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¿Eres un padre o una madre ventrílocuo?

«¿Cómo te ha ido el día, María?». Y el padre de María responde: «Bien, ha ido bien, ¿verdad?» ¿Te suena esta situación? Preguntarle a un niño algo sobre él y que su padre o madre conteste por él.

Pues bien, esto es un patrón de comportamiento conocido como «padre o madre ventrílocuo». Es decir, un padre ventrílocuo es aquel que suele responder por su hijo en lugar de permitirle que se exprese y tome decisiones propias.

Y, ¿por qué es perjudicial para los niños este comportamiento? Por varias razones, entre ellas porque afecta a su autoestima. Al no tener la oportunidad de expresarse y tomar decisiones, pueden sentirse inseguros de sí mismos e incapaces.

Además, esta dinámica podría limitar su capacidad de resolver problemas y desarrollar habilidades sociales fundamentales.

Pantallas sí o no: “Lo que debería preocupar es el uso fuera de la escuela”

Por Pablo Gutiérrez de Álamo Periodista especializado en educación. Director de El Diario de la Educación. Antes en Periódico Escuela

Las peticiones de prohibición o de control de los teléfonos móviles en los centros educativos están creciendo en las últimas semanas. Varias autonomías ya los han prohibido, mientras diferentes expertos y estudios no ven problemas en las pantallas y piden mayor formación en su uso.

Según quienes intentan estudiar los efectos, sean positivos o negativos, de las tecnologías, todavía queda mucho por hacer. Mientras que parece que algunas cosas pueden ser perjudiciales, otras pueden ser positivas. Ayer mismo se publicaba en la revista Nature un metanálisis de 2.400 estudios previos con una población total de casi dos millones de jóvenes. Entre los muchos resultados cabría destacar el escaso impacto, en un sentido u otro, de buena parte de los estudios.

La revisión, firmada por una veintena de académicos y académicas, ha repasado decenas de efectos de las pantallas en la educación para llegar a determinar cosas como que el uso generalizado de pantallas puede tener un efecto negativo en el aprendizaje, también ver la televisión o los videojuegos. Eso sí, “si el uso de pantalla involucraba la visualización conjunta (por ejemplo, ver con un padre), o si el contenido de los programas de televisión era educativo, la asociación con la alfabetización era positiva y significativa al nivel de confianza del 95%”.

En cualquier caso, explican las y los autores de esta revisión, “todos los efectos creíbles relacionados con los resultados educativos fueron de pequeños a moderados. Las intervenciones basadas en pantalla diseñadas para influir en un resultado (por ejemplo, un programa informático diseñado para mejorar el aprendizaje) tendían a tener tamaños de efecto más grandes que las exposiciones que no estaban específicamente destinadas a influir en ninguno de los resultados medidos (por ejemplo, la asociación entre ver televisión y aprender)”.

Para el biólogo e investigador en psicología cognitiva de la memoria y el aprendizaje, Héctor Ruiz, la evidencia que tenemos hasta ahora en relación al efecto de las pantallas en el aprendizaje o en la salud mental da niñas, niños y adolescentes tiene todo que ver con el uso que se hace de los dispositivos, y no con estos en sí mismos. Para este experto, en los últimos tiempos se están confundiendo, en no pocos momentos, causas con efectos.

Correlación no es causalidad

Este es, para Ruiz, uno de los problemas fundamentales cuanto se oyen voces críticas en relación al uso de dispositivos y pantallas en los centros educativos y, en general, cuando su uso lo protagonizan niñas, niños y adolescentes (NNA).

Por ejemplo, cuando se dice que provocan desórdenes en el sueño o sedentarismo y obesidad entre las personas jóvenes. “La investigación dice que puede haber causalidad entre el sueño y las pantallas cuando las utilizas antes de ir a dormir, sobre todo, cuando se trata de redes sociales y videojuegos, que pueden provocar activación emocional”.

Dentro de estas situaciones, Ruiz asegura que no debe confundirse qué pasa dentro de la escuela y fuera de ella y llama a las familias a que piensen en los centros educativos como aliados a la hora de educar a NNA en usos apropiados de las tecnologías, no simplemente basados en el ocio y la distracción. La escuela “es el mejor aliado de las familias para enseñar a los niños a gestionar este tema, a desarrollar la competencia digital. Decirle a la escuela que deje de usar la tecnología y de educar en ella es tirar piedras sobre el propio tejado. Es en la escuela donde se hace esta labor”.

