La psicóloga Silvia Álava publica el libro ‘¿Por qué no soy feliz?’ en el que habla de la importancia de entender que el interés que le pones a las cosas no está reñido con conseguir tus objetivos, sino con ajustar expectativas
Por Melissa González Redactora
Me parece muy acertada la definición que nos ofrece Silvia Álava, psicóloga clínica y de salud, de lo que a día de hoy parece ser la búsqueda de la felicidad: una yincana o una carrera de fondo. ¿Por qué tanta prisa? ¿Y si disfrutamos del camino y valoramos los pequeños detalles de nuestro día a día? Puede que estos no sean siempre perfectos pero, estoy segura de que, en cada uno de los días de nuestra vida, por muy mal que nos haya ido, saquemos algún punto agradable.
Sobre esto y otros asuntos más relacionados con la felicidad habla Silvia Álava en ‘¿Por qué no soy feliz?’ (HarperCollins Ibérica), un libro que nos ayudará a entender por qué nos encontramos abatidos en muchas ocasiones y cómo podemos revertir ese sentimiento para llegar al equilibrio y bienestar emocional que tanto deseamos.’¿Por qué no soy feliz?’, de la editorial HarperCollins Ibérica
A lo largo de la lectura, el lector descubrirá que ser feliz no significa habitar en el «país de la piruleta», donde todo es fantástico y maravilloso, porque ese lugar no existe; que para estar bien no hace falta cambiar de vida, ni hacer giros radicales, sino vivirla de otra manera, con conciencia y conforme a tus valores, aceptándonos tal y como somos, sabiendo que somos perfectamente normales dentro de nuestra preciosa imperfección. Ese es el secreto para comprender que todo merece la pena.
Parece que nuestra vida tiene sentido si tenemos felicidad pero, ¿puede que su constante búsqueda nos produzca el efecto contrario?
Dejemos ya de creer en esos mitos de que hay que buscar la felicidad. Eso no hay que buscarlo porque la felicidad tiene más que ver con estar en calma con uno mismo y sin pensar en estar en esa especie de yincana de ‘a ver quién lo consigue antes’ y vivir con emociones agradables todo el tiempo. No es viable porque, además, nos ponemos metas que se nos hacen completamente inalcanzables y nos frustramos.
¿Tiene entonces que ver con valorar los pequeños detalles?
Vamos a definir muy bien la felicidad porque lo mismo lo que nos hemos propuesto es inalcanzable y hay que ser consciente de esos detalles que nos hacen estar bien. ¿Que lo mismo lo que a nosotros nos hace felices no es para tirar cohetes en comparación a lo que necesitan otras personas? Puede ser que no sean grandes cosas pero sí las que nos hacen sentir bien. Entendamos que no todos los días vivimos cosas ‘guau’, así que vivamos de manera consciente y tengamos en cuenta esas cosas que no solemos observar en el día a día, como disfrutar del café mañanero, de una ducha caliente en invierno… Luego se nos rompe la caldera y es cuando lo echamos en falta…
Yo, por ejemplo, ahora mismo valoro mucho que me entre el sol por la ventana. Antes vivía en una casa en la que, por su estructura, no lo veía… Hay que ajustar en todo momento las expectativas porque ‘el país de la piruleta’ no existe. Desde la realidad hay que entender que vamos a tener días buenos y días malos. Los días malos los tenemos todos, solo hay que saber gestionar esas emociones desagradables.
Nos acostumbramos rápido a lo bueno y a lo malo porque la capacidad que tenemos es de acostumbramos a todo. Eso sí, si tenemos días malos todos los días y nos impide disfrutar del resto es cuando tendríamos que pedir ayuda.«Nos ponemos metas que se nos hacen completamente inalcanzables y nos frustramos»Silvia Álava , Psicóloga clínica y de salud
Tilda la frase ‘si quieres, puedes’ de ser un tanto dañina. ¿Qué se esconde detrás?
Esa frase ha hecho mucho daño porque no siempre vamos a poder conseguir las cosas; no tiene nada que ver con el interés, sino con ajustar nuestras expectativas. Tenemos que conocernos a nosotros mismos para conocer los puntos fuertes y los débiles. Fracciona las metas con pequeños objetivos, así que si nos fiamos mucho de esa frase lo único que conseguiremos es sentirnos completamente frustrados.
