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El juego, la educación de los niños y las Navidades

Varios expertos opinan sobre cómo deben ser los juguetes y los juegos, que no es lo mismo

Cada vez que nos acercamos a las fechas navideñas, los niños vuelven a tomar protagonismo. Se acercan fechas de vacaciones escolares, de reencuentros familiares alrededor de la mesa y con la familia y también llegarán regalos para la ilusión de los más pequeños. La sociedad consumista, a costa de campañas en los medios, mueve una cantidad increíble de recursos humanos y económicos en estas fechas.

Sus Majestades los Reyes de Oriente tienen la ayuda de los pajes y éstos a su vez, la ayuda de mucha gente que les da algún tipo de apoyo. Pero los psicólogos infantiles suman sus voces para destacar la importancia del juego en las diferentes fases del crecimiento de los niños y niñas, así como el juguete en sí.

Dedicar un tiempo (aunque no sea mucho) de manera cotidiana a jugar con nuestros hijos supone los fundamentos de un crecimiento y educación óptimos. La falta de todo contacto o dejar al niño o niña solo con un juego sin compartir ese tiempo está creando un peligroso caldo de cultivo que, con el tiempo, genera graves problemas de comunicación paternofilial en la adolescencia y puede motivar a los niños que van creciendo a mendigar el cariño de otros por la ausencia del calor de la familia.

La psicóloga Silvia Álava ha publicado, junto a otros quince profesionales de la psicología, un libro que resulta una guía para ayudar a padres y madres que no sepan muy bien cómo hacer algo como educar jugando. El libro se titula “El arte de educar jugando” y plantea los beneficio de que los niños jueguen, solos o no. En el planteamiento del libro se muestran teoría y prácticas de diferentes formas de jugar y educar al mismo tiempo. Según los autores se pueden trabajar diferentes habilidades del niño a través del juego, especialmente si se hace en familia. Se aborda desde diferentes tramos de edad, desde bebés hasta los 12 años.

El juego incluye también el deporte o la actividad física. Una de las cuestiones que aborda el libro y a la que parece que se presta más atención por parte de los padres es el del papel que tienen que jugar las pantallas en el juego. Son de una generación donde las pantallas deben formar parte del juego, pero donde debemos poner límites para evitar que se convierta en el único recurso o en el “aparca niños” de los padres.

FUENTE: menorcaaldia.com

«El arte de educar jugando», el mejor regalo para estas fiestas

Estas Navidades, te proponemos el mejor regalo.

El Arte de educar jugando, escrito por 15 profesionales de la psicología, ofrece a los padres una formación interactiva sobre cómo educar a sus hijos. ¿Estoy educando a mi hijo de una forma correcta?; ¿Puedo conseguir los resultados que quiero de una manera más sencilla?; ¿Estoy dando a mis hijos todo lo que necesitan? A través de esta obra, se tratan todo tipo de temas, desde cómo enseñar a relacionarse, hasta cómo fomentar su autonomía.

Cuestiones clave de la educación infantil

El objetivo es resolver varias de las cuestiones clave en la educación infantil actual, entre ellas, conocer cómo estimular su atención e inteligencia; cómo trabajar su seguridad y autoestima; cómo promover una correcta educación emocional; cómo enseñarles a cuidar su cuerpo o qué pautas deben seguir para introducirles en las nuevas tecnologías, además de dar respuesta a otras muchas preguntas.

Características del libro:

  • 15,21  €
  • Disponible en librerías y online
  • Editorial: Actitud de Comunicación / JdeJ Editores
  • 302 páginas

Dentro de la colección Tu Vida en Positivo

Este es el octavo título de la colección “Tu vida en Positivo”, que engloba una serie de libros donde diferentes expertos de distintos sectores ofrecen consejos para ser más felices, editado por JdeJ Editores y Actitud de Comunicación.

Vivir en positivo “es una actitud que afecta a todas las áreas de nuestra vida; desde el primer pensamiento de la mañana hasta cada uno de los pasos de nuestro día a día: la relación con la pareja, hijos, compañeros de trabajo y amistades”. En definitiva, sentirnos bien con nosotros y con quienes nos rodean.

Escrito por 15 autores y profesionales de la psicología

Este libro ha sido escrito por 15 autores y profesionales de la psicología, en concreto del ámbito infantil, especialistas en cada una de las materias que desarrollan en esta obra: Aroa Caminero Ruiz, Tatiana Fernández Marcos, Raquel Prieto Elipe, Isabel Quesada San José, Rosa del Rincón García, Bárbara Martín Martí, Lucía Boto Pérez, Sara Ríos Pérez, Nicolás Sánchez Álvarez, Gema Valenzuela Simón, Margarita Montes, Manuel Gámez-Guadix, Estíbaliz Mateos-Pérez, Carolina Cárcamo Vergara y la coordinadora de la obra, Silvia Álava Sordo.

Silvia Álava, además de la coordinadora de este libro, es autora de otras obras dentro de esta colección como “Queremos Hijos Felices (de 0 a 6 años)”, o “Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia”. Es doctora en psicología clínica y de la salud, psicóloga sanitaria y educativa, escritora y conferenciante. Combina esta actividad con la docencia universitaria, así como con la divulgación de la psicología en diversos medios de comunicación. Es la directora del área infantil Centro de Psicología Álava Reyes.

Para más información:

Actitud de Comunicación / Tel. 91 302 28 60 

¿Cómo estimular el cerebro de los niños en verano?

¿Cómo estimular el cerebro de los niños en verano? Mediante distintos juegos y técnicas se puede lograr un gran progreso en las capacidades del niño. A través de un ambiente adecuado lo padres pueden ayudar al avance de sus hijos.

Los primeros meses de vida son cruciales para el desarrollo cerebral de las personas. Es importante que los padres se preocupen por brindar un ambiente estimulante a los niños proporcionándoles las experiencias necesarias en cada etapa de su infancia. Como indica Aroa Caminero, psicóloga infantil y autora del primer capítulo del libro “El arte de educar jugando”, si los padres logran entender el funcionamiento del cerebro podrán desarrollar al máximo las capacidades del niño.

El verano es una época ideal para prestar atención al desarrollo de las capacidades de la niña o el niño.