Otra de las confusiones entre correlación y causalidad estaría la idea de la pérdida de la atención. “Nuestra arquitectura cognitiva no cambia por dedicar mucho tiempo a una actividad -asegura Ruiz. Para que pasara eso necesitamos un proceso evolutivo”. Lo que sí ha cambiado es, dice este investigador, es la cantidad de estímulos a los que nos vemos expuestos, principalmente, por las redes sociales.

En este sentido, la psicóloga especialista en infancia Silvia Álava asegura que “si un adulto coge el móvil y no puede parar de utilizar las redes sociales por culpa del scroll infinito, imagínate un niño con cerebro no maduro, más ávido a estímulos novedosos” que, además no tienen descanso y sí mucha velocidad.

En este sentido, Ruiz comenta que uno de los mayores problemas en este sentido es que nuestro cerebro da mucha importancia a la información social, entre otras cosas por sentirnos parte de un grupo, sentirnos aprobados. Y las redes sociales, sobre todo, no dejan tiempo entre un estímulo y otro.

Familia

En las últimas semanas se han publicado diferentes informaciones sobre la petición de familias, muchas de ellas en Cataluña, para que de alguna manera se regule el uso de los móviles antes de cierta edad. La presión social que se ejerce sobre ellas y sobre sus hijas e hijos para que ya en los primeros años de la secundaria tengan acceso a la telefonía móvil, pone contra las cuerdas a muchas personas que no quieren tener que lidiar con estas cuestiones tan pronto y que entienden que hasta ciertas edades no es positivo que NNA tengan un móvil en las manos.

Silvia Álava tiene claro que no puede recaer toda la responsabilidad de estas cuestiones en las familias, que van ya sobrepasadas de muchas cuestiones. Por eso mira hacia las empresas multinacionales que desarrollan las redes sociales e incluso los videojuegos. “Necesitamos transparencia”, asegura. Una transparencia que pasa por algo parecido a lo ocurrido con los paquetes de tabaco. Debería avisarse de que los algoritmos que utilizan las compañías en muchos casos están basados en el “refuerzo intermitente”, muy similar, asegura esta psicóloga infantil, al que se utiliza en las máquinas tragaperras.

Además de esta transparencia, aboga por que las familias acompañen a sus hijos e hijas en su alfabetización digital. Que vayan mostrando cómo se utilizan, que aclaren que el teléfono es de la persona adulta y que, por lo tanto, se acompañe al menor durante su uso. “La tecnología no es mala, pero hay que aprender a utilizarla” y, para ello, Álava no solo mira hacia las familias, sino que, como Héctor Ruiz, ve en los centros educativos un aliado importante.

Álava también reclama que se haga caso de los códigos PEGI a la hora de decidir sobre el consumo de pantallas que hacen NNA. Recuerda que estos códigos no tienen relación, por ejemplo, con la dificultad de utilizar, por ejemplo, un juego, sino con el contenido al que se exponen. “Con el consumo de ocio digital somos permisivos y nos saltamos el código”.

En este sentido, también recuerda las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría que establece que antes de los dos años de edad no debería haber contacto con las pantallas y entre los 3 y los 5 no debería llegar a la media hora diaria.

Educación

Para Ruiz una de las cuestiones clave es que la tecnología se use dentro del sistema educativo pero no como una sustitución del libro de texto, convertido en un PDF y proyectado en una pizarra digital o emitido por una televisión inteligente.

“Digitalizar un aula no es poner libros en pantallas”, asegura, sino tener la posibilidad de utilizar, cuando sea pertinente, dichas tecnologías. Tecnología que, además, no tienen porqué ser pasivas. “Entiendo a las familias que se quejan si llega el caso en el que se usa el ordenador en clase como si fuera un libro. “Si es así, bienvenida sea la queja, tenemos que exigir un uso más productivo” de los dispositivos.

Ruiz señala que las tecnologías al servicio de la educación pueden suponer tener al alcance de la mano la posibilidad de dar un feedback personalizado al estudiante o que el profesorado tenga información clave para poder tomar las mejores decisiones posibles.

