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“Si queremos que nuestro hijo cambie su conducta, el cambio debe empezar en nosotros” Entrevista para Educar es Todo

 Por María Dotor Periodista + INFO

‘Seis cuentos para educar en disciplina positiva’ es el último libro publicado por el Centro de Psicología Álava Reyes, escrito por una una de sus profesionales, la psicóloga Silvia Álava.

Seis historias protagonizadas por trapecistas, ovejas, piratas y piedras mágicas recorren las páginas de este libro con el fin de enseñar a los más pequeños conceptos como las rutinas, la pertenencia, la persistencia, el perdón, el enfado o la autoestima de un modo sencillo.

Pero, además, es un manual para nosotros, las madres y padres, ya que contiene una guía práctica para enseñarnos a aplicar desde casa esta disciplina positiva para conseguir que nuestros hijos cumplan normas, pidan perdón, gestionen sus emociones, etc…

1. Silvia, seis cuentos para niños, pero también explicaciones para los padres que nos pueden servir en la crianza y educación de nuestros hijos… Un libro que es la herramienta perfecta para toda la familia…

Exacto, es que el cambio está en nosotros, los adultos. Cuando estamos educando, los responsables somos los padres. Incluso, cuando estamos hablando del adolescente, el cambio tiene que empezar en nosotros. Es el adulto el que tiene que actuar de forma diferente para que el niño actúe diferente. Cuando trabajo con familias les pido que hagan un registro, no solo de lo que hace o dice su hijo, sino de lo que le contestan ellos. Y la clave, la mayor parte de las veces, está en nuestra respuesta.

2. La herramienta que propones en este libro para relacionar con nuestros hijos es la disciplina positiva. Cuando hablamos de educar en positivo, hay mucha gente que lo relaciona con el hecho de no poner normas y límites a los niños. ¿Por qué ocurre esto? 

Es cierto que existe un mal entendido y confundimos disciplina positiva con ausencia de normas y límites, pero nada más lejos de la realidad. Cuando hablamos de disciplina positiva, por supuesto que hay normas y límites, lo que pasa es que las normas y los límites se han explicado y anticipado. Es decir, las normas atienden a una lógica y un razonamiento, no se ponen bajo el esquema del “aquí mando yo”.  No podemos olvidar que las normas y los límites no las ponemos para que los niños nos obedezcan porque sí, sino para que los niños y las niñas activen el autocontrol. Por eso, las normas deben estar explicadas, anticipadas, enunciadas en positivo y adaptadas a la edad de los niños. Por otra parte, me gustaría quitar de la cabeza de algunos padres que las normas y los límites anulan la personalidad nuestros hijos. No, para nada, les dan seguridad, confianza y les ayudan a adquirir autocontrol.  

     3. ¿Cómo definirías tú la disciplina positiva? 

Educar desde el respeto. Teniendo en cuenta que el niño debe respetar a los adultos, pero nosotros también al niño. Le tenemos en cuenta, su opinión, sus emociones, sus necesidades. Quizá algo diferencial cuando hablamos de disciplina positiva es que no castigamos. Porque, ¿qué es el castigo? Es una sanción. En disciplina positiva no hay castigo, hay consecuencias. Las consecuencias son lógicas (las hemos anticipado previamente, el niño sabe lo que va a ocurrir) y tienen que ver con la conducta. Es decir, si tu hijo no echa la ropa al cesto de la ropa sucia, un castigo sería no dejarle ir al cine el sábado con sus amigos, algo que no tiene nada que ver con su conducta. La consecuencia sería que no le lavamos la ropa porque no está en el cesto. De esta forma, fomentamos la autonomía de nuestros hijos, y que aprendan a hacer las cosas por sí mismos.  

4. De hecho, la neurociencia nos dice que no hay que sentirse mal para aprender…

No es que no haya que sentirse mal para aprender, es que la neurociencia ha demostrado que las emociones agradables favorecen el aprendizaje, y las desagradables lo entorpecen. Lo que necesitan los niños para aprender es tiempo, calma, paciencia y repetición. Por tanto, vamos a educar sintiéndonos todos bien, sin el grito, sin la amenaza y el castigo. Lo que nos traerá un resultado mucho más beneficioso para el niño, pero también para nosotros, que nos sentiremos mejor. 