Aunque el desarrollo de este órgano es un proceso continuo, se producen grandes avances en ciertos periodos de la etapa infantil, con momentos clave para adquirir determinadas habilidades o destrezas.

Para lograr este progreso la autora del capítulo nos ofrece estimular el cerebro de los más pequeños a través de distintas técnicas para diferentes etapas del niño. Desde el uso de portabebés, que permite al bebé comenzar a explorar y percibir el mundo desde la seguridad del contacto con sus padres, a la utilización de juegos de siempre como “Adivina adivinanza” que les ayuda a comprender mejor el lenguaje, asociar ideas y razonar de forma lógica.

“Soy una taza”.

En el libro también se ofrecen métodos para que los niños comiencen a adquirir autonomía y raciocinio junto con la estimulación del lenguaje a través de cuentos cortos, realizando juegos simples como terminar las palabras o frases de sus relatos favoritos, así como con canciones como “Soy una taza”.

Y es que el cerebro de los niños aprende mejor a través del juego. Actividades como “yo te superviso“ en el que el niño comprueba la tarea del adulto o “scattergories” donde debe escribir el mayor número de palabras que cumplan una regla, activan las bases cerebrales del placer y, al ser motivante en sí mismo, facilita el aprendizaje.

No solo eso, sino que el juego también permiten utilizar situaciones de la vida diaria como oportunidades para practicar nuevas habilidades. Porque todos los días se pone en marcha el razonamiento de los niños cuando estos desarrollan actividades cotidianas, y qué mejorar manera de razonar que divertirse jugando.

Dentro de la colección Tu Vida en Positivo

¿Estoy educando bien a mi hijo?; ¿estoy dando a mis hijos todo lo que necesitan? Estas son algunas de las preguntas de todo padre en algún momento de su vida. Para dar respuesta a estas y otras preguntas nace “El arte de educar jugando”, el octavo título de la colección “Tu vida en Positivo”, que engloba una serie de libros donde diferentes expertos de distintos sectores ofrecen consejos para ser más felices, editado por JdeJ Editores y Actitud de Comunicación.

Este libro ha sido escrito por 15 autores y profesionales de la psicología,

En concreto del ámbito infantil, especialistas en cada una de las materias que desarrollan en esta obra: Aroa Caminero Ruiz, Tatiana Fernández Marcos, Raquel Prieto Elipe, Isabel Quesada San José, Rosa del Rincón García, Bárbara Martín Martí, Lucía Boto Pérez, Sara Ríos Pérez, Nicolás Sánchez Álvarez, Gema Valenzuela Simón, Margarita Montes, Manuel Gámez-Guadix, Estíbaliz Mateos-Pérez, Carolina Cárcamo Vergara y la coordinadora de la obra, Silvia Álava Sordo.

De una forma lúdica se mejora no solo la dinámica familiar, sino que se ayuda a padres y profesores a trabajar con los niños las habilidades que los psicólogos consideran esenciales para su correcto desarrollo.

Silvia Álava, además de la coordinadora de este libro, es autora de otras obras dentro de esta colección como “Queremos Hijos Felices (de 0 a 6 años)”, o “Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia”. Es doctora en psicología clínica y de la salud, psicóloga sanitaria y educativa, escritora y conferenciante. Combina esta actividad con la docencia universitaria, así como con la divulgación de la psicología en diversos medios de comunicación. Es la directora del área infantil Centro de Psicología Álava Reyes.

FUENTE: EnPozuelo.es

¿Cómo mantener a tu hijo entretenido este verano? en Trece Al Día

¿Cómo mantener a tu hijo entretenido este verano? ¿Las pantallas son un recurso didáctico para ellos? ¿Qué juegos podemos realizar este verano? Respondemos a todas estas dudas en ‘TRECE Al Día’.

Haz click en la imagen para ver el vídeo:

Hemos estado en ‘TRECE al día’ para hablar de nuestro último libro «El arte de educar jugando», escrito junto a más de una decena de psicólogos, en el que da las claves para conciliar y mantener entretenidos a los niños en verano ante el cambio de rutinas o el mayor tiempo libre.

¿Qué podemos exigir a cada niño o niña?

«En educación es muy importante conocer qué podemos exigir a cada niño, a cada edad y en cada momento»

Para que una terapia funcione

«Para que una terapia funcione con un niño, niña, o adolescente, la variable que va a predecir el éxito es que la familia se implique.»

#Lafrasedeldía

Convertir las rutinas en juego, una alternativa para educar sin estrés

Convertir las rutinas en juego, una alternativa para educar sin estrés. Colaboración con NiusDiario.es

Por Aldara Martitegui

Educar es exigente pero no tiene por qué ser una fuente de estrés

  • Hablamos con la psicóloga infantil Silvia Álava, coautora del libro ‘El arte de educar jugando’
  • Reflexionamos sobre la necesidad cada vez mayor de muchos padres de aprender a educar: solo con amor no basta

Una de las cosas buenas que ha traído la pandemia, especialmente esos primeros meses de confinamiento, ha sido el despertar de conciencia de miles de padres y madres que se encontraron de la noche a la mañana con la terrible sensación de no tener ni idea de cómo gestionar a sus hijos en esa situación.

La pandemia sacó a muchos padres de las inercias, automatismos y rutinas que hasta entonces les habían permitido sobrevivir en el día a día: de casa al cole, del cole a las extraescolares, luego un rato de pantalla en casa, baño, cena y a dormir…Así, un día tras otro, sin un plan de acción ni un propósito concreto; en el mejor de los casos con la única guía de los patrones educativos aprendidos de nuestros propios padres.

Tal vez este boom de publicaciones para padres que estamos viviendo en los últimos meses, responda a esa necesidad de aprender a educar con la que recientemente nos hemos dado de bruces tantos padres. “Estamos viendo publicaciones de todo tipo, explica la psicóloga infantil Silvia Álava, para que cada padre y madre pueda elegir con la que se siente más cómodo y cubra las necesidades que tiene en estos momentos su hogar”.

El esfuerzo que implica educar

Álava acaba de publicar junto a un equipo de 14 psicólogos El arte de educar jugando (JdeJ Editores y Actitud de Comunicación, 2021), una obra que ofrece claves, juegos y ejercicios para mejorar la vida familiar de forma lúdica, a la vez que estimulamos la inteligencia y atención de los niños, fomentamos su autonomía, autoestima, habilidades sociales y regulación emocional.

