Entradas

Qué es el ‘sharenting’ y cómo puede afectar a tus hijos que compartas fotografías suyas en redes sociales

Desde simplemente compartir una fotografía de tu bebé en tu cuenta, hasta influencers que ganan dinero compartiendo cada detalle de su vida en familia, el sharenting es una práctica popular en la era digital que tiene consecuencias para los menores. 

Por Magdalena Torga.

Menores de tres años con miles de seguidores de Instagram, padres y madres influencers ganándose la vida compartiendo momentos diarios (y privados) de su vida en familia, o tu amigo de toda la vida publicando una foto de su recién nacido en las historias de Facebook. A A todo ello se le denomina sharenting, una práctica propia de la era de las redes sociales en la cual los progenitores documentan y comparten en sus redes sociales momentos de las vidas de sus hijos e hijas.

El sharenting,

Un término construido en inglés con las palabras share (compartir) y parenting (paternidad), es un comportamiento extendido entre las nuevas generaciones, uno al que la mayoría no le ve maldad alguna, pero que puede traer peligros y consecuencias para los menores de edad expuestos. Nace de la necesidad humana de compartir y socializar, pero se vuelve peligrosa si no se tiene cuidado ni control sobre las personas que acceden al contenido.

“Internet se ha convertido en un escaparate en el que absolutamente todo se convierte en un producto, incluidas las personas”, afirma Irene Montiel, psicóloga jurídica. La experta explica que hay dos formas de hacer sharenting: una privada y respetuosa con autorización de los hijos y con un entorno controlado; y otra “pública, negligente y no consentida, que ofrece el contenido a cualquier persona que quiera asomarse a tu vida”.

Maternidad, lifestyle, care and gym

El último tipo de sharenting es uno que ha tomado gran fuerza en la última década, con creadores de contenidos que se dedican a compartir momentos familiares íntimos en las redes. Por ejemplo, Estefi Unzu (@Verdeliss), quien define su contenido como “Maternidad, lifestyle, care and gym”, acumula más de 2.12M de suscriptores en Youtube, y 1.4M de seguidores en Instagram. Vídeos como “Primer día de colegio de Miren” y “7 hijos y un recién nacido” acumulan más de 500 mil visualizaciones. Mientras, “El Parto en casa de Deva” llega a los 1.2 millones de vistas.

Un verdadero éxito de audiencia, que de acuerdo a la psicóloga Silvia Álava, se atribuye a la necesidad de valorar lo que otros hacen en familia. “Hay seguidores que lo hacen desde un punto aspiracional de ‘me gustaría ser como esta persona’, y otros que lo hacen por el tradicional cotilleo”, añade la también escritora.

Para Montiel, el consumo de este contenido en muchas ocasiones se mueve por la curiosidad o la necesidad de comparar nuestras vidas con los demás, pero advierte que “también hay personas que buscan activamente en las redes imágenes de niños y niñas con las que poder satisfacer sus deseos sexuales, aunque las imágenes no tengan ese tono”.

Una generación víctima del oversharing

La sobreexposición ha llevado a la generación actual de niños a tener infancias más públicas que nunca antes. Otra consecuencia del sharenting es la huella digital no consentida que crean los padres sobre sus hijos, especialmente si se hace un uso de las redes sociales irresponsable. Los menores pueden crecer y no estar de acuerdo con su presencia en redes, ya que el oversharing es un acto no consentido en la mayoría de los casos.

“Los padres no son realmente conscientes de los efectos que puede tener a nivel familiar”, explica Álava, que añade que un menor puede autorizar el uso de sus fotos, pero que es realmente responsabilidad de los adultos entender que la privacidad de ellos es sagrada. “Ha habido menores muy expuestos en redes sociales que al alcanzar la mayoría de edad han pedido a sus padres que eliminen el contenido”, concluye la psicóloga.

