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Mi hijo es demasiado tímido, ¿tiene un problema?

Si quieres ayudar a tus hijos a superar la timidez, atención a estas claves.

Por Marina Borràs

   

Hay muchos padres y madres preocupados porque sus hijos son muy tímidos, hasta el punto de preguntarse si esta condición puede llegar a convertirse en patológica. El no saber cómo ayudarles puede generar frustración en los padres y llevar a cabo algunas prácticas que, más que beneficiarles, pueden jugar en su contra.

Por eso, es importante que sepamos qué es la timidez y qué podemos hacer las madres y los padres para ayudarles a superarla sin perjudicarles. Para ello, hemos hablado con la psicóloga Silvia Álava, quien nos ha arrojado luz sobre este tema.

¿TIMIDEZ O INTROVERSIÓN?

Silvia Álava empieza señalando que “es importante distinguir la timidez de la introversión. Cuando hablamos de alguien introvertido, hablamos de un rasgo de personalidad, y esto significa que se sienten cómodos estando solos, estando con ellos mismos, no necesitan estar continuamente con otras personas, son los típicos niños y niñas que con un par de amigos se sienten bien y no necesitan tener grupos grandes de amigos como los niños y niñas extrovertidos”.

Cuando hablamos de timidez, por otro lado, “hablamos de niños que, a lo mejor, en un determinado momento, sí les gustaría acercarse a jugar o tener más amigos, pero no se atreven a hacerlo. Puede que sientan mucha vergüenza, que piensen que se van a reír…, y entonces no se atreven”, apunta la psicóloga.

¿CUÁNDO SE CONVIERTE LA TIMIDEZ EN UN PROBLEMA?

Silvia Álava explica que la timidez se convierte en un problema “cuando vemos que ese niño o niña no hace determinadas cosas por esa falta de atrevimiento. No ocurre como con los niños introvertidos que no necesitan más, no hace falta que se esfuercen, porque para ellos no es necesario. En cambio, un niño tímido estaría deseando ponerse a jugar, por ejemplo, pero no se atreve”.

«La timidez se convierte en un problema cuando el niño no hace determinadas cosas por falta de atrevimiento»

Silvia Álava, Psicóloga

QUÉ DEBEMOS EVITAR ANTE LA TIMIDEZ DE LOS NIÑOS

A veces, las madres y padres tendemos a infravalorar las emociones de nuestros hijos con frases como “venga, si no pasa nada, no tengas vergüenza”, así como también a etiquetarles, “¡qué tímido eres!”, y debemos saber que estas conductas son un error.

“Muchas veces los adultos lo empeoramos”, declara Silvia Álava, “porque lo peor que podemos hacer es colgarles etiquetas, ya que les damos un refugio para actuar en función de la etiqueta que le hemos puesto. También a veces las madres y padres lo que hacen es hablar por ellos, por ejemplo. Por lo tanto, mucho cuidado con estas dos cosas: colgarles etiquetas y hablar por ellos”, advierte la psicóloga.

CÓMO AYUDAR A MI HIJO A SUPERAR LA TIMIDEZ

Silvia Álava nos aconseja esta serie de claves para ayudar a nuestros hijos a trabajar su timidez:

  • Primero, como hemos dicho, etiquetas fuera.
  • Segundo, es muy importante que hablemos con ellos, entendiendo que muchas veces esa timidez está en la cabeza, y que trabajemos la emoción de la vergüenza, porque puede que piense que se van a reír o que no les va a gustar lo que dice o que le van a rechazar.
  • No hablar por ellos e ir poniéndoles pequeños retos. Por ejemplo, en un restaurante, dejando que pida él lo que quiere o en el parque animándole a que hable con los niños para jugar con ellos.
  • Si no se atreve, pues lo podemos entrenar. “Los psicólogos trabajamos mucho con el role playing, que consiste en hacer una especie de teatrillo para entrenar y que vayan cogiendo más seguridad”, explica Silvia Álava.

FUENTE: www.sport.es

¿Cómo ayudar a un hijo introvertido? colaboración con infosalus.com

niños introvertidosNo se puede hablar de una edad para el comienzo de la introversión ni para hacer un diagnóstico de algo que en realidad es un rasgo de la personalidad y no un trastorno. Aunque sí se puede decir que hacia los 4 años se podría decir que los niños ya tienen una representación básica sobre sí mismos.