“Educar implica esfuerzo, implica tiempo, implica dedicación. Por eso, el juego es una de las cosas que hemos querido rescatar en el libro; aprovechar rutinas del día a día para hacerlo. Por ejemplo, vamos a hacer la compra y entonces trabajamos la función ejecutiva y la planificación de que tienes que hacer la lista, de que vas a ser el ayudante; y el momento del sueño para aprender a relajarnos y dormir; y el momento del baño con los bebés para hacer estimulación multisensorial. Hemos querido rescatar mucha rutina para que no sea una mayor carga de trabajo”.

Para que no sea una carga, una fuente de estrés y de frustración.

Tantos años pasando consulta, esta psicóloga infantil sabe lo importante que es para el correcto desarrollo del niño, el estado desde el que educamos los padres; quizás lo hacemos demasiadas veces desde la frustración por nuestro empeño en que los niños sean quienes nosotros queremos que sean y hagan lo que nosotros queremos que hagan.

Por eso es tan importante en todo momento conocer muy bien qué les podemos exigir a cada niño a cada edad (Silvia Álava, psicologa)

“Una cosa muy importante, explica Álava, es saber qué es lo que hacen los niños en cada edad. Tengo que entender que es normal que un niño de primero de infantil tenga una rabieta en la puerta del colegio y que le tengo que acompañar. Pero si es de primero de primaria, ahí tendré que utilizar otro tipo de estrategia. Es muy importante en todo momento saber qué es lo que podemos pedir a los niños en cada edad. Antes de los 3 o 4 años todavía no está madura esa red de control ejecutivo, es decir, el niño no va a saber salir de su rabieta solo, no tiene estrategias de regulación emocional. Necesita que tú, como adulto, le saques. A partir de los 3-4 años, empieza a madurar. ¿Qué es lo que vas a hacer entonces? Acompañarle y darle estrategias. Y según van creciendo, cada vez van a ser ellos más solos, aunque puede que necesiten de nuestra ayuda. Por eso es tan importante en todo momento conocer muy bien qué les podemos exigir a cada niño a cada edad”.

Ajustarnos a la edad del niño

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Esta necesidad de ajustarnos en todo momento a la edad del niño para saber qué le podemos pedir y qué no (y que tanto estrés nos puede quitar) nos lleva inevitablemente a otra necesidad: la de aprender.  Porque no debemos caer en esa falacia, insiste Silvia Álava, de decir que con amor todo se puede y todo va a salir siempre bien…

“El amor es imprescindible, porque si no tenemos amor y cariño, tenemos todas, pero todas las papeletas del mundo para que ese niño o esa niña tenga problemas a nivel de salud mental y muchos otros. Pero con amor solamente no basta (…) Por ejemplo, hablamos muchísimo de que no hay que sobreproteger a los niños, ¿por qué? Porque hay mucha investigación detrás que nos dice que los niños cuyos padres tienen un estilo educativo más sobreprotector, es decir son más permisivos, están muy encima, están como ‘¡ay que no le pase nada, ya se lo hago yo, si total, a mí no me cuesta nada’…pues es cierto que les quieren muchísimo, pero están malentendiendo el amor paternal o maternal y, al final, lo que están haciendo es que les están dotando de muchas menos herramientas, de muchos menos recursos. Y cuando esos niños son mayores ¿qué pasa? que desarrollan menos habilidades socioemocionales, que tienen una menor autoestima, que están más inseguros, porque no han aprendido a resolver las cosas por sí solos. Si el mensaje es ‘trae que yo te lo hago porque a mí no me cuesta nada, porque te quiero un montón’, el niño o la niña lo que interpreta es ‘tú puedes, yo no puedo’. Y esto es un mazazo para su autoestima”.

Qué tenemos que aprender los padres

Álava recomienda a los padres aprender técnicas y procedimientos que estén avalados centíficamente; que haya estudios detrás; que haya una evidencia de por qué hay que hacer las cosas de determinada forma. Un buen ejemplo sería el de cómo poner normas y límites hoy en día a los niños.

“Hay que poner límites, pero también hay que explicar las cosas. O sea, cuando hablamos de poner normas y límites ha cambiado el modelo. Podemos decir que a nosotros nos educaban en el ‘hay que hacerlo porque yo lo digo, porque soy tu padre’… bueno, pues esto hoy en día no funciona. Sabemos que funciona mucho mejor el ‘te explico por qué hay que hacerlo, igual que te explico que hay una norma que es por ejemplo que se cruzan los semáforos en verde porque si no viene un coche y te pilla. Te explico que en esta familia nos tratamos con respeto’ ¿por qué? porque nos queremos mucho…En todo momento la norma o límite está claro, pero está explicado, y además está explicado siempre en términos que los niños y las niñas puedan entender”.

Para que una terapia funcione con un niño, niña o adolescente, la variable que va a predecir el éxito es que la familia se implique (Silvia Álava, psicóloga)

Responsabilidad

Otra idea interesante que apunta la psicóloga infantil es que, como padres, debemos tener la humildad de reconocer nuestra responsabilidad si nuestro hijo tiene algún problema por el que necesite ir a terapia. Es muy habitual que los progenitores dejen a sus hijos en la consulta del psicólogo como el que deja el coche en el taller.

“Esto de decir, me traes al niño y ya te lo devuelvo con el cambio de aceite hecho, esto no funciona así. Nosotros siempre trabajamos con la unidad familiar, porque los primeros que necesitan ayuda, por lo general, son los padres. Y si hay un problema y tú sigues haciendo exactamente lo mismo, le podemos enseñar al niño técnicas, le podemos enseñar recursos, pero al final ¿qué es lo que pasa?, que el origen del problema muchas veces no lo vamos a poder trabajar. Entonces, la terapia en el área infantojuvenil, siempre se hace con la familia. Es decir, a los padres se les da pautas (…) Siempre hay una cosa que es fundamental y es que para que una terapia funcione con un niño, niña o adolescente, la variable que va a predecir el éxito es que la familia se implique. Cuando la familia no se implica y tú solamente puedes trabajar con el menor, muchas veces decimos que le ayudamos, pero que es un poco paliativo. Ese niño o niña va a estar mejor porque evidentemente le estamos ayudando, le estamos dando herramientas, de cómo ponerse las tiritas, le estamos diciendo un poco cómo manejarlo. Pero no es lo mismo cuando tú tienes la posibilidad de trabajar con todo el sistema y trabajar con los padres, porque si ellos no cambian, es muy complicado que cambie la situación”.