Portada del libro ‘Seis cuentos para educar en disciplina positiva’.

5. Cuando hablamos de disciplina positiva, hay muchas madres que argumentan que a ellos no les funciona porque si no le castigan, su hijo no les hace caso…

Cuidado, es que los niños han aprendido que hasta que no les decimos las cosas cinco veces, no nos tienen que hacer caso. Pero es que, además, ellos saben que desde que se lo decimos la primera vez hasta la quinta, les hacemos mucho caso. Y, sin embargo, si lo hacen bien a la primera, nadie le mira. Entonces, el niño, que lo que quiere es tu atención, no lo hace hasta la quinta. Probemos a hacer lo contrario, cuando estás obedeciendo, te presto atención, me quedo a tu lado. Muy importante también es ir avisando de lo que va a ocurrir. Por ejemplo, yo sé que mi hijo no va a querer dejar de jugar para irse a bañar, pues le voy a ir avisando. “Oye, en 5 minutos vamos a recoger los juguetes”. Y, en lugar de castigar, alentar: “Qué bien, porque lo vamos a hacer muy rápido y nos va a sobrar tiempo para leer un cuento juntos”.  

6. Otra frase recurrente suele ser esta: “Está muy bien eso de razonar con el niño, pero es difícil hacerle entrar en razón”. 

Los niños son capaces de razonar perfectamente, pero la clave está cuando tratamos de hacerlo. En medio de una pataleta nadie puede razonar, hagámoslo después, en calma. Lo hablamos después, explicándole con un lenguaje que ellos entiendan porqué tiene que ducharse y dejar de jugar. Y, además, lo hacemos respetando su emoción: “Cariño, entiendo perfectamente que quieras seguir jugando, es lógico, por eso te sientes enfadado, pero sabes que todos los días hay que dedicar un ratito al baño”.  

 7. ¿La disciplina positiva ve la educación como un proceso a largo plazo y el autoritarismo quiere el resultado ya? 

Podría ser una buena definición. A veces queremos conseguir las cosas ya, es lógico, necesitamos el resultado hoy. Lo que ocurre es que el “porque lo digo yo” no suele funcionar. ¿Las madres y padres queremos que nuestro hijo se lave los dientes porque nosotros se lo decimos o que aprenda por qué se tiene que lavar los dientes y lo haga siempre, independientemente de que estemos delante? Yo creo que lo segundo. Se trata de que entiendan en todo momento el porqué de las cosas. Y hay que explicárselo con su lenguaje: hay que lavarse los dientes porque si no vienen los bichitos, por ejemplo. 

8. ¿Cómo será de adulto un niño al que le han educado en la disciplina positiva y cómo será de adulto un niño al que le han educado desde el autoritarismo? 

Está demostrado que los niños cuyos padres son figuras más autoritarias, pueden llegar a funcionar muy bien en el colegio, a nivel de notas, pero pueden ser menos críticos y, a nivel emocional, les costará más reconocer sus emociones y las de los demás. La sobreprotección tampoco ayuda. Las consecuencias serían falta de autonomía, seguridad… 

Educado con disciplina positiva educamos de una forma más democrática, buscando consensos, y conseguimos niños seguros, autónomos, capaces de reconocer y regular sus emociones.

 María DotorPeriodista+ INFO

Disciplina positiva: seis cuentos para educar con consecuencias, no con castigos. En EFE Salud

Educar a nuestros hijos no es tarea fácil. En muchas ocasiones nos sacan de quicio y, cuando ocurre, solemos reaccionar con gritos, regañinas y castigos que no suelen resultar muy eficaces. ¿Y si probamos a razonar con ellos y a hacerles entender las consecuencias de sus actos, en lugar de castigarles?

Por Sara Mancebo Salazar 

Reforzar lo que hacen bien

Es lo que propone la disciplina positiva, de la que ha hablado EFEsalud con la psicóloga Silvia Álava,, quien asegura que la clave está en reforzar más lo que hacen bien y alentarles a mejorar cuando lo hacen mal.

