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Resolviendo algunas dudas sobre el campamento para tus hijos

Como ya hemos comentado en otras publicaciones, los campamentos de verano pueden ser una opción excelente para que los padres puedan conciliar en vacaciones, dado que puede ser especialmente divertido, harán cosas diferentes, o profundizarán en actividades que les gustan, evitaremos que se aburran y sobre todo que estén pegados a las pantallas.

No obstante, se trata de una opción que genera muchas dudas en las familias, por ello vamos a dar algunas claves:

¿Y si creo que no está preparado/a?

¿Tengo que ir a verle?

¿Les llamamos por teléfono?

¿Se tienen que llevar el móvil?

Lee el artículo completo en Internet Seguro

Sun Lovers: Efectos positivos del sol y recomendaciones de protección

Sí, el sol y la felicidad van de la mano.

Así lo respalda el informe «Efectos positivos del sol y recomendaciones de cómo disfrutarlo estando protegidos», presentado por Babaria, la marca especialista en cosmética y protección solar. Esta guía no solo pone de manifiesto los grandes efectos que tiene el sol en nuestro organismo, tanto a nivel físico como emocional, sino que también aporta importantes recomendaciones para poder disfrutar del sol siempre de manera responsable y saludable, como la utilización de crema de protección solar, mantener una correcta hidratación y cuidar el horario de exposición.

La exposición al sol es fundamental para la síntesis de vitamina D, así como para la salud mental.

En este sentido, el informe de Babaria refleja que las personas sufren más angustia mental cuando los días son más cortos y hay menos sol, y que la exposición controlada y segura al sol aumenta los niveles de serotonina y la producción de endorfinas. De hecho, los expertos corroboran que cada hora adicional al aire libre reduce significativamente la probabilidad de desarrollar trastornos depresivos, porque

«la exposición solar diaria de 30 minutos reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en un 15%, mejorando el estado de ánimo y disminuyendo los síntomas de ansiedad y depresión».

Al mismo tiempo, la luz solar nos ayuda a mejorar nuestra calidad del sueño, ya que está relacionada con la regulación de los ritmos circadianos y la producción de melatonina, crucial para un buen descanso. En definitiva, la exposición responsable al sol ayuda a prevenir los trastornos depresivos, reduce el estrés, contribuye a incrementar la felicidad y a lograr una mejora emocional, por lo que aporta numerosos efectos positivos mentales.

La vitamina D, obtenida a través de la exposición solar, desempeña un papel crucial en la salud ósea y muscular

El informe también señala que el 48% de los mensajes en redes sociales valoran los beneficios del sol motivado por los efectos positivos en la salud física, y no es para menos, ya que la síntesis de la vitamina D, obtenida a través de la exposición solar, desempeña un papel crucial en la salud ósea y muscular, previniendo significativamente el riesgo de sufrir fracturas y osteoporosis, especialmente en personas mayores. Pero no es el único efecto positivo que tiene en nuestro cuerpo, ya que el sol también fortalece nuestro sistema inmunológico y favorece la producción de péptidos antimicrobianos en la piel, lo que ayuda a proteger contra infecciones y enfermedades cutáneas. De hecho, la deficiencia de vitamina D afecta al 75% de los españoles y al 40% de los europeos, y la exposición al sol durante 5 a 15 minutos diarios con protección, entre los meses de marzo y octubre, puede ser suficiente para mantener los niveles recomendados por los profesionales.

Sin embargo, pese a que la ciencia ha demostrado que el sol tiene múltiples efectos positivos en nuestro cuerpo y mente, el informe de Babaria refleja un incremento en la manipulación y desinformación sobre los beneficios del sol, especialmente vehiculada a través de las redes sociales.

FUENTE: europapress.tv

¿Qué es el síndrome del ocio que sufrimos en verano?

«Quienes lo sufren no saben qué hacer ni cómo desconectar»
Este síndrome puede dar lugar a «problemas psicosomáticos», como gastrointestinales, fiebre o resfriados.

Por ALEJANDRO SÁNCHEZ DE LA BLANCA

Llega el verano, y con él, las tan ansiadas vacaciones, uno de los momentos más esperados durante todo el año. La playa, la montaña, incluso la propia ciudad suelen ser sinónimo de relajación, disfrute y desconexión del trabajo y las tareas diarias. 

