Las claves de la preparación del discurso de Leonor. Colaboración con la revista Vanity Fair
Dos expertos explican a Vanity Fair cómo podría ser la primera intervención pública de la primogénita de los reyes Felipe y Letizia.
La princesa Leonor de Borbón, primogénita de los reyes de España, tiene dos citas ineludibles este miércoles. Por un lado, celebrar su décimo tercer cumpleaños y, por el otro, la lectura pública en el Instituto Cervantes de Madrid de uno de los artículos de la Constitución Española con motivo del 40 aniversario de su aprobación en el Congreso de los Diputados. Una intervención pública, en la que estará arropada por su hermana la infanta Sofía y sus padres, que ha levantado gran expectación entre los españoles, ya que será la primera vez que escuchemos la voz de la heredera al trono español en un acto solemne e institucional como futura reina.
¿Recordará a Felipe VI jurando la Constitución en 1986? ¿Sentirá miedo escénico y nerviosismo Su Alteza Real? ¿Qué pautas de la comunicación verbal habrán trabajado en el Palacio de la Zarzuela para que la adolescente regia se enfrente a su auditorio con solvencia y seguridad? Según los expertos consultados por Vanity Fair, la Princesa de Asturias habría trabajado sobre todo dos aspectos para esta primera intervención pública: la dicción y la pronunciación, así como el uso y la práctica de algunas técnicas de autocontrol de la ansiedad para superar los miedos lógicos de alguien que hablará en público por primera vez siendo aún una niña. No obstante, tal como ha podido confirmar este medio, en el centro privado de Santa María de Los Rosales al que acude la hija de Felipe VI la preparan para que pierda el pudor a hablar en público con presentaciones en clase ante sus compañeros y obras de teatro donde la joven princesa tiene papeles de peso, aunque no los principales.
Ángel Lafuente, profesor asociado a la Universidad de Navarra, asesor de oratoria y, curiosamente, compañero de TVE de la reina Letizia cuando aún era periodista en la cadena pública, cree que la manera de hablar “refleja lo que somos” y, por lo que ha podido observar, señala, la pequeña Leonor “parece algo tímida con 13 años, pero no es para menos, hay que ponerse en su papel y sólo es una niña. No sé cómo leerá, pero me imagino, por mi experiencia -ha trabajado con niños desde los ocho años-, que lo hará en plan colegial, así que le diría que debe leer igual que beben las gallinas: picoteando hacia arriba y con la cabeza alta para dejar entrar el aire por la fuerza de la gravedad”.
Señala Lafuente, además, es imprescindible “haber leído repetidamente en alto el texto que se va a exponer”, en este caso un artículo de la Carta Magna y “procurar mirar al público mientras se lee, esto es algo que su madre, por ejemplo, hace muy bien”, matiza este exlocutor del NODO. También hace hincapié en la necesidad de “mover de manera exagerada la lengua, la boca y la barbilla al pronunciar las palabras para lanzar la voz a la cara y, sobre todo”, apunta, “tener presente el gran truco de la oratoria: valorar los silencios y enfatizar ligeramente las palabras clave”.
Por su parte, Silvia Álava, directora del área infantil del prestigioso centro de psicología Álava Reyes, que se muestra absolutamente a favor de fomentar las intervenciones públicas desde la infancia en el sistema educativo español, cree que la princesa Leonor “está hartamente preparada por lo que es poco probable que los nervios la dejen bloqueada cuando lea”. No obstante, apunta la experta en psicología clínica, “la ansiedad puede ser nuestro peor enemigo cuando hacemos una exposición pública, por eso es muy importante llevar a cabo algunas técnicas dialécticas como el control de la respiración diafragmática para disponer de más aire y poder vocalizar correctamente con tono y velocidad adecuada con la supervisión de un logopeda”.
Lafuente, contundente en sus afirmaciones, cree que “es posible que Su Alteza sienta nerviosismo y zozobra porque es presa, como todo el mundo, del qué dirán o pensarán los demás”. Por ello, detalla el especialista en oratoria, “le diría que se imaginara que el salón está libre de público: ‘Solo usted, su libro y las paredes’. Como dijo Calderón de la Barca “esta vida es un teatro”, pero un teatro muy serio en el que el destino y la Providencia nos ha dado a cada uno un papel”.
Con este entrenamiento en el Cervantes, la Princesa de Asturias tendrá un peldaño ganado en comunicación verbal cuando tenga que jurar la Constitución ante los 350 diputados en la cámara baja, como ya hizo su padre en los años 80 y convertirse en la quinta heredera al trono español en hacerlo. Eso sí, la joven Leonor cuenta con un plus en su entrenamiento de la palabra que sus predecesores Isabel II, Alfonso XIII, Juan Carlos I y Felipe VI no tenían: una madre que fue presentadora de televisión antes que reina. Es probable que Letizia, muy pendiente de la educación de sus hijas, haya seguido detalladamente la preparación de esta lectura constitucional.