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¿Cómo reconocer el agotamiento emocional?

El agotamiento emocional se puede reconocer por una variedad de señales y síntomas:

  • Persistente fatiga y sensación de cansancio extremo
  • Dificultades para concentrarse y tomar decisiones
  • Cambios frecuentes de humor e irritabilidad
  • Sentimientos de desmotivación y falta de interés
  • Pérdida de energía y motivación para realizar actividades diarias
  • Problemas de sueño como insomnio o dificultad para conciliar el sueño
  • Sentimientos de tristeza y ansiedad
  • Aislamiento social y falta de interés en interacciones con otros
  • Dolores de cabeza, musculares o problemas gastrointestinales
  • Pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras

Es crucial estar atento a estos signos y buscar ayuda profesional si se experimentan síntomas de agotamiento emocional. Practicar el autocuidado, manejar el estrés y buscar apoyo emocional son prácticas fundamentales para superar esta situación.

¿Cómo mejorar nuestro sentido del humor y ganar optimismo vital?

Cualquier momento es bueno para reír y para sonreír. Cuando uno no está bien reírnos nos permite tener otro punto de vista que nos permita.

El sentido del humor es incluso útil para desbloquear conflictos. Las parejas que mejor funcionan son aquellas en las que el sentido del humor sale a relucir en los perores momentos…

Hay muchos tipos de humor, busquemos aquel en el que no haya victimas y no nos riamos de una persona, sino con una persona…

¿Cómo se pueden ver las cosas desde otro punto de vista? ¿Soy capaz de reírme de mi mismo/a?

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¿Cómo potenciar el sentido del humor en nuestros hijos?

El sentido del humor permite aumentar el optimismo y autoestima de nuestros hijos, nos ayuda en su crianza y en el hogar.

Por Silvia Sánchez de Educar es Todo

El sentido del humor es una excelente herramienta educativa. La risa nos proporciona energía, conexión con los demás, creatividad y optimismo. El humor ayuda a buscar alternativas, a pensar de forma racional y nos proporciona sentimientos positivos de alegría y gozo. En este artículo veremos qué beneficios tiene y cómo fomentarlo en nuestros hijos.

Qué beneficios tiene el sentido del humor en nuestros hijos

El gran Carles Capdevila mencionaba en una de las ponencias de un evento Educar es todo, que “uno de los principales problemas que tenemos los padres hoy en día es que hablamos de la educación de nuestros hijos muy preocupados. Nos lo tomamos muy en serio y eso es muy importante, pero casi preferimos estar angustiados a estar alegres”. Frente a esta actitud, subraya que “cuando eduquemos y cuando hablemos de la paternidad y la maternidad, creo que es importante que intentemos buscar esta sonrisa, esta alegría, la espontaneidad, la naturalidad. Que nos levantemos por la mañana diciendo: “Esto es muy difícil, pero vamos a divertirnos”.

Por su parte, la psicóloga Silvia Álava en su libro “queremos que crezcan felices”, menciona que el sentido del humor es un recurso que se puede trabajar con nuestros hijos desde que son pequeños. Algunos beneficios que propone son:

  • Aprendemos a relativizar los problemas. Cuando utilizamos el humor en los conflictos confrontamos nuestra interpretación de la realidad. Lo importante no es lo que nos pasa, si no la interpretación que hacemos sobre ello. Somos los reporteros y reporteras de nuestras vidas.
  • La risa, y el sentido del humor nos centra en el aquí y el ahora. Es el mindfulness de los niños. Es más, los efectos cerebrales de la meditación y del humor son parecidos, pues se producen altos niveles de ondas gamma, que permiten una mejor sincronización neuronal de distintas áreas cerebrales destinadas a la atención, a la memoria de trabajo, al aprendizaje…”
  • La risa nos conecta con los demás, potencia la proximidad, la amistad y el amor. Y además predispone a la cooperación, al buen ambiente, reduce la agresividad y facilita la comunicación.
  • La risa es fundamental para la salud mental. Reduce la ansiedad, el estrés y la depresión. No se trata de querer estar todo el rato riéndose, pero dejar hueco a la risa en nuestro día a día nos ayuda a vivir la cotidianeidad con más alegría, optimismo y energía.
  • La risa refuerza la autoestima y el autoconcepto. Reírse de uno mismo, de nuestros errores, nos ayuda a aceptarnos mejor, a entender nuestra imperfección sin complejos y a seguir adelante.

