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Todo lo que necesitas saber si quieres comenzar a darle una paga a tu hijo

¿Es bueno dar paga a mi hijo? ¿A qué edad? ¿Cada cuánto tiempo? Contestamos a estas preguntas en La Lupa de #TRECEtv

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¿Le das paga a tus hijos o nietos? ¿Cuándo? ¿Se establece de una forma periódica o solo cuando es para premiarles? ¿Es bueno? ¿Ayuda a los más pequeños recibir una compensación económica? Según un estudio, los niños españoles manejan más de 158 millones de euros al mes fruto de las pagas y extras que reciben de los padres. También hemos podido conocer que los padres españoles son terceros que más paga dan en el entorno de los países europeos, por debajo de Italia y Francia.

Si nos centramos en cuándo se da esta paga, encontramos que un 34,7% da la paga de manera diferida – cuando la necesitan para un fin determinado – un 28% la entrega de una forma regular – semanal o mensual – y el 7% de los padres la entrega como una recompensa – cuando los niños han realizado tareas domésticas, por ejemplo.

¿Qué función tiene la paga?

Silvia Álava, psicóloga Sanitaria y educativa, ha estado en ‘La Lupa’ de TRECE para aclarar qué función debe tener la paga que se les entrega a los hijos: Es un sistema de aprendizaje para que aprendan a gestionar el dinero y decidir en qué cosas me lo gasto y en qué cosas no. Está bien, pero lo que tenemos que hacer es enseñarles a manejar este dinero”. Silvia apunta que no sirve de nada darles paga si, cada vez que lo necesiten, les vamos a dar dinero aparte: “El objetivo de la paga es que cada vez que nos pidan algo, lo tienen que hacer con su dinero. De esta manera aprenden a valorarlo y a ahorrar, porque cada vez que quieran algo más grande necesitan esperar un tiempo. Esto es un aprendizaje básico para tener éxito en la vida, demorar las recompensas”.

¿A qué edad podemos darles paga?

Silvia explica que no existe una edad concreta para comenzar a dar dinero a nuestros hijos:“Va a depender de las características del niño o la niña, de cómo de responsable es. A los ocho años podría empezar a ser un buen momento, pero depende de sus características. El objetivo siempre es dar poco dinero. Los niños con mucho dinero en el bolsillo encuentran problemas, hay que dar dinero ajustado a su edad”. Silvia apunta que, en muchas ocasiones, los niños quieren algo hasta que lo tienen que pagar, ellos que, entonces, ya no lo quieren, por lo que es una buena forma de que comiencen a valorar la economía.about:blank?unblockia=true

¿Cada cuánto tiempo se debe dar la paga y por qué motivos?

“A los más pequeños, una paga mensual se les va a quedar grande”, comienza Silvia: “Lo mejor es hacerlo de una forma semanal para que puedan ir regulando el dinero”. Además, Silvia subraya la importancia de establecer en qué condiciones se gana la paga y en qué condiciones no: No aconsejo pagar por hacer las tareas domésticas porque parece algo opcional. En casa somos un equipo y todos debemos colaborar. Cada uno debe asumir la parte que le corresponde y que puede hacer según su edad”.

¿Es importante negociar con tus hijos?

“No es necesario amenazar con quitar la paga si no haces los deberes. Creo que es una dinámica perjudicial en las familias. Ellos tienen que tener claro que para tener la paga hay que haber cumplido con los objetivos de la semana, pero no hay que estar recordándoselo”, apunta Silvia. Para terminar, la psicóloga relataba una preocupación muy común entre los padres que los hijos no pueden hacer todas las cosas que quieren porque no les llega el dinero: “Quieren ir al cine, comprar palomitas, ir a cenar… La vida va de esto, de elegir. Hay que entender que, aunque nos gustaría, no podemos tener todo lo que queremos. No se trata de ser crueles, se trata de que tienen que aprender a elegir porque el dinero es finito”.

#Video 👉 https://www.cope.es/trecetv/programas/la-lupa-de-la-manana/videos/todo-que-necesitas-saber-quieres-comenzar-darle-una-paga-hijo-20220315_1887322

Buenas notas, hacerse la cama… lo que la paga no debe comprar. Colaboración con El Diario Montañés

La asignación semanal a los niños es útil para enseñarles a gestionar el dinero, pero puede crear monstruos si se da como un premio por cosas que no deben ‘pagarse’

Por SOLANGE VÁZQUEZ

Si usted está ya en la edad adulta, seguro que en la infancia escuchó de boca de sus padres la siguiente pregunta: «¿Pero tú te crees que soy el Banco de España?». Esta joya de los aforismos ‘viejunos’ resume muy bien la filosofía que hace décadas tenían los progenitores respecto al dinero que se daba a los peques: si pedías algo al margen de tu asignación, tenías muchas probabilidades de recibir un no por respuesta. Ahora, sin embargo, padres y madres debaten mucho sobre si hay que ser más flexible y sobre el concepto de paga semanal, que para algunos está trasnochado.

