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Niños enfadados y con dificultades de aprendizaje a causa de la pandemia

La crisis sanitaria y las restricciones han impactado en la salud metal de casi la mitad de los niños españoles.

Por Sefi García

Dos años de pandemia han hecho mella también en la salud mental de nuestros pequeños. Los niños están más tristes (aumento del 31%) y más enfadados (un incremento del 57%). Han vivido en una burbuja cerrada y eso ha provocado que hasta un 33% ha visto empeorada su capacidad para relacionarse con las personas y un 40% ha disminuido su capacidad para controlar sus propias emociones. Eso sí, los datos del estudio realizado por la fundación “crecer jugando” demuestra que les ha hecho mas fuertes.

Nadie ha sido capaz de adaptarse tan bien a los cambios que en nuestra vida produjo la crisis sanitaria como los más pequeños.

Vivieron durante meses compartiendo metros solo con su familia directa, sin salir al parque, sin poder ver a sus amiguitos. La profe era una imagen en una pantalla de ordenador. No hubo quejas. Si acaso algún momento de agobio, alguna rabieta más que justificada por el encierro. No hubo quejas pero sí consecuencias. La pandemia nos ha dejado niños más tristes y más enfadados. Los chiquitines son más agresivos en el cole y hablan peor. Los que ya están en edad de aprender a leer y escribir, van retrasados. Duermen peor y tienen más miedos. Pero ese encierro loe ha ayudado a entender mejor las emociones y los sentimientos. Ahora el foco está en volver a socializar, sobre todo a los más pequeños.

Las alarmas

Sagrario Peña es maestra. Nos cuenta que la vuelta a las aulas supuso una alegría enorme para los pequeños, pero se han encontrado con sorpresas preocupantes. Lleva muchos años de profesión y nunca había detectado ciertos comportamientos. “ Cuando volvieron a las aulas los niños de 3 años, los que se incorporan por primera vez al cole-explica la maestra- tenían conflictos entre ellos más frecuentes que nunca, había manotazos, patadas, mordiscos, que no habíamos visto antes con esa frecuencia, e intensidad”. Están convencidos de que “el hecho de que los niños tuviesen menos interacciones sociales y con un grupo de personas más reducido ha influido en no tener la experiencia de aprender y aplicar los estereotipos sociales para resolver conflictos”. También ha detectado que “el nivel de lenguaje también ha influido, respondían peor para solventar los conflictos porque llegaron con un lenguaje mas simple, por debajo de su edad”.

Otra alarma saltó en las aulas que acogen a niños de 5 y seis años, los que están al final del ciclo infantil y los que empiezan Primaria: la dificultad para aprender a leer y escribir. “ Hemos visto-insiste la maestra- que la lecto-escritura que se aprende con instrucción y en trabajo colaborativo, les costaba mucho más, y hemos tenido que intervenir de forma personalizada e individualizada”.

Los colegios se han puesto las pilar para ayudarles a ponerse al día y a gestionar las emociones, nos cuenta Sagrario Peña. En su centro van a crear una figura específica, van a designar a un profesor con ese cometido.

El 45% de los niños españoles se han visto afectados en su salud mental por la pandemia y las restricciones, según el trabajo que ha hecho la fundación “Crecer Jugando”. Hasta un 40% han crecido las emociones negativas de nuestros pequeños, que están más enfadados (un 57%), más tristes (un 37%) , duermen peor (un tercio) y 4 de cada 10 ha disminuido su capacidad para controlar sus emociones.

Aprender con otros

En los coles están haciendo una labor especifica para ayudarles a gestionar esas emociones negativas. “Tenemos que crear un clima de seguridad en la clase”, afirma la maestra y lo van a conseguir porque “miramos a los niños con los ojos del corazón”.

Los datos del estudio revelan también que los menores han reducido en un 70% el tiempo que pasan con otros niños, y que las actividades extraescolares y de ocio han disminuido un 27%.

Sagrario Peña afirma que “los niños necesitan de sus iguales, porque se aprende haciendo, se aprende haciendo, y se aprende con otro”. Por esta razón recomienda a los padres que “retomen las actividades sociales de sus hijos. En el colegio ya lo estamos haciendo, las excursiones, las extraescolares formativas, porque son muy necesarias”. Entiende la maestra el recelo de los padres pero les pide que “observen la conducta de sus hijos, porque los niños necesitan sentirse cuidados, queridos, y que nos cuenten, que le pongan palabra a eso que les pasa, a lo que sienten”.