No obstante, algunas personas, más allá de evadirse y pasarlo bien, pueden llegar a encontrarse mal sufriendo estrés, ansiedad, frustración, incluso enfermando a la hora de enfrentarse al tiempo libre de las vacaciones. Detrás de esta sintomatología se encuentra un concepto cada vez más habitual: el síndrome del ocio. 

Este no está catalogado bajo los criterios médicos ni psicológicos como una enfermedad. Los expertos, sin embargo, sí que han detectado diversos síntomas que encuadran dentro de este concepto, del cual culpan directamente a la sociedad actual y al exceso de trabajo.

¿Qué es y cómo se manifiesta?

El síndrome del ocio aflora cuando las personas se enfrentan a periodos de tiempo libre como vacaciones o puentes, pues algunas «no saben qué hacer ni cómo desconectar de las responsabilidades diarias», según explica a 20minutos.es Silvia Álava, doctora en psicología y autora del libro Por qué no soy feliz

Esta dificultad para evadirse y la falta de costumbre de enfrascarse en periodos sin tareas que hacer «da lugar a problemas psicosomáticos«, los cuales manifiestan físicamente un malestar psicológico.

Esto se traduce en «altos niveles de estrés o ansiedad», según ha explicado a 20minutos Oceanía Martín, psicóloga general sanitaria. En los casos más graves se pueden llegar a padecer algunos dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, fiebre o resfriados, según la persona.

¿Por qué sucede?

Hay diversos factores que influyen en este síndrome del ocio, pues obedece a múltiples causas. Uno de los más importantes «tiene que ver con la sociedad occidental actual«. La gente está centrada en una manera de «vivir y funcionar muy enfocada en el hacer, en la constante realización de tareas». Sin embargo, esto resulta «castrante para las personas», pues «estar muy enfocados en quehaceres produce una desconexión interna», lo que también conlleva una falta de descanso.

Como consecuencia, en el momento en el que hay vacaciones y hay que parar, la persona debe evadirse «para estar consigo misma». Sin embargo, esta incapacidad de desconexión, debido al ritmo impuesto por la sociedad, puede generar frustración, «pues la gente no sabe qué hacer», según comenta Martín. Como consecuencia, esto deriva en los síntomas mencionados.

Además de esta presión provocada por la sociedad actual, hay personas que sufren una gran carga de trabajo a lo largo el año y «fuerzan su organismo durante prolongados periodos de tiempo», abusando de lo que se denomina estrés positivo, que ayuda a una mayor productividad. Esto conlleva una falta de descanso «que resulta necesario para el propio cuerpo», explica Álava.

Sin embargo, este estrés puede llegar a convertirse en negativo «cuando llegan los periodos de vacaciones». No haberse tomado pausas a su debido tiempo para recargar pilas y desconectar deriva en malestar y síntomas como los mencionados. 

¿A qué tipo de personas afecta más?

Este síndrome «es cada vez más habitual» en todo tipo de perfiles debido a la presión social. Sin embargo, tiene una mayor presencia en personas que sufren una gran carga de trabajo o soportan muchas responsabilidades

También es habitual en personas que son «más perfeccionistas, y que están más orientados a objetivos y son más competitivos», asegura Álava. Se trata de «gente que tiene mucha autoexigencia, anteponiendo el trabajo a su propio bienestar».

Estas manifestaciones en periodos vacacionales también puede afectar a aquellos que «están viviendo una situación de ansiedad puntual«. No son personas muy exigentes, pero están pasando por un periodo realmente complicado, por lo que «es normal» que su falta de descanso pueda «derivar en estos síntomas».

No obstante, hay que hacer una valoración concreta de cada caso, pues también «hay personas a las que ya de por sí les cuesta mucho desconectar».

Posibles soluciones y tratamientos

«Lo primero que recomendaría es que la gente escuche a su cuerpo«, asegura Álava, haciendo hincapié en la importancia de tomarse descansos de la vida diaria que permitan conectar con uno mismo, dejando a un lado el trabajo y recargando pilas. «Tenemos que dejar de pensar que estar descansando o estar sin hacer nada es estar perdiendo tiempo o vida».

Paliar este tipo de problema es «a veces muy difícil«, confirma Martín. Para ello recomienda hacer «cosas pequeñas que resulten fáciles» para que la persona puedan conectar con ella misma, «dejando de lado todos los estímulos que proceden del exterior».