Juegos y rutinas

No siempre esos cambios tienen que venir de mano de la terapia. No siempre hay que esperar a que nuestro hijo tenga un problema para ponernos manos a la obra y aprender. Muchas veces basta con propuestas -como la que hace Silvia Álava en su último libro- de educar a través del juego, o mejor dicho impregnar de juego las rutinas diarias, con el propósito de educar; con el propósito de canalizar el amor y el cariño hacia donde mejor podamos contribuir al correcto desarrollo de nuestros hijos.

FUENTE: NiusDiario.es

Libro escrito por: Lucía Boto, Aroa Caminero, Carolina Cárcamo, Tatiana Fernández, Manuel Gámez, Bárbara Martín, Estíbaliz Mateos, Margarita Montes, Raquel Prieto, Isabel Quesada, María Rosa del Rincón, Sara Ríos, Nicolás Sánchez, Gema Valenzuela y Silvia Álava.

Las emociones son las grandes olvidadas del sistema educativo. Entrevista para Sapos y Princesas

Silvia Álava es doctora en psicología clínica y de la salud, psicóloga sanitaria y educativa, escritora y conferenciante. Combina esta actividad con la docencia universitaria, así como con la divulgación de la psicología en diversos medios de comunicación. Asimismo, es la directora del área infantil Centro
de Psicología Álava Reyes.

Hablamos con ella sobre el libro El arte de educar jugando, del que es coordinadora. Un ejemplar que aborda temáticas clave en la educación de los niños de hoy en día: la estimulación de su atención y su inteligencia; la autonomíalos límites; la seguridad y la autoestima o la educación afectivo-sexual, entre otras, y que aglutina valoraciones y propuestas de 14 expertos en psicología infantil

 Escucha aquí la entrevista completa:

Sapos y Princesas · Entrevista- Silvia Álava – El Arte de Educar Jugando


El arte de educar jugando

El arte de educar jugando

Si tienes este libro en tus manos, ¡enhorabuena! El arte de educar jugando, dos conceptos, educar y jugar, comentados con ejemplos por 14 especialistas en diversas temáticas. Ya seas padre, madre o docente lo importante es que eres consciente de que has iniciado un viaje apasionante y a la vez de gran importancia y responsabilidad: ocuparte de la educación de uno o varios niños. Como habrás oído en multitud de ocasiones, es un proceso precioso, pero no exento de dudas, momentos difíciles y cierta incertidumbre; ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Hay una forma más fácil de conseguir los resultados esperados? ¿Estoy dándole a mis hijos o alumnos lo que necesita?

Es normal sentir inseguridad y es bueno admitirlo, ya que es lo que nos anima a buscar respuestas y a mejorar. A lo largo de este libro iremos abordando varias temáticas que entendemos primordiales en la educación de los niños de hoy en día; por ejemplo, cómo estimular su atención y su inteligencia; cómo trabajar la seguridad y la autoestima; cómo promover una correcta educación afectivo-sexual; cómo enseñarle a cuidar de su cuerpo o qué pautas debemos de seguir para introducir las nuevas tecnologías, entre otras muchas cuestiones. Cada capítulo ha sido escrito por un psicólogo diferente, experto en el tema, que nos va sugiriendo cómo hacerlo, con juegos y dinámicas con las que además de pasar un divertido tiempo en familia, trabajaremos áreas que son fundamentales en el correcto desarrollo de los menores.

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Silvia Álava también es autora de otras obras como Queremos hijos felices o Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia.

FUENTE: Sapos y Princesas

Aprender jugando, vital para que los niños crezcan felices y seguros de sí mismos

‘El arte de aprender jugando’ es una iniciativa conjunta de 15 psicólogos para favorecer el desarrollo integral de los menores de una manera entretenida y adaptada a cada franja de edad.

Por NACHO MENESES Madrid 

Criar a un hijo de la mejor manera posible, cubriendo sus necesidades y facilitando un desarrollo pleno y feliz, es sin duda un objetivo irrenunciable para cualquier padre o madre. Una carrera de fondo llena de incertidumbres en la que es común cuestionarse si podríamos hacerlo mejor, especialmente cuando la pandemia que vivimos impone desde hace más de un año una carga sin precedentes para grandes y pequeños: estrés, inseguridad, falta de contacto social, trabajo y educación a distancia… “Hay un montón de necesidades emocionales que atender, y eso hace que los niños nos necesiten más que nunca, que estemos presentes en su vida”, afirma Silvia Álava, psicóloga infantil y autora, junto a otros 14 especialistas, del libro El arte de educar jugando (JdeJ, 2021).

No se trata de ofrecer fórmulas mágicas

No se trata de ofrecer fórmulas mágicas, sino de resaltar la importancia del juego como herramienta educativa: “Los menores pasan gran parte de su vida jugando y cuando lo hacen desarrollan muchos procesos, no solamente a nivel cognitivo (la concentración, la atención, la memoria, el razonamiento lógico…), sino también a niveles de seguridad, autoestima o habilidades sociales”, explica Álava. “Podemos conseguir educarles poniendo en valor los juegos o las actividades y la familia, porque al final no es solo el valor educativo de lo que aprenden, sino la cohesión que existe en el hogar, la conexión que conseguimos con ellos y cómo podemos fomentar ese apego, ese vínculo”.

Estimular su cerebro; fomentar el desarrollo de la atención, de las habilidades sociales o de la inteligencia emocional; o desarrollar su autoestima, su seguridad y su pensamiento crítico son algunos de los aspectos que se abordan en esta obra, sin olvidar el educarles en las nuevas tecnologías e igualdad de género y cómo conseguir una correcta educación afectivo-sexual. A través de actividades y juegos en familia, se trabajan áreas que son fundamentales para el desarrollo de los menores, de la mano de psicólogas y psicólogos expertos en cada área. Y se hace aprovechando muchas veces situaciones cotidianas, para que ello no constituya una carga adicional para los padres.