Quedémonos con lo bueno

A pesar del terremoto emocional que ha supuesto para los niños, lo que nos ofrecieron las restricciones fue “una gran cantidad de tiempo”, nos cuenta la psicóloga Silvia Alava. “de tiempo de estar en familia, de juegos en familia, de hecho los niños lo echan de menos, pero también para estar solos jugando, dirigiendo su propio juego, reflexionando y pensando sobre su vida”. Es esa parte “de ir más despacio, la que debemos mantener- afirma la psicóloga autora del libro El arte de educar jugando-porque en el momento en el que nuestra vida ha vuelto a lo que era antes, hemos vuelto a las prisas, sin dejar espacios para el juego y la introspección personal”.

De hecho, el estudio realizado por la fundación “crecer jugando” destaca que 4 de cada 10 niños han mejorado su capacidad para entender emociones y sentimientos. Pero todo esto les ha removido y mucho.

Necesidades emocionales

Es momento, explica Silvia Álava, de atender sus necesidades emocionales, “ver lo que puede estar ocurriendo y como les podemos ayudar, porque los niños no tienen completamente adquirida la capacidad de regulación emocional, por eso tenemos que seguir pendientes de cómo están y ayudarles a verbalizar lo que les está ocurriendo”.

Todavía no hay estudios sólidos para determinar como les puede impactar en su futuro adulto la situación que han vivido. “Por eso-asegura la psicóloga- es tiempo de prevención”.

El informe señala como posibles consecuencias la dificultad de relacionarse con amigos y familiares, que puede afectar al 34%, el impacto en el bienestar emocional, que tienen en riesgo el 42%, y la calidad de vida, que puede empeorar para el 38%.

Fuente: cope.es

El 44% de los niños mantiene el miedo a la pandemia tras la eliminación de las mascarillas

Se han incrementando los trastornos de ansiedad, de bajo estado de ánimo y de depresión. También de estrés postraumático.

Carrera y abrazo de mamá. El mejor refugio de Lucas, de quien nos cuentan que sigue temeroso a quitarse la mascarilla, incluso haciendo deporte al aire libre.

Se la baja un poquito para nosotros, pero como el 44% de los niños encuestados, mantiene un miedo de la pandemia. «Miedo a que entre el bichito», confiesa. Por eso, asegura que sigue llevando la mascarilla en clase.

Al 45% de nuestros niños la pandemia les ha tocado la salud mental. Silvia Álava, Psicóloga, asegura que se han incrementando los trastornos de ansiedad, de bajo estado de ánimo y de depresión. También de estrés postraumático. Nerea, alumna, confiesa que estaba un poco preocupada por la gente que se estaba muriendo.

Estos son niños más tristes, el 36% lo está. Así lo recoge la encuesta de la guía AIJU, realizada a 600 niños de entre 3 y 12 años. Más enfadado, como el 53%. En el mismo porcentaje han aumentado los niños que se sienten más ansiosos y más aburridos. Y el 34% ha adquirido un nuevo tono pesimista tan poco propio de ellos. Así lo asegura un padre de familia, quien confiesa que su hijo le soltaba frase como: «No comprendéis los problemas de mi vida».

Ya lo vieron venir los profesores de los más pequeños los primeros días. Sagrario Peña, maestra, explica que hacía mucho tiempo que no veía mordiscos, empujones y manotazos. Al no saber poner palabras a lo que sienten, lo hace a través de su conducta. Es lo que los psicólogos llaman conductas disruptivas, explica Álava. «Me peleo, me chincho con mi hermano, empiezo a protestar…», añade.

En la empatía, la buena terapia. Peña asegura que en cuanto los más pequeños se sienten queridos, sus conductas cambian. También es necesario recuperar las relaciones a través del juego y del trabajo en equipo, pues supone un gran salto para ellos.

La pandemia ha afectado a la salud mental de hasta el 45% de los niños españoles

El Día del Niño y de la Niña celebra hoy su segunda edición. Impulsada por la Fundación Crecer Jugando, esta festividad quiere visibilizar el papel de los niños en la sociedad y reconocer su actitud y su capacidad de adaptación ante las adversidades.

Por BEATRIZ LÓPEZ IGUAL

Entre el 30 y el 45% de los niños y niñas españoles han visto afectada su salud mental con motivo de la pandemia, según los datos recogidos en el estudio Salud mental en la infancia realizado por la Guía de AIJU, el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio.

