Cómo y cuándo desvelar a los niños el secreto de 'la magia de la Navidad'

Cómo y cuándo desvelar a los niños el secreto de ‘la magia de la Navidad’

  • ¿A qué edad es normal que surjan las dudas sobre ‘la magia de la Navidad’?
  • Hablamos con la psicóloga Silvia Álava sobre si es conveniente o no desvelar el secreto a los niños antes de que se enteren por su cuenta
  • ¿Hacerles cómplices del secreto de ‘la magia de la Navidad’ es la clave para ayudarles a sobrellevar mejor la decepción?

Es habitual que por estas fechas vuelve a estar en las “agendas” de muchos padres y madres el tema del secreto de la magia de la Navidad. No es extraño que en las semanas previas a las vacaciones más de un niño o niña llegue del colegio con un disgusto monumental y el temido comentario: “¡Mamá! que me ha dicho Pedrito hoy en el patio una cosa muy fea sobre los Reyes Magos… y muchos niños de mi clase dicen que es verdad!”.

¿Qué hacemos ante esta situación?

¿Qué variables tenemos que tener en cuenta?, ¿debemos desvelar el secreto a nuestros hijos sea cual sea la edad a la que nos pregunten?, ¿hasta qué edad recomiendan los expertos que mantengamos el gran secreto de la magia de la Navidad?

Nos guste o no a los padres, lo natural es que, entre niños y niñas de alrededor de diez años, el tema de la magia de la Navidad sea la comidilla en los patios de los colegios. Es lo que toca a esa edad porque, ya con ocho años, es normal que empiecen a tener bastantes dudas, como explica la psicóloga Silvia Álava: “Llega un momento en que ya no es los niños se vayan a enterar porque se lo digan en el cole, sino que por el propio desarrollo evolutivo de los niños, dado su desarrollo a nivel cognitivo, ya empiezan a decir: ‘a ver aquí hay cosas que no me encajan: no pueden entre tres señores repartir todos los juguetes a todos los niños del mundo, no puede haber un único Papá Noel’. Esto ocurre en cuanto el desarrollo de la lógica y del pensamiento abstracto del niño va desarrollándose y ya son un poquito más mayores”, explica la psicóloga.

A partir de los ocho años ya, con ese salto evolutivo que se da, es normal que empiecen a decir: ‘aquí hay cosas que no me encajan’ (Silvia Álava, psicóloga)

Dudas y preguntas

Esta idea tal vez despeje las dudas de Natalia, una madre de 43 años que, como muchos otros progenitores, anda un poco despistada… “No sé si mi hija Ana habrá descubierto ya el secreto de la magia de la Navidad con once años recién cumplidos, porque ella no me dice nada…no me pregunta. No sé si se hace la tonta o si es que realmente no lo ha descubierto aún… Entonces claro, la que se hace la tonta soy yo: si no pregunta, no voy a ser yo la que le desvele el secreto, pobrecita, que siga disfrutando de la magia estas Navidades”.

Lo más probable es que -dado el nivel de desarrollo del pensamiento lógico y abstracto de una niña de once años, Ana ya lo sepa…y además desde hace tiempo. “A partir de los ocho años ya, con ese salto evolutivo que se da, es normal que empiecen a decir: ‘aquí hay cosas que no me encajan’….ya con diez años es muy complicado que realmente se lo estén creyendo al cien por cien, ahí es cuando ya empiezan las dudas y empiezan las preguntas…y si no son resueltas en casa, es cuando ya lo hablan entre ellos en el cole y terminan descubriendo la realidad”, explica Álava.

Niños que ya lo saben, pero ni lo dicen ni preguntan

¿Y por qué no todos los niños nos preguntan a los progenitores cuando empiezan a tener dudas?, ¿por qué no nos dicen: mamá, papá, no hace falta que sigáis con las comedias que ya sé lo del secreto de ‘la magia de la Navidad’?

Según la psicóloga, lo que suele ocurrir en estos casos es que muchos niños y niñas no lo dicen porque tienen cierto miedo a que si dicen que lo saben puede que ya no vayan a tener tantos regalos…hay que entender que es una situación completamente nueva para ellos “No saben lo que va a pasar y tienen miedo a que desaparezca esa ‘magia’ de los regalos”, explica.

Entonces, cuando nuestros niños se acercan a la edad de las dudas ¿debemos sacar el tema nosotros? No es obligatorio sacar el tema a la fuerza si nuestro hijo o hija de entre diez y doce años no nos pregunta, insiste la psicóloga, pero tampoco es malo sacarlo si lo creemos conveniente porque, en el fondo, dado su desarrollo cognitivo a esa edad, no le vamos a contar nada que no sepa ya.

Hay expertos que recomiendan a los progenitores adelantarse y contar a los niños la realidad sobre ‘la magia de la Navidad’ para generar un clima de mayor confianza con ellos.