Cada casa tiene su fórmula, pero, desde el punto de vista de la psicología, los expertos sí recomiendan que se les dé a los peques una pequeña cantidad. Se puede empezar con una hucha cuando son pequeñitos, pero «en torno a los ocho años ya se les puede dar una paga para que la gestionen», explica Silvia Álava, psicóloga del gabinete madrileño Álava Reyes. La otra opción, la de financiarles «a demanda», puede crear monstruos… y analfabetos monetarios, que viene a ser parecido. «Si aprenden que, cuando quieren algo, se les da, van a creer que pueden tener todo de inmediato -alerta Álava-. Y, si no comprenden el valor del dinero de pequeños, llegan a la edad adulta sin tener ni idea, cargándose de deudas, pidiendo microcréditos para vacaciones o cosas que no son necesarias…».

¿Cómo intentamos evitar este desastre desde la infancia? Dándoles a los niños y niñas una paga «ajustada», porque «si se ven con mucho dinero va a haber un problema». Vamos, que no le dé para muchas alegrías y que les obligue a priorizar… y, sí, a prescindir de cosas. «Tienen que aprender a elegir, la vida al final consiste en hacer elecciones constantemente -indica la psicóloga-. Deben saber, por ejemplo, que si se gastan su dinero en chuches, igual no les queda luego para cromos». ¿Y cuál es la cantidad adecuada? Por supuesto, depende de la edad y de la zona donde viva la criatura: «En una ciudad gastan más que en un área rural».

Otro beneficio de la paga es la demora de la recompensa. Si los niños y niñas quieren algo de cierto precio y tienen que ahorrar un poco para conseguirlo, «ganan en autocontrol, ya que la respuesta gratificante no es inmediata». Desaparece ese ‘lo quiero y lo quiero ya’ que tantas pataletas causa. «Si se hace así, ocurre un hecho curioso… te dicen ‘¡quiero estoooo!’. Pero tú le contestas ‘vale, pero lo pagas en tu dinero’. Entonces saltan, ‘ay, pues ya no lo quiero’», argumenta la psicóloga. Eso hace que sean menos consumistas, más reflexivos y previsores.

Sobreprotección

A estas alturas del reportaje ya habrá madres y padres diciendo ‘ay, pobres críos, qué pena, ahí contando los euros y quedándose con las ganas de cosas’. Pues de eso se trata. «Estamos haciendo cosas mal como sociedad. Creamos niños inseguros, hay mucha sobreprotección», comenta la psicóloga. Por eso, aconseja que, cuando son mayorcitos, se les anime a buscar un trabajito para que ganen algo -«de canguro, cortando césped, dando clases…»-. De este modo, también empatizarán más con sus progenitores, a los que más de mil veces les habrán echado en cara eso de ‘te pasas el día trabajando y casi no te veo’. «Así entienden que, sin esfuerzo ni trabajo, no hay dinero».

Algunos pensarán que la paga debe estar sujeta a las buenas notas o a la realización de tareas domésticas. «¡Noooo, al contrario! -se horroriza Álava-. Sobre las notas, mejor que premiarles dándoles dinero, se debe buscar la motivación intrínseca. Es decir, preguntarles cómo se han sentido de orgullosos y satisfechos al obtener buenos resultados… Porque el dinero ‘caduca’, pero ese sentimiento no», explica. Y, sobre vincular la paga a los quehaceres de la casa, menos. «Ni hablar, hay que hacerles entender que la familia es un equipo y que es resposabilidad de todos hacer la casa». Y eso no se paga con dinero.

El peligro de la tarjeta

Los expertos coinciden en afirmar que la educación financiera empieza con la paga, pero luego continúa en la adolescencia y la juventud. O debería Según un estudio del BBVA, un tercio de los jóvenes de entre 18 y 25 años se preocupa por ahorrar y más de un 20% usa parte del dinero que acumula para financiar sus estudios. ¿Y el resto? Pues parece que a esas edades aún no se preocupan del vil metal (seguramente, lo harán sus progenitores). «La educación financiera debe comenzar en familia, debe seguir en las escuelas y luego en la universidad, porque nos relacionamos con el dinero constantemente», asevera Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de los estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya. Y alerta contra formas de pago que a los más jóvenes pueden hacerles perder la cabeza. Los milenials hacen el 80% de sus compras con tarjeta «y este fenómeno -advierte- contribuye a que se pierda la conciencia del dinero y de su valor, porque dejamos de tocarlo».

Una cantidad ‘ajustada’

  • De 6 a 8 años: Un euro valdría. Es más que nada para meter en la hucha y que aprendan a contarlos, ya que saben sumar y restar.
  • 8 años: Un euro o dos, no más. Suelen invertirse en chuches, cromos… pero tendrán que elegir.
  • 12 ó 13 años: Unos cuatro euros. Ya, no da para ir al cine. Tendrían que tirar de ahorros. porque no todos los fines de semana deberían ir.

FUENTE: eldiariomontanes.es