Entradas

¿Cómo mejorar tu gestión emocional?

Transitar del «yo soy» al «yo siento» te brinda la posibilidad de separarte de la emoción y de no identificarte plenamente con ella.

Distanciarte de la emoción te facilita a aprender de la situación y tomar decisiones más acertadas.

Cuando ese pensamiento reaparezca, reconócelo y trata de transformarlo en «estoy experimentando esta emoción». Este simple cambio de enfoque puede contribuir a tu bienestar emocional. 

¿Por qué nos cuesta tanto tomar decisiones?

Detrás de la parálisis para tomar decisiones suele estar esta idea: solo hay una solución buena, así que ¡debo acertar!

Esta es quizás una de las ideas que están detrás del miedo que muchas personas tienen a tomar decisiones. Como sólo hay una buena, es demasiado riesgo el que corro, mejor no decido y ya veremos lo que pasa. Sin embargo, se trata de un mito. En muy pocas ocasiones existe la situación en la situación en la que hay una sola solución correcta y el resto son incorrectas.

No hay decisiones buenas y malas. Las decisiones se toman en un momento vital determinado, condicionadas por las variables que estamos viviendo, por eso, es un error pensar que nos equivocamos de elección cuando han cambiado nuestras circunstancias vitales, o cuando disponemos de una información, que a priori, desconocíamos.

Pasos concretos para tomar decisiones

Si no queremos tomar decisiones a la ligera, es importante hacerlo desde la consciencia. Así que, lo primero que podemos hacer es concedernos tiempo para poder pararnos a pensar y analizar todas las opciones. Y para ello os aconsejo que lo hagamos provistos de lápiz y papel para poder escribirlo, o en su defecto, un ordenador, si es que somos más tecnológicos.

  1. Percibe correctamente las emociones que estás sintiendo, y exprésalas verbalizándolas, escríbelas para ser realmente consciente de ellas. Este primer paso nos servirá para darnos cuenta del efecto que podrían llegar a tener sobre nuestra decisión.
  2. Toma nota de las intuiciones, de esas corazonadas que hemos comentado. ¿Qué te dice tu intuición? ¿Qué te manda hacer? ¿o dónde crees que deberías estar? Anótalo, y déjalo reposar durante unos días pensándolo con detalle, pero sin llegar a decidir todavía nada.
  3. Busca otra perspectiva. Una más objetiva, que obvie los detalles nimios a los que a veces nos quedamos enganchados. Si te cuesta verlo de forma objetiva, quizás te ayude hablarlo con un amigo imparcial. No te pierdas este vídeo para conocerlas todas!
    No te pierdas este vídeo para conocerlas todas!


#tomadedecisiones
#decisiones #radio #pazmental #radio #psicología #emociones #análisis #consejos #decidir #pareja #puntosfuertes #silviaalava

La vacunación en los niños

Las vacunas en los niños ¿Te da miedo vacunar a tus hijos?

Este año ha sido el año de las vacunas, ahora toca el turno de los más pequeños, y es el momento en el que los padres y las madres tienen que tomar la decisión, y lo primero que tienes que saber es que es normal tener dudas, sentir dudas a la hora de tomar una decisión en la que no controlamos todas las variables… En este vídeo te hablamos de todo ello y de las situaciones que podemos encontrarnos a partir de las diferentes decisiones que tomemos….

#Vídeo 3 Preguntas clave que tienes que hacerte antes de decidir qué estudiar

3 Preguntas clave que tienes que hacerte antes de decidir qué estudiar

Ya han pasado los exámenes de la EVAU, ahora es el momento de tomar la decisión sobre ¿qué quieres estudiar? En este vídeo que presentamos 3 preguntas clave que tienes que hacerte antes de decidirte.

Esto es lo que nos lleva a tomar malas decisiones. Colaboración con el diario La Vanguardia

Las emociones y contar con múltiples alternativas pueden provocar una elección irracional

Esto es lo que nos lleva a tomar malas decisiones

Estás a punto de irte de vacaciones. Imagina que te han dejado una casa en la playa, no has de pagar ni un euro por ella, simplemente afrontar el coste del coche. Todo esto en un momento en el que tu bolsillo no está demasiado boyante. Por otra parte, has recibido una oferta de vuelo a Baleares, pero allí habrás de pagar por un alojamiento encarecido y transporte en el destino.