Las expertas destacan las consecuencias que pueden tener en la dinámica familiar una práctica irresponsable del sharenting. “Puede tener efectos sobre el bienestar emocional y psicológico de los menores, generando tensiones y conflictos con los padres y madres”, argumenta Montiel, que añade que, a nivel interno, los niños pueden ver afectada su autoestima o les puede generar cierta ansiedad social.

El mito del sharenting responsable

Entonces, ¿hay una forma realmente responsable de compartir contenido sobre tus hijos en redes sociales? Para Álava, la forma más segura de compartir el contenido familiar es no hacerlo a través de redes, sino hacerlo solamente con personas de tu círculo cercano y de confianza. “Es interesante pararnos y preguntarnos si realmente el resto de la humanidad necesita tener una foto de mi hijo o hija”, añade Silvia y recalca que la información y privacidad de los menores debería ser sagrada.

Desde la perspectiva de Irene Montiel, no hay forma de compartir contenido familiar de forma responsable, ya que “toda la información que se sube a la red es susceptible de acabar en manos de personas malintencionadas o empresas con intenciones puramente económicas”. Eso sí, la psicóloga jurídica añade que hay formas de hacerlo mejor utilizando canales cifrados de extremo a extremo, como WhatsApp, solicitando siempre el permiso de los menores y compartiendo solo con personas cercanas.

FUENTE: compromiso.atresmedia.com

¿Cómo disfrutar de las comidas y cenas de Navidad sin acabar discutiendo con la familia?

Estos días las agendas están llenas de celebraciones, comidas de empresa, cenas familiares, reencuentros con personas que hacía mucho tiempo que no veíamos… una oportunidad para disfrutar de la compañía o un peligro para que viejas rencillas salgan a la luz de nuevo…

¿Cómo podemos evitar esas situaciones incómodas? ¿Qué consejos podemos poner en práctica?

No te pierdas este nuevo podcast del espacio #pazmental

7 consejos para viajar con adolescentes. ¿Vacaciones o pesadilla?

Por Miriam Mascareñas

Te mueres por organizar tus vacaciones (ya te ves disfrutando de unos días de playa, ese destino internacional que llevas años persiguiendo o la desconexión en la montaña) y al mismo tiempo temes planificarlas porque ya imaginas las caras de desaprobación de tus hijos adolescentes. Y es que aunque llevabas años esperando disfrutar de un viaje familiar sin cargar con palas, cunas u estrictos horarios infantiles, temes que ellos te hagan haber preferido quedarte en casa. Silvia Álava, psicóloga del Centro de Psicología Álava Reyes y autora del libro Queremos que crezcan felices, nos da las claves para disfrutar de las vacaciones en familia y que estas no se conviertan en una pesadilla.

PLANIFICA EL VIAJE EN FAMILIA

A la hora de planear tus vacaciones siempre has de contar con la etapa vital en la que te encuentras: si tienes bebés, elegirás, por ejemplo, hoteles o apartamentos cerca de la playa, de fácil acceso, que te permitan no cargar durante mucho tiempo con todos los accesorios para jugar en la arena, biberones… Además, también debes tener en cuenta las necesidades familiares, el presupuesto, la cantidad de horas que quieres emplear en desplazamientos… ¡Y la opinión de tus hijos! «No se trata de dejarse que decidan o impongan sus deseos, sino de hacerles partícipes de la elección y la planificación de forma que sientan que su opinión cuenta«, recomienda Silvia Álava.

«Puede que tus hijos adolescentes te planteen la posibilidad de quedarse en casa solo. Personalmente, recomiendo no ceder ante esta idea a no ser que haya causas de fuerza mayor y siempre que puedan quedarse a cargo de un adulto responsable«, añade la psicóloga.

ESTABLECE NORMAS ANTES DE SALIR DE CASA

Si no quieres discutir o entrar en negociaciones durante las vacaciones, antes de viajar pacta unas normas con tus hijos. «Querrán salir hasta tarde porque todos sus amigos lo hacen, te pedirán cambiar los planes en el último momento, te chantajearán con malas caras… Si no quieres que ciertos comportamientos o discusiones arruinen el viaje, todo debe quedar claro y pactado antes de poner rumbo al destino«, recomienda Silvia Álava.

