Ansiedad - Coronavirus

¿Estoy teniendo ansiedad? Reconoce los síntomas (y cómo controlarla). Colaboración con Consumer

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 puede aumentar los casos de ansiedad. Reconocer a tiempo los síntomas y saber cómo reaccionar es vital para minimizar sus efectos sobre la salud

Los seres humanos estamos preparados para activarnos ante cualquier situación de peligro. El corazón late más deprisa, hiperventilamos y tensamos los músculos para poder salir corriendo y preservar la vida. La motivación fisiológica es clara: prepararnos para la huida. “Cuando se trata de un peligro real, es lo que se llama una respuesta de ansiedad positiva; pero cuando no lo es, mi cuerpo se ha preparado para una situación peligrosa, cuando en realidad este peligro solo existe dentro de mi cabeza, y me imagino que algo va a salir mal o tengo pensamientos catastrofistas. Es lo que popularmente conocemos como ansiedad”, explica Silvia Álava, especialista en psicología educativa del Centro de Psicología Álava Reyes.

La ansiedad está, por lo general, muy relacionada con las interpretaciones que hacemos de las situaciones que vivimos, y las ideas potencialmente irracionales que puedan derivarse de ellas. Sentirla de forma ocasional es algo normal: nos sucede cuando estamos en una situación potencialmente ansiógena, como la actual crisis del coronavirus, en la que muchas personas han tomado decisiones irracionales, como comprar alimentos de manera excesiva pese a los mensajes oficiales que aseguran el abastecimiento. Pero cuando esto se da de forma recurrente, sintiendo preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes en muchas situaciones cotidianas, nos podemos estar refiriendo a un trastorno de ansiedad.

“Que en estos momentos tengamos todos un poquito de ansiedad es previsible, porque nos encontramos en una situación extrema que nunca antes habíamos vivido como país. Tener un poco de miedo nos ayuda a ser precavidos, a seguir las instrucciones que nos dan desde Sanidad, a lavarte más las manos, a pensártelo dos veces antes de tocar algo…”, argumenta Álava. “El problema es cuando se pasa a una situación de pánico, y hacemos cosas que no nos evitarían un contagio, como hacer acopio masivo de comida, cuando nadie nos ha dicho que se vaya a acabar”.

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