Cómo potenciar el sentido del humor

El sentido del humor nos acerca a los otros y reduce las tensiones en los grupos, también en nuestra familia. Silvia Álava nos propone algunas acciones para fomentar este hábito en nuestra familia:

  1.  Generar buen ambiente. Las madres y padres debemos aprender a reírnos de las situaciones cotidianas en lugar de enfadarnos. La confianza es la clave.
  2.  Aprender a reír. Se puede aprender a desarrollar el sentido del humor, ya que este no es una capacidad innata. Para que nuestros hijos lo utilicen es necesario que tengan un buen modelo y ahí nosotros jugamos un papel clave.
  3.  Afrontar los problemas desde el sentido del humor. Silvia nos menciona que necesitamos relajarnos, pensar qué haría otro en nuestro lugar y cómo nos ven los demás. Mostrarle al niño que cuando uno aprende a reírse de sí mismo relativiza el problema y se predispone a solucionarlo de forma positiva.
  4.  No todo vale, tampoco para reírse. Los valores, y especialmente el respeto, son los pilares de la educación. Y la risa también debe sostenerse por esos valores. Es importante enseñarles a reírse de sí mismos y enseñarles a reírse con los demás, pero no de los demás. El respeto hará que no se rían de una estrepitosa caída de la que son testigos, pero les hará capaces de reírse con un amigo cuando este afronte con humor una caída.
  5.  No queramos ser dramáticos con los contratiempos del día a día. Imagina que la deliciosa cena que estabas preparando se quema. Una verdadera pena, sí, pero podemos vivirlo de dos maneras: como un drama que se une a todos los problemas que hemos tenido durante el día y demuestran que “hoy no es nuestro día” o con lógico fastidio pero decidiendo salir de este dramatismo para lamentar que, vaya, “así no me van a aceptar en Masterchef”. En el fondo, todos los pequeños contratiempos son oportunidades para dramatizar o para aprender y reír. Y no podemos elegir qué nos va a pasar durante el día, pero tal vez si podamos decidir con qué actitud vamos a vivir eso que nos pasa.

Será importante promover el humor y la risa durante toda la vida, ya que en ocasiones, esas ganas de bromear y jugar desaparecen con la edad, dando lugar a los reproches y enfados.

FUENTE: elperiodicodearagon.com

El buen humor, clave para la buena salud. En Saber Vivir

Comparto el vídeo de mi última colaboración en el programa Saber Vivir: El buen humor, clave para la buena salud.

¿Sabías que cuando utilizamos el sentido del humor estamos re-evaluando la situación de forma natural y dándole otro punto de vista? Puede que la situación que estamos viviendo no sea fácil, incluso que sea especialmente complicada, sin embargo, siempre podemos utilizar el sentido del humor como antídoto.

¿Cómo mejorar nuestro sentido del humor? en Saber Vivir de La2

Tener un buen sentido del humor es fundamental para ser felices.

La risa tiene beneficios tanto a nivel físico como psíquico: hace que disminuya la sensación de dolor y otras molestias, nos relajamos, aprendemos a relativizar… Y por eso en el programa Saber Vivir nos va a enseñar cómo podemos mejorarlo.

Cómo estoy preparando a mis hijas para reírse del mundo (y por qué es importante). Colaboración con BuenaVida del diario El País

Las familias deberían enseñar a sus hijos a reírse, es una enseñanza que les ayudará a sobrellevar los contratiempos de la vida.

Por MIGUEL ÁNGEL BARGUEÑO

No soy una persona graciosa, pero mi película favorita es Aterriza como puedas (1980), lo que, en mi humilde opinión, me convierte en alguien con bastante sentido del humor. Creo que reírse de todo, incluso de uno mismo, es una costumbre que permite encajar mejor las vicisitudes de la vida, y hay varios artículos científicos que apoyan mi postura. Algunos concluyen que el sentido del humor ayuda a percibir de forma moderada los acontecimientos negativos de nuestra existencia, otros dicen que reduce la ansiedad y que es positivo para las personas mayores porque, entre otras cosas, mitiga la sensación de dolor. Son beneficios que cualquier padre desearía para sus hijos, y en esto tampoco soy una excepción. Pero, ¿cómo se fomenta el sentido del humor entre la progenie?

Sé por experiencia que el humor es algo innato. Mi hija de seis años, Olivia, aparece cada mañana en el salón con unas coletas absurdas —una encima de una oreja, la otra en la coronilla—, los calcetines por encima del pantalón del chándal y una mueca divertida que, inevitablemente, te hace reír. Hace unos días, mientras desayunábamos, va y suelta este chiste: «Juanito y su mamá van en un avión. Entonces Juanito se hace caca. Su mamá tira el pañal por la ventanilla y le cae a un señor en la cabeza». No es que la escatológica intervención siga los cánones del humor; no hay una sorpresa ni un desternillante juego de palabras, pero es una ocurrencia graciosa, sin duda cómica. Es el tipo de comentario que no esperaría de sus hermanas, que no son tan dadas a las bromas. Con ellas tengo un trabajo pendiente o, mejor dicho, una responsabilidad.

La educación del humor comienza en el minuto uno

Si inculcar el sentido del humor a los hijos no es un capricho, tampoco puede decirse que sea algo que los padres tengamos siempre entre nuestras prioridades. Y deberíamos, según se desprende de la conversación con la psicóloga especializada en infancia Silvia Álava. «Cuando lo utilizamos estamos aprendiendo a poner el foco fuera de nosotros, lo vemos todo desde otra perspectiva y eso nos ayuda a relativizar las situaciones. Por eso hay que promoverlo en los niños», explica.

En eso, como en casi todo, los progenitores vamos a ser sus principales referentes. «Los niños nos copian, y, si somos unas personas tremendamente serias, que nunca hacemos una broma, que es raro que nos vean reír, es más difícil que desarrollen el sentido del humor». Y eso se cumple desde el minuto uno: el mimetismo empieza desde bebés, según concluyó un estudio publicado en 2015 en Journal of Experimental Child Psychology, en el que los científicos demostraron que, incluso a la temprana edad de seis meses, los niños se ríen de las mismas cosas que sus padres y madres.

Cultivar la habilidad de ver la vida con humor, especialmente entre los niños que no vienen graciosos de serie, contribuirá a que pierdan el sentido del ridículo que a veces atenaza a los pequeños cuando se enfrentan a determinadas situaciones. «A algunos les da vergüenza hacer un baile, por ejemplo, y debemos propiciar que eliminen ese sentimiento y hacerles ver que todos nos reímos para que se sientan cómodos. Que aprendan que es posible ver ese lado cómico», recomienda Álava.

Pero desarrollar este sentido en los pequeños requiere tener ciertos conocimientos. Por ejemplo, es fundamental que las bromas sean acordes a su edad. Entre otras cosas porque no comprenderán todas las gracias si no es así. «Por debajo de ocho años es difícil que entiendan la ironía», detalla la psicóloga, quien explica que «en niños más pequeños tenemos que recurrir a bromas más simples. De tres a seis años pasan por esa etapa en la que lo más gracioso es todo lo escatológico —el caca, culo, pedo, pis—. Es el momento en el que hay que enseñarles que socialmente no podemos estar diciendo eso, pero también hay que entender que evolutivamente hablando es normal a su edad». Según van creciendo, las muecas, las cosquillas, son prácticas que se pueden potenciar, añade Álava.

O nos reímos todos o no vale la broma

También es crucial que nuestros hijos, sobre todo en estos tiempos de bullying, se den cuenta de que el sentido del humor no hace gracia cuando implica reírse de los demás. «Es bueno que aprendan a ver la vida desde otra perspectiva, desde un lado cómico, pero este enfoque tiene que servir para que nos riamos todos. No consideramos aceptable el sentido del humor cuando la persona a la que le estás gastando una broma no le ve la gracia, así que cuando trabajamos con niños hacemos hincapié en eso. Si todos nos reímos, estupendo; si la persona a la que va dirigida la broma no se ríe, entonces no vale», explica la psicóloga. O sea, que las bromas deben ser limpias, inofensivas, y eso es algo con lo que los padres deben tener cuidado si no quieren transmitir justo lo contrario de lo que deberían.

Por último, y por supuesto, esa potenciación del sentido del humor debe abarcar el reírse de uno mismo. «En la vida es bueno hacerlo, pero con cariño, con autocompasión. ‘Metí la pata en esto, y no pasa nada, seguimos adelante’. Aprender a reírte de ti mismo y a quitarle hierro a las situaciones es muy buen predictor para estar más satisfechos y tener un alto bienestar emocional», concluye la psicóloga infantil. Irónicamente, al final este trabajo educativo no es cosa de risa.

FUENTE: BuenaVida

Humor de Forges para terminar la semana

Recordemos la importancia de los límites con un poco de humor de Forges, para terminar con buen pié la semana:

Forges

Refuerzo positivo: «The Big Bang Theory»

He hablado, en ocasiones, de la importancia del refuerzo positivo y la extinción en la educación de los niños. Para finalizar la semana con buen humor, os dejo un fragmento de una de mis series favoritas: The Big Bang Theory en el que de una manera cómica se habla sobre el tema, feliz fin de semana!

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=2fbfQjeKHFY]

Proyecto “Emociones y Salud”: Trastornos cardiovasculares

Según la Organización Mundial de la Salud, el 80% de las muertes se pueden evitar controlando los factores de riesgo cardiovascular ¿Cuáles son los factores de riesgo? ¿Afectan las emociones negativas a las enfermedades cardiovasculares? todas las respuestas en el tríptico realizado mediante la colaboración entre el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y la Sociedad para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), pincha en el gráfico para acceder al tríptico completo:

Colaboración COP - SEAS