Una habilidad por capítulo

En cada capítulo, se presenta una habilidad, se explica por qué es importante y se proponen juegos y actividades para hacer todos juntos y divididos por edades (de cero a tres, de tres a seis, de seis a nueve y de nueve a 12). “En el de la inteligencia emocional, por ejemplo, explicamos que es esa capacidad que todos tenemos para percibir las emociones en nosotros mismos y en los demás. Todas las emociones son buenas, porque nos dan información para tomar decisiones, comprenderlas y poder regularlas”, cuenta Álava. “Cuando los niños tienen un problema emocional o de autorregulación, el aprendizaje puede verse afectado en un 30 o 40 %”, añade la experta.

Para trabajar el autocontrol con los más pequeños, por ejemplo, hay un juego llamado Esta vez gana el último, que consiste en una carrera de caracoles en la que el objetivo es ir despacito sin llegar a quedarse parados, y que puede alternarse añadiendo otras órdenes para que de repente sean liebres (y vayan deprisa) o ranas (y vayan saltando). “Y en el capítulo de hábitos de vida saludables, introducimos actividades lúdicas para conseguir que los niños aprendan a irse a la cama a su hora, a no protestar y el por qué es necesario ir ralentizando el ritmo de nuestra rutina en las últimas horas de la tarde, proponiendo tareas como leer un cuento”, añade.

La psicóloga Silvia Álava.
La psicóloga Silvia Álava.

Estimular su cerebro y su capacidad de atención

El hecho de que el cerebro de los niños esté en constante evolución hace que las capacidades que tienen a nivel sensorial, motor, cognitivo o socioemocional sean diferentes en cada momento vital. “Por lo tanto, va a ser fundamental que, a la hora de educar, nos ajustemos a esas características y a esas capacidades”, explica Aroa Caminero, neuropsicóloga infantil y coautora del libro. Además, “sabemos que se aprende mucho mejor a través de las emociones positivas y que los niños, cuando hacemos con ellos juegos y otras actividades lúdicas, están activando las áreas cerebrales del placer, de la curiosidad y de la motivación”.

El momento de ir al supermercado es una buena oportunidad para estimular estos procesos cognitivos. “Los papás de niños pequeños pueden llevarlos cuando la compra sea un poco rapidita, y si pueden ponerles en un carrito de su tamaño, mejor, porque estarán entretenidos y además estimularán la parte motora”, explica. “A partir de los seis años, podemos aprovechar para que nos ayuden a hacer la lista de la compra, y que sean los encargados de ver lo que tenemos que coger y lo que no. Y en la última etapa, cerca de los 12 años, nos pueden ayudar no solamente a ahorrar, sino también a hacer un planning de los gastos domésticos para que podamos utilizarlo de manera conjunta y que aprendan también toda la parte de razonamiento matemático, de priorización…”

Capacidad de prestar atención

Otra de las habilidades que se trabajan es la capacidad de prestar atención, una herramienta que dotará a estos niños de constancia y perseverancia para sus actividades diarias, lo que les permitirá a la larga llegar a conseguir mayores éxitos. “Además, prestar atención es una condición necesaria para que puedan aprender conceptos nuevos y memorizarlos”, argumenta Tatiana Fernández, doctora en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Autónoma de Madrid y coautora de esta obra. Un aspecto que, como con el resto de áreas, se trabaja de diferente manera según la edad del menor.

De cero a seis años, por ejemplo, la atención es principalmente involuntaria, de manera que las actividades se centran en trabajar el autocontrol y la paciencia, para que aprendan a esperar para conseguir aquello que desean (por ejemplo, una pintura). A partir de los tres, pueden practicar encontrando la salida de laberintos con lápiz y papel, o pintando mandalas que deben terminar usando distintos colores; de seis a nueve se puede entrenar la atención selectiva, retándoles a que encuentren cosas; y de nueve a 12, cultivar la atención al detalle a través de, por ejemplo, distintos tipos de manualidades.

La importancia del pensamiento crítico y de la autoestima

El pensamiento crítico se refiere no solo a la capacidad de identificar, evaluar, clasificar e interpretar lo que está a nuestro alrededor, sino que influye también en el desarrollo de la creatividad, la resolución de conflictos, la empatía, la autonomía, la autocrítica y la adaptación a las situaciones nuevas. “Cuando un niño no ha sido educado en el pensamiento crítico, aumenta la posibilidad de que sea arrastrado, por ejemplo, por manipuladores emocionales, el abuso de sustancias o comportamientos delictivos solo por la necesidad de aprobación de sus iguales”, afirma Bárbara Martín, coautora. “Fake news, phishing, viralidad, cultura de la posverdad… Dotar a los niños de pensamiento crítico les ayudará a no creer todo lo que ven, leen y escuchan, y podrán formular sus propias conclusiones para decidir de una manera informada”, explica.

Fomentar un correcto desarrollo de su autoestima es otro de los aspectos fundamentales. “Un niño con una fuerte autoestima es un niño que se siente satisfecho, que se quiere a sí mismo y que es capaz de disfrutar en las diferentes situaciones, encajar en el grupo y aprovechar los recursos de los que dispone. En definitiva, se convierte en una persona feliz, que es lo que evidentemente queremos para nuestros hijos”, explica Lucía Boto, autora de este capítulo. Según mantiene la experta, es necesario validarles, dedicarles tiempo en exclusiva y hacer que se sientan importantes para reforzar su seguridad en sí mismos.

Vencer el miedo y fomentar las habilidades sociales

Para Silvia Álava, resulta fundamental dotar a los niños de estrategias y herramientas para que puedan enfrentarse a situaciones de la vida cotidiana, porque en caso contrario “no se sienten capaces de aprender igual que los demás, o creen que necesitan siempre a sus padres para que les resuelvan las situaciones del día a día”. “Herramientas entre las que no se puede obviar una gestión adecuada del miedo”, prosigue, “ya que esta emoción es parte de su desarrollo evolutivo”. Según mantiene Álava, las actividades del libro tienen como objetivo que los padres y madres comprendan cómo sus hijos pueden manifestar esta emoción, y que los puedan acompañar de forma adecuada a través del juego.