Este experto entiende que la tecnología en educación debe tener un sentido, haber pensado en qué uso se le quiere dar y hacerlo de la manera más adecuada. “Forzar su uso no tiene sentido”, dice, “cuando no hace falta o cuando no tienes las herramientas adecuadas”.

Como recuerda, además, la escuela es el mejor aliado para que las familias puedan desarrollar una alfabetización para sus hijas e hijos. “Los profesionales de la educación se dedican a eso, a apoyar en uso responsable y productivo. A apreciar las TIC como herramienta de aprendizaje, no solo de ocio”.

Como señala Ruiz, (y quienes firman el estudio en la revista Nature), ya hace 5.000 años Platón ponía en boca de Sócrates la queja por el hecho de que la escritura, como tecnología, podría suponer una merma en la capacidad de memoria de los aprendizaje. “En el siglo XVI, publican en Nature, reinaba la histeria en torno a una nueva tecnología que amenazaba con ser ‘confusa y perjudicial’ para la mente. ¿La causa de tanta preocupación? La amplia disponibilidad de libros derivada de la invención de la imprenta”.

“Con la comida, recuerda Ruiz, hemos aprendido a autorregularnos, a elegir la ensalada en vez del azúcar o la grasa (en otros tiempos, tan importantes para la supervivencia). Vamos a tener que autorregularnos” en lo relativo al uso de las pantallas también.

FUENTE: eldiariodelaeducación.com

Día mundial de la salud mental #EnMiMente

Hoy 10 de octubre celebramos el Día Mundial de la Salud Mental.

Es fundamental que desde la familia se deje un momento para hablar de las emociones con los más pequeños de la casa, para poder ir corregulando sus emociones desde pequeños, que entiendan el significado de lo que sienten y sepan expresarlo de una manera asertiva.

Y es que cuidando la salud mental de los niños de ahora contribuiremos a la salud mental de los adultos del mañana.

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Los expertos insisten en que lo digital aísla a los niños y la lectura los forma en valores

Aseguran que es “fundamental” que vean leer a los adultos y poner límites al uso de dispositivos

El verano puede ser la época perfecta para que los niños lean más o se inicien en la lectura, aunque muchos optan por utilizar todavía más dispositivos con pantallas. Así lo aconsejan expertos consultados por Servimedia que piden a los padres que ellos den ejemplo.

Leer es mucho más que la capacidad de reconocer letras, unirlas y formar palabras u oraciones. “Los beneficios de la lectura en niños son muchísimos, sabemos que es algo que mejora la comprensión lectora, que además mejora la riqueza y la fluidez del vocabulario y mejora también otra serie de procesos intelectuales, además de la empatía”, manifestó a Servimedia la psicóloga infantil Silvia Álava.

Los autores de los libros infantiles también quieren transmitir con sus historias valores y enseñanzas pedagógicas. La escritora Cristina Hermoso de Mendoza, que publicó recientemente su primer cuento infantil ‘Melón y Sandía’ con carácter solidario, explicó, en este sentido, que espera que su libro sea “una semilla de apertura, tolerancia y compromiso” y que conseguirlo en la infancia es “muy positivo”.

Aumento del uso de pantallas

Sin embargo, estudios nacionales, como el de la Fundación Gasol (Pasos 2022), apuntan que los niños y adolescentes aumentaron su uso de pantallas entre semana de un 54,8% en 2019 a un 64% en 2022. Este hábito está relacionado tanto con el excesivo sedentarismo como con la reducción de horas de sueño o la calidad de vida en general.

Un abuso de la tecnología produce también aislamiento entre los menores, un concepto que Álava denominó ‘desplazamiento digital’. “En verano los niños hacen mucho ocio online y esto está desplazando otro tipo de cosas como leer, quedar con amigos, estar en el parque…estamos dejando de hacer cosas que son especialmente beneficiosas”, remarcó.

Por este motivo, la psicóloga comentó que

“Es fundamental que los niños nos vean leer a los adultos, es muy complicado que se enganchen a la lectura si nosotros no leemos”.

La responsable de Comunicación de Penguin Infantil, Melca Pérez, subrayó que “lo más importante es que nos vean a los adultos leer. Si nos ven todo el día con el móvil, la lectura no se convertirá en su afición favorita nunca”.