En el marco de la celebración hoy del Día del Niño y de la Niña en España, se han dado a conocer los resultados del sondeo, que pone de manifiesto el incremento de la ansiedad, el aburrimiento y el pesimismo de los menores. Como consecuencia, están más tristes y se enfadan más.

Mesa de expertos

En la presentación de esta mañana han participado los miembros de la Mesa de Expertos, formada por la psicóloga Silvia Álava, la asesora pedagógica Imma Marín, y la maestra Sagrario Peña.

También han intervenido Marta Pastor, directora de la Fundación Crecer Jugando, y Pablo Busó, coordinador del área de investigación infantil y pedagogía de AIJU.

Los estados de ánimo y las emociones de los niños después de la pandemia, aumentando en hasta un 40% las emociones desagradables o negativas

Como consecuencia, los niños están más tristes (aumento del 31%) y más enfadados (un incremento del 57%). Con respecto a los miedos, aumentan los casos de miedo a contagiar a alguien (48%), miedo a contagiarse de cualquier enfermedad (48%), miedo a ser hospitalizado (33%) y mayor consciencia de la muerte (35%).

Los hábitos de sueño también se han visto alterados

empeorando para más de un 20% de los casos: un 22% han disminuido sus horas de sueño, el 29% tienen problemas para dormirse o se despiertan de noche y un 22% muestra mayor cansancio a lo largo del día.

En relación al estado físico, los dolores de cabeza y estómago han empeorado en un 20% de los menores, además de detectarse más problemas de piel en manos y cara, derivados del uso de geles hidroalcohólicos y mascarillas, respectivamente.

Silvia Álava, psicóloga «

Los niños no son capaces de regular ellos solos las emociones «

Cambios en las habilidades sociales

Debido a la etapa “burbuja” en la que los niños han interaccionado con un círculo cerrado, hasta un 33% ha visto empeorada su capacidad para relacionarse con las personas y un 40% ha disminuido su capacidad para controlar sus propias emociones.

Sin embargo, este periodo de mayor introspección ha hecho posible que aumenten su capacidad para entender emociones y sentimientos (39%) y para superar retos y obstáculos (30%).

En este sentido, la psicóloga Silvia Álava cree que es fundamental “enseñar a los niños a reconocer las emociones para que entiendan qué sienten y sepan identificarlas y regularlas, de esta forma estamos invirtiendo en una ‘vacuna emocional’ que nos dota de las herramientas necesarias para gestionar las situaciones más complicadas”. Y añade: “Es el momento de cambiar el foco para dar valor al lenguaje emocional, y para eso el juego es muy importante”.

Los niños han reducido drásticamente el tiempo que pasan con otros menores (70%), aunque ha aumentado la comunicación a través de dispositivos tecnológicos (47%)

Igualmente, se han reducido las actividades extraescolares y de ocio y hasta un 27% de los menores manifiesta su deseo de evitar situaciones con mucha gente. Como consecuencia, ha aumentado el juego en solitario (46%), juegos tecnológicos (62%) y actividades creativas (51%).

“El juego en la naturaleza debería prescribirse para la mejora de nuestra salud mental, de nuestra condición física y de nuestras capacidades empáticas”, explica Imma Marín, consultora pedagógica y miembro de la Mesa de Expertos. “Las medidas adoptadas han vulnerado insistentemente los derechos de los niños y las niñas de nuestro país; necesitamos infundir seguridad e ideas para recuperar el hábito de salir y disfrutar de actividades, por eso es tan importante celebrar el Día del Niño”, añade.

Inma Marín, consultora pedagógica «

Hemos volcado nuestros miedos en los niños, y el resultado es que muchos de ellos han visto mermada su infancia «

Por otro lado, el colegio se ha convertido en el lugar de encuentro con amigos, por lo que se ha incrementado el valor que este espacio tiene para los niños. Aun así, la capacidad de concentración y atención ha disminuido en un 31%.

“A raíz de la pandemia hemos observado un impacto negativo en cursos de Infantil y Primaria, produciéndose un desarrollo del lenguaje más inmaduro y reducido relacionado con el aprendizaje de la lectoescritura”, comenta la profesora Sagrario Peña.

“Todo esto demuestra la importancia del aprendizaje social y el trabajo colaborativo. La vuelta al cole después de los confinamientos suponía una alegría para los más pequeños, por eso la celebración del Día del Niño refuerza ese vínculo”, afirma.