De esta manera insta a hacer cosas que a la persona le guste hacer. «Si alguien disfruta sentándose a observar la puesta de sol, hay que empezar por ahí», realizando una actividad que aísle a la persona consigo misma, «sin tener el móvil al lado, sin elementos distractores«. 

En último lugar, también es importante que las personas sepan detectar «cuáles son las responsabilidades de cada uno, y cuáles se han ido asumiendo sin ser competencia de esa persona», asevera Álava. Para ello recomienda un ejercicio llamado ‘Abre tu mochila emocional’, que tiene como objetivo detectar con qué responsabilidades hay que cargar: «Hay que aprender a ser selectivos».

FUENTE: 20minutos.es

¿Consigues desconectar del trabajo cuando te vas de vacaciones?

¿Es posible la desconexión total? Llevamos ya muchos meses de trabajo y nuestra cabeza y nuestro cuerpo ya nos pide parar, aunque a nuestro cerebro le cuesta diferenciar y parar el ritmo de actividad del que venimos.

  • Mensajes automáticos en el correo electrónico.
  • Apuntar las tareas pendientes para no tener que estar recordándolas para la vuelta.
  • Apagar directamente el teléfono de trabajo.
  • Usar la asertividad.

Son algunos de los consejos para poner en práctica la desconexión. Es importante dejar tiempo para descansar, no es necesario estar continuamente haciendo cosas, no es obligatorio llegar al final del día «desfondado» 🙂

¡Escucha a tu cuerpo!

No os perdáis esta entrevista del canal 24Horas de RNE.

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El verano aumenta el estrés por la conciliación: comprueba si sufres el burnout parental

Las dificultades de la crianza sumadas al trabajo llevan al límite a muchas personas, lo que se ha llamado burnout o síndrome de agotamiento parental. La Universidad de Ohio ha formulado un test para ayudar a detectar este problema, un cuestionario que puedes completar a continuación.

Por Verónica Ramírez

Que la crianza implica situaciones de estrés no es ninguna novedad. Va en el cargo, que se suele decir. Cuando sumamos a ellos una jornada laboral, la cosa se complica y entramos en la carambola que trae de cabeza a tantas familias: ¿qué hago con los niños? ¿Cómo compagino los horarios ahora en verano? En muchos casos esta situación de desbordamiento arrastra a muchas personas al límite. Pero no, la maternidad no tiene que desembocar en sufrimiento.

Por eso, si tienes hijos y en tu cabeza resuenan constantemente las frases «no llego», «no puedo más» o «no me da la vida», puede que estés sufriendo lo que se conoce como burnout o síndrome de agotamiento parental.

En la Universidad de Ohio (Estados Unidos) han estudiado este problema y han desarrollado un test para ayudar a los padres y madres a saber de qué manera sufren burnout parental. En la parte superior de este artículo puedes responder a diez rápidas preguntas que, según las investigadoras, facilitan la detección de este problema. Para su mayor utilidad, se recomienda hacerlo en el contexto de una consulta clínica sobre salud mental.

Cada respuesta del test tiene una valoración que se corresponde con la asignada por Kate Gawlik y Bernadette Mazurek Melnyk, las investigadoras, y cuyo resultado aparecerá al final, tal cual aparece en el informe del estudio junto a las recomendaciones indicadas en cada caso.

Qué es el ‘burnout’

El burnout es la manifestación de una serie de síntomas de agotamiento o ansiedad que sufren muchas madres y padres que trabajan y a los que se les hace muy cuesta arriba la conciliación del trabajo con la crianza. Unas sensaciones que vienen acompañadas de pensamientos de «ya no puedo más» o «no me veo capaz».

Esta angustia ha existido siempre, apunta la psicóloga Silvia Álava, pero, como todo lo relacionado con los problemas de salud mental, no nos habíamos atrevido a verbalizarlo como hacemos ahora.

Es frecuente hablar del burnout relacionado con el trabajo, como síndrome del trabajador quemado. En ese caso, se trata de casos en los que las personas se encuentran agotadas, sin fuerzas y con ansiedad en relación con su empleo.

El burnout parental, anota Álava, es una denominación específica que damos a la situación relacionada con los roles de la paternidad. Una logística que se complica aún más en verano, cuando los pequeños comienzan los horarios intensivos y cogen las vacaciones, lo que hace añadir una gestión adicional al Tetris diario de la conciliación.