No obstante, desde la editorial SM consideran que la literatura infantil y juvenil “está viviendo una edad de oro”. La gerente de Literatura Infantil y Juvenil de la editorial, Berta Márquez, afirmó que “se publica más que nunca porque se vende más que nunca, solo en los últimos dos años el mercado ha crecido un 20%”.

El uso de las pantallas en niños no siempre es malo.

Según Silvia Álava, “hay que tener en cuenta la variable de con quién está el niño viendo la pantalla y qué es lo que está haciendo. No es lo mismo, por ejemplo, estar viendo una película juntos en el salón que esté él solo en la habitación viendo un video de YouTube. No tenemos que guiarnos por el tiempo, minuto arriba, minuto abajo, sino qué es lo que estamos haciendo”. Para imponer límites digitales a los más pequeños, la psicóloga recomienda realizar un proceso de alfabetización digital, “los padres no pueden estar al margen del uso de los aparatos electrónicos de los niños, hay que estar al lado poniendo límites y enseñando qué es lo que hace o no se hace en este mundo online”.

En cuanto a la lectura, sea cual sea la opción de los niños, lo importante es tener en cuenta sus gustos y que sean ellos mismos quienes decidan los títulos que van a leer. Así la lectura no será una obligación, sino que se irá convirtiendo en un hábito que ellos mismos busquen.

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FUENTE: lavanguardia.com

 “Hemos vendido a nuestros hijos una idea de la felicidad que no es cierta”

La psicóloga Silvia Álava estará en nuestro gran evento del 25 de noviembre y nos hablará sobre los mitos de la felicidad y de cómo podemos enseñar a nuestros hijos a ser felices.

Como ya sabéis, el sábado 25 de noviembre vuelve nuestro evento: Educar es todo, el evento‘, al Teatro Lope de Vega de Madrid con 7 ponencias de 8 grandes expertos, entre ellos, la psicóloga Silvia Álava, que estará junto al psicólogo Rafa Guerrero, y en su ponencia nos hablarán sobre los mitos de la felicidad, de qué cosas hemos creído que harían felices a nuestros hijos que no tienen ninguna evidencia y de lo que la ciencia nos ha demostrado que sí que funciona para incrementar el bienestar emocional y la felicidad en nuestros hijos.

En esta entrevista, la experta Silvia Álava nos ha adelantado multitud de detalles que no dejarán indiferente a ningún asistente.

– Silvia, actualmente, da la impresión de que la sociedad está obsesionada con la felicidad y con ser felices. ¿Es contraproducente este afán por alcanzarla?

– Así es. Vivimos en un mundo en el que nos han vendido una idea de la felicidad que no es cierta, y por ende a nuestros hijos. Estamos confundiendo la emoción de la alegría, que es una emoción agradable, en la que nuestra energía incrementa y que a todos nos encanta sentir, con la felicidad, y la felicidad no es una emoción. La felicidad es un estado donde caben todas las emociones, tanto las agradables como las desagradables. Por tanto, si lo que pretendemos es que para ser felices solamente experimentemos emociones agradables y, a ser posible, de alta intensidad, es una falacia. Vamos a comprar todas las papeletas para ser infelices y, además, para que nuestros hijos también lo sean.

En la vida, las emociones desagradables igualmente forman parte de nuestra existencia, teniendo que lidiar con situaciones que no nos van a gustar y que nos van a provocar tristeza, enfado, frustración… Por lo cual, la felicidad tiene más que ver con entender todas las emociones y con tener las herramientas adecuadas para manejar aquellas situaciones que pueden ser desagradables o que no nos gustan, porque sabemos que nos van a acompañar en nuestra vida.

– Y, ¿qué pasa si realmente no somos felices? ¿Cómo podemos aprender a ser felices para poder así educar hijos felices?

– Muchas veces lo que me encuentro en la consulta son papás y mamás, que no solamente es que no sean felices, sino que tienen bastantes problemas para regular sus emociones. Es decir, cuando sienten emociones desagradables, cuando experimentan, por ejemplo, ansiedad, tristeza, rabia, ira… no son capaces de regularlas. Por tanto, si no saben controlar sus propias emociones, será muy poco probable que sepan cómo gestionar las de sus hijos.

