona y aunque el evento en sí no es traumático, “la forma en la que los niños lo procesen y perciban sí puede constituir un evento traumático para ellos”. Incluso, resalta la experta, este acontecimiento podría marcar la concepción que el niño tenga a partir de ahora de la Navidad: “Puede guardarla en la memoria como un evento muy desagradable, puede incluso generar sentimientos de rechazo y aversión a la Navidad por temor a que este evento tan intenso se vuelva a repetir”. Álava coincide: “Habrá que ver qué pasa después. Puede que cuando se entere que el Grinch era alguno de sus padres empiece a cuestionárselo todo”.

La exposición de los pequeños en estos vídeos fomentan su vulnerabilidad

Cáceres explica que al exponer sus emociones de esta manera, acompañadas de risas o burlas que invalidan sus sentimientos de miedo, “los pequeños se vuelven más vulnerables”. Además, resalta que estos vídeos “normalizan” conductas poco empáticas como la burla frente al llanto del otro: “Esto genera un desequilibrio de poder, donde el que se burla del otro es el más fuerte o el más guay. De esta forma, los niños pueden aprender a relacionarse ejerciendo este poder sobre sus compañeros al trasladarlo al ámbito social”.

Hemos subido el vídeo a la red social, dice Álava, y hemos dejado al menor completamente expuesto: “De alguna manera hemos vulnerado su derecho a la protección de la infancia. El resto de personas del mundo no tienen porque verlos llorando y pasándolo mal. Más cuando el vídeo se puede volver viral”. La experta insiste en que estos vídeos perduran en redes y que, en un futuro, cuando los niños crezcan puede no gustarles y acabar enfrentándose a sus padres para saber por qué decidieron colgarlos. “Los vídeos en los que hay menores no tendrían que estar en la red por el daño que les podemos hacer con ellos”, zanja.

FUENTE: maldita.es

Cómo y cuándo desvelar a los niños el secreto de ‘la magia de la Navidad’

  • ¿A qué edad es normal que surjan las dudas sobre ‘la magia de la Navidad’?
  • Hablamos con la psicóloga Silvia Álava sobre si es conveniente o no desvelar el secreto a los niños antes de que se enteren por su cuenta
  • ¿Hacerles cómplices del secreto de ‘la magia de la Navidad’ es la clave para ayudarles a sobrellevar mejor la decepción?

Es habitual que por estas fechas vuelve a estar en las “agendas” de muchos padres y madres el tema del secreto de la magia de la Navidad. No es extraño que en las semanas previas a las vacaciones más de un niño o niña llegue del colegio con un disgusto monumental y el temido comentario: “¡Mamá! que me ha dicho Pedrito hoy en el patio una cosa muy fea sobre los Reyes Magos… y muchos niños de mi clase dicen que es verdad!”.

¿Qué hacemos ante esta situación?

¿Qué variables tenemos que tener en cuenta?, ¿debemos desvelar el secreto a nuestros hijos sea cual sea la edad a la que nos pregunten?, ¿hasta qué edad recomiendan los expertos que mantengamos el gran secreto de la magia de la Navidad?

Nos guste o no a los padres, lo natural es que, entre niños y niñas de alrededor de diez años, el tema de la magia de la Navidad sea la comidilla en los patios de los colegios. Es lo que toca a esa edad porque, ya con ocho años, es normal que empiecen a tener bastantes dudas, como explica la psicóloga Silvia Álava: “Llega un momento en que ya no es los niños se vayan a enterar porque se lo digan en el cole, sino que por el propio desarrollo evolutivo de los niños, dado su desarrollo a nivel cognitivo, ya empiezan a decir: ‘a ver aquí hay cosas que no me encajan: no pueden entre tres señores repartir todos los juguetes a todos los niños del mundo, no puede haber un único Papá Noel’. Esto ocurre en cuanto el desarrollo de la lógica y del pensamiento abstracto del niño va desarrollándose y ya son un poquito más mayores”, explica la psicóloga.

A partir de los ocho años ya, con ese salto evolutivo que se da, es normal que empiecen a decir: ‘aquí hay cosas que no me encajan’ (Silvia Álava, psicóloga)

Dudas y preguntas

Esta idea tal vez despeje las dudas de Natalia, una madre de 43 años que, como muchos otros progenitores, anda un poco despistada… “No sé si mi hija Ana habrá descubierto ya el secreto de la magia de la Navidad con once años recién cumplidos, porque ella no me dice nada…no me pregunta. No sé si se hace la tonta o si es que realmente no lo ha descubierto aún… Entonces claro, la que se hace la tonta soy yo: si no pregunta, no voy a ser yo la que le desvele el secreto, pobrecita, que siga disfrutando de la magia estas Navidades”.

Lo más probable es que -dado el nivel de desarrollo del pensamiento lógico y abstracto de una niña de once años, Ana ya lo sepa…y además desde hace tiempo. “A partir de los ocho años ya, con ese salto evolutivo que se da, es normal que empiecen a decir: ‘aquí hay cosas que no me encajan’….ya con diez años es muy complicado que realmente se lo estén creyendo al cien por cien, ahí es cuando ya empiezan las dudas y empiezan las preguntas…y si no son resueltas en casa, es cuando ya lo hablan entre ellos en el cole y terminan descubriendo la realidad”, explica Álava.

Niños que ya lo saben, pero ni lo dicen ni preguntan

¿Y por qué no todos los niños nos preguntan a los progenitores cuando empiezan a tener dudas?, ¿por qué no nos dicen: mamá, papá, no hace falta que sigáis con las comedias que ya sé lo del secreto de ‘la magia de la Navidad’?

Según la psicóloga, lo que suele ocurrir en estos casos es que muchos niños y niñas no lo dicen porque tienen cierto miedo a que si dicen que lo saben puede que ya no vayan a tener tantos regalos…hay que entender que es una situación completamente nueva para ellos “No saben lo que va a pasar y tienen miedo a que desaparezca esa ‘magia’ de los regalos”, explica.

