10 Consejos para ayudar a los niños a superar el miedo. Colaboración con Padres y Colegios
Todos, tanto los niños como los adultos en alguna ocasión tenemos miedo. Y es algo que a veces nos cuesta expresar y asimilar. Nuestros hijos e hijas y nuestros alumnos y alumnas muchas veces tienen miedo y no saben reconocerlo, ni expresarlo, ni gestionarlo. El miedo no es malo, es una emoción, que además tiene un valor fundamental para nuestra especie.
¿Para qué sirve el miedo?
El miedo ha tenido y tiene un valor fundamental para la supervivencia. Es una alarma psicológica, que sirve para avisarnos de que una situación es peligrosa. Hace que se facilite la respuesta de escape. El miedo prepara al organismo para salir corriendo. Por eso cuando sentimos miedo el corazón late más deprisa, hiperventilamos, los músculos, principalmente de las piernas, se tensan… todo ello facilita la huida en una situación potencialmente peligrosa.
Cuando tenemos miedo, la atención se redirige y prestamos una atención exclusiva al estímulo temido. Nuestro cuerpo y nuestra mente actúa así, porque quieren tener bajo control algo que consideran potencialmente peligroso. Por eso, si tienes miedo a un bicho que ha entrado en la habitación donde estás, no puedes dejar de seguirlo con la mirada y eres incapaz de seguir con tu tarea.
El miedo nos prepara para poder reaccionar de forma rápida e instintiva a los estímulos potencialmente peligrosos. Si no sintiésemos miedo, tendríamos problemas para reaccionar de forma correcta ante el peligro y no tomaríamos precaución a la hora de enfrentarnos a situaciones peligrosas. Por ejemplo, el miedo ayuda a cruzar con cuidado una calle. Si enseñamos a los niños y niñas que pueden ser atropellados por un coche, serán más precavidos y cruzarán la calle con más cuidado.
El problema es cuando tenemos miedo a cosas o situaciones que a priori no son peligrosas. En el caso de los niños existen miedos de tipo evolutivo que es importante conocer.
¿Por qué es importante conocer los miedos de nuestros hijos y alumnos?
Frases como “sentir miedo es de débiles”, “el miedo es opcional”, “no tengas miedo”… no ayudan a conocer ni a gestionar esta emoción correctamente. Conocer los miedos que pueden tener los niños a las diferentes edades y cómo actuar ante ellos ayudará a que los menores los superen y no se queden enquistados.
Los niños experimentan miedos muy diferentes a lo largo de su desarrollo, muchos de ellos, son normales evolutivamente hablando y desparecerán con el tiempo.
Así, los niños de hasta 3 años pueden tener miedo a la separación de los padres, y los ruidos fuertes o sobresaltos inesperados es fácil que les asunten.
A partir de los 3 años el desarrollo cognitivo del niño es mayor y por eso pueden experimentar miedo ante seres imaginarios como fantasmas o monstruos. También en esta etapa pueden sentir miedo a los animales y a dormir solos.
De los 6 a los 9 años, los miedos ya no son tanto a seres imaginarios, sino que se vuelven más realistas y específicos. A esta edad puede aparecer el miedo a la propia muerte o a la de un familiar, a la sangre, agujas…
En la preadolescencia suelen reducirse los miedos a los animales y se incrementan el miedo a la crítica, al fracaso o a suspender.
Al llegar a la adolescencia decrecen los miedos relacionados con la muerte y el peligro y aparecen los miedos relacionados con la sexualidad.
10 consejos para ayudar a los niños a superar su miedo:
1.Observa tu comportamiento. No olvides que los niños copian a sus adultos de referencia, que son sus padres. Los padres son el modelo a seguir. Unos padres asustadizos y con miedo están enseñando a sus hijos a tener miedo.
2.Mantén la calma. Si tu hijo o un alumno te ve asustado interpretará que su miedo es real y cada vez lo experimentará con una mayor intensidad.
3.No muestres al niño una excesiva preocupación por su miedo.
4.Debemos transmitir firmeza y seguridad, no miedo y angustia.
5.Utiliza el sentido del humor; esto ayudará a que el niño se relaje y pueda relativizar sus miedos. Pero no te equivoques: no se trata de reírnos de él, tal actitud, además de agravar el problema, puede afectar a su seguridad y a su autoestima.
6.Controla los dibujos y las películas que ven los niños.Aunque sean aptos para su edad, puede que muestren determinados personajes o situaciones que les den miedo.
7.Haz aproximaciones sucesivas. Que poco a poco se vaya enfrentado con éxito a los miedos, empezando siempre por los temores más bajos e ir de forma gradual incrementando la exposición a lo que más miedo le da.
8.La clave es acompañar. No le dejes solo, pero tampoco lo resuelvas por él. Que sepa que estarás a su lado pero que tiene que enfrentarse él.
9.Prueba a ridiculizar los miedos. Como por ejemplo pintar el monstruo o fantasma que lo asusta y tacharlo, o ponerle lazos para que provoque risa en lugar de miedo.
10.Practica con él alguna técnica de relajación como la respiración diafragmática o abdominal.
Es importante distinguir entre los miedos evolutivos y el miedo patológico. Si vemos que el miedo interfiere en el día a día de nuestros hijos o alumnos, que lo pasan mal o que incluso les coarta de realizar algunas actividades, no dudes en pedir ayuda profesional.
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