La capacidad de los niños para aprender a regular sus emociones empieza en torno a los tres/cuatro añitos, que es cuando madura lo que se llama la ‘red de control ejecutivo‘, pero antes las tienen que regular sus padres por ellos. A partir de esa edad, empieza una fase que se llama ‘corregulación‘, es decir, cuando los padres tienen que estar al lado de sus hijos acompañándoles y enseñándoles estrategias para que sepan cuándo sienten algo que es desagradable, cuándo están enfadados, tristes, frustrados… Y este proceso no termina de madurar hasta entorno a los 25 años, por lo que esa parte de la corregulación la vamos a tener que hacer durante bastante tiempo.

Entonces, si nos encontramos con un papá o con una mamá que está desregulado y que no tiene estrategias para regular sus emociones, ¿cómo vamos a conseguir que sean capaces de hacerlo con sus hijos? Los niños necesitan tener una figura de referencia a la que copiar. Por eso es muy importante que primero aprendamos nosotros a regular nuestras emociones y seamos capaces de entender lo que sentimos para poder trabajarlo con nuestros hijos.

– ¿Podrías aconsejarnos algunos hábitos que nos ayudan a sentirnos felices?

– Vamos a empezar por lo más básico y por el principio de todo, lo que llamamos “los pilares de nuestro edificio”, que es algo tan básico como, por ejemplo, dormir. Sabemos que, si no dormimos lo suficiente, es un factor de predicción para desarrollar problemas tanto a nivel físico como a nivel de salud mental.

Cuando dormimos, el cerebro se tiene que regenerar porque de todas las conexiones sinápticas que vamos haciendo a lo largo del día, se segregan unas sustancias que son tóxicas para el propio cerebro. Y como este no tiene esa parte del sistema linfático que le vaya limpiando, se tiene que limpiar y autoregenerar él mismo por la noche durante las fases del sueño. Por lo que, si no dormimos lo suficiente, al día siguiente mi cerebro no va a aprender correctamente, no va a ser capaz de concentrarse ni de mantener la atención. Asimismo, estaremos muy irritables y muy irascibles. Esto es lo que ocurre en un cerebro de un adulto. Pero, ¿qué pasa en el de los niños?

En el caso de los niños, la capacidad de aprendizaje es especialmente importante porque están en periodo escolar, entonces, si no están durmiendo lo necesario, muchas veces no son capaces de atender ni de concentrarse porque les faltan horas de sueño. Del mismo modo, están muy irritables y muy irascibles. Por si esto fuera poco, durante esa fase REM, que es la fase del sueño profundo, se segrega la hormona del crecimiento. En definitiva, si tanto los adultos como los niños no estamos durmiendo las horas necesarias, estamos comprando todas las papeletas para desarrollar problemas a nivel de salud física y de salud mental. Así que, lo primero de todo, los niños a su hora correspondiente en la cama para dormir y, por supuesto, evitando las pantallas por la noche, siempre se deben de quedar fuera de las habitaciones.

“Si no dormimos lo suficiente, nuestro cerebro no puede aprender correctamente, no puede ser capaz de concentrarse ni de mantener la atención”, Silvia Álava

En segundo lugar, algo que también es fundamental es la alimentación. Tenemos que comer de manera sana y equilibrada, intentando evitar los azúcares y las comidas procesadas. Lo que no significa que los niños no puedan comer galletas, por supuesto que pueden, pero una o dos, no alimentarse solo a base de galletas.

Otro hábito imprescindible es hacer deporte, ya que nos ayuda en la regulación emocional. Y, por último, también es primordial trabajar la inteligencia emocional, es decir, ser conscientes de cuál es la emoción que estamos sintiendo y aprender a etiquetarla correctamente.

Cuando somos capaces de nombrar y mencionar lo que sentimos, estamos preparados para poder manejarlo. Asimismo, trabajaremos en entender que todas las emociones son buenas porque nos están dando información, nos dicen que nos ocurre algo, pero hay que saber interpretarlo. Tenemos que comprender por qué nos sentimos de una determinada manera, cuál es la causa y la consecuencia de esa emoción, y qué es lo que nos ha hecho actuar de ese modo. Cuando todo esto sepamos hacerlo, ya podremos regular nuestras emociones.