Entonces, cuando nuestros niños se acercan a la edad de las dudas ¿debemos sacar el tema nosotros? No es obligatorio sacar el tema a la fuerza si nuestro hijo o hija de entre diez y doce años no nos pregunta, insiste la psicóloga, pero tampoco es malo sacarlo si lo creemos conveniente porque, en el fondo, dado su desarrollo cognitivo a esa edad, no le vamos a contar nada que no sepa ya.

Hay expertos que recomiendan a los progenitores adelantarse y contar a los niños la realidad sobre ‘la magia de la Navidad’ para generar un clima de mayor confianza con ellos.

Miguel y Teresa prefirieron desvelar el secreto de la Navidad a sus mellizos de 10 años antes de que escucharan comentarios en el cole y se llenaran de dudas…De hecho, hay expertos que recomiendan a los progenitores adelantarse y contar a los niños la realidad sobre ‘la magia de la Navidad’ para generar un clima de mayor confianza con ellos, para que el hecho de tratarles de tú a tú les sirva un poco de ‘anestesia’ por la posible decepción y para evitar que se enteren a través de otros niños que no lo harán con el mismo ‘tacto’ y cariño que sus padres.

La experiencia de Miguel y Teresa con sus hijos fue muy buena: “no fue nada traumático para ellos, de hecho, nos dijeron que ya sospechaban algo y les encantó que les tratáramos como niños mayores haciéndoles partícipes del secreto”.

Los casos más delicados

¿Y si nuestro hijo o hija nos traslada sus dudas sobre ‘la magia de la Navidad’ antes de los ocho años porque ha oído algo en el cole?

Aquí hay que ir con cuidado y tener muy en cuenta la edad exacta del niño porque no es lo mismo que tenga cinco años que ocho. Por ejemplo, si el niño y niña tiene cinco o seis años y nos viene con las dudas, aún estamos a tiempo de reconducir la situación y mantener por unos años más la ilusión. Eso mismo hicieron los padres de Marina las Navidades pasadas cuando, con solo cinco años y medio la niña subió del parque muy angustiada porque unos niños mayores le habían desvelado el secreto. “La verdad es que la pobre estaba muy decepcionada, pero a la vez convencida de que los otros niños estaban equivocados. En realidad, fue ella la que se contestó a sí misma. Me dijo: es imposible, tienen que existir porque papá y tú no tenéis tanto dinero…así que la pobre era tan inocente que me lo puso muy fácil y decidí seguirle el rollo: claro, claro, le dije, ¡nosotros no podemos comprar todos esos regalos, qué locura! Ella se quedó tan tranquila”.

Variables de personalidad

Otra cosa muy diferente es que eso ocurra cuando el niño o niña tiene ya ocho años. En esa situación la manera más adecuada de actuar dependerá siempre mucho de las variables de personalidad de cada niño de cada niña y de su grado de maduración porque no todos los niños y niñas son iguales.

“En esos casos, recomienda Silvia Álava, no te esfuerces tanto en pensar en qué discurso le vas a dar a tu hijo: escucha primero. Escucha primero y pregúntale ¿tú qué crees? Porque en ese ¿tú qué crees? ya vamos a tener muchas pistas de por dónde va ese niño o niña y ahí ya podemos acompañar nuestro discurso con un: ‘pues sí, mira tienes razón’ y explicárselo bien o, a lo mejor, la respuesta a ese ¿tú qué crees? nos indica que tenemos que ir por otro lado y mantener un poco más el secreto. Así que la mejor recomendación en esos casos es la de párate, observa y escucha y, a partir de ahí, ya podemos tomar una decisión”.

Llegó el momento de desvelar el secreto, ¿cómo decírselo?

Cuando finalmente se enteran del secreto de la Navidad, muchos niños, independientemente de su edad, se sienten traicionados por sus padres. Sienten que les han estado engañando y mintiendo durante años, ¿Cómo podemos ayudarles a gestionar la desilusión?, ¿qué podemos decirles a los niños en esos casos?

Según la psicóloga Silvia Álava es normal que se produzca ese enfado en el momento de la decepción y como padres debemos comprenderlo, “pero una vez que validamos la emoción y les decimos: claro, es normal que te sientas un poquito decepcionado porque era mucho más chulo de la otra forma, pero bueno es una cosa que se hace en Navidad, es una tradición que hacemos todos los mayores porque es algo muy bonito para los niños, recuerda lo bien que lo has pasado tú todos los años pasados”.

Álava insiste en que debemos enfatizar mucho la idea de ‘secreto’, y no tanto la de ‘engaño’; “Debemos explicárselo así porque ‘la magia de la Navidad’ no es una mentira en el sentido de que estamos mintiendo a nuestros hijos, es una tradición que está instaurada y que no conlleva ningún daño, no estamos traicionado su confianza. Les podemos decir que es una cosa que se lleva haciendo así muchísimos años, que en todas las culturas en Navidades hay un ser mágico que llega y deja sus regalos y que se hace así por lo bonito que es para los niños”.

Guardianes del secreto

Una buena manera de amortiguar un poco esa decepción es hacerles cómplices y guardianes del secreto de ‘la magia de la Navidad’. “Les podemos decir: ahora que ya lo sabes y perteneces al club de los mayores que ya lo saben, tu labor, tu responsabilidad es no decírselo a los más pequeños y al resto de los niños porque, igual que te ha gustado mucho a ti y has disfrutado mucho de la magia, ahora tenemos que dejar que los pequeñitos sigan disfrutando”, explica la psicóloga.

Y a esa idea podemos añadir un toque tranquilizador diciéndoles: “no te preocupes, que tú vas a seguir teniendo tus regalos”…porque, aunque ya sean un poco mayores, no podemos olvidarnos de que siguen siendo niños.