Así que, con una pizza entre manos, disponte a negociar: la hora a la que deben llegar a casa, el tiempo que deben dedicarle al estudio si es que han suspendido alguna asignatura, las actividades que se harán el familia, cuándo pueden usar el ordenador o el móvil, el tiempo del que dispondrán para estar con amigos… «Y déjales muy claro que las malas caras no serán recompensadas ni una herramienta válida para salirse con la suya«.

NO TE DEJES INTIMIDAR POR MALAS CARAS

Porque la mayoría de las ocasiones los padres se amedrentan frente a gestos de disgusto, respuestas cortantes, caras de aburrimiento… La psicóloga Silvia Álava, del Centro de Psicología Álava Reyes, afirma: «Hay que recompensar las buenas formas y no este tipo de actitudes pues en ese caso recurrirán a ellas a menudo como chantaje, ¡y no solo durante las vacaciones, sino siempre!«.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Los padres deben estar alineados en cuanto a normas se refiere. Así que si quieres evitar los tradicionales «mamá me dijo que podía…» o «papá me deja salir hasta más tarde…«, por ejemplo, tendréis que tomar decisiones conjuntas y manteneros firmes en ella o tus hijos adolescente desarrollarán una estrategia en base a vuestras discordancias.

SOIS SUS PADRES, NO SUS MONITORES DE TIEMPO LIBRE

«Muchos padres tienen miedo de que sus hijos se aburran y ante el más mínimo gesto se agobian y ofrecen a sus hijos actividades alternativas para paliar este estado«, asegura Silvia Álava. «Pero los niños y los adolescentes deben aprender desde pequeños a gestionar su tiempo (de estudio, libre, de actividades en familia…) así que es importante que se les dé esa libertad para que desarrollen esa capacidad, busquen sus propios estímulos y tolerar sus frustraciones. «

SIEMPRE EN POSITIVO

Véndeles el destino, los planes, las excursiones… siempre en positivo. (Y cuenta de antemano con sus quejas). «Pocas veces un adolescente te reconocerá que se lo está pasando bien«.

También debes contagiarles este espíritu y recórdarles que solo se atenderán sus sugerencias cuando estas se hagan de buenas formas y no con quejas o pataletas.

APROVECHA PARA MEJORAR UNA RELACIÓN TENSA

Si la relación con tus hijos está en un tira y afloja o es tensa, los expertos recomiendan aprovechar las vacaciones para llevarla de nuevo a buen cauce. «Muchas veces los padres proyectan su miedo a unas vacaciones complicadas y así ocurre. Por eso, hay que dejar los problemas apartados, en casa«, cuenta la psicóloga Silvia Álava..

LOS DESTINOS DE VACACIONES PREFERIDOS POR LOS ADOLESCENTES

«No hay una guía tipo», sentencia Silvia Álava y añade, «depende de las características e intereses de nuestros hijos y de las familias. Los más deportistas preferirán viajes de montaña, los jóvenes más sociales las ciudades o los pueblos donde puedan compartir tiempo libre con gente de su edad, los más tranquilos disfrutarán con planes relax en la playa, los cinéfilos preferirán viajes culturetas…»

FUENTE: telva.com

Acoso escolar: ¿Qué hacer cuando nuestro hijo es el que agrede?

Trabajar con el menor responsable del acoso es fundamental para erradicar conductas inapropiadas y brindarle la ayuda que necesita. Muchas veces, el acosador también es víctima.

