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Así conseguirás que tus hijos sean felices. Colaboración con el diario El País

Hablamos sobre la importancia de la educación emocional a raíz del libro de cuentos infantiles publicado por Anna Morató.

Anna Morató resume en cuentos infantiles pautas para potenciar en los niños valores como la autoestima o la tolerancia a la frustración.

Escrito por Celia López

La felicidad se enseña y si se empieza desde la infancia, mucho mejor. Con este objetivo, la escritora Anna Morató ha publicado De mayor quiero ser feliz (Beascoa) en el que trata emociones como el enfado, la empatía y el valor del esfuerzo. Por ejemplo, para explicar la importancia de ponerse en el lugar de otros, una niña se transforma en otra al ponerse sus zapatos y siente todas sus emociones. “Utilizo metáforas visuales para que los niños entiendan conceptos que son complejos. Hay que transmitirles que al final son ellos los que deciden cómo reaccionar ante lo que les pasa en la vida, por eso todos los relatos terminan igual: tú decides”.

Antes de hacerse escritora y tener hijos, Morató trabajó en el sector del marketing y enseñaba a los directivos a manejarse ante la adversidad. «Cuando me quedé embarazada de mi primera hija, me preocupaba mucho cómo transmitirle valores positivos. Quería que estuviera preparada para las dificultades con las que se iba a encontrar en la vida y los cuentos son la mejor herramienta para hacerlo», explica. Así que utilizó su experiencia laboral para hacer «presentaciones» con dibujos para explicarles por qué había que recoger los juguetes o que había que despedirse del parque hasta día siguiente y no estar tristes porque nos íbamos a casa…

En su libro, Morató insiste en enseñar a los niños a tener autoestima y también a obviar los comentarios negativos que otros amigos o compañeros les digan. «Pero también resalto en las historias que, además de no hacer caso a los insultos, tienen que decírselo a sus padres o profesores, para poder poner freno al acoso», explica.

Morató recomienda que docentes y progenitores hablen mucho con los niños y estén muy pendientes de cómo se comportan para detectar si están sufriendo bullying. «Hay veces que los niños están en una situación de vulnerabilidad, pero no saben lo que les pasa y no son capaces de ponerle palabras. Por eso hay que hablar mucho con ellos y estar pendientes de si están desanimados o no tienen ganas de ir a clase», dice. El próximo libro de Morató versará sobre el compañerismo y la forma de evitar el acoso escolar. «Hay que hacer ver a los acosadores que ellos también son perjudicados por las burlas que hacen. Una persona que insulta a otros es porque no se siente bien consigo mismo», afirma. 

El hilo conductor de todos los relatos de Morató es enseñar a los niños que la felicidad no viene dada por los juguetes que tengan ni por las cosas que les sucedan. «En una sociedad materialista y consumista hay que enseñar a nuestros hijos que la felicidad depende de sus decisiones y no de lo material», dice la autora. Morató defiende que hay que enseñar a los niños a esforzarse para conseguir las cosas que están a su alcance y que no deben preocuparse por aquellas que están fuera de su control, por lo que también hay que saber prepararles para la frustración.

La importancia de la educación emocional

La psicóloga infantil Silvia Álava explica que es muy importante potenciar en los menores la educación emocional. “Los beneficios están demostrados científicamente. Los niños que aprenden a controlar sus sentimientos toman mejores decisiones a lo largo de su vida”, afirma. Aunque los padres y la familia representan el entorno más cercano para este tipo de aprendizaje, Álava afirma que es positivo que en los colegios se incluya algún tipo de enseñanza de los sentimientos. “Está comprobado que cuando hay intervenciones en las aulas con profesionales cualificados se reducen los casos de acoso escolar”, explica. La experta también hace hincapié en la importancia de potenciar la autoestima de los niños para favorecer su autonomía. «Nunca debemos exigirles a nuestros hijos cosas que no están a su alcance ni debemos compararlos con otros menores, pero sí hay que transmitirles el valor del esfuerzo», concluye. 

FUENTE: Diario El País: De mámás y Papás

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