Él siempre dice sí. Colaboración con la revista Cosmopolitan
AL PRINCIPIO, LLEVAR LA VOZ CANTANTE TE PARECÍA GENIAL, PERO YA TE HAS CANSADO DE TANTA COMPLACENCIA. AVERIGUA LAS CAUSAS ¡Y LA SOLUCIÓN!
TEXTO: LOLA FERNÁNDEZ. FOTO: CHRIS CRAYMER
Parecían el hombre y la relación perfectos: sin desencuentros, sin discusiones, sin peleas… Sin embargo, todo se ha convertido en un infierno de aburrimiento, sospecha y, finalmente, rabia. «¿Qué le pasa?», te preguntas sin llegar a ninguna conclusión clara. «¿Por qué jamás tiene una opinión, una idea o una propuesta propias? ¿Voy a estar yo toda la vida decidiendo lo que tomamos para cenar, lo que le regalamos a su hermana y dónde vamos de vacaciones?». El panorama es complicado, y la respuesta a tus dudas puede que también. Si te has enamorado de un hombre que siempre dice sí y carece de iniciativa, no te queda más remedio que bucear a fondo en la psicología para tratar de entenderle.
Cuestión de conducta
Silvia Álava Sordo, psicóloga del Centro de Psicología Álava Reyes, insiste mucho en que esta actitud no es un rasgo de la personalidad, sino un estilo de comportamiento y, por tanto, es remediable. «Es muy común que tenga que ver con un problema de asertividad, con la capacidad de autoafirmación personal que tenemos todos. Los motivos por los que una persona puede inhibirse de esa manera y estar a expensas de lo que dice y hace su pareja pueden ser muchísimos, aunque unos estén más justificados que otros: falta de recursos (no saber expresar algo sin enfadarse o imponerse), inseguridad (miedo a decir lo que piensa), ideas irracionales (cree que si no se niega a nada, tú no le dejarás jamás)…», enumera la experta.
Alejandra Menassa, médico internista y psicoanalista, menciona el machismo como uno de los desencadenantes. «Hay hombres que confunden a su novia con su madre. Son como niños acomodados que esperan que tú se lo hagas todo. Es muy habitual que hayan vivido en un ambiente de sobreprotección, con una educación que no contempló el reparto de tareas en el hogar». Pero, además, advierte de dos casos ante los que lo mejor es recurrir a un especialista: cuando te enfrentas a una personalidad pasivoagresiva («personas muy dependientes que, aunque tengan capacidades, no las desarrollan, y al final acaban poniendo pegas a todo», describe) y si la causa obedece a una depresión. «Este es el caso más grave, pero también tiene tratamiento», explica Menassa. «A veces tienen un antecedente reciente de una relación pasada cuya pérdida no han podido superar».
Ambas profesionales insisten en que se trata de una conducta modificable, aunque requiere una condición imprescindible: que él vea el problema y quiera resolverlo.
Identifícale
Si tienes muy claro que no quieres ser ni la jefa ni la única encargada de tu relación, toma nota de estas mutaciones del hombre que nunca dice no. ¡Aprende a detectarlo!
- EL INSEGURO Le cuesta tanto tomar una decisión que prefiere que tú resuelvas la papeleta. En realidad, tiene miedo de defraudarse y defraudarte, que es lo que acaba consiguiendo de todos modos. ¡Horror!
- EL LISTILLO Su vida es una eterna pregunta: que si «dónde está esto», que si «qué hago con lo otro»… Sabe que perder el tiempo te enerva y así consigue que tú te encargues de todo.
- EL VAGO No es que tenga mal fondo, es que el mundo (o su madre) le ha hecho así: perezoso, desconectado, remolón… Todo le parece bien, siempre que no tenga que mover su culo del sofá. ¡Gooool!
- EL SERVICIAL Cuando una persona busca todo el rato su propia satisfacción en la de su pareja… ahí hay sitio para una terapia. Puede tener que ver con su falta de autoestima, el miedo a perderte, con episodios de su infancia…
Manual de Uso
- No le plantees propuestas ni soluciones. A veces, por una mera cuestión de economía del tiempo, solventamos el día a día mecánicamente. Mantente al margen y que sea él quien lo haga.
- Pregúntale abiertamente por lo que está pensando, por su opinión, por sus intereses… No le apremies, pero tampoco cambies de tema hasta que no haya salido alguna idea de su boca (aunque te cueste).
- Intenta hacer de vez en cuando planes por tu cuenta, con tu propio grupo de amigas, en los que no esté incluido él. Observa si se decide a actuar igual que tú o se queda como si tal cosa tumbado frente a la tele.
- Refuérzale cada vez que dé un paso adelante y se atreva a expresar un deseo o una opinión. Procura no machacarle aunque no estés de acuerdo. Anímale a expresarse.
- No hagas las labores de la casa que no te corresponden. ¡Prohibido!
- Consultad con un experto si finalmente ves que su actitud pasiva se da en todos los ámbitos de la vida y siempre cae en la negatividad. Sin duda, necesita ayuda.
FUENTE: revista Cosmopolitan