FUENTE: NiusDiario.com

¿Por qué no soy feliz? incluido por ABC Bienestar entre los 15 regalos para mejorar el bienestar de los que más quieres estas Navidades

Dicen que ‘quién regala un libro, además de un obsequio, está regalando un delicado elogio’, y no se nos ocurre mejor regalo para hacer a nuestros seres queridos. No importa la temática, no importa el autor… un libro es siempre una buena opción.

¿Por qué no soy feliz? incluido por @abc_bienestar entre los 15 #regalos para mejorar el bienestar de los que más quieres estas #Navidades

Sesión de retratos con Silvia Álava Sordo para la presentación de su libro ‘¿Por qué no soy feliz?’ el 8 de Enero, 2022 en Madrid, España. (Photo by Pablo Blazquez Dominguez)

Descúbrelos todos los regalos en este siguiente enlace: ABC Bienestar: 15 regalos para mejorar el bienestar de los que más quieres

Regalos de Navidad – ¿Estoy haciendo que mis hijos sean consumistas?

¿Cuántos regalos navideños deben recibir los niños de los Reyes Magos o Papá Noel?

Ningún padre ni madre quiere que sus hijos caigan en el consumismo y se conviertan en niños caprichosos y que no saben valorar lo que tienen. Pero, ¿Cómo podemos hacerlo si a nuestro alrededor recibimos miles de estímulos para que compremos sin parar, sobre todo en Navidad? Por eso, respecto a los regalos de Navidad, son muchos los padres que se preguntan: ¿estoy haciendo que mis hijos sean consumistas?, ¿Cuántos juguetes deben recibir en Navidad los niños?

¿Cómo evitar que tus hijos sean consumistas en Navidad?

El mensaje que hay que trasladar al niño para evitar el consumismo es que las navidades también puede ser un buen momento para aprender a compartir. Nunca podemos obligar a nuestros hijos a dar a otros niños sus posesiones, pero sí que podemos animarles y enseñarles.

Por ejemplo, podemos acordar con ellos que haremos una limpia de juguetes y aquellos que no utilicen, o que se les hayan ‘quedado pequeños’, los llevaremos todos juntos a una parroquia, fundación ONG, etc. para que otros niños puedan disfrutar de ellos. También podemos animarles a incluir juguetes solidarios en la carta que escriban a los Reyes Magos o Papá Noel como lo que ofrecen muchas ONGs o, incluso, pedir algo para los niños que lo necesitan.

Por otro lado, es importante que hagamos entender a nuestro hijo o hija que, él o ella no es menos (ni tiene menos valor) porque tenga menos juguetes que alguno de sus amigos o compañeros. Insiste en explicarles que, como personas, todos tenemos el mismo valor; no es más el que tiene más juguetes.

Para que los niños interioricen esta lección, debemos enseñarles a ser consciente de sus fortalezas, para seguir potenciándolas, y de sus debilidades, para minimizarlas. En este aspecto, será fundamental el modelo que proporcionen los padres, porque si los niños ven que sus padres se consideran más y mejores por tener una casa más grande o llevar ropa más cara (o al revés, se sienten inferiores), será esa ética la que se les está enseñando.

Poner límites para evitar el consumismo con los regalos navideños

Aunque podemos tener clara la teoría para evitar que el niño perciba la Navidad de la mano del consumismo, hay muchos padres que encuentran muchas dificultades para conseguirlo. A fin de cuentas, ¿cómo podemos reducir la ansiedad de los niños por los regalos navideños si las tiendas están llenas de reclamos, la televisión no para de poner pegadizos anuncios, los buzones de correos están llenos de catálogos de juguetes…?

La clave está en establecer límites. Por mucho que los regalos los traigan sus Majestades los Reyes Magos o Papá Noel, no conviene que los niños se vean desbordados de juguetes. Tienen que aprender el valor de las cosas, y cuando tienen demasiadas ese valor se pierde. Como consecuencia, además de sentirse menos ilusionados, apenas le hacen caso a los juguetes que reciben, dada la gran cantidad de regalos a los que se enfrentan.

Para evitarlo, se pueden establecer de antemano la cantidad de juguetes que los niños van a pedir a los Reyes Magos. Por ejemplo, tres cosas. El ajuste dependerá también del precio y del presupuesto familiar para la Navidad (no debemos acceder a incluir juguetes muy caros o que se escapen del presupuesto).

¿Cuántos regalos de Navidad hacer a los tus hijos?

Hemos visto que una de las formas para no fomentar el consumismo entre los niños por Navidad es limitar el número de regalos que piden en sus cartas. Por lo tanto, la pregunta es inevitable: ¿cuántos regalos deben recibir los niños en Navidad? ¿Cuándo son muchos o pocos?

Cuando los niños son pequeños los padres tienen que mantener el equilibro entre fomentar la ilusión de sus hijos por los Reyes Magos y controlar qué tipo de juguetes piden, además de frenar su demanda. Hay muchos padres que piensan que Papá Noel tiene que traer muchas sorpresas, y que los niños se vean llenos de regalos; otros, por el contrario, les preocupa que su situación económica les impida comprar todo lo que les gustaría o lo que sus hijos piden.

En primer lugar, y como te proponíamos antes, es importante limitar la cantidad de juguetes que los niños piden y, por lo tanto, en la cantidad de regalos que los niños reciben en esta Navidad. Esto está directamente en nuestras manos pero, ¿qué pasa cuando los Reyes Magos también se pasan por la casa de los abuelos, los vecinos, los tíos…?

¿Qué hacer cuando Papá Noel deja regalos de Navidad en casa de la familia?

Muchos padres se sienten frustrados cuando ellos restringen el número de regalos que sus hijos reciben en Navidad (para controlar el consumismo) pero luego Papá Noel se pasa por casa de otros familiares y amigos… Como resultado, los niños reciben muchos más regalos navideños de los que tenían planeado.

Pongamos un control en cuanto a la cantidad de juegos a pedir, los niños tienen que aprender que las cosas hay que ganárselas, porque además de servirnos para reforzar su buena conducta, van a valorar más las cosas. Como te decíamos un número razonable de juguetes, puede ser, por ejemplo, tres regalos.