Entre los efectos negativos que la pandemia va a tener en el futuro de los niños, destaca la dificultad para relacionarse con amigos y otros familiares (34%), el impacto en el bienestar emocional (42%) y la calidad de vida (38%).

Sagrario Peña, maestra «

Los maestros hicimos un protocolo de prevención, y nos sorprendió ver cómo los niños lo respetaban. También los vimos contentos al volver al cole después de las clases online «

Actividades lúdicas

Para reivindicar el desarrollo de las actividades lúdicas, deportivas y culturales como parte esencial de la infancia, entidades públicas y privadas adheridas han puesto en marcha diferentes actividades dirigidas a los más pequeños, como son visitas guiadas a museos, talleres o la iluminación de espacios públicos o edificios emblemáticos.

Entre las entidades adheridas, se encuentran el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Real Jardín Botánico, el Museo del Ferrocarril de Madrid y Barcelona, el Oceanogràfic de Valencia, el Museo de Cera de Madrid, el Museo de la Ciencia de Valladolid o el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, entre otros. Todas las actividades pueden consultarse en la página diadelniño.es.

Asimismo, la Fundación Crecer Jugando ha activado su campaña de donación de juguetes para que todos los niños puedan disfrutar de este día, tanto a través de las ONG como de hospitales.

Pajaritas de papel

Colegios de toda España han participado este año en la celebración del Día del Niño y de la Niña. En la campaña Lanza tus pajaritas de papel, los alumnos de los colegios adheridos han creado su propia pajarita de papel, un símbolo de juego infantil que representa además la libertad.

Además, para sensibilizar a los centros educativos participantes, se ha compartido con ellos la guía Juego-GO: redescubriendo la importancia del juego en la infancia.

FUENTE: Magisnet.com

¿Cómo conseguir ser un poco más felices en esta pandemia? En OKDiario

Llevamos dos años de pandemia y, aunque las cifras mejoran, siempre estamos alerta de que no haya nuevas variantes y de que los contagios vayan al alza nuevamente. En base a ello muchas personas han visto muertes cercanas y metas no conseguidas, por lo que hay problemas mentales más agudizados. Por esto conviene saber cómo ser más felices en la pandemia.

Portada-Por_que_no_soy_feliz

En una entrevista a Infosalus, de Europa Press, Silvia Álava, doctora en psicología clínica y de la salud, quien ha lanzado el libro ¿Por qué no soy feliz?’ (Harper Collins), da a conocer que no podemos estar bien las 24 horas del día.

Y da unas bases para ser más felices en la pandemia a pesar de los momentos difíciles y de incertidumbre que estamos viviendo. La experta explica que podemos propiciar la felicidad promocionando o favoreciendo las emociones agradables, donde se encuentra la calma, la serenidad, el vivir en paz. Y eso lleva a la felicidad.

Consejos para ser más felices

Toma de decisiones

Según la autora, es importante hacer listas o ser conscientes de lo que queremos y a partir de ahí no va a ser algo inmediato, pero siempre ir tomando decisiones en función de lo que queremos. Con estos pequeños pasos, se puede conseguir mucho.

Buena red social

Y no hablamos de las redes sociales. En este caso, la psicóloga hace referencia al fomento de los amigos. Que muchas veces, en este tiempo de pandemia, quizás hemos dejado a parte o hemos desechado reunirse, bien porque no se podía o bien por miedo. Pero esto no nos lleva a nada bueno, así que debemos valorar a los amigos y darles la importancia que realmente tienen.

Aprender a disfrutar

Esto a veces se nos ha olvidado con la pandemia, especialmente en el confinamiento, cuando todos anhelábamos aquello que no teníamos en ese momento. La autora da a conocer que la felicidad no va a estar asociada a cosas muy grandes, eso se puede hacer de vez en cuando. Debemos disfrutar de los pequeños momentos del día a día que nos aportan sensación agradable y ser conscientes de ellos. Porque en eso consiste realmente la felicidad.

Vivir el presente

La gente está cansada de la pandemia. Y cansada de hacer planes que luego no salen. Por esto la psicóloga recomienda que muchos planes no se pueden trazar a medio o a largo plazo. Por tanto, hay que vivir más el presente, disfrutarlo más, y ser flexible con respecto a los cambios de la vida.