Esta situación, explica la psicóloga, puede hacer que algunas familias «hagan crac» en esta época del año: «Los padres ya vienen muy al límite», más después de todo lo que llevamos arrastrando tras la pandemia y con la situación económica que vivimos de fuerte inflación.

Porque no todo el mundo se puede permitir un campamento de verano o no tienen abuelos con quien dejar a las criaturas.

6 de cada 10

Conviene evaluar cada personal en un entorno profesional, pero el estudio de la universidad estadounidense apunta a una serie de factores que influyen y que provocan que el 66 % de los padres estudiados manifestaras agotamiento parental: ser mujer, el número de hijos o cuando los pequeños sufren ansiedad u otros trastornos mentales no diagnosticados aumenta las posibilidades de acabar con burnout.

También en esto salen más afectadas las mujeres: el 68% de las participantes en el estudio reportaron agotamiento frente al 42 % de los hombres. Esto tiene que ver con que las madres son las que todavía asumen la mayor parte de las tareas de crianza, lo que supone un coste añadido laboral, personal y emocional para las mujeres, según un estudio realizado por la Asociación Yo No Renuncio, del Club de Malasmadres. En ese estudio, el 64% las madres encuestas afirmaron que llegan cansadas al trabajo todos los días, y el 66% indicó que no ha pedido ayuda psicológica pese a sentirse desbordada y triste.

Por supuesto, esto no queda solo en un malestar para padres y madres, ya que incluye directamente en la relación con sus hijos. «Es importante verbalizar las emociones, implica que pongo nombre y etiqueto la situación para hacerlo más llevadero», explica Silvia Álava. Desahogarnos no solucionará todos nuestros problemas, pero ya es un paso: las investigadoras aseguran que reconocer e intervenir en el agotamiento de los padres mejora los resultados tanto de los padres como de los niños. Reconocer que se necesita ayuda es una fortaleza, no una debilidad.

FUENTE: lasexta.com

Este verano, los cuadernos de refuerzo también son digitales

Este verano, los cuadernos de refuerzo también son digitales. Las herramientas tecnológicas permiten reforzar contenidos en cualquier lugar y momento, pero también es importante dejar espacio para el descanso y las actividades de ocio al aire libre.

Por NACHO MENESES

Tras un curso difícil y en medio de un verano en el que las noticias sobre el avance de la vacunación se entremezclan con la mayor incidencia en meses, la incertidumbre y el miedo se resisten a desaparecer. Por eso, las largas vacaciones estivales aportan a millones de estudiantes un descanso merecido y muy necesitado que también suele aprovecharse para repasar o reforzar alguno de los contenidos que se aprendieron a lo largo del año: “Tenemos que pensar que el cerebro no entiende de vacaciones, de si estamos en agosto o en septiembre u octubre. El cerebro sigue aprendiendo, y por eso es importante seguir estimulándolo. Pero podemos hacerlo de una forma completamente diferente, sin necesidad de que se sienten a hacer deberes”, explica Silvia Álava, psicóloga infantil.

Aprovechar el verano

Según la experta, el verano es una época ideal para aprovechar con los niños situaciones cotidianas como ir a la compra y practicar el cálculo con los precios y las vueltas, fomentar la lectura leyendo un libro (y que luego nos lo puedan contar) o incluso ponerse a escribir sobre las cosas que han hecho a lo largo del día. Pero la transformación digital acelerada por la pandemia ha potenciado y transformado también otros recursos como los tradicionales cuadernos de refuerzo estivales, incorporando herramientas como la gamificación para aumentar la motivación y el interés de niños y jóvenes a la hora de dedicarle tiempo al estudio. No en vano, el informe anual de Qustodio 2020 sobre los hábitos digitales de los menores destacó que el uso de aplicaciones educativas aumentó un 54 % a lo largo del año, algo especialmente relevante si se tiene en cuenta que España fue el país donde más creció el uso de estas herramientas durante la pandemia.

Para Fran García Ferrández, profesor de Inglés de Secundaria en Alicante, “durante las vacaciones de verano, es importante que los alumnos no desconecten por completo del ambiente escolar. Sería interesante reforzar aquellas materias en las que el resultado puede ser mejorable, así como trabajar la escritura, la comprensión lectora y los idiomas” sin descuidar el aspecto lúdico, como señala Silvia Álava: “Si elegimos cuadernos, que sean cuadernos que puedan llamarles la atención y que sean divertidos; que no los vean como una carga añadida, porque lo último que queremos es que se desmotiven”.