La coordinación con la familia es otra de las variables que conviene controlar en estas fechas, bien sea porque no queremos que los niños reciban una gran carga de regalo de Navidad (y por eso vamos a pactar con los familiares qué cosas les van a regalar), o porque necesitemos de ayuda para poder hacer un regalo a los niños. En el caso de tener una familia amplia, se puede acordar con en ellos que no todos los regalos sean juguetes y aprovechar para pedirles cosas que los niños necesitan como ropa, material escolar, unas zapatillas deportivas, un pijama…

¿Cuáles son las consecuencias de que los niños reciban muchos regalos?

En ocasiones, los niños reciben en Navidad tal cantidad de juguetes, que se ven desbordados y no hacen caso a todos ellos; no es raro ver a niños rodeados de juguetes y diciendo que se aburren.

Los niños en muchas ocasiones están sobreestimulados, rodeados por tantos juguetes y tantas actividades, que no tienen tiempo para aprender a estar ellos solos, a tolerar la frustración, a aburrirse… ¡Y esto es un error! Desde la infancia, nuestros hijos deben aprender a estar a gusto con ellos mismos, y esto lo podemos conseguir fomentando el juego libre.

En el caso del síndrome de los niños hiperregalados (que se produce cuando los pequeños están acostumbrados a recibir muchos regalos en Navidad, cumpleaños, etc.), no son capaces de disfrutar de lo que tienen, porque no lo valoran. Cuando las cosas nos vienen dadas y no nos hemos tenido que esforzar para conseguirlas, no las valoramos tanto como aquello por lo que hemos luchado, por lo que hemos trabajado y que nos ha costado un esfuerzo conseguir.

Puedes leer más artículos similares a Regalos de Navidad – ¿Estoy haciendo que mis hijos sean consumistas?, en la categoría de Regalos en Guiainfantil.com.

FUENTE: Guiainfantil.com

¿Cómo actuar en reuniones navideñas con cuñados antivacunas?

“Hacer test” y “evitar hablar del tema”

El aumento de la incidencia está generando una gran incertidumbre ante la llegada de las Navidades, momento de reuniones y celebraciones entre familiares y amigos. Esta preocupación puede agravarse en el caso de que uno de los invitados no esté vacunado. En estas situaciones hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones, como la realización de pruebas diagnósticas.

Actualmente, la única recomendación oficial del Ministerio de Sanidad de cara a Navidad ha sido la de reducir “el número de participantes en eventos públicos y sociales”. No obstante, el aumento de los contagios está generando cierta preocupación entre la población, especialmente para quienes coincidan con personas que hayan decidido no vacunarse. En estos casos, desde un punto de vista médico, “lo más seguro es no celebrar esa cena”. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico, se debe hacer un balance del afecto que se tiene a la persona no vacunada, y del riesgo que de está dispuesto a asumir.

Las medidas que siempre deben adoptarse en estas celebraciones son el uso de mascarilla, la distancia de seguridad y la ventilación de los espacios cerrados. En el caso de que asista alguien que no ha recibido la vacuna, Juan Antonio Pineda, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología explica que “lo más seguro sería no tener esa cena. Y en caso de celebrar el evento “habría que exigir una prueba diagnóstica a la persona que no se ha querido vacunar, hecha ese mismo día. Y tendría que ser una PCR, no un antígeno”.

El epidemiólogo y profesor de la Universidad de Alcalá, Pedro Gullón cree que “no hay que mantener una actitud especialmente diferente” con los no vacunados. “Pero en todo caso hay que mantener medidas de seguridad como intentar no juntarse con mucha gente, que las reuniones sean en lugares abiertos y mantener la mascarilla.” Además, explica que “vacunarse no significa que todo se haya acabado. Reduce mucho el riesgo, pero no acaba todo”.

Desde el lado de la psicología, la doctora Silvia Álava, insiste en que “todos tenemos derecho a decidir. Todas las decisiones deben ser respetadas”. Tanto si alguien se vacuna o no, como si no se quiere invitar a algún no vacunado. En estas situaciones, la psicóloga explica, “¿Qué te importa más: la vacuna o la persona? Si no nos compensa, no hay que tomar el riesgo. Se trata de pasar un rato agradable”. Además, Álava da un consejo: “Con las personas que no creen en la ciencia y tienen posiciones extremistas, como los negacionistas, es difícil dialogar. Intenta no sacar el tema y no convencerles de que se vacunen si quieres tener una velada tranquila”.

FUENTE: lacronicadesalamanca.com

Ideas de regalos navideños didácticos para tus hijos según su edad

Llega la Navidad y nos surge la misma pregunta: ¿Qué regalar a los niños? Todos buscamos juguetes educativos que sean realmente valiosos para los niños (de esos que les enseñan, les ayudan a fomentar sus habilidades y les divierten). Para ayudarte, a continuación hemos elaborado una guía de regalos didácticos por edades para que los Reyes Magos y Papá Noel estén inspirados en estas navidades.

Por qué regalar juguetes educativos y didácticos en Navidad

Los juguetes, además de ser un medio de distracción y de entretenimiento para los niños, bien utilizados, sirven para estimularos y favorecen muchos procesos de aprendizaje. Los primeros seis años de vida de desarrollo del niño son fundamentales, y es la edad en la que más atención tenemos que poner en la estimulación que recibe nuestro hijo y, por tanto, los juguetes con los que se entretiene.

En estos años, cuando hablamos de estimular al niño no nos referimos solo a la importancia de la educación reglada, sino que hay una parte importantísima que podemos realizarla a través del juego.

Los juguetes tradicionales sirven para entrenar procesos cognitivos necesarios para el correcto desarrollo del niño, como los procesos de atención sostenida, razonamiento lógico, seguimiento de una serie de instrucciones, respetar los turnos, la coordinación óculo-manual, la organización espacial, la psicomotricidad fina y gruesa, el aprender a compartir…

Teniendo en cuenta lo mucho que los niños pueden aprender del juego, es realmente importante pensar bien qué tipo de juguetes educativos son adecuados para los niños y cuáles les podemos regalar en esta Navidad.