La decisión final pone rumbo a las islas pese a que, a priori, aceptar la invitación de la casa parecería lo más sensato para el bolsillo. El cerebro realiza una ecuación cada vez que se dispone a tomar una decisión.

El cálculo se basa en las probabilidades que existen de recompensa por lo que costaría conseguirlo. El problema comienza cuando ese los números fallan. “La gente es francamente mala en esas estimaciones”, indicaba el psicólogo Dan Gilbert en una conferencia Ted.

 

¿Qué es una mala decisión?

Una decisión depende de las variables que importen en el momento de tomarla
Una decisión depende de las variables que importen en el momento de tomarla (Roy Scott / Getty)

Si una vez en el destino elegido no podemos hacer frente al precio de los chiringuitos y los fondos tampoco llegan para el rent-a-car, la decisión puede parecer fallida. “Hay que desmitificar que exista una alternativa buena y otra mala. Debemos pensar en las múltiples opciones que tenemos y cuáles son las variables que en ese momento importan ”, describe la psicóloga Silvia Álava.

Quizá en el momento de decantarse por la segunda opción de viaje, las experiencias pesaron más que el presupuesto. “Racionalmente se puede saber que es mejor una opción, pero hay una parte de nosotros, más emocional, que desea la otra”, continúa la experta matizando que esta es también válida para decidir.

Las decisiones irracionales

Contar con múltiples opciones puede dar pie a decisiones irracionales en ocasiones
Contar con múltiples opciones puede dar pie a decisiones irracionales en ocasiones (artpartner-images / Getty)

Investigadores de la Universidad de Stanford realizaron un estudio en el que observaron la reacción de un grupo de personas ante dos opciones. En este caso la decisión fue simple. Pero cuando introdujeron una tercera variable, menos atractiva que las anteriores, cambiaron sus elecciones, aun cuando esto resultase irracional.

Algo que según el estudio ocurre por “el ruido que se genera” en el proceso de toma de decisión. Los científicos concluyeron en que cuando al cerebro se le presentan muchas alternativas, comienza a ignorar las menos atractivas. Aunque este proceso de integración selectiva nos lleve a valorar preferencias irracionales, podría ayudarnos a tomar mejores decisiones de media.

Parece que cuantas más opciones tengamos, mejores decisiones tomaremos. Sin embargo, existen factores que pueden distorsionar la capacidad de elección. “El proceso se complica porque exige valorar más información”, añade Silvia que indica que para tomarla de forma consciente es necesario analizar sus puntos fuertes, débiles y recabar datos sobre cada alternativa.

No obstante, la psicóloga alerta: “Es bueno tener opiniones de los demás, pero no dejarse llevar por aquellas que no aportan algo valioso para nosotros”.

La satisfacción instantánea

La recompensa instantánea puede pesar más que otras si intervienen estados de ánimo en la elección
La recompensa instantánea puede pesar más que otras si intervienen estados de ánimo en la elección (Chris Ryan / Getty)

Otra investigación llevada a cabo por la Universidad de Leeds y el Instituto de Estudios Económicos de Rotterdam demuestra que la recompensa instantánea es uno de los factores que, de forma más fuerte, determinan decisión.

Se analizó la respuesta de un grupo de personas que tuvieron que elegir un snack para consumir la próxima semana. El 74% optó por fruta. Pero cuando la elección fue para el mismo día, el 70% se decantó por chocolate, pese a que era la alternativa menos saludable. El hambre y la satisfacción instantánea fueron los motivos que dirigieron la toma de decisión.

Cómo acertar en la elección

Una decisión adecuada pasa por un proceso de reflexión
Una decisión adecuada pasa por un proceso de reflexión (Richard Drury / Getty)

Existen algunas pautas que pueden ayudar a optar por lo más adecuado a medio plazo. Aunque según afirma Silvia: “La ausencia de toma de decisiones es la única alternativa mala”.

Entre los aspectos a valorar, el primero es establecer un objetivo. “Hay que definirlo en varias variables. Por ejemplo en cuanto a las vacaciones, ¿qué es lo más importante? El lugar, el precio, la ubicación, las horas…”, propone la experta que añade que habría que ordenarlas según su importancia.

Asimismo, hay que tomarse un tiempo para reflexionar sobre la decisión. “La famosa frase de lo consultaré con la almohada, nos ayuda a no precipitarnos por no tener en cuenta las variables. Es necesario dejar espacio al análisis”, añade. Pero siempre y cuando se estén aportando nuevos datos. “Rumiar la misma idea no sirve de nada”, concluye.