Miguel y Teresa prefirieron desvelar el secreto de la Navidad a sus mellizos de 10 años antes de que escucharan comentarios en el cole y se llenaran de dudas…De hecho, hay expertos que recomiendan a los progenitores adelantarse y contar a los niños la realidad sobre ‘la magia de la Navidad’ para generar un clima de mayor confianza con ellos, para que el hecho de tratarles de tú a tú les sirva un poco de ‘anestesia’ por la posible decepción y para evitar que se enteren a través de otros niños que no lo harán con el mismo ‘tacto’ y cariño que sus padres.

La experiencia de Miguel y Teresa con sus hijos fue muy buena: “no fue nada traumático para ellos, de hecho, nos dijeron que ya sospechaban algo y les encantó que les tratáramos como niños mayores haciéndoles partícipes del secreto”.

Los casos más delicados

¿Y si nuestro hijo o hija nos traslada sus dudas sobre ‘la magia de la Navidad’ antes de los ocho años porque ha oído algo en el cole?

Aquí hay que ir con cuidado y tener muy en cuenta la edad exacta del niño porque no es lo mismo que tenga cinco años que ocho. Por ejemplo, si el niño y niña tiene cinco o seis años y nos viene con las dudas, aún estamos a tiempo de reconducir la situación y mantener por unos años más la ilusión. Eso mismo hicieron los padres de Marina las Navidades pasadas cuando, con solo cinco años y medio la niña subió del parque muy angustiada porque unos niños mayores le habían desvelado el secreto. “La verdad es que la pobre estaba muy decepcionada, pero a la vez convencida de que los otros niños estaban equivocados. En realidad, fue ella la que se contestó a sí misma. Me dijo: es imposible, tienen que existir porque papá y tú no tenéis tanto dinero…así que la pobre era tan inocente que me lo puso muy fácil y decidí seguirle el rollo: claro, claro, le dije, ¡nosotros no podemos comprar todos esos regalos, qué locura! Ella se quedó tan tranquila”.

Variables de personalidad

Otra cosa muy diferente es que eso ocurra cuando el niño o niña tiene ya ocho años. En esa situación la manera más adecuada de actuar dependerá siempre mucho de las variables de personalidad de cada niño de cada niña y de su grado de maduración porque no todos los niños y niñas son iguales.

“En esos casos, recomienda Silvia Álava, no te esfuerces tanto en pensar en qué discurso le vas a dar a tu hijo: escucha primero. Escucha primero y pregúntale ¿tú qué crees? Porque en ese ¿tú qué crees? ya vamos a tener muchas pistas de por dónde va ese niño o niña y ahí ya podemos acompañar nuestro discurso con un: ‘pues sí, mira tienes razón’ y explicárselo bien o, a lo mejor, la respuesta a ese ¿tú qué crees? nos indica que tenemos que ir por otro lado y mantener un poco más el secreto. Así que la mejor recomendación en esos casos es la de párate, observa y escucha y, a partir de ahí, ya podemos tomar una decisión”.

Llegó el momento de desvelar el secreto, ¿cómo decírselo?

Cuando finalmente se enteran del secreto de la Navidad, muchos niños, independientemente de su edad, se sienten traicionados por sus padres. Sienten que les han estado engañando y mintiendo durante años, ¿Cómo podemos ayudarles a gestionar la desilusión?, ¿qué podemos decirles a los niños en esos casos?

Según la psicóloga Silvia Álava es normal que se produzca ese enfado en el momento de la decepción y como padres debemos comprenderlo, “pero una vez que validamos la emoción y les decimos: claro, es normal que te sientas un poquito decepcionado porque era mucho más chulo de la otra forma, pero bueno es una cosa que se hace en Navidad, es una tradición que hacemos todos los mayores porque es algo muy bonito para los niños, recuerda lo bien que lo has pasado tú todos los años pasados”.

Álava insiste en que debemos enfatizar mucho la idea de ‘secreto’, y no tanto la de ‘engaño’; “Debemos explicárselo así porque ‘la magia de la Navidad’ no es una mentira en el sentido de que estamos mintiendo a nuestros hijos, es una tradición que está instaurada y que no conlleva ningún daño, no estamos traicionado su confianza. Les podemos decir que es una cosa que se lleva haciendo así muchísimos años, que en todas las culturas en Navidades hay un ser mágico que llega y deja sus regalos y que se hace así por lo bonito que es para los niños”.

Guardianes del secreto

Una buena manera de amortiguar un poco esa decepción es hacerles cómplices y guardianes del secreto de ‘la magia de la Navidad’. “Les podemos decir: ahora que ya lo sabes y perteneces al club de los mayores que ya lo saben, tu labor, tu responsabilidad es no decírselo a los más pequeños y al resto de los niños porque, igual que te ha gustado mucho a ti y has disfrutado mucho de la magia, ahora tenemos que dejar que los pequeñitos sigan disfrutando”, explica la psicóloga.

Y a esa idea podemos añadir un toque tranquilizador diciéndoles: “no te preocupes, que tú vas a seguir teniendo tus regalos”…porque, aunque ya sean un poco mayores, no podemos olvidarnos de que siguen siendo niños.

FUENTE: NiusDiario.com

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