¿Hay que ajustarse a las edades recomendadas de los juguetes?

Uno de los primeros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de elegir los juguetes educativos o didácticos que los Reyes Magos o Papá Noel van a traer a los niños en Navidad, es la edad de nuestro hijo. ¿Debe ajustarse a sus años o podemos comprarle un juguete o libro recomendados para más edad y que, así, puedan aprender aún más?

Por mucha ilusión que le haga al niño o a la niña, bajo ningún concepto los Reyes Magos traerán un juguete no adecuado para su edad. Cuando los juguetes no son los adecuados a la edad del niño puede ocurrir o que se aburra (si se trata de un juego para más pequeños, porque lo percibe como ‘un juego para bebés’) o que se frustre o aburra (si es un juego para mayores, pues no entiende el desarrollo o reglas a seguir).

Con los juguetes tecnológicos y videojuegos solemos ser más permisivos en cuanto a las recomendaciones de edad. Pero no podemos olvidar que dichos juegos muchas veces tiene una gran carga de contenido violento o son muy agresivos, lo que puede afectar al comportamiento del niño. Elige regalos de Navidad y juguetes didácticos que vayan acorde con los valores que vosotros queréis inculcar y la edad de vuestros hijos.

Regalos de Navidad según la personalidad de los niños

Por otro lado, a la hora de elegir los juguetes educativos que sean realmente estimulantes para el aprendizaje de los niños, debemos buscar aquellos regalos de Navidad que les resulten atractivos. En este sentido, también debemos tener en cuenta su personalidad y sus gustos personales.

Hay que pensar en los niños y no en nosotros a la hora de elegir un juguete que le vamos a regalar en Navidad. Para tener éxito, el juguete debe estar cercano al mundo inmediato del niño y a lo que le gusta en ese momento y que, además, le permita disfrutar de esa afición es una apuesta segura.

Pero también hemos de pensar que, gracias a los juguetes, se desarrollan importantes aspectos de la personalidad como la capacidad de sociabilizar, la capacidad de crear e innovar, la demostración de afecto, el trabajo en equipo, la inteligencia y la motricidad. Por ello, también nos podemos servir de los juguetes educativos para trabajar aquellas habilidades que queremos potenciar en los niños. Por ejemplo, si es un niño muy activo le vendrán bien juegos que le ayuden a centrar su atención

  • Si es un niño deportista podemos buscar juguetes que estimulen la coordinación general como, bicicletas, patinetes o balones, pelotas…
  • Para niños más impacientes, les puede ayudar los juegos de construcciones, con lo que trabajaremos la importancia de seguir instrucciones.
  • Con los niños más tranquilos, acertaremos al regalarles por Navidad algún puzle.
  • A los niños creativos, les encantarán los juegos que favorezcan la imaginación como las manualidades, los tornos de alfareros, de hacer pegatinas o pulseras… Pero también les encantarán los disfraces, que les abrirán un mudo mágico a la fantasía donde imaginar que son piratas, princesas, o sus personajes de series favoritos.
  • A los niños impulsivos, les viene bien los juegos de turnos, como los tradicionales juegos de mesa.
  • A los niños a los que les guste la cocina, tenemos una gran variedad de juegos de hacer galletas, dulces, bombones…

En definitiva… piensa en la personalidad y gustos de tus hijos para saber cómo elegir el mejor regalo de Navidad.

Ideas de juguetes educativos para los niños según cuántos años tengan

Como ya te hemos comentado, los primeros 6 años del desarrollo infantil son fundamentales, y es en esa etapa cuando más atención se tiene que poner respecto a la estimulación que reciben los hijos. En este sentido, debemos tener en cuenta qué juguetes educativos y didácticos les regalamos en cada etapa. ¡Feliz Navidad!

– Juegos para bebés de 0 a 6 meses

Durante los primeros meses, los bebés comienzan a coger los juguetes y a manipularlos, además se llevan todo a la boca, por lo que debes de tener en cuenta que los materiales no sean tóxicos, sean resistentes, se puedan lavar con facilidad y no tengan piezas pequeñas para evitar accidentes.

En este periodo, desde que nacen y hasta los 6 meses, son adecuados aquellos juguetes que estimulan sus movimientos y sus sentidos como sonajeros, pelotas, muñecos blandos, juguetes para el baño, móviles, alfombras de actividades… En definitiva, esta Navidad, apuesta por juguetes para coger y soltar, morder, agitar, etc.

– Más juguetes para los bebés de 6 a 12 meses

A partir de los seis meses y hasta el primer año, los bebés empiezan a indagar por sus propios medios. Ganan seguridad en sí mismos, gatean y empiezan a dar sus primeros pasos. Como regalos de Navidad, son perfectos aquellos juguetes que le ayudan a moverse, que tengan colores llamativos o diferentes texturas e, incluso, sonidos para que estimulen sus sentidos y atraigan su atención: alfombras de juegos, gimnasio de actividades, juguetes para el baño, peluches con sonidos, juguetes que estimulen su destreza manual como juegos para apilar, para llenar y vaciar…

– Regalos de Navidad para bebés de 1 año

A partir del año, los niños ya han perdido el miedo a andar y correr. Las pelotas, cubos y palas, las figuras encajables o los peluches son perfectos para esta edad. Y es que todos estos juguetes nos ayudan a desarrollar las distintas habilidades que se desarrollan en esta etapa. Por ejemplo, a través de los apilables trabajamos la motricidad final, pero también la coordinación óculomanual y la fuerza muscular. Gracias a las marionetas, podemos involucrar todos los sentidos (vista, tacto…) ¡y son muy divertidas!. Las mantas de actividades siguen siendo un gran regalo de Navidad a esta edad.

– ¿Qué regalar a los niños de 2 años?