FUENTE: okdiario.com

«Mi trabajo ya no es como era» Aprendiendo a ser flexible

A lo largo de este año y medio de pandemia nuestro trabajo y nuestra forma de trabajar ha cambiado. Por ello, os explicamos cómo podemos ser más flexibles en la oficina.

¿Cómo mitigar los efectos de la pandemia en los más pequeños?

¿Cómo mitigar los efectos de la pandemia en los más pequeños? Os adjunto esta colaboración con el programa «Hoy por Hoy» de la Cadena Ser, donde hablamos sobre los efectos que los meses de pandemia están teniendo, especialmente sobre los más pequeños de la casa, y donde damos algunos consejos para mitigarlos.

Cómo combatir el estrés laboral en pandemia y desconectar del trabajo en vacaciones

Afecta a más del 40% de los trabajadores. No hay que normalizar tener estrés por trabajo ni estar medicalizado por ello. La psicóloga y doctora Silvia Álava nos ofrece algunas claves importantes para saber manejarlo.

Por Beatriz G. Portalatin

Pensamos de forma errónea que es normal tener estrés laboral y que éste además puede ser mayor si tenemos más responsabilidad. Pero lo cierto es que no es normal tener ansiedad por culpa del trabajo, ni mucho menos, estar medicalizados con ansiolíticos o tranquilizantes o fármacos similares.

Así, es importante que si notamos síntomas de estrés les pongamos remedio, que los paremos cuanto antes. Que tengamos estrategias para combatirlo y para poder solventar este problema tan común.

Aprovechemos las vacaciones de verano para gestionar nuestro estrés y ansiedad y cargar las pilas de verdad para volver renovados de nuevo al trabajo.

“El estrés laboral es uno de losproblemas más graves de las empresas: está vinculado con enfermedades cardiovasculares y supone un coste económico europeo de unos 136.000 millones de euros anuales, sumando gastos directos e indirectos”, afirma a laSexta la doctora en Psicología Silvia Álava Sordo, miembro del equipo del Centro de Psicólogía Álava Reyes .

Los datos no dejan lugar a dudas: el trabajo es el segundo motivo de estrés de los españoles, según indica el III Estudio de Salud y Estilo de Vida, de Aegon publicados en octubre de 2020.

Los efectos de la pandemia

Desde el comienzo de la pandemia, el principal motivo de estrés de los españoles ha estado ligado al Covid-19; así por ejemplo el 45% de los encuestados decía haber sentido estrés por miedo al contagio o el 36,2% lo achacaba a la situación de confinamiento. Y en segundo lugar, estaba el estrés ligado al trabajo que indicaban el 42 % de los encuestados. Sin embargo, en 2019, el trabajo era el primer motivo de estrés (43,8%).

Hasta la pandemia, el trabajo era el principal motivo de estrés para más del 43% de los españoles

III Estudio de Salud y Estilo de Vida, Aegon

No obstante, la pandemia ha agravado ciertas situaciones relacionadas con el trabajo. “Porque aunque el teletrabajo ha salvado a muchas personas de poder trabajar y de no estar por ejemplo, en un ERTE no ha sido la panacea”, sostiene Álava. Esto tiene que ver fundamentalmente, con la estructura y el tamaño de las casas y con los (muchos) problemas de la conciliación que aún existen.

Por ello, durante este tiempo de teletrabajo ha habido (o hay) problemas y discusiones de pareja (precisamente, por esa falta de espacio) o familiares (a los niños les cuesta pensar que estás trabajando si estás en casa, cuando antes no lo hacías).

Por otro lado -continúa explicando Álava- también se ha perdido ese contacto diario y de siempre con los compañeros y compañeras o con los amigos con los que quedábamos en nuestra rutina diaria, perdiendo así, parte de la vida social que se tenía antes.

Incluso han aparecido problemas físicos y ergonómicos por falta de sitio o de estructuras. Por ejemplo, haber trabajado en la silla de la cocina. En ocasiones, en casa no tienes un sitio adecuado para trabajar o una buena silla de trabajo, sí vale para unos días o un rato al día, pero no, a lo mejor, para tantos días y tantas horas seguidos.

Cómo saber si tengo, realmente, estrés laboral

Es importante conocer los síntomas que pueden avisarnos de un problema de estrés y poder solventarlo cuanto antes. Los síntomas pueden aparecer de dos formas: síntomas físicos y síntomas cognitivos.