HIJOS INTROVERTIDOS

Según explica a Infosalus Silvia Álava, psicóloga infantil y autora de ‘Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron de 0 a 6 años’ (JdeJ Editores, 2014), si los niños extrovertidos se lanzan a hablar y establecen una rápida comunicación con los demás y juegan más con otros niños, los introvertidos se quedan más parados, les cuesta entablar conversación con niños que no conocen o hacer peticiones a los desconocidos.

«A los padres les es fácil identificar esta introversión y cómo les cuesta más la relación con los demás. Los niños introvertidos parecen tener una menor necesidad de entablar relaciones con los otros«, señala Álava.

En esto se diferencian niños introvertidos y tímidos, los primeros no tienen necesidad de esta relación, se sienten bien estando solos, sin embargo, el niño tímido quiere relacionarse, interactuar con los demás, pero hay algo que le impide hacerlo como la inseguridad, el miedo a fallar o a no ser aceptado.

Los niños deben aprender a relacionarse con los demás, no hay que dejarles que eviten hacerlo pero tampoco se puede obliga a pedir actuaciones innecesarias en el contexto. «Hay que desmitificar la introversión, es un rasgo más de personalidad, no es patológica, el niño sólo necesita aprender habilidades sociales», continúa la psicóloga infantil.

CÓMO AYUDAR A MI HIJO INTROVERTIDO: CONSEJOS PARA LOS PADRES

La autora señala a Infosalus algunas pautas de actuación para aquellos padres preocupados por la introversión de sus hijos:

  • No forzar al niño: cuando vayamos a estar en un encuentro social, hay que comentarle que hay más niños y que tiene que involucrarse. Son útiles los juegos dirigidos en los que se sugiere a los niños el juego (como el pilla-pilla o el escondite) o las actividades con monitores de tiempo libre en las que participan todos los niños y no pueden ‘escapar’ de jugar.
  • No etiquetar: no pasa nada por ser introvertido pero no hay que asumir por él la comunicación con los demás ni hablar o pedir las cosas por él y no dar explicaciones ante su falta de contestación o de relación diciendo que es introvertido. «No hace falta que le resuelvas este menor interés por relacionarse con los demás», señala Álava.
  •  Ensayar con él situaciones sociales: es lo que se denomina ‘role playing’, así se puede ensayar cómo pedir agua a un camarero o jugar a algún amigo. Mamá o papá representan el papel de la persona a la que el niño pide algo. Esto les hace tomar seguridad ante la situación.

DISTINGUIR ENTRE INTROVERSIÓN Y TIMIDEZ

La timidez no es un rasgo de personalidad, como en el caso de la introversión, sino que la persona tímida quiere relacionarse pero se inhibe de hacerlo y esto se acompaña de ideas irracionales sobre no ser aceptado por los demás.

En el caso de los niños es importante detectar esta timidez e ir trabajando pequeñas técnicas para dotar al niño de habilidades sociales, de las que en la mayoría de los casos carecen. Además, la principal fuente de aprendizaje de los niños es el modelaje de los padres a los que suelen copiar, por ello es importante darse cuenta de cuál es el modelo que estamos enseñando a los niños e ir trabajando sobre ello.

Es muy importante también en el caso de los niños que presenten timidez, no etiquetarlos y no sobreprotegerles, es decir, no resolver por ellos las situaciones en las que sientan esta timidez, porque de esta forma no desarrollarán habilidades sociales. Hay que reforzarles cada vez que hacen un pequeño gesto y no criticarles ni compararlos con sus hermanos, primos, amigos, etc.

«No hay que permitir el aislamiento del niño sino favorecer su participación en actividades que promuevan el contacto con otros niños y evitar llevar con ellos juegos que puedan realizar en solitario como las consolas«, señala Álava.

No hay que forzar la situación social y marcar metas objetivas como sólo saludar y luego jugar y sobre todo fomentar la independencia del niño. «Se puede invitar a amigos y a sus hijos a casa, donde el niño está más seguro, para luego ser recíprocos y visitar a estos amigos en su casa, para que el niño pueda ir aprendiendo las normas sociales de forma natural», concluye la psicóloga infantil.