¿Qué aportan los cuadernos digitales?

En unas circunstancias como las actuales, la tecnología brinda no solo la oportunidad de seguir aprendiendo en cualquier lugar y momento, sino también el hacerlo de una forma lúdica y motivadora. “Uno de los resultados que ha originado la pandemia es que ha acelerado nuestro conocimiento de qué funciona en la educación digital y cómo aprovecharlo para optimizar el aprendizaje”, señala Eilert Hanoa, CEO de Kahoot!. Por eso, desde la popular plataforma de aprendizaje se señalan varias ventajas:

  • Aprendizaje en cualquier lugar. Es fácil que, durante estas fechas, la familia se encuentre lejos de su lugar habitual de estudio o trabajo, por lo que las apps educativas posibilitan el dedicar un rato de estudio ya sea en la playa, en la piscina, en el hotel o durante un viaje en coche.
  • Mayor motivación. Los juegos interactivos, los retos digitales o las actividades online suelen resultar más motivadoras y llamativas, ya que presentan desafíos y permiten la competición entre amigos.
  • Interacción social. Las apps educativas hacen posible que los amigos y compañeros sigan en contacto e incluso interactúen y compartan actividades de aprendizaje en grupos o por videollamada.

Ahora bien, ¿qué herramientas es recomendable utilizar, y cuánto tiempo cada día? “Depende mucho del niño o niña, de la edad que tenga y de la velocidad a la que lea, escriba… Más que especificar un tiempo, sería mejor hacerlo por objetivos. Es bueno que desde pequeños les acostumbremos a marcar un objetivo, y que lo importante sea conseguirlo, no estar 45 minutos o una hora con ello”, afirma Álava. “Y tampoco es lo mismo un niño que ha terminado bien un curso que otro que necesita reforzar algo o que tiene dificultades específicas de aprendizaje”. El día da para muchas horas y muchas cosas, explica, aunque también depende de si los padres están o no trabajando y de sus posibilidades de conciliación, “porque una cosa es lo que recomendemos los psicólogos, y otra lo que realmente se pueda hacer”.

“Si nos ponemos en un entorno ideal, en el que no tenemos de estar pendientes de cómo conciliar, lo ideal sería desayunar y descansar un rato, antes de ponerse a hacer estas actividades, de manera que se dejen hechas desde por la mañana y tengamos tiempo libre para el resto, para nuestra recompensa”, añade la experta. Una rápida búsqueda por Internet nos revela una amplia gama de opciones según los aspectos que quieran reforzarse: la lectura, la escritura, el cálculo matemático, los idiomas… Por eso, desde EL PAÍS queremos presentaros nuestra propia selección de apps educativas para este verano:

  • iCuadernos. Los tradicionales cuadernos Rubio se han transformado en herramientas digitales para que los niños aprendan jugandolectoescritura, matemáticas o ejercicios de refuerzo de la psicomotricidad fina desde su tablet.
  • Smartick. Una app española que ofrece distintos packs para afianzar las matemáticas y la lectura, en función de las necesidades de cada niño y gracias al uso de la Inteligencia Artificial. Los padres reciben, además, información instantánea por correo electrónico de las sesiones que completan sus hijos.
  • Kahoot! ofrece tres juegos distintos: para los más pequeños (entre tres y ocho años), Poio les ayuda a aprender a leer jugando; DragonBox para aprender Matemáticas y Drops para cultivar más de 41 idiomas a través de juegos visuales y divertidos.
  • Academons. Una completa app educativa para alumnos de cualquier curso de Primaria, con la que pueden aprender Lengua, Inglés, Ciencias Naturales y Sociales. Al estilo de Pokemon Go, los niños verán como las distintas criaturas presentes en Academons van evolucionando y adquiriendo nuevas habilidades con cada juego resuelto.
  • Lingokids.Una app con cientos de juegos para familiarizarse con el vocabulario en inglés desde edades tempranas.