Los primeros que tenemos que poner en práctica estos hábitos somos nosotros, los adultos, porque los niños nos copian, somos su modelo. Y, sobre todo, porque si no sabemos hacerlo nosotros, es especialmente complicado que se lo podamos enseñar a nuestros hijos.

– Todos queremos que nuestros hijos sean felices, pero ¿cómo debemos ofrecerles las herramientas correctas para que lo sean?

– Hay varias cosas que podemos hacer, pero lo primero es ver cómo estamos actuando. No hay ningún estudio ni ninguna evidencia que demuestre que si nuestros hijos tienen más juguetes y más cosas materiales van a ser más felices. Por tanto, comprarles muchas cosas pensando que esto les va a ayudar a ser más felices es un error porque, generalmente, los niños valoran más las cosas que les ha costado conseguir. Así que, tratemos de no comprarles muchas cosas para evitar esa hiperestimulación. Tenemos niños que están continuamente corriendo de una actividad a otra, y apenas tienen tiempo libre. Necesitan aprender a aburrirse y a estar a gusto con ellos mismos porque de esa forma, lo que van a madurar es la función ejecutiva, que es la capacidad de orientarnos a una meta, de saber cuál es nuestro objetivo y de ir organizándonos para conseguirlo. Esto está muy relacionado con la felicidad y con sentirnos bien y a gusto con nosotros mismos.

Además, es importante que les enseñemos a esperar, que las cosas no sean del todo inmediatas, porque, al final, en la vida muchas veces hay que esperar para conseguir lo que queremos.

Otro aspecto fundamental es que evitemos la sobreprotección, el hacerles las cosas para las que están preparados y ellos mismos pueden hacerlas por sí solos. Tenemos que trabajar con ellos mucho más la seguridad personal y la autonomía para que sientan que pueden conseguir sus objetivos.

– Como explicaste durante la presentación de tu libro ‘Queremos que crezcan felices’, la autoestima, la tolerancia a la frustración y el autocontrol son los tres pilares básicos para que un niño crezca adecuadamente y sea feliz. ¿Por qué? ¿Cómo podemos trabajarlo con ellos?

– Ayudamos a nuestros hijos a que tengan una buena autoestima, pero lo que hay que trabajar con ellos antes de esto, es el autoconcepto, que es tener en cuenta cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, saber cómo somos como personas. Una vez que tengamos este conocimiento de nuestros hijos, que va a ser de gran ayuda, podremos trabajar con su autoestima. Esta no se trabaja diciéndoles: “qué bien, lo has hecho genial, eres un campeón…”. Tal vez, con un niño de dos años puede estar bien, pero según van creciendo tienen que ser cosas muchísimo más concretas, tenemos que fijarnos en todo aquello que están haciendo bien y también entendiendo cuáles son las cosas que pueden hacer para mejorar. Siempre teniendo en cuenta que todos tenemos puntos fuertes y débiles, y conociendo ambos.

También es muy importante cuidar el lenguaje que utilizamos con ellos y no ponerles etiquetas, porque si les decimos: “es que eres un vago, es que eres malo, es que eres torpe…”, al final ese niño va a actuar en función de la etiqueta que le hemos puesto. Hemos de decirles aquello que no está correctamente hecho y cómo pueden corregirlo.

Por otra parte, el autocontrol tiene mucho que ver con todo esto que hemos hablado de la autorregulación. Implica pararnos, empezar a conocernos a nosotros mismos y así saber cómo reaccionamos para decidir. “¿Quiero reaccionar de esta forma automática ante esta situación o quiero cambiar y hacerlo de manera distinta?”. En el caso de que queramos cambiarlo, tenemos que plantearnos cómo hacerlo para poder empezar a trabajar en ello.

En cuanto a la frustración, muchos padres malentienden el amor paternal. Dicen: “ay,  mi niño, con lo duro que es el mundo, ya tendrá tiempo para frustrarse…”, e intentan, en la medida de lo posible, evitarles cualquier tipo de emoción desagradable. Sin embargo, lo que conseguimos de esta manera es impedir que adquieran un autocontrol y una tolerancia a la frustración, lo que es completamente necesario porque en la vida, por desgracia, nos van a ocurrir situaciones lo suficientemente complicadas en las que necesitaremos esa capacidad de tolerancia a la frustración. Por lo que, es importante trabajarlo con ellos para que estén preparados.