Por NACHO MENESES

Qué ha podido fallar en nuestra familia

“Mi propio hijo no era consciente ni se había dado cuenta de que estaba haciendo acoso a uno de sus compañeros”, dice la madre de un menor de 14 años que recurrió a la Fundación ANAR, de Ayuda a los Niños y Adolescentes en Riesgo, en busca de ayuda. Solo durante 2021, la fundación recibió un total de 29.638 peticiones de ayuda por situaciones de acoso escolar, de las que atendieron 3.225 casos; la mayoría correspondientes a víctimas, porque las familias de los acosadores aún se resisten a reconocer el problema: “La toma de conciencia es difícil, porque cuesta mucho asumir que nuestro hijo o hija tenga actitudes violentas”, explica Diana Díaz, directora de las líneas de ayuda de ANAR. “Existe una resistencia psicológica que muchas veces es un mecanismo de defensa muy potente. Y eso nos lleva a preguntarnos qué ha podido fallar en nuestra familia y cómo hemos podido llegar hasta ahí”, añade. Y entonces surge la pregunta:

¿Qué podemos hacer si creemos que nuestro hijo o hija es culpable de acoso?

Ante todo, no minimizar el problema. Actuar. Evitar a toda costa los “no pasa nada”, “son cosas de chicos” o “tal vez le provocaron”. La no intervención hará que el problema se perpetúe en el tiempo a través de nuevos episodios con nombres diferentes y que, incluso, llegados a la edad adulta, se transformen en casos de violencia de género, maltrato o acoso laboral. El agresor, a fin de cuentas, es en este caso otro menor de edad que también necesita ayuda. “Tienen que establecerse unas consecuencias lógicas y coherentes con la situación ocurrida, que vayan orientadas a reparar el daño causado y en las que se trabaje la empatía: cómo te sientes, cómo has hecho sentirse a los demás… E incluso pedir ayuda psicológica, porque los padres de las víctimas enseguida vienen al psicólogo, pero los de los acosadores vienen agarrados por las orejas”, afirma Silvia Álava, psicóloga sanitaria y educativa. “Y si tienen que ir al centro a pedir disculpas, como padre o madre, he de conseguir que lo hagan. La violencia no puede ser gratuita, y pedir perdón es importantísimo”, esgrime Díaz.

Identificar todo lo que se esconde detrás de esta situación

Recurrir a la ayuda profesional es de vital importancia y ayudará a identificar todo lo que se esconde detrás de la situación de acoso. Porque, en ocasiones, los mismos agresores sufrieron un abuso en el pasado, y lo pueden estar reproduciendo; o provienen de un entorno familiar en el que la violencia está normalizada. Por eso es fundamental enseñarles a relacionarse de una manera diferente, a tener un comportamiento asertivo en lugar de agresivo y a trabajar la inteligencia emocional y la empatía. “En ocasiones, se trata de chicos, chicas o adolescentes que muestran comportamientos agresivos incluso hacia sus amigos o su propia familia. Insultan, amenazan, coaccionan o mienten; les cuesta mucho empatizar y no se suelen sentir culpables”, describe Álava. Son jóvenes que actúan de forma muy impulsiva, carecen de estrategias no violentas para resolver conflictos y suelen tener una baja capacidad de autocontrol y poca tolerancia a la frustración. “Y luego está el que es agresor porque se ve presionado y entonces apoya al agresor principal. Y, al hacerlo, también se convierte en acosador”, remacha Díaz.

Responsabilidad legal

Conviene recordar, además, que los progenitores tienen una responsabilidad legal sobre los actos de sus hijos en el centro escolar. Porque, aunque el menor tenga edad penal para responder sobre sus actos a partir de los 14 años, los padres continúan teniendo una responsabilidad civil, sea cual sea la edad, hablemos de 13 o de 17 años. La Fundación ANAR gestiona un chat y dos líneas telefónicas de ayuda: la propia (900 20 20 10) y la del Teléfono Contra el Acoso Escolar y los Malos Tratos, del Ministerio de Educación (900 018 018).