Estamos en un restaurante. Nuestro hijo o nuestra hija no para de gritar y correr entre las mesas y, por más que le repetimos que se esté quieto y se porte bien, pasa olímpicamente de nosotros. Incluso notamos que, ante nuestras advertencias, lo hace con mayor intensidad.

Hasta que perdemos la paciencia, le pagamos un grito y le castigamos sentado en la mesa, sin postre o sin ver la tele al llegar a casa.

¿Te suena? Pues es, precisamente, la reacción que debemos evitar si queremos que nuestros hijos aprendan realmente de sus errores y no repitan esas conductas en futuras ocasiones.

Disciplina positiva

La psicóloga Silvia Álava propone en esos casos aplicar la disciplina positiva, una forma de educar a los niños basada en el respeto mutuo, la comunicación y el refuerzo de las conductas positivas.

De eso precisamente trata el libro que ha publicado el Centro de Psicología Álava Reyes, de cuyo área infantil es directora Álava: Seis cuentos para educar en disciplina positiva.

Silvia Álava
La psicóloga Silvia Álava/ Foto cedida

Así lo explica la especialista: “La disciplina positiva se basa en una comunicación respetuosa con los niños -la misma con la que ellos nos tratarán luego a nosotros-  y en poner el foco más en las cosas que hacen bien que en las que hacen mal. Cuando tienen un mal comportamiento debemos hacérselo saber y explicarles cuáles van a ser las consecuencias de sus actos, porque tiene que haberlas, pero siempre desde razonamientos lógicos y no desde el castigo”.

Estos, como expone, pueden ser desproporcionados, muy largos en el tiempo o muy difíciles de cumplir, y, muchas veces, acabamos levantándolos.

“Además, el castigo en sí mismo no enseña nada; no le estás explicando la conducta correcta que quieres fomentar en él”, añade.

Aunque, como aclara, eso no significa, en ningún caso, que no haya normas o límites y que puedan hacer lo que quieran.

Castigos no, consecuencias a las malas actuaciones, sí

La psicóloga explica cómo podemos aplicar la disciplina positiva con los siguientes ejemplos:

Caso 1: Es habitual que los niños pequeños a veces insulten, sobre todo cuando son más chiquititos. En ese caso, aplicando la disciplina positiva, habría que decirle: `papá y mamá se ponen tristes cuando les insultas, así que entiende que ahora no nos sintamos bien´. Le estás explicando cuál es la consecuencia de esa acción y, además, que tiene la posibilidad de repararlo. ¿Cómo? En este caso, pidiendo perdón.

Caso 2: Nuestros hijos están jugando y empiezan a pelearse. Podemos decirles `como no sabéis jugar juntos, lo vais a hacer un rato por separado; hasta que estéis preparados para volver a jugar juntos´.

Caso 3: Estamos comiendo en la mesa y nuestro hijo no para de jugar con el vaso. Le repetimos varias veces que lo va a tirar y, al final, lo tira. Ya no sirve de nada el enfado, lo que debemos decirle es: `ahora tienes que recoger lo que has tirado´. Y si eso ocurriese de forma reiterativa durante varias comidas, podemos decirle `vamos a ensayar unos días y vas a comer tú solito hasta que estés preparado para comer con nosotros´.

“Lo que no funciona -apunta Silvia Álava- es que sus actos no tengan ningún tipo de consecuencia, porque entonces no aprenden. Ahora bien, tampoco tiene mucho sentido que les castiguemos con cosas como no jugar; no es coherente con lo que ocurre”.

“En todo momento deben ser consecuencias lógicas, razonables, derivadas de la situación, reveladas con anterioridad y siempre dirigidas a reparar lo que han hecho“, explica la psicóloga.

En este sentido debemos, además, fomentar la autonomía y no caer en la sobreprotección del “te lo hago yo”. De esa manera, cada vez irá haciendo mejor las cosas él solo y podrá tomar consciencia de sus capacidades.

Reforzar las conductas positivas

Por otra parte, con las prisas del día a día, y teniendo en cuenta que a los adultos también les cuesta bastante gestionar sus emociones, los niños reciben mucha más atención cuando hacen las cosas mal -en forma de regañinas y castigos- que cuando las hacen bien.