Educar es todo es el mayor evento de educación de nuestro país. En él, expertos de reconocido prestigio, como la Dra. María Velasco, la psicóloga Diana Jiménez, el psicólogo Marc Masip, el pediatra Carlos González, la psicóloga Silvia Álava, el psicólogo Rafa Guerrero, el neurocientífico Mariano Sigman y el docente Manu Velasco, a través de ponencias de 20 minutos de duración, nos ayudan a reflexionar y resolver esas dudas que nos surgen a la hora de educar a nuestros hijos. ¿Te apuntas? 

Recuerda, el sábado 25 de noviembre en el Teatro Lope de Vega de Madrid, desde las 9:00 hasta las 14.00 (hora peninsular española).

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Hoy seremos nosotros quienes te demos las gracias por confiar en nuestro trabajo. Mañana serán tus hijos quienes te agradezcan haberte formado en tu labor educativa y haber pensado en ell@s.

Carlota Arellano Periodista y marketera + INFO

Videoguía de Inteligencia Emocional para padres y docentes

Salud Emocional

En estos días estamos recibiendo mucha información sobre qué hacer con los niños en casa. Los padres nos hemos convertido en profesores, monitores de tiempo libre, entrenadores…; además de amos y amas de casa.Y todo ello, sin olvidar que, por supuesto, seguimos trabajando desde casa. Nos espera un gran reto, del que seguro todos vamos a salir muy reforzados, y del que vamos a sacar un gran aprendizaje.

En toda esta vorágine de tareas se nos está olvidando algo fundamental: ¿estamos cuidando la salud emocional de nuestros hijos e hijas?

En esta situación es normal sentir miedo, sentir rabia, sentir frustración; los adultos lo sentimos y los niños lo notan, y por supuesto los niños también sienten miedo, rabia, tristeza y frustración.

Por eso es importante reservar espacios para hablar de lo que sentimos y ayudarles a verbalizarlo, porque ellos no siempre sabrán cómo hacerlo.

En estos días, os invitamos a trabajar la Inteligencia Emocional con vuestros hijos, y, ya de paso, con nosotros mismos.

La Inteligencia Emocional es la capacidad para identificar lo que sentimos en primera persona y también lo que sienten los demás, comprender por qué nos sentimos así, cuál es la causa y la consecuencia de mi emoción, y cómo las emociones van cambiando a lo largo del día. Saber nombrar con precisión lo que sentimos, utilizar la información de las emociones para poder hacer una buena toma de decisiones y ser capaces de manejar y regular nuestras emociones, así como responder de forma premeditada en lugar de reaccionar en automático.

Todo esto son habilidades de la inteligencia emocional, y como tales, se pueden trabajar. En esta guía os proponemos una serie de videos y ejercicios agrupados en 5 pasos para que sepáis cómo hacerlo.

Descárgate la Guía de Inteligencia Emocional para padres y Docentes en el siguiente enlace:

¿Tienen tus hijos miedo o ansiedad? Podcast de la mano de Padres de Alto Rendimiento

Ansiedad entre niños y jóvenes

Nos enfrentamos a un gran reto en este momento: los datos alarmantes sobre ansiedad en nuestra población. No porque sea una problemática de nueva aparición sino más bien por la prevalencia tan alta y, sobre todo, por la incidencia cada vez mayor en niños y jóvenes.

Claves para ponernos en alerta

La doctora en psicología y escritora Silvia Álava Sordo nos aclara en este capítulo cuáles son las claves para ponernos en alerta si nuestros hijos comienzan a presentar signos que nos hagan pensar en un cuadro de ansiedad. Nos muestra con suma claridad la diferencia entre situaciones que se pueden considerar normales (no patológicas) de aquellas que ya necesitan una ayuda por parte de profesionales de la salud mental, además de insistir en aquellos aspectos que previenen y protegen a la población infantojuvenil de sufrir un problema de ansiedad.

La responsabilidad de los adultos

Una vez más, como se hace referencia en otros episodios, unos adultos sanos, conscientes y responsables, facilitan que los niños y jóvenes que dependen de ellos tengan menos probabilidades de sufrir situaciones de este tipo y, en caso de tenerlas, también cuentan con apoyo antes de que cristalice como trastorno.

