Déficit de atención ¡Ojo con los falsos positivos! Colaboración con la Agencia EFE

Actualmente el Trastorno por Déficit de Atención (TDA), con o sin hiperactividad, es lo más diagnosticado dentro de lo que es la clínica infantil, pero cuidado con los falsos positivos porque implica que a muchos pequeños se les ponga una medicación que en realidad no es necesaria.

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FOTO EFE/Alberto Aja

Decir que un niño tiene TDA cuando en realidad no lo padece, es más peligroso que decir que padece una dislexia o un problema de aprendizaje, aunque tampoco sea cierto.

“Y es más peligroso porque muchas veces son remitidos a una unidad de salud mental o de neurología y se les pone una medicación que en ocasiones no precisan”.

Así lo ha advertido a EFEsalud la psicóloga clínica y educativa Silvia Álava Sordo, cuya tesis doctoral versa precisamente sobre el Trastorno por Déficit de Atención.

Un trastorno en el que el lóbulo prefrontal, la zona del cerebro que dirige al resto de áreas cerebrales, no está igual de activa o no funciona igual que en el resto de niños.

Autora de libros como ”Queremos hijos felices”, la psicóloga defiende la necesidad de un “correcto diagnóstico”, así como conocer muy bien el perfil y cuáles las pruebas a realizar para  discriminar correctamente entre un niño que tiene TDA y entre otro que tiene un problema de aprendizaje, pero sin esta patología.

“El problema es que muchas veces se está haciendo un diagnóstico en base simplemente a un cuestionario”.

“Y cuando solo se hacen esos cuestionarios y no se pasan pruebas objetivas hay muchos falsos positivos”.

“Hay chicos que en un determinado momento son despistados o más impulsivos, o movidos, pero no tienen este trastorno”.

VÍDEO EFE/PILAR GONZÁLEZ MORENO

Cuando haces una evaluación objetiva y analizas muy bien cada caso, ya no es simplemente que evites el falso positivo, sino que además delimitas muy bien las pautas de intervención que cada niño necesita, “haciéndole un traje a medida”.

Hoy el TDA “es lo más diagnosticado dentro de la clínica infantil”. Realmente,  indica la psicóloga, la prevalencia es muy alta:

En la población americana sobre un 5%; en la Unión Europea entre un 5 y un 10% en Primaria, y en España es algo menor, en torno a un 4 o 5%, “lo que supone, en este último caso, que prácticamente en cada clase suele haber un niño”.

Déficit de Atención: sin problemas de inteligencia

La edad de corte para detectarlo son los seis años, antes es muy difícil establecer un diagnóstico porque se considera que lo que es la función ejecutiva y el lóbulo prefrontal todavía no están maduros.

“Pero puede haber menores a los que les veas rasgos cuando todavía no tienen la citada edad.Es muy importante entonces evaluar para trabajar cuanto antes, porque a menor edad mayor plasticidad cerebral”.

Los niños con déficit de atención no tienen por qué tener una inteligencia más baja de lo esperado.

La media de inteligencia en la población en general es igual a 100, y nunca por debajo de 80, y sabemos que los TDA tienen una inteligencia dentro de esta media.

“Esto es muy importante porque puede haber algún sector de la población que puede pensar que son menos listos”.

Si están por debajo de 80 “es probable que estemos hablando de otra cosa, igual estamos ante una inteligencia límite o una discapacidad intelectual”.

Qué dificultades tienen

Lo que sí que se observa es que los escolares con déficit de atención suelen hacer peor las pruebas de memoria de trabajo:

“Es decir cuando tienen que trabajar mentalmente con la información es cuando tienen dificultades”.

Déficit de atención
FOTO EFE/J. M. Aragón

“Si le pides a un niño con Trastorno por Déficit de Atención que repita unos números lo hace exactamente igual que los demás niños.

Pero si le requieres que te diga primero unos números, por ejemplo del 1 al 9, y luego las letras de la A a la Z, ahí si se ve una diferencia significativa”.

“También fallan en todas las tareas de velocidad de procesamiento, porque son tareas en las que se precisa una atención selectiva, y especialmente fallan en la memoria visual selectiva”.

De acuerdo con Silvia Álava, los niños con TDA tienen dificultades en tres tipos de atención:

En la sostenida, que es la cantidad de tiempo que pueden estar prestando a una tarea.

En la selectiva, que es la capacidad para fijarte en lo que es relevante y rechazar lo que no es.

Y también tienen dificultades en el llamado control de la interferencia, que es el ser capaces de cuando hay algo que te distrae, evitar esa distracción, y centrar la atención en la tarea que llevan a cabo en ese momento.

“Saber que ese pensamiento que ha pasado por mi cabeza o lo que me ha distraído no es importante y que tengo que volver a las tareas que estoy haciendo”.

Consecuencias emocionales, psicológicas…

Al niño no le va a beneficiar que se le trate de forma diferente por tener TDA.

“No hay que dejarle hacer lo que quiera, porque tiene que aprender a vivir en sociedad y ajustar lo máximo posible. Tiene que entender que hay cosas que le van a costar mucho”.

Defiende esta especialista que hay que explicárselo bien “y  a veces tampoco hace falta decirle la etiqueta de lo que tiene”.

Hay que explicarle y decírselo en positivo: “como entiendo lo que te está ocurriendo, te estoy ayudando y por eso te vas a sentar en la primera fila, y te voy a dar más tiempo para que hagas el examen…”.

El problema es cuando no se explica bien.

“Entonces el niño queda como el señalado, el que en algún momento tiene que ir a a apoyo”.

Si se hace bien, el menor “tiene que percibir que todos somos diferentes y cada uno necesita una ayuda distinta”.

déficit de atención
FOTO EFE/David Aguilar

El tener el diagnóstico permite hacer las adaptaciones curriculares necesarias:

“A veces estas adaptaciones son tan sencillas como que se siente en la primera fila o no se ponga al lado de la ventana, ni junto a un compañero que hable mucho”.

En los exámenes hay que darles más tiempo:

“A veces también es un problema de organización, y hay que darles las preguntas de una en una, porque si se las das todas de golpe no son capaces de planificar y organizarse”.

Al  organizarse mal, si les das las preguntas todas juntas, “se saltan incluso las que sí se saben”.

La atención escolar en España

A juicio de la psicóloga, en los colegios se ha avanzado mucho. La mayor parte lo entienden y están aplicando los protocolos, pero aún queda recorrido, queda por avanzar y por hacer.

“Pero quizás el sistema que hay en España no es el que más beneficia a los TDA. Hay otros como el americano que les va mejor a estos niños, porque son más participativos, menos memorísticos y cuentan con un mentor que les guía y ayuda”.

Opina además Silvia Álava que existe un salto muy fuerte entre la Primaria y la Secundaria.

“Y cuando llegan a esta etapa se encuentran, por ejemplo, con un profesor por asignatura y se pierden porque se les está pidiendo una capacidad de planificación y organización que no tienen”.

En su opinión, si no se diagnostica a edades tempranas y no se trabaja bien con ellos puede haber un importante fracaso escolar.

En España está contemplado por ley que los niños con dislexia y déficit de atención tiene que tener más tiempo en un examen.

FUENTE: EFESalud