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Semana de vuelta al trabajo, y este año ¿tendremos también “depresión post vacacional”? lo explicamos en este nuevo vídeo

Es normal, que al acabar las vacaciones la gente se sienta triste y apática, las personas no somos máquinas y notamos el cambio al incorporarnos al trabajo, los estudios, la vida cotidiana; es decir a una agenda llena de obligaciones. El choque es brutal y nuestro organismo lo acusa, cambian los horarios, costumbres y actividades, y lo pero es que lo hacen para dejar paso a un montón de obligaciones no siempre placenteras.

La frecuencia aumenta, a la par que las condiciones de vida, especialmente en las grandes ciudades, se hacen cada vez más difíciles. Más que de un síndrome con identidad propia se trata de un problema de adaptación, y eso puede hacer que los primeros días sintamos:

  • Debilidad generalizada
  • Desmotivación
  • Angustia
  • Irritabilidad
  • Perdida de apetito
  • Disminución de la capacidad de concentración
  • Cambios de humor…
  • incluso se puede somatizar con molestias intestinales o gástricas,
  • Dolor de cabeza, 
  • Insomnio…
  • Pero lo más preocupante, es una profunda sensación de tristeza, apatía y falta de fuerzas.

Lo habitual es que pasados quinde días nos hayamos acostumbrado. Si no es así, quizás es el momento de pedir ayuda.

Y este año, en medio de una segunda ola de contagios ¿que va a pasar con nuestra capacidad de adaptación? ¿Se va a agravar este año la “famosa depresión post vacacional”?

Este es un año atípico, hemos llegado al verano después de un confinamiento que ha durado meses. El verano ha supuesto un respiro, poder salir a calle, volver a quedar con los amigos, ver a los familiares, hacer deporte al aire libre sin restricciones horarias… ha sido un balón de oxígeno que todos necesitábamos.

Ahora que las vacaciones van tocando su fin nos encontramos que los síntomas de la vuelta al trabajo este año pueden ser diferentes así:

  • El confinamiento ha pasado factura a nivel emocional a todos grandes y pequeños y en ocasiones la desconexión realizada durante las vacaciones no ha sido suficiente para recargar nuestro nivel de energía ni para resolver nuestros problemas emocionales.
  • En muchos casos sentimos añoranza por esas vacaciones perdidas. Mucha gente no ha podido viajar por la pandemia, por la situación económica, y lo echamos de menos. Además, en muchos casos los planes que hemos hecho han cambiado, no hemos podido movernos con libertad, no hemos podido abrazar a nuestros familiares y amigos… lo que puede incrementar los sentimientos de tristeza.
  • A todos los síntomas ya conocidos de la depresión postvacacional se le suma la gestión de la incertidumbre. No sabemos si vamos a nuestras oficinas, si seguiremos tele trabajando, si será un modelo híbrido, si los niños volverán al colegio y en qué condiciones… Hay muchas personas que siguen en Erte y no saben si se van a reincorporar a su puesto laboral…
  • Nos falta información para poder gestionar nuestro día a día y planificarnos y eso genera mucha frustración.
  • El miedo al contagio, a un segundo confinamiento

Sentir emociones desagradables mantenidas en el tiempo nos puede pasar factura tanto a nivel físico como mental.

¿Nos afecta a todos por igual?

Todavía no sabemos como va a afectarnos esta vuelta al trabajo tan atípica, pero está claro que dependerá de:

  • El carácter y la forma de tomarse la vida de cada individuo, las personas negativas, sensibles, perfeccionistas, idealistas u obsesivas, son las más proclives,
  • También depende el grado de satisfacción del trabajo, el ambiente, la responsabilidad del puesto y el nivel de reconocimiento laboral, y por supuesto la buena o mal relación con los jefes y compañeros.
  • De si estamos trabajando de cara al público con una mayor exposición al virus
  • De las medidas que se estén tomando en nuestros trabajos, no solo de separar las mesas, gel hidroalcólico, mascarillas… sino también si sentimos que se preocupan por nosotros.
  • De si se va a poder conciliar la vida personal y laboral…

Quizás el grupo de edad que peor lo puede pasar son aquellos con niños edad escolar, pues a la vuelta al trabajo se junta la incertidumbre de que va a pasar con los colegios y las dificultades para conciliar.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión postvacacional? Colaboración con el diario ABC

Los trabajadores no son los únicos que la sufren, también pueden padecerla los niños al comienzo del curso escolar y la tercera edad.

María Lozano @abc_conocer

La depresión postvacacional no está reconocida como trastorno psiquiátrico, ya que no se mantiene a lo largo del tiempo, pero afecta al 41% de los trabajadores en España, según un estudio de Lee Hecht Harrison, división del Grupo Adecco. Para la psicóloga Patricia Ramírez es solo marketing y lo califica como un mero «proceso de adaptación a una situación que es menos placentera a la que se tenía antes».

Las personas que sufren este síndrome, que la psicóloga Silvia Álava tampoco define como depresión, «suelen presentar bajo estado de ánimo, cansancio, ansiedad e incluso problemas gástricos», según la experta. No obstante, estos indicios no deben perdurar más de 15 días. «Lo habitual es que pase rápido, si no lo hace, lo más recomendable es acudir al médico porque quizá se trate de algo más grave», apunta la especialista.

Álava señala que las personas más negativas, que tienen idealizado su trabajo son más propensas a sufrir este síndrome tras las vacaciones, que se acentúa si el entorno de trabajo es hostil. También depende del grado de satisfacción con la vida tanto personal como profesional de la persona en cuestión y de la responsabilidad del puesto que ocupe.

Ambas psicólogas coinciden en que porque acaben las vacaciones no es necesario dejar de hacer actividades placenteras en los ratos libres y fines de semana. «La desconexión del trabajo es mental y durante el periodo de trabajo también lo puedes hacer», apunta Álava.

El síndrome en los niños

No solo las personas adultas que regresan al trabajo padecen estos síntomas. También pueden presentarse en los niños cuando comienzan un nuevo curso escolar. «A veces también ocurre. Es un cambio muy brusco en el que pasan de no tener horarios a la vuelta a la rutina. El mensaje que tenemos que transmitir es que en vacaciones nos lo pasamos muy bien, pero que hay que ser feliz los 12 meses del año, no solo en verano», explica la psicóloga Silvia Álava.

La influencia de los padres en sus hijos es crucial para los más pequeños. Ramírez indica que deben dar ejemplo también con este tema: «Si te ven verbalizando mal sobre el lunes, ellos van a hacer lo mismo. La vuelta al cole hay que hacerla atractiva, hablar sobre las nuevas asignaturas, los compañeros, comprar material escolar nuevo y centrarse en las cosas positivas».

En cuanto a la tercera edad o las personas jubiladas, este síndrome es poco frecuente, ya que sus rutinas están más marcadas. «Puede ocurrir incluso que los abuelos se sientan liberados porque recuperan su tiempo libre en caso de que hayan cuidado de sus nietos en verano. Pero también puede ocurrir lo contrario si es solo durante las vacaciones cuando tienen tiempo para pasar en familia, lo que puede generarles tristeza. Depende de la persona», concluye Ramírez.

La vuelta al cole en el Telediario de TVE

Os adjunto el enlace a mi intervención del pasado martes en el Telediario de TVE. Hablamos sobre la adaptación de nuevo a la rutina y «la temida vuelta al cole».

Pincha en la imagen para ir al vídeo, la noticia comienza en el minuto 32.19

Telediario 15h del 060916 - Silvia Álava - Vuelta al cole