Niños parque

Su majestad, el rey de la casa. Colaboración con La Voz de Galicia

En el caso de familias con hijos únicos es más fácil caer en la sobreprotección.

Escrito por Ana T. Jack

¿Egoístas, mimados y caprichosos? ¿O quizá imaginativos, inteligentes y seguros de sí mismos? Los tópicos acerca de los rasgos de personalidad que supuestamente caracterizan a los hijos únicos son muchos y, en general, como siempre que se intenta generalizar a una población tan amplia, alejados de la realidad. La personalidad de niños y niñas que crecen sin hermanos, una tendencia al alza en los países desarrollados, depende más de la educación que reciben por parte de sus progenitores y del entorno más cercano que del hecho de ser los únicos niños de la casa. Sin embargo, es evidente que en estos casos hay una mayor tendencia a la sobreprotección que, paradójicamente, en la práctica se suele traducir en desprotección: son menores que corren el riesgo de convertirse en personas débiles, egoístas, dependientes, sin autonomía personal y sin las destrezas sociales y emocionales necesarias para alcanzar la madurez personal. En un país como el nuestro, en el que las familias con hijos únicos ya alcanza la cifra del 30 %, conviene tener presentes sus puntos débiles y sus puntos fuertes, que también los tienen, para poder equilibrarlos con la acción educativa.

DESVENTAJAS

Las desventajas de crecer sin hermanos:

  • El hijo es el permanente centro de atención de sus progenitores, por lo que se acostumbra a recibir respuesta inmediata a todas sus demandas y necesidades. Corre el riesgo de convertirse en una persona egoísta, impaciente y tirana.
  • Todas las expectativas y exigencias familiares recaen sobre ese hijo único, al que muchas veces se le exige por encima de lo razonable.
  • Al convivir solo con adultos, en ocasiones interioriza también una forma de pensar, de ver el mundo y de actuar como la de una persona mayor. Deja de ser niño antes de tiempo.
  • Vive situaciones de soledad que en ocasiones son compensadas con un exceso material (decenas de juegos y juguetes… pero nadie con quien compartirlos).

VENTAJAS

No tener hermanos también puede dar algunas ventajas:

  • Es un hijo al que se le suele dedicar más tiempo y recursos. Se siente muy querido y atendido por sus padres, lo que se corresponde con una autoestima alta y seguridad en sí mismo.
  • Su desarrollo lingüístico y su rendimiento escolar suele ser bueno, al tener el modelo y la estimulación por parte de los adultos.
  • Los conflictos de relación y autoridad se reducen, ya que no existen disputas por el espacio o la atención de los padres.
  • Desarrolla su imaginación, aprende a entretenerse solo y su situación favorece la adquisición del hábito lector.

 ¿QUÉ FOMENTAR?

1. La autonomía. Confiando en él, exigiendo responsabilidades y otorgando poco a poco mayores dosis de libertad para tomar decisiones y asumir las consecuencias de sus actos. Sin autonomía no hay autoestima.

2. Los límites educativos. No se puede ceder a todos los caprichos del niño ni cualquier forma de actuar se puede justificar porque aún es pequeño. Los límites deben ser claros y firmes.

3. La socialización entre iguales, creando una red de niños (primos, vecinos, compañeros del cole) con los que se pueda relacionar de forma libre y espontánea, a poder ser en entornos al aire libre.

4. La empatía. Ciertamente es un reto transmitir a un hijo único que él no es el ombligo del mundo… Pero es necesario enseñarle a ponerse en la piel ajena, respetando a los otros (otras culturas, diversidades, situaciones personales…).

5. La tolerancia a la frustración. El autocontrol, la resiliencia y la capacidad de superación son tres pilares fundamentales para alcanzar el bienestar personal, académico y profesional. Así que es necesario ir entrenándolo desde pequeño.


Como dice la psicóloga Silvia Álava Sordo: «No se trata de preparar el camino para tu hijo, sino de preparar a tu hijo para el camino. Por lo tanto, no hay que impedir que el niño se caiga, sino acompañarlo; y, cuando se caiga, enseñarle a levantarse».

¿QUÉ HAY QUE EVITAR?

1. La sobreprotección. Los padres de hijos únicos tienden a estar pegados a ellos para que no les ocurra nada malo y resolverles todas las dificultades antes incluso de que aparezcan. Así se fomentan hijos temerosos, inseguros y más cautos de lo necesario.

2. La falta de normas. Hay padres que no le niegan nada a su hijo y que no son capaces de ponerle unos límites educativos. Piensan: «Es pequeño, pobre, ya se lo hago yo: total, ¿qué me cuesta?». Y fomentan así una personalidad dependiente y con baja autoestima.

3. El consumismo desbocado. El intento de rellenar sus horas de soledad con recursos materiales predispone a caer en un consumismo exagerado con la compra de los últimos dispositivos tecnológicos, juegos, juguetes… que muchas veces se quedan pronto aparcados en el armario.

4. La atención excesiva. Atender las necesidades afectivas y básicas del hijo es fundamental. Pero ello no implica dedicarle las 24 horas del día, renunciando a aficiones, intereses personales o tiempo de ocio en pareja.

5. La falta de oportunidades para relacionarse con niños de su edad. Los hijos únicos pueden dar la imagen de ser niños precoces que prefieren relacionarse con adultos que con sus iguales. Pero esta situación muchas veces solo es el resultado, precisamente, de haber crecido rodeados de modelos adultos.

Escuela de padres

  • TEMA DEL MES: Educar sin sobreproteger.
  • ETAPA: Infancia y adolescencia.
  • EL DATO: España es el país con menor tasa de fertilidad de toda la Unión Europea, 1,31 hijos por mujer de media. En Galicia esta cifra es aún más baja: 1,12 (datos del INE).
  • COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Pensar que el hecho de ser un hijo único determina su forma de ser.
  • ALGUNAS CLAVES: La acción educativa es la herramienta fundamental para compensar debilidades y fortalecer los puntos fuertes de los hijos (únicos o no).
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