Conozco casos de personas que tienen todo aquello que deseaban en la vida y afirman no ser felices. ¿A qué se debe?
Idealizamos mucho el ser feliz y creemos que depende de factores externos cuando en verdad la felicidad tiene más que ver con lo que aportamos nosotros mismos. Debemos tener un diálogo interno para saber lo que sentimos y queremos y cómo lo vamos a conseguir. Por supuesto, puede darse el caso de que aquello que deseábamos tantísimo no es lo que habíamos esperado, pero no pasa nada, hay que afrontar un cambio de planes e irse de todos aquellos lugares donde no se está bien. No hay que conformarse. Necesitamos ciertas estrategias que dependen de nosotros y de cómo nos enfrentamos a esas situaciones poco agradables de la vida.
Solemos diferenciar entre emociones positivas y otras negativas. ¿Es posible que las negativas hagan más ruido que las positivas o que al menos así lo percibamos?
Las emociones negativas no son malas, son solo que nos producen sentimientos que no nos gustan tanto como los otras. Solemos tener una mayor tendencia a las emociones negativas y desagradables porque ponemos el foco en ellas. Lo que hay que entender es que muchas veces no hay que compensar con una positiva porque hay cosas que no se pueden compensar. Yo recomiendo hacer un diario donde apuntar las cosas agradables y poner en foco en lo que comentábamos antes: en el sol que entra por la ventana, una conversación que por fin he podido tener, el café de la mañana…
«Para incrementar el bien emocional hay que hacer cosas por uno mismo, no solo por los demás» Silvia Álava , Doctora en Psicología clínica y de salud
¿Cómo podríamos enfocarnos en las que nos hacen sentir bien?
Vuelvo a votar por ese diario en el que poner las situaciones agradables. Otra técnica que funciona mucho es la escritura emocionalmente expresiva, escribir sobre lo que nos ha pasado. Con ello vamos a trabajar mucho la consciencia y sabremos cuál es la causa y consecuencia de cómo nos hemos sentido.
Ha creado un método para incrementar el bienestar emocional. ¿En qué consiste?
Una de las cosas que vamos contando en el libro es cómo vamos a incrementar las emociones. Vamos a intentar incrementarlas lo mejor posible; sin metas que sean muy complicadas de adquirir. Esto no tiene nada que ver con cómo mires algo, si no de ser realista y saber decir ‘esto es difícil y no me gusta’.
Una de las premisas del método es tomar buenas decisiones. Muchas personas no saben cómo han llegado donde están y ha habido una ausencia de toma de decisiones porque se han dejado llevar… pero el piloto automático no, mejor es pararse a tomar decisiones. No existe la decisión correcta, sino que la tomas dentro de las variables que tienes en ese momento y lo que te importa. Por supuesto, con el paso del tiempo puedes pensar que te equivocaste, porque ahora conoces otras cosas que antes no conocías…
El método también se basa en apoyarse en los amigos, la mejor de las medicinas. Son un factor de protección y una fuente de emociones positivas. Hay que tener una buena red social y no solo apoyarnos en ellos, también ellos en nosotros.
No obstante, para incrementar el bien emocional hay que hacer cosas por los demás pero también por nosotros, es decir, practicar el autocuidado. ¿Te estás cuidando? ¿Estás cuidando tu espacio? Y, sobre todo, ¿cómo te estás hablando? Nos decimos cosas a nosotros mismos que no se las diríamos a nadie, y yo aconsejo tratarse a uno mismo como si fuésemos un amigo. Si un amigo comete un error, qué le dirías, ¿que es tonto? No, así que con nosotros también hay que dejar de machacarse.
En su método también menciona el vivir de ilusiones…
Pregúntate: ‘¿qué me gustaría hacer?’ Tienes que pagar facturas y no puedes dejar el trabajo, pero lo mismo te gusta hacer senderismo en tu tiempo libre y eso ya te aporta suficiente bienestar.
Sobre Silvia Álava
Es doctora en Psicología clínica y de la salud. Ejerce como psicóloga sanitaria y educativa, especializada en Psicoterapia, profesora universitaria y divulgadora científica. Es directora del Centro de Psicología Álava Reyes y asesora a varias sociedades científicas a las que pertenece. Autora de varios libros, también es conferenciante y colabora con distintos medios de difusión. Ha recibido el Premio de Comunicación del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.
FUENTE: ABCSalud