Síntomas físicos

  • Sensación de falta de aire o no poder respirar.
  • El corazón va más rápido de lo normal.
  • Cansancio y sobre todo fatiga (aún descansando, sigues igual de cansado).
  • Problemas de concentración.
  • En ocasiones, puede haber también alteraciones del sueño y del hambre (bien por falta de apetito o bien porque aparece el llamado ‘hambre emocional’, es decir, la ansiedad te provoca comer y utilizamos la comida como un mal regulador emocional.

Síntomas cognitivos

  • Ideas repetidas y negativas tales como ‘yo no puedo’; ‘no voy a ser capaz de’, ‘no sirvo para nada’, etc.
  • Sensación de abatimiento y de no querer ir al trabajo, ir a trabajar es un suplicio.

«El escenario ideal sería que fuésemos al trabajo motivados porque es una forma de realizarse», explica Álava. Pero siendo realistas, no siempre podemos trabajar en lo que nos gusta o cómo nos gustaría, pero al menos, entendemos que el trabajo es nuestro medio de vida, y no nos cuesta ir. «El problema está cuando no encontramos motivación alguna para ir al trabajo y lo vemos como un suplicio».

Cosas qué hacer en vacaciones para cargar las pilas

Estas vacaciones no son iguales que las de otros años, porque después de un año y medio de pandemia, llegamos mucho más cansados, más irritables y estamos fuera de lo que en psicología llamamos, ‘ventana de tolerancia al estrés’”, expone la experta en psicología. Por lo que este año, «las vacaciones de verano son más necesarias que nunca».

Antes de la pandemia, teníamos nuestras pequeñas estrategias para evadirnos de nuestro del estrés laboral. Recursos tan sencillos como quedar con los amigos por las tardes (cosa que este año ha sido más complicado), volver a casa en coche del trabajo y durante el camino irse relajando escuchando la radio, ir al cine, etc. Se llaman ‘procesos de recovery’ o lo que es lo mismo, las estrategias que de forma natural, todos tenemos para regular nuestro estrés”, explica Álava. Y todas esas pequeñas cosas, este último año, no las hemos podido hacer de forma natural y normal, tal y como las conocíamos hasta entonces.

La pandemia ha pasado factura a nivel emocional y llegamos más cansados e irritados que nunca, por eso es clave desconectar de verdad

Silvia Álava, psicóloga

Por todo ello, es importante ahora desconectar de verdad y más que nunca del trabajo durante estas vacaciones. Para ello, Álava ofrece tres consejos claves.

En primer lugar, es fundamental no llevarnos el ordenador ni mirar el correo ni el móvil de trabajo. Si no podemos durante todas las vacaciones, al menos sí durante una semana o cuantos más días, mucho mejor.

En segundo lugar, es clave hacer actividades que nos gusten, aunque sean pequeñas cosas como una siesta sin despertador, un paseo por el campo, una película en casa o caminar por tu ciudad y mirarla con otros ojos.

Y por último, estar centrado en nuestras vacaciones, en el ‘aquí y ahora’ y no en pensar ni en el futuro, ni mucho menos en nuestra vuelta al trabajo. Disfrutar de lo que estamos haciendo ahora.

Todo esto nos ayudará a recargar las pilas para volver con otra actitud al trabajo. También es cierto que hay que mantener esa actitud, por lo que si no somos capaces o vemos que seguimos estresados y la situación se nos escapa de las manos, sería bueno pedir ayuda profesional. “Hay muchas técnicas para controlar el estrés con una evidencia muy alta en resultados, que sería conveniente aprender para poder gestionar estas situaciones. Porque es importante saber que el estrés laboral no es normal, que no podemos normalizar tener estrés”, finaliza..

FUENTE: LaSexta.com

El peaje que nos pasará esta pandemia y que aún no vemos

El peaje que nos pasará esta pandemia y que aún no vemos

En este podcast colaboración con «En Tres Puntos» vamos a analizar y reflexionar acerca del impacto de la pandemia en nuestro sistema educativo, especialmente en los más pequeños, y también conversaremos acerca del peaje que vamos a pagar todos a nivel de salud mental tras meses de confinamiento. Un impacto que nadie parece estar viendo, pero que nos puede traer consecuencias a nivel de conductas antisociales y enfermedades mentales.

¿Te apuntas?

Vídeo ¿Por qué nos ha cambiado la pandemia y cómo nos afectan esos cambios a nivel emocional?