Los niños de 2 y 3 años están a punto de entrar en el colegio, por lo que es muy importante fomentar su creatividad a través del mundo de las manualidades con pinturas, plastilina, pegatinas, juegos de ensartar cuentas o pinchitos o pizarras. Por otro lado, a esta edad, los niños adquieren destrezas vistiendo y desvistiendo muñecos, por lo que un gran regalo de Navidad, como juguete educativo, son los recortables.

También están en la etapa del triciclo, van aprendiendo a manejar vehículos más sencillos hasta que llegan a la bicicleta. Además, a la hora de elegir el regalo navideño, no hay que olvidarse de los libros y de que hay que iniciales a la lectura; a esta edad opta por los más sencillos con dibujos grandes y llamativos.

– Juguetes educativos valiosos para niños de 3 años

A partir de los 3 años, los niños vivirán muchos cambios importantes en sus vidas. Llegarán al colegio, harán amigos y crecerán tan rápido que pronto estarán subidos a la bicicleta. A esta edad, podemos apostar por los juegos de dibujar y colorear, pero también por los juegos de mesa o puzles más sencillos (podemos buscar aquellos en los que salgan sus personajes favoritos para que les resulten más llamativos).

A los tres años también podemos ofrecer juguetes educativos como las cocinas, los muñecos, las marionetas, los disfraces, las herramientas de supermercado, los juegos de médicos… Todo ello favorece el juego funcional y simbólico. También les encantará recibir por Navidad patinetes, camas elásticas, bicicletas…

– Los regalos de Navidad favoritos de los niños de 4 años

Si tienes niños de 4 años, puedes apostar por regalos navideños similares a los que te hemos propuesto para el tramo de edad de 3 años. Sin embargo, hay un juguete educativo estrella que resulta realmente interesante para esta edad: la pizarra. A los niños les encantará jugar a ser profesores, pero también es de gran utilidad para que trabajen la psicomotricidad fina (al agarrar la tiza o el marcador) o para repasar lo que están aprendiendo en el colegio.

– Más ideas de juegos para niños de 5 años

Además de todos los juguetes didácticos anteriores, esta Navidad te proponemos regalar a los niños de 5 años libros de lecturas. Busca las temáticas que más les gusta e, incluso, busca cuentos protagonizados por sus personajes favoritos de los dibujos animados. También, los Reyes Magos pueden traer cuadernos de actividades, lapiceros, pinturas, estuches… todo ello se puede utilizar como material escolar. 

– Juguetes didácticos para regalar a los niños de 6 años

A partir de los seis años, inclinémonos por regalar aquellos juguetes de tipo educativo, que favorezcan el uso de estrategias, como el clásico ‘Batalla Naval‘ (que, además, contribuye a trabajar la coordinación visomanual), u otros juegos como el ‘Tres en Raya’, el ‘Quién es Quién’, que favorece el uso del razonamiento lógico. Juegos que ayuden a la asociación fonema-grafema, con los que se trabaja la lectoescritura, como el ‘Ahorcado’. Los juegos clásicos de mesa (oca, ludo o parchís, damas…) pueden ayudar a mantener la atención concentrada, ayudan a comprender y respetar los turnos de juego, los tiempos de espera, y si, además, se juegan en familia, pueden proporcionar momentos muy divertidos.

También es buen momento para seguir trabajando psicomotricidad gruesa, balones, material deportivo…

– Qué les gusta a los niños de 7 años por Navidad

En esta edad, todo lo que esté relacionado con las profesiones y las simulaciones encanta a los niños. Podemos regalar por Navidad muñecos o disfraces, que son juguetes que favorecen el juego funcional y simbólico. Les permiten simular que hacen cosas, como cocinar, ir a la compra, cuidar de un bebé, y les ayuda a llevar a cabo juegos de roles simulando diferentes profesiones, como médico, veterinario, enfermera, profesor… Un gran regalo de Navidad también podrían ser una bola del mundo, los mecanos o juegos de construcciones.

Los niños empiezan a desenvolverse en grupo y es bueno impulsarles este espíritu colaborativo en equipo a través del deporte. Les encanta, además, resolver misterios. Por este motivo los juegos de mesa les divertirán y ayudarán, además, a ejercitar su mente.

– Ideas para regalar por Navidad a partir de 8 años

A partir de los 8 o 10 años, los niños están inmersos en mundo tecnológico. Los videojuegos, las tablets y los ordenadores son sus juguetes favoritos. No hay que alarmarse porque no tienen por qué ser negativos para su educación. Los hay de todos los tipos, solo tienes que asegurarte que son adecuados para su edad. Recuerda, los libros siguen siendo el mejor juguete educativo que puedes regalar a tus hijos en Navidad.

FUENTE: Guiainfantil.com

Puedes leer más artículos similares a Navidad 2021 – Juguetes educativos para niños que son realmente valiosos, en la categoría de Regalos en Guiainfantil.com.

El regalo perfecto para Navidad

Llegan las navidades y cada año se repite esa búsqueda del regalo perfecto para las personas a las que queremos y que nos quieren. No queremos fallarles y queremos que sientan que hemos pensado en ellos, que los conocemos, que tenemos en cuenta sus gustos y preferencias… Cuando se trata de los niños, con aún más motivo.

Queremos que después de un año tan accidentado como este, que tengan unas Navidades maravillosas y por supuesto, acompañadas del regalo perfecto. Pero para complicarlo un poco más, parece que este año será aún más difícil encontrar algunos de los más demandados, dados los problemas logísticos…

¿Quieres acertar este año?

Mi propuesta es muy simple, olvídate de buscar juguetes, ropa, accesorios u otras cosas que se pueden comprar con dinero, y prueba a hacer un regalo emocional.

Cierra los ojos y piensa en cuando eras pequeño, cómo era lo que más te gustaba de las Navidades ¿qué es lo que más recuerdas? Quizás no sea tanto el juguete en concreto que te regalaron, sino el tiempo que pasabas con tu familia, tus padres, abuelos, tíos, primos… Se trata por tanto de buscar cosas que les hagan sentir bien a todos, nuestros hijos, familiares y amigos.