Para prevenir hay que empatizar

La prevención ha de empezar a trabajarse en casa y desde edades tempranas, porque si esperamos a hacerlo hasta los 17 años, es fácil que lleguemos tarde. “Practicar la empatía implica enseñarles a ser solidarios y a hacer cosas por los demás, para que vean que en el centro escolar se puede ser líder teniendo una actitud de cooperación”, cuenta la responsable de ANAR. Y añade: “Se debe favorecer muchísimo la cercanía, la comunicación y el diálogo con nuestros hijos e hijas desde las primeras etapas, para saber cómo es su día a día, cuáles son las mejores cosas que les han sucedido y las dificultades que han podido tener, sin olvidarse de fomentar el sentimiento de pertenencia dentro de la familia. A nivel preventivo, es necesario estar muy al tanto de con quién se relacionan y cuáles son los desafíos a los que se enfrentan. Y que te vean como un modelo de referencia y te puedan consultar cualquier duda o problema”.

La semilla de la atención y la comunicación

Sembrar desde el principio la semilla de la atención y la comunicación en el hogar familiar sirve para poner límites tanto en casa como fuera, y que entiendan que ningún objetivo justifica el uso de la violencia. Algo que puede lograrse consensuando las normas y asegurándonos de que están adaptadas a su edad. De esa manera, cuando el menor salga al exterior, sabrá manejarse adecuadamente. “Este es un mensaje muy poderoso para las familias: si yo justifico alguna forma de violencia, sea la que sea, al final estoy dando carta blanca a actuaciones que tienen que ver con la violencia”, reflexiona Díaz. La educación en valores hará el resto: trabajar la autoestima, la autonomía, la conciencia social, la confianza y la resolución de problemas.

En el centro escolar

La prevención, además, se puede y debe cultivar desde el centro escolar: tanto a nivel general, por medio de la celebración de distintos talleres y dinámicas, como dentro de cada aula. El III Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos, de ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, recoge algunas de las recomendaciones de los docentes, como el respeto a la diversidad; el fomento de la escucha, el diálogo y la comunicación; promover la cohesión del grupo y facilitar una metodología didáctica de trabajo cooperativo. “En el centro escolar tiene que haber una conversación necesaria que aborde el por qué y el para qué se ha recurrido a la violencia. Y a partir de ahí, ponernos en manos de profesionales que nos puedan ayudar”, sostiene Díaz.

La importancia de los testigos mudos

Resolver una situación de acoso pasa necesariamente por trabajar con los tres perfiles presentes en cualquier situación de acoso escolar: la víctima, el agresor y el espectador, que con su actitud puede validar e incluso animar los comportamientos violentos. Por eso, conviene enseñarles a no permanecer impasibles ante cualquier situación de abuso o acoso de la que puedan ser testigos. “Se ha de trabajar todo el clima del aula, e incluso de toda la escuela, para saber que aquí funcionamos desde el respeto; y que, en el momento en que haya una falta de respeto, esto se corta. En vez de decirles “tú, si ves algo, no te metas”, insistir en que lo primero de todo es defender a esta persona, ponernos en su lugar y no dejarla sola”, señala Álava. Y esto se puede hacer acudiendo a un profesor de la escuela, que puede ser incluso un mediador, porque hay muchos centros que tienen programas de prevención del acoso. Pero, ante todo, concluye, ni callarse ni mirar hacia otro lado.

FUENTE: elpais.com

Educación en valores y más tiempo en familia. Intervención en Código Samboal

Intervención en el programa Código Samboal, donde comentamos algunos de los consejos para contrarrestar los acontecimientos de acoso escolar y sexual que están saliendo a la luz en los últimos días.

15 mayo Día Internacional de las Familias

El Día Internacional de las Familias se celebra el 15 de mayo de cada año, con el fin de concienciar a la población sobre el papel que tiene la familia en la educación y la formación de los hijos desde la primera infancia, así como fomentar los lazos familiares y la unión familiar.

En el año 1994 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó este día oficial, tomando en cuenta que la familia es el núcleo central de cualquier sociedad.