La importancia de la salud emocional

A punto de cumplir un año y medio de pandemia, e independientemente del refuerzo escolar que escojamos para nuestros hijos, el descanso estival nos brinda la ocasión perfecta “para priorizar la salud emocional de la familia, hablar sobre lo que hemos sentido y cómo estamos. Estamos viendo que la salud de los niños y los adolescentes está muy afectada, y el juego es un vehículo ideal para crear un clima de confianza y que los menores expresen lo que sienten”, apunta Álava. Por eso, y después de tantos meses con restricciones, es recomendable aprovechar al máximo las oportunidades de hacer actividades al aire libre o deportivas, ya que, como recuerda Álava, el deporte está también relacionado con el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades ejecutivas, de planificación y organización. Lingokids, por su parte, aporta unas pocas sugerencias:

  • Actividades al aire libre en contacto con la naturaleza, jugando con amigos o en la plaza del pueblo; correr, saltar, hacer guerras de agua o ir en bici; y hacer senderismo o ir a la playa o a la piscina con la familia son algunas de las muchas posibilidades a nuestro alcance.
  • Introducirlos a las tareas “de los mayores”, de forma lúdica y adaptada a su edad. Enseñarles a hacer su cama, dejarles que participen en la preparación de la comida o la cena, recoger la ropa, poner la mesa…
  • Reinventar los juegos en familia, usando cualquier espacio abierto: el escondite, el pañuelo, la gallinita ciega, las carreras de sacos o con un huevo y una cuchara, morder una manzana sumergida en agua…
  • Sacarle partido a las sobremesas, que son el momento ideal para echarse una siesta, leer un libro que ellos hayan elegido expresamente o incluso jugar a la tablet por un tiempo razonable, sin dejar que se enganchen y nunca cerca de la hora de acostarse, para que no interfieran con su rutina de sueño.

FUENTE: Diario El País

¿Cómo mantener a tu hijo entretenido este verano? en Trece Al Día

¿Cómo mantener a tu hijo entretenido este verano? ¿Las pantallas son un recurso didáctico para ellos? ¿Qué juegos podemos realizar este verano? Respondemos a todas estas dudas en ‘TRECE Al Día’.

Haz click en la imagen para ver el vídeo:

Hemos estado en ‘TRECE al día’ para hablar de nuestro último libro «El arte de educar jugando», escrito junto a más de una decena de psicólogos, en el que da las claves para conciliar y mantener entretenidos a los niños en verano ante el cambio de rutinas o el mayor tiempo libre.

Las claves para recargar las pilas en vacaciones. En Saber Vivir de TVE

Ha sido un año complicado para todos pero ahora afrontamos el verano con ganas de descansar, en la medida de lo posible, y de recargar las pilas. En Saber Vivir os explicamos las claves para conseguirlo y por qué no tiene que ir unido a gastar mucho dinero, ni a hacer grandes viajes.

#Vídeo ¿Cómo nos planteamos el verano con los niños?

Tenemos que asumir que es una situación distinta a la idea que habíamos planificado, por ello:

  • Reconocer las emociones y dar espacio para expresarlas.
  • Explicarles la situación.
  • Olvidarnos un poco de las tareas y descansar, jugar al aire libre… con todas las medidas necesarias.
  • Vigilar las rutinas del sueño.

Pincha en el vídeo para ver todos los consejos:

«Hijo, este verano no nos vamos de vacaciones». Claves para afrontarlo de forma positiva. Colaboración con el diario ABC

Por motivos económicos, por miedo al contagio, por tener familiares en el hospital… Los expertos explican cómo lograr que no sean unos días «perdidos»

Por Laura Peraita

Este año, las vacaciones van a estar de una u otra forma marcadas por los efectos del Covid-19. Muchas familias se van a enfrentar a la difícil decisión de comunicar a sus hijos que «este verano no nos vamos de vacaciones». Son muchas las razones. En algunos casos, el bolsillo se ha visto gravemente dañado debido a que los padres están en paro o afectados por un Erte, lo que obliga a recortar gastos. En otras ocasiones es el miedo el que invita a quedarse en casa por temor a un posible contagio. Tampoco hay que olvidar a las familias que no tienen ánimo de ir a ninguna parte porque han perdido a un ser querido en duras circunstancias por el coronavirus o por estar pendientes de los que aun están hospitalizados por esta causa.

Sea por el motivo que sea, lo cierto es que Silvia Álava Sordo, doctora en Psicología y autora de «Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron», recomienda a los padres no tener miedo a comunicar en casa que este verano no salen fuera. «El problema es que tenemos asumido que estar de vacaciones es igual a viajar. Y si lo pensamos bien, no es así. Es solo una decisión opcional. Es una idea que hay que trabajar con los niños desde pequeños porque las vacaciones suponen mucho más que hacer las maletas».