El otro día veía una viñeta del genial “72 kilos” que decía: “Quería cambiar este bolso que me regalaste por 10 tardes juntas”.

¿Qué opináis? ¿Cuántos de nosotros cambiaríamos el bolso? Las situaciones vividas que aportan emociones agradables o positivas quedan grabadas en nuestra memoria con una mayor intensidad que un regalo.

¿Cuál es el juego preferido de los niños?

Si hiciésemos una encuesta a todos los niños del mundo, y les preguntásemos ¿cuál es tu juego favorito? ¿Qué es a lo que más te gusta jugar? ¿Qué creéis que nos van a contestar?

Me gusta que mi Papá o mi Mamá juegue conmigo. No nos olvidemos de esto durante estas Navidades ni durante el resto de los días del año. Busquemos actividades para hacer en familia, para pasar “tiempo de calidad” juntos. Ningún estudio nos dice que el tener más cosas o más juguetes correlacionen con la felicidad.

Quizás un regalo distinto estas Navidades, pero también muy agradecido, será una caja con “vales” para hacer cosas juntos

Quizás un regalo distinto estas Navidades, pero también muy agradecido, será una caja con “vales” para hacer cosas juntos. Además, podemos construirla juntos, pensando las cosas que nos gustaría hacer y que se quedan pendientes por falta de tiempo, desde un baño relajante con espuma, una guerra de almohadasdisfrazarnos toda la familia, una excursión al campo, salir con la bicicleta, ir a patinar, una partida de Monopoli, inventarnos nuestro propio juego de rol familiar, montar una discoteca en casa poniendo luces en el móvil y que cada uno seleccione la música que quiere escuchar, ensayar un nuevo baile, ver una película todos juntos y luego comentarla, una guerra de cosquillas, hacer un bizcocho, preparar una chocolatada

Existen mil y una opciones y ninguna es mejor que otra, además no se trata de gastar dinero, sino de fomentar experiencias juntos que queden grabadas en la memoria de las personas que queremos. Todas son válidas, elegir una u otra dependerá de la edad, los gustos y las diferencias individuales de cada uno y de las características de cada familia.

Hacer cosas por los demás:

Otra de las cosas que podemos hacer estas Navidades es aprovechar ese espíritu navideño para hacer cosas por los demás. Dedicarles nuestro esfuerzo y nuestro tiempo y nuestro conocimiento. Se amables, hacer cosas por los demás y ser agradecidos es uno de los mejores predictores de la felicidad y ayuda a incrementar nuestro bienestar emocional. Así podemos aprovechar estas Navidades para:

Visitar a las personas mayores, colaborar con las parroquias u ONGs cercanasdonar los juguetes que ya no se utilizan, donar la ropa. En ese caso en concreto lo ideal es que sea el propio niño quien elija los juguetes de los que se va a deshacer, y que vaya él o ella a donarlos. De esta forma les enseñaremos que cuando ayudamos a los demás nos sentimos mucho mejor. Existen otras muchas opciones, por ejemplo, también podemos ayudar en campañas de recogida de alimentos, organizar nuestra propia recogida entre vecinos, familiares, amigos y luego llevarlo al banco de alimentos… O pedirles a nuestros hijos o incluso a nuestros alumnos que piensen que pueden hacer para ayudar a las personas que les rodean, como ofrecerse a cargar las bolsas de la compra de una persona mayor, o hacerles compañía, o la posibilidad de hacer un recado… Todas las opciones son buenas cuando se trata de ayudar y sobre todo de aprender el valor de la solidaridad.

Regalo solidario

Otra opción con las que los niños sentirán que están ayudando es que incluyan en su carta de los Reyes Magos o Papá Noel un regalo solidario, o algo para una persona que lo necesita… de esta forma también sentirá que hace algo por los demás.

De la misma forma, esto mismo también podemos hacerlo en casa. Aprendiendo a colaborar, dividiendo el trabajo entre todos… De hecho, la evidencia empírica nos dice que los niños que participan activamente en las tareas familiares se sienten más involucrados en la familia y eso es algo que les hace sentir mejor.

Os deseo unas entrañables Navidades.

FUENTE: Magisnet.com

Hablamos sobre los juguetes en La Lupa de la mañana, de TreceTV

Hablamos sobre todas las claves para elegir el juguete perfecto para los más pequeños de la casa en «La Lupa de la mañana», de TreceTV. Haz click en la imagen para ver la entrevista que comienza en el minuto 4:19 aproximadamente:

El juego, la educación de los niños y las Navidades

Varios expertos opinan sobre cómo deben ser los juguetes y los juegos, que no es lo mismo

Cada vez que nos acercamos a las fechas navideñas, los niños vuelven a tomar protagonismo. Se acercan fechas de vacaciones escolares, de reencuentros familiares alrededor de la mesa y con la familia y también llegarán regalos para la ilusión de los más pequeños. La sociedad consumista, a costa de campañas en los medios, mueve una cantidad increíble de recursos humanos y económicos en estas fechas.

Sus Majestades los Reyes de Oriente tienen la ayuda de los pajes y éstos a su vez, la ayuda de mucha gente que les da algún tipo de apoyo. Pero los psicólogos infantiles suman sus voces para destacar la importancia del juego en las diferentes fases del crecimiento de los niños y niñas, así como el juguete en sí.

Dedicar un tiempo (aunque no sea mucho) de manera cotidiana a jugar con nuestros hijos supone los fundamentos de un crecimiento y educación óptimos. La falta de todo contacto o dejar al niño o niña solo con un juego sin compartir ese tiempo está creando un peligroso caldo de cultivo que, con el tiempo, genera graves problemas de comunicación paternofilial en la adolescencia y puede motivar a los niños que van creciendo a mendigar el cariño de otros por la ausencia del calor de la familia.