Pero ¿qué pueden hacer los adultos al respecto? “Primero, recordar que cada niño o niña puede manifestar más un miedo que otro, o ser más sensible, y eso no nos tiene en principio que preocupar”, cuenta Gema Valenzuela, especialista en conducta infantil, trauma y apego. “En estas situaciones es importante estar calmados (…) y ofrecerles seguridad para que vayan interiorizando la creencia de que el mundo es un lugar seguro. Y el juego mejora la percepción que tienen de nosotros como figura de seguridad”, incide.

Contacto con los demás

Si hay un aspecto de nuestras vidas que se ha visto mermado a causa de la covid es el contacto que tenemos con los demás. “Y precisamente por eso cobra especial relevancia el que, como padres, se trabaje este aspecto con los niños, porque, al final, no son habilidades innatas, y si no las trabajamos con ellos, no las van a aprender de una manera adecuada”, explica Sara Ríos, psicóloga sanitaria del Instituto Psicoeducativo Elea: “Tanto en lo que respecta a las habilidades sociales básicas (cómo escuchar al otro, iniciar o terminar una conversación sin ser brusco) como complejas (toma de decisiones, el saber decir que no y hacerlo de una manera correcta…)”.

“Aunque de cero a tres años los niños no son socialmente activos, es bueno que le vayamos acostumbrando a que estén con gente. De tres a seis empiezan a tener sus primeras relaciones sociales, y se puede enseñarles a saludar y presentarse a los demás a través de actividades como un teatro de presentaciones”, detalla Ríos. “De seis a nueve, sus relaciones son algo más intensas y van apareciendo conflictos y, según nos acercamos a los 12, las relaciones sociales ya son algo vital, y por eso es bueno que las consolidemos y que las trabajemos con ellos”, termina esta experta.

FUENTE: ElPaís.es

Libro escrito por: Lucía Boto, Aroa Caminero, Carolina Cárcamo, Tatiana Fernández, Manuel Gámez, Bárbara Martín, Estíbaliz Mateos, Margarita Montes, Raquel Prieto, Isabel Quesada, María Rosa del Rincón, Sara Ríos, Nicolás Sánchez, Gema Valenzuela y Silvia Álava.

«El aburrimiento es clave y fundamental para el correcto desarrollo de los niños» Entrevista en elconfidencial.com

La psicóloga infantil, junto a 14 especialistas, acaba de publicar ‘El arte de educar jugando’. Charlamos con la experta sobre niños criados entre algodones, la sobreestimulación de los niños y otras cuestiones.

Por Fran Sánchez Becerril

¿Estoy educando bien a mi hijo?; ¿estoy dándole todo lo que necesita? Estas son algunas de las muchas preguntas que todo padre y madre se ha hecho en algún momento a lo largo de su vida. Unas dudas que son completamente normales, ya que los niños no vienen con una manual de instrucciones.

Para dar respuesta a estas y otras muchas cuestiones, un total de 15 psicólogos, coordinados por la psicóloga infantil Silvia Álava, han escrito el libro ‘El arte de educar jugando’ (JdeJ, 2021). Se trata de una obra en la que se abordarán varias temáticas primordiales en la educación de los niños de hoy en día como, por ejemplo, cómo estimular su atención y su inteligencia; cómo trabajar la seguridad y la autoestima; cómo promover una correcta educación afectivo-sexual; cómo enseñarle a cuidar de su cuerpo o qué pautas hay que seguir para introducir las nuevas tecnologías, entre otras muchas cuestiones.

Cada capítulo ha sido escrito por un especialista diferente, experto en cada materia, que va sugiriendo una metodología, con juegos y dinámicas con las que, además de pasar un divertido tiempo en familia, se trabajan otras áreas fundamentales en el correcto desarrollo de los menores.

Charlamos con la coordinadora del libro sobre la importancia de los juegos en la educación, los hijos criados ‘entre algodones’, la sobreestimulación de los niños y la autonomía de los más pequeños, entre otras cuestiones.

PREGUNTA. ¿Los padres tienen alguna forma de saber si están educando bien a sus hijos?

RESPUESTA. Si se están planteando si están educándoles bien o no, eso significa que van por el buen camino. Si somos capaces de pararnos a reflexionar y pensar si hay otro tipo de educación posible, o si hago lo que mi hijo necesita, significa que tenemos el foco puesto en hacerlo bien.

Eso sí, no hay que quedarse solamente en el planteamiento. Tenemos muchísima información, así que vamos a preocuparnos de hacer lo correcto para uno de los trabajos más importantes de nuestra vida, criar a nuestros hijos. Igual que para nuestro entorno laboral hacemos un montón de máster y cursos; para la educación de los pequeños hay que leer, estar informados y, sobre todo, saber que lo que estamos haciendo sigue una evidencia científica.

P. ¿Cómo de necesarios son los juegos en la educación?

R. En este libro hemos querido destacar el valor potencial que tiene el juego como herramienta de aprendizaje. No somos conscientes de que cuando los niños están jugando no solo se divierten, también están trabajando muchísimos procesos de aprendizaje, como puede ser la planificación, la organización, la memoria, la velocidad con la que procesan la información, temas emocionales, entrenar las habilidades sociales, fomentan la creatividad…

Hemos querido rescatar todo este potencial que el juego tiene en el aprendizaje y también más allá del aprendizaje. Podemos utilizar también los juegos para educar a los niños en determinados valores, como la importancia del perdón o a cuidar su cuerpo.

Contra la idea antigua de que ‘la letra es que sangre entra’, la evidencia científica y la neurociencia señalan todo lo contrario. Las emociones negativas bloquean el aprendizaje, incluso se puede llegar a dar una indefensión aprendida, que provoque que el niño se bloquee tanto que no llega aprender. Y, sin embargo, las emociones agradables potencian los aprendizajes.

P. ¿Hay alguna forma de saber cuánto tiempo y recursos debemos invertir en la educación de los niños?

R. Tenemos que pensar que no existen fórmulas mágicas, ni consejos que valgan para todos los niños por igual. Lo primero que hay que hacer es pararse y analizar muy bien qué es lo que necesita tu hijo, porque dos niños pueden necesitar dos cosas diferentes.