Desde entonces, el Día Internacional de las Familias representa una fecha emblemática para resaltar el valor de la familia a nivel mundial. De ella depende que los seres humanos logren integrarse de manera sana y completa en su entorno y de esta manera alcanzar niveles de convivencia, donde se respeten las reglas y normas que rigen a la sociedad.

Naciones Unidas se centra este año en las megatendencias y su impacto en las familias

El trigésimo aniversario del Año Internacional de la Familia, 2024 (AIF+30), se centrará en las megatendencias y su impacto en las familias. Poner el foco en megatendencias como el cambio tecnológico, la migración, la urbanización, una población en crecimiento y el cambio climático, facilitará el análisis de sus repercusiones en la vida familiar y la recomendación de políticas orientadas a la familia para aprovechar los aspectos positivos de estas tendencias y contrarrestar sus efectos negativos.

El impacto del COVID-19 en las familias

La pandemia de COVID-19, que empezó siendo una crisis sanitaria, ha tenido consecuencias inusitadas en la economía, la educación y la nutrición, entre otros ámbitos de la vida, y ha afectado negativamente a la organización de los cuidados, la conciliación de la vida laboral y familiar, la igualdad de género y otros aspectos de la vida familiar.

LEA EL INFORME

La relación con la familia política. ¿Tenemos una competición?

¿Por qué se llevan tan mal teniendo tanto en común? Os damos algunas claves para intentar solucionar la situación.

¿Cómo consigo llevarme bien con mi suegra? En el programa Ya Es Mediodía

  • El Papa Francisco pide paz entre nueras y suegras del mundo
  • La gran mayoría de los problemas de pareja surgen de las relaciones con la familia política

Haz click en la imagen para ver el vídeo:

Silvia Álava - Ya es Mediodía

Hasta el Papa Francisco ha querido poner su granito de arena para mejorar la relación entre nueras y suegras del mundo. Pero, ¿Por qué se llevan tan mal teniendo tanto en común? La psicóloga Silvia Álava nos ha dado en ‘Ya es mediodía’ las claves para llevarnos bien con la madre de nuestro marido.

«Hoy en día la suegra es un personaje mítico. Siempre se dice que son malas. Pero son la madre de tu marido y/o de tu mujer… Son también madres. Una de las cosas más bonitas para las abuelas es ver a sus nietos. A veces son un poco especiales, pero han dado todo… Tened cuidado con vuestras lenguas. Es uno de los pecados de las suegras«, así pedía durante la homilía el Papa Francisco que las nueras y suegras del mundo intentaran llevarse bien.

Una relación que no suele ser buena, pero ¿Por qué se llevan tan mal las suegras y sus nueras? La psicóloga Silvia Álava nos ha explicado los motivos y nos ha dado algunas claves para intentar solucionar la situación.  

La experta asegura que muchos de los problemas surgidos en la pareja suelen proceder de la relación con la familia política. Y que esto puede suceder porque no intentamos empatizar y entender a la otra parte. Nos olvidamos de escuchar  a la otra persona y convertimos la relación en una competición en la que intentamos quedar por encima.

Silvia Álava resalta que las formas en las que nuestra familia politica gestiona los problemas o situaciones puede ser muy diferente a como lo hace nuestra familia o nosotros hemos aprendido, algo que no significa que sea ni mejor ni peor.

FUENTE: Telecinco.es

Estos son los propósitos más deseados para mejorar como familia en 2022. Colaboración con diario ABC

Por Laura Peraita SEGUIR

Los expertos señalan la importancia de marcar reuniones en las que los hijos también expresen sus deseos para incentivar un mejor clima familiar.

El comienzo del nuevo año supone el mejor punto de partida para marcarse la puesta en marcha de esos propósitos que se suponen que nos pueden ayudar a mejorar como personas, pero también como familia. Una de las mejores maneras de hacerlo es, según Silvia Álava Sordo, Doctora en Psicología, convocar una reunión familiar en la que estén todos sus miembros, no solo los adultos, y que se planteen qué quieren mejorar para que el clima familiar sea más favorable. «Es importante que los padres escuchen los deseos y propuestas de los hijos y reflexionen sobre lo que les dicen porque ayudará, además, a identificar sus necesidades y la situación en la que está la relación familiar en ese momento».