La psicóloga Silvia Álava ha publicado, junto a otros quince profesionales de la psicología, un libro que resulta una guía para ayudar a padres y madres que no sepan muy bien cómo hacer algo como educar jugando. El libro se titula “El arte de educar jugando” y plantea los beneficio de que los niños jueguen, solos o no. En el planteamiento del libro se muestran teoría y prácticas de diferentes formas de jugar y educar al mismo tiempo. Según los autores se pueden trabajar diferentes habilidades del niño a través del juego, especialmente si se hace en familia. Se aborda desde diferentes tramos de edad, desde bebés hasta los 12 años.

El juego incluye también el deporte o la actividad física. Una de las cuestiones que aborda el libro y a la que parece que se presta más atención por parte de los padres es el del papel que tienen que jugar las pantallas en el juego. Son de una generación donde las pantallas deben formar parte del juego, pero donde debemos poner límites para evitar que se convierta en el único recurso o en el “aparca niños” de los padres.

FUENTE: menorcaaldia.com

Navidades confinadas ¿Supondrán un trauma para los niños? Colaboración con CampusFad

El primer trimestre ha finalizado y llegan las ansiadas vacaciones de Navidad. Sin embargo, estas no son como habíamos esperado. La pandemia continúa y la amenaza de una tercera ola está en pie.

Ante esta situación no sólo la movilidad se ha visto reducida y es complicado juntarse en las fiestas, sino que también la dinámica de la escuela ha cambiado y por ejemplo, hemos tenido que prescindir de los tradicionales festivales de Navidad en la que cada clase hacía una actuación o cantaba un villancico.

Muchos padres y madres están muy preocupados y se preguntan si todos estos cambios pasaran factura a sus hijos e incluso si podrían generar un trauma a los más pequeños de la casa. La respuesta como muchas cosas en la vida es… “depende”. Hay muchos factores que debemos de tener en cuenta para evitar que esto ocurra. Así:

Una situación traumática no tiene por que ser un accidente, una catástrofe natural o un evento en el que nuestra vida haya corrido peligro. Un trauma surge cuando no hemos sido capaces de integrar el evento que hemos vivido. Las emociones que se han generado han sido de tal magnitud que nos han bloqueado y se han quedado atrapadas en nuestro “sistema límbico”, que es nuestro cerebro emocional. Sin embargo, cuando somos capaces de verbalizar lo que hemos sentido, por muy mal que lo hayamos pasado, el hecho quedará grabado en nuestra “memoria episódica” y será mucho más difícil que se genere un trauma. Por eso insistimos tanto en dejar espacio para hablar sobre lo que estamos sintiendo a lo largo de la pandemia, y sobre todo en favorecer que los niños y las niñas verbalicen sus emociones y que éstas sean validadas por los adultos, tanto los progenitores, como los docentes.

No existen emociones correctas

De esta forma cuando un niño o una niña nos dice que está triste porque no podrá pasar la Navidad con sus abuelos, o que siente rabia, porque quería ir a jugar con los primos, lo último que deberíamos hacer es decirle: “no pasa nada”, “no es para tanto” o aún peor “es una tontería”, de esta forma el mensaje implícito es: “tu emoción no es la correcta, no te deberías sentir así”. Y sin embargo, no existen las emociones correctas para esta situación.

Cada persona es un mundo diferente y tiene todo el derecho a sentirse como se sienta. Nadie tiene porque juzgar las emociones de los demás, y sin embargo con los menores lo hacemos muy a menudo. Por eso es tan necesario “validar las emociones”. Una fórmula para hacerlo podría ser decirles: “entiendo que estés triste por no poder ir a ver a los abuelos” o “entiendo que estés enfadada porque te apetecía mucho ir a jugar con los primos”. Incluso podemos compartir cómo nos sentimos nosotros, con frases del tipo: “a mí también me da pena”, o ”a mí tampoco me gusta, porque yo también quería ir”. De esta forma además de validar las emociones trabajamos la “percepción emocional” (nombramos la emoción que sienten) y la “comprensión emocional” (la causa de esta).

No nos quedemos enganchados en las emociones desagradables

Sin embargo, tampoco conviene quedarse enganchado en esta emoción desagradable, por lo que podemos darles alguna estrategia para regular esas emociones, como puede ser una explicación de por qué no vamos a ir, como, por ejemplo, “no queremos que los abuelos se puedan contagiar”. Y les damos una alternativa que les ayude a pasarlo mejor, como podría ser, hacer una videollamada, jugar nosotros a algo…

Los niños y las niñas tienen una gran capacidad de observación, y se dan cuenta de que algo pasa, sin embargo, dado su propio desarrollo cognitivo, madurativo, emocional… no siempre saben interpretarlo. Por lo que necesitan que los adultos, los padres y las madres, y los profesores y profesoras, se lo expliquen con un lenguaje adaptado a su edad y a sus circunstancias. Necesitan que les “decodifiquemos” el mensaje, que se lo traduzcamos, para que lo puedan entender. Por ejemplo, podemos explicarles que esta navidad es diferente, que el coronavirus sigue y que por eso no podemos juntarnos, pero que, aunque “Los Reyes Magos” no vayan a pasar a saludar en la cabalgata para evitar contagiarse, seguirán yendo a cada casa, al igual que Papá Noel, pero quizás tengan que traer menos regalos que otros años, dada la situación…

En ocasiones nos preocupa más a nosotros que a los niños

El cómo los adultos les trasmitimos el mensaje también será muy importante. En ocasiones nos preocupa más a nosotros que a los niños, tenemos mucha ansiedad, creemos que lo van a pasar muy mal… y sin querer les estamos condicionando. Por eso debemos explicárselo desde la calma y la serenidad.

Se trata de mostrarles a nuestros hijos y alumnos que estas Navidades son diferentes, pero que pese a ello, podemos pasarlo bien. Dejando espacio para hablar de las emociones, poniendo el foco en lo que sí que se puede hacer y ayudándoles a pasarlo lo mejor posible.

FUENTE: CampusFad