En este nuevo vídeo hablamos sobre ¿Por qué nos ha cambiado la pandemia y cómo nos afectan esos cambios a nivel emocional? ¿Veremos un cambio en la actitud de las personas a medio plazo?

Funespaña propone tres cuentos para ayudar a los niños a afrontar la muerte en tiempos de pandemia

‘¡Me muero de chicle!’

La primera de ellas se titula ‘¡Me muero de chicle!’, de Laura Arnedo, una obra que transmite con lenguaje sencillo la percepción de la muerte para un niño, consiguiendo hacer una descripción de las emociones.

Funespaña ha puesto a disposición de las familias tres cuentos recomendados por expertos y psicólogos para ayudar a los niños a afrontar la muerte de un ser querido en tiempos de pandemia, y ofrece una serie de consejos como ser sinceros con los menores y adaptar el lenguaje a su madurez.

La doctora en psicología clínica y de la salud colaboradora de Funespaña Silvia Álava Sordo, recomienda «educar desde la edad temprana para establecer unas pautas psicológicas saludables de la relación de los niños con la muerte».

Herramientas docentes

Con el objetivo de establecer herramientas docentes de ayuda para mostrar a los niños la realidad de la muerte como parte del ciclo de la vida, la Revista Adiós Cultural, editada por Funespaña, convoca cada año un concurso de cuentos infantiles. Funespaña ha subido tres de estas obras originales a Internet para ponerlas a disposición de todas las familias que lo deseen, de forma gratuita.

La primera de ellas se titula ‘¡Me muero de chicle!’, de Laura Arnedo, una obra que transmite con lenguaje sencillo la percepción de la muerte para un niño, consiguiendo hacer una descripción de las emociones. La historia está narrada por una niña y subraya la igualdad a través de un lenguaje inclusivo.

‘Pim, pam, pim, pam’

Otra de las obras es ‘Pim, pam, pim, pam’, de Virtudes Olvera, que en su relato intenta «poner de manifiesto esa necesidad de no huir de lo desagradable», y ofrece algunos consejos como dosificar la información dependiendo de su madurez; «tratarles con el respeto que merecen, sin insultar su inteligencia», o educarles «en un amor por la vida» y «en un no olvidar a los que les precedieron».

‘Calimero y mi tía, la de las gallinas’

El tercer libro recomendado se titula ‘Calimero y mi tía, la de las gallinas’, de May Flores Manzano, cuya idea nació de la pérdida del hámster de sus sobrinos quienes, en un principio, aún guardaban la esperanza de que el animal solo estuviera muerto por un corto periodo de tiempo, como ocurre a menudo en los dibujos.

Consejos para ayudar a los niños a afrontar el duelo

Además, desde Funespaña ofrecen algunos consejos para ayudar a los niños a afrontar el duelo. En primer lugar, recomiendan decírselo según se recibe la noticia frente a la creencia generalizada de que es mejor no contárselo para «ahorrarles el sufrimiento». «Verán tristeza, llantos y malos ratos alrededor; hay que explicarles lo ocurrido para no generarles incertidumbre, algo que no van a saber gestionar», explican.

Asimismo, invitan a ponerse a su altura y tratarlo con naturalidad, empatizando con sus emociones, mirándoles a los ojos. «Es bueno que vean las emociones reales, por lo que no hay que aparentar o aguantar el tipo», señalan.

Además, aconsejan adaptar el lenguaje en función de su edad. «Generalmente, los niños son muy buenos recogiendo y captando información, sin embargo, por su propio desarrollo cognitivo, evolutivo y madurativo, no siempre lo entienden bien», explican.

También sugieren ser «sinceros» en las repuestas pues los niños tendrán muchas preguntas sobre lo sucedido. «Puede que no sepas o tengas las respuestas. En ese caso, es mejor decir ‘no lo sé’ a inventarnos las respuestas», señalan.

Igualmente, desde Funespaña recomiendan intentar restablecer la rutina porque «les aportará seguridad y confianza». No obstante, precisan que «lo prioritario en este momento es atender a sus necesidades emocionales, interiorizar la pérdida y hacer el duelo de la forma más sana posible».

«Debemos animarlos a expresar sus sentimientos para que sientan nuestro apoyo y gestionarlo de la mejor manera posible. Siempre será una situación difícil, pero en estos momentos en los que no nos podemos despedir, en los que no habrá velatorios y los funerales tienen que aplazarse, es todavía más complicado», comenta Silvia Álava Sordo.

FUENTE: Heraldo.es