#Vídeo ¿Qué hacer con las peleas entre hermanos?
Una de las consultas que más nos hacen por las redes y en las sesiones de psicología, es:
No sabemos que hacer para que se peleen menos. Termino gritándoles para que dejen de pelearse, es un proceso que me agota y me hace sentir mal. ¿Te sientes identificada con estas declaraciones? En este post te contamos como actuar ante las peleas de tus hijos.
Las peleas entre hermanos es algo habitual. Muchas veces forman parte del juego, el problema es que no saben parar y al principio son risas nerviosas que terminan en llanto. Los adultos lo vemos venir, y les avisamos porque sabemos que van a acabar mal, pero no se lo decimos una única vez, sino varias y cada vez, nuestro tono de voz va increchendo hasta que todos terminamos gritando. ¿Os ha ocurrido algo parecido?
¿Qué podemos hacer entonces?
- Valora la situación. ¿Cuántos años de convivencia les esperan a tus hijos? En España nos independizamos muy tarde, así que mas vale que aprendan a convivir lo antes posible.
- Podemos llegar a un acuerdo. Nos sentaremos todos los miembros de la familia y les explicaremos como nos sentimos ante sus peleas y con sus gritos.
- Les preguntaremos como creen que podemos cambiarlo. Muchas veces los niños tienen bastantes ideas.
Técnica de la palabra clave:
- Generalmente los niños empiezan jugando y no saben parar, o par el que chincha es muy divertido, y sin embargo, el otro lo pase mal… por eso estableceremos una palabra clase, que cuando un miembro de la familia la pronuncie, significa que debemos parar de chinchar o de molestar.
- Es importante que la palabra no sea basta, para… porque es algo que suena muy a menudo. Mi experiencia me dice que lo que mejor funciona son palabras gracias, o los nombres de sus dibujos preferidos. Picatchu ha sido durante muchos años la palabra más utilizada.
- La palabra la puede pronunciar cualquier miembro de la familia. Es importante, que el resto sepamos que al oírla debemos de parar o dirigirnos a otra habitación si hace falta para calmarnos.
Si aún así no funciona:
Seamos realistas, la palabra clave nos va a librar de muchas peleas, pero hay días que los niños están más intensos o alterados y no están dispuesto a parar. ¿Qué hacemos entonces?
- Es importante no volver a la dinámica anterior, de nuevo nos pararemos a observar lo que ocurre.
- Muy a menudo la pelea forma parte del juego y el que el adulto entre a poner paz a investigar lo que ha ocurrido, preguntando a uno y otro y viendo quien tiene razón, es una parte más del juego. De hecho, a los niños en estos casos poco les importa ser castigados si su a hermano o hermana también le castigan.
- Por ello, volveremos a hacer una reunión en la que les explicaremos que sus peleas nos apenan mucho y que como sabemos que a veces no se dan cuenta por eso hemos puesto la palabra clave, para que sepan cuando tienen que parar. Que tienen que aprender a resolverlo ellos, que nosotros no vamos a intervenir.
- Pero que en el momento que oigamos llantos, o veamos que lo pasen mal, como vemos que no saben jugar juntos, que por tanto tendrán que separase cinco minutos.
- El objetivo de estar cinco minutos separados es que se calmen, que reflexionen y que se echen un poco de menos. En el fragor de la pelea es muy complicado solucionar las cosas de forma asertiva. Por eso es bueno dejar un tiempo para dejar que la intensidad de nuestras emociones disminuya.
- Al finalizar el tiempo, entonces les dejaremos que ellos mismos busquen la forma de solucionarlo o de pedirse perdón.
Cuando los niños son pequeños, en esta última parte podemos intervenir ayudándoles a trabajar su inteligencia emocional, mencionado las emociones que han sentido, porqué creemos que han se sienten así y cual podría ser otra forma de actuar en el futuro para evitar que la situación se repita.