«No existen fórmulas mágicas, ni consejos que valgan para todos los niños por igual»

Se trata de dejar ir de en automático, que es lo que solemos hacer por las prisas del día a día. Debemos educar desde la conciencia y utilizando la rutina a nuestro favor, trabajando una serie de procesos de aprendizaje. Pero también debemos utilizar el juego y hacerlo desde la conciencia. Es tan importante que me pare a observar muy bien qué hace y dice mi hijo, como qué no hace y no dice. Tendemos a darles más atención en negativo, cuando no obedecen, que cuando sí que están haciendo lo correcto.

P. ¿Cómo de importante es estimular el cerebro de los niños independientemente de la edad que tengan?

R. Es fundamental tener una estimulación constante. Para que los niños crezcan sanos, felices y se desarrollen correctamente es necesaria esta estimulación, que muchas veces los padres no saben que pueden hacer con juegos en las rutinas cotidianas. Por ejemplo, cuando son bebés lo que más necesitan es la estimulación multisensorial. En este caso, podemos aprovechar el tiempo del masajito después del baño para hacer toda esta estimulación. Según van creciendo podemos utilizar otro tipo de juegos en las rutinas.

Es fundamental caer en la cuenta de que nosotros vamos estimulando los procesos de aprendizaje de los niños y esto no significa que tengamos que hacer de profesor. No somos el maestro, somos sus padres, y debemos entender que a través del juego muchos de los procesos se van a consolidar. El niño necesita explorar, llevarse cosas a la boca cuando es bebé, luego hacer torres con las que va trabajando la coordinación, trabajar la memoria haciendo puzles… No se trata tanto de enseñar conceptos teóricos, sino utilizar esos juegos para trabajar aprendizajes básicos.

También hay que entender muy bien, como mostramos en el libro, que no tiene nada que ver el cerebro de un niño de 2 años y cómo se estimula, con el de uno de 10. Siempre tenemos que entender el proceso madurativo que está siguiendo cada niño y qué podemos exigir en cada momento.

P. ¿Cómo podemos conseguir que los hijos presten atención?

R. Las fórmulas mágicas no existen. Lo único que es fundamental es entender muy bien qué podemos pedir en cada edad. Que un niño de dos años nos preste atención un minuto es una maravilla y eso hay que reforzarlo. Se trata de ir pidiéndole con cada edad lo que pueden hacer e irlo fomentando.

«En el tema de atención es fundamental evitar elementos de distracción»

En el tema de atención hay una cosa que es fundamental: evitar elementos de distracción. Hay ocasiones en las que pedimos que nos presten atención con la televisión encendida, la música puesta y mientras enredan con la ‘tablet’; y, claro, tienen tantos estímulos que tienen que aprender a centrarse en uno solo para prestar atención.

P. ¿Y qué hacemos con esta cantidad de estímulos que pueden tener y qué hacen que les cueste prestar atención?

R. No se trata de quitarles los estímulos, pero sí de ir buscando determinados momentos en los que no estén sobreestimulados para captar su atención. Tenemos el problema de que intentamos constantemente que no se aburran, pero no pasa nada porque en un determinado momento se aburran y aprendan a entrenarse ellos solitos. Por ejemplo, pueden jugar por ellos mismos o hacer ciertas actividades para trabajar la lógica.

P. ¿Debemos reclamar la importancia del aburrimiento en el aprendizaje?

R. El aburrimiento es clave y fundamental para el correcto desarrollo de los niños. Es muy típico lo de escuchar la frase de “papá, mamá, me aburro”, que dé un miedo espantoso y rápidamente tratar de entretenerle. No hay documentada todavía ninguna muerte por aburrimiento. No pasa nada porque los niños se aburran. De hecho, es muy bueno. De este modo aprenden a desarrollar la creatividad, entretenerse por ellos mismos y, sobre todo, es fundamental aprender a estar solo con ellos mismos, sin necesidad que una persona o una cosa (una pantalla) les entretenga.

«Los niños tienen que estar a gusto consigo mismos y ser capaces de quererse solos»

Hay algo que es fundamental, la única persona que tenemos garantizada que nos va a acompañar durante toda nuestra vida somos nosotros mismos. Si no somos capaces de estar a gusto con nosotros mismos, en el momento que fallan los estímulos y necesitamos alguien, tenemos un problema, uno grave. Tenemos que enseñar a los niños en función de la edad, desde que son pequeños, a que tienen que estar a gusto consigo mismos y que tienen que ser capaces de quererse solos.

P. ¿Qué consejos darías a los padres para que sus hijos desarrollen la inteligencia emocional y el autocontrol?

R. Le damos mucha importancia a los aprendizajes formales y no nos damos cuenta de que cuando los niños no tienen una buena capacidad de regulación emocional, interfiere en el aprendizaje. También es una de las cosas fundamentales para tener una buena salud mental y equilibrio emocional.

Lo primero que tenemos que hacer es poner las emociones sobre la mesa. Vamos a hablar de emociones, qué es lo que estamos sintiendo y qué es lo que están sintiendo. Lo primero que tenemos que tener claro es que somos los adultos de referencia y lo que hacemos les sirve de modelo.

«Hay que enseñarles estrategias para que puedan ir regulando sus emociones»

También debemos enseñarle un vocabulario emocional básico. Por ejemplo, saber responder al “¿cómo estás?”, no solo de modo políticamente correcto. Entender las emociones, empezado por las básicas y después siguiendo con las complejas, comprendiendo para qué sirve cada emoción. Sobre todo, hay que enseñarles las estrategias para que puedan ir regulando sus emociones. Les vamos a tener que acompañar, porque hasta los 3-4 años no madura ese control ejecutivo que regula las emociones. Hasta entonces le acompañas y vas dando pequeñas herramientas, como pueden ser estrategias de relajación.

P. ¿Cómo de importante es fomentar la autonomía de los hijos?

R. Es fundamental. Queremos que los niños sean felices, pero si no son autónomos va a ser muy complicado. Será difícil que te sientas feliz y seguro si no eres capaz de resolver las cosas por ti mismo. Debemos irles acompañando para que ellos aprendan a hacer las cosas solitos.

En este sentido, podemos utilizar la metáfora de enseñar a un niño a montar en bicicleta. Primero le das un triciclo, luego una bici con ruedines, después le quitas uno, luego el otro y todo este proceso le acompañas y supervisas hasta que lo sepa hacer solo. Habría que actuar así con casi todo. Aunque sea más cómodo vestirle cada mañana, lo mejor es levantarle a una hora adecuada para que lo pueda hacer él mismo y aprenda.