Sin embargo, Álava propone hacer todo lo contrario: “Debemos reforzar más lo que hacen bien y alentarles para que mejoren sus conductas; los niños necesitan escuchar `sé que lo puedes hacer´”, advierte.

Pandemia COVID-19: por fin se ha puesto el foco en la importancia de la gestión emocional

La psicóloga celebra que, en medio de una crisis como la que estamos viviendo con la COVID-19, nos estemos dando cuenta de lo necesaria que es la educación emocional.

“Nuestras vidas han cambiado; estamos en standby y no sabemos lo que va a pasar. Necesitamos tolerar la frustración y gestionar la incertidumbre, y nos hemos encontrado con que no sabemos cómo hacerlo”, apunta.

Ahora, como explica, nos damos cuenta de que hemos puesto siempre el foco de la educación en áreas mucho más centradas en los conocimientos y nos hemos olvidado de esa parte emocional tan necesaria.

“Si tuviéramos estrategias emocionales para potenciar nuestras emociones agradables y saber regular las desagradables, nos iría mejor. Sin ir más lejos a la hora de gestionar esta pandemia”, subraya Álava.

Eso, además, es fundamental enseñárselo a los niños desde la heterorregulación; ellos no saben regular sus emociones cuando son pequeños y tienen que hacerlo a través de la figura de los padres.

Por eso, si nosotros a la primera de cambio nos ponemos a dar gritos y a montar broncas, no les estamos enseñando la forma correcta de gestionar esa emoción.

¿Cómo afectará la COVID-19 y las medidas de prevención a la salud mental de los más pequeños?

La COVID-19, indudablemente, afectará a los niños, que no pueden compartir, relacionarse con normalidad ni expresar sus emociones a través del contacto físico con sus iguales, como hacían hasta ahora.

“Por eso insistíamos tanto en que tenían que volver al colegio, aunque no se puedan tocar. El mundo es un sitio muy complejo con unas normas sociales especialmente complicadas. El hecho de que los niños estén en contacto con los demás les ayuda a ir interiorizándolas”, destaca la directora del área infantil del centro Álava Reyes.

De la misma manera, ahora tienen que entender que hasta marzo era importante compartir pero ahora, como está el virus, no podemos hacerlo, igual que tampoco podemos coger las cosas de los demás.

Lo importante para que lo entiendan es, como afirma Álava, que los niños lo vayan trabajando y entendiendo desde la lógica con un razonamiento adaptado siempre a su edad y al desarrollo cognitivo que tienen en ese momento.

“Es hora de reinventarnos para poder trabajar la gestión emocional, aunque sea en la distancia, con el menor contacto físico posible y con distancia de seguridad”, concluye la especialista.

FUENTE: EFE Salud

#Vídeo Presentación del libro “Seis cuentos para educar en disciplina positiva”

Presentación del libro “Seis cuentos para educar en disciplina positiva”

Os presentamos nuestro último libro ilustrado, va dirigido a toda la familia con el trasfondo de un tema que interesa muchísimo a los padres: la disciplina positiva.

https://tienda.megustaleer.com/libros…

Seis cuentos para educar en disciplina positiva

Os adjuntamos la reseña realizada por Anikaentrelibros.com de nuestro último libro: Seis cuentos para educar en disciplina positiva

Título: Seis cuentos para educar en disciplina positiva
Título Original: (Seis cuentos para educar en disciplina positiva, 2020)
Autores: Centro de psicología Álava ReyesToni Galmés
Editorial: Alfaguara Infantil Y Juvenil

Argumento:

Seis historias protagonizadas por trapecistas, ovejas, piratas y piedras mágicas recorren las páginas de este libro con el fin de compartir, ilustrar y enseñar a los más pequeños conceptos como las rutinas, la pertenencia, la persistencia, el perdón, el enfado o la autoestima, entre otros, de un modo sencillo y esclarecedor.

Además, es especial para los padres y educadores ya que contiene una guía práctica sobre el enfoque de los conceptos a trabajar.

