Este año, más que nunca, somos conscientes de la fragilidad del ser humano. Colaboración con la Agencia EFE
Por Javier Tovar |
En el Día Mundial de la Salud, 7 de abril, y en plena pandemia de la COVID-19, Silvia Álava, doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y directora de área en el Centro de Psicología Álava Reyes, escribe un articulo para EFEsalud y reflexiona sobre la fragilidad que en estos momentos sienten los seres humanos.
Hoy es el Día Mundial de la Salud. Y este año más que nunca somos conscientes de la fragilidad del ser humano, de la importancia que tiene la salud y de las consecuencias de la ausencia de ésta. La Organización Mundial de la Salud define la salud, no sólo como la ausencia de enfermedad, sino como “El estado completo de bienestar físico, mental y social de una persona”.
Se trata de encontrarse bien tanto a nivel físico como emocional.
Nunca habíamos vivido una pandemia como la actual. Esto ha implicado que el mundo se ha parado, nos hemos confinado en casa, dado que es la única formula para evitar que los contagios sigan en aumento. Pero en estos días, no sólo es importante cuidar nuestra salud física, que se hace esencial, sino que no podemos olvidarnos de nuestra salud mental y emocional.

No valoramos la salud hasta que la perdemos, y con la salud metal, esto, todavía es más complicado. La enfermedad mental carga con un estigma social muy negativo. Todavía hay gente que piensa que es algo que se elige, o que es cosa de débiles, cuando en absoluto es así. Tener un problema de salud mental es muy costoso, porque puede llegar a ser muy invalidante para la persona que lo padece, así como para su entorno.
Estos estigmas hacen que a las personas les cueste pedir ayuda, o que no encuentren apoyo en su círculo más cercano de familiares, amigos, trabajo, simplemente por desconocimiento. Ahora más que nunca es necesario cuidar de nuestra salud física y mental. Por ello te recomendamos que practiques estas 6 rutinas de forma diaria:
- Acepta la situación, estamos confinados y hay personas que lo llevan mejor que otras. Depende mucho de la situación personal, de la genética y de las variables de personalidad. Pasarlo mal, tener malos momentos o experimentar emociones desagradables no te hace ser, peor persona o más débil. Eres humano, y como tal, no eres perfecto.
- Busca un espacio para el autocuidado. Sobre todo, si tienes niños, ancianos, o personas con discapacidad a tu cargo. No puedes cuidarlos a ellos si tú no estás bien. No creas que eres egoísta por dedicarte unos minutos al día, además de que tu salud lo agradecerá, es completamente necesario.
- Céntrate en las cosas que dependen de ti, en lo que está en tu área de acción, lo que tú puedes hacer. “Rumiar” en exceso sobre cosas que no dependen de nosotros es un enemigo paranuestro equilibrio emocional.
- Pierde el miedo a echar una mirada hacia tu interior y reconocer tus sentimientos. Es imposible manejar emociones que no somos conscientes que sentimos. Es el momento de aprender a estar a gusto y en paz con nosotros mismos. Es difícil, pero se puede conseguir.
- Si lo necesitas, pide ayuda profesional cualificada. Pedir ayuda no es de débiles, sino todo lo contrario. Implica reconocer que algo no va bien, o que puede ir mejor. Los profesionales de la salud mental te pueden ayudar primero a qué entiendas lo que te ocurre y lo que te sucede. A superar las situaciones traumáticas que has podido vivir, te darán técnicas y herramientas que te ayudarán en el proceso. Te acompañarán en todo momento a superar la situación y a sacar una nueva versión de ti mismo fomentando la resiliencia.
- Se realista, no se trata de inventar un mundo ficticio de color de rosa. La situación es muy complicada, y muy difícil. Hay gente enferma y por desgracia también hay muertes, aún así, será complicado, pero vamos a salir de esto. Mantén la esperanza y busca cosas que te ilusionen. La ilusión es un gran motor para continuar adelante y sacar fuerzas de donde muchas veces no hay.
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