Entre los propósitos más ansiados por las familias destaca, en primer lugar, tener más tiempo juntos.

Así lo señala María Campo, profesora del master en Orientación Familiar de la UNIR, quien añade que los padres tienen una «necesidad imperante» de pasar más tiempo de calidad con sus hijos, para poder mirarles a los ojos, escucharles sin estar haciendo varias cosas al mismo tiempo o pensando en lo siguiente que deben hacer… «Es una lucha constante que les genera mucha frustración no conseguir».

Para lograr esta meta, el primer paso es que los padres consigan una buena organización y planificación de todas sus tareas «de tal manera —matiza— que se eviten las prisas y el estrés de, por ejemplo, los minutos previos de ir al colegio cada mañana para no acabar a gritos y que niños y mayores lleguen alterados a sus respectivos colegios o puestos de trabajo. Es necesario tener paciencia y respetar los ritmos de los más pequeños, dejar que hagan las cosas y no intervenir para que acaben antes, lo que les resta autonomía».

Lograr un ambiente de respeto.

«El respeto debe reinar en todos los hogares con letras mayúsculas —indica Álava Sordo— porque su presencia implica cariño, dulzura en el trato y que evitemos hacernos daño mediante acciones y frases incisivas. Implica también que tenemos en cuenta las emociones de los demás».

Esta Doctora en Psicología reconoce que no siempre es fácil mantener una actitud respetuosa porque en el día a día surgen muchas situaciones, personales y familiares, que nos pueden llevar al límite. Es en esos momentos cuando recomienda expresar nuestros sentimientos de nerviosismo, enfado, frustración o ansiedad y qué es lo que necesitamos para no estallar ante los demás. «No se trata de trasladar nuestros problemas de adultos a los niños, pero sí de compartir emociones para que no sean ajenos a nuestro sentir. Hay que perder el miedo a decir lo que sentimos porque eso nos ayudará a regular las emociones desagradables y a que nuestros hijos aprendan a reconocerlas y saber también cómo afrontarlas».

Hacer realidad el trabajo en equipo y la ayuda colaborativa.

«Los niños desde muy pequeños pueden responsabilizarse de ciertas tareas del hogar. Es importante que los padres eduquen en corresponsabilidad, no se trata de ayudar a mamá, consiste en que contribuyan para el buen funcionamiento de la organización familiar con su aportación».

Para no caer en el incumplimiento de estos propósitos, Silvia Álava Sordo recomienda realizar reuniones familiares esporádicamente para evaluar el seguimiento de estas metas. No deben ser encuentros forzados como, por ejemplo, todos los lunes, sino que los padres deben aprovechar ciertos momentos de relajación para fomentar la comunicación y felicitar por los logros conseguidos o reforzar, en el caso de ser necesario, la constancia en estos propósitos, para que no queden en el olvido.

Espacios para ellos mismos.

María Campo añade que los padres «deben contar también con espacios para ellos mismos; es decir, no abandonar sus aficiones para dedicarse al cien por cien a sus hijos. Deben cuidarse para sentirse bien y poder cuidar a los demás y ofrecer la mejor versión de sí mismos a sus hijos. Esta debe ser la motivación principal para no decaer en los propósitos marcados: pensar que todo lo que se hace es por el bien de los hijos». Y, advierte, «las metas no se pueden afrontar todas a la vez, hay que ir poco a poco para lograr resultados a medio largo plazo, del mismo modo que una persona no se puede plantear al mismo tiempo dejar de fumar, hacer ejercicio, ponerse a dieta y aprender idiomas. Todo lleva sus tiempo».

FUENTE: ABC Familia