A nadie se le escapa que la sociedad que estamos construyendo no ayuda mucho en el crecimiento y desarrollo sano de los menores. A pesar de poner cada vez más la atención en la protección a la infancia, los resultados no son muy alentadores. Aún así, la Dra. Álava nos da alguna pista de cómo podemos minimizar estos efectos en nuestra familia. Tenemos por tanto la responsabilidad de cuidarnos y de cuidarlos, un reto que se impone cada vez más.

Recuerda que puedes enviar tus sugerencias y opiniones a padresdealtorendimiento@gmail.com o por Whatsapp al 630630207.

Música: THOR, DIOS DEL TRUENO Autor: JOAN ALFARAS CALVO Copyright 2021 por EMB-BoileauMusic Violonchelo: SIRA JIMÉNEZ DE LA TORRE Letra: LAURA GONÁLEZ ORTIZ Edición: NELLA SALAS

FUENTE: Padres de Alto Rendimiento

Podcast ¿Los alumnos son los padres? en el programa Hoy por Hoy

En este nuevo podcast os traigo mi participación en el programa «Hoy por Hoy», de Angels Barceló. De una manera muy divertida hablamos de la situación que muchos padres están viviendo con sus hijos en edad escolar y compartimos consejos y experiencias para conseguir que los más pequeños de la casa se vayan haciendo responsables de sus tareas escolares.

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Celebramos el día Mundial del Niño

Por la inclusión de todas las niñas y todos los niños

El 20 de noviembre es un día importante: se celebra el Día Universal del Niño y se conmemoran los aniversarios de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989).

Esta Convención, la más universal de los tratados internacionales, establece una serie de derechos para los niños y las niñas, incluidos los relativos a la vida, la salud y la educación, el derecho a jugar, a la vida familiar, a la protección frente a la violencia y la discriminación, y a que se escuchen sus opiniones.

Todos los miembros de nuestra sociedad —padres y madres, personal docente y sanitario, dirigentes gubernamentales, líderes religiosos, personalidades de la política, el mundo empresarial, la sociedad civil y los medios de comunicacs ión— desempeñan un papel clave en el bienestar de la infancia.

Así, este Día Mundial nos ofrece un punto de partida para llevar a cabo medidas inspiradoras para defender, promover y celebrar los derechos del niño a través de diálogos y acciones que construirán un mundo mejor para los niños.  

¿Qué vas a hacer por la inclusión de los niños y las niñas?

El Día Mundial de la Infancia es la jornada anual de acción de UNICEF por y para los niños y las niñas.

Desde el cambio climático, la educación y la salud mental, hasta el fin del racismo y la discriminación, los niños, las niñas y los y las jóvenes alzan sus voces sobre los temas que más les afectan a su generación y reclaman a los adultos un futuro mejor.

En este Día Mundial de la Infancia es crucial que el mundo escuche sus ideas y reivindicaciones.

El 20 de noviembre, los niños y niñas abogan por un mundo más igualitario e inclusivo.

¿Qué se puede hacer en este día?

El 20 de noviembre es una ocasión especial para que todo el mundo conozca los derechos de los niños y para recordar la importancia de trabajar para conseguir el bienestar de todos los niños y las niñas del mundo.

Es un buen día para conocer las distintas formas de colaborar con los niños más vulnerables, para que sus derechos sean reconocidos y garantizar su bienestar y desarrollo.

FUENTE UNICEF y Naciones Unidas

¿Qué puede pasar cuando le entregas un móvil a tu hijo o a tu hija?

Os comparto esta nueva campaña de UNICEF #LeDasUnMóvilyYa

La guía que no viene con el móvil

#LeDasUnMóvilyYa

Con la llegada del primer móvil nos surgen muchas dudas y preguntas para mantenerles seguros en internet.

Madres y padres somos responsables de que esa experiencia sea lo más segura posible, que pueda ser informada y con unas pautas de uso y límites claros.

Descarga la guía que no viene con el móvil, con 10 pasos para ayudar a tus hijos a hacer un buen uso de él -> DESCARGAR GUÍA

Y aquí Más recursos y materiales sobre la campaña