«El mayor error que cometemos hoy en día en educación es la sobreprotección»

P. ¿Están criando cada vez más padres a sus hijos ‘entre algodones’?

R. El mayor error que cometemos hoy en día en educación es la sobreprotección. Malentendemos el amor paterno y materno y sobreprotegemos a los niños. Un ejemplo son los padres que dicen aquello de “es que no me cuesta nada prepararle la mochila y llevársela”. Pero en esta situación tenemos que analizar dos cosas: la primera es que no aprende y la segunda es que interfiere en su autoestima. Cuando el niño ve que ese “ya lo hago yo” y que le tienen entre algodones, el mensaje con el que se queda es “tú no puedes hacer esto, pero yo sí”; y esto es tremendo para el desarrollo de su autoconcepto y su autoestima. Tener a un hijo entre algodones es uno de los mayores errores que se cometen en educación.

P. ¿Un padre puede llegar a hacer ‘inútil’ a su hijo?

R. En nuestro centro de psicología vemos en algunas ocasiones niños que vienen porque aparentemente tienen un problema de aprendizaje o de otro tipo. Pero al final observamos que en realidad no son problemas de aprendizaje, sino que no le han enseñado cómo hacer las cosas. No le han dotado de estrategias, ni herramientas para que pueda desenvolverse por él mismo. Hay que tener mucho cuidado, porque a veces hacemos a los hijos inútiles funcionales. Si no se enseña, el niño no aprende.

P. En esta sociedad tan polarizada, ¿cómo de importante es fomentar que los niños tengan un pensamiento crítico, en lugar adoctrinarlos con los pensamientos de sus padres?

R. Tenemos que fomentar el pensamiento crítico con preguntas como “¿Tú que crees, qué piensas?”. Ese, “tienes que pensar como yo” es tremendamente nocivo. La pandemia es un buen ejemplo. Es necesario el pensamiento crítico para saber diferenciar un hecho de una opinión. Además, deben aprender a tomar decisiones, desde las más pequeñitas a las grandes. Tenemos que enseñarlos a que lo hagan, porque si decidimos por ellos, vamos a tener una sociedad de niños y niñas tremendamente manipulables. Lo que queremos es que tengan su propia voz y un pensamiento crítico atendiendo a lo que ellos opinan; sabiendo hacer algo que es fundamental, diferenciar un hecho de una opinión.

P. Entonces, si fomentamos este pensamiento crítico en los más pequeños, tendremos una sociedad más rica intelectualmente hablando…

R. Más inteligente y, sobre todo, menos manipulable, que es lo más importante. E, incluso, mucho más justa.

P. ¿Cómo de importante de realizar educación afectivo-sexual con los hijos?

R. Es tremendamente importante. En primer lugar porque los niños son curiosos por naturaleza y van a ir a buscar la información a otros sitios. Tienen a su disposición aparatos electrónicos, donde van a buscar preguntas y no van a recibir educación afectivo-sexual; sino que reciben las respuestas directamente del porno, con la falta de valores y ética que tiene. Además de no verse en ningún momento una parte efectiva y no ser real.

Es importante que los niños vean que hablamos con cierta normalidad de los temas afectivo-sexuales. Que entiendan que los padres y las madres se quieren, se cuidan y que eso forma parte de valores.

Pero, sobre todo, hay que trasmitir la importancia del respeto al propio cuerpo y al de los demás. Hago lo que yo quiero y el otro también. Y no dejo que me fuercen, fuerzo o hago lo que no quiero por los demás. Además, si los niños están correctamente informados es mucho menos probable que sean víctimas de un abuso sexual, porque en cuanto vean algo raro, van a ser capaces, por lo menos, de decirlo.

P. ¿Cómo hablamos a los niños de la existencia del abuso como prevención, pero sin asustarlos?

R. Por ejemplo, podemos utilizar la diferencia de “secreto bueno o secreto malo”. Los buenos son decirle “es el cumpleaños de un amigo y vamos a comprarle un regalo. Es secreto, no se lo puedes decir porque queremos sorprenderle y es algo bueno para él”. Pero los secretos malos se producen cuando alguien le dice que “no le digas a nadie el secreto”, que además es negativo para él. Por ejemplo, un acosador que toque a un niño o si alguien hace algo no le está gustando y le dicen que no lo cuenten o le amenazan.

Esta educación afectivo-sexual debe darse desde que son pequeños, ajustada siempre a la edad. No empezamos directamente con la prevención del abuso, sino que vamos educando y explicándoles.

P. ¿Por qué es tan importante fomentar hábitos de vida saludable en los más pequeños?

R. Es fundamental. Solamente tenemos un cuerpo, pero cuando eres pequeño y adolescente, no te das cuenta de la importancia que tiene el cuidado del cuerpo. Hay que ir concienciando a los niños desde pequeños de que solo tienen un cuerpo y hay que cuidarlo; igual que cuando tienen un juguete nuevo, que quieren cuidar para que dure. Pues con el cuerpo igual, cómo no van a cuidar del cuerpo con el que van a vivir el resto de nuestros días. Tú te vas a apagar porque tu cuerpo se va a apagar.

Desde que somos pequeñitos necesitamos conocer aspectos básicos como la higiene, pero no solo el lavado de manos y cepillado de dientes por estar limpios, también por las bacterias. Y el covid lo ha dejado más que claro. Tenemos que ir proponiendo actividades que sean rutinas y explicar el porqué de estas, concienciando de que están cuidando su cuerpo. Igualmente es importante trabajar una alimentación equilibrada y la importancia que tienen el sueño, porque uno de los males de los adolescentes niños es que se duerme poquísimo, lo que les puede hacer más irascibles y ponerles más difícil atender en clase.

FUENTE: elconfidencial.com

Libro escrito por: Lucía Boto, Aroa Caminero, Carolina Cárcamo, Tatiana Fernández, Manuel Gámez, Bárbara Martín, Estíbaliz Mateos, Margarita Montes, Raquel Prieto, Isabel Quesada, María Rosa del Rincón, Sara Ríos, Nicolás Sánchez, Gema Valenzuela y Silvia Álava.