Romper rutinas

No tener que trabajar o no ir a clase por unas semanas implica tiempo de descanso, de romper con la rutina, con los horarios, poder hacer actividades que normalmente no se pueden realizar debido al estrés diario e, incluso, tener momentos para perder el tiempo y aburrirse. «Lo importante –añade– es hacer cosas fuera de la rutina del resto del año: un picnic en un parque o en el campo, un paseo en bici todos juntos, visitar la propia ciudad en la que se reside con ojos de turista, descubrir un museo… Son muchas las alternativas a un viaje y que permiten disfrutar igualmente de las vacaciones. Lo ideal es ofrecer a los hijos que aporten ideas de lo que les gustaría hacer y negociar actividades. Hay miles de planes por hacer».

Los padres deben explicar a los hijos que no irán a la playa o montaña este verano de manera «serena, sin transmitir ansiedad, preocupación o tristeza», matiza Alicia López de Fez, directora del Centro de Psicología López de Fez. Mi recomendación es hacer una lectura positiva de la situación». De lo contrario, si los progenitores se lo dicen con mal tono, como si fuera un castigo o dando por hecho que es un auténtico fastidio, los niños también lo asumirán así, pero si se les transmite lo cómodos que estarán en casa y se les plantea un amplio abanico de posibilidades por hacer, el panorama será muy diferente.

Nano López, coach experto en adolescentes, asegura que, atendiendo a la edad de los hijos, hay que exponerles la situación con realismo y normalidad. «Necesitan saber el motivo del cambio de destino estas vacaciones porque ellos ven y escuchan muchas noticias, comentarios de personas… y los padres son los que deben exponerles la situación exacta para que no tengan dudas e incertidumbre y conozcan de paso las normas que deben seguir para evitar contagios».

Olvidar ideas limitantes

Asegura este coach que los niños suelen adaptarse mejor que los adultos a las nuevas situaciones. Son más flexibles. «No sufren tanto esa sensación de pérdida de un viaje de veraneo. Suelen ser precisamente los padres los que toleran menos no ver cumplido su deseo por sentir que las alternativas que se plantean no están a la altura de las expectativas. Sienten culpa y remordimiento. Mientras un padre lucha por resignarse a no ir a EuroDisney, un hijo puede estar tan feliz porque se le ofrece la sencilla alternativa de comprar una piscina hinchable para bañarse hasta las rodillas en la terraza de casa. Le parece un planazo y se lo pasará pipa. La clave, por tanto, está en ofrecer a los hijos diversión. Da igual en el lugar que sea –puntualiza–. Hay que ser más abiertos y olvidarse de ideas limitantes como que solo me lo puedo pasar bien en verano si estoy en la playa. Hay que ser más flexibles, lo que es muy útil para cualquier ámbito de la vida».

Adolescentes

Cuando se trata de hijos adolescentes hay que tener en cuenta que prefieren antes su entorno social que el familiar. «Este año –añade Silvia Álava– se dará la circunstancia de que muchos amigos tampoco saldrán de su ciudad, por lo que podrán quedar más a menudo, algo muy motivador cuando a estas edades es habitual que piensen que viajar con los padres es un auténtico rollo. Hay que dejarles su propio espacio. Intentar hacer todos los planes juntos no es una buena opción. Aquí también hay que ser flexibles».

También explica esta doctora en Psicología que es importante escuchar a los hijos y conocer sus sentimientos, cómo se sienten. «Ver truncados sus planes de veraneo es un interesantísimo entrenamiento para la tolerancia a la frustración y para saber valorar lo que tiene cada uno. Hay que ser empáticos y decirles que los adultos también sentimos rabia o tristeza para que vean que es una emoción común y, por eso, juntos podrán hacer lo posible para mejorar la situación con planes divertidos».

Quedarse en casa «es también una oportunidad para todos de aprender el valor de las cosas que habitualmente se tenían y que este año no estarán –concluye López de Fed–. Es una estupenda ocasión para desarrollar aficiones dentro de casa o en el sitio en que esté cada familia. La próxima vez, seguro que las vacaciones se saborearán el doble».

FUENTE: Diario ABC