Opinión:

El Centro de Psicología Álava Reyes es uno de los Centros de Psicología más grandes de España, formado por un equipo multidisciplinar de Psicólogos, Psiquiatras, Logopedas y Neuropsicólogos que trabajan con todos los rangos de edad y tipos de terapia. Con el fin de llegar ampliamente al público suelen publicar, de forma individual o colectiva, manuales o guías de ayuda que abarcan diversos ámbitos.

«Seis cuentos para educar en disciplina positiva» 

Es una guía principalmente para padres y educadores que contiene una serie de cuentos ilustrativos en los que se aplica la teoría relacionada con este tipo de educación y se expone a los más pequeños.

La disciplina positiva se basa en la educación a través del diálogo, las reflexiones y la lógica de las normas impuestas apelando a sus sentimientos y haciéndoles partícipes de su proceso formativo dejando de lado, de ese modo, los castigos o las exigencias.  

Con una narrativa sencilla, concisa y poética, los autores presentan en sus cuentos aspectos de la disciplina positiva como la pertenencia, la persistencia, el conseguir metas, la paciencia, la perseverancia, la gratitud, las rutinas, la frustración, el perdón, el enfado, la autoestima y el aprendizaje basado en el error con el fin de dárselo a conocer a los niños de una forma sencilla y adaptada.

Con una guía para padres y educadores donde conocer el valor o el concepto a trabajar con el cuento.

Antes del inicio de cada historia, los autores ofrecen a los padres y educadores una guía en donde conocerán el valor o el concepto a trabajar, las pautas a seguir en el proceso educativo, el enfoque correcto que se le ha de dar a los niños y la función que se ha de llevar a cabo como educador.

A pesar de que los cuentos tienen un vocabulario sencillo y reflejan situaciones cotidianas que los niños han podido experimentar en algún momento de sus vidas, considero que se encuentran más enfocados a una lectura adulta que sea capaz de adaptarlo a los pequeños. De este modo la lectura no solo les resultará más amena, sino que el mensaje podrá ser focalizado de forma correcta siendo objeto de reflexión y consiguiendo sacar el mayor beneficio posible.

El ilustradorToni Galmés, deja patente la sutileza y armonía de su trabajo con unas bellísimas y delicadas imágenes confeccionadas en lápiz color pastel que transmiten la misma calma que los tonos azules que rigen, separan y encuadernan la edición.

Actividades para realizar con los más pequeños que giran entorno al cuento

Al final del volumen el lector podrá encontrar un código QR que no sólo facilita la ampliación de contenido, sino que además aporta una serie de actividades para realizar con los más pequeños que giran entorno al cuento. Un buen recurso para profundizar en los diferentes conceptos y trabajarlos de forma aislada.

Personalmente considero que «Seis cuentos para educar en disciplina positiva» es una guía para padres y educadores que permite a los niños ser partícipes de su propio proceso educativo a través de una serie de cuentos llenos de lecciones y valores.

Un recurso apropiado para trabajar en casa y conseguir que padres e hijos mantengan una relación de confianza y comprensión basada en una disciplina positiva.

Por Marisa Costa

Copyright:

© 2020, Silvia Álava Sordo, por el texto de la introducción y de «Mi vida en el circo. Sentimiento de pertenencia»

© 2020, Tatiana Fernández Marcos, por el texto «Carlota y su pelota. Conseguimos nuestras metas»

© 2020, Aroa Caminero Ruiz, por el texto «Olimpiadas por las mañanas. Las rutinas»

© 2020, Bárbara Martín Martí, por el texto «Los conejos del abuelo Paco. Comunicación respetuosa»

© 2020, Lucía Boto Pérez, por el texto «La ovejita que encontró su camino. Cómo fomentar la autoestima en nuestros hijos»

© 2020, Raquel Prieto Elipe, por el texto «¡No me rindo! Aprendemos con el error»

© 2020, Penguin Random House Grupo Editorial, SAU

© 2020, Toni Galmés por las ilustracionesIlustraciones: Color
Edición: 1ª Edición: Mayo 2020
ISBN: 9788420453347
Tapa: Dura
Etiquetas: actividades familia álbumes ilustrados aprendizaje educación cuentos diálogo guía psicología literatura española reflexiones 4 años 5 años 6 años 3 años valores emociones autoestima educadores positivismo disciplina Educación Infantil padres
Nº de páginas: 96
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