Hijos que no obedecen

¿Cómo conseguir que mis hijos me obedezcan? Colaboración con Papás e Hijos

Hijos que no obedecenDuda de una lectora a Silvia Álava, psicóloga Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Además de la autora del libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”.

Querida Silvia,

Hola Silvia

Mis tres hijos (9, 7 y 5) tienen por costumbre ponerse a jugar cada vez que decimos de salir a la calle o asearse antes de cenar o jugar cuando deben ir a la cama. A veces los ignoro para mostrarles que no llaman así mi atención pero no sirve más que para ponerme más nerviosa.

Les refuerzo cuando hacen lo que deben en su momento. Siempre estoy en el dilema “no importa, sólo están jugando perooo no es lo que toca ahora”

No sé si soy demasiado estricta y me da miedo salirme de la rutina porque considero que deben tener marcadas unas pautas pero ¿dónde está el límite?

Cada vez que les digo lo que tienen que hacer, la mayor se enfada, no “soporta” que le diga lo que tiene que hacer. El pequeño sólo juega pero la mediana, que es súper responsable me dijo el otro día que no me hacia caso porque quería “ganarme”.

Lucho constantemente entre lo que quiero y lo que debo.

Gracias,

Madre de tres

silvia alava sordo psicologa infantil

Silvia Álava, psicóloga Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes.

 

Conseguir que los niños obedezcan y al ser posible a la primera, ¡es el sueño de todos los padres!, pero como bien dices en ocasiones es difícil de conseguir y los niños se ponen a jugar o a realizar otra tarea en el momento más inoportuno. En tu consulta dices que has intentado ignorarles, pero no lo has conseguido, pues al final te has puesto nerviosa, es decir, los niños sabían que en el fondo no los estabas ignorando, sino que estabas pendiente de ellos (sino, no te hubieras puesto nerviosa), y además tu hija mediana te lo ha dejado claro, su objetivo es el reto, saber hasta donde puede llegar, y “quiere ganarte”.

Creo que lo primero que tendrías que hacer es marcar ese límite que mencionas. Tener claro donde está, no solo te ayudará a ti a marcar la pauta y a establecer las rutinas, sino que lo que parece que es lo que tus hijos están buscando, al no estar claro, los niños lo buscan y además te lo dicen: “quiero ganarte”.

Es importante que las normas estén claras desde el principio y que los niños sepan cuales son las normas de la familia. Por ejemplo una norma que se podría poner sería: se obedece a la primera. Eso implica que las cosas se van a decir solo una vez. Será importante que esta norma esté explícita, que los tres sepan que a partir de hoy las cosas se dicen solo una vez, y que tú vas a hacer caso a quien sí que obedezca.

Párate a observar, ¿quién de tus tres hijos se lleva más atención por tu parte, el que obedece y va a comer, o el que no lo hace y entonces le persigues para cumpla lo establecido?. Lo habitual es que la final la atención la acapare quien no está obedeciendo, así que los otros rápidamente le copian pues también quieren que estés pendiente de ellos. Es por eso que hay que darle la vuelta a esta situación y a partir de ahora, dejarles claro que las cosas se dicen una vez. Si por ejemplo los niños están entretenidos antes de la comida, puede funcionar bien si te aviso que en cinco minutos hay que apagar la tele, o la tablet porque vamos a cenar,además enunciarlo en positivo, “sé que vais a obedecer a la primera y mamá se pondrá muy contenta”.Cuando ya ha llegado la hora, basta con que les recuerdes que ya les avisaste hace cinco minutos que tocaba cenar y que ahora llega el momento de obedecer a la primera. Y presta atención de los tres al que te obedece. Eso sí si no apagaron el dispositivo electrónico que tuvieran entre manos, apágaselo tú.

Con las normas claras, por ejemplo: “se obedece a la primera”, las consecuencias establecidas, “yo haré caso a quien me esté obedeciendo”, y enunciando las cosas en positivo “lo vais a hacer muy bien y yo me pondré muy contenta”, seguro que vuestro día a día mejorará mucho. No obstante, en el libro “Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron”, tienes muchas más ideas sobre cómo conseguirlo.

 

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