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No soy feliz aunque soy mamá

Madres y padres debemos reflexionar sobre qué es para nosotros la felicidad verdadera.

Por Adriana Méndez

Muchas mujeres piensan que, para ser totalmente felices, necesitan ser madres. Sin embargo, cuando ya tienen a su bebé en brazos, les sorprende descubrir que aún se siguen sin sentir plenas. No son felices aunque son mamás porque han volcado su felicidad en la llegada de sus hijos, en lugar de buscarla por ellas mismas. Esto, además, les lleva a preguntarse: si yo no soy una madre feliz, ¿mis hijos tampoco serán dichosos?

A continuación analizamos todas estas cuestiones y reflexionamos sobre cuál es el verdadero significado de la felicidad plena.Índice

  1. ¿Por qué no consigo ser feliz aunque soy madre?
  2. Si yo no soy una mamá feliz, ¿mis tampoco serán dichosos?
  3. Los padres debemos reflexionar sobre qué es la felicidad

¿Por qué no consigo ser feliz aunque soy madre?

Soy mamá pero no soy feliz

Debido al abrumador sentimiento de mantener el balance de ser madre, mujer, trabajadora y pareja, muchas mujeres pueden tener bajones emocionales que las hagan sentirse desanimadas o incluso tristes. A menudo, esto les lleva a sentir culpabilidad por ello y dejan de disfrutar de su maternidad de una forma saludable.

Una de las grandes preguntas que se hacen las madres cuando por fin tienen a su bebé en brazos y se encuentran cara a cara con la maternidad es: ‘¿acaso es normal sentirse triste en lugar de feliz aunque tengo a mi hijo en brazos?‘ La respuesta es SÍ. Estas emociones son más comunes de lo que podemos pensar y pueden darse por diversas razones.

A menudo, se escucha eso de que ‘para ser felices hay que tener un hijo‘. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. De hecho, el proceso debería ser el contrario: primero debemos tratar de encontrar la felicidad (si bien tenemos que reflexionar sobre cómo definimos la felicidad) y luego, tener un hijo. La felicidad tiene que ser personal y venir desde el interior de cada quien, los hijos no pueden ser esa fuente de alegría que esperas recibir.https://be22a1bfe7de90ae9a3278e3fd0c81cf.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html

Es cierto que los niños son un motivo para aumentar esa satisfacción personal que ya poseemos, pero esto deviene al buscar la alegría por nuestra cuenta y no a través de otras personas. Y no hablamos solo de los hijos; las mamás tampoco podemos basar nuestra felicidad en nuestra pareja, en otros familiares o en nuestros hijos. De manera que, cuando una mujer se sienta realizada por quién es, al momento de decidir tener hijos, estos magnifiquen su dicha.

Si yo no soy una mamá feliz, ¿mis tampoco serán dichosos?

Hijos dichosos de madres infelices

Más allá de darle una vuelta a nuestro concepto de ‘ser feliz’, existe un miedo perpetuo en las mamás que no se sienten felices o están en un momento de desánimo en su maternidad: se preguntan (y a veces hasta se culpabilizan) si, dado que ellas no son felices, no saben si sus hijos llegarán a ser dichosos.

Si bien, nuestro ánimo repercute en los niños, hay que aclarar que ser feliz y tener un bienestar emocional no implica estar contentas todo el día, todos los días, con una gran sonrisa en el rostro. Este es un modelo de felicidad que es imposible de lograr.

Lo que como madres y padres debemos buscar es mantener una paz y balance emocional, lo que nos lleva a tener un bienestar físico y psicológico ideal para sentirnos a gusto con nosotros mismos. Ese es el modelo de felicidad que debemos enseñar a nuestros niños: el disfrutar de los días buenos sin negar la existencia de los días malos, donde está bien sentirnos decaídos.

Todas las emociones (las que son muy agradables pero también las que nos hacen sentir incómodos) son válidas. Porque estas son emociones que nos ayudan a apreciar los buenos momentos cuando llegan y magnificar esos sentimientos de fortuna.

Los padres debemos reflexionar sobre qué es la felicidad

Tener hijos dichosos aunque no seas feliz

En conclusión, debemos ser consciente de que es completamente normal que haya momentos en los que nos sintamos con los ánimos más altos y otros en los que nos sintamos más decaídas; porque la felicidad no es sinónimo de sentirse contenta las 24 horas del día. Cada mamá debe reflexionar sobre cuál es su concepto de felicidad y tratar de alcanzar esa dicha por ella misma (sin volcarla en la gente que le rodea, ni siquiera en sus hijos). Este es el modelo de felicidad que debemos trasladar a nuestros hijos, ya que será el que les haga verdaderamente dichosos.

Lo más importante para los padres es intentar mantener una actitud positiva, en lugar de tener una visión fatalista de la vida. Esto se logra potenciando las emociones agradables del día a día. Cuando logramos hacer esto, estamos enseñando a los niños a ser más felices, porque saben cómo manejar sus emociones.

Cabe resaltar que la mejor forma de lograr esto es teniendo como ejemplos a sus padres. Hay que recordar que los niños aprenden todo de primera mano imitando a sus progenitores, pues son las personas más cercanas e importantes para ellos.

Y para ti, ¿qué es la felicidad?

Puedes leer más artículos similares a No soy feliz aunque soy mamá, ¿mis hijos tampoco serán dichosos?, en la categoría de Ser madres y padres en Guiainfantil.com.

FUENTE: Guiainfantil.com

Los enemigos de la felicidad, en Cadena Dial

Indudablemente todos buscamos la felicidad en nuestra vida, incluso puede que la tengamos al lado o más cerca de lo que creemos y no seamos capaces de verla, pero más allá de preguntas filosóficas hay algunas cosas que evitan que seamos felices.

Hay muchos motivos que nos hacen pasar etapas en las que no somos felices, en ocasiones por razones objetivas pero en otras no tanto. Hay una serie de impedimentos internos que dificultan esa felicidad, «los enemigos de la felicidad», así los ha llamado la psicóloga Silvia Álava. Todos tienen algo en común, la mente tiene mucho que ver en ellos.

Álava los ha clasificado en nueve concretamente,  el primero de ellos es tal y cómo recoge ABC Salud es La genética de la felicidad: «…se refiere a que todos tenemos un potente potencial de mejora. Muchas personas piensan que por las circunstancias no pueden serlo, pero eso solo pesa un 10%», explica.

Los enemigos de la felicidad, estos son los ocho restantes

Otro de estos enemigos serían  los pensamientos barrera, se refieren a aquellos pensamientos por los que es fácil dejarse llevar y que nos llevan a creer  que todo nos va a salir mal.

Algo a lo que también se refiere la experta es a las ideas irracionales, que explica así: «La realidad pasa por delante de nosotros y la vamos interpretando, y en ella metemos ideas irracionales que no son ciertas pero igualmente nos las creemos».

Dentro de ellas está la costumbre de hablarnos en términos de «debería» como si el no hacer algo fuese a darnos un gran problema: «… hay cosas necesarias en nuestro día a día que hay que hacer, pero hay otras que son elegidas, por lo que dejemos de referirnos a ellas con un ‘debo de’…». Es primordial diferenciar entre lo necesario de otras cosas que elegimos.

Pensar demasiado, compararnos y la envidia y los celos son otros factores que evitan que seamos felices. Al pensar demasiado, «.. ponemos el cerebro en modo centrifugadora, pero lo que hay que hacer es decirle ‘para’…. porque no hacemos un análisis para llegar a la solución, sino que nos quedamos pasmados en el pensamiento negativo», explica.

Respecto a compararnos con otros, si nos lleva a mejorar estupendo pero no siempre es así y las redes sociales no lo ponen fácil ya que siempre muestran que los otros son mucho más felices que nosotros, algo que no puede ser real, simplemente «se trata de la proyección de realidad que los demás quieren que veas».

Comenzamos a compararnos y eso puede llevarnos a tener celos y envidia y sobre todo a sentirnos más inseguros y vulnerables:» Yo te aconsejo que pases, que te alegres por los demás y que procures construir tus propias metas…», dice Álava.

Con la ansiedad y el estrés, que con la pandemia ha aumentado de manera abismal, las películas que nos montamos nosotros mismos y que pocas veces ocurren de verdad y el uso del móvil para anestesiarnos y refugiarnos ante una realidad que no nos gusta, termina la psicóloga su lista de enemigos de la felicidad.

FUENTE: cadenadial.com

¿Cuáles son las claves de la felicidad? Entrevista en TeleMadrid

Llegamos a la vida sin una guía sobre cómo vivir, y menos sobre cómo ser felices. Muchos lo simplifican diciendo “salud, amor y dinero”, pero en verdad a lo que se refieren es a la felicidad.

Sin embargo, nos planteamos la felicidad como una carrera de fondo. ¿Por qué corremos tanto?

¿Qué es la felicidad?

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La psicóloga Silvia Álava ha querido estar con nosotros y explicarnos las razones de por qué no somos felices. Así es como se llama su nuevo libro, “¿Por qué no somos felices?”, en el que nos da las 9 claves para encontrar la felicidad.

Lo fundamental, según nos dice la psicóloga, es valorar las cosas positivas del día a día. Nuestra cabeza es esencial para entender este proceso y llegar a ese estado.

El 65% de los españoles manifiestan sentirse felices. En el ranking mundial España se posiciona como el país 24 más feliz del mundo, que encabeza Finlandia. Pero, ¿con qué es realmente feliz la gente? ¡Nuestro compañero Alberto Catalán ha salido a la calle a preguntarlo!

Aquí te dejo el vídeo:

¿Cómo conseguir ser un poco más felices en esta pandemia? En OKDiario

Llevamos dos años de pandemia y, aunque las cifras mejoran, siempre estamos alerta de que no haya nuevas variantes y de que los contagios vayan al alza nuevamente. En base a ello muchas personas han visto muertes cercanas y metas no conseguidas, por lo que hay problemas mentales más agudizados. Por esto conviene saber cómo ser más felices en la pandemia.

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En una entrevista a Infosalus, de Europa Press, Silvia Álava, doctora en psicología clínica y de la salud, quien ha lanzado el libro ¿Por qué no soy feliz?’ (Harper Collins), da a conocer que no podemos estar bien las 24 horas del día.

Y da unas bases para ser más felices en la pandemia a pesar de los momentos difíciles y de incertidumbre que estamos viviendo. La experta explica que podemos propiciar la felicidad promocionando o favoreciendo las emociones agradables, donde se encuentra la calma, la serenidad, el vivir en paz. Y eso lleva a la felicidad.

Consejos para ser más felices

Toma de decisiones

Según la autora, es importante hacer listas o ser conscientes de lo que queremos y a partir de ahí no va a ser algo inmediato, pero siempre ir tomando decisiones en función de lo que queremos. Con estos pequeños pasos, se puede conseguir mucho.

Buena red social

Y no hablamos de las redes sociales. En este caso, la psicóloga hace referencia al fomento de los amigos. Que muchas veces, en este tiempo de pandemia, quizás hemos dejado a parte o hemos desechado reunirse, bien porque no se podía o bien por miedo. Pero esto no nos lleva a nada bueno, así que debemos valorar a los amigos y darles la importancia que realmente tienen.

Aprender a disfrutar

Esto a veces se nos ha olvidado con la pandemia, especialmente en el confinamiento, cuando todos anhelábamos aquello que no teníamos en ese momento. La autora da a conocer que la felicidad no va a estar asociada a cosas muy grandes, eso se puede hacer de vez en cuando. Debemos disfrutar de los pequeños momentos del día a día que nos aportan sensación agradable y ser conscientes de ellos. Porque en eso consiste realmente la felicidad.

Vivir el presente

La gente está cansada de la pandemia. Y cansada de hacer planes que luego no salen. Por esto la psicóloga recomienda que muchos planes no se pueden trazar a medio o a largo plazo. Por tanto, hay que vivir más el presente, disfrutarlo más, y ser flexible con respecto a los cambios de la vida.

FUENTE: okdiario.com

Mañana Jueves a las 17,15h IG-Live en Tardes Literarias del Carné Joven Comunidad de Madrid

Muy contenta de participar mañana a las 17,15h en #tardesliterarias del Carné Joven Comunidad de Madrid, con mi último libro ¿Por qué no soy feliz?

Todas las semanas tienen un IGV-Live de 30 minutos donde se habla de libros y literatura.

Anímate a seguir la charla, ¡se pasa volando! En Tardes Literarias de Carné Joven Comunidad de Madrid apuestan por la lectura y nos traen cada jueves o viernes a autores para que nos cuenten sus inquietudes y cómo crean sus obras.

¡NO TE LO PIERDAS!

Anímate y disfruta de un buen libro a través de sus autores, cada semana en directo desde su cuenta de Instagram @carne_joven_mad y también los podrás ver después en su IGTV.

#libros #psicología #CarnéJoven #EventosOnLine

Resumen de la jornada en el Club Faro de Vigo

Muchas gracias al Club Faro de Vigo por la acogida de ayer en la presentación del libro ¿Por qué no soy feliz? Adjunto el artículo que se publica hoy y algunas de las fotos de ayer:

VIGO (MARCO). LA PSICOLOGA Y ESCRITORA SILVIA ALAVA, INVITADA EN EL CLUB FARO Y PRESENTADA POR LA TAMBIÉN PSICOLOGA MARIA FERREIRO.

“Ser feliz es seguir deseando lo que uno ya posee, como dijo San Agustín”

“¿Qué significa ser feliz? Cuidado con las definiciones que damos cada uno porque si ponemos la meta en algo inalcanzable no la alcanzaremos”. Con estas palabras la psicóloga y divulgadora científica Silvia Álava introducía a los asistentes al Club FARO en la presentación de su libro, “¿Por qué no soy feliz” (Harper Collins), en el que ofrece pautas para trabajar el bienestar emocional y enfrentarse con éxito a los problema.

En una charla coloquio presentada por la también psicóloga María Ferreiro, Álava afirmó que la felicidad “tiene que ver con vivir en paz, en calma, aceptando la vida cómo es, procurando momentos de alegría y entendiendo que no siempre tenemos capacidad para cambiar las cosas”. En ese sentido, la doctora en psicología clínica y de la salud coincidió con la idea de San Agustín de que “la felicidad es seguir deseando todo lo que uno ya posee”.

Poniendo como ejemplo el confinamiento de marzo de 2020 que sirvió para valorar cosas que no quitaron, como un simple paseo, Silvia Álava instó a “recuperar la ilusión” por prácticas cotidianas y realizar el ejercicio de “probar a ver las cosas con los ojos con los que las visteis la primer vez”, ya sea algo material, como un coche o una casa, o algo personal, como la pareja, un amigo o un familiar.

Álava: “Ser feliz es seguir deseando lo que uno ya posee, como dijo San Agustín”

Álava: “Ser feliz es seguir deseando lo que uno ya posee, como dijo San Agustín”

Álava habló también de mitos sobre la felicidad que “nos han llevado por caminos equivocados” y los fue desarmando”. Uno de ellos es el que pospone esa emoción a la consecución de un objetivo futuro, el “seré feliz cuando trabaje, cuando tenga un piso, cuando me case, cuando tenga hijos, etc.” “Parte de la felicidad, la hedónica, está en esos momentos que nos gustan, como estar con amigos o disfrutar de una buena comida; la otra, la eudaimónica está en hacer coas para crecer, hacerme sentir bien o para contribuir a la sociedad”, explicó.

Otra de las ideas erróneas a las que se refirió es la de que a la felicidad hay que encontrarla “como si fuera un tesoro o una yincana”. “Si fuera así habría que localizar al máster del juego”- dijo- .“ Quizás la felicidad esté en el interior de cada uno, no fuera”, e invitó a reflexionar, aconsejando “no ofrecer la llave de nuestra felicidad a terceras personas”.

También se mostró crítica con el mito que asocia la felicidad a una conquista en la que hay que subir continuamente de nivel y defendió quedarse en la zona de confort de cada uno, si es realmente lo que nos apetece.

“La frase ‘si quieres, puedes’ está bien para vender camisetas, pero no siempre se cumple.

Depende de lo que estés queriendo”, comentó, para abogar por la fase escrita en el templo de Delfos “Conócete a ti mismo”, analizar desde el realismo nuestros puntos fuertes y débiles y valorar cuánta energía necesitaremos para lograr nuestro objetivo, que puede resultar ser un sueño inalcanzable.

La divulgadora científica y psicoterapeuta recomendó la educación emocional para comprendernos a nosotros mismos y lo que nos sucede. “No hay emociones buenas ni malas, sino agradables y desagradables: todas son necesarias porque nos dan información sobre lo que nos ocurre; lo que sucede es que con las agradables abrimos el paquete de esa información y con las desagradables las acabamos tapando” cuando “hay que aprender a leer esa información que traen y saber su causa”.

Teniendo en cuenta los estudios que demuestran que las circunstancias solo pesan un 10% en nuestro bienestar emocional, la genética, un 50% y el 40% restante depende de nosotros, Álava recomendó enfrentarse a los problemas sin solución reconociendo que no la tienen y regulando las emociones desagradables que nos produce ese hecho.

Como enemigos de la felicidad y por lo tanto, elementos a desterrar, comentó los pensamientos automaticos e ideas irracionales – “es importante saber cómo nos estamos hablando a nosotros mismos”, la rumiación -el cerebro que da vueltas como una centrifugadora, que se puede parar o programar- y el móvil como «anestesiador emocional» que impide que nos hagamos selfies hacia dentro”-

“El país de la piruleta no existe, hay que ser aprender a regular las emociones negativas”

“El país de la piruleta no existe. Se trata de aprender a ser realistas y aprender a regular las emociones desagradables porque nos dan información de lo que nos ocurre”, comentó ayer Silvia Álava en su intervención en el Club FARO. La psicóloga habló sobre los aliados de la felicidad y ofreció a los asistentes una serie de recomendaciones para trabajar el bienestar emocional: practicar la técnica de la respiración diafragmática, reconocer cuándo nuestro cerebro está funcionando como una centrifugadora dándole vueltas a los mismos pensamientos, hacer un diario apuntando cosas agradables -como un simple café o una ducha-, potenciar las emociones agradables reservando un hueco a diario para ellas, fomentar las relaciones sociales con amigos, cuidar a la familia, expresarnos de manera asertiva, recuperar la ilusión y el entusiasmos por cosas cotidianas, tomar decisiones sobre cuestiones que nos apartan de nuestro camino y cosechar emociones agradables como la gratitud, la amabilidad y el hacer algo por los demás, sin esperar recibir nada a cambio, fueron algunas de sus propuestas. “En definitiva, se trata de dedicar a la vida tu mejor sonrisa”, concluyó.

VIGO (MARCO). LA PSICOLOGA Y ESCRITORA SILVIA ALAVA, INVITADA EN EL CLUB FARO Y PRESENTADA POR LA TAMBIÉN PSICOLOGA MARIA FERREIRO.

FUENTE: farodevigo.es

El Lunes 14 de Febrero presentamos ¿Por qué no soy feliz? en el Club Faro de Vigo

Invitados de febrero en el Club FARO

La psicóloga Silvia Álava, el juez Joaquim Bosch y la periodista Nieves Herrero, entre los conferenciantes del mes

El Club FARO inicia el día 2 su programación de febrero. Las conferencias-coloquio se celebrarán a las 8 de la tarde en el MARCO (C/ Príncipe, 54, Vigo). 

La entrada es libre hasta completar aforo, que será de 120 personas y adaptado a las medidas de prevención contra el COVID-19.

¿Por qué no soy feliz? ¿Por qué siento que no puedo más? ¿Qué puedo hacer para que la convivencia no desgaste mi relación de pareja? ¿Por qué pierdo los nervios con mis hijos? Estas y otras preguntas tendrán respuesta en la conferencia de la psicóloga Silvia Álava, titulada “¿Por qué no soy feliz? (Vive y disfruta sin complicarte la vida)”.

¿Cómo conseguir el bienestar emocional? Entrevista en el Diario de Mallorca

Desgranamos en nuestro último libro qué nos impide ser felices

La psicóloga Silvia Álava desmitifica la idea idílica de felicidad y defiende en su lugar el bienestar emocional, un concepto más realista y accesible para las personas.

Así lo expone en su último libro ¿Por qué no soy feliz? (Ed. HarperCollins), en el que repasa cuáles son los enemigos de la felicidad y presenta un método para incrementar el bienestar emocional.

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«Si entendemos la felicidad como estar alegres, contentos, haciendo cosas satisfactorias las 24 horas del día los 365 días del año, ya vamos por mal camino porque es completamente imposible», valora Silvia Álava. En su opinión, «hay que ajustar muy bien la definición de felicidad. La felicidad es sentir calma, paz, estar a gusto con nosotros mismos, y tener cuidado con los mitos e ideas erróneas que nos han vendido. Más que de felicidad, se trata de conseguir bienestar y equilibrio emocional».

¿Se puede ser feliz en una pandemia?, preguntamos a esta experta. «Vamos a ser sinceros y realistas: es más difícil ser feliz en medio de una pandemia. La pandemia nos ha pasado una factura enorme a nivel emocional y de salud mental, a todos, lo vemos desde los niños pequeños, los adolescentes, muy afectados, y los adultos».

La psicóloga enumera diferentes enemigos de la felicidad, un asunto que analiza en un amplio bloque de capítulos del libro.

La rumiación, que es engancharte dando vueltas y vueltas a algo, poniendo el cerebro en modo centrifugadora; las ideas irracionales y los pensamientos automáticos; la comparación social; la envidia y los celos; las películas que nos montamos a modo de director de cine, o el móvil como anestesiador emocional.

«Tenemos que aprender a vivir de forma más pegada a la tierra, ver las cosas desde la realidad, no existe el país de la piruleta», destaca Silvia Álava.

El peso de la genética

La genética, expone la experta, tiene en la felicidad «mucho más peso del que puede creerse, para bien o para mal, hasta el 50 por ciento». Las circunstancias solo influyen en un 10 por ciento, y hay un 40 % de mejoría que «depende de nosotros», añade. Es aquí donde entra el método que la psicóloga propone para incrementar el bienestar emocional. En él, herramientas como la flexibilidad, fomentar la resiliencia, lograr que nuestras acciones y tareas fluyan, desarrollar la gratitud y la amabilidad, o interiorizar el sentido del humor son aliados muy útiles.

¿Y las redes sociales?, preguntamos a Silvia Álava. «Las redes sociales pueden aportar mucho para bien, pero también para mal. ¿Dónde está la diferencia? En el tipo de uso que hace cada persona. Si utilizas las redes como escaparate de comparación social, es un problema, pero si es para informarte o entretenerte, ningún problema», sostiene.

Álava plantea que para avanzar en el bienestar emocional y mejorar la salud mental, además de dar herramientas a la población para que sepa gestionar sus emociones, es necesario «incrementar la ratio de psicólogos en el Sistema Nacional de Salud; lo ideal es que en cada centro de Atención Primaria haya un psicólogo que pueda intervenir para atender a la población». Sobre el bienestar emocional y la felicidad en los próximos años, la psicóloga se muestra optimista y espera que, con lo aprendido en la pandemia y el desarrollo de las habilidades emocionales en la sociedad, la década de los años 20 resulte más feliz que las anteriores de este siglo. 

FUENTE: Diariodemallorca.es

Los 8 puntos para lograr ser felices en pandemia: ¿Qué es lo que realmente nos lo impide? En Infosalus

Los 8 puntos para lograr ser felices en pandemia: ¿Qué es lo que realmente nos lo impide?


Estamos en una pandemia, en un momento insostenible, de incertidumbre, cansados, y generalmente si preguntamos a alguien ¿Qué tal está? son pocas las personas que nos van a decir que están bien, que son felices. ¿Por qué necesitamos, y tanto, el ser felices?  

Silvia Álava, doctora en psicología clínica y de la salud, responde a esta pregunta en una entrevista con Infosalus que la sociedad nos ha vendido que para demostrar que has triunfado en la vida tienes que decir que estás feliz, y que estás bien; de forma que siempre aspiramos a una felicidad que no siempre es viable, porque «no se puede estar bien las 24 horas del día» y que también basamos en hacer cosas divertidas y que nos apetecen.    

«En el mundo real habrá cosas que no nos gusten y, a fecha de hoy, vivimos una pandemia que va para dos años. La OMS no solo habla de los efectos de la COVID, sino también de la fatiga pandémica, un nombre que se ha puesto a la ansiedad generada por esos miedos, y emociones desagradables asociadas», agrega.

SE PUEDE SER FELIZ A PESAR DE LOS DÍAS MALOS

Leer más: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-puntos-lograr-ser-felices-pandemia-realmente-nos-impide-20220206075948.html

“Hay que tener mucho cuidado con esos mensajes de ‘si quieres puedes'»

Por Aldara Martitegui

  • Entrevista a la psicóloga Silvia Álava, que acaba de publicar su último libro, ‘¿Por qué no soy feliz?’
  • En su libro, Álava más que darnos claves para ser felices nos propone explicaciones a por qué muchas personas no lo consiguen
  • La psicóloga reflexiona sobre qué es realmente la felicidad y sobre qué nos ha ‘vendido’ la sociedad sobre la felicidad

No existe una fórmula mágica que valga para todo el mundo

Podría haber elegido otro título para su libro; otro título tal vez más acorde con esas ideas tan manidas en el ámbito de la autoayuda, como por ejemplo, Las claves para ser feliz o Sé feliz siguiendo estos pasos…Sin embargo, la doctora en psicología clínica y de la salud, Silvia Álava, eligió este otro título: ¿Por qué no soy feliz?…Y, si lo piensa unos segundos, se dará cuenta de que es un título que valida a todas las personas que no consiguen ser felices, en lugar de apremiar al lector a encontrar la felicidad: “Es que hay que huir de eso, porque no existe una fórmula mágica que valga para todo el mundo”, explica la autora.

Álava reconoce que su último libro ¿Por qué no soy feliz? (Harper Collins, 2022) no es un libro de autoayuda que te guía para conseguir algo: “es un libro más desde el punto de vista de la psicología y sobre todo de la psicología sanitaria” puntualiza, que lo que pretende es simplemente ayudarnos a entender el por qué de esa sensación de insatisfacción con la vida tan extendida…

Un malestar que se ha hecho más evidente que nunca en los últimos dos años, desde el inicio de la pandemia que, como explica la psicóloga, “nos ha dejado claro que necesitamos más herramientas que nunca porque la situación está muy cuesta arriba, estamos permanentemente escalando el Everest”. La pandemia ha cortado muchas de las estrategias que antes poníamos en práctica de manera intuitiva para regularnos emocionalmente: salir, entrar, abrazarnos, ver a amigos, hacer una escapadita de fin de semana…todo eso, de momento, lo seguimos teniendo bastante limitado.

Luchar contra lo que no podemos cambiar, lo que no está en absoluto bajo nuestro control, es un multiplicador del malestar…muchas veces sufrimos porque nos empeñamos en que las cosas sean de otra manera: “y es que no todos los problemas tienen solución: bienvenido a la realidad. Ahí, lo que hay que cambiar es el enfoque (…) No tanto buscar las soluciones al problema -que no las tiene- sino en saber manejar las emociones desagradables que me ocasiona ese problema que no tiene solución”, apunta la psicóloga.

No pasa absolutamente nada por tener un mal día, un mal día no es un síntoma de fracaso (Silvia Álava, psicóloga)

Pregunta: Es que la sociedad nos empuja a luchar por nuestros sueños, a veces parece que si no solucionamos un problema es porque no estamos poniendo todo de nuestra parte. El título de tu libro está de alguna manera validando a las personas que no son felices…es como una palmadita en la espalda que te dice “tienes permiso para no ser feliz, no te sientas culpable por ello, léeme, que te voy a explicar lo que te está ocurriendo”…

Respuesta: Yo creo que el enfoque del libro es diferente, sí. No está pensado como un libro de autoayuda, de ‘tienes que conseguir algo y estos son los pasos para conseguirlo’. Es un libro más desde el punto de vista de la psicología y sobre todo de la psicología sanitaria. Yo llevo 21 años trabajando como psicóloga y es recoger un poco pues toda esa enseñanza y lo que dice la evidencia científica. Lo primero de todo, es que nos han vendido una idea a la sociedad de que tenemos que estar continuamente siendo felices -además una felicidad asociada a una emoción como es la alegría- y hacer cosas siempre divertidas y cosas siempre que te gusten, pues claro, es que si lo que estás pretendiendo es ser feliz, entendiendo que no puedes tener días malos, que no puedes tener situaciones desagradables, que no puedes sentir cosas que no te gustan, emociones desagradables como tristeza, como miedo, como frustración…es que ya vamos por muy mal camino porque eso es una falacia, es que eso no es posible.

P: A lo mejor no es tan necesario ser feliz, dices en el libro…

R: A lo mejor no es tan necesario ser feliz, si la felicidad la hemos entendido por eso. Lo que contamos en el libro, y lo que muchas veces se trabaja en terapia, es que se trata más de vivir a gusto, de vivir en paz, de vivir en calma, de vivir alineados con lo que nosotros somos, con nuestro ser, con nuestros valores; que, si lo hacemos así, si vamos aceptando la vida tal y como es, pues evidentemente nos vamos a encontrar mucho mejor. Por supuesto que hay que potenciar las emociones agradables y tener momentos de diversión, claro que sí…pero desde el realismo, porque hay otros días que vas a tener que hacer cosas que no te apetecen.

P: ¿Se trataría de aceptar la idea de que ser feliz no significa estar supercontentos todo el tiempo?

R: Un poco de ser conscientes de que es que a lo mejor no necesitamos ser felices todos los días: que hay días buenos y días malos, y que no pasa absolutamente nada por tener un mal día, un mal día no es un síntoma de fracaso, como a veces podemos pensar en un determinado momento.

Hemos perdido esa capacidad de introspección y muchas personas lo que tienen es miedo porque no saben lo que se van a encontrar (Silvia Álava, psicóloga)

P: Cambiar la idea superficial de felicidad por esa más profunda que propones en el libro, requiere una toma de conciencia importante…

R: Tal vez me tengo que cuestionar que lo importante es entenderme a mí mismo. Hay muchas personas que dicen: es que yo no me entiendo, no entiendo qué es lo que me pasa. Bueno, pues habrá que ahondar, hay que hacer una labor de introspección importante, perder el miedo a decir “me voy a hacer un selfie interior” (…) Hay muchas personas que tienen miedo, incluso pánico a sentir emociones desagradables. Y cuando sienten algo desagradable que no les gusta ¿qué hacen? lo tapo, lo tapo. Tienes que parar y mirar qué es lo que te está ocurriendo. Y parar y mirar qué es lo que te está ocurriendo es mirar a dentro, ver qué es lo que estoy sintiendo y ver qué información me da esa emoción.

P: No vivimos en la sociedad ni en la cultura más pro ‘haz una pausa y conócete a ti mismo’…a lo que nos empuja más bien esta sociedad es a no pisar el freno nunca…

R: Vivimos en una sociedad que favorece poco los momentos de introspección. En el momento en que hay un rato parado, es como que los tenemos que llenar. Los llenamos con lo que sea, porque eso de estar parados nos cuesta un montón. Hemos perdido esa capacidad de introspección y muchas personas lo que tienen es miedo porque no saben lo que se van a encontrar. Pero es que también tenemos que pensar que nadie nos ha enseñado recursos. Nadie nos ha enseñado técnicas, nadie nos ha enseñado a interpretar las emociones (…) ¿Cuál es el problema? Que no nos han enseñado en ningún momento a identificar las emociones, a comprenderlas, a regularlas, a tener técnicas, a tener estrategias…lo hemos ido haciendo más o menos como bien hemos podido, unas personas mejor y otras peor.

P: Digamos que hemos ido aprendiendo a regularnos un poco al tran tran, sin mucha base. Pero por lo que estamos viendo desde que empezó la pandemia -con la salud mental tan tocada- es que esas estrategias de regulación no valen para situaciones realmente adversas…

R: Nosotros, antes, teníamos una forma de regular las emociones de la que no éramos muchas veces ni conscientes. Podías tener un día un poco regular, pero bueno, luego te ibas a dar un paseo, quedabas con un amigo a tomar algo, salías, entrabas. O tenías un momento de mucho estrés en el trabajo pero luego te permitías una escapadita aunque fuera de un fin de semana a hacer un viaje. La pandemia corta esto, tanto el confinamiento como las restricciones de después: nos deja sin nuestras estrategias naturales, esas que hacíamos de regulación…¿ y qué es lo que pasa?, que nos hemos encontrado un poco en esa sensación de ¿ahora qué hago?, porque lo que yo estaba haciendo, ya no me vale  y ¿qué es lo que ocurre?, que me siento muchas veces francamente mal. De hecho, se han disparado muchos trastornos del estado de ánimo, desde depresión, ansiedad, trastornos obsesivos, trastornos de la conducta alimentaria, y además en todas las edades, niños, adolescentes y adultos…

Esto ya nos lo decían los griegos: si te conoces a ti mismo, vas a saber muy bien qué meta te puedes poner y qué meta es realista para ti (Silvia Álava, psicóloga)

P: Supongo que, como psicóloga, pensarás que todas las personas nacemos con el potencial para aprender a gestionarnos emocionalmente…

R: Lo que estás hablando es muy interesante, que todos nacemos preparados...sí que es cierto que todos nacemos, por así decirlo, preparados para aprenderlo. Pero luego, en nuestra vida, en nuestro día a día, va a depender mucho de la familia que nos ha tocado, si hemos tenido unos padres con los que hemos fomentado un vínculo de seguridad, un apego seguro, de si nos lo han enseñado en un determinado momento o no.

P: Y también va a depender de la genética. Hay un capítulo en el que hablas de eso…

R: Es que la genética y la personalidad también cuentan. Entonces, estas fórmulas mágicas…¡hay que huir de eso porque no existe una fórmula mágica que valga para todo el mundo, ojalá, sería muchísimo más fácil! Pero es que cada persona es un mundo diferente, y ahí influye la genética, influye el ambiente en el que has vivido, influye la personalidad. La personalidad, al final, es 50 % de la parte del temperamento que tiene más que ver con la genética y un 50% de la parte del ambiente en el que has vivido. Todo eso hay que tenerlo en cuenta, porque lo mismo que le vale a una persona, a mí no me vale, ¿por qué? Porque tengo unas diferencias individuales y una personalidad que no es la tuya.

P: Por eso, los mensajes Mr Wodeful tipo ‘querer es poder’ hay que cogerlos con pinzas…¿pueden llegar a frustrar mucho a una persona?

R: Y esa persona se va a sentir peor, porque va a decir…¿me estás diciendo que es mi culpa? Perdona, es que yo no he hecho nada para merecerme esto. Sí, creo que hay que tener mucho cuidado con esos mensajes de ‘si quieres puedes’. Mira, a veces podrás, a veces no podrás, depende de lo que te estés proponiendo. Hay una parte fundamental aquí, y esto no es que lo diga yo en el libro, es que está escrito en el templo de Apolo en Delfos, que es: ‘conócete a ti mismo’. Es que esto ya nos lo decían los griegos: si te conoces a ti mismo, vas a saber muy bien qué meta te puedes poner y qué meta es realista para ti.

P: Otro de esos mensajes que desafías en tu libro es el de ‘tienes que salir de tu zona de confort’…

R: Esto que nos han vendido de “es que siempre hay que estar creciendo, no te quedes en tu área de confort, siempre crecer, siempre crecer, siempre hacia arriba”… ¿Perdona?, es que habrá personas a las que en un momento determinado de su vida les apetece eso y que en otro momento de su vida lo que necesitan es cuidarse, o cuidar a sus hijos, a sus familiares mayores o lo que sea.

Damos por hecho que los pensamientos son siempre verdaderos; pues no, a veces sí y a veces no. Puedes poner en duda tus pensamientos (Silvia Álava, psicóloga)

P: Uno de los obstáculos para la felicidad de los que hablas en tu libro es la tecnología…

R: Sí, es que la tecnología en sí misma es buena, pero depende del uso que le des. Si le estás dando un uso que no es al apropiado y, en lugar de un uso es un abuso, pues es ahí donde empiezan los problemas. Entonces, no es que la tecnología sea mala, es que a veces no la utilizamos bien. Una de las cosas que hablamos en el libro es del móvil como anestesiador emocional (…)  Tengo tanto miedo a esa labor de introspección, o tengo tanto miedo a lo que estoy sintiendo, que lo quiero tapar. ¿Y qué es lo que hago? me anestesio. ¿Y cómo me puedo anestesiar emocionalmente?, con el móvil.

P: Porque la tecnología tiene esa capacidad de seducirnos…

R: Porque date cuenta que, además, las nuevas tecnologías están hechas -las redes sociales, por ejemplo- para atrapar. La atención sostenida la hace el aparato solo porque son estímulos que cambian muy rápido a nivel visual y auditivo con un refuerzo intermitente, entonces, es muy fácil engancharse. El problema de la tecnología es cuando estamos abusando, cuando no estamos dejando ese espacio para la introspección, o cuando ocurre lo que se llama el desplazamiento digital, que es que estoy dejando de hacer cosas que antes hacía.

P: Otra de las cosas que propones en tu libro es que prestemos atención a nuestro diálogo interno. Porque casi siempre nos creemos todo lo que nos contamos y no contemplamos la posibilidad de cambiar esa narrativa interna. Pero tú insistes en que sí la podemos cambiar…

R: Es que claro, somos reporteros de nuestro mundo, nos contamos las cosas. Pero el mundo no es un hecho objetivo que pasa delante de nuestros ojos y nosotros simplemente lo procesamos, no. El mundo está ahí y tú, para empezar, procesas la información que de forma inconsciente has decidido que es importante para ti. A veces de forma inconsciente, a veces de forma consciente. O lo que llamamos el sesgo cognitivo: como ya tenemos una idea en la cabeza, con lo primero que te vas a quedar es con todo aquello que confirme la idea que tú tenías previamente en la cabeza y tu hipótesis. Al final, nuestros pensamientos son hipótesis de la realidad. Nos vamos contando cómo es esa realidad. Y hay que caer en la cuenta y decir: pero, ¿ese formato de diálogo que tengo conmigo mismo y esas hipótesis de la realidad son realmente ciertas? Es que damos por hecho que los pensamientos son siempre verdaderos; pues no, a veces sí y a veces no. Puedes poner en duda tus pensamientos.

P: ¿Y si esos pensamientos son siempre positivos?, ¿también debemos cuestionarlos?

R: Es que el país de la piruleta no existe: pensar que todo es fantástico, que todo es maravilloso… Eso de “si piensas que todo te va a ir bien, te irá bien” o “hay que pensar en positivo”… Que no, que simplemente se trata de ser realista, que en lugar de pensar “esto es terrible, es horrible, es catastrófico, yo no voy a poder”,  a lo mejor pasa más por pensar: “esto es muy difícil, sí, me hace mucho daño y me genera frustración, pero si lo hago de uno en uno, seguro que voy a poder con ello”. Claro, es que cuando un pensamiento lo elevo a la categoría de ley universal, pues ya no dejo espacio para cambiar